El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 268
Perplejita me hallo
(Artículo publicado originalmente en el Diario de Avisos).
Desde que en este país no se vende el Quimicefa, en materia de ciencia hemos ido para atrás. Ahí empezó nuestro verdadero declive en I+D+i. El programa Salvados dedicado a los productos alimentarios dejó claro lo fácil que es estimular la llamada quimiofobia y hacer que de repente tengamos miedo a lo que comemos, cuando es lo más sano que hemos comido en toda la Historia. Una ha llegado a escuchar a gente más o menos formada aquello de “es que todo lo químico siempre acaba perjudicando, es mejor lo natural”. Tras el correspondiente facepalm, cabe hacerse la pregunta de si realmente es necesario aclarar que todo cuanto existe es químico. El sol, el aire, las papas, el polietileno, el gato del vecino… nada de eso existiría si no fuera por los químicos que las componen.
“Lo natural” es un gigantesco negocio que se nutre de alimentar ese miedo a estarnos envenenando poco a poco. No solo atañe a la comida, sino que extiende sus tentáculos a la salud. Por ejemplo, cada vez son más los padres (por suerte aún una minoría) que rechazan vacunar a sus hijos, al considerar, espoleados por esta creencia de ignorantes, que les hacen daño cuando en realidad les estarían protegiendo. Millones de niños mueren por no ser vacunados; el caso contrario, simplemente, no se da.
La extensión de la quimiofobia, asentada sobre el miedo que da lo desconocido (y admitamos que de química entendemos lo justito), hacen peligrar logros en la calidad de vida que hace cincuenta años eran ciencia ficción. No lo permitamos.
URL: http://www.diariodeavisos.com/quimiofobia-perplejita-hallo/