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ARP
LA ALTERNATIVA RACIONAL
BOLETÍN Nº 8
MARZO-88

LA ALTERNATIVA RACIONAL
La Alternativa Racional es el órgano informativo de la asociación Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP).
Depósito Legal: BI.11-1.986.
Editores:
Félix Ares de Blas
Luis Alfonso Gámez Domínguez
Jesús Martínez Villaro
Composición:
Jesús Martínez Villaro
Dibujante:
Aitor Fernández de Quincoces
Impresión:
Librería-Fotocopias Urdangarín; Avda. Isabel II, 14; 20011 San Sebastián.
ALTERNATIVA RACIONAL A LAS PSEUDOCIENCIAS (ARP)
Apartado de Correos Nº 6.112; 48080 Bilbao.
Nº Registro Estatal: 71.144
Presidente:
Félix Ares de Blas
Vicepresidente:
Álvaro Fernández Fernández
Socio de Honor:
Mario Bunge
Sumario
Número 8/ Año III
Marzo de 1.988
Editorial........................... 3
Aclarando las fuentes del
cristianismo........................ 4
La Navaja de Occam.................. 20
Fenómenos Paranormales.............. 24
El fraude del Majestic-12........... 26
La religión católica, el
Diablo y las pseudociencias......... 32
Libros.............................. 36
Desde el sillón escéptico,
recomendamos:....................... 39
Portada:
Aitor Fernández de Quincoces
La Alternativa Racional mantiene intercambio de contenidos con otras publicaciones escépticas y de divulgación científica.
Fuera del margen arriba indicado, queda prohibida la reproducción total o parcial de contenidos sin la previa autorización expresa de
los editores o de los autores.
La Alternativa Racional no se identifica necesariamente con las
opiniones de los artículos firmados, que pertenecen a la exclusiva responsabilidad de los autores.


EDITORIAL
Félix Ares de Blas
Luis Alfonso Gámez Domínguez
Jesús Martínez Villaro
En este número, vamos a dedicar a los comentarios acerca de la asociación un espacio mínimo, dada la extensión de uno de los trabajos publicados. Así que os vamos a informar telegráficamente de algunas de las últimas noticias, dejando para un próximo número comentarios más extensos.
Desde el pasado 12 de marzo, la asociación escéptica española Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP) está inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones No Políticas del Ministerio del Interior.
La aparición de menciones a ARP en las publicaciones profesionales El Médico y El Farmacéutico y en una carta al director publicada en la revista de divulgación científica Algo ha suscitado la incorporación a la asociación de un importante número de nuevos miembros y la celebración en Madrid el pasado 5 de diciembre de una reunión a nivel nacional. De todo esto, daremos cumplida información en el próximo número.
Sólo nos queda deciros que este número contiene un interesante trabajo acerca de las fuentes del cristianismo de José Luis Gutiérrez Esturo, un clarificador ensayo de Elié A. Shneour sobre la herramienta básica de la ciencia, la versión española de un comunicado del CSICOP sobre los documentos pretendidamente secretos que varios ufólogos han dicho demuestran que el gobierno de los Estados Unidos recuperó un platillo volante estrellado y los cadáveres de sus tripulantes hace varias décadas, una reflexión de Luis Alfonso Gámez Domínguez acerca de la Iglesia Católica y lo paranormal, y las secciones habituales.
Como siempre, esperamos que La Alternativa Racional sea de vuestro agrado y que, si tenéis algo que decirnos, no lo dudéis y cojáis papel, pluma, sobre y sello, y os pongáis manos a la obra.
P-3

ACLARANDO LAS FUENTES DEL CRISTIANISMO
COMENTARIOS ACERCA DE LA OBRA DE MICHAEL ARNHEIM:
¿ES VERDADERO EL CRISTIANISMO?
José Luis Gutiérrez Esturo
"El cristianismo conduce a una Teología y no a una Filosofía de la Historia, pues las intervenciones de Dios en la Historia, y especialmente la encarnación en la persona histórica de Jesucristo, tienen un fin transhistórico: la salvación del hombre."
Mircea Eliade
Lo Sagrado y lo Profano
Absteniéndonos, por el momento, de enfocar directamente la cuestión peliaguda de los fundamentos y expresiones variadas -a veces, opuestas- del fenómeno de la Religión y de la pretensión exigente de una Ciencia de Dios o Teología, es el propósito de esta reseña encarar las consecuencias que una lectura reflexiva del libro de Michael Arnheim ¿Es verdadero el cristianismo? supone como medio de replantearse los orígenes y decantación dogmática de la religión cristiana, que, surgida de las entrañas de la religión judía y tras intrincados avatares, acabó por imponerse como la religión oficial en todo el orbe occidental. Sus concepciones han impregnado todos los estratos de nuestra cultura, de nuestra ética -incluida la laica- y, sin darnos cuenta, ha acabado por cargar a su favor los términos del lenguaje, las actitudes sociales y la manera de encarar los asuntos mundanos. Todos nosotros -creamos en ello o no- somos deudores del substrato teológico extraído de las narraciones evangélicas, basamento de la pretensión del cristianismo de ser el único altavoz de la voluntad divina, cuyo celo redentor llega hasta el grado de encarnarse en un determinado planeta del sistema solar para consumar la redención del género humano.
¿Cuáles son los cimientos históricos de dicha creencia? Siguiendo los análisis minuciosos de Arnheim, llegará el lector a hacerse una composición de lugar, rastreando las maniobras y manejo de textos de que se sirvieron los redactores de los Evangelios Cristianos.
EL NACIMIENTO Y LA CONCEPCIÓN DE JESÚS
Arnheim dirige primero su lupa exegética al tema substancial de cuál fue el lugar de nacimiento de Jesús. ¿Nació en Belén o en Nazaret?
Salta a la vista la radical contradicción existente entre los propios evangelistas y tal dilema es primordial, porque lo que
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verdaderamente se dirime no es una cuestión trivial, sino nada menos que la justificación basada en las Sagradas Escrituras sobre la estirpe davídica del Mesías. Puesto que el rey David era oriundo de Belén, había que hacer nacer allí a Jesús. Y, debido a ello, el evangelista Lucas se ve obligado a inventarse una historia -sacándose de la manga la celebración de un censo- para solventar la razón del traslado de los padres de Jesús desde Nazaret (Galilea) hasta Belén (Judea). Invito al lector a consultar el mapa adjunto para constatar la gran lejanía existente entre estos dos lugares.
Tras un minucioso análisis, Arnheim hace ver lo absurdo de tal historia, puesto que lo que se busca con un censo es saber dónde está la gente -sobre todo de cara al objetivo práctico romano: la tributación-, no dónde se estuvo alguna vez o de dónde proceden los antepasados de uno. Además, un tal censo romano no tenía justificación
alguna en Nazaret, toda vez que Galilea disponía de su propio gobernante, el tetrarca Herodes Antipas, y su territorio no se consideraba bajo dominación romana. Lucas manipula el nombre Cirenio -o Quirinius- como nombre del gobernador romano; pero, consultando los datos cronológicos existentes, el tal censo se celebró cuando Jesús tendría ya sus buenos diez años de edad, lo que no encaja de ningún modo con el relato evangélico. Flavio Josefo, historiador judío, lo cita en Antigüedades judías (18, 1): tal censo tuvo lugar tras la anexión que Roma hizo de Judea. En la época en que se pretende establecer el nacimiento de Jesús, los romanos no tenían jurisdicción ni sobre Belén ni sobre Nazaret, por lo que la historia del censo cae por tierra.
Aunque no vamos a detenernos en ello, es interesante la forma en que Arnheim destroza las dos pretendidas genealogías que tratan de hacer pasar tanto Lucas como Mateo.
Enseguida, surge un dogma fundamental, sobre todo de cara a la versión católica romana: la concepción virginal de Jesús. Mateo
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y Lucas cargan las tintas sobre tan sorprendente acontecimiento,
mientras que Marcos y Juan ni siquiera lo mencionan. Lucas hace entrar en escena al arcángel san Gabriel, que hace la presentación del niño como futuro "hijo de Dios y Mesías del pueblo de Israel". Y aquí vuelve a aparecer una de las sempiternas contradicciones que nos ofrecen los textos evangélicos: la pretensión de que el niño debe a su padre José el linaje davídico topa con su concepción virginal; ya que en tal supuesto, al renunciarse a la paternidad de José, su entronque davídico queda anulado.
Mateo, siempre el evangelista más preocupado por apuntalar la biografía de Jesús con profecías provenientes del Antiguo Testamento, pretende sacar provecho de Isaías (7, 14); pero, tras un análisis filológico del término hebreo almah, vemos que dicho vocablo se refiere sólo a una muchacha de edad casadera. Para mayor contundencia en su argumentación, Arnheim da a conocer su conclusión de que tal gazapo -descomunal para la dogmática católica- proviene de una traducción defectuosa de la Septuaginta, al confundir el significado del texto hebreo de Isaías, que es simplemente mujer joven con el de virgen.
Toda esta cuestión de la virginidad de María ha tenido ecos muy diversos a lo largo de la Historia, y resulta sorprendente enterarse de la mano de uno de los padres de la naciente Iglesia Cristiana, Orígenes, de la acusación sacrílega del filósofo pagano Celso, que se hizo eco de una tradición según la cual Jesús fue concebido en adulterio (Contra Celso I, 28, 32 y 69). En los Evangelios, hay pasajes que dejan traslucir una inequívoca tensión emocional existente entre Jesús y su madre, hecho que ha sido corroborado por investigadores nada sensacionalistas como David Flusser, profesor de la Universidad de Jerusalén. Merece citarse un relato apócrifo recién descubierto en el que se dice que, estando agonizando Jesús en la cruz, se acercaron hasta él María y sus hijos Santiago, Juan y Judas -hermanos de Jesús-. Entonces, Jesús le espetó a su madre: "Toma a tus hijos y vete" (S. Pinés: "Los judeocristianos de los primeros siglos según una nueva fuente". Academia de Israel de Ciencias y Humanidades, Actas, II, Nº 13. Jerusalén 1.966). El lector perspicaz hallará corroboración de ello en Mateo 12, 46-50; Lucas 11, 27-28; Lucas 14, 26; Lucas 18, 29-30; Marcos 3, 21; y Juan 7, 5.
Para mayor abundancia en el tema, Geza Vermes, en su obra Jesús, el judío, dice:
"Así, abonaré la hipótesis de que Jesús era hijo de José: 1) el silencio de Marcos sobre una paternidad alternativa; 2) el sentido de las genealogías, reforzado por las manipulaciones de textos, visibles tanto en Lucas como en Mateo; y 3) el testimonio de una rama del cristianismo judío desgajada de la Iglesia Principal, en un estadio muy primitivo, mientras aún estaba en discusión la cuestión del nacimiento virginal. Esta rama divergente, los ebionitas, aunque aceptaban a Jesús como el Mesías, le creían de condición mortal y auténtico hijo de sus padres."
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LA IDEA MESIÁNICA
El judaísmo bíblico no establece diferencia alguna entre el terreno de la Religión y el de la sociedad o -en términos modernos- entre la Iglesia y el Estado. Antiguamente, la realeza estaba imbuida de proyección divina y era su manifestación visible en este mundo. Se podría decir que cada uno de los reyes judíos ungido era un mesías. Históricamente, se les puede considerar como tales a Saúl, David y Salomón. Pero los avatares de la Historia llevaron a la desaparición del Reino de David, al perder el pueblo judío su independencia. Esto es lo que puso en marcha la concepción mesiánica como esperanza de la aparición de alguien que haría recuperar la libertad del pueblo judío y lo devolviera a una época esplendorosa.
Si había acuerdo para que tal figura surgiera del tronco davídico y naciera en Belén, puede verse confirmado por Isaías:
"Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Jesé [o también Isai, padre de David], la cual estará puesta como señal para los pueblos, será invocada por las naciones; y su morada será gloriosa." (Isaías 11, 10)
Este reino mesiánico instauraría un estado judío, terrenal, unificando las perdidas tribus de Judá e Israel. Sería una era de paz resplandeciente. Pero, en tiempos de Jesús, las condiciones del pueblo judío no casaban bien con lo que se esperaba por las profecías, por lo que los evangelistas se vieron obligados a modificar el cuadro para poder deslizar la proclamación mesiánica que debería recaer sobre Jesús de Nazaret.
