España: un triste record. Félix Ares. En el número de Otoño de 1992 del Skeptical Inquirer están los indicadores de Ciencia y Tecnología para 1991, que publica en National Science Board de Estados Unidos (1). En ellos se muestra el interés por la ciencia de los ciudadanos de catorce países occidentales. Entre ellos España tiene un récord. Más del 45% de los españoles están de acuerdo con la afirmación de que "en mi vida diaria no es importante para mi conocer sobre ciencia". Somos los campeones, seguidos muy de cerca por Grecia y por Bélgica. En Estados Unidos, sin embargo, sólo están de acuerdo con esta frase aproximadamente el 12%.
Sólo el 68% de los españoles estamos de acuerdo en que "la ciencia y la tecnología están haciendo nuestras vidas más saludables, más fáciles, y más confortables". Aquí no somos campeones, pero tenemos un honorable segundo puesto; sólo nos superan en menosprecio a la labor científica los portugueses. En Estados Unidos son algo más del 82% los que están de acuerdo.
¿Qué ceguera lleva al 32% de los españoles a pensar que la ciencia y la tecnología no están haciendo su vida más saludable, más fácil y más confortable? ¿Alguien les ha dicho alguna vez que la esperanza de vida de nuestros conciudadanos de hace un siglo no era superior a los 45 años? ¿Alguien les ha dicho que en el París de la revolución francesa, en los barrios pobres, llegar a los 30 años era muy difícil? ¿Alguien les ha hecho ver las enfermedades y sufrimientos que padecía una humanidad sin una medicina científica, sin alimentos suficientes y sin una calefacción adecuada en los fríos inviernos?
No quiero caer en un panegírico acrítico de la Ciencia y la Tecnología, pero me preocupa que en el cuerpo social vaya calando la idea de que la ciencia y la tecnología no aportan nada digno de mención.
Me preocupa nuestra ceguera histórica; por ejemplo, el olvido de los grandes avances de la medicina. En 1928 Alexander Flemming descubrió la penicilina y con ella empezó toda una nueva familia de fármacos que nos han hecho la vida infinitamente más llevadera. En muchos lugares del mundo, incluyendo España, se levantaron monumentos a Flemming. Me da la sensación de que se admiraba a la ciencia y se reconocían sus aportaciones al bienestar de la humanidad. ¿Hoy haríamos una estatua a algún científico famoso?
Recientemente la Organización Mundial de la salud ha dado por desaparecida la gran plaga que fue la viruela. ¿Alguien, en nuestro país, ha levantado un monumento a Jenner para celebrar el hecho?
Que yo sepa no ha sido así. No he visto gran interés en este hecho trascendente. Más bien he leído reacciones en contra, como la de algunos autollamados ecologistas que se lamentaban de la desaparición de la enfermedad porque disminuía la variedad genética.
Obviamente no todos los movimientos ecologistas son iguales, pero me inquietan algunos de ellos por lo que tienen de fanáticos, de anticientíficos, y de soñadores acríticos del buen salvaje. Me da la sensasación de que en éste, como en otros muchos casos, se convierte en verdad indiscutible, aquello que se repite muchas veces.
(1)-National Science Board, Science & Engineering Indicators -1991. Washington D.C. U.S. Government Printing Office. 1991 (NSB 91-1).
¿Ciencia humanizada o charlatanismo? El Talismán a transistores. Alejandro Agostinelli (* Periodista especializado en divulgación científica. Es directivo del CAIRP y asesor editorial de la revista El Ojo Escéptico. Dirección postal del CAIRP: C. de C. 26, suc. 25, 1425, Buenos Aires.)
