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ARP
La Alternativa Racional.

Boletín No. 27.

LAR
Bunch y White. El enigma de las luces fantasmas de Colorado.
Lett. La persistente popularidad de lo paranormal.
Gámez. El retorno de los dragones voladores.
Pujales. La astrología en las aulas.
Armentia. VITALISMO: Un paradigma en cambio.
Nº 27
Invierno 1992
P.V.P: 500 Pts.
La Alternativa Racional
P-Portada

LA ALTERNATIVA RACIONAL.
Órgano informativo de la asociación Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP)
Depósito Legal: BI. 11-1986
Edición y maquetación:
Ares de Blas, Félix
Martínez Villaro, Jesús
Impresión:
Imprenta KOPIAK
c/ Máximo Aguirre, 23
48010 BILBAO
Precio de suscripción:
España y Portugal: 2000 Pta.
Resto del mundo: 26 ECU o US$35.
Dirección Postal:
Apartado de Correos 904
28080 Donostia-San sebastián
E-Mail
Ares_Felix_ARP@euskom.sprite1.es
Nº Registro estatal: 71.144
Presidente:
Ares de Blas, Félix
Vicepresidentes:
Armentia, Javier E.
Martínez Villaro, Jesús
Directora Ejecutiva
Quintana Álvarez, Mercedes
Coordinadores de Zona:
Naranjo Fernández, Gabriel
Sabadell Melado, Miguel A.
Asesores:
Bohoslavsky Rojlin, Mario
Caba Martín, Pedro
Fernández Ferndz, Álvaro
Sanjuán López, Andrés.
Sanz Larrínaga, Víctor
Toharia Cortés, Manuel
Asesor jurídico:
Gómez Reimóndez, Alberto
Dibujos:
Ares, Félix
Armentia, Javier
Fernández de Q., Aitor
Vizcarra, Antonio
La Alternativa Racional mantiene intercambio de contenidos con otras
publicaciones escépticas de asociaciones reconocidas por el CSICOP. Fuera del margen arriba indicado, queda prohibida la reproducción total o parcial de contenidos sin la previa autorización expresa de los editores o de los autores.
La Alternativa Racional no se identifica necesariamente con las opiniones de los artículos firmados, que pertenecen a la exclusiva responsabilidad de los autores.
Socios de Honor:
Benski, Claudio (físico, estadístico)
Broch, Henri (físico)
Bueno, Gustavo (filósofo)
Bunge, Mario (filósofo)
Kurtz, Paul (filósofo)
Número 27
Año VII
Diciembre de 1992
Editoral: Un cambio de rumbo........................3
Pensamientios medievales, hoy. Se dice, se ve, se oye..........4
El enigma de las luces fantasmas de Colorado........5
La persistente popularidad de lo paranormal.........9
El retorno de los dragones voladores...............17
Tres hombres y un espectro.........................23
La astrología en las aulas.........................25
Vitalismo: un paradigma en cambio..................30
Exposición denegada por principios parapsico-lógicos...........33
Desde el Sillón escéptico recomendamos:............45
Alternativa Racional a las Pseudociencias
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EDITORIAL
UN CAMBIO DE RUMBO
FÉLIX ARES DE BLAS
Hace algo más de siete años que comenzó esta loca aventura que llamamos LAR. Desde entonces han cambiado muchas cosas. Por ejemplo, en los primeros números se trataba de investigar con objetividad el tema ovni, ahora dicho tema es marginal y con tendencia a desaparecer.
Al principio tuvimos que ser muy duros. Necesitábamos hacernos con una identidad. Decíamos que queríamos investigar racionalmente y con
objetividad el tema ovni; pero eso era decir muy poco; todos -insisto: TODOS- los grupos que conozco dicen estudiar con objetividad y escepticismo. Todavía no conozco a nadie que no se considere escéptico ante la investigación ovni o parapsicológica
Es más, últimamente cuando una persona empieza a hablarme y me dice no, si yo también soy escéptico me pongo a temblar. Lo más probable es que la siguiente frase sea una payasada de mucho cuidado.
Este hecho nos obligó a mantener una línea editorial muy rígida. No podíamos permitirnos la veleidad de tocar temas que se alejasen de la
identidad corporativa que se estaba formando.
Poco a poco esto ha cambiado. Hoy nadie nos confunde con un grupo más de investigación de fenómenos paranormales. La apoteosis del Curso de ovnis de la Universidad Complutense en El Escorial ha representado un hito importante. Las llamadas que nos han hecho los medios de
comunicación con posterioridad nos demuestran que nuestra imagen está perfectamente consolidada. Me resulta curioso y fascinante pensar que las declaraciones de los últimos meses de J.J. Benítez hayan
contribuido notablemente a esa consolidación.
Otro hito importante lo constituyen las cartas de nuestros lectores diciendo que les sobra el tema ovni y que deberíamos tocar más la cuestión religiosa, desde un punto de vista crítico.
Creo que ha llegado la hora de dar un golpe de timón y permitir que la revista evolucione con más libertad. Hasta ahora los temas que tocábamos estaban muy restringidos debido a esa intención de crear una imagen; y alguna vez nos hemos visto obligados a rechazar algún magnífico articulo por el mero hecho de que no entraba de lleno en los
temas de nuestra revista.
Ahora bien, ¿cuáles son los temas de LAR? El Sr. Souto, desde La Coruña, nos decía que debíamos llamarnos Alternativa Racional al Pseudoconocimiento, debido a la diversidad que pueden llegar a
alcanzar los temas de que os ocupáis.
Pues bien, ¡adelante! LAR la hacemos todos. Estamos dispuestos a ser mucho más liberales y a considerar la publicación de cualquier artículo que nos enviéis. Vuestras colaboraciones marcarán el nuevo
rumbo de LAR.
Estamos seguros de que recibiremos muchas cosas con las que no estaremos de acuerdo y otras que crearán polémica. Pero si cumplen nuestros estándares de calidad serán publicadas.
Esperamos vuestros trabajos.
Para acabar quiero pedir perdón a aquellos amigos que nos enviaron sus escritos con ilusión, pero que por las circunstancias ya expuestas no
fueron publicados.
Un abrazo.
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PENSAMIENTOS MEDIEVALES, HOY
SE DICE, SE VE, SE OYE

MERCEDES QUINTANA

Biógrafo de Escrivá de Balaguer, hablando sobre sucesos que podían considerarse milagros:
“Tendría que demostrarse con hechos físicos. Por ejemplo, perder una lentilla en la playa y encontrarla”
(Telenoticias de Telemadrid, 18-5-92).
Arzalluz, en entrevista para EL PAÍS Dominical (24-5-92):
"El radicalismo nacionalista no es una cuestión de ideología, lo es de
biología, de forma de ser"
EL PAÍS Dominical (3-4-92) sección de belleza comentando las propiedades de la acupuntura:
"Además, cada parte de la cara que sea accionada mediantes las agujas o digitopuntura estimula un órgano del cuerpo. Un ejemplo: el pómulo derecho corresponde al hígado"
.... SI CREÉIS QUE "PENSAR ES A CEREBRO LO QUE RESPIRAR A PULMÓN", YA PODÉIS EMPEZAR A CAMBIAR DE OPINIÓN. ¡ESTAMOS DOBLEMENTE EQUIVOCADOS!...
No sufra. Las consecuencias de sus actos las tiene integradas en su ser -esto es un hecho- pero puede liberarse de su lastre no arrastrando la “idea” de su pasado, ni atenazándose con la "idea" de su futuro. Viva el momento presente. La energía fluye naturalmente y naturalmente nos relaja mientras no nos agarremos a ninguna resistencia. VIVA SU RESPIRACIÓN, que su conexión real con la expansión y contracción del universo -CUANDO VD. RESPIRA EL UNIVERSO
RESPIRA-. En la expiración deje ir toda su tensión, agotándose en el abandono. Y deje fluir nuevamente la inspiración libre. En ese
momento su ser es nuevo, con la inmediata interrelación del entero universo y la vida está por estrenar. Y así cada instante. Cada
instante es absolutamente el instante (lo único que poseemos ¡tan fugaz!). El absoluto no tiene espacio fuera de sí mismo para manifestarse. Somos manifestación del absoluto en el absoluto de
cada instante. No se agarre al instante que se ha ido: suéltelo. ¡VIVIENDO EL INSTANTE PRESENTE SE ES LIBRE! Compruébelo...
Dejándose morir con el instante que pasa se resucita con el instante que viene: éste es el eterno presente, y ése es el gozo de vivir (porque está integrada la vida y la muerte)
Esta fluidez es liberación de la fijación del egoísmo -auténtico lastre-.
Este Shiatsu sirve para vivenciar esa dinámica.
(Texto del folleto publicitario de un centro de digitopuntura, recogido recientemente en una FARMACIA de Madrid).
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EL ENIGMA DE LAS LUCES FANTASMAS DE COLORADO
UN MISTERIO ESPECTRAL DEBIDO A LA REFLEXIÓN


KYLE J. BUNCH Y MICHAEL K. WHITE

Al pie de las montañas de la Sangre de Cristo, en el húmedo y montañoso valle de Colorado, se encuentra un pequeño pueblo minero de unos 130 habitantes. Antiguamente, Silver Cliff fue la tercera ciudad más grande de Colorado, contando en sus buenos tiempos con una población de más de 10.000 habitantes.
Hoy las luces fantasmas del viejo cementerio son la principal atracción de la zona y se cuenta que las almas de los viejos mineros
bailan entre las tumbas. El cementerio no es difícil de encontrar, estando situado a una milla de distancia del pueblo, junto a una polvorienta carretera. En dirección norte se halla la ciudad de West Cliff, cuyas luces se proyectan brillantemente en el cielo en claro
contraste con la total oscuridad que envuelve el cementerio hacia el sur.
La gente de la zona hace tiempo que da por sentado que las luces han elegido aparecer aquí, unas veces como esferas azules que parecen danzar, otras como puntos blancos que se alejan si uno intenta acercarse, pero siempre como algo intrínsecamente inexplicable.
Hoy las luces fantasmas del viejo cementerio son la principal atracción de la zona y se cuenta que las almas de los viejos mineros
bailan entse las tumbas. Aquellos que se ríen de los fantasmas, dan la típica explicación de que lo que se ve son las luces de la ciudad
reflejándose en las lápidas. Pero incluso esa gente parece albergar dudas acerca del origen del fenómeno y piensa que quizá haya algo
más allá de la explicación superficial.
Por si fuera poco, el National Geographic hizo mención de las luces en su ejemplar de agosto de 1969, cuando uno de sus periodistas en su viaje a través de Colorado, investigó el cementerio y vio desde luego
algo que no pudo explicar. Esta pequeña mención acerca del cementerio habría sido olvidada de no ser por el cartel, toscamente rotulado, que se encuentra en su entrada:
Cementerio de Silver Cliff
Fundado en 1.878
Famoso por sus luces fantasma de la que dio cuenta el National Geographic.
Se ha dicho que una vez se apagaron todas las luces de la ciudad para refutar la teoría de los fantasmas, pero que aún así las luces espectrales aparecieron con mayor brillo si cabe.
Para ver qué había de verdad en todas esas historias y explicaciones, decidimos pasar tres noches en el cementerio, con la esperanza de
poder ver el fenómeno.
Habiendo crecido en la cercana ciudad de Pueblo, Colorado, ya habíamos tenido ocasión de dejarnos seducir por el aura de misterio que rodeaba a las luces fantasma. De niños, la tentación de ver auténticas luces fantasma en un viejo cementerio era demasiado buena para ser verdad. Desgraciadamente, a través de los ojos asustados de dos niños de doce años, cualquier fenómeno inusual no puede ser atribuido más que a un fantasma. Realmente, dado el lugar y la expectativa creada no es extraño que incluso los adultos que nos acompañaban empezaran a ver cosas raras.
Así que allí estábamos, sentados en un cementerio sumido en la oscuridad, una fría
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noche de septiembre. Las luces empezaron a aparecer, débilmente en un principio pero aumentando en intensidad a medida que el sol se ocultaba tras las montañas. La mayoría de las luces eran puntos bien definidos, que con ayuda de una linterna se pudo determinar que su origen era la superficie de las lápidas. Al aproximarnos, sin embargo, las luces parecían retroceder o incluso desaparecer por completo. Daban la impresión de tener algún tipo de inteligencia por la forma en que oscilaban y danzaban.
Afortunadamente para explicar la naturaleza espectral de las luces se necesita poco conocimiento de lo paranormal. Con algunas nociones de física de escuela secundaria, psicología humana y sentido común, todos los efectos que observamos pueden ser fácilmente explicados. De hecho, el fenómeno puede ser resumido en una palabra: reflejos. Examinemos los mecanismos que se encuentran tras esas luces fantasma.
El material de las lápidas es esencialmente mármol blanco o negro cuya superficie frontal es lisa, mientras que su parte superior es curva. La parte frontal de las lápidas está pulida uniformemente. Quizá no reparemos en ello en un primero momento, pero incluso el mármol blanco puede servirnos como un tosco espejo si su superficie es lo suficientemente lisa. Asimismo la luz se reflejará en su totalidad si incide en el mármol en un ángulo lo suficientemente oblicuo. Por ejemplo, si proyectáramos un haz de luz directamente perpendicular sobre una lápida de mármol negro, la luz sería absorbida en su mayor parte. Si inclináramos la linterna hacia uno u otro lado,
descubriríamos un ángulo en el cual la luz se reflejaría. Este efecto es fácil de observar en el agua. Hasta un lago de aguas turbias reflejará el cielo si la luz incide en un ángulo oblicuo (el llamado ángulo crítico en física). De hecho habrá una serie de ángulos donde la reflexión será casi perfecta.
Sigamos. Si examinamos la forma de las lápidas descubriremos algunos efectos singulares. La parte fontal de una lápida típica es plana, con lo cual es fácil entender la reflexión en su superficie. Las imágenes reflejadas en ángulos oblicuos se alargan, los puntos de luz se convierten con facilidad en borrones y rayas. Si además la lápida es lisa pero no completamente plana, el reflejo en su superficie se
convierte fácilmente en una imagen que parece danzar cuando el que observa se mueve.
Los reflejos en la parte superior de la lápida se comportan de distinta forma a los que se producen en su parte frontal. La mayoría de la gente puede distinguir un reflejo en una superficie plana y así los que ven las luces explican, aunque no muy convencidos, que éstas son debidas a la reflexión. Pero cuando la gente ve e1 comportamiento inconsistente de esas luces, entonces piensa que el motivo es algo inexplicable. Este otro fenómeno también puede ser explicado como reflexión, esta vez en una superficie curva. En la casa de los
espejos de cualquier parque de atracciones se consiguen efectos extraordinarios con espejos de superficies deformadas. Un espejo cóncavo puede intensificar una reflexión hasta cierto punto, mientras que otro convexo puede distorsionar cualquier fuente de luz y transformarla en un borrón informe. Lo que es más importante, la luz reflejada en la parte superuor de las lápidas en ángulo oblicuo parece
moverse de una forma distinta a la que se refleja en la parte frontal. Dado que la superficie de las lápidas es tan limitada, los reflejos
sólo pueden verse en un radio de acción muy reducido, con lo cual esos reflejos no serán
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vistos con facilidad, dando la impresión de que el efecto es fugaz y misterioso
Cuando visitamos el cementerio, las luces de la ciudad, a lo lejos, parecian focos destacando con fuerza sobre cualquier otra luz de
los alrededores. Pudimos colocamos en una posición desde la cual lográramos obtener un reflejo de las luces de la ciuda. Como hemos
dicho anteriormente, el fenómeno ha sido observado incluso cuando éstas se encontraban apagadas. Incluso, algunas de las historias sobre luces fantasma datan de finales del siglo pasado, con lo cual, la causa que las produce debe buscarse en otro sitio.
Aquí es donde entra en juego la madre naturaleza. Una vez lejos de la ciudad, la oscuridad es total hasta que mirando por encima del horizonte encontramos unos focos que nada tienen de artificiales: las estrellas. Las noches en que vimos las luces fantasma no había luna llena y las estrellas brillaban con tal esplendor que es increíble que otros investigadores hubieran pasado por alto este hecho. La gente que vive en la ciudad puede tener sus dudas de que las estrellas sean lo suficientemente brillantes como para producir tal efecto, pero en las montañas de Colorado, no existe la polución y su elevada altitud representa una menor capa atmosférica, lo cual facilita el viaje de la luz. En estas condiciones es frecuente que las luces fantasma aparezcan en cualquier parte del cementerio sin necesidad de fuentes de luz artificiales.
Cualquiera que sea el origen de las luces en una noche determinada: la ciudad, las estrellas o la luna, se pueden observar dos efectos. A primeras horas de la noche, el suelo calentado a lo largo del día por el sol, todavía se está enfriando. La temperatura de la atmósfera fluctúa motivando que esas fuentes de luz parpadeen con lo que las reflexiones parecen danzar. Además, cuando el cementerio está sumido en la más completa oscuridad, todas las referencias visuales desaparecen. Un punto de luz parece desplazarse debido a movimientos inconscientes del ojo. El efecto es a menudo el causante de que se
informe de OVNIS moviéndose de forma inusual en el cielo. Por último no deberíamos olvidar el principal motivo de la existencia de las luces fantasma de Silver Cliff: el psicológico.
Hay que reconocer que estando en medio de un oscuro cementerio donde las historias
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de luces fantasma predominan, esperábamos ver algo y no fuimos decepcionados. Es fácil perder toda objetividad teniendo ante ti esas
traviesas esferas luminosas, pese a que como adultos deberíamos tener la lección aprendida. Durante muchos años la mística del cementerio de Silver Cliff ha tenido un gran peso ante cualquier intento objetivo de examinar las posibles causas de la existencia de esas luces.
El lugar tiene una innegable aura de misterio, pero la única cosa misteriosa que pudimos ver estando allí, fue un ramo de flores fresco
adornando la tumba de un bebé muerto en 1927 a las dos horas de nacer.
Está claro que las luces no son el único misterio que encierra ese cementerio.
Trad. de Antonio Vizcarra
Original: Copyright de Skeptical Inquirer
Traducción: Copyright de LAR.
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LA PERSISTENTE POPULARIDAD DE LO PARANORMAL
James Lett
James W. Lett es profesor de antropología en la Escuela Superior Indian River Comunity, Ft. Pierce, Florida. Es autor del libro The Human Enterprise: A Critical Introduction of Anthropological Theory. El presente trabajo ha sido anteriormente publicado en SKEPTICAL INQUIRER, Vol. 16, nº4. Summer 1992
Las creencias paranormales están firmemente atrincheradas en nuestra sociedad. Una abrumadora mayoría entre los americanos mantienen al menos alguna creencia irracional, anticientífica y sinsentido (Gallup y Newport 1991), y el nivel de creencias paranormales en los Estados Unidos parece actualmente estar incrementándose (Frazier 1987). La ironía, por supuesto, es que ninguna cultura en la historia de la humanidad ha poseído un bagaje de conocimientos mayor, más preciso y más firme acerca del universo.
Esa ironía está bien recogida por el físico Victor Stenger, que ofrece una crítica exhaustiva de las pretensiones trascendentales en su reciente libro Psysics and Psychics. Stenger (1990: 298) dice que está sorprendido de que tanta gente en una nación moderna como Los Estados Unidos todavía considere seriamente lo paranormal, añadiendo a continuación que se estremece por lo que este hecho implica sobre el estado general de la educación científica en América.
Como educador en materia científica, coincido con el Profesor Stenger en lo referido al deplorable estado de la educación científica en mi país. Esta preocupación me ha llevado a desarrollar un curso en mi escuela superior denominado La antropología y lo paranormal, con el cual pretendo enseñar a los alumnos los fundamentos del pensamiento
crítico (Lett 1990). Como antropólogo, sin embargo, no me sorprende nada la popularidad de lo paranormal, y soy consciente de que todos mis esfuerzos, así como el de todos los científicos y escépticos del mundo, apenas disminuirán apreciablemente el nivel de creencias en lo paranormal.
Para comprender por qué esto es asi, simplemente tiene que ojear las razones reforzantes que proporcionan popularidad a lo paranormal. Estas razones están bien definidas por los antropólogos y son ampliamente apreciadas por otros muchos escépticos (ver, por ejemplo, Singer y Benassi 1981; Kurtz 1984; Asimov 1986) En resumen, la popularidad de lo paranormal en los Estados Unidos puede atribuirse a cuatro factores fundamentales: la incertidumbre del público, la infiabilidad de los medios de comunicación. la inadecuación del
sistema educacional y la imprecisa visión de
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la realidad por parte de los americanos. Permítanme un repaso a cada uno de estos factores y consideren luego por qué estos aseguran la persistencia de las creencias paranormales.
1. La incertidumbre del público. Los antropólogos han documentado el hecho de que la religión es una cultura universal. La creencia en lo sobrenatural -en una realidad no necesariamente accesible por los cinco sentidos- se produce en todas las sociedades del planeta. La cultura americana ni mucho menos es la única en poseer cierto grado de creencias paranormales. Lo que sí es reseñable en la cultura americana es que en este momento las creencias paranormales parecen estar proliferando, y ello representa un interesante puzzle antropológico. ¿Por que los proponentes de algunas de las más absurdas y triviales formas de lo paranormal son capaces de procurarse un seguimiento tan
amplio?
La respuesta es sumamente simple. Desde comienzos de siglo, cuando Bronislaw Malinowski publicó primero los resultados de su investigación etnográfica en la región del Pacífico suroeste, los antropólogos aprendieron que la gente está predispuesta a las
soluciones mágicas para sus problemas cuando no son posibles las soluciones prácticas. En un trabajo clásico, Malinowski advirtió que los habitantes de las Islas Trobiand siempre empleaban rituales mágicos para protegerse cuando salían a pescar a las aguas bravas e infestadas de tiburones del océano abierto, pero nunca empleaban la
magia cuando se trataba de pescar en las tranquilas y protegidas aguas del lago. Concluyó que los seres humanos son propensos a buscar seguridades en las creencias paranormales siempre que hayan de enfrentarse a situaciones de incertidumbre o fuera de su control. La posterior investigación antropológica realizada en todo el mundo ha confirmado la obvia verdad que encierra el principio de Malinowski.
Podría parecer, entonces, que el nivel de creencias paranormales en los Estados Unidos estuviera en receso, debido a que los avances
científicos del pasado siglo han incrementado substancialmente nuestra comprensión y control de muchas facetas de la realidad. No obstante, las evidencias señalan que el grado medio de certidumbre y seguridad que los americanos tienen de su vida de hecho ha decrecido con respecto a la pasada generación, a la vez que ha aumentado la incidencia de creencias paranormales. ¿La razón? En una simple frase: un rápido y profundo cambio cultural.
Millones de americanos cada vez se encuentan más desconcertados y
desorientados por los profundos cambios ocurridos en virtualmente todos los aspectos de la vida cotidiana desde la Segunda Guerra Mundial. La familia americana ha experimentado una reestructuración
radical, la moralidad sexual se ha venido abajo, el rol propio de
cada sexo ha sido substancialmente redefinido, el índice de natalidad ha decrecido radicalmente, el de los divorcios se ha disparado, el índice de criminalidad se ha incrementado, el coste de la vida se ha puesto por las nubes, la calidad de los bienes y servicios americanos se ha derrumbado, los ingresos económicos reales en los hogares han mermado, el poder y prestigio internacional del país ha declinado, las bolsas de pobreza se han extendido como una epidemia, y el sueño americano de ser propietario de su vivienda se ha vuelto inalcanzable
para un número creciente de ciudadanos de clase media. La población del planeta está creciendo en proporciones alarnantes, los recursos naturales del mundo están siendo consumidos rápidamente, el entorno natural está sufriendo abusos calamitosos, y la amenaza
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de aniquilación nuclear todavía pende sobre las cabezas de toda la humanidad.
En consecuencia, no resulta sorprendente que millones de americanos desconfien del presente y tengan miedo al futuro. A comienzos de la década pasada, el antropólogo Marvin Harris (1981) advirtió estas tendencias en la vida americana y las relacionó con cierta cantidad de fenómenos, incluyendo el auge de los Moonies y otros cultos religiosos no tradicionales, la popularidad del misticismo chamánico de Carlos Castaneda, e1 surgimiento de la Cientoiogía, el crecimiento de la
Meditación Trascendental y otras estrategias de auto-ayuda, así como la aparición de los evangelistas televisivos. Esto resultaba cierto
hace diez años y hoy en día lo es aún más. Para millones de americanos. la vida es aperplejante, amenazante, un torbellino de insatisfacciones, y lo que buscan es una via para salir de esta especie de tiovivo. Buscan respuestas.
No sorprenderá pues que millones de americanos encuentren sus respuestas en las creencias paranormales. En un tiempo en que las instituciones religiosas tradicionales están declinando en influencia (debido a su creciente irrelevancia para con los nuevos hechos de la vida diaria), las creencias paranormales están emergiendo como la nueva religión popular. La razón, como apunta Isaac Asimov (1986:212), es obvia: Observe cada fragmento de pseudociencia y encontrará una red
de seguridad, un pulgar que chupar, una falda donde agarrarse. Paul Kurtz (l986) afirma que la tendencia a adoptar explicaciones no empíricas para fenómenos complejos está firmemente arraigada en la psique humana -él lo denomina la tentación trascendental-. Estoy de acuerdo con esto. Por su naturaleza, los seres humanos son animales orientados a la búsqueda de significados y respuestas, pero la triste conclusión tras la investigación antropológica realizada en todos las culturas es que la mayoría de los seres humanos, en todas las culturas, se conforman con la ilusión de significado. Para la mayoría de la gente, aparentemente, es irrelevante que las explicaciones recibidas sean ciertas o falsas, lo único a considerar es que resulten emocionalmente satisfactorias. Para millones de americanos, la creencia en lo paranornial cumple ese criterio.
2.- La infiabilidad de los medios de comunicación. Los editores de libros y revistas, los productores del cine y la televisión así
como los periodistas en periódicos y emisoras tienen una cosa clara en cuanto a lo paranormal: vende, Existe un vasto mercado para las historias (ciertas o no)de fantasmas, reencarnación, ESP, psíquicos, OVNIs, astronautas de la antigüedad, Piesgrandes, Triángulo de las Bermudas y toda la variedad de temas paranormales que sea capaz de imaginar, y los medios de comunicación atesoran todo ello para producir beneficios, empleando para ello una gran cantidad de material acrítico con el que satisfacer esa demanda.
Los medios de comunicación destinados al entretenimiento alimentan sin ninguna vergüenza la pasión del público por lo paranormal. Y esto lo hacen incluso cuando ellos mismos -escritores, editores y productores-
reconocen este sinsentido como lo que es. La editorial Time-Life, por ejemplo, está promocionando una edición de gran tirada sobre lo
paranormal, titulada Misterios de lo Desconocido, a pesar del hecho de que los editores saben muy bien que lo que publican no es ni misterioso ni desconocido. (La revista Time ha publicado frecuentemente artículos escépticos sobre lo paranormal, incluyendo, por ejemplo, un amplio trabajo aparecido el 7 de diciembre de 1987 sobre la Nueva Era, y otro el 13 de junio de 1988 sobre el mago/investigador James Randi.)Los medios
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de comunicación, regulados hasta cierto punto tanto por la ley como por sus propias normas profesionales, ofrecen supuestamente la verdad objetiva al público sobre los fenómenos paranormales. En la práctica, sin embargo, los medios de comunicación sólo son ligeramente más escépticos que los de entretenimiento: con una frecuencia exagerada, son lisa y llanamente crédulos en lo relativo a lo paranormal.
El famoso fraude de Tamara Rand es ampliamente recordado por los escépticos (Frazier y Randi 1981), aunque sin duda habrá sido olvidado por el público en general. Rand fue la autodenominada psíquica que
afirmó haber predicho exactamente el intento de asesinato contra Ronald Reagan en marzo del 81. Cuatro días después de que John Hinckley disparara contra el presidente, tres de las cuatro grandes emisoras de televisión difundieron una grabación con la predicción de
Rand, la cual afirmó haberla hecho dos meses antes del intento de asesinato. La investigación reveló que la grabación se había realizado 24 horas después de los disparos: tras reiteradas peticiones por parte del CSICOP, las emisoras se retractaron de esta noticia.
La auténtica denuncia, sin embargo, no está en el hecho de que las emisoras fueran remolonas en corregir su error, sino en que tal error hubiera tenido lugar alguna vez. ¿Cómo pudieron las emisoras haber informado sobre una historia tan improbable sin realizar tan siquiera una investigación preliminar? Una falta tal de escepticismo jamás hubiera tenido lugar si se tratara de un tema político, para cualquier periodista que se preciara de ello. La triste verdad es que la lección del incidente de Tamara Rand pasó prácticamente desapercibida para los medios de comunicación. Éstos continúan las mismas normas acríticas en
sus informes sobre lo paranormal.
En su obra Superstition and the Press (La superstición y la prensa), el distinguido profesor de periodismo Curtis MacDougall (1983) recopiló una lista voluminosa de afirmaciones paranormales absurdas, que habían sido publicadas en periódicos respetables de ciudades
estadounidenses. MacDougall murió en 1985, pero cualquier lector y recolector de artículos igualmente tenaz estaría en condiciones de incorporar un añadido anual que actualizase el trabajo de 600 páginas dejado por éste (En la práctica, el Subcomité de Educación del CSICOP mantiene un archivo semejante -ver Feder 1987-88). Los medios de radiodifusión, en su conjunto, son igualmente acríticos.
Existen dos razones por las que lo paranormal juega un papel tan prominente en los medios de difusión de noticias. En primer lugar, los periodistas saben que el público está altamente interesado en historias paranormales, y existen poderosos incentivos -que denominan audiencia y tirada- para que al público se le dé lo que éste quiera. En segundo lugar (y éste es el más alarmante y peligroso de los dos factores), la mayoría de los periodistas carecen del bagaje cultural, el entrenamiento y la experiencia para la evaluación crítica de las afirmaciones paranormales. El profesor de periodismo Philip Meyer (1986:39-40) admite que a muchos periodistas tan siquiera les preocupa la verdad objetiva del asunto: No importa cuáles hayan sido los hechos -si alguien con un cargo o un título que suene a importante dice algo interesante, entonces eso es noticia-.
Como antropólogo cultural, tengo muchas cosas en común con los periodistas: ambos estamos interesados en observar, anotar, describir y explicar el comportamiento humano. Sin embargo, existen diferencias importantes entre nosotros, una de las cuales es la forma en que definimos la objetividad. Como científico, para mí la objetividad significa, ser justo con la verdad; para el periodista (y hablo desde mi experiencia personal, habiendo trabajado un tiempo como periodista en televisión), la objetividad significa ser justo con las personas involucradas.
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Anteriormente ya he escrito acerca de estos temas (Lett 1986; 1.987), y mi conclusión es que no parece probable que los periodistas se vuelvan escépticos. En tanto lo paranormal venda, los periodistas no
podrán permitirse el desmantelarlo. Después de todo, ellos constituyen la competencia para los medios de difusión de entretenimiento en captar la atención del público. La cobertura periodística ofrecida
a la conocida Sábana de Turín ofrece un ejemplo magnífico de ello. El 27 de septiembre de 1988, cuando se reveló públicamente que la datación por radiocarbono probaba que la sábana no pudo haber sido la mortaja de Cristo, ABC News dijo que los científicos estaban, no obstante, perplejos por cómo pudo haberse formado la imagen. Por supuesto que esto es falso —los científicos saben muy bien cómo pudo
haberse plasmado la imagen (ver Nickell 1983: 1989)- pero eso es lo que significa la objetividad periodística.
Reconozco que existen excepciones. El 28 de noviembre de 1988, por citar un ejemplo prominente, Good Morning America emitió la primera de las tres partes que componían un documental sobre astrología, de
la mano del editor de la ABC News, John Stossel. Stossel, altamente escéptico en su informe -denominó la astrología como sinsentido absoluto-, hizo un excelente trabajo desmantelando enérgicamente las
afirmaciones de la astróloga de Hollywood, Joyce Jillson. Sin embargo, estos informes constituyen más una excepción que una regla en las emisoras de noticias.
El significado real del hecho de que los medios de comunicación sean generalmente acríticos reside, en suma, en que éstos son altamente penetrantes e influyentes (ver Kottak 1990). Los medios de comunicación constituyen un importante agente de instrucción para
todos los americanos, y estos medios son una destacada fuente de información para los americanos que hayan completado su escolarización. La mayoría de los adultos americanos dependen primordialmente de los medios de comunicación para su conocimiento y
comprensión del mundo. El conocimiento ofrecido por los medios de comunicación es, sin embargo, de poca fiabilidad. Por el contrario, el mensaje que ofrecen tanto los medios de comunicación de noticias y los de entretenimiento en lo concerniente a lo paranormal es el mismo: existe, o al menos bien pudiera existir, otra dimensión para la realidad ordinaria que resulta bien conocida para el ciudadano de a pie pero que por el contrario es algo impenetrable para los científicos oficiales, cuya actitud es de enclaustramiento,
conservadurismo y de cerrazón mental. Obviamente este mensaje es enormemente engañoso.
3.- La inadecuación del sistema educativo. El método científico es el responsable del enorme -y sin precedentes- incremento del saber humano en todos los órdenes, del pasado siglo. Por el contrario, el sistema
de educación pública americana fracasa en enseñar a los estudiantes los principios básicos de ese método. Comenzando en la escuela básica y continuando, por desgracia, en institutos y universidades, a los estudiantes se les enseña ciencia, tomando ésta como un cuerpo de hechos, como lo relativo a un asunto seco y estatico, en vez de una técnica para la persecución del conocimiento. La habilidad para el razonamiento evidencial y el análisis lógico, que constituyen la esencia del proceder científico, rara vez es identificada y
examinada; al contrario, a los estudiante se les relega a la tarea de memorizar los productos de la investigación científica del pasado.
Estos puntos son bien apreciados por muchos educadores científicos, por supuesto, especialmente a un nivel universitario. Charles Vigue (1988:326), por ejemplo, es un profesor de biologia coautor de un curso interdis-
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ciplinario denominado La naturaleza de la ciencia, el cual explora aspectos tales como lógica deductiva e inductiva, metodología científica, explicación causal y no causal, entre otros. Sin embargo, estos temas rara vez se presentan en las aulas de enseñanza básica,
siendo también obviados más adelante dentro del curriculum post-secundario.
Todo ello significa que la mayoría de estudiantes terminan su escolarización sin descubrir sus habilidades para pensar críticamente, razonar lógicamente o evaluar adecuadamente. Han aprendido a respetar los logros de la ciencia, así como a adoptar algunas maneras superficiales que se dan en ella (como las credenciales exageradas, la jerga para impresionar, las citas desmesuradas y las discusiones profesionales). Por desgracia, un escaso aprendizaje puede resultar algo peligroso, pues deja a los estudiantes como presas fáciles de los pseudocientíficos, quienes a menudo utilizan para sí mismos ese barniz superficial.
4.- La imprecisa visión de la realidad por los americanos. Cada cultura posee una visión de la realidad, una serie de impresiones sobre la naturaleza de la realidad, y esa visión del mundo es en todas ellas una mezcla de razón y sinrazón. La visión americana de la realidad -a la que todos los que somos miembros nativos de los U.S.A. estamos enlazados desde el momento de nacer- incluye una gran cantidad
de suposiciones erróneas.
Veamos a modo de ejemplo las siguientes propuestas: los poligrafistas pueden detectar mentiras; los grafólogos pueden discernir aspectos de la personalidad a partir de un manuscrito; los psicoterapeutas pueden diagnosticar, tratar y curar enfermedades mentales basándose en la comprensión científica de los procesos de la personalidad; el alcoholismo es una enfermedad (como la adicción a las drogas, la sobrealimentación, la infraalimentación, así como cualquiera de las actividades y proclividades antisociales, como la motivación apolítica para cometer asesinatos políticos); los seres humanos poseen alma, la cual es de algún modo independiente de sus cuerpos; existe la vida tras la muerte; hay un dios benevolente, omnipotente y omnipresente que está al corriente del destino personal de cada individuo en el planeta.
Cada una de esas suposiciones forma parte de la visión americana de la realidad; todas ellas gozan de la aceptación por una gran mayoría de americanos, todas ellas gozan de un considerable prestigio, y todas ellas se encuentran firmemente institucionalizadas en el sistema legal, social, político, económico y educativo -incluso siendo todas ellas, desde una perspectiva razonable, completamente inciertas-. Ninguna de ellas goza de apoyo evidencial y no se sostienen ante un escrutinio lógico y empírico. Debido a que estas proposiciones forman parte de una visión de la realidad relacionada con la cultura, la mayoría de los americanos, sin embargo, las da por cosas sentadas, por obviedades. En efecto, dado que la mayoría de los americanos están involucrados, cualquiera que siquiera pensara cuestionarlas estaría faltando al sentido común.
Estas inciertas suposiciones sobre la naturaleza de la realidad pueden constituir un obstáculo fundamental para la investigación racional de los fenómenos paranormales. Usando los métodos de la investigacion científica, por ejemplo, usted puede mostrar a alguien que la percepción extrasensorial no existe (o al menos, que nunca se ha demostrado), pero el americano medio probablemente responderá (como han hecho muchos de mis alumnos) con el siguiente silogismo: Yo sé
que Dios existe; la proposición de que Dios exista no puede substanciarse por el método cientifico; por tanto debe haber algo
erróneo en dicho método de investigacion, al menos cuando éste se aplica a lo sobrenatural (o paranormal). Ese argumento es perfectamente válido; pero, por supuesto, es disparatado, porque la primera premisa es indefendible, aunque por razones psicológicas y políticas esto es muy difícil de explicar a los alumnos.
Resumiendo, cuando intentamos disminuir la incidencia de las creencias paranormales en la sociedad americana, apelando a la raciona-
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lidad de esta sociedad, estamos librando una batalla en condiciones adversas para nosotros, porque debemos tratar con una audiencia que
está convencida de que el pensamiento irracional es perfectamente adecuado en algunos casos. Y lo que es más, cuando empleamos la
racionalidad para combatir creencias tales como la precognición y la psicoquinesis, en realidad atacamos también ideas tales como la
eficacia de la psicoterapia y la inmortalidad del alma. El grado de compromiso intelectual y emocional ante tales creencias es abrumador, y es improbable que esas personas vayan a replantearse los méritos de ese compromiso.
Colectivamente, creo que estos cuatro factores -la incertidumbre del público, la infiabilidad de los medios de comunicación, la
inadecuacion del sistema educativo y la imprecisa visión americana de la realidad- explican la popularidad de las creencias paranormales en la cultura americana de hoy día. El estrés y las tensiones diarias puntúan a favor del atractivo de las creencias paranormales, las publicaciones acríticas sobre sucesos extraordinarios constituyen la fuente de estas creencias, y la omnipresente incapacidad para pensar
críticamente, unido a la legitimación cultural del pensamiento acrítico, son la explicación para la persistencia de las creencias paranormales.
La única forma de disminuir la incidencia de las creencias paranormales, es, entonces, incidir en cada uno de esos cuatro problemas: reducir de alguna manera la ansiedad, revisar los medios de comunicación, reformar la educación y revisar la concepción popular de
cultura. Ésa es una tarea titánica y lo triste es que probablemente nunca se podrá realizar. Algún día podremos tener éxito en la sugerencia de que los medios de comunicación fueran más responsables con estos temas (aunque lo dudo), podremos ser capaces de disponer una reforma del sistema educativo (aunque sospecho que esta posibilidad es
remota), pero de lo que nunca seremos capaces es de reducir la ansiedad, porque nunca estará en nuestras manos el eliminar sus orígenes. En tanto existan la muerte, la enfermedad, la incapacidad, el desastre y la falta de armonía, las creencias paranormales seguirán
floreciendo
Lo que mi experiencia personal me ha enseñado es que no basta con mostrar a la gente los hechos, enseñándoles cómo pensar críticamente, para hacerles abandonar las creencias paranormales. Impartiendo mi curso sobre la antropología y lo paranormal, a menudo he sido capaz de persuadir a mis alumnos de que no hay ninguna prueba de que exista el
monstruo del Lago Ness o la levitación o la combustión humana espontánea, pero de lo que rara vez les he convencido es de que no hay evidencias que apoyen sus creencias sobre una vida tras la muerte. Por más entrenamiento que se aplique en el razonamtento evidencial jamás se podrá convencer a la mayoría del público de que abandone aquellas creencias con las que tiene un fuerte compromiso emocional.
Sin embargo, no estoy dispuesto a darme por vencido y permitir que la
irracionalidad campe a sus anchas. Coincido en principio con Carl Sagan (l986:227) en que el mejor antídoto contra la pseudociencia.. es la ciencia y creo que la labor en todos los ámbitos que está desarrollando el CSICOP constituye nuestra mejor baza en la respuesta efectiva a las creencias pseudocientíficas. Deberíamos animar a los científicos a compartir su conocimiento con el público en general, como deberíamos también animar a los periodistas y otros miembros de los medios de comunicación de masas a juzgar con responsabilidad lo que se publica como no-ficción (y es que todo se nos ofrece como
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mo-ficción). Deberíamos insistir en que la enseñanza de las claves del pensamiento crítico se incorporasen al curriculum educativo en todos los niveles. Deberíamos, en suma, animar a la desinstitucionalización de la pseudociencia en nuestra cultura (por ejemplo, yo apoyaría cualquier esfuerzo encaminado a ilegalizar el empleo de los psicoterapeutas como testimonio experto en los tribunales).
Lo que no deberíamos hacer es engañarnos. El escepticismo, por desgracia, no es una droga que vaya a curar la irracionalidad o incluso una vacuna que la prevenga; como mucho, el escepticismo es sólo un antídoto para un veneno insidioso. El problema, sin embargo, es que el antídoto del escepticismo no es efectivo para todo aquellos expuestos al veneno. Sólo es efectivo para la gente que reúna las cualidades de corazón y mente requeridas para hacer frente a las ansiedades e incertidumbres de la vida, sin el rápido confort y respuestas simples que ofrecen las creencias paranormales. En tanto tales cualidades sean un bien escaso entre el público en general, las creencias paranormales seguirán prevaleciendo.

Referencias

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Feder, Ken. 1987-88. Trends in popular media: Credulity still reigns. SKEPTICAL INQUIRER., 12:124-126.
Frazier, Kendrick.1987. Mainlining of mysticism: Poll shows new popularity (News and Comment). SKEPTICAL INQUIRER, 11: 333-334
Frazier, Kendrick, and James Randi, 1981. Prediction after the fact: Lessons of the Tamara Rand hoax. SKEPTICAL INQUIRER, 6 (I): 4-7
Gallup, George H., Jr., and Frank Newport. 1991. Belief in paranormal phenomena among adult Americans. SKEPTICAL INQUIRER, 15: 137-146
Harris, Marvin. 1981. America Now: The Anthropology of a Changing Culture. New York: Simon and Schuster.
Kottak, Conrad Phillip. 1990. Prime-time Society: An Anthropological Analysis of Television and Culture. Belmont, Calif.: Wadswort.
Kurtz, Paul. 1984. Debunking, neutrality, and skepticism in science. SKEPTICAL INQUIRER. 8: 239-246
1986. The Trascendental Temptation: A Critique of Religion and the Paranormal. Buffalo. N.Y. Prometheus Books
Lett, James. 1986. Anthropology and journalism. Communicator, 4O(5):33-35.
1987. An Anthropological view of television journalism. Human Organization, 46 (4) 356-359
1990. A field guide to critical thinking: Six simple rules to follow in examining paranormal claims. SKEPTICAL INQUIRER, 14:153-160
MacDougall, Curtis D. 1983. Superstition and the Press. Buffalo N.Y.: Prometheus Books.
Meyer, Philip. 1986. Ghostbusters: The press and the paranormal. Columbia Journalism Review. Marzo/abril, pp.38-41
Nickell, Joe. 1983. Inquest on the Shroud of Turin. Buffalo, N.Y.: Prometheus Books (Actualizado en edición económica, 1987).
1989. Unshrouding a mistery: Science, pseudoscience, and the cloth of Turin. SKEPTICAL INQUIRER, 13:296-299
Sagan, Carl. 1986. Night walkers and mystery mongers: Sense and nonsense at the edge of science. SKEPTICAL INQUIRER, 10 (3):218-228.
Singer, B., and V.A. Benassi. 1981. Occult beliefs. American Scientist, 69:49-55
Stenger, Victor J. 1990. Physics and Phsichics: The Search for a World Beyond the Senses. Buffalo, N.Y.: Prometheus Books.
Vigue, Charles L. 1988. Teaching the nature of science. SKEPTICAL INQUIRER. 12:325-326
Trad. de J. Martínez Villaro.
Original; Copyright de THE SKEPTICAL INQUIRER
Traducción: Copyrigth de LAR
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EL RETORNO DE LOS DRAGONES VOLADORES
Reflexiones sobre PHANTOMS OF THE SKY. UFOS: A MODERN MYTH?, un libro de David Clarke y Andy Roberts

Luis Alfonso Gámez Domínguez

Phantoms of the Sky. Ufos: A Modern Myth? [Fantasmas del cielo. Ovnis, ¿un mito contemporáneo?] es el titulo que cualquier crítico hubiera puesto a un libro que analizara el fenómeno de las apariciones de platillos volantes desde un punto de vista escéptico. David Clarke y Andy Roberts, los autores de esta obra, no se califican de escépticos, sino de ufólogos; aunque, eso sí, son los dos investigadores más serios que existen en el panorama ufológico actual. Tan críticos son que no han dudado a la hora de escribir un libro que podía haber sido firmado por cualquiera de los detractores del tema y que pasará a la
historia como uno de los primeros trabajos rigurosos realizados por integrantes del movimiento ufológico.
David Clarke y Andy Roberts mantienen la hipótesis de que ahora interpretamos las luces extrañas en el cielo nocturno como visitantes extraterrestres en vez de como los espíritus malignos y elementales que una vez fueron tan familiares para nuestros antepasados como la televisión lo es para nosotros [Clarke y Roberts, 1990; 151]. Los autores creen que
todavía tenemos nuestros dragones, pero ahora se manifiestan como luces extrañas en el cielo, platillos volantes o extraterrestres. Estas creencias pueden ser en el fondo peligrosas, al quitar la responsabilidad de los manos del ser humano. La creencia es un instrumento, no algo absoluto, y hasta que nos demos cuenta de esto, seremos siempre víctimas de nuestros sueños. Quizá los alienígenas
intenten comunicamos algo cuando nos entregan el mensaje que dice:
"¡Despertad ahí abajo!" [Clarke y Roberts, 1990: 183-184]
A pesar de que la hipótesis expuesta en Phantoms of the Sky no puede calificarse de revolucionaria, sí merece tal adjetivo el hecho de que los autores provengan del seno del movimiento ufológico. Clarke es director del Equipo Independiente de Investigación Ovni (IUN) y
co-autor de Spooklights, Strange Sheffield y The 1913 Phantom Airship Scare; y Roberts es director del Equipo Independiente de Investigación Ovni (IUN), miembro fundador del Grupo de Investigación Ovni del Oeste de Yorkshire (WYUFORG), editor de la revista Ufo Brigantia y autor de Catflaps: A Study of Anomalous Animal in the North of England.
UN MITO DE LA ERA ESPACIAL
La tesis mantenida por los ufólogos británicos no es nueva. La idea de que e1 fenómeno de las observaciones de naves extraterrestres se corresponde más con una creencia de carácter mitico que con un fenómeno real y físico fue ya defendida por el astrofísico Donald H. Menzel en su ponencia Ufos: The Modern Myth en el congreso sobre los objetos
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volantes no identificados que, organizado por la Asociación para el Avance de la Ciencia, se celebró en Boston (Massachusetts) en diciembre de 1969. Tradicionalmente -dijo entonces el autor de Flying Saucers, The World of Flying Saucers y The Ufo Enigma-, el ser humano ha tendido a construir un mito para explicar aquello que no puede comprender. Y fue precisamente de esta manera como los platillos volantes u ovnis vinieron a la existencia [Sagan y Page, 972; 123]
Ya hace casi dos décadas, Yacques Vallée llamó la atención, en Pasaporte a Magonia, sobre la similitud existente entre los encuentros con hadas y los contactos con extraterrestres. Sin embargo, el ufólogo francés consideraba que había un estímulo físico real y desconocido tras algunos sucesos ovni y tendió posteriormente hacia posturas paraufológicas. Para Vallée,
el estudio de los ovnis es algo más que un análisis descriptivo del folklore, pero no se ha desarrollado hasta convertirse en una disciplina científica. Difiere del folklore en dos aspectos: los individuos que son la fuente del rumor aún viven en su mayoría; y en un número importante de casos existen efectos físicos susceptibles de análisis. [Vallée, 1 972; 191]
El investigador galo apuntaba en su obra ideas interesantes, que hacía compatibles con la pretensión de que podía haber un nuevo fenómeno oculto en las apariciones de platillos volantes. Aproximándose al punto de vista de algunos conocidos detractores, Vallée llegó a
considerar la posibilidad de que estuviéramos ante el nacimiento de una nueva religión:
Es muy posible que estemos viviendo los primeros años de un nuevo movimiento mitológico que incluso puede terminar dando a nuestra era tecnológica su Olimpo, su país de los hadas o su Walhalla, tanto si consideramos esto como un beneficio o como un revés para nuestra cultura. Como muchas observaciones del fenómeno ovni parecen
coherentes y al mismo tiempo irreconciliables con el conocimiento científico, se ha creado lógicamente un vacío que la imaginación
humana trata de colmar con sus propias fantasías. [Vallée, 1972; 180]
Clarke y Roberts son más valientes que Vallée a la hora de exponer la tesis mitológica y parecen conscientes de las repercusiones de su trabajo cuando dicen que
esperamos haber presentado el fenómeno ovni desde una perspectiva diferente, demostrando que no hay nada en el panteón del fenómeno ovni que no sea la reelaboración o interpretación contemporánea de viejas ideas, experiencias y creencias. Esta aproximación al tema resulta problemática y algunos pensarán que, como no encontramos evidencias de visitas extraterrestres a la Tierra, somos detractores; mientras que
otros, como mantenemos la mente abierta respecto al potencial de la mente humana y los fenómenos planetarios, considerarán que somos crédulos miembros del movimiento de la Nueva Era. [Clarke y Roberts, 1990; 169].
Los autores exponen en Phantoms of the Sky ideas propias de los analistas más críticos; pero no quieren que se les equipare con estos
últimos, posiblemente, porque el movimiento ufológico creó el término detractor para desprestigiar el trabajo de estudiosos como Menzel. El detractor ha sido identificado tradicionalmente con una persona resentida cuyo objetivo es destruir las evidencias ufológicas -explicar convencionalmente casos de apari-
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ciones de platillos volantes- y eludir la formulación de posibles tesis explicativas del origen del fenómeno. Esta idea, fomentada desde las revistas y libros del movimiento ufológico, deja a un lado el hecho de que los críticos consideran la explicación de los llamados casos clásicos como evidencia de que tras el fenómeno ovni hay sólo un mito, una religión de la era espacial.
Clarke y Roberts demuestran en su trabajo que la conexión existente entre las visitas de extraterrestres y las de las hadas -ahora en desuso- es más estrecha de lo que pudiera parecer: aparición repentina en el cielo o sobre el suelo, antropomorfismo, origen en un mundo al que los humanos no tienen acceso, grandes poderes, distorsión del tiempo cuando el humano es secuestrado por cualquiera de ellos...
Esta tesis tampoco es nueva. Apuntan que las observaciones de ovnis, los encuentros con hadas típicos de la tradición céltica y las apariciones marianas características de la Europa católica tienen todas un mismo origen. Virtualmente, todas estas visiones están
basadas en un encuentro inicial con un fenómeno luminoso que el testigo interpreta a partir de su experiencia, esperanza y psicología. [Clarke y Roberts, 1990; 161]
Coinciden con investigadores como Philip J. Klass, Donald H. Menzel, James E. Oberg y Robert Sheaffer en señalar que el principal defecto de la ufología es la ausencia de evidencia, y consideran este presupuesto uno de los fundamentos de su tesis. Los ufólogos británicos reconocen que todos los días se explican convencionalmente casos de apariciones de ovnis; que todos los días se soluciona el misterio. Sin embargo, el enigma continúa siendo tal porque los medios de comunicación no divulgan las explicaciones, los libros de ovnis críticos no venden bien y, para los ufólogos, siempre existe otro caso
inexplicado, otro misterio que podría revelar la verdad que se esconde tras el fenómeno. [Clarke y Roberts, 1990; 171]. Este último argumento es lo que Félix Ares de Blas ha llamado la falacia del residuo: no importa cuántos casos de apariciones de platillos volantes sean explicados de una manera convencional, siempre habrá un reducido residuo de sucesos que permanecerá inexplicado y que animará a los integrantes del movimiento ufológico a seguir en la brecha. [Ares, 1985; 46-48]
CAMINO HACIA EL ABSURDO
Aunque los autores no lo apuntan, ha sido posiblemente el hecho de que haya ufólogos que encuentren explicaciones a sucesos en principio enigmáticos lo que ha llevado al movimiento ufológico mundial a volver su atención hacia los secuestros de seres humanos por parte de
extraterrestres, los platillos volantes estrellados, la política de silencio de los gobiernos, etc. Hasta las publicaciones ufológicas más serias, que comenzaron su andadura sin hacer excesivas concesiones a
los rumores y la charlatanería, han pasado de ser pequeños reductos en los que se presentaban y debatían explicaciones de casos a ser revistas que llegan a un público más amplio y, por lo tanto, se ven obligadas a hacer concesiones.
Los autores creen que este nuevo salto sensacionalista de la ufología, que ha hecho que hasta las publicaciones con mayor credibilidad incluyan en sus páginas la posible existencia de una quinta columna de extraterrestres entre nosotros, se debe a que el mito ovni tiene ahora pocos líderes y teóricos que determinen la dirección en la que la creencia y la investigación deben moverse. Los grandes gurús, como el doctor Josef Allen Hynek que otorgaban respetabilidad a la materia sin
que ésta perdiera el misterio, han muerto
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[Clarke y Roberts, 1990; 174] y otros que aún viven han sido olvidados por las generaciones más jóvenes de creyentes.
Este salto al vacío del folklore ovni ha revitalizado el mito, como en un pasado lo hicieron los aterrizajes y los proyectos de investigación gubernamentales. En un futuro -apuntan los ufólogos británicos-, la actual locura de las abducciones continuará y será el germen de un tipo de religión basada en los extraterrestres, con sus propias iglesias de la era espacial [Clarke y Roberts, 1990; 175]. La dirección ya ha sido establecida.
Si los ufólogos han recurrido en multitud de ocasiones a las tradiciones y leyendas -incluidos los libros sagrados de las diferentes religiones- para encontrar vestigios de actividad extraterrestre en el pasado, Clarke y Roberts dan la vuelta al argumento en su intención de demostrar que el pensamiento mítico humano se adapta a las diferentes épocas. La idea ha sido sistemáticamente ignorada por los ufólogos que como Bud Hopkins en Estados Unidos o Antonio Ribera en España, han escrito libros sobre el tema de los secuestros, que resulta ser uno en los que más evidentemente se demuestra la existencia de una tradición folklórica.
Para los autores de Phantoms of the Sky, tanto en las historias de abducciones y como en la narraciones de secuestros de seres humanos por parte de miembros del país de las hadas existe ausencia de evidencia: no hay testigos del suceso ni hay pruebas que apoyen la realidad física del mismo. Esto inclina a los ufólogos británicos a defender el origen psicosociológico de este aspecto del fenómeno ovni.
Una australiana, Maureen Puddy, vivió una experiencia en 1972 en la que se aproximó a una luz azul y sufrió durante un corto lapso de tiempo lo que calificó de una medio abducción, en el transcurso de la cual se sintió en el vacío y escuchó voces que la tranquilizaban diciéndole que estaba siendo sometida a un examen médico. Posteriormente, tuvo otra experiencia durante la cual unas entidades se aproximaron a su coche y después se encontró en el interior de
un ovni, atemorizada porque no podía escapar. La diferencia de este particular suceso respecto al de Medjugorje y otras abducciones estriba en que, mientras vivía su segunda experiencia, la víctima estaba sentada en el coche con dos experimentados investigadores ovni que no vieron ni oyeron nada, sino que sólo escucharon la historia
cuando ella la narraba como si hubiera sucedido realmente. [Clarke y Roberts, 1990; l00].
¿Abrirán los ufólogos más sensacionalistas los ojos a esta evidencia? No. Algunos son demasiado ancianos como para admitir que han estado tergiversando la realidad durante más de tres décadas; otros son, simplemente demasiado sinvergüenzas y no están dispuestos a matar la gallina de los huevos de oro.
LA POLITICA DE ENCUBRIMIENTO
Cuatro décadas después de que viera la luz el libro Beyond the Flying Saucers, de Frank Scully, el Síndrome de los Discos Colisionados -o Síndrome de Demencia Crédula- y las políticas de encubrimiento gubernamentales están más de moda que nunca. Resucitaron en la pasada década de la mano de los Charles Berlitz, William Moore y Timothy Good, entre otros, y han sido protagonistas de congresos y arduos debates entre el sector más irracional de la ufología y los escépticos, inclinándose la balanza a favor de estos últimos.
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En palabras de Josef Allen Hynek, éstas son afirmaciones extraordinarias que, por consiguiente, requieren de pruebas extraordinarias. Desgraciadamente, todo lo que tenemos son afirmaciones. La evidencia al respecto es del mismo tipo que el resto de la evidencia que sustenta el tema ovni: un conjunto de chismes y rumores; en realidad, folklore de la era espacial. [Clarke y Roberts, 1990; 124]
Como señalan los autores de Phantoms of the Sky, las pretendidas operaciones de recuperación y estudio de los platillos volantes estrellados exigirían la participación de un gran número de personas. Este colectivo tenía que haber facilitado al movimiento ufológico un mayor número de testimonios que los existentes en la actualidad y alguna prueba irrefutable, extraordinaria. Sin embargo, las fuentes de los apóstoles del Síndrome de los Discos Colisionados no han
presentado nunca evidencia alguna de que sus aseveraciones sean algo más que afirmaciones sin sentido.
Otro interesante punto de reflexión respecto al tema de los ingenios alienígenas accidentados está en el hecho de que los documentos de las agencias gubernamentales -y en particular de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense- que han salido a la luz demuestran que los gobiernos no creen que las observaciones de platillos volantes estén vinculadas con actividades de inteligencias de origen extraterrestre. Entonces, ¿a qué se debe la cortina de humo que los
gobiernos levantan sobre el tema ovni al declararlo como materia reservada? Clarke y Roberts apuntan la posibilidad de que el silencio oficial tenga su origen en una política de encubrimiento referente a actividades de tipo militar relacionadas con la seguridad nacional. La tesis no es nueva y sí hay evidencias que la apoyan.
En el desierto de Nuevo México (Estados Unidos), donde se han accidentado la mayoría de los platillos volantes presuntamente siniestrados en la Tierra, el Gobierno de Washington cuenta con varias bases militares en las que se prueban nuevos tipos de armas. Los lanzamientos de satélites espías desde el cosmódromo soviético de Plesetsk (Unión Soviética), cuya existencia ha sido recientemente admitida por Moscú, han coincidido con masivos avistamientos de luces en el cielo de Europa oriental. Por poner un ejemplo doméstico, el
hecho de que, el 5 de marzo de 1979, un submarino soviético
disparara dos misiles desde aguas de las Islas Canarias hacia el desierto siberiano dio lugar a un espectáculo que conmovió a la ufología española. El informe del Ejército del Aire todavía no se ha hecho público, aunque se ha facilitado parte de la información, y sólo ha tenido acceso al mismo la reina Sofía, seguidora de estos temas, y el sensacionalista Juan José Benítez [Yárnoz, 1987]
EL UFÓL0G0, UN FOLKLORISTA
Phantoms of the Sky es un libro sobre el folklore de la era espacial; una obra diferente en un universo editorial plagado de hombrecillos verdes, conspiraciones intergalácticas, desapariciones misteriosas y un largo etcétera de jugosos enigmas inventados por excéntricos ignorantes que trabajan en áreas bastante vistosas donde cualquier afirmación extraordinaria va acompañada de sonoros clamores de trompeta con una extraordinaria falta de evidencia. [Gardner, 199l; 589]
Al igual que en la Edad Media el reino de las hadas era el refejo sobrenatural de la sociedad humana, nuestros actuales visitantes imaginarios del espacio exterior son el
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reflejo de los temores y sueños ocultos de la humanidad en los albores del siglo veintiuno. Hadas, duendes y demonios han sido reemplazados por un folklore moderno basado en platillos volantes y gente del espacio. En palabras de Michael Persinger, “... incluso si no hay extraterrestres ni dioses ni viejas brujas, la necesidad humana de escapar de lo mundano nos obliga a conjurarlos, ya sea desde los lóbulos temporales o el plano astral”. [Clarke y Roberts, 1990; 166]
La clave de la ufología es el propio ser humano, creador de mitos, de dioses. La creencia en los platillos volantes nos ayuda a no sentirnos solos en un universo plagado de galaxias pobladas por cientos de miles de millones de estrellas, en el que la Tierra es la única reserva de vida que conocemos. El peligro de la ufología estriba en que nos provee de unos hermanos cósmicos todopoderosos que velan por nosotros y nos invitan a eludir los grandes retos que tiene ante si la humanidad: la superpoblación, la degradación del medio ambiente, el control del armamento nuclear...
NOTAS
Ares, Félix [1985]: La falacia del residuo. Edita José Ruesga. Cuadernos de Ufología (Sevilla), Nº 13-14 (Diciembre), 46-48.
Clarke, David; y Roberts, Andy [1990]: Phantoms of the Sky: A Modern Myth? Prologado por Jenny Randles. Robert Hale. Londres. 204 páginas.
Gardner, Martin [1988]: La ciencia. Lo bueno, lo malo y lo falso [Science. Good, Bad and Bogus] Trad. de Natividad Sánchez Sáinz~Trápaga. Alianza Editorial (Col, "El Libro de Bolsillo", Nº 1.336). Madrid. 636 páginas.
Sagan, Carl; y Page Thornton (Eds.} [1972] Ufos: A Scientific Debate. W.W. Norton & Company (Col. "The Norton Library") New York 1974. XXXI + 310 paginas.
Vallée, Jacques [1972]: Pasaporte a Magonia. [Passport to Magonia]. Trad. de Antonio Ribera. Editorial Plaza & Janés (Col. "Otros Mundos"). Barcelona 1975. 459 páginas.
Yárnoz Carlos [1987]: "Ovni", destino Siberia. Un submarino soviético disparó desde Canarias, en marzo de 1979 dos misiles que fueron confundidos con naves extraterrestres. El País (Madrid), 14 de junio
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TRES HOMBRES Y UN ESPECTRO
De cómo un accidente en la filmación de una película se convierte en una prueba de lo paranormal.

Antonio Vizcarra

Desde que existen cámaras fotográficas los proponentes de espíritus y almas descarnadas han intentado demostrarnos que los fantasmas son reales y cohabitan con nosotros. Consecuencia de ello ha sido la publicación de libros tan divertidos como Beyond the Spectrum, en el que se muestran cientos de fotografías de supuestos espectros posando
para la inmortalidad (¡y nunca mejor dicho!).
Lo que nunca antes se había logrado era captar a un fantasma en una
película cinematográfica de éxito. Pero todo llega y el evento ocurrió con la película Tres hombres y un bebé, remake del film francés Tres
solteros y un biberón.
En un momento de la película, cuando la madre de Jack (Ted Danson)llega al apartamento para ver al bebé mientras se dirige a la cuna para coger a la criatura en brazos, pasa delante de una ventana en la que no hay nada. Al volver a pasar por este punto, ¡aparece claramente tras las cortinas la imagen de un jovencito que previamente no estaba allí!
Si en estos momentos estáis yendo rápidamente al video-club a haceros con la película, os diré que esto ocurre tras una hora justa, más o menos, del comienzo.
Por grotesco que parezca, la historia de que e1 niño era una imagen espectral caló hondo entre el público y los rumores se desataron. Se dijo que en la casa donde se había rodado la película había muerto
anteriormente un niño y su espectro era lo que la cámara había captado.
La centralita de la productora de esta película, Touchstone, se vio inundada de llamadas queriendo saber la verdad. Como explicación oficial, la compañía dijo que lo que se ve en la película es una foto
publicitaria de tamaño natural de Ted Danson (que en la película hace el papel de actor y modelo) que alguien dejó allí accidentalmente. Lógicamente nadie se tragó eso y la historia del fantasma arraigó aún más si cabe entre el público.
Sin embargo, no todo estaba perdido, puesto que Bill Givens, periodista de Hollywood y escritor para la TV decidió investigar qué había de cierto en toda esa historia.
Primero descubrió que a pesar de que la historia del niño muerto en el
apartamento es bonita en sí, la escena no había sido rodada en ningún apartamento de Nueva York, donde se suponía había muerto el niño, sino que se había rodado en un plató de Toronto. Por descontado, nadie había muerto tampoco en el decorado donde la escena tuvo lugar. Además, como bien dijo Givens, es muy difícil guardar secretos durante el rodaje de una película. Si realmente se hubiera filmado a un fantasma la noticia habría saltado rápidamente a la primera página de los periódicos.
Aunque no pudo sacar nada en claro de Touchstone, tras ver el fragmento en cuestión varias veces, decidió que lo que se ve no es
ninguna foto publicitaria en tamaño natural de Ted Danson, sino un niño de carne y hueso, que según parece debió pasar por el lugar de
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rodaje y que se asomó brevemente por la ventana, siendo pillado por la cámara.
La excusa de Touchstone debió ser emitida simplemente para enmascarar la metedura de pata. Como bien resume Givens en su libro Son of film flubs dedicado precisamente a eso, a las meteduras de pata cinematográficas: Creeré que es un fantasma el mismo día que
tenga la certeza de que un ovni ha aterrizado en Harvard y sus tripulantes hablen con un profesor de Astronomía, en vez de aterrizar
en un pantano para secuestrar a un campesino.
Yo he visto la película y coincido plenamente con Bill; lo que se ve es un crío que sabe Dios cómo, pasó por el decorado mientras se rodaba la escena. Al cambiar el encuadre de un plano medio a uno general fue cogido in fraganti por la cámara.
Lo reaimente misterioso de todo el caso es cómo esta escena no quedó eliminada en la sala de montaje y llegó tal y como está a la copia definitiva de la película. Esto sí que es algo inexplicable pero a lo que evidentemente no hay que atribuir nada paranormal. Simplemente somos humanos y como tales nos equivocamos. Además, mientras haya gente que crea que esta vida no acaba aquí, se seguirán viendo fantasmas donde haga falta.
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LA ASTROLOGÍA EN LAS AULAS
En este trabajo el autor describe los resultados de una encuesta que se pasó en muchos centros de enseñanza de Galicia para saber el grado de asimilación de algunos conocimientos astronómicos. Se constató que
había una gran confusión entre la astrología y la astronomía.

Xosé Enrique Pujales Martínez

Durante el curso 90/91 se pasó en muchos centros de enseñanza de Galicia una encuesta a los alumnos y alumnas para saber el grado de asimilación de algunos conocimientos astronómicos. Entre las preguntas formuladas iba una que trataba de la astrología, y el resultado que se obtuvo (y que era esperado) indicaba que había una gran confusión entre la astrología y la astronomía.
Durante este curso 9l/92 me propuse hacer frente a esta situación en mis clases de Astronomía que imparto a alumnos de tercero de B.U.P, en el Instituto de Bachillerato Concepción Arenal de Ferrol, porque considero que el mantenimiento de creencias astrológicas va en contra de una mentalidad critica y racional.
Como quería tener datos para valorar la evolución de las ideas astrológicas entre mis alumnos, elaboré una encuesta que les pasé al principio del curso y también al final de las actividades previstas.
ENCUESTA(1)
1.- ¿Conoces tu sígno del zodiaco?
()SI ()NO ()NO SE
2.- ¿Crees en la astrología?
()SI ()NO ()NO SE
3.- ¿Crees que la posición de las estrellas en el momento de tu nacimiento influye en tu carácter y destino?
()SI ()NO ()NO SE
(1)N. de la R.- El original estaba en gallego. Lo hemos traducido lo mejor que hemos podido. Esperamos no habernos equivocado demasiado
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4.- ¿Crees que la posición de las estrellas hace que unos días sean más favorables que otros para tomar determinadas decisiones?
()SI ()NO ()NO SE
5.- ¿Crees que hay personas que tienen caracteres incompatibles por causa de pertenecer a determinados signos zodiacales?
()SI ()NO ()NO SE
6.- ¿Crees que los partos ocurren con mayor frecuencia en determinadas fases lunares?
()SI ()NO ()NO SE
7.- ¿Crees que el crecimiento de las plantas, frutas, ... varía según la fase lunar en que se siembra o se recolecta?
()SI ()NO ()NO SE
8.- ¿Crees que la Luna influye sobre las mareas?
()SI ()NO ()NO SE
9.- ¿Crees que los ataques de locura, suicidios y asesinatos ocurren con mayor frecuencia en determinadas fases lunares?
()SI ()NO ()NO SE
1O.- ¿Crees que el crecimiento de uñas, pelo,... varía según la fase lunar en que se hace?
()SI ()NO ()NO SE
Al analizar los resultados de la encuesta pasada al principio del curso me encontré con que:
1.- Todos/as conocen su signo zodiacal.
2.- Sólo un pequeño porcentaje (10%) cree en los horóscopos, aunque en la discusión posterior pude comprobar que los leen habitualmente.
3.- Un 52% afirma creer en la astrología. Pero en esta pregunta me encontré con dos hechos significativos:
a) Algunas respuestas son incoherentes: Afirmaban creer en la astrología pero después negaban sus implicaciones. En la discusión posterior comprobé que la razón de esa incoherencia era el desconocimiento de lo que realmente significa la astrología. Por este motivo esta pregunta (la segunda) la consideraré, en lo que viene a continuación como significativa.
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b) La respuesta tanto a esta pregunta como a las demás es, por parte de los alumnos, sensiblemente diferente a la dada por las alumnas, estando ellas más inclinadas a la astrología. Como ejemplo, se muestran creyentes en la astrología un 38,7% de hombres y un 625% de mujeres. Por este motivo en los datos estadísticos distingo entre Hombre (H) y Mujer (M).
4.- La encuesta la pasé, como ya indiqué antes, a mis alumnos/as de la asignatura de Astronomía de 3º de B.U.P.. Son dos grupos, uno que estudia por Ciencias (C) y otro que estudia por Letras (L). También se notó una diferencia en sus respuestas por lo que decidí estudiarlos por separado.
5.- Entre las diez preguntas iba incluida una (la número 8) que no tiene nada que ver con la astrología y sí con la Astronomía. La introduje para detectar respuestas irreflexivas.
6.- Entre las preguntas aparecen cuestiones que pertenecen a la cultura popular (influencia de la Luna sobre plantas y animales, entre los que nos encontramos) y que ellos tienden a recoger y reproducir irreflexivamente.
Al analizar el número de Sí obtenidos al responder a todas las preguntas excepto a las numeradas con el 1,2 (por el motivo señalado en 3.a)y 8 (por motivo 5) me encontré con los siguientes porcentajes:
CIENCIAS LETRAS
H M H M
% DE SÍ 15,7 34,3 16,1 38,8
A continuación les di a leer dos artículos de revistas, el de J.E. Armentia y M.A. Sabadell ¿Por qué combatir la astrología? (Tribuna de Astronomía 56/57) y el de P. Corral ¿Influye la Luna en nuestras vidas? (Conocer nº 103). Lo discutieron en grupo, escribieron sus conclusiones y las discutieron colectivamente. Mi papel fue el de simple moderador.
Acabado este proceso les propuse estudiar un tema concreto: ¿Influye la Luna en el número de alumbramientos? En el artículo citado de la revista Conocer se comenta la existencia de estudios que aseguran haber observado una inusitada cantidad de los nacimientos concentrados, en torno a la fase de Luna llena. También en el periódico La Voz de Galicia del 3 de julio de 1991 se recogían
algunas frases del director gerente del Hospital Xeral de Galicia (en Santiago) que hacían referencia al mismo tema.
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GALICIA La Voz de Galicia, miércoles, 3 de julio de 1991
Achacan a la <<influencia de la Luna>> el alto número de alumbramientos de los últimos días
Colapso en el Hospital Xeral de Santiago por la falta de camas para atender partos
Santiago (Redacción). La <<influencia de la Luna>> y el reciente cierre de las camas de obstetricia del Hospital General provocaron los últimos días un auténtico colapso en el Hospital Xeral de Galicia, por falta de camas para atender partos. Seis mujeres se encontraban a primera hora de la mañana de ayer sin cama, aunque el problema se solucionó finalmente, según el director gerente del centro, Manuel Torres. Anteayer por la noche había camas con mujeres en los pasillos, también por la misma circustancia, hecho que provocó llamadas de denuncia de familiares de las afectadas a esta Redacción.
Los problemas provocados por esta carencia de camas para partos en el Hospital Xeral son <<imprevisibles>> , según varias fuentes del citado centro, entre ellas algún sindicato. <<A veces hay camas de sobra y de repente surge el colapso y hay que cruzarlas en las habitaciones o ponerlas en los pasillos>>, señala la dirección del Xeral.
<<Es una circunstancia -agrega- que se repite cada cierto tiempo y parece que en ello influye la Luna, aunque científicamente sea difícil de explicar>>. Sin embargo, matizó, todas las mujeres reciben atención satisfactoria por parte de los médicos y demás personal.

Nuestro objetivo era investigar la objetividad de estos resultados. Para ello recogimos todos los nacimientos ocunidos en e1 Hospital Xeral Arquitecto Marcide de Ferrol (que cubre casi el 100% de todos los alumbramientos de la zona) durante veinticuatro lunaciones, desde el 28 de diciembre de 1989 hasta el 6 de diciembre de 1991. Los datos a los que llegamos fueron los siguientes:

EDAD DE LA Nº DE PARTOS Nº DE PARTOS TOTAL
LUNA EN 12 LUNACIONES EN 12 LUNACIONES PARTOS
DIC.89-DIC.90 DIC.90-DIC.91

0-2,7 94 101 195
2,7-5,4 87 113 200
5,4-8,1 78 111 189
8,1-10,8 78 93 171
10,8-13,5 90 72 162
13,5-16,2 86 82 168
16,2-18,9 82 77 159
18,9-21,6 101 68 169
21,6-24,3 126 89 215
24,3-27 92 91 183
27-29,7 85 71 156
TOTAL 999 986 1967
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NOTA: La luna llena está en el intervalo 13,5-16,2
La conclusión era evidente: No se aprecia ninguna concentración de partos en la proximidad de la Luna llena (por lo menos en Ferrol y en esos dos años).
Esta conclusión permitió juzgar de una forma crítica los estudios mencionados, y las dudas se ampliaron a otras ideas que se habían dado por buenas hasta entonces. Hubo una variación basada en una actitud crítica, y prueba de ella son los resultados de la misma encuesta del principio y que se les volvió a pasar al final.
CIENCIAS LETRAS
H M H M
% DE SÍ 7,9 17,1 10,2 26,4

AFIS SCIENCE... ET PSEUDO-SCIENCES
Cahiers bimestriels de l’Association Française pour l’Information Scientifique.
Redactor Jefe: Michel Rouzé.
Comité de Redacción: Jean-Pierre Adam, Patrick Bollé, Henri Broch, Dominique Caudron, Yves Galifret, Maurice Gross, Jean-Claude Pecker, Michel Rouzé y René Seynave.
Suscripción anual (6 números): 160 Francos Franceses
Enviar a la cuenta postal: CCP AFIS 21 000 00 P París. Francia
Una magnífica revista que nos abre una ventana racionalista a lo que ocurre en el mundo francés de las paraciencias. Normalmente hacen un fuerte hincapié en las medicinas alternativas. En su día la lucha fue contra el fraude paramédico organizado por los curanderos psíquicos de Filipinas. Hoy su caballo de batalla es la homeopatía, memoria del agua y otros milagrosos polvos de la Madre Celestina.
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VITALISMO: un paradigma en cambio.

Javier E. Armentia

Hace un tiempo comentaba Félix Ares en el foro telemático de Spritel las implicaciones de la concesión de patentes a animales (en particular ratones transgénicos). La verdad es que este hecho
-especialmente la controversia generada sobre la licitud de patentar un ser vivo aunque manufacturado- es un apunte más en una situación de cambio en muchas áreas de la ciencia, una consecuencia del por ahora
inacabado debate sobre el vitalismo. La lectura de un agradable libro de Prometheus (A physicist´s Guide to Skepticism, de Milton A.
Rothman) y de la traducción castellana del libro de Roger Penrose (La nueva mente del emperador, Mondadori) me ha decidido a escribir unas líneas sobre este tema, no como un tratado sobre el mismo, sino espero, como base de futuras discusiones.
Cuando en 1980 el Tribunal Supremo de EEUU consideró legal la patente de bacterias de la misma manera que se podía patentar un producto químico sentó las bases al afirmar que estar o no vivo era una distinción sin importancia legal en el caso de las patentes. Sin
embargo, esta decisión fue muy controvertida y contestada desde
posiciones pro-vida, alegando la dignidad y santidad de la vida.
Lo que subyace es la defensa por parte de muchos sectores de la población (y también del mundo científico) de posturas vitalistas: en definitiva, la creencia en una distinción entre lo vivo y lo inanimado, en el élan vital como algo diferenciador de las dos categorías de objetos. (Empleo el término de Bergson aunque en sentido más amplio que el dado por el filósofo francés).
En ciencia, se suele enfrentar este vitalismo al reduccionismo (aunque e1 término no me resulta del todo agradable, es la forma usual de denominar la creencia de que las mismas fuerzas, energías y leyes físicas operan sobre toda la materia, sin distinción, de manera que incluso los sistemas complejos obedecen esas -y sólo esas- leyes,
pudiéndose reducir la complejidad aparente, al menos teóricamente). Vaya por delante que me inclino al reduccionismo, pues por lo que
conocemos del Universo podemos generalizar la estructura digamos sencilla -es un decir, desde luego...- de toda la materia que en él
hay, así como las interacciones que se dan. Nada nos hace pensar en la necesidad de añadir fuerzas o energías diferentes para explicar los procesos vitales.
Las posiciones vitalistas han experimentado en los últimos cien años continuos retrocesos. Para los científicos de la primera mitad del siglo XIX, por ejemplo, era evidente una distinción entre la química orgánica y la inorgánica. Los compuestos orgánicos poseían algo que los diferenciaba de los inorgánicos, y aquéllos sólo se podían obtener de tejidos
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vivos. En 1828 Friedrich Wöhler (químico alemán, 1800-1882) logró sintetizar la urea a partir de substancias inorgánicas, cianato de plomo y amoniaco, que daban lugar al cianato amónico, substancia inorgánica de contenido atómico similar a la urea. Aunque su descubrimiento no fue aceptado fácilmente por los defensores del élan o fuerza vital, la evidencia que se acumuló era incontrovertible: muchos otros compuestos orgánicos se empezaron a sintetizar a partir de materia inorgánica. Desde entonces, ambas químicas son en definitiva una misma, y se tiende a utilizar el término química del carbono para la quimica orgánica, para evitar ese matiz vitalista.
En cualquier caso, las posturas vitalistas no desaparecieron: simplemente se produjo una retirada táctica. A pesar de que la química orgánica era química sin más, el élan vital era preciso para la vida. Esta postura se sigue manteniendo en nuestros días y son no pocos los
biólogos que critican el reduccionismo porque creen que las moléculas necesarias para la vida no obedecen a las mismas leyes que las otras... (esto nunca lo afirman así, pero es la base de su creencia. Realmente, confieren a procesos de alto nivel como el metabolismo, la volición, la percepción o la conciencia un estatus diferente de procesos como la deriva de los continentes o la formación estelar, por poner dos ejemplos. A pesar de todo, la tendencia es clara a descubrir cómo estos procesos, abstracciones en definitiva, son reducibles a elementos explicables en términos usuales de fuerzas y energías conocidas. No hay que olvidar, por otro lado, un sentimiento de intrusismo por parte de algunos biólogos ante la irrupción en su
ciencia de la química y la física, una especie de rechazo ante esta toma de poder aparente por la ciencia pura... (por no hablar de lo que
pueden sentir otros especialistas como psicólogos, médicos, etc.).
En cualquier caso, las posturas vitalistas están provocando bastantes problemas en nuestra sociedad, lo que por lo menos implica la existencia de un debate, de un cambio. Me refiero obviamente a los debates en torno a los extremos de la vida: el aborto y la eutanasia, o la experimentación genética. No es mi intención entrar a fondo en ellos, pero lo cierto es que pocas veces se abordan desde un punto de vista científico, mientras que se invoca la ética como disfraz del vitalismo.
(Un breve ejemplo de esta acusación que vierto: en el debate del aborto, pocas veces se reconoce e1 hecho de que la definición de persona es más bien metafórica, y que si vamos al nivel psicológico, hasta el tercer trimestre de desarrollo fetal no se forman las sinapsis necesarias para el desarrollo del sistema nervioso humano. Cabe pensar por lo tanto que el feto es incapaz de desarrollar pensamientos o de procesarlos. ¿Podemos denominarlo persona? Atendiendo a criterios como éste, hablar de espíritu o de alma es innecesano.)
Hay más lugares, sin embargo, donde el vitalismo parece afincarse, por ejemplo, tenemos que un importante componente de las posturas cosmológicas antrópicas destilan por todos los lados esto, lo mismo
que muchas de las críticas que se hacen a los procesos de evolución que dieron lugar al origen de la vida (biopoiesis). El asunto de las
patentes de seres vivos con que iniciaba el artículo, por ejemplo, supone un punto donde muy posiblemente las posturas vitalistas estén
dando otro paso atrás. En efecto, parece imparable la aceptación de patentes de animales transgénicos, de bacterias, de genes. Por otro
lado, el avance en el proyecto del genoma humano servirá cuando menos para ir desmitificando estas cuestiones.
No quiero ser demasiado optimista, sin embargo. Como comenta Rothman en su libro, es más que probable que e1 vitalismo se acuartele en el ser humano. Entonces dirán
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(los vitalistas): "Bueno, igual un virus o una bacteria no necesita de fuerza vital, pero los seres humanos sí. Los humanos son diferentes porque tienen un alma"
Otra predicción, mucho más peligrosa, es que los sectores vitalistas se hagan más recalcitrantes en su postura, acudiendo al fundamentalismo. No es descabellado suponer que habrá movimientos en este sentido, viendo lo que sucede en EEUU con los creacionistas, los problemas para enseñar la teoría evolutiva en los colegios...
Podemos ver un afianzamiento de las teorías pro-vitalistas en e1 tema de la inteligencia artificial. Parece que muchos científicos aceptan el reduccionismo en todo, excepto al tratar el cerebro humano. El debate entre las posturas a favor de la IA o en contra de ella es
bastante álgido en estos dias, y precisamente el libro de Penrose pretende atacar por otro lado e1 asunto. Para él, el cerebro es desde
luego algo diferente, pero para evitar caer en posturas vitalistas se imagina que la raíz de la complejidad de la conciencia está en el mismísimo nivel de la gravitación cuántica. (Dejando aparte que el libro sea más o menos difícíl, lo cierto es que Penrose ha necesitado
más de 500 páginas para poder esbozar su línea de pensamiento; pero deja demasiados cabos sueltos, y da demasiados saltos lógicos en el vacío.)
En cualquier caso, dejando aparte las posiciones un tanto anómalas de Penrose, el debate sobre la IA es en el fondo una discusión sobre si el cerebro humano posee algo especial que impida que los humanos podamos reproducirlo. Ese dualismo mente-cuerpo que se sostiene desde las posturas vitalistas será sin duda el más duro escollo por superar.
Evidentemente, admitiendo una fuerza vital, o energía psíquica si se quiere, y admitiendo una dualidad mente-cuerpo es sencillo conceptualmente creer en la percepción extrasensorial, la telequinesis, la precognición, la transmigración de las almas o los milagros o curaciones milagrosas. Podría interpretarse precisamente la nueva era como un cerrar filas en torno a las posiciones vitalistas, frente al auge del reduccionismo en ciencia. O acaso es demasiado reduccionista...

Javier Armentia es director del Planetario de Pamplona y vicepresidente de ARP.

EL OJO ESCÉPTICO, revista del Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia (CAIRP). 4 números US$20.00. Podéis suscribiros enviando un cheque a nombre de Alejandro Jorge Borgo, a la siguiente dirección: Casilla de Correos 26, sucursal 25, 1425 Buenos Aires. República Argentina.
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EXPOSICION DENEGADA POR PRINCIPIOS PARAPSICO-LÓGICOS

MERCEDES QUINTANA ÁLVAREZ

La autora es Directora Ejecutiva de la asociación Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP). Cualquier sugerencia o comentario puede ser dirigido a su atención, al apartado nº 17.026, 28080 -Madrid.

RESUMEN
Recientemente la Sociedad Española de Parapsicología (SEDP) y ARP han iniciado intercambio de publicaciones, lo que nos ha permitido conocer el nivel del contenido de sus revistas (Psi Comunicación y Boletín de la Comisión Investigadora de Fenómenos Anómalos). La lectura del primer material recibido, correspondiente al año 91, nos ha sugerido numerosas observaciones en torno al funcionamiento de la comunidad psi española y sus máximos representantes y es nuestro deseo transmitirles estas observaciones. Por su parte, leyendo lo que va a continuación, el asiduo a LA ALTERNATIVA RACIONAL no sólo conocerá un poco mejor a este curiosísimo grupo, encontrará además buenas razones para mantener una postura escéptica en debates o encuentros públicos sobre temas parapsicológicos.
El artículo se divide en varios apartados, que se pueden entender independientemente unos de otros, aunque sugerimos la lectura en el mismo orden en que se presentan.

INTRODUCCIÓN
El nombre de Committee for the Scientific Investigation of Claims of Paranormal (CSICOP) puede hacer pensar que una Sociedad de Parapsicología y una asociación afín al Committee, como ARP, se dedican a lo mismo y bajo un mismo talante investigador: sin negar nada a priori, pero sin aceptar hipótesis paranormalistas de fácil
elaboración.
Y ciertamente, afirmaciones que parecen habituales en las páginas de Psi Comunicación, como: La Parapsicología es la aplicación del método científico para el análisis de una fenomenología paranormal (ene-dic 1991, pág,79) o incluso artículos enteros de tono crítico que ponen a las pretensiones de lo paranormal en su sitio, como los que escribe J.L. Jordán Peña(l) u otros miembros de asociaciones escépticas por
principio, como ARP o CAIRP (Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia), cuando autorizan republicaciones en Psi Comunicación de lo que ha visto ya la luz en sus propias revistas, pueden hacernos pensar que esto es así.
Para peor, las intervenciones en medios de comunicación contribuyen a crear esta confusión, especialmente cuando sitúan las polémicas sobre estos temas en un intervalo que va del sujeto dotado
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al experto crédulo, sin llegar a recoger argumentaciones escépticas bien documentadas que este último es incapaz de ofrecer, por las razones que luego se verán. Por ejemplo, Ramos Perera (Presidente de
la SEDP) parece escéptico cuando dice que el aura no es un fenómeno paranormal en la medida en que responde a variables físicas y químicas, ante un comentarlo del vidente Aceves en el que éste afirma haber nacido con la capacidad para ver el aura de las personas (su color varía según el momento). Sin embargo, Perera pasa a continuación a situarse en un punto crédulo, cuando comenta que es difícil rechazar completamente la existencia de "gafes". ¡Tantas coincidencias con el
responsable de la Expo no pueden ser casualidad! (2).
Así pues, creemos que una atenta lectura del primer material que nos ha enviado la SEDP (Psi Comunicación, 1991, y Boletín nº5 de la Comisión Investigadora) puede sernos muy útil para averiguar hasta qué punto, y por qué, esto es o no es así. Se demostrará a continuación
que las diferencias entre la SEDP y ARP siguen siendo amplias e insalvables, ya que los primeros no sólo no utilizan ningún método científico, por más que entre ellos se empeñen en decirlo, sino que
ni siquiera utilizan un método racional.
H.J. EYSENCK O EL RECURSO A LAS GRANDES TITULACIONES.
El editorial del Boletín de la Comisión Investigadora de Fenómenos Anómalos de la SEDP (Boletín de la CIFA, en adelante) se lamenta de los continuos ataques que reciben los investigadores de estos temas y de que pierden mucho tiempo intentando explicar a los críticos su utilidad, defendiéndose -dice- de continuas críticas sin fundamento. Citan a continuación dos frases de sendos catedráticos de Psiquiatría y Psicología, el Dr. F. Ramón de Aguilar(Panamá) y el Dr. H.J. Eysenck
(Londres).
Es curioso que ni siquiera se planteen la posibilidad de un lamento en sentido inverso: ¿por qué están haciendo perder el tiempo a los científicos profesionales obligándoles a revisar una a una las
afirmaciones sobre la existencia de fenómenos paranormales que se permiten violar tranquilamente leyes esenciales de la naturaleza?... Pero dejemos esto porque a ello volveremos más adelante. Por ahora, quisiera que se centraran en su recurso a los grandes nombres o, por lo menos, a los nombres con grandes titulaciones y en especial a H.J.
Eysenck. No es la primera vez que se cita entre sus filas como un científico del establishment que les sonríe de cuando en cuando con alguna sorprendente aportación propia y, por tanto, necesario es
aclararles algunas ideas en torno a esta eminencia.
Efectivamente, H.J. Eysenck es toda una figura en Psicología Clínica e indirectamente en España, a través de su alumno, nuestro ilustre J.L. Pinillos. Desde sus inventarios (tests) de personalidad a sus múltiples publicaciones divulgativas, pasando por articulos en revistas de psicología nacionales e internacionales, el abanico de trabajos científicos que se nos presenta es lo bastante amplio
como para reconocer sin más peros el estatus del Sr. Eysenck en la Psicología Académica.
Ahora bien, lejos de ser un científico admirado por todos, Eysenck se ha ganado hace tiempo el premio a la cabezonería en ciertos temas e,
incluso, para muchos, a la falta de honradez estadística más lamentable. En el ámbito académico sus incursiones en el terreno de la astrología o la PES (percepción extrasensorial) son vistas como aficiones a las que se dedica en sus ratos libres (en palabras de una de sus traductoras en España) y a las que nadie presta la menor atención, no por apriorismos o condenas de herejía, como algunos esperan oír, sino simplemente porque su larga trayectoria académica como psicólogo es ya lo bastante polémica como para añadir excentricidades mayores.
El prestigio académico conseguido por su espíritu
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combativo en la batalla conductismo vs. psicoanálisis de los 50 y 60 le valió por sí mismo las preferencias de los partidarios de una psicología científica y le elevó a la categoría profesional en la que
hoy se encuentra, llegando a controlar él y su familia (los Eysenck son varios) numerosas revistas de Psicología.
Pero su apoyo cerril al fraude estadístico de Sir Cyril Burt en relación con la heredabilidad de la inteligencia (3), su empeño en correlacionar la raza con el C.I. (cociente intelectual) para deducir influencias genéticas y su colaboración en investigaciones destinadas a la obtención de unas correlaciones negativas entre cáncer de pulmón y tabaco, pagadas por la misma industria del tabaco (4), bastan para empezar a mirar con cierto escepticismo sus aportaciones en el campo
de la Psicología (incluso los trabajos de otros que salen publicados en sus revistas), cuanto más en áreas en las que tan alegremente se vierten afirmaciones sobre las influencias astrales o sentidos
etéreos.
Seguramente Eysenck no es el primero ni será el último de sus científicos simpatizantes que se demuestran como mucho menos importantes de lo que creen, y seguramente tampoco será ésta la última
vez que se echa mano del recurso a los nombres y las titulaciones académicas para ocultar la pobreza de resultados que año tras año cae
como una losa sobre el estudio de los fenómenos paranormales. Pero después de este gran ahorro de tiempo que les debería suponer contestar a las críticas (que les impiden hacer avanzar sus investigaciones) con citas de grandes figuras de la ciencia
oficial -como les gusta decir, aunque en realidad no hay otra-, una esperaría encontrarse en el resto de las páginas de ese Boletín referencias a investigaciones propias, sobre todo tratándose del Boletín de la Comisión Investigadora. Sin embargo, vemos que se limitan a referencias históricas sobre José Miguel de Barandiarán, Alberto Sols y Hans Bender; otras meramente descriptivas (TPL, supersticiones sobre eclipses), y páginas de bibliografía.
Dada pues, la carencia de investigaciones deberíamos suponer que el Boletín no intenta transmitir ningún mensaje alentador sobre la existencia de lo paranormal. Pero lo cierto es que estos textos,
aparentemente neutros, no lo son en absoluto cuando se leen con detenimiento...
LAS CONFERENCIAS Y LOS GUSANOS
Al pasar las páginas del Boletín de La CIFA nos encontramos con una reproducción íntegra de la conferencia que dio el catedrático de bioquímica de la Universidad Autónoma de Madrid, D. Alberto Sols, como clausura de un curso de conferencias impartido por la SEDP en 1977, y casi al final de su conferencia, el Dr. Sols decía lo siguiente:
Ciertos experimentos recientes pueden hacer pensar en la posibilidad de un puente entre la biología molecular y la parapsicología. Como la mayoria de ustedes quizá recuerden, se han hecho experiencias alimentando a gusanos con RNA (ácido ribonucleico) extraído de gusanos entrenados para una cosa, intentando pasar esta actividad a la nueva generación. Más recientemente y con una mayor sofisticación técnica, se ha inyectado a ratas una substancia, bautizada como escotofobina, el cual es un péptido extraído del cerebro de estos animales que habían sido entrenados previamente con la pretensión de transmitir unas ciertas capacidades mentales a la rata receptora. Si se confirmasen estos experimentos, lo que dudo mucho, podría empezar a
pensarse en una especie de parapsicología molecular (El énfasis es
nuestro.)
Supongo que si aún viviese D. Alberto Sols, él mismo se habría encargado de actualizar estos datos, en vista de lo proclives que son los pa-
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rapsicólogos a imaginar apoyos experimentales donde no los hay, pero su pérdida tampoco disculpa a los editores de este Boletín por dejar caer ciertos datos sin molestarse en averiguar si ha ocurrido algo
nuevo en este área desde 1977, sobre todo tratándose de una afirmación tan extraordinaria. Un asterisco y varias líneas habrían servido para probar su buena disposición a informar objetivamente a los lectores habituales de este Boletín. Pero una vez más nos decepcionan y tendremos que ser nosotros (los críticos, que les hacemos perder el tiempo), quienes corrijamos sus datos y sus abusos de interpretación.
En primer lugar, entre la utilización de RNA con planarias entrenadas y el aislamiento de ciertos péptidos, como la escotofobina, se obvia un dato fundamental: que en 1966 Byrne y 22 autores más pertenecientes a otros tantos laboratorios comunicaron en Science haber obtenido resultados negativos en experimentos de transferencia de memoria y resultados igualmente negativos aparecieron utilizando mamíferos (ratas) como sujetos experimentales (5).
En cuanto al aislamiento de ciertos péptidos (escotofobina, ameletina...) y posterior administración a animales receptores, Sols aludía sin duda a los trabajos de Ungar (6) y otros, sobre los cuales se han vertido numerosas críticas:
- Ninguno de estos experimentadores comunicó un procedimiento por el que sus resultados pudieran ser repetidos sistemáticamente en otros laboratorios;
- Existían dificultades en demostrar que sus datos eran debidos específicamente a una manipulación de memoria y no, por ejemplo, a un compuesto químico reductor del estrés o tranquilizante:
- Gaito (7) incidió en que estos péptidos, como ocurre con las proteínas en general, debían tener dificultades en atravesar la
barrera hematoencefálica, al ser inyectadas intraperitonealmente, pero Ungar, al parecer, encontró escotofobina en el cerebro, poco después de ser administrada:
- Los efectos comportamentales (sobre la memoria) se seguían manifestando en animales cuando el material transferido ya no era detectable en los cerebros.
Por todo ello, siguiendo a Guillamón Fernández (5) la mayoría de los expertos en aprendizaje y memoria no aceptan como válidos y reales los resultados obtenidos utilizando métodos de transferencia.
Pero ignoremos la realidad y supongamos que en el futuro se encuentra una influencia directa entre los péptidos de un organismo sobre la memoria de tareas concretas de otro organismo, ¿probaría eso la existencia de un puente entre la biología molecular y la parapsicología?, ¿podría empezar a pensarse en una especie de parapsicología molecular?... ¡De ningún modo! A lo sumo se
modificarían nuestros conocimientos actuales sobre la barrera hematoencefálica o se ampliarían los que ya existen sobre las bases bioquímicas de la memoria (que desde hace tiempo siguen la línea de
detección de aumentos de RNA sinaptosomal en el hipocampo y áreas subcorticales).
Es triste comprobar que tantas energias, tiempo y dinero no se saben invertir en algo más productivo que en recoger opiniones particulares
de ciertos científicos vertidas sobre datos desfasados. Las revistas del género pseudo son también tributarias de esta clase de desinformación que consiste en hacer alusión a ciertos estudios o ciertos científicos que han descubierto las bases neurológicas de
la telepatía o una nueva conexión entre neuronas que explicaría las formaciones ectoplásmicas. Cierto es que de la conferencia de D. Alberto Sols se podían sospechar estudios más reales, sin embargo, la conferencia, como los programas de TV y las revis-
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tas o libros de divulgación (8) no pueden ser fuente de datos para ninguna comunidad de investigadores que se precie.
HANS BENDER, LA OUIJA Y EL ANALFABETISMO MATEMÁTICO.
El boletín de la CIFA dedica algunas páginas a la biografía de Hans Bender. Toda una figura entre los parapsicólogos entendidos, que quizá
ignoren muchos lectores de LAR. Sirva como dato recordatorio que nuestro entrañable Argumosa (9) cita a menudo haber sido alumno suyo
en la Universidad de Friburgo.
Al parecer, H. Bender inauguró en 1950 un Instituto de Parapsicología (Instituto de Psicohigiene y Áreas Limítrofes de la Psicología, ofi-
cialmente), adscrito a la Universidad de Friburgo, lo que consiguió gracias al apoyo financiero de la propia universidad y a una generosa donación privada. En este Instituto permaneció como director, ejerciendo la docencia hasta su muerte (1991). Además -nos dice el texto- fue profesor titular de Psicología y Parapsicología en la misma
Universidad, cátedra que en 1975 cedió al Dr Johannes Mischo (sí, yo también me pregunto como un profesor titular puede ceder la cátedra
a nadie...)
Bender estudió Psicología, Filosofía y Romanística, graduándose en 1933 en la Universidad de Bonn, pero a partir del año 1946 se dedicó
a fundar un Instituto de Parapsicología. ¿Qué llevó a Hans Bender a interesarse por los fenómenos paranormales? No fue ningún dato experimental, fueron ciertas experiencias personales con la ouija y varias coincidencias premonitorias en distintos momentos de su vida.
El tema de la ouija debería quedar ya superado entre los parapsicólogos españoles actuales desde el momento en que se publica un articulo desenmascarador de J.L. Jordán Peña sobre este asunto en el número de Psi Comunicación parejo a este mismo Boletín que recoge la biografía de Bender. Sin embargo, no hay que creer mucho en la capacidad de aprendizaje de los expertos en este campo, vista la línea editorial de Psi Comunicación que parece empeñada en no hacer avanzar el nivel de conocimientos de sus lectores, dándoles una de cal y otra de arena. En este caso, el artículo Indicación de presencia de espíritus compensa con creces el escepticismo que hayan podido aprender con el anterior. Por increíble que parezca, en él se enseña
la técnica de elaboración de un detector de espíritus, técnica basada en el supuesto de que el espíritu provoca un descenso brusco de la temperatura ambiente. El artículo empieza de una forma tautológica (No todos los fantasmas son iguales, ni todos los fantasmas son lo mismo), con lo que es difícil no estar de acuerdo. Pero hay que tener el
cerebro muy vacío de datos físicos elementales (o simplemente de dos neuronas bien conectadas) para aceptar toda la argumentación que sigue a la tautología. Bien es verdad que los autores se esfuerzan en darle una apariencia científica, nada más y nada menos que escribiendo la ecuación de Planck en el texto.
Pero si en 1992 una experiencia personal con la ouija no debiera convencer a un parapsicólogo bien informado de la existencia de fantasmas, ¿podría hacerlo una experiencia personal de sueños premonitorios o cierta coincidencia en el tiempo de sucesos imaginados y vividos?...
Hasta hace pocos años la investigación de estos casos quedaba al margen de la psicología académica, no por miedo a conocer la verdad de
las cosas, como sugiere J.A. Huerga Astorga Psi Comunicación (1991, p. 89) sino por hallarse implicados desde el principio dos problemas que afectan a la misma posibilidad de investigación en laboratorio: difícil manipulación experimental y testigos únicos.
No obstante, en los últimos años han aparecido una serie de trabajos que aportan explicaciones racionales sobre los fenómenos y sobre la
creencia, o más bien, superstición, que da lugar a la investigación parapsicológica. En este sentido, y antes de pa-
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sar a citar algunas de estas obras, quisiera aclarar al Sr. Huerga Astorga que se equivoca cuando dice que la Parapsicología camina al lado de otras ciencias (Física, Química, Psicología, Biología, etc.) que le suministran datos imprescindibles y a las que aporta nuevos hallazgos (Psi Comunicación, 1991, p. 88). En primer lugar porque
la Parapsicología, en tanto actividad que desarrollan quienes se llaman a sí mismos parapsicólogos, no ha aportado un sólo dato que se pueda llamar científico más allá de los círculos en los que éstos se
mueven. Y en segundo lugar, porque tanto los parapsicólogos como sus sujetos experimentales han quedado ya absorbidos por el área de la Psicología que estudia las experiendas anómalas, la cual se nutre de información escéptica en lo que afecta al investigador creyente y en lo que afecta al sujeto o fenómeno paranormal. En esta línea de
investigaciones recientes se sitúan, entre otros, los trabajos de los psicólogos Graham Reed en su obra The Psychology of Anomalous Experience, David Marks y Richard Kammann en The Psychology of the Psychic, James E. Alcock en Science and Supernature, Robert A. Baker en They Call it Hypnosis o Terence Hines en Pseudosciences and
the Paranormal (10).
Personalmente creo -y la biografía de Hans Bender, Freud o Jung lo confirman- que buena parte del contenido de estas experiencias anómalas que se recopilan y citan una y otra vez desaparecerían
con la literatura para si se generalizase una adecuada formación en el área de las matemáticas que recoge la probabilidad de sucesos, así como en el área de la psicología que estudia la percepción subjetiva de dichas probabilidades y los mecanismos de transferencia de la memoria.
Supongo, también, que de existir un buen entrenamiento en estos asuntos, el Ministerio de Economía no recaudaría una sola peseta en concepto de lotería, e indirectamente, otros juegos de azar, pero, de
todas formas, no me resistiré a sugerir a los parapsicólogos una última lectura en relación con este tema: El hombre anumérico. El analfabetismo matemático y sus consecuencias, de John Allen Paulus
(en editorial Tusquets, Barcelona, 1990). Quedará claro entonces que no es que el responsable de la Expo tenga mala pata: es que, aumentando el número de oportunidades (acontecimientos), aumenta también la probabilidad de coincidencias desafortunadas. Añádase a esto los efectos de la atención selectiva y verán qué fácilmente se
obtiene lo que se busca. Elemental, querido Perera.
¿SON LOS PARAPSICÓLOGOS LOS MÁRTIRES CIENTÍFICOS DEL SIGLO XX?
Para entender este punto hay que tener claro qué opinión les merece la ciencia y los científicos a los que dicen investigar fenómenos paranormales. De entrada, la ciencia se ve como un conjunto de conocimientos que cambian con el tiempo, al extremo de que lo que hoy se da por cierto y válido, mañana puede no serlo en absoluto. Los científicos de una época concreta no tienen idea de la evolución histórica de cada una de sus ciencias y se empeñan -como policías o políticos conservadores- en defender los presupuestos de su época, rechazando incluso con violencia las ideas que puedan echar abajo el estado actual de sus conocimientos.
Muchas cosas contribuyen a retroalimentar estas creencias, que enseguida se demostrarán falsas, pero voy a destacar sólo dos:
- El mal uso de los ejemplos históricos por parte de personas que se suponen bien documentadas.
- El desconocimiento o la mala asimilación de ciertas leyes esenciales de la naturaleza.
En este apartado nos limitaremos al primer punto y para no salirnos del tema central, que son los contenidos de las últimas publicaciones
de la SEDP, centrémonos en
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lo que dice J.A. Huerga Astorga en su artículo Parapsicología vs. magia (Psi Comunicación 1991, p. 89}:
Hombres a los que la humanidad debe cuanto en la actualidad posee, sólo recibieron en pago la incomprensión e ingratitud de sus
contemporáneos: Descartes, Galileo, Roger Bacon, Raimundo Llul, Miguel Servet y tantos otros, sufrieron persecución e incluso la muerte, unas veces por el brazo secular y otras por el religioso de esa "oficialidad" detentadora del poder a quien Thomas Hobbes llama "El Gran Leviatán". Newton fue ridiculizado en sus tiempos; Max Planck, tachado de loco y marginado por sus mismos compañeros de la Universidad cuando proclamó su Teoría de la Relatividad; y Herbert Marcuse, en tiempos bien recientes, fue expulsado de la universidad de
Berkeley por el "delito" de sostener que los logros técnicos no deberían monopolizarse en beneficio de unos pocos. No hay que extrañarse, pues, de que la parapsicología encuentre dificultades por parte de la Ciencia tradicional, para instalarse en el lugar que le corresponde.
Como puede observar un lector mínimamente culto, los ejemplos del texto están mal traídos por distintas razones. Unos no se ajustan ni de lejos al papel de herejes de la ciencia según sus contemporáneos
(Bacon, Descartes, Newton); otros, además de no ajustarse a ese papel, contienen datos históricos falsos (Planck, Marcuse); el ejemplo del
Doctor Iluminado (Llul} es irrelevante porque no ha lugar hablar de ciencia moderna en el siglo XIII; y un último grupo que en realidad debería usarse contra quienes pretenden imponer criterios ajenos a
la ciencia para determinar lo que debe aceptarse y lo que no (Galileo, Servet).
Newton y Planck desarrollaron teorías importantísimas en el terreno de las ciencias físicas y en razón de esa importancia, pasaron las cuarentenas experimentales que impone la comunidad científica antes de reconocer cualquier nueva aportación, tanto más cuanto más importantes o extraordinarias sean éstas. Pero ninguno de éstos vivió el rechazo de los focos del saber en sus épocas respectivas, ni es lícito confundir con eso la rivalidad de teorías o escuelas que se produce a menudo dentro de un mismo campo de conocimientos.
Todos ellos, con sus diferentes aportaciones, ganaron prestigio académico internacional en el curso de sus propias vidas. Bacon y Newton incluso ostentaron cargos políticos dentro de su país. Descartes era clérigo y, a pesar de que dudaba de todo, ni siquiera le excomulgaron.
Planck recibió e1 Premio Nobel de Física en 1918, disponiendo de un cuarto de siglo
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más para disfrutarlo en vida y, evidentemente, su relación con la Teoría de la Relatividad no es la de inventor. En cuanto a Marcuse, me cuesta mucho creer lo de su expulsión de la Universidad de Berkeley, sobre todo porque fue profesor en Harvard, Boston y San Diego; pero no en Berkeley. Otra cosa bien distinta es que a Marcuse le expulsaran físicamente los antidisturbios del campus de esa Universidad, lo que es más probable, dada su faceta de ideólogo del movimiento estudiantil de los 60 y su conocida afición por las manifestaciones; aunque puestos a dar ejemplos cargados de razones extracientíficas de tipo político, Carlos Marx habría sido un ejemplo mucho más impactante para sus jóvenes lectores, que todavía se estarán preguntado quién era Marcuse. De cualquier forma, nos ha regalado una buena muestra de lo que apuntábamos más arriba respecto a las ideas preconcebidas de los parapsicólogos que, entre otras cosas, imaginan a los científicos disfrazados de policías.
Por último, Galileo y Servet, ha de quedar muy claro que fueron condenados por razones extracientíficas y que, curiosamente, razones de esta misma clase son las que presentan los parapsicólogos como único argumento cuando insisten en que la comunidad científica ha de reconocer a la Parapsicología entre las ciencias normales.
Pero esta visión de los científicos como censores y represores de ideas científicas revolucionarias no es patrimonio exclusivo de los que se dedican a investigar fenómenos paranormales. Por una suerte de contagio entre grupos de riesgo, los expertos en ufología nos dan también buenos ejemplos de manía persecutoria y no hace falta salirse de las publicaciones de la SEDP para verlo.
El Boletín de la CIFA dedica varias páginas en su último número para hablar de los Transient Lunar Phenomena (TLP), una especie de luminiscencias puntuales que aparecen en la superficie lunar. El artículo nos parece normal hasta que leemos las hipótesis explicativas sobre el fenómeno. Cuatro de ellas aluden a razones físicas -aunque no nos dicen que la más aceptada entre los científicos lo es por razones geofísicas que encajan perfectamente con las observaciones (11)- y la quinta es ufológica, ¿adivinan cuál?... Los TLP pueden entenderse como resultado de una cierta actividad extraterrestre, hipótesis que cobra
sentido al conocerse las presuntas conversaciones censuradas por la NASA entre los astronautas del APOLO y ésta.
Hagamos un inciso para recordar que en ufología se habla también de bases secretas que nos ocultan los gobiernos, quienes, no contentos con tener a los científicos y a los extraterrestres trabajando para ellos, a menudo contratan psíquicos como espías para averiguar los puntos débiles del enemigo... Y toda esta actividad de censura y
ocultación de datos y contratos, ahí esta, sin embargo, para que periodistas-ufólogos aspirantes al Premio Pulitzer y expertos de formación desconocida nos lo cuenten una y otra vez. ¡Qué poco secretas resultan las secretísimas bases de la NASA y qué mal hacen su trabajo las agencias de inteligencia permitiendo que se filtren sus archivos mejor guardados hasta en la prensa menos seria del mercado internacional!
Pero sigamos con el artículo de los TLP: En resumen, el misterio sigue ahí, esperando ser desvelado y mucho nos tememos que la última de las hipótesis es la de menos peso, aunque a muchos les gustara que no fuera así. Es decir, después de que existen varias hipótesis perfectamente razonables, el misterio sigue ahí y parece que los autores temen que la última de las hipótesis sea la de menos peso,
pero no nos dicen por qué, de cinco explicaciones posibles, las personas racionales tienen que dar más peso a la fantasía.
Por último y para que se cuide más el buen uso del lenguaje, ¿a muchos les gustara que no fuera así se refiere a que a muchos les gustara que no fuera así lo del poco peso de la hipótesis ufológica o que a esos muchos les gustara que no fuera así lo del
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temor porque esa hipótesis sea la de menos peso?... El asunto cambia bastante, desde luego.
La confusión, sin embargo, permanece ahí, para que el lector propenso a creer pueda añadir un ejemplo más en sus propias charlas de contubernios político—científicos contra nuestros mártires más queridos.
EL MÓVIL PERPETUO Y LAS MENTES ABIERTAS
En el apartado anterior hemos dejado apuntado el tema del desconocimiento o la mala asimilación de ciertas leyes esenciales de la naturaleza, al hablar de las razones que explican la visión de la
ciencia como un cúmulo de conocimientos que cambian con el tiempo sin conexión entre ellos.
Así lo expresaba J. L. Jordán Peña en su artículo Cómo puede Vd. doblar metales sin tocarlos (12)
Existe la falacia popular del cambio sencillo de paradigma. Einstein "habría sustituido" a Newton. Algo así como si hubiera cogido un palo el bueno del autor de la Relatividad y golpeado sin misericordia todas las fórmulas matemáticas de la Mecánica Clásica, haciéndolas puré.
Pues no... lo que hizo el genial Einstein es ampliar esa fórmula a velocidades muy altas, cercanas a la luz.
Este artículo, publicado en la revista de la SEDP del año 90 no impide que, al tiempo de su publicación, su Presidente Sr. Ramos Perera, vuelva a recurrir a esta falsificación histórica para justificar la legalidad de la investigación de fenómenos paranormales en un programa de televisión (13). Nos hallamos nuevamente ante un ejemplo de estancamiento mental que prueba la inutilidad de la esquizoide política editorial que se jacta de tener la SEDP.
Pero la idea de una ciencia que avanza a saltos, atravesando sucesivas revoluciones internas hasta que se consolida la llegada de la nueva
teoría y pasa a ser admitida por todos, se la debemos en último término a la popularidad de cierta Filosofía de la Ciencia (Kuhn, Feyerabend) que parece inspirarse en las fases primitivas de una ciencia (por ejemplo, en la Psicología del siglo XX) para generalizar a todas las demás en su estado evolucionado y acabar vendiendo la propaganda de en principio, todo vale.
Quizá por esta razón Kuhn ha tenido una gran influencia entre los psicólogos y tan poca entre los físicos, que ven más adecuada a su realidad la Filosofía de Toulmin, según la cual el progreso científico
vendría dado por la resolución de los problemas que van surgiendo dentro del cuerpo de conocimientos propio de cada época (14).
Un ejemplo que utiliza Gustavo Bueno cuando le hablan de la posibilidad de fenómenos extraños, que violan una a una todas las leyes de la Física, es el del móvil perpetuo. Y es verdad que, siguiendo a Toulmin, la búsqueda de fenómenos paranormales se nos asemeja mucho a la del móvil perpetuo (lo que a veces convierte el verdadero escepticismo en una especie de norma autodisciplinaria
dentro de las asociaciones que se califican de escépticas). La
Termodinámica nos dice que no es posible un móvil perpetuo, sin embargo, a lo largo de la historia, muchos hombres invirtieron sus esfuerzos en intentar desarrollarlo. Se puede decir, como hoy se dice de quienes quieren creer en la existencia de fenómenos paranormales, que estos hombres eran hombres de mente abierta porque no rechazaban
nada a priori, pero las personas de mente cerrada tenían razon.
Moraleja: No se debe confundir nunca mente abierta con ignorancia so pena de acabar haciendo el ridículo.
¿QUIÉN PIERDE AQUÍ EL TIEMPO?
Al principio vimos que en
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sus publicaciones los parapsicólogos manifiestan estar hartos de que se cuestione la utilidad de su trabajo, porque pierden demasiado tiempo explicando las razones y ello va en detrimento de sus investigaciones.
Quizá, las asociaciones escépticas que han surgido en diferentes países durante las últimas décadas les han obligado, efectivamente, a contestar críticas que hasta entonces nadie les vertía, pero que, sin embargo, han servido -y mucho- para aclarar a quienes lo tenían confuso cuál es el soporte científico de las pretensiones de lo paranormal.
Pienso, de todas formas, que la gran pérdida de tiempo hay que analizarla según lo dicho en el apartado anterior. La ignorancia, los conocimientos científicos mal asimilados, el deseo de llegar a la
categoría de genio por la vía rápida, sustituyendo el período de formación por intuiciones inspiradas en revistas de divulgación (15), o todo ello unido, ha dado lugar a una sorprendente comunidad de partidarios en móviles perpetuos, que ha obligado a los verdaderos genios y (ahí están los premios Nobel, fellow del CSICOP, para demostrarlo) a perder un poco de su valiosísimo tiempo intentando aclarar al público en general quién es qué en este circo.
Y no sé si el tiempo de quienes escribimos La Alternativa Racional es tan valiosísimo como el de estos genios, pero nosotros estamos aquí con el mismo propósito que ellos y creo, en realidad, que no estaremos perdiendo el tiempo mientras consigamos que algunos empiecen a invertir el suyo a partir de ahora en algo menos ilusorio que un móvil perpetuo.
NOTAS PARA EXIGENTES Y CURIOSOS
(1) José Luis Jordán Peña afirma estar en la línea de ARP completa y radicalmente, sin embargo, al momento de escribir esto, aún no ha dejado la SEDP.
(2) En alusión a la mala pata del Sr Yáñez, al qne se le hunden los barcos nada más inaugurarlos, se le incendian los pabellones, se tropieza por las escaleras al subir al avión, etc. (programa La Clave, Antena 3, 13/3/92)
(3) Alexander Kohn (l984): Falsos profetas. Fraudes y errores en la
ciencia. Pirámide. Col. Ciencia Hoy,. Madrid. 1988. Eysenck/Kamin (1989, ed. española): La confrontación sobre la inteligencia. Ed. Pirámide. Lewontin, Rose y Kamin (l984): No está en los genes. Ed. Crítica, nº l68. Barcelona, 1987.
(4) Martin Gardner (1983): Orden y sorpresa. Alianza Editorial. Col. Libro de Bolsillo. nº 1255. Madrid, 1987.
(5) Antonio Guillamón Fernández (1984): Fundamentos biológicos de la conducta. Tomo II (Aprendizaje y Memoria: Procesos químicos intracelulares y sinápticos). UNED.
(6) G. Ungar (1975). Peptides and Behavior. Rev. Neurobiology, l7: 37-60.
(7) J. Gaito (1976). Molecular psychobiology of Memory: Its
appearance, contributions and decline. Psychological Psychology. 4 (4). 476-484.
(8) En el capítulo bibliográfico, el Boletín de la CIFA mezcla literatura etnográfica y tratados pseudocientíficos de siglos pasados,
mientras que PSI Comunicación apuesta directamente por este último género; aunque eso sí, algo modernizado: Gaia. El poder mágico de la Luna. Así hablan las manos, etc. (a ninguno de sus autores se los disputará el M.I.T. ni el Carnegie Hall). A veces, por fijarse más en los títulos sensacionalistas que en la credibilidad de sus contenidos,
cometen deslices, de otro modo incomprensibles: así ocurre, por ejemplo, con la reseña del libro de Karlheim Descher Opus Diaboli, no más diabólico que el clásico ¿Por qué no soy cristiano? de B. Russell...
(9)El parapsicólogo español que más se prodiga en medio (le recordarán por su aspecto de dandy inglés). Es conocido por sus psicofonías de único testigo -él, en su casa-, de las que lleva hablándonos desde los tiempos en que mis profesores eran estudiantes universitarios.
(10) Todos ellos en la editorial norteamericana Prometheus Books:
59 John Gleen Drive. Amherst, New York l4228-2197. USA
(11) En efecto. Estos fenómenos no se producen de forma esporádica como dice el Boletín de la CIFA. Suelen presentarte en los bordes
de los grandes mares y en las regiones donde abundan las fallas,
cuando la luna se encuentra en el perigeo (punto de la órbita en
que la Luna y la Tierra están mas cerca), lo que invita a pensar en
deformaciones provocadas por la atracción gravitatoria terrestre, o
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fuerzas de marea que se liberarían en forma de seísmos.
(12) Psi Comunicación. 1990, 31-32, p.49. Remitido gentilmente por su autor a la Secretaría de ARP.
(13) Prog. A través del espejo, TVE 2. 25/1/91.
(14) Stephen Toulmin (1972): La comprensión humana I. El uso colectivo y la evolución de los conceptos. Alianza Editorial. Madrid, 1977.
(15) Recuerden el chiste del Skeptical Inquirer, portada del nº 12 de La Alternativa Racional, en el que un señor con bata blanca y cara de grandes expectativas iba introduciendo en el embudo de una extravagante máquina paranormal una serie de etiquetas: función ondulatoria, taquiones, Principio de Incertidumbre de Heisemberg, Teorema de Bell; mientras en el output de este ingenio mecánico iban saliendo otras tantas etiquetas: telequinesis, clarividencia, telepatía... Pues eso.
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DESDE EL SILLÓN ESCÉPTICO, RECOMENDAMOS:
Luis Alfonso Gámez
LIBROS

Carballal, Manuel: Secuestrados por los ovnis. Edita Espacio y Tiempo (Col. "Biblioteca Básica de Espacio y Tiempo"). Madrid 1992. 127 páginas. Resulta imposible decir algo positivo de este engendro perpetrado por uno de los jóvenes ufólogos españoles que más parabienes recibe de la vieja guardia. Secuestrados por los ovnis demuestra que, cuando Manuel Carballal y sus colegas acusan a los escépticos de no conocer el tema de los platillos volantes, lo hacen con la esperanza de que los críticos de la ufología adolezcan del mismo defecto que los aprendices de correcaminos, una ignorancia
supina. Y no es así. La lectura de este libro resulta edificante para el escéptico, que puede llegar a decir: "¡Si éste es uno de los jóvenes valores de la ufología española, que me pongan una docena al otro lado del ring!". Aún así, el combate sería desigual. La credulidad del perseguidor de ovnis gallego no tiene límites y su ignorancia de la literatura seria sobre la materia resulta preocupante. Conceder algún crédito a las historias de Betty Hill y Travis Walton es algo propio de un indocumentado. Por desgracia, la joven ufología española ha decidido seguir los pasos del peor periodismo, el que elimina aquellos argumentos que no están de acuerdo con sus intereses. Secuestrados por los ovnis es la obra ideal para
calzar la pata coja de una mesa, aunque igual no sirve ni para eso.

Randi, James: Psychic Investigator in Search of the Supernatural. Boxtree. Londres 1991. 159 páginas. "Aquéllos que creen sin razón
no pueden ser convencidos por la razón". Esta máxima de James Randi, que debería estar en el despacho de todo escéptico, figura en las primeras páginas de este interesante libro del ilusionista canadiense. A falta de una detenida lectura, puede decirse que, posiblemente, Psychic Investigator in Search of the Supernatural no aporta nada
nuevo a la obra de Randi. Sin embargo, el interés del libro, resumen de una serie de programas que el autor hizo para la Granada Television en 1991, radica en que bastan pocas páginas para que el lector se haga una idea del estado de la cuestión en campos marginales como la astrología, espiritismo, telepatía...
ARTÍCULOS

Aguirre de Cáncer, Alberto: "La NASA reanuda la búsqueda de vida inteligente en el espacio". Abc (Madrid), 7 de Octubre de 1992.
"Una entre un millón. Ésta es la posibilidad de éxito que los propios responsables del programa SETI creen tener. Pese a ello, dedicarán diez mil millones de pesetas y diez años de trabajo a la búsqueda de civilizaciones alienígenas". Así comienza este re-
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portaje de Alberto Aguirre de Cáncer, en el que el autor se centra sobre todo en la polémica levantada par el alto coste del proyecto de detección de señales de inteligencias extraterrestres que se puso en marcha el pasado 2 de octubre. Lo cierto es que las posibilidades de encontrar vida inteligente extraterrestre son pocas; pero y si nos topamos con ellos...

Benítez, Juan José: "Ovnis en El Escorial". Espacio y Tiempo (Madrid), Nº 20 (Octubre 1992). 48-56. La sabiduría popular dice que todo vale en el amor y en la guerra. Está claro que, después de la polémica sobre el seminario de ovnis de la Universidad Complutense de Madrid, lo que Juan José Benítez siente por los integrantes de ARP no es lo
mismo que sentía Romeo por Julieta. El novelador navarro habla de "campaña difamatoria" y dice que los críticos han utilizado contra él "la injuria y la descalificación personal"; confunde a ufólogos de "la línea crítica" con escépticos, y mete a todos los que no comulgan con sus escritos en el mismo saco. Para empezar, no hace falta recurrir a la injuria ni a nada parecido a la hora de poner en su sitio a quien no tiene ni idea de lo que es la ciencia y se limita a creerse todo aquello que le cuentan con un mínimo análisis crítico. En segundo lugar, está bien que Benítez venda a su público gato por liebre, pero a quien esto firma no se la da con queso: Joan Plana Crivillén, señor
Benítez, no es un escéptico, es un ufólogo y punto. Por último, Félix Ares, Javier Armentia, Mercedes Quintana, Manuel Toharia y muchas otras personas son miembros de ARP; pero Luis Alfonso Gámez no y cuando se manifiesta acerca de algo en público lo hace siempre a título personal.

Efe: "Una sentencia afirma que no es preciso el título de médico para ejercer la medicina naturalista". La Vanguardia (Barcelona), 21 de Octubre de 1992. Una sentencia de la sala segunda del Tribunal Supremo, publicada en la revista La Ley, establece que no es necesario ser médico para pasar consulta de medicina naturista, practicar técnicas de acupuntura y efectuar sesiones de rayos láser. El texto dice que el término de medicina alternativa se aplica a aquellas prácticas sanitarias que, por no estar fundadas en el método científico experimental, ni se enseñan en las facultades de medicina españolas ni se hallan comprendidas entre las especialidades médicas de las universidades. La controversia está servida; pero no puede negarse que el modo de pensar del juez es consecuente con el de muchos críticos de estas prácticas. ¿Acaso no es lógico que si las medicinas alternativas no tienen nada que ver con la ciencia, pueda practicarlas cualquiera? De la misma manera que el curandero analfabeto de turno no tiene titulo, ¿por qué tiene que tenerlo el acupuntor, porque a su consulta va gente de otro extrato social?

Fernández Ardanaz, Santiago: "Evadir impuestos y consultar horóscopos son pecado, según el nuevo catecismo". El Correo Español- El Pueblo Vasco (Bilbao), 24 de septiembre de 1992. La Iglesia Católica no podía
dejar pasar la oportunidad de dar la nota en el año del quinto centenario del descubrimiento de América. El Vaticano no sólo mira hacia atrás, sino que está dispuesto a retroceder cinco siglos. Cuando la Iglesia censura la evasión de impuestos, la corrupción política, la calumnia o los actos de violencia sexual, no hace algo que no hagamos
la mayoría de los ciudadanos. Al margen de credos, la gente desprecia ese tipo de actitudes. Ahora bien, sólo mentes cerriles son capaces de tildar de pecados o de actitudes que merezcan el desprecio social a las uniones no matrimoniales, e1 divorcio, el aborto, la homosexualídad, la eutanasia o la masturbación. Esa actitud inquisitorial respecto a todo lo que huela a sexo se debe a que la cúpula vaticana tiene el cerebro detrás de la bragueta. Sin embargo, por esperados, esos pecados no han sorprendido a nadie. Lo sorprendente ha sido que, para acabar con la competencia, los curas han decidido que leer
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el horóscopo, consultar adivinos y ser supersticioso es pecado. ¿No es una superstición santiguarse al salir a a calle? ¿No es una superstición llevar un crucifijo en el pecho?

Gómez, Joan Martí: "Los científicos buscan a Nessie". Ciencia y Tecnología. Suplemento de La Vanguardia (Barcelona). Nº 143 (17 de Octubre de 1992). 3-4. Una investigación científica en el lago Ness, la mayor concentración de agua fresca del Reino Unido, le sirve al autor para intercambiar impresiones con Anthony Preston, director del proyecto Urquarth, sobre el mítico monstruo. "Lo primero que tuvieron que vencer las instituciones que participaban en la investigación
-recuerda Preston- fue el miedo a verse envueltas por la prensa en un proyecto para buscar al monstruo. Siempre que un científico se mete a investigar el lago, lo que llega a la opinión pública es que se está buscando a Nessie, y esto es un problema embarazoso para cualquier científico". La última búsqueda de Nessie a gran escala, llamada Operación Escrutinio en Profundidad, no obtuvo ningún resultado positivo, a pesar de que los cazadores de monstruos se las prometían
muy felices. Por fortuna, el proyecto Urquarth no persigue a Nessie y por eso quizás ha tenido tantos problemas con el monstruo.

Gómez, Joan Martí: "Anthony Preston: En el lago no hay túneles que desemboquen en el mar". Ciencia y Tecnología. Suplemento de La Vanguardia (Barcelona). Nº 143 (17 de Octubre de 1992), 4. El director del proyecto Urquarth reconoce que la leyenda del "monstruo ha alejado del lago Ness a muchos científicos serios, que no han querido que su carrera terminase en las primeras páginas de los diarios sensacionalistas, presentándolos como los cazadores de Nessie". Preston, que se muestra cauto a la hora de manifestarse sobre la posible existencia del monstruo, concluye diciendo que "si alguien ,me pregunta si Urquarth será el proyecto definitivo que destruirá para siempre la leyenda del monstruo del lago Ness, siempre contestaremos que no podemos destruir una leyenda y que tampoco podemos probar concluyentemente que Nessie no existe, sin vaciar el lago. Y puedo garantizarle que no tenemos intención de sacar del lago sus 260 millones de metros cúbicos para ver si encontramos a Nessie".

Guijarro, Josep: "Ovnis en la Universidad". Karma 7 (Barcelona). Nº 240 (Noviembre 1992), 66-68. El ufólogo catalán hace un panegírico de todos y cada uno de los charlatanes que se dieron cita en el curso de verano sobre ovnis de El Escorial y pone a los escépticos en su sitio. Es decir, los llama "inquisidores", "recalcitrantes negadores" y otras lindezas. Cómo no, aprovecha la oportunidad para salir en la foto con Juan José Benítez, que se ha constituido en una especie de padre espiritual para todos aquellos que quieren rentabilizar su dedicación a los ovnis. Guijarro es otro de esos valientes que, al igual que su maestro, evita todo posible debate directo con escépticos conocedores del tema de los platillos volantes.

Nieves, José Manuel: "¿Hay alguien ahí fuera?". Blanco y Negro (Madrid), Nº 3.823 (4 de Octubre de 1992), 70-76. La científica jefe
del proyecto de Barrido por Microondas de Alta Resolución (HRMS) Jill Tarter, asegura que "realizaremos una búsqueda mayor en el primer minuto de esta primera etapa que la efectuada en los últimos treinta
años". El proyecto de la NASA, que se prolongará durante diez años, dispondrá de un presupuesto de 10.000 millones de pesetas.
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ALTERNATIVA RACIONAL A LAS PSEUDOCIENCIAS
La asociación Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP) trata de fomentar la nvestigación crítica de las supuestas manifestaciones de lo paranornlal y los hechos presuntamente situados más allá de los limites de la ciencia siempre desde un punto de vista racionalista,
científico y responsable, y dar a conocer los resultados de tales investigaciones a la comunidad científica y al público en general.
Para alcanzar estos objetivos, la asociación:
1.Mantiene un equipo de personas interesadas en examinar criticamente las supuestas manifestaciones de lo paranormal y los hechos situados más allá de los limites de la ciencia.
2.Está en contacto con asociaciones similares de todo el mundo, estableciéndose para cada caso el tipo de relación que se estima convemente.
3.Propicia y encarga investigaciones a estudiosos objetivos y neutrales de las áreas que sea necesario.
4.Prepara bibliografías de materiales publicados que analizan cuidadosamente los temas objeto de estudio.
5.Publica artículos, revistas, monografías y libros que examinan las supuestas manifestaciones de lo paranormal y los hechos presuntamente situados más allá de los límites de la ciencia.
6.Organiza conferencias y simposios, y asiste a los medios de comunicación para ponerse en contacto con la opinión pública.
7.No rechaza los hechos a priori, antes de investigarlos, sino que los examina objetiva y cuidadosamente antes de manifestarse al respecto.
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