Por los escritos de Flavio Josefo y por el libro de los Hechos de los apóstoles cristiano, sabemos que aquélla era una época proclive a la aparición de aspirantes al título de mesías. Eran tiempos turbulentos en los que el pueblo judío ansiaba sacudirse del yugo extranjero. Basados en Isaías (42, 1), los teólogos cristianos han tratado de arrimar el ascua a su sardina, pero una exégesis del pasaje en cuestión muestra a las claras que el tal siervo no es un individuo -pretensión teológica cristiana de que se está hablando de Jesucristo-, sino que se trata de una nación, precisamente el pueblo israelita. Y, curiosamente, la manida frase "Mi reino no es de este mundo", solamente recogida en Juan (18, 36), trata de obviar el sentido pleno que se esperaba de un mesías libertador y restaurador de la grandeza de un estado judío. Se reivindica la realeza para Jesús, pero distanciándola de su misión terrenal. Algo que era de cajón; puesto que Jesús había sido ejecutado en la cruz y su actuación -misión- no había traído cambio alguno en la situación del pueblo judío. De lo que se deduce un rotundo fracaso en cuanto a hacer valer sus pretensiones mesiánicas. Confrontados con esta ineludible piedra de toque de ser jefe político-religioso y sacudir la dominación romana sobre el pueblo judío, los relatos evangélicos hacen lo que pueden para ocultar el naufragio doctrinal. Lo que se ventilaba ante el tribunal de Poncio Pilato era el delito de alta traición contra el Imperio Romano para todo aquel que reivindicara el título de mesías. En su careo con el gobernador romano, Jesús trata de escabullir una contestación plena, afirmativa, ya que ello significaba sellar su propia sentencia de muerte.
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La obsesión evidente de los Evangelios por ofrecer la prueba de la verdad cristiana al cumplirse punto por punto lo profetizado en el Antiguo Testamento obliga a unas prestidigitaciones textuales que, precisamente, revelan más cuanto más pretenden ocultar.
Seguidamente, ofrecemos un pasaje que bien examinado se revela como modelo sobre la forma de operar de los evangelistas con miras a respaldar o legitimar muchas proclamaciones doctrinales. Mateo describe a Jesús entrando en Jerusalén a lomos de dos asnos, lo que a simple vista puede parecer un detalle pintoresco, aunque incómodo.
Copiaremos primero la profecía:
"Alégrate, ciudad de Sión; aclama, Jerusalén; mira a tu rey que está llegando; justo, victorioso, humilde, cabalgando un asno, una cría de borrica." (Isaías 62, 11; Zacarías 9, 9)
Y el pasaje de marras reza así:
"... Jesús mandó a dos discípulos, diciéndoles: -Id a esa aldea de enfrente y encontraréis enseguida una borrica atada, con un pollino; desatadlos y traedlos. Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta: Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús; trajeron la borrica y el pollino, les pusieron encima los mantos y Jesús se montó" (Mateo 21, 1-8)
La malinterpretación de Mateo reside en su desconocimiento de un recurso típico de la poesía hebrea que enfatiza lo dicho anteriormente, variando levemente lo antes afirmado.
Arnheim nos lo hace saber diciendo:
"Está claro que Zacarías no quería decir que el Mesías cabalgaría a lomos de dos animales, del mismo modo que el Pentateuco no pensaba en dos animales en los siguientes versículos:
`He aquí el pueblo que como león se levantará y como león se erguirá.' (Números 23, 24)
`Se encorvará para echarse como león, y como leona. ¿Quién los despertará?' (Números 24, 9)"
Pero, sobre todo, lo que pretende Mateo es fundamentar el mesianismo de Jesús, haciéndose eco de la bendición de Job a su hijo Judá:
"No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos. Atando a la vid su pollino, y a la cepa el hijo de su asna, lavó en el vino su vestido y en la sangre de uvas su manto." (Génesis 49, 10-11)
Al anunciar el advenimiento de la casa de David -que era la tribu de Judá- y sus connotaciones mesiánicas, así como la mención de al menos cinco juegos paralelos en el pasaje citado: pollino-hijo de asna, vid-cepa, vestido-manto, cetro-legislador y vino-
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sangre de uvas; Arnheim pone el dedo en la llaga sobre las intenciones de Mateo. Se pretende demostrar el cumplimiento de la profecía de Zacarías en la persona de Jesús, y este desliz exegético es tanto más flagrante cuanto que los otros tres evangelistas describen a Jesús cabalgando -lógicamente- sobre un sólo asno.
Cerraremos el contexto mesiánico con una breve consideración sobre otra pretensión cristiana referente a textos bíblicos:
En Hebreos 5, 5-6, se lee:
"De la misma manera, tampoco el Mesías se adjudicó los honores de sumo sacerdote, sino el que le habló diciendo: `Mi hijo eres tú, y yo te he engendrado hoy' o como dice en otro pasaje: `Tú eres sacerdote perpetuo en la línea de Melquisedec'.
Y unos renglones después:
"Sufriendo aprendió a obedecer y, así consumado, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen a él, pues Dios lo proclamó sumo sacerdote en la línea de Melquisedec." (Hebreos 5, 9-10)
¿Porqué este hincapié del apóstol Pablo en la superioridad aplastante de Jesús sobre Moisés, los profetas y hasta sobre los ángeles?
La mención de uno de los manuscritos del Mar Muerto -el llamado Manual de Disciplina- nos ofrece una clara pista al decir que los miembros de la secta esenia serían gobernados por sus reglas originales "hasta la llegada de un profeta y los Mesías de Aarón [por lo tanto, de la tribu de Leví] e Israel".
Así que, frente a la imagen usual de un sólo mesías, el grupo esenio se hacía eco de otra doctrina recalcando que el Mesías de Aarón era más importante aún que el Mesías de Israel, debido a su linaje sacerdotal. Luego puede suponerse que durante la vida de Jesús prosperó la idea de dos Mesías -sobre todo en ciertos círculos más esotéricos-. El dilema estribaba en que ambos se excluían mutuamente, siendo el Mesías de Aarón el auténtico líder espiritual.
El apaño doctrinal se ceba en la figura de Melquisedec, sacerdote y rey. El temor a que surgiera alguien con pretensiones de Mesías sacerdotal obliga a Pablo de Tarso a encaramar a Jesús como sumo sacerdote -un epíteto este vacío de contenido doctrinal en la
Biblia Judía-. Así, todo quedaba atado y bien atado.
Conviene leer las muy interesantes disquisiciones de Arnheim sobre los tres levantamientos judíos contra la dominación romana entre los años 6 y 44 de nuestra era, que tuvieron como protagonistas a Judas el Galileo, a Teudas y a los tres hijos de éste: Judas, Jacob y Simón. Aquí hay ciertos paralelismos entre alguno de ellos; por ejemplo, Teudas -que afirmaba poseer poderes sobrenaturales- y Jesús obligaron al apóstol Lucas a ciertas labores de deslinde en el libro de los Hechos de los apóstoles.
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EL HIJO DE DIOS
¿Cómo se superó la distancia que media entre Hijo de Dios y Dios?
Ninguno de los Evangelios lo pretende. La identificación de una figura histórica con Dios habría sido inconcebible para un judío palestino del siglo I de nuestra era. Pablo lo elude e incluso el Evangelio de Juan, el de doctrina teológica más elaborada, se muestra reacio. Hasta un especialista en el Nuevo Testamento como Oscar Cullmann -y bien ortodoxo en sus miras- afirma que "cuando se utiliza ocasionalmente `Dios' aludiendo a Jesús en algunas epístolas del Nuevo Testamento, su uso jamás excede la idea de Señor exaltado y revelación encarnada" [Vermes, l.977: 225].
El Salmo 2, 7-9, hace patente que, sólo en el momento de la coronación, el rey se convierte en el Hijo de Dios. Mesías e Hijo
de Dios son dos caras de la misma moneda.
Debido a la influencia cultural del dogma cristiano, tendemos a asociar Hijo de Dios con la idea de divinidad. Según el Concilio de Nicea: "Jesús Cristo, el unigénito hijo de Dios..., es de una substancia con el Padre".
Sin embargo, el autor de La Sabiduría de Salomón dice:
"Comprobemos la verdad de sus palabras, veamos qué le pasará al final, pues si es hombre justo e Hijo de Dios, Dios extenderá una mano hacia él y le librará de sus enemigos." (La Sabiduría de Salomón 2, 17-18)
Y ésta es la interpretación rabínica de Filón de Alejandría:
"Esta promesa mía la confirma la ley cuando dice que aquéllos que hacen lo que es conforme a la naturaleza y lo que es bueno son Hijos de Dios." (De Specialibus Legibus I, 318)
Tras un repaso al estado de la cuestión, prestando especial atención a los Manuscritos de Qumran, el citado Geza Vermes concluye [Vermes, 1.977: 211]:
"En suma, da la sensación de que un judío palestino del siglo I d.c., al oír la frase Hijo de Dios, pensaría primero en un ser angélico o celestial; y luego, cuando la conexión humana fuese clara, en un hombre justo y santo, la filiación divina del Mesías se supondría que iba a desarrollarse en un contexto regio. Sólo en un medio helenístico podría haber evocado el epíteto a un hacedor de milagro."
El apóstol Pablo y el autor de la Epístola a los Hebreos se contentaron con llamar a Jesús "la imagen de Dios" y el "brillo del esplendor de Dios", y la huella del auténtico ser de Dios. (Corintios II 4, 4; Colocenses 1, 15; Hebreos 1, 3)
Habrá que esperar hasta Ignacio de Antioquía, fallecido hacia el 107 de nuestra era, para que se dé el salto final y se aluda a Jesús como "nuestro Dios" y "el Dios que nos otorgó esta
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sabiduría". Sea dicho de paso, el mismo Ignacio de Antioquía será
el primero en mencionar -fuera del Nuevo Testamento- la concepción
virginal de Jesús.
LA RESURRECCIÓN
"Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado". Como pocas veces, resuena la voz auténtica del Jesús histórico. Son las únicas palabras que se conservan del original arameo.
"Eloi, Eloi, lemá sabaktani". Estamos ante el momento culminante que manifiesta la derrota personal y desaprobación divina. Se trata de una exclamación que, en verdad, hace zozobrar las cristologías al uso. Arnheim remacha: "no hay discurso conmovedor que brinde la esperanza de su triunfo final, no se habla de la resurrección". Su aspiración mesiánica quedó aplastada de raíz. ¿Fue ésta en definitiva la causa por la que Pablo de Tarso, al no poder echar mano de paralelos o justificaciones en la Biblia Judía, volvió su apostolado hacia el mundo gentil, hecho este que, posteriormente, traería consigo la primera escisión entre los seguidores de Jesús.
Veámoslo un poco más de cerca. Si la mención a las apariciones post-mortem y ascensión a los cielos son añadidos posteriores. Sobre este punto, existe acuerdo entre exégetas protestantes y católicos. Pablo dice al respecto:
"Lo que transmití fue, ante todo, lo que yo había recibido: que el Mesías murió por nuestros pecados, como lo anunciaban las Escrituras, que fue sepultado y que resucitó al tercer día, como lo anunciaban las Escrituras; que se apareció a Pedro y más tarde a los doce." (Corintios I 15, 3-6)
"Ahora, si de Cristo se proclama que resucitó de la muerte, ¿cómo decís algunos que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo ha resucitado. Y si Cristo no ha resucitado, entonces nuestra predicación no tiene contenido ni vuestra fe tampoco." (Corintios I 15, 12-14)
"Alguno preguntará: ¿Y cómo resucitan los muertos? ¿Qué clase de cuerpos traerán? Necio, lo que tú siembras no cobra vida si antes no muere. Y, además, ¿qué siembras? No siembras lo mismo que va a brotar después, siembras un simple grano, de trigo por ejemplo o de alguna otra semilla." (Corintios I 15, 35-38)
"... se siembra un cuerpo animal, resucita cuerpo espiritual."
"Si hay cuerpo animal, lo hay también espiritual; así está escrito: `El primer hombre, Adán, fue un ser animado, el último Adán es un espíritu de vida'." (Corintios I 15, 44-46)
"Quiero decir, hermanos, que esta carne y hueso no pueden heredar el reino de Dios ni lo ya corrompido heredar la incorrupción. Mirad, os revelo un secreto: no todos moriremos, pero todos seremos transformados en un instante...
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Cuando resuene la trompeta final los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados; porque esto corruptible tiene que vestirse de incorrupción y esto mortal tiene que vestirse de inmortalidad." (Corintios I 15, 50-54)
Henos al final de las argumentaciones paulinas.