¿Qué trae de nuevo la conspiración de Acuario para la ciencia? ¿Es verdad que necesita renovarse entrando en la variante light de la onda new age? El anticipo de Tiempo extraño, el libro de Andrew Ross extractado en Futuro el 24 de octubre, debió sorprender a los lectores que siguen de cerca el sostenido crecimiento de la subcultura de la Nueva Era en la Argentina, que se aleja cada vez más del under para acercarse a ciertas superestructuras, copando por los cuatro costados los medios de difusión y colocando en entredicho la capacidad del hombre por sobrevivir a las supersticiones que va sembrando en el camino. Si bien Ross centra sus reflexiones en los Estados Unidos, donde la conducta de la intelectualidad de Acuario se ha vuelto más previsible, el impacto social del fenómeno ya entró de lleno a nuestro país. La cultura de los horóscopos computerizados, el ecologismo visualizado como terapia de un planeta humanizado que agoniza "aplastado por el progreso" (como si la ciencia tuviera propiedades morales, y no los políticos que deciden sus aplicaciones), la psicología del Yo Soy como eje de doctrinas que endiosan al individuo o el Control Mental instituido como práctica "avalada por la ciencia", son sólo algunas puntas de una estrella fugaz made in USA que se importó mecánicamente, sin otro ajuste que su traducción al español. De todos modos, quienes ignoran a qué compartimento corresponden estas disciplinas (ciencia/esoterismo/ religión/charlatanismo) no dudan en sentarse a escribir verborrágicos ensayos donde no dudan en encerrar a la palabra pseudociencia entre comillas. Con todo, los auténticos espíritus científicos saben que ciertas vacilaciones, a veces, pueden determinar que enfermos con dolencias graves renuncien a sus tratamientos para viajar a la India a hacerse bendecir por un sanador que, en realidad, es un gurú que materializa rolex de oro que regala a adeptos adinerados en un país con cientos de miles de pibes con las barrigas hinchadas por el hambre.
El conocimiento imaginario.
Andrew Ross cree que la comunidad new age -bautizada así en los 60 por los afluentes esotéricos y orientalistas del hippismo- ofrece a nuestros contemporáneos interesantes estímulos a la sociedad y a la cultura, excepción hecha del lenguaje claustrofóbico del individualismo, atributo inadmisible para cualquiera que postule su progresismo ante la admiración general, máxime en tiempos donde cuesta tanto diferenciarse de la chatura ideológica media. Ingrato, odioso como debe ser, el avance ominoso, del racionalismo -celoso guardián del purismo ortodoxo-contrarrevolucionario- condena a la Nueva Era a la marginalidad, al ostracismo, a la oscuridad. Así se explica por qué los impulsivos newagers no tardan en asumir ciertos rasgos paranoicos.
"Es el resentimiento del excluido", interpreta Ross. No, claro: no es que él los justifique. Pero a partir de esa sensación ellos se convertirán en cruzados de una nueva fe; en soldados luchando contra las presuntuosas ínfulas de la ciencia oficial, su tempestuosa carga de poder y autoridad y su ceñudo donaire de rigor y objetividad. Por eso es que el nuevaerismo "es empujado a emular el discurso dominante del racionalismo", única estrategia posible en un mundo donde la última zona franca -un reducto al que todavía no se había despojado de cierta cuota de credibilidad- era el ámbito científico. El abundante detritus de logias que pulula en el movimiento sin nombre tiene un eficaz poder corrosivo, que no cesa de transvasar pseudoconocimientos a las nuevas generaciones. ¿Es posible convencer a la cultura de mercado de que se abstenga de picotear el cerebro de los adolescentes? En nombre de la ciencia, que presta sin querer sus credenciales a la Nueva Era, la racionalidad de la sin razón participa de una embestida desde varios frentes, uno de los cuales es la mitad más una de las revistas que proclaman dedicarse a la divulgación científica. El negocio, como siempre, consiste en atraer al público y transformarlo en adicto al misterio. Volverlo un ente acrítico, fascinado por esas ciencias y esas tecnologías que se presentan como indistinguibles de la magia, en un penoso remedo de la tercera ley de Clarke.
De la tecnocracia a la chantociencia. "Emular el discurso dominante del racionalismo"... Pero esa ansiedad imitativa ¿no obedecerá a que el conjunto de actividades que procuran el desarrollo científico están entre las pocas del trajín humano que -al menos por ahora- no fueron seriamente envilecidas por la mentira, la corrupción y el fraude? Esa manifiesta vocación por arrimarse a expresiones usuales en ciencia, entonces, ¿no responderá a que las disciplinas que se anidan en la new age han encontrado el refugio más conveniente, que logra mimetizarse vistiendo ropajes vistosos y un lenguaje que se presume tan científico que el potencial consumidor casi no percibe los graves matices que separan lo trucho de lo científicamente comprobado? Llama la atención que el "descubrimiento" que más entusiasma al joven especialista de la Universidad de Princeton sea que la ciencia tiene mucho que aprender de la Nueva Era o, lo que es lo mismo, que ésta contribuye al avance de la ciencia. Por ahora, la novedad apenas alude a la crisis cultural que activó el despertador, siendo el colapso de la educación científica uno de los indicadores más alarmantes. En este marco, queda flotando la sensación de que la new age y sus derivados emergen como el síntoma de una carencia. Más bien lo contrario de una respuesta.