Conviene recordar que el testimonio de Pablo es el más antiguo de todos. Se suele datar esta Epístola a los Corintios entre los años 50 y 55, siendo, por tanto, anterior a los relatos evangélicos.
Y lo que se saca en limpio de tal lectura es que Pablo se refiere a un cuerpo especial, un cuerpo espiritual que nada tiene que ver con el terrenal de carne y hueso. Por el contrario, los evangelistas más tardíos -Lucas y Juan- insistirán en una resurrección carnal visible.
¿Qué conclusiones pueden sacarse? Hagamos un poco de memoria.
La doctrina de la resurrección de los muertos fue una adquisición tardía en el pensamiento judío. Aunque los teólogos cristianos han tratado de subirse al carro del profeta Oseas cuando dice:
"En dos días nos hará revivir, al tercer día nos restablecerá y viviremos en su presencia." (Oseas 6, 2)
En este pasaje se trata evidentemente del restablecimiento y curación del Israel enfermo, no de una resurrección de los muertos.
De hecho, el primer pasaje que se puede considerar partidario de la doctrina de la resurrección es de alrededor del siglo II (165 antes de nuestra era, en el tiempo de la revuelta de los macabeos, y mostrándose a las claras en la predicación apocalíptica del Libro de Daniel en la época de Antíoco IV Epífanes. Dice Daniel:
"Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el Libro de la Vida. Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignorancia perpetua." (Daniel 12, 1-3)
En tiempos de Jesús, las opiniones estaban divididas. La facción de los saduceos la negaban, mientras que los fariseos estaban a favor.
No cabe la menor duda de que la predicación de Jesús se desenvolvía en un clima de expectaciones apocalípticas. Se inspiraba el final próximo del tiempo viejo y la inauguración de una nueva época. El reinado de Dios, de la justicia, de la paz, estaba al alcance de la mano. De ahí todo el énfasis en la parousia, la vuelta inminente del Jesús triunfante:
"Se ha cumplido el plazo, ya llega el reinado de Dios. Enmendaos y creed la buena noticia. (Marcos 1, 15)
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"Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto que el reinado de Dios ha llegado ya con fuerza." (Marcos 9, 1)
"Os aseguro que antes que pase esta generación todo esto sucederá." (Marcos 13, 30)
"Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra, porque os aseguro que no habréis acabado con las ciudades de Israel antes que vuelva este Hombre." (Mateo 10, 23)
Los testimonios que aducen los Evangelios sobre la resurrección de Jesús están lastrados de antemano. Se trata de preparaciones teológicas, no de testimonios históricos. Pablo -el que facilita el primer testimonio histórico- no menciona el sepulcro vacío -aunque cabe preguntarse si un ajusticiado podría pretender algo más que una fosa común-. (Deuteronomio 21, 23; Gálatas 3, 13)
Recordemos el pasaje en el que aparece José de Arimatea pidiendo a las autoridades romanas el cuerpo de Jesús para enterrarlo, y que queda invalidado por otro pasaje de los Hechos de los apóstoles (13, 29) en el que se nos cuenta que Jesús fue enterrado por las mismas autoridades judías responsables de hacerle comparecer a juicio.
El teólogo católico de vanguardia Hans Küng [Küng, 1.983, 172] reconoce que tales relatos están presos de serias discrepancias y contradicciones:
1º) No hay concordancia en cuanto a las personas- testigos: Pedro, María Magdalena y la otra María, los discípulos, los apóstoles, los doce, los discípulos de Emaus, los quinientos hermanos, Santiago, Pablo.
2º) Hay una profunda discrepancia en la localización de los sucesos: en Galilea -una montaña o el mar de Tiberíades-, en Jerusalén -junto al sepulcro o en cierto lugar de reunión-.
3º) No hay coincidencia en la cronología de las apariciones: la mañana y la tarde del día de Pascua, ocho y cuarenta días después.
Concluye Hans Küng:
"Por doquier la armonización resulta imposible, a no ser que se esté dispuesto a alterar los textos o minimizar las diferencias."
Y más adelante [Küng, 1.983: l74] confiesa con honestidad:
"Dado el propio carácter de las fuentes, las múltiples ampliaciones, trasposiciones y elaboraciones del mensaje Pascual (ocho versículos en Marcos y 54 en Juan) no pueden pretender de antemano que se les reconozca su historicidad; más bien cabe que sean, en gran medida, legendarios. Los diversos matices de los relatos proceden de la diversidad y particularidad teológica de las comunidades, de los transmisores y de los redactores."
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¿Cómo podrá salvarse aún la frágil barquichuela cristológica?
Hans Küng da un golpe de timón y echa mano de un neologismo teológico de nuevo cuño: resucitación.
Según Küng, resucitación y resurrección son términos metafóricos, figurados, tomados del despertar y el levantarse del sueño. Sólo que en el despertar y levantarse de la muerte no se trata de un retorno al anterior estado de vigilia de la vida cotidiana, sino de una radical transformación a un estado completamente distinto: la vida eterna.
Compárese la posición personal de Küng con la de intérpretes más tradicionales identificados con la ortodoxia. Véase para una confrontación de pareceres el libro La Resurrección de Jesucristo,
[Ruckstuhl y Pfammatter, 1.973] en el que se defiende a capa y espada la concepción de la resurrección física, carnal, de Jesús, y se verá porque el Vaticano mantiene en la cuerda floja a Küng -de hecho ha sido inhabilitado para la enseñanza oficial de la Teología y es tolerado en la actividad que desempeña en otra cátedra de Teología Ecuménica dirigida mayormente a seglares-.
No se hará suficiente hincapié en el hecho agudamente traumático que la ejecución de Jesús produjo en sus partidarios. El episodio de la traición de Judas, la huida despavorida de sus principales discípulos, su patética confesión de derrota en la cruz... resultan incomprensibles, como apunta Gonzalo Puente Ojea:
"Si el propio Jesús se hubiera manifestado previamente como un Mesías expiatorio que sube a Jerusalén con el expreso designio de morir allí martirizado y humillado, y la construcción teológica de Marcos gira en torno a la incomprensión por los discípulos que le conocieron de la peculiaridad mesiánica del Nazareno, la hipótesis de una conciencia mesiánica tradicional en el Jesús histórico no excluye la posibilidad de ciertas figuraciones apocalípticas acuñadas muy eficazmente por los evangelistas décadas más tarde."
EPÍLOGO
Que este tema sobrenatural de la resurrección es armazón sine qua non en la doctrina cristiana -sobre todo católico romana- se hace patente en la necesidad de agarrarse -como a un clavo ardiendo- a cualquier oportunidad que permita aventurar la realidad histórica de tal acontecimiento. Todo lo que viene acaeciendo alrededor del montaje fraudulento -con su ropaje tecnológico y pseudocientífico- del sudario de Turín se inscribe dentro de este alegato. Utilizando los cánones más sofisticados de la técnica propagandista sensacionalista -el reino sí es de este mundo-, diversos sectores católicos han pretendido engatusar a la opinión pública presentándole supuestas pruebas irrefutables, científicas, que avalan los superpoderes de su dios. Este tema, por su trascendencia, merece un artículo. Pero el lector interesado puede aquilatar el meollo de tales pretensiones por medio del libro de Henri Broch Los fenómenos paranormales. Una reflexión crítica, la obra de Joe Nickell Inquest on the Shroud of Turin, diversos artículos aparecidos en The Skeptical Inquirer y trabajos de miembros de ARP recientemente publicados en la revista El Médico. Así, logrará
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vacunarse contra los perillanes de turno, es decir, el STURP y en
nuestros lares algún ufólogo metido a evangelista -cuyos libros por lo que parece no necesitan el nihil obstat-.
CONCEPTOS DE ESPECIAL INTERÉS
APOCALÍPTICA
Término derivado del griego apokalypsis, que significa revelación, que ha sido aplicada a cierto tipo de literatura judía y cristiana en que se pretende revelar acontecimientos futuros que entran en el designio de Dios. Este tipo de revelación se relacionaba originalmente con la liberación del pueblo de Israel cuando se hallaba oprimido por los paganos. Las calamidades sufridas por el pueblo judío -durante el exilio de Babilonia, por ejemplo- parecían ir en contra de las promesas de Yahvé. Para dejar a salvo la justicia de Yahvé, los profetas explicaron los sufrimientos de Israel como un castigo por sus pecados, al mismo tiempo que prometían una futura restauración. El Libro de David es el ejemplar más antiguo de escrito apocalíptico. A partir de entonces, la literatura apocalíptica fue en aumento. Los escritos apocalípticos cristianos más importantes son el Apocalipsis de San Juan y el Apocalipsis de San Pedro. Hay también pasajes apocalípticos en Mateo 24-25, Marcos 13 y Lucas 21.
CRISTO
Palabra castellana que proviene de la griega Christos, que a su vez es traducción directa de la hebrea Mashiah (Mesías), que significa ungido.
CRISTOLOGÍA
Estudio de la figura de Jesucristo como Dios encarnado en la figura del Jesús histórico.
La afirmación de Pablo de Tarso de que Jesús era un ser de condición divina planteó el problema de como compaginar esta creencia con la doctrina básica del monoteísmo, tensión insoslayable de la Teología Cristiana. Esta extrapolación de Pablo hizo pasar a Jesús del título de Mesías de Israel al de Salvador Divino de la Humanidad: Dios ha revelado sus designios a través de la persona de Jesucristo.
DATACIÓN HISTÓRICA DE LOS EVANGELIOS CANÓNICOS
Marcos pasa por ser el más antiguo, situándose su redacción entre el 70 y el 80 de nuestra era. Mateo se redactó en griego entre los años 80 y 90 de nuestra era para las comunidades de Siria-Palestina, quizás en Antioquía. Lucas se redactó hacia el 90 de nuestra era. Y Juan se concluyó a finales del siglo I (95-100).
Pero, un gran pero, los manuscritos o copias existentes de los originales -que todos, sin excepción, se han perdido- datan del siglo IV, siendo los más famosos y mejor conservados el Codex Vaticanus (de primera mitad de siglo) y el Codex Sinaiticus (de la segunda mitad), justo cuando la fundamentación ideológica y doctrinal de la Iglesia Cristiana ya se ha consolidado. Se puede conjeturar, en base a las contracciones existentes en las redacciones y referencias de apoyo que estas copias están rehechas para que quepan en el marco de la dogmática recién elaborada.
ESCATOLOGÍA
Término derivado del griego eschata (las cosas últimas) utilizado para designar las creencias relativas a la muerte, el juicio, el purgatorio, el cielo y el infierno. Con ciertas variantes, este esquema aparece en todas las religiones y forma parte esencial de la doctrina sobre el hombre.
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EVANGELIOS
Transcripción del término griego Evangelion (Buena Noticia). Se usó originalmente para designar los relatos sobre la vida de Jesús escritos en griego y tradicionalmente atribuidos a Marcos, Mateo, Lucas y Juan.
Los investigadores occidentales han estudiado críticamente las fuentes originales y la autenticidad de los Evangelios desde hace más de un siglo.
Existen muchos otros Evangelios, llamados Apócrifos -del griego apocrypha (las cosas ocultas)-, que no fueron incluidos entre los Evangelios Canónicos.
Los Evangelios poseen un gran valor para entender la vida y el pensamiento del cristianismo primitivo. Son también de gran importancia para el estudio del arte cristiano.
Los Evangelios Sinópticos -de sinópsis (una sola vista)- se nutren de dos fuentes:
1) El relato primitivo que reproduce Marcos.
2) Fuente de los logia, colección de palabras de Jesús que conocieron y utilizaron, además del relato primitivo, Mateo y Lucas. Se les conoce también como Fuente Q, por la inicial de la palabra alemana Quelle.
Los Evangelios Sinópticos conciben la parousia de Cristo según el modelo de la interpretación talmúdica de Ezna IV, 13 -la llegada con las nubes del cielo-, mientras que en su concepción de la resurrección de Jesús seguirán la línea interpretativa de la Traslación de Enoch -ascensión a los cielos como Hijo del Hombre.
Cada uno de los Evangelios fue escrito por una comunidad eclesial de lengua griega situada fuera de Palestina y acredita una actitud gentil -no judía- en su forma y composición. Mateo y Lucas siguen la estructura del relato y la temática general de Marcos, el más antiguo y que está inspirado por una honda preocupación apologética.
Las epístolas paulinas son anteriores a la confección de los relatos evangélicos. En la más directa y precisa referencia paulina a la crucifixión, el acontecimiento se presenta como el cumplimiento de un plan divino que indujo a las potencias astrales de este aion -los archontes- a crucificar al preexistente Señor de la Gloria, sin
percatarse del significado de su acción criminal. Nada se dice del lugar y fecha del trágico suceso, ni de sus protagonistas -romanos y judíos-. El hecho se transpone al plano del mito. (Corintios I 2, 6-8)
EXÉGESIS
Del griego exegiomai (conducir, guiar de principio a fin, exponer en detalle, explicar, interpretar).
Ciencia de la interpretación que trata de establecer el sentido de un texto o de una obra literaria. Utiliza los métodos clásicos de lectura: la crítica textual, literaria e histórica. Su objetivo es expresar el texto de manera actual.
FARISEOS
Término procedente del arameo que significa los separados. Desde el siglo II, se distinguieron por la estricta observancia de la Torá. Sin embargo, a diferencia de los saduceos, valoraban mucho la tradición oral -la Mishnah- y eran hombres de ideas avanzadas en teología. Creían en la resurrección de los muertos, en la retribución, en los ángeles, en el libre albedrío humano y en la providencia divina. Como partido, los fariseos desaparecieron en el año 70 de nuestra era, pero sus creencias pasaron al judaísmo rabínico.
JESÚS
Forma griega habitual del nombre hebreo Josué. Alguna vez se le menciona también como Jeshú o Jeshúa.
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KERYGMA
Término griego que significa predicación. Se usa a propósito del evangelio cristiano para distinguir su elemento de proclamación del de doctrina (didajé). Se ha utilizado ampliamente en la teología moderna para designar el mensaje esencial de los apóstoles.
PAROUSIA o PARUSIA
Término griego que significa presencia o venida. Se emplea habitualmente en los estudios sobre el Nuevo Testamento para designar la segunda venida de Cristo. La creencia en que la parusia era inminente y en que había de significar el fin del mundo condicionó profundamente las ideas de los primeros cristianos: el hecho de que no se cumpliera esta expectativa, a su vez, afectó mucho a la ulterior evolución del cristianismo.
SADUCEOS
Partido político-religioso judío surgido en el siglo II antes de nuestra era. Eran en su mayor parte miembros de la aristocracia sacerdotal. Colaboraron con las autoridades romanas con el fin de preservar la estabilidad socio-política. De ahí sus iniciativas para suprimir a Jesús. Eran opuestos a los fariseos, ya que sólo aceptaban la Torá escrita. Negaban la doctrina de la resurrección, así como la existencia de ángeles y espíritus. Desaparecieron con la catástrofe nacional del año 70.
SEPTUAGINTA
Llamada así en latín, Versión de los Setenta.
Primera traducción griega del Antiguo Testamento, realizada por orden de Tolomeo Filadelfo (283-243 antes de nuestra era). Fue llevada a cabo por numerosos autores, cuyo trabajo se extiende del 250 al 150 antes de nuestra era. Estaba destinada a los judíos de habla griega, especialmente de Alejandría. La traducción de Los Setenta es conocida por algunos papiros del siglo II antes de nuestra era y, sobre todo, por los Trabajos de Orígenes (fin del siglo II antes de nuestra era) y por el Codex Vaticanus del siglo IV. Es el texto de la Biblia utilizado
por los cristianos desde los orígenes. Ella y la Vulgata (versión latina hecha por San Jerónimo en el siglo IV) han sido las dos versiones de referencia durante casi veinte siglos hasta la llegada de las versiones contemporáneas hechas directamente a partir de los textos originales hebreos y apoyadas en las nuevas disciplinas de exégesis bíblica.
TORA
Palabra hebrea que significa enseñanza, instrucción, guía. Designaba la revelación de Yahvé en el Pentateuco. Este término tiene a veces otras connotaciones -por ejemplo cuando se usa para distinguir la legislación
bíblica de las normas establecidas por los rabinos.
NOTAS
Dos buenas versiones modernas de la Biblia son:
Alonso Schökell, L.; y Mateos, J.: Nueva Biblia Española. Editorial Cristiandad. 1.975.
Se ha trasvasado de los idiomas originales utilizando todos los recursos que hoy ofrecen la filología y la estilística. De ahí su calificativo de nueva, por ser la primera traducción a un idioma moderno por equivalencias idiomáticas o dinámicas: modismos, refranes, máximas, giros populares hebreos o griegos por sus correspondientes al español... Esta traducción es de una gran belleza literaria -la recomendamos-, ya que se empeña en transmitir la vibración poética y el vigor descriptivo de los mejores textos originales.
Ubieta, Ángel (Dir.): Biblia de Jerusalén. Editorial Desclée de Brouwer. Bilbao 1.969
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Traducción de corte más tradicional.
Desde el punto de vista de la ortodoxia cristiana, las cuatro obras siguientes -las tres primeras son de autores protestantes- resultan del todo recomendables:
Bultmann, Rudolf [1.970]: Jesucristo y mitología. Trad. de Ramón Alaix y Eduardo Sierra. Editorial Ariel (Col. "Libros del Nopal"). 1.970.
Quizá el más atrevido teólogo cristiano del siglo XX. Se ha hecho famosa su desmitologización, intento de eliminación de los términos y de la concepción mitológica según la cual fue escrito el Nuevo
Testamento. Todo lo que ha venido después en Teología se puede considerar descafeinado.
Davis, W.D. [1.979]: Aproximación al Nuevo Testamento. Trad. de J. Valiente Mallá. Editorial Cristiandad. 1.979.
Dodd, C.H. [1.974]: El fundador del Cristianismo. Trad. de Alejandro Esteban Lator Ros. Editorial Herder. 1.974.
Schillebeeck, E. [1.981]: Jesús, historia de un viviente. Trad. A. Aramayona. Editorial Cristiandad. 1.981.
A pesar de su ortodoxia, este libro supuso una llamada al orden por considerar su exégesis bastante atrevida para los cánones vaticanistas.
Desde un punto de vista crítico:
Asimov, Isaac [1.985]: Guía de la Biblia. Trad. de Benito Gómez Ibáñez. Editorial Laia. Barcelona 1.985. 2 Vols..
A nivel popular, muy pedagógico.
Castro Zafra, Antonio [1.987]. Los círculos del poder (Aparato Vaticano). Editorial Popular. 1.987.
Para comprender cabalmente el porqué la Iglesia Católica Romana representa el mayor poder espiritual a nivel mundial. Interrelaciones entre Poder, Historia y Teología.
Doods, E.R. [1.975]: Paganos y cristianos en una época de angustia. La experiencia religiosa de Marco Aurelio a Constantino. Trad. de J. Valiente Mallá. Editorial Cristiandad.
Levine, E. [1.980]: Un judío lee el Nuevo Testamento. Trad. de Luis Pérez. Editorial Cristiandad. 1.980.
Meyer, Marvin W. [1.986]: Las enseñanzas secretas de Jesús. Trad. de Jordi Beltrán. Editorial Crítica. 1.986.
Contiene cuatro Evangelios Gnósticos: El Libro Secreto de Jaime, El Evangelio de Tomás, El Libro de Tomás y El Libro Secreto de Juan. Fueron hallados entre los manuscritos de Naj `Hammadi.
Puente Ojea, Gonzalo [1.974]: Ideología e Historia (Formación del cristianismo como fenómeno ideológico). Siglo XXI. 1.974
Este autor, recientemente destituido como embajador español en el Vaticano, comenta una impresionante bibliografía.
Vermes, Geza [1.977]: Jesús el judío. Trad. de José Manuel Álvarez Flórez y Ángela Pérez. Muchnik Editores. Barcelona 1.977.
Vermes, Geza [1.981]: Los manuscritos del Mar Muerto. Trad. de Nora Muchnik y José M. Álvarez Flórez. Muchnik Editores. Barcelona 1.981.
En lo que se refiere al tema de la resurrección desde el punto de vista de teólogos católicos:
Küng, Hans [1.983]: ¿Vida eterna?. Trad. de José María Bravo Navalpotro. Editorial Cristiandad. 1.983.
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Ruckstuhl, Eugen; y Pfammatter, Josef [1.973]: La resurrección de Jesucristo. Trad. de Fernando Presa Sagarra. Editorial Fax (Col. "Actualidad Bíblica"). 1.973.

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The Skeptical
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Volume 1 through Volume 10
1976-1986
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LA NAVAJA DE OCCAM
Elié A. Shneour
Elié A. Shneour es director del Instituto de Investigación de Biosistemas de La Jolla (California), presidente de los Escépticos de San Diego y Consultor Científico del CSICOP.
El presente ensayo es uno de los publicados en The Skeptical Inquirer con motivo del décimo aniversario de la fundación del CSICOP.
Para los no iniciados -y, desgraciadamente, nuestro sistema educativo asegura que éstos sean una vasta mayoría- la ciencia parece arcana e inaccesible. Sin embargo, con un módico esfuerzo intelectual, casi todos podemos participar de sus elementos, y esto es lo que convierte a la ciencia en la más igualitaria de las empresas humanas. De haber sido esto reconocido al menos después de la Segunda Guerra Mundial, no habría necesidad de un CSICOP hoy en día, cuando incluso los altos mandatarios gubernamentales, los líderes industriales, los publicistas y los editores exhiben una vergonzosa ignorancia acerca de este motor dominante de la civilización moderna.
La ciencia es una herramienta intelectual y no un elemento fáctico. Es la herramienta más poderosa que jamás ha concebido la mente humana para controlar su destino. En acusado contraste, la mayoría de las religiones requieren creencias no críticas, resignación ante los eventos terrenales y, sobre todo, que no se plantee ningún interrogante. Como contrapartida, al creyente se le garantiza que un día todas sus cargas terrenales llegarán a un final, para comenzar una otra vida de castigo o recompensa según haya sido su conducta en la Tierra: castigo eterno para el malvado e idílico cielo para el justo.
La ciencia no ofrece semejantes seguridades. Sólo puede proporcionar acceso al mundo físico durante el transcurso de la vida del hombre sobre la Tierra, y quizás algún control sobre su destino inmediato. Y en ausencia de un asidero o punto de referencia intelectual, la ciencia no puede permitirse ninguna incursión en la cuestión de la existencia o no de una deidad ética o de una nueva vida tras la muerte física. Tiene que darse por supuesto que los principios éticos, que empíricamente se alcanzaron con el paso de milenios, deben prevalecer tanto si existe una deidad como si no. ¿Sería acaso más aceptable alguna forma de asesinato de no existir los Diez Mandamientos? Esta transición, de la esperanza en una nueva vida a la esperanza en el presente, representa quizás el cambio moderno más traumático en las expectativas del género humano. Y es la ciencia la que retira el velo de la ignorancia y la superstición para aliviar esa penosa transición.
No resulta pues extraño que el poder intelectual de la ciencia atemorice a tantos. Tampoco resulta extraño que por esta razón los sistemas educativos de todo el mundo se hayan resistido a la ciencia, y continúen haciéndolo; aunque raramente se admita -si es que se admite- y, por el contrario, se justifique basándose en
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todo tipo de ideas irrelevantes. Pero mucha gente, que simplemente
realiza una ligera incursión en lo que pasa por ser ciencia, llega a atemorizarse, cuando no a desanimarse e indignarse, ante las pretensiones de elitismo y condescendencia exhibidas por la mayoría de sus más claros y visibles practicantes.
Esto no tiene porqué ser así. Hay un principio científico fundamental que tiene su mayor y más beneficioso impacto inmediato en los asuntos rutinarios de la existencia humana. Esta particular herramienta intelectual se llama la Navaja de Occam. Como muchos de los principios, fue articulado por primera vez hace mucho tiempo, en la Edad Media, aunque aparece bajo diferentes formas en textos anteriores y posteriores a esa época; por ejemplo, en los del teólogo Durand de Saint-Purçain en el siglo XIII y, posteriormente, en los de Galileo en defensa de su hipótesis planetaria.
William de Occam fue un filósofo católico influyente del siglo XIV que ocasionó a la Iglesia un buen cúmulo de problemas, fue excomulgado y posiblemente murió en la Gran Plaga de 1.349. Occam es conocido por su famosa navaja intelectual, principio cuyo enunciado dice: Non sunt multiplicanda entia praeter necessitatem, que viene a significar que las cosas no deben multiplicarse más allá de lo necesario, y que puede expresarse también como "no se deben hacer montañas de las insignificancias". Ello indica que la parsimonia en el pensamiento está normalmente más cercana a la verdad, o que la explicación más simple de una observación tiene más probabilidades de ser la correcta.
La explicación razonable y simple de este principio a las afirmaciones de lo paranormal haría que la mayoría de estas fueran consignadas rápidamente al olvido. Ello liberaría a sus promotores de frustrantes traumas emocionales y del gasto de recursos que pueden dirigirse hacia objetivos más fructíferos. Por todo esto, los biorritmos, la astrología, los avistamientos ovni, el Triángulo de las Bermudas, el monstruo del lago Ness, los zahoríes, los fenómenos psi y similares, no han sido capaces de resistir el escrutinio de la Navaja de Occam en el aspecto de separar lo real de lo ficticio. El siguiente ejemplo, particularmente agudo, está adaptado de un artículo de T.H. Jukes [Nature, 285: 130, 1.980].
Según la Declaración de Creencia de la Sociedad para la Investigación de la Creación, que debe ser subscrita por todos sus miembros, la Biblia es la palabra impresa de Dios y es científicamente cierta en todos los manuscritos originales. Todos los seres vivos, incluido el hombre, fueron creados de novo por Dios durante la semana de la Creación. El Diluvio descrito en el Génesis, y lo referente a Noé, fue un evento histórico mundial por su alcance y efectos. La Sociedad para la Investigación de la Creación rechaza todas las alternativas a este fenómeno, señalando en particular las precisiones bíblicas en lo referente a medidas exactas, incluyendo las dimensiones del Arca y la duración del Diluvio.
Los portavoces de esta organización, algunos de ellos poseedores de avanzados grados académicos en disciplinas científicas, señalan que la datación isotópica está en un error, que la evolución darwiniana está en contradicción con la segunda Ley de la Termodinámica y que la interpretación de los restos fósiles por parte de la moderna paleontología es una falacia. Según ellos, la
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única explicación aceptable para la Creación se encuentra en la Biblia.
La aplicación de la Navaja de Occam al relato bíblico del Diluvio conduce al siguiente análisis: el Génesis 6-8 presenta un Arca de tres pisos de un volumen de 43.000 metros cúbicos (1 codo = 0,46 metros cúbicos). El equipo de Noé que construyó la descomunal Arca y reunió allí a todos los animales terrestres (algunos de ellos peligrosos), junto a la monumental cantidad y variedad de alimentos para un año, sumaba un total de ocho personas.
La Biblia pasa por alto el modo en que tal minúsculo grupo, con un entendimiento racional no definido con claridad, sin la adecuada experiencia, y en un periodo de tiempo críticamente limitado antes de que comenzase el Diluvio, llevó a cabo la proeza. Decir que "Dios proporcionó los medios" no es una explicación aceptable en un contexto científico. Los "materiales y métodos" deben describirse in extenso y resultar verosímiles, al menos para los criterios del sentido común, antes de que puedan aceptarse como auténtica ciencia.
Otro problema con el que nos encontramos si aceptamos literalmente el Arca bíblica es que existe un equilibrio ecológico exquisitamente delicado entre las especies vivientes; muchas son obligadas predadoras o parásitas de otras. No existe ninguna explicación acerca de cómo se conservó ese equilibrio a bordo del Arca. El insectario del Arca debería haber incluido alrededor de un millón de especies. La pajarera, cerca de 25.000 especies de aves. El volumen de las restantes especies que habrían tenido que acomodar rondaría las 15.000 parejas de mamíferos, 6.000 parejas de reptiles, 2.500 especies de anfibios, por no decir nada de los finísimos entornos de cultivo donde se conservarían decenas de miles de microorganismos, algunos con sus virus asociados, en cuanto a la difícil labor de reunirlos, catalogarlos y mantenerlos vivos sin disponer tan siquiera de un microscopio. Y, si la Biblia es la palabra impresa de Dios, ¿cómo es que esos microorganismos, ubicuos y esenciales residentes del planeta, no son ni siquiera mencionados?
A continuación está el problema botánico. En la historia del Génesis sobre el Arca de Noé, no hay ninguna mención a las plantas; aunque es obvio que el Arca hubo de contenerlas, bien como alimento para los animales, bien para la posterior repoblación de la Tierra tras el Diluvio. Pero si la narración del Diluvio es precisa, llovieron literalmente torrentes de agua. Los cielos tuvieron que nublarse para transportar semejante humedad, reduciendo la fotosíntesis, el fundamento de la vida terrestre, a casi nada. Para absorber los rayos solares y sobrevivir, todas las plantas verdes habrían tenido que permanecer debidamente separadas unas de otras en la cubierta del Arca, suponiendo que el terrible y continuo aguacero no las destruyera, barriéndolas de la cubierta junto con la tierra a la que estaban prendidas.
¿Cómo pudieron todas esas plantas encontrar suficiente espacio abierto en el Arca y dejar espacio suficiente para el resto de los animales? Si el volumen total del Arca se divide equitativamente entre todas las especies de animales, olvidándonos de las plantas, queda menos de un metro cúbico disponible para cada pareja de vertebrados y para su respectivo suministro completo de
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comida para todo el viaje. ¿Y qué se hizo con el problema de los desperdicios, obviamente masivos, que generaría semejante cargamento?
Por el momento, el lector es consciente de las enormes discrepancias a enumerar en el caso de aceptarse literalmente el relato bíblico del Diluvio, y 4.500 metros sería también una estimación razonable. Tomando la menor de estas dos cifras para calcular el volumen de precipitaciones generada por el Diluvio, se llega a una cifra de 393 millones de millas cúbicas de agua, lo que supone un 40% más que todo el agua existente en la Tierra.
He aquí otra manera de aplicar la Navaja de Occam al citado ejemplo: según la Biblia, llovió durante 40 días y 40 noches, o, lo que es lo mismo, 960 horas. Para alcanzar 3.100 metros, debía haber llovido de tal forma que hubiera hecho zozobrar a cualquier buque y, por descontado, hubiera hecho perecer a todos sus pasajeros. Pero admitiendo que el Arca fuera capaz de afrontar con éxito semejante aguacero -hicieron falta 167 días para que el agua descendiera a sus niveles normales-, ¿qué ocurrió con todo ese agua? Ésta no pudo encontrar espacio en el interior del planeta en tan poco tiempo, de no haberse generado cataclismos tan importantes como la erupción del Krakatoa. Si, de otra manera, el agua desapareció en el espacio exterior por alguna clase de cataclismo ultraevaporador al que no habría podido sobrevivir ningún ser vivo, ¿porqué y cómo se detuvo en el momento justo para dejar atrás ríos, lagos y océanos?
Salvo que los creacionistas puedan responder a estas preguntas de un modo racional o dejen de insistir en que lo suyo es un legítimo asunto científico, como presuntos científicos se harán únicamente acreedores de la burla y el ridículo. La ciencia descansa sobre unos cimientos hechos a base de la observación cuidadosa y del chequeo repetido de hipótesis, al objeto de eliminar los sesgos inherentes al género humano. Sólo cuando una hipótesis ha demostrado que se ajusta a los hechos observados resulta posible aplicar a ésta unas reglas de lógica formal y derivar consecuencias con valor predictivo. Cualquier ser humano es bienvenido a la causa de la ciencia. Aquí no existen dogmas de fe que tengan que aceptar los miembros, sólo la aplicación demostrable de la razón.
Copyright, 1.986, Elié A. Shneour.
En The Skeptical Inquirer (Buffalo, New York), vol. X, Nº 4 (verano 1.986), 310-313; bajo el título "Occam's Razor".
Trad. de Jesús Martínez Villaro.
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FENÓMENOS PARANORMALES
Luis Alfonso Gámez Domínguez
En febrero de 1.985, la revista Algo publicaba el reportaje de Glen Garelik "Fenómeno Ovni. Objetos voladores totalmente identificados". El artículo en cuestión explicaba como unos ovnis que se habían estado observando en el Valle del Hudson durante 1.983 y 1.984 habían sido
creados en realidad por un grupo de pilotos que se autodenominaban los marcianos. Los casos habían merecido la atención del Centro para el Estudio de los Ovnis (CUFOS), cuyos expertos, a pesar de que los pilotos demostraron cómo habían llevado a cabo la gigantesca tomadura de pelo, siguieron manteniendo que se trataba de auténticas observaciones ovni. Las ansias de encontrarse ante misteriosos sucesos, llevaron a representantes del CUFOS a escribir artículos en la revista británica Flying Saucer Review defendiendo la imposibilidad de identificar convencionalmente los objetos avistados sobre el Valle del Hudson.
Pues bien, cuando han pasado tres años desde que se publicara originalmente la explicación en la revista estadounidense Discover y uno pensaba que los ovnis del Valle del Hudson estaban pudriéndose en los catálogos de sucesos explicados junto a casos como el de Kenneth Arnold, el matrimonio Hill, etc., resulta que aparece en los Estados Unidos un libro que defiende la autenticidad de los avistamientos del Valle del Hudson. Los autores de la obra en cuestión son el fallecido Josef Allen Hynek, Philip J. Imbrogno y Bob Pratt y su título es Night Siege: The Hudson Valley Ufo Sightings. Una vez más, queda demostrado que la mayoría de los ufólogos prefieren cultivar el sensacionalismo al rigor y que, en la mayoría de los casos, la honradez es a los ufólogos lo que la inteligencia a los chimpancés.
Y hablando de animales, a finales de octubre apareció en las librerías la tercera parte del Caballo de Troya de Juan José Benítez. Las ventas de las dos obras anteriores de la saga parecen haber animado al autor a embarcarse en una empresa tan ambiciosa que le hace manifestar en la solapa de su último libro que su obra se verá concluida en el año 2.004.
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Caballo de Troya se inicia cuando el periodista J.J. Benítez, en el papel de intrépido reportero, tiene conocimiento gracias a un militar retirado de los Estados Unidos de la existencia de un viaje en el tiempo llevado a cabo por la NASA años atrás a la Palestina de la época de Jesucristo. Cuando fallece su fuente de información, Benítez se encuentra con unas pistas en clave para dar con una documentación impresionante que el militar había puesto a buen recaudo. Haciendo gala de unas dotes deductivas realmente sorprendentes, el audaz periodista consigue hacerse con la documentación. ¡Ah!, pero todavía hay que salir de los Estados Unidos y la CIA anda tras sus pasos. Con una astucia que pone de manifiesto que los profesionales del servicio de inteligencia de los Estados Unidos son vulgares aprendices al lado de Benítez, el reportero logra llegar a nuestro país con la documentación. A partir de aquí, Benítez se pone a narrarnos las circunstancias que envolvieron el pretendido viaje en el tiempo, dedicándose una vez situada la acción en Palestina a reescribir los Evangelios a su manera, con platillos volantes incluidos. Y así van tres libros...
Supone preocupante que un libro como Caballo de Troya, una teología light sin más pretensiones que las comerciales, haya sido un clamoroso éxito de ventas durante los últimos años. Ello habla muy poco a favor de la capacidad crítica del público español, que se ve masivamente atraído por una obra que ensalza la figura de Jesucristo aderezándola con especias pseudocientíficas. ¿Acaso no está claro, por poner un ejemplo de lo disparatado de la historia, que, si la NASA hubiera dispuesto de la tecnología que este cazador de ovnis le atribuye en su libro, jamás hubiera explotado el Challenger?
Por otro lado, la edición y lanzamiento de la saga desprende un cierto olor a podrido. Resulta evidente lo fantástico e irreal de la historia, que si hubiera sido considerada como novela no habría merecido nuestra atención. Sin embargo, desde el lanzamiento del primer libro de la saga, Benítez ha recalcado en varias ocasiones que la historia se basa en una documentación real que obra en su poder. Hay que apuntar que en la primera parte de Caballo de Troya aparece en las primeras páginas la clasificación del libro como Novela, calificación que posteriormente se ha suprimido de sus continuaciones. Esta maniobra de hacer pasar una novela fantástica como un ensayo ha contado con la colaboración de la prensa española. Así, Caballo de Troya ha puesto en evidencia la existencia de algunos Plateros, que pastan en las secciones de cultura de las redacciones de conocidos diarios y revistas españoles y que han incluido la obra en las listas como una de las más vendidas en el apartado de no ficción. Y es que, ya se sabe, a los Plateros sus orejas los delatan.
Durante el pasado verano y otoño, Nessie volvió a convertirse en el centro de atención de la prensa. Una vez más -y van...-, se había montado la expedición que iba a demostrar al mundo que en las aguas del lago Ness existe un monstruo. Claro que eso decían los estudiosos antes de que se dieran a conocer los resultados de la expedición. Ahora resulta que la sofisticada tecnología de la que no iba a escapar el monstruo deja huecos a la duda, que puede que... En fin, la historia de siempre.
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Calificada como "la mayor operación científica llevada a cabo en el lago Ness", la llamada Operación Escrutinio en Profundidad contó con un presupuesto de doscientos millones de pesetas dedicado a explorar durante tres días el lago con veinticuatro lanchas equipadas con "lo último en la tecnología sonar". Participaron en ella sesenta personas, encabezadas por el naturalista aficionado Adrian Shine, y el resultado fue francamente desastroso para los seguidores del esquivo monstruito, lo que dio la razón a William Hill, quien había apostado doscientos millones de pesetas a que no se iba a identificar al monstruo.
De todos modos, aunque Shine ha manifestado que Nessie no es más que una leyenda y no se ha encontrado ninguna prueba de su, para Tony Harmsworth, director del Museo del Monstruo del Lago Ness, esto "lo que significa es que está durmiendo" en alguna de las grutas que existen en las profundidades del lago.
Los expertos pseudocientíficos pretendían callar al activo escéptico escocés Steuart Campbell, autor del libro The Loch Ness Monster: The Evidence; pero sólo han conseguido hacer una vez más -y van...- el ridículo.
Si hay una palabra que define perfectamente la sensación que me embargó en la noche del jueves 12 de noviembre al ver el programa de José María Íñigo emitido por la Televisión Vasca (ETB) es ridículo. Y es que uno ya no sabe que pensar...
El 12 de noviembre al mediodía me enteré de la presencia de Uri Geller -sí, aquel que doblaba cucharas- en el programa de José María Íñigo e hice lo posible por hablar con uno de los responsables del espacio. Al final, di con el subdirector, Santiago Marcilla, y le expuse mi intención de que Félix Ares de Blas y quien esto firma estuviesen junto a Uri en su aparición televisiva. Santiago Marcilla quedó en llamarme media hora después para darme una respuesta definitiva y, cuando lo hizo a las 13 horas y 45 minutos, me dijo que no habíamos avisado con el tiempo suficiente y que no podía ser. Le dije que yo me había enterado aquella misma mañana, y él me explicó que no querían que se hubiera enterado nadie hasta la emisión del programa. Es decir, yo jamás podría haber avisado antes.
El día fue bastante intenso y al final me senté ante el televisor y allí estaba Geller. Bastante cambiado desde su aparición en RTVE hace doce años, ahora tiene una cuidada apariencia y unos modales refinados. En esencia, sus gestos y el tipo de planos que pedía al realizador -porque fue él quien llevó las riendas- eran los mismos que había tenido ocasión de ver en el vídeo que nos mostraron durante su visita a España Wendy M. Grossman y Mark Plummer. Hubo en particular un primer plano de Uri que hasta me resultó familiar. Quedó demostrado que el doblador de cucharas israelí tiene muy bien aprendida su puesta en escena.
Durante el espectáculo, Uri recurrió a tres clásicos de su repertorio: la telepatía, el arreglo de relojes y el truquito de la brújula.
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En primer lugar, dibujó algo en un papel y dijo a la gente que intentara percibir lo que él les iba a transmitir. No acertó nadie en el estudio y lo que Geller había dibujado era una casa con un árbol al lado. Luego, explicó el método para poner en marcha relojes y animó a la gente a intentarlo en sus casas. Y, por último, hizo con el poder de su mente que se moviera una brújula. Lo cierto es que una casa o un árbol es lo que dibuja mucha gente cuando le piden que dibuje algo, que un reloj parado debido al desuso puede ponerse en marcha tras frotarlo entre las manos y darle pequeños golpecitos, y que basta un imán para mover una brújula. En sí, nada de lo que hizo Geller reveló la existencia de sus poderes.
El nuevo truco que presentó se basó en hacer que en su mano, y después de frotarla con un dedo, brotara una semilla de rábano de entre un pequeño montón que tenía en la palma. Aunque no conozco la explicación, prometo investigarlo y darla a conocer en estas páginas.
Por supuesto, la centralita de la Televisión Vasca se colapsó y Geller e Íñigo animaron al público a escribir a la prensa narrando sus experiencias. Siguiendo su consejo, Félix Ares de Blas y yo redactamos un comunicado..., pero ésa es otra historia.
En definitiva, el retorno de Uri no pasa de ser una mala segunda parte en la que se repiten los mismos efectos especiales que hace doce años y que no tiene el mismo atractivo que el original; quizás sea que hace doce años uno todavía era un pobre ingenuo.

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EL FRAUDE DEL MAJESTIC-12
CUANDO LOS OVNIS SE ESTRELLAN... CONTRA EL SENTIDO COMÚN
Los documentos Alto Secreto que fueron ampliamente divulgados por los medios de comunicación en el verano de l.987, y que se dijo revelaban que el gobierno de los Estados Unidos había recuperado en secreto un platillo volante estrellado y cuatro cadáveres alienígenas cerca de Roswell (New Mexico) hace cuarenta años, son torpes falsificaciones y así lo ha demostrado el Comité para la Investigación Científica de los Supuestos Hechos Paranormales (CSICOP).
"La evidencia muestra claramente que éstos son documentos fraudulentos", ha manifestado Paul Kurtz, presidente del CSICOP. Los documentos han sido ampliamente divulgados por todo el mundo, siendo objeto de la atención de The New York Times y el popular programa Night Line de la ABC en los Estados Unidos y de la del diario El País y la revista Interviú en España, por citar sólo los medios de mayor repercusión pública en nuestro país. "Esto representa uno de los más deliberados actos de engaño jamás perpetrados contra los medios de comunicación y el público", según Kurtz.
El análisis del tema llevado a cabo por el CSICOP ha sido dirigido por Philip J. Klass, presidente del subcomité Ovni y autor de diversos libros escépticos sobre el tema. El informe final incluye los hallazgos de Jo Ann Williamson, Jefe de la Sección de Consultas Militares del Archivo Militar en Washington D.C.. Los documentos fraudulentos mantienen que poco después de que un platillo volante estrellado y cuatro cadáveres alienígenas fueran recuperados por el gobierno de los Estados Unidos en julio de 1.947, el presidente Harry S. Truman creó un grupo secreto llamado Majestic-12 (MJ-12), formado por doce personalidades científicas del país dedicadas a estudiar la nave y los extraterrestres.
Así, el presidente Dwight D. Eisenhower y todos sus sucesores -incluido Ronald Reagan- fueron capaces de mantener en secreto los
platillos y los cadáveres extraterrestres, a pesar de su incapacidad a la hora de ocultar a la opinión pública los escándalos Watergate e Irangate.
Los documentos del MJ-12 fueron facilitados a los medios de comunicación en mayo por William L. Moore y dos investigadores ovni asociados al primero; Stanton T. Friedman y Jamie Shandera. Parecían confirmar las afirmaciones que Moore y Charles Berlitz hicieron hace años en su libro El incidente acerca de que el gobierno había recuperado un platillo estrellado.
De acuerdo con Moore, las fotografías de los documentos del MJ-12 fueron encontradas en un rollo de película de 35 milímetros no revelado recibido por Shandera en diciembre de 1.984 de un remitente anónimo. Moore sostiene que él, Shandera y Friedman dedicaron más de dos años a comprobar la autenticidad de los documentos del MJ-12 antes de decidir hacerlos públicos recientemente. El ufólogo británico Timothy Good hizo unas declaraciones
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similares, basadas en los mismos documentos, que también recibió de manera anónima.
Moore ha afirmado recientemente que "es nuestra considerada opinión, basada en investigaciones y entrevistas que nos han llevado hasta aquí, que los documentos y sus contenidos parecen ser genuinos. Al menos, es posible establecer con certeza que absolutamente nada que sugiera otra cosa ha salido a la superficie durante nuestra investigación".
Según Moore, esta investigación ha incluido "muchos días... consumidos en peinar los fondos del Archivo Nacional en Washington D.C. y las bibliotecas presidenciales de Truman y Eisenhower...
Las declaraciones de Moore han sido puestas en duda por Klass, miembro del Consejo Ejecutivo del CSICOP, quien ha encontrado la suficiente evidencia en varias semanas como para demostrar que los documentos son falsificaciones. Klass escribió a los directores de la Biblioteca Truman y la Biblioteca Eisenhower para obtener documentos del mismo tipo y consultar con funcionarios del Archivo Nacional que se habían mostrado escépticos acerca del memorando clave.
Moore y Shandera admiten que este memorando es la piedra angular de su posicionamiento a favor de la autenticidad de los documentos del MJ-12: "Por primera vez", de acuerdo con Moore, "tenemos un documento oficial, obtenido a través de un organismo púb1ico que habló acerca del MJ-12". Según Shandera, el memorando "nos brinda una pista evidente que conduce hacia un documento [del gobierno] que se refirió al MJ-12".
Este documento pareció ser una copia de carbón sin firma de un memorando fechado el 14 de julio de 1.954, escrito por Robert Cutler, entonces secretario especial del presidente Eisenhower, al general Nathan Twining, entonces jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. El memorando informaba a Twining de un cambio de último minuto en los planes de una sesión informativa sobre el proyecto de estudios especiales MJ-12 a la que asistirían el presidente Eisenhower y el Consejo Nacional de Seguridad el 16 de julio.
Pero Cutler no pudo haber escrito este memorando del 14 de julio, contando los muy recientes cambios en la agenda de Eisenhower, porque Cutler había partido de Washington once días antes en un largo viaje para visitar las instalaciones militares en Europa y el Norte de África y no volvió a Washington hasta el 15 de julio.
De todo esto fue informado Klass por Martin M. Teasley, director auxiliar de la Biblioteca Dwight D. Eisenhower en Abilane (Kansas), en contestación a una consulta suya. Teasley envió a Klass una copia del informe del viaje que hizo Cutler a ultramar del 3 al 15 de julio, escrito el 20 de julio.
Las sospechas acerca de la autenticidad del memorando surgieron en el Archivo Nacional después de consultas generadas por la publicación de los documentos del MJ-12. El memorando fue encontrado por Moore y Shandera en julio de 1.985 en una caja de entre 126 de lo que una vez fueron documentos de inteligencia de las
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Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos calificados Alto Secreto, cada uno de los cuales tiene un número de registro concedido por las Fuerzas Aéreas antes de ser depositado en el Archivo Nacional. El memorando de Cutler "no posee tal número", de acuerdo con Jo Ann Williamson, Jefe de la Sección de Consultas Militares del Archivo Militar.
Esto instigó al Archivo Nacional a ahondar en el tema. A primera vista, el memorando de Cutler, redactado sobre fino papel cebolla, parecía ser una copia de carbón sin firma anterior a la Era Xerox. Pero los análisis mostraron que no tenía la característica Marca de Agua del Águila de todos los documentos sobre papel cebolla del gobierno tal y como se ha comprobado en otros memorandos de Cutler existentes en la Biblioteca Dwight D. Eisenhower en Abilane (Kansas). Además, las muescas del impacto de los tipos de la máquina de escribir son visibles en el reverso, mostrando que se trata de un original y no de una copia de carbón como parecía en un principio.
El memorando tiene una clasificación de seguridad que dice: Información Seguridad Restringida Alto Secreto, pero esta terminología no comenzó a usarse hasta una década después. Muchas más discrepancias se sacan a la luz en el memorando del Archivo Nacional fechado el 22 de julio de 1.987 y firmado por Jo Ann Williamson.
Shandera le dijo a Klass el 27 de junio que una investigación cuidadosa había confirmado la autenticidad del memorando de Cutler. Manifestó que "nosotros encontramos numerosos memorandos de Cutler redactados con el mismo encabezamiento, la misma máquina de escribir y el mismo estilo".
Pero cuando Klass obtuvo fotocopias de memorandos de Cutler auténticos y cartas escritas durante 1.954 de la Biblioteca Eisenhower, éstos no correspondían a lo afirmado por Shandera. "Es más, las comparaciones casuales de la limpieza y alta calidad tipográfica de estos documentos con la tipografía del memorando de Cutler han sacado a la luz más evidencias de falsificación", ha dicho Klass.
"No hay mayor coincidencia", ha apuntado Klass, "que la que se ha dado cuando este memorando de Cutler ha sido descubierto por Moore y Shandera en el Archivo Nacional." De acuerdo con Moore, cuando él tuvo conocimiento en marzo de 1.983 por mediación de Friedman de que un gran número de documentos de inteligencia de la Fuerza Aérea clasificados Alto Secreto iban a ser desclasificados, pidió al Archivo Nacional que le notificara tan pronto se pudiera acceder a los mismos. Así pues, Moore y Shandera fueron las primeras personas que tuvieron acceso a estos documentos después de que fueran desclasificados.
Otro documento clave, encontrado en el rollo de película de 35 milímetros y dado a conocer por Moore, Shandera y Friedman, que parece ser una carta del presidente Truman creando el grupo MJ-12, es también una falsificación, según Klass. La carta del 24 de septiembre de 1.947 dirigida al Secretario de Defensa James Forrestal -que Moore y Shandera definen como una Orden Ejecutiva aunque no lo es- está clasificado Sólo Ojos Alto Secreto.
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La carta autoriza a Forrestal "a proceder con la debida rapidez y cautela... De ahora en adelante este asunto deberá ser denominado exclusivamente Operación Majestic Doce", es decir, MJ-12. Shandera le informó a Klass que él y Moore habían comprobado meticulosamente la autenticidad de la carta de Truman. "Comprobamos los tipos para determinar el tipo de máquina de escribir... el modo en que se hizo el documento."
Klass pone en duda las afirmaciones de Shandera después de haber comparado el documento con otras cartas de Truman escritas en la misma época de 1.947 a otros miembros de gabinete, conseguidas gracias a Benedict K. Zobrist, director de la Biblioteca Harry S. Truman en Independence (Mo.). El examen de la tipografía y el formato de las auténticas cartas de Truman indica que la carta del 24 de septiembre de 1.947 es una falsificación, según Klass, fabricada mediante la superposición de un mensaje falso en una fotocopia de una auténtica carta de Truman.
Por ejemplo, las auténticas cartas de Truman a miembros del gabinete comienzan: "Mi Estimado Secretario...," y el nombre completo y la dirección del futuro destinatario figuran en el ángulo inferior izquierda de la página. Pero en la carta del 24 de septiembre de 1.947, el falsificador se olvidó de incluir el nombre de Forrestal, título y dirección en el ángulo inferior izquierda y escribió "Estimado Secretario Forrestal" en vez del típico de Truman "Mi Estimado Secretario...".
La fabricación de documentación falsa del gobierno de los Estados Unidos es ilegal, ha apuntado Klass, y piensa que aquellos que han confeccionado los documentos del MJ-12 para embaucar al público y engañar a los medios de comunicación deben ser puestos en manos de la justicia.
Klass ha invitado a Moore y sus asociados a unir sus esfuerzos para alcanzar esa meta y ha manifestado su esperanza de que sean más sensibles que en el pasado a sus peticiones de información que pueda ayudar a precisar la identidad de la persona responsable de la fabricación de los documentos fraudulentos.
Moore ha indicado recientemente que posee documentación adicional referente al asunto del MJ-12, que pronto dará a conocer públicamente. Klass ha dicho que "espera que Moore y sus asociados lleven a cabo un estudio más riguroso sobre la autenticidad de los documentos para evitar una repetición de errores anteriores y volver a embaucar al público".
Basado en el comunicado del Comité para la Investigación Científica de los Supuestos Hechos Paranormales (CSICOP) titulado "Top Secret Ufo Documents Labeled Forgery By Skeptics" (20 agosto 1987).
Versión española de Luis Alfonso Gámez Domínguez.
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LA RELIGIÓN CATÓLICA, EL DIABLO Y LAS PSEUDOCIENCIAS
TRES EJEMPLOS DE CÓMO LA IGLESIA CATÓLICA RECURRE A LA SUPERSTICIÓN Y LAS PSEUDOCIENCIAS CUANDO CONVIENE A SUS INTERESES
Luis Alfonso Gámez Domínguez
El otoño sacó a la luz pública la preocupación existente en el seno de la Iglesia Católica por lo paranormal. Este repentino interés de la Iglesia por lo enigmático se evidenció en un triple frente conformado por libros de texto, programas televisivos y conferencias. Lo peculiar del hecho es que en esta ocasión se puso de manifiesto la aceptación de lo paranormal por parte de la Iglesia, lo que parece indicar que algo está cambiando, ya que no hace mucho tiempo que el todopoderoso Vaticano condenaba públicamente las creencias y prácticas de tipo esotérico.
EL ENIGMA DEL HOMBRE
La religión católica cuenta con un espacio semanal que se emite a través de la Segunda Cadena de RTVE bajo el título de Últimas Preguntas. Su presentador es el sacerdote José María Javierre y el día 28 de septiembre el programa estuvo dedicado al mundo de lo paranormal. En un principio, el tema iba a titularse Brujos, brujas y el futuro; sin embargo, ante la petición de los invitados, se cambió por el más aséptico y engañoso El enigma del hombre.
El espacio se dedicó íntegramente a conciliar la creencia en lo paranormal con la fe cristiana. Para ello, Javierre recurrió a católicos creyentes que tuviesen a la vez creencias de tipo paranormal. Así, intervinieron cinco personas que abogaron por la
compatibilidad del cristianismo y lo paranormal, además del presentador, que no pudo evitar verse contagiado por el entusiasmo y
fervor de sus invitados.
La validez científica de las argumentaciones de los participantes en el programa fue totalmente inexistente, a pesar de que algunos de ellos esgrimieran sus titulaciones académicas y profesionales como pretendida muestra de su rigor, tal fue el caso de Luis Cencillo, catedrático de antropología de la Universidad Pontificia de Salamanca, José María Pilón, parapsicólogo, radiestesista y jesuita, y Teófilo Sevilla, doctor Ingeniero Industrial. Los otros dos invitados le dieron el toque exótico al espacio, no en vano se trataba de dos místicas de la categoría de Pitita Ridruejo y Maritxu, la bruja buena del Ulía.
Al final del programa, cualquier televidente pudo llegar a la conclusión de que la parapsicología era una ciencia empírica, ya que los participantes se encargaron de dar la visión sensacionalista y maravillosa de lo paranormal. Además, durante su intervención, José María Pilón recalcó el hecho de que se habían creado cátedras de parapsicología y astrología en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma.
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Fue, en definitiva, un espacio televisivo más dedicado a la divulgación pseudocientífica.
EL MUNDO DE LOS ESPÍRITUS
El pasado 5 de octubre, se celebró en uno de los salones del Hotel Ercilla de Bilbao la conferencia El mundo de los espíritus, ofrecida por el parapsicólogo, radiestesista y jesuita José María Pilón. El acto abría el curso de la denominada Aula de Cultura de El Correo Español - El Pueblo Vasco, cuya dirección corre a cargo del historiador Fernando García de Cortázar, y tuvo un gran éxito de público. Aunque se había confirmado la asistencia al mismo de Maritxu, la bruja buena del Ulía, como contrapunto (!), a última hora esta pretendida dotada no pudo asistir.
El conferenciante dio inicio al acto con una cita del Proceso a las posesiones y exorcismos de Juan Bautista Cortés, recalcando la existencia de un recrudecimiento del mundo de los espíritus malignos y de la creciente inquietud existente entre los universitarios por el mundo espiritual.
El objeto de la disertación de José María Pilón era intentar responder a la incógnita: ¿existen los espíritus? Y ello hacía necesario afrontar el tema desde tres puntos de vista diferentes: el de la fe, el de la ciencia positiva y el de la parapsicología.
En lo que se refiere a la fe, Pilón centró sus argumentaciones en la religión cristiana por considerar que es ésta la que "ofrece una respuesta más concreta". Así aludió al Concilio Lateranense IV, celebrado en 1.215 y dedicado a la figura del Diablo. En este Concilio se reconoció como dogma de fe la existencia de Satanás y, consecuentemente, de un mundo espiritual invisible. Ya en este siglo, el Concilio Vaticano I confirmó lo acordado en 1.215 y Pablo VI afirmó que quien rehusara reconocer la existencia del Diablo estaría fuera del marco de la Iglesia. En 1.975, la Congregación para la Doctrina de la Fe, es decir, la moderna Santa Inquisición, hizo público un documento sobre fe cristiana y demonología. Y más recientemente, en 1.986, Juan Pablo II durante unas explicaciones del Credo habló de la existencia de ángeles buenos y malos. De todo esto, se deduce que la fe ha ofrecido ya una respuesta a la pregunta planteada: los espíritus existen.
La ciencia positiva fue objeto de una breve referencia por parte de José María Pilón, quien en un principio había dicho que "no puede demostrarse a nivel científico la existencia de los espíritus, porque el mundo espiritual es un mundo de creencias". Ello no fue obstáculo para que en el transcurso del acto dijera cosas tan contradictorias como: "la ciencia positiva no puede afirmar ni negar, ya que las realidades parapsicológicas trascienden a los postulados de la pura física, aunque la ciencia moderna se inclina por la aceptación de la parapsicología". ¡Curioso! Resulta que el mundo espiritual no es objeto de la ciencia sino de la parapsicología, disciplina de carácter trascendente que tiene por objeto una creencia, pero por otro lado la parapsicología está siendo aceptada por la ciencia moderna. Estas revelaciones de Pilón no dejan de ser contradictorias y faltas de todo sentido, si tenemos en cuenta sobre todo que apoyó sus argumentaciones en
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opiniones particulares de científicos creyentes y las expuso como si se tratara de lo que piensa la ciencia.
En lo que se refiere a la parapsicología, José María Pilón manifestó que se trataba de la "ciencia de lo paranormal, experimental y crítica". ¿En qué quedamos: es la parapsicología una disciplina que trasciende o es una ciencia? Si es lo primero, ¿porqué ese deseo por aportar pruebas de una fe? Si es lo segundo, ¿cuándo van a dejarse los parapsicólogos de lucubrar y van a mostrar una sola prueba? En este apartado, el conferenciante expuso la opinión y trabajos de expertos como Germán de Argumosa y Hans Bender. La parapsicología estudia el mundo de los espíritus, luego reconoce la existencia de un mundo invisible e intangible que actúa sobre la realidad material. Los rigurosos métodos de investigación de Pilón y su equipo de investigadores serios llegan en ocasiones a requerir de algo tan científico como la celebración de una misa para que cesen las apariciones de un espectro.
Al concluir su exposición, José María Pilón recalcó la complementariedad que podía existir entre la respuesta de la fe y la de la parapsicología, vinculando las manifestaciones paranormales a Dios o los ángeles buenos y al Diablo o los seres malignos. Para demostrar el carácter científico de sus afirmaciones, dio a conocer la existencia de una tesis doctoral en Teología -¡ciencia empírica dónde las haya!- presentada en la Universidad Pontificia de Salamanca titulada: ¿Pueden las almas de los muertos aparecerse a los vivos y tener trato con ellos? Y añadió que la Universidad Pontificia Lateranense de Roma cuenta desde hace poco con una cátedra de parapsicología y otra de astrología.
CURIOSIDADES CIENTÍFICAS
Otro asunto no menos grave es el que llegó a mi conocimiento de la mano del miembro de ARP José Luis Gutiérrez Esturo, quien en unos grandes almacenes encontró un libro de religión en el que se hablaba del sudario de Turín y el ayate de la Virgen de Guadalupe desde un punto de vista científico. [1]
El libro en cuestión es un texto preparado para 1º de BUP, aprobado por la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, en cuyas páginas aparecen imágenes del sudario de Turín y textos en los que se presenta como ciencia la pseudociencia.
Así, nos encontramos con que los autores no dudan a la hora de recurrir a escritores como Kenneth Stevenson, Gary Habermas y Juan José Benítez a la hora de hablar del sudario de Turín y el ayate de la Virgen de Guadalupe como pruebas de la fe. Esto, unido a manifestaciones de Juan Pablo II como la que reproducimos seguidamente, desvirtúa la realidad de una manera preocupante, dando a entender a los más jóvenes que las afirmaciones de los autores antes citados tienen alguna valía científica.
"El Misterio Pascual ha encontrado aquí algunos de sus más espléndidos testigos y apóstoles... Y es que no podía ser diversamente tratándose de la ciudad que atesora una Reliquia tan insólita y misteriosa como la Sábana Santa, ese extraordinario testigo -si hemos de aceptar los argumentos de tantos hombres de ciencia- de la Pascua: de la Pasión, de la Muerte
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y de la Resurrección. Testigo mudo, pero al mismo tiempo asombrosamente elocuente." [subrayado del autor.]
Juan Pablo II
Es evidente, pues, que la Iglesia Católica está introduciendo en sus libros de texto aseveraciones pseudocientíficas con la única intención de dar a algunos de sus dogmas carta de verosimilitud. El problema reside en que esos libros van a ser empleados en la educación de los más jóvenes y se van a introducir en la mente de éstos ideas pseudocientíficas como si fueran realidades comprobadas y aceptadas por la comunidad científica mundial.
ALGO ESTÁ CAMBIANDO
No cabe la menor duda, algo está cambiando en el seno de la Iglesia Católica. Mientras la Congregación para la Doctrina de la Fe condenó recientemente la fecundación artificial con su Instrucción sobre el respeto de la vida humana naciente y la dignidad de la procreación, representantes de todas las jerarquías vaticanas no dudan en reconocer la existencia de lo paranormal y admitir que no existe contradicción alguna entre las creencias paranormales y las cristianas. ¿A qué se debe este súbito cambio? ¿Porqué ha de ser objeto de la atención de los escépticos?
Un número creciente de católicos está interesado por el mundo de lo paranormal y la Iglesia no quiere que se aparte de su seno. La única manera de evitarlo es conciliar lo cristiano y lo paranormal. Además, ¿no es lógico que la Iglesia fomente lo paranormal cuando muchos de sus dogmas se asientan en fenómenos de ese tipo? ¿Hasta qué punto sería oportuno negar la existencia de fantasmas o espíritus y reconocer apariciones marianas? Es decir, desde un punto de vista racional, ¿existe alguna diferencia entre la aparición de la Virgen en Lourdes y un poltergeist?
En lo que respecta a la ciencia, nada ha cambiado. La Iglesia sólo se refiere a ella cuando conviene a sus intereses. El estudio del sudario de Turín del que habla Juan Pablo II es el exótico análisis del STURP, no el pormenorizado trabajo científico de Joe Nickell. Una vez más, la religión se considera la única capacitada para poner límites a la ciencia y a las ansias humanas de conocer.
Este cambio en la actitud de la Iglesia Católica ha de ser objeto de nuestra atención. La religión está divulgando pseudociencia y ofreciendo a los más jóvenes pruebas científicas de la resurrección de Jesucristo que sólo existen en las calenturientas mentes de autores sensacionalistas; está manipulando la ciencia a su gusto y divulgando pseudociencia sobre la que fundamentar sus credos. Eso es algo que nos atañe a todos los escépticos y requiere que no nos quedemos con los brazos cruzados.
NOTAS
[1] Cases Martín, Enrique; Abad Toribio, Remigio; Augusto González, Luis: Jesucristo, redentor del hombre. -Editorial Casals.- Barcelona 1.983.- 360 págs..
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LIBROS
LOS NIÑOS DE URANIA
Schatzman, Evry: Los niños de Urania. En busca de civilizaciones extraterrestres. -Trad. de Matoya Wulff.- Editorial Salvat (Col. "Biblioteca Científica Salvat", Nº 90).- Barcelona 1.987.- 208 págs..
Félix Ares de Blas
Es ésta una obra de divulgación en la que el autor, presidente de la Asociación de Físicos Franceses, miembro de la Unión Racionalista y del Comité para la Investigación Científica de los Supuestos Hechos Paranormales (CSICOP), reflexiona, en general, sobre la posibilidad de vida en el universo y, en particular, sobre la vida inteligente, las civilizaciones tecnológicas y la viabilidad de un contacto con ellas.
Al acabar de leer el libro, me ha quedado la sensación de que no es un libro magnífico, pero que podría haberlo sido. Para mi gusto, dada la cantidad de temas que trata, es excesivamente corto. Además, los capítulos no están en el orden ni con la organización ideales.
No obstante, hay una cantidad importante de datos, muchos de ellos tan nuevos que todavía no es posible encontrarlos en ninguna otra obra de divulgación escrita en español.
En la introducción, en una pocas páginas, Evry Schatzman hace un buen resumen de la evolución, en toda Europa, y de la idea de la pluralidad de mundos habitados desde Epicuro a Monod, pasando por Kepler y Giordano Bruno. Hay observaciones obvias, pero que yo nunca había visto escritas. Así habla, por ejemplo, de que la repercusión que tuvo la emisión radiofónica en Nueva York, por parte de Orson Welles, de la obra de H.G. Wells La guerra de los mundos "no habría tenido lugar sin un fenómeno cultural latente, [1]
[1] En varias obras semi-inéditas en las que el autor de la presente crítica ha participado como coautor, "Análisis de 30 años de observaciones ovni" (David G. López. F. Ares y A. Salaverría; en Actas del Primer Congreso nacional de Ufología: editado por Stendek-CEI Barcelona 1.978), Nuevas caras para los viejos dioses (M.C. Garmendia y F. Ares; edición de los autores, San Sebastián 1.975), etc., sí que se menciona este hecho atribuyéndole gran importancia en el nacimiento y evolución del mito ovni.
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presente ya en un buen número de personas: el convencimiento de que existen civilizaciones extraterrestres y de que sus vanguardias pueden aparecer cualquier día sobre la tierra".
En el segundo capítulo, Schatzman analiza los condicionantes que debe tener un planeta para que pueda soportar la vida tal como la conocemos y calcula el número de planetas habitados que puede haber en nuestra galaxia, basándose en las modernas teorías (1.986) sobre el origen planetario.
El tercer capítulo, titulado "Del medio abiótico a la civilización", para mí, que no soy biólogo, es el mejor conseguido. Da datos muy completos sobre el código genético. Por ejemplo, reproduce toda la tabla que relaciona cada triplete de nucleótidos ribonucleicos con un aminoácido o con un signo de puntuación. En el texto, menciona la redundancia existente, desde la óptica de la teoría de la información, en el código genético; pero nos quedamos con las ganas de saber cómo se utiliza dicha redundancia para proteger al proceso de copia contra errores y cuál es el uso de los signos de puntuación.
También merece la atención del autor, de pasada, la teoría de la formación de las primeras moléculas autorreproductoras en medios arcillosos, que hemos visto mencionada últimamente en varios sitios. Nos hubiera gustado que Schatzman hubiese dedicado un poco más de espacio al tema, para ver si por fin llegábamos a entenderlo.
El cuarto y último capítulo nos da una visión de las posibilidades de contacto con las civilizaciones extraterrestres. De entrada, el autor rechaza la hipótesis de los ufólogos de que ya hemos sido visitados por seres del espacio que vienen en ovnis, dando una selecta bibliografía al respecto: Klass, Scheaffer, Monnerie, Barthel y Brucket, Menzel, etc... A continuación, explora, de un modo que intenta ser imparcial, posibles métodos de contacto como son emisiones de radio, de las que se discute las frecuencias idóneas; emisiones de haces de luz láser; de sondas automáticas, etc.
Al final, Evry Schatzman no se decanta ni a favor ni en contra de que el contacto tenga lugar algún día:
"Cada una de estas visiones [la optimista y la pesimista] lleva a una explicación de la ausencia de contacto con las CET [Civilizaciones ExtraTerrestres].
"A cada uno su verdad."
En definitivas cuentas, un libro que podría haber sido mucho mejor, pero que merece la pena leer.
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DESDE EL SILLÓN ESCÉPTICO, RECOMENDAMOS:
ARTÍCULOS
Bohoslavsky, Mario: "El escándalo del Coloso de Rodas". -Algo, noviembre 1.987, 22-23.- Breve artículo en el que el autor se hace eco de la noticia que a mediados de julio sacudió Europa: se había encontrado una de las manos del Coloso, sumergida en las inmediaciones del puerto de Rodas. La información oficial tenía su origen en el Ministerio de la Marina Mercante griego y la noticia no hubiera resultado sospechosa sino llega a ser porque la expedición había contado con la colaboración de un dotado y los restos del Coloso eran de piedra y no portaban vestigios algunos de su larga permanencia bajo el mar. Poco después, la prensa se hizo eco de que en realidad se trataba de un bloque "de una construcción de hace algunas décadas, echada al mar para proteger de la erosión la costa".
Fernández Fernández, Álvaro: "Ciencias ocultas". -La Tarde, 10 de noviembre de 1.987.- Réplica racionalista a la irracionalidad que tan libremente cabalga por la mayoría de los medios de comunicación. El autor muestra tres ejemplos que evidencian lo pseudocientífico de algunas afirmaciones de lo paranormal: los amuletos, la astrología y los poderes de Uri Geller. Resulta muy interesante y esclarecedor para hacerse una idea de por qué la ciencia tiende a considerar lo paranormal como sinónimo de falsa ciencia.
Guerra Garrido, Raúl: "La rebelión de los escépticos". -En "Tertulia de rebotica".- El Farmacéutico, 98.- Exposición de las ideas que generaron la creación de ARP. El autor se hace eco de la labor llevada a cabo por la asociación y dice que ésta "lo que pretende es acabar con la medievalista ola de pseudociencias que nos invade de la mano de unos cuantos sacacuartos y engañabobos". Raúl Guerra Garrido puntualiza como no fueron "los escépticos quienes actuaban de acusadores ante la Inquisición, sino, al contrario, los crédulos convencidos de la existencia de las brujas".
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Irish Skeptics: "Mark Plummer on the Gay Byrne Show". -The British & Irish Skeptic, Vol. 1, Nº 4 (julio-agosto 1.987), 8-10.- Transcripción de la entrevista realizada a Mark Plummer, Director Ejecutivo del CSICOP, en un programa de radio en Irlanda. El interés del artículo radica en la facilidad de que hace gala Plummer a la hora de dar una visión equilibrada y atractiva de la labor de las asociaciones escépticas. Además, algunas de las argumentaciones esgrimidas por el entrevistado pueden resultar útiles a cualquier racionalista.
Rituerto, Ricardo M.: "La inextinguible sombra de `Nessie'". -El País, 12 octubre 1.987.- Después de haber gastado más de doscientos millones de pesetas y haber prometido dar con pruebas que apoyaran la existencia del monstruo del lago Ness, los criptozoólogos han sido incapaces de cumplir lo prometido. Tres días de búsqueda, durante los que se emplearon veinticuatro lanchas provistas de sonar, no han podido demostrar que el escéptico Steuart Campbell no tenga razón al pensar que Nessie no existe y haber plasmado su opinión en su libro The Loch Ness Monster: The Evidence.
Sanz Larrínaga, Víctor Javier: "En defensa de la razón: el fraude de la Sábana Santa". -En "Polémica". El Médico, 11 septiembre 1.987, 76-87.- Respuesta al artículo del doctor Marino Molina Páquez "La maravillosa complejidad de las imágenes de la Sábana Santa" publicado en esta revista como réplica al de Víctor Javier Sanz Larrínaga "La Sábana Santa: ¿ciencia o fraude?". Víctor Javier Sanz Larrínaga, Félix Ares de Blas, Jesús Martínez Villaro y Luis Alfonso Gámez Domínguez muestran todas las pruebas que indican que el sudario de Turín es obra de un falsificador medieval. Mezclando rigor e ironía, los autores desmontan la mitología que ha surgido alrededor de la pretendida reliquia y llaman la atención, por primera vez en España, sobre la invalidez del análisis del Carbono-14 que se está llevando a cabo actualmente sin supervisión escéptica, cuyos resultados se harán públicos el domingo de Pascua de 1.988, lo que ya de por sí es harto sospechoso.
Yárnoz, Carlos: "`Ovni', destino Siberia". -El País, 14 junio 1.987.- El 5 de marzo de 1.979 tuvo lugar un extraño fenómeno en las proximidades de las islas Canarias que, observado por centenares de testigos, fue interpretado por el ufólogo Juan José Benítez como la observación de "un vehículo espacial ajeno a la Tierra". El suceso fue explicado por Antonio Ribera y Vicente-Juan Ballester como el lanzamiento de un misil desde un submarino. Un análisis fotográfico efectuado en Estados Unidos reveló que Benítez estaba confundido. A pesar de todo, el conocido periodista ignoró la explicación que hacía referencia a un misil y siguió abogando por la nave extraterrestre. En 1.982 anunció la preparación de un libro que iba a contener un minucioso estudio de los hechos. Un informe del Ejército del Aire español, que se dio a conocer a la prensa a principios de junio, ha revelado que los ovnis de Canarias fueron en realidad dos misiles lanzados desde un submarino soviético con destino a Siberia. Una vez más, ante la evidencia, Benítez ha dado la callada por respuesta.
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