Hasta la llegada de Ross, los amigos de la Nueva Era se contentaban con verse a sí mismos integrando una alegre caravana ecológico-pacifista que se disponía a tocar el planeta con una liberadora varita mágica sin necesidad de normas a postular ni principios generales que respetar; que se declaraba renuente a dejarse embrujar por falsos profetas; que podía seguir deambulando de esquina a esquina de la galaxia sin encontrar la definición que le calce en la horma. Pero el eterno problema de las definiciones es que con ellas podemos correr el riesgo de dejar algo importante afuera del negocio... perdón, del movimiento. Ross parece ser la excepción. Porque arriesga una definición ("es una formación contracultural en una era de crisis tecnocrática"), le endilga objetivos específicos ("se alimenta del deseo popular de tener un control más democrático sobre la información y los recursos") y ensaya un diagnóstico ("reconstruye una ciencia con cara humana"). Defender lo que sea en nombre de cierto tipo de contracultura todavía conserva cierta aureula de prestigio. Ergo, nivelar pensamiento científico con el establishment al que se desea derrocar es una de las tácticas más astutas de los pseudointelectuales de Acuario.
Multiculto S.A. En realidad, la new age es un movimiento sincrético en el que una mixtura de disciplinas ocultistas ha ido creciendo hasta cobrar dimensiones comparables a las de una religión de masas. Curiosamente, se da la paradoja según la cual necesita elevar el prestigio de su idea de espiritualidad adornando sus doctrinas con conceptos que toma prestados de las disciplinas científicas aceptadas, a las que, sin embargo, condena por "su falta de sensibilidad". ¿Que los disparates son excepcionales porque en todos los gremios hay chantas? En nuestro país, los profesores Fabio Zerpa, Antonio Las Heras o Lotito son los primeros en advertir que en su ramo "también hay chantas". Ocurre que el negocio de la new age es más un señuelo para enganchar a la clase media/media-alta (segmentos de un mercado que raramente asistiría a una misa de sanación del pastor Giménez) que una búsqueda social o cultural renovadora; es una superstición tecnificada donde una nueva generación de embaucadores necesita disfrazar su discurso con neologismos que apelan más al corazón que a la razón. Y es heterogénea porque hace flamear, ante todo, las banderas del universalismo. ¿Tendrá esto algo que ver con la libertad de creencias? No; lo que en realidad quieren decir es que si no te consiguen vender un curso de Control Mental, a lo mejor puede interesarte una pirámide energetizada en el cerro Uritorco. En ese todo vale absorben cuanta creencia moderna anda dando vueltas por ahí porque "todo forma parte de una misma toma de conciencia planetaria". Esa pretensión universalista es el plafón de los patriarcas de varias sectas destructivas que vienen tostando la píldora de Acuario mucho antes de que surgieran las primeras revistas onda new age, algunas de las cuales se han convertido en verdaderas máquinas de fabricar liderazgos alienantes. ¿Alguien dijo insensibilidad?
Ahora bien, si las imprecisas fronteras del movimiento dificultan el abordaje del apólogo, el crítico no está mejor ubicado. Ross avisa que las transgresiones del nuevaerismo introducen cambios positivos en la percepción interior de la ciencia porque cuestiona sus estrictas demarcaciones y promueve una mayor apertura mental frente a los nuevos paradigmas que se avecinan. Pero... ¿es cierto que "las disciplinas del Tercer Milenio" aportan ideas novedosas? Hay preguntas que urgen respuesta. Por ejemplo, ¿qué ha hecho por el bienestar de la humanidad la astrología? ¿Qué aportó al conocimiento de la Historia la Psicología Transpersonal, que ofrece viajar en el tiempo a fin de revivir encarnaciones pasadas? ¿Cuántos secretos de Estado fueron develados por telépatas contratados por conspiradores duchos en psicotrónica? En más de cien años de existencia, ¿en qué ayudó la parapsicología no ya en la lucha contra el cáncer sino como paliativo de un resfrío? ¿Qué han enseñado de nuevo los hombres-antena (es decir, los médiums que incorporan seres extraterrestres)? ¿Dónde están los estudios estadísticos con que los homeópatas demuestran que su doctrina no es un prolijo engaño basado en el efecto placebo? ¿Alguien vio a un profesional de la salud recomendando flores de Bach a un depresivo que acaba de anunciar su próximo intento de suicidio? ¿Qué dicen los médicos de la visualización o de los cursos de Control Mental donde el único elemento activo de la terapia son distintas estrategias de sugestión? ¿Son realmente inocuas las esencias de eficacia desconocida que apartan al paciente de los tratamientos de eficacia probada? Demasiadas preguntas que se pueden resumir en una: ¿No será que, en definitiva, la Nueva Era está allanando el camino al abuso de la
credulidad pública cuando promueve que a cambio de mucho, poco o nada la gente sea malentretenida (para no decir estafada en su buena Fe) con talismanes, cámaras kirlian, tratamientos bioenergético—holísticos o cristales de cuarzo?
Véase el caso del mentalista Carlos Warter, que de estrella newager de la farándula local fue desenmascarado cuando se supo que ante sus seguidores se presenta como un maestro multidimensional y su prédica era, en realidad, el ejemplo vivo del gurú yuppie que vive a costa de la ingenuidad de sus adeptos. O véase, si no, cualquier variante del Control Mental. ¿Puede levantar el ánimo de quien no encontró alivio ni contención psicológica entre las alternativas muchas veces menesterosas que ofrece la psicología universitaria? Puede que sí, como puede que no. ¿Y esto significa que sirve de algo, pese a que no se rige por la metodología de la ciencia? No necesariamente. A lo mejor, está diciendo que el conocimiento científico se tiene que traducir en respuestas prácticas y concretas. Las promesas mágicas de las falsas ciencias son exitosas porque ocupan lugares que tanto la praxis como los discursos científicos van dejando vacantes. El tobogán por el que desciende la popularidad de las religiones tradicionales es el mismo al que suben, por la escalerita de atrás, los apóstoles de la Nueva Era; pero sólo en parte, ya que los recursos pseudotecnológicos de la new age ofrecen soluciones que no siempre atañen al ámbito espiritual. Otra vez, el talismán a transistores refresca mejor.
¿Quiénes son los inquisidores? Si el catedrático de Princeton considera que la Nueva Era propone una ciencia con cara de hombre, ¿cómo describiría Ross el semblante de la ciencia moderna evitando proferir los sambenitos que habitualmente disparan los enemigos del progreso científico? Así como en su retórica confunde a los impulsores de Acuario con los "nuevos soñadores de la ciencia", a los intelectuales, científicos y desconfiados, con o sin título, los hace bailar con la más fea, sobre todo si ellos denuncian que en la new age han detectado tendencias falsamente científicas que cultivan el absurdo o promueven creencias potencialmente perjudiciales. Ross no pierde el tiempo con sutilezas. Trata a los escépticos de "tempranos cazadores de rojos", llama al CSICOP una "inquisición internacional de académicos cazafantasmas" o pontifica que "los racionalistas (se creen) una raza superior". Ni el CSICOP (Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal) ni su equivalente nacional, el CAIRP (Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia), sostienen que, porque provenga de la new age, toda nueva idea deba ser rechazada. Esa posición es ridícula y quien la adopte demuestra que suscribe los postulados pseudocientíficos que condena. Es evidente que estos organismos no apelan a la negación en bloque ni se arrogan el derecho de asumir una actitud de vigilancia policial respecto de los límites de ciencia. Pero, como todo reduccionista, Ross trata de arrinconar al adversario caricaturizándolo en el grotesco con la intención de hacerlo vulnerabie a la crítica. Ciertamente, la acción de la ciencia es ilimitada, en el sentido de que no existe problema que no pueda ser objeto de investigación. En los casos controvertidos, como ocurre con las propuestas exóticas que presenta la new age, la primera cuestión a dirimir es si han sido abordadas con escepticismo (que no consiste en negar a priori sino en no pronunciarse respecto de la existencia de un fenómeno nuevo, a menos que se presenten evidencias de lo contrario) y, segundo, si se ha aplicado el método científico para llegar a ciertas conclusiones.
El escepticismo científico activo representado por el CSICOP, el CAIRP y otras 70 entidades con objetivos similares que funcionan en todo el mundo, aspira a ofrecer una herramienta para limar las aristas más filosas del pensamiento mágico y difundir al público
investigaciones imparciales de unos fenómenos que se pretenden ignorados por la comunidad científica. Como con frecuencia tales resultados desilusionan a quienes se rinden ante las proclamas maravillosas de la pseudociencia, los refutadores, en el mejor de los casos, son empujados al rincón de los aguafiestas. En el peor, al de los inquisidores irrecuperables. Esta acusación suele ser una reacción dogmática que busca anular la crítica (por supuesto, invocando el derecho a la liberad de expresión... -justo cuando los medios abren la pantalla de par en par a los discursos rápidos, atrayentes y digeribles de la pseudociencia!).
Lo cierto es que, históricamente, los cazadores de brujas han sido quienes han fomentado la creencia en lo irracional, y no los escépticos. Para cometer sus crímenes, la Iglesia primero tuvo que abonar la creencia en el aquelarre, un infierno imaginario donde las brujas, montadas en sus escobas voladoras, viajaban para sellar sus pactos con el demonio. Las brujas fueron torturadas hasta confesarse brujas por verdugos que creían en sus poderes de bruja, y las arrojaban a la hoguera ante un pueblo que terminaba siendo convencido de que con eso resolverían sus problemas. El macartismo inició su campaña cuando logró convencer a los norteamericanos de que el comunismo era una amenaza peligrosa para la sociedad. ¿Cuál es la actitud más preocupante? ¿La de quien advierte sobre la proliferación del oscurantismo o la del pícaro que se prepara para capitalizar la cosecha? Dicho de otro modo, ¿quién se parece más a un inquisidor: Ladislao Márquez, un ilusionista profesional empeñado en demostrar lo fácil que es confundir trucos de magia con poderes paranormales, o Antonio Las Heras, que invita a conjurar la magia negra con los amuletos Personalizados que "energiza" en su Instituto?
En última instancia, entristece la debilidad de los argumentos de tantos intelectuales que, como Andrew Ross, eligen abrazar los nuevos rostros de la superchería para manifestar su descreimiento de la "ciencia racionalista". Deberá pasar por lo menos una década para evaluar las secuelas culturales del fenómeno con la suficiente perspectiva histórica. Pero persiste una duda inquietante. ¿Quiénes realizarán esa investigación? ¿Sociólogos o los discípulos del pai Luconi? Por suerte, la "ciencia irracionalista" fundada por los Conspiradores de Acuario tiene todo el aspecto de ser una moda pasajera, a diferencia de la ciencia, que crece y evoluciona en cada descubrimiento nuevo, en cada destello de la inteligencia. Algunos vaticinan que, a más tardar, la Nueva Era se agotará cuando la humanidad se recupere de la fiebre de fin de siglo. Lo que no deja de ser una buena noticia.
La Ciencia transformadora. (A.C.A.) El método científico también tene sus gurúes; personajes odiosos, oscuros o simpáticos con sus seguidores y sus detractores. Tanto como para que el debate no se corra de foco, tomemos dos científicos argentinos paradigmáticos, que ocupen un lugar dentro de las ciencias humanas: los epistemólogos Mario Bunge, más conocido por sus combativas críticas al psicoanálisis que por sus notables aportes a la filosofía de la ciencia, y Gregorio Klimovsky, un matemático que, a la vez, nunca ha ocultado su proximidad con el pensamiento freudiano. La fecunda tarea intelectual de ambos los hizo acreedores de una considerable atención pública. En un sentido lato, son científicos que operan sobre la realidad respetando la misma metodología. Sin embargo, no acuerdan completamente en todo: Bunge rebaja al psicoanálisis al nivel de una ciencia oculta mientras que Klimovski se esfuerza en hallar el sustento científico que los incondicionales de Freud o Lacan siguen buscando.
Los baches que separan sendos compartimentos dicen varias cosas sobre la naturaleza de la ciencia: que tenga un método no implica que sea el entramado de creencias indiscutibles, dogmáticas y absolutas del que se aferran ciertos hombres de poder con la mezquina misión de preservar el establishment científico. Si bien nunca falta algún carcamán que confirma la regla, la comunidad académica aspira, ante todo, a producir conocimiento. Por lo tanto, es permeable a lo nuevo. Es por eso que la ciencia, antes que esclerosante, es un conjunto de actividades que dará frutos en la medida que desarrolle sus ideas en ámbitos abiertos a la reflexión, donde la creación nazca del debate entre pares, la especulación multiplique las vías de acceder a la realidad y promueva el quehacer intelectual liberando al hombre de ciencia del prejuicio, uno de los peores enemigos del progreso. Y si antes la ecuación debió ser alpargatas sí, libros también, hoy es ciencia + compromiso social.
Está claro que Klimovski y Bunge no son los sacerdotes de una religión que tenga por estandarte el delantal blanco, la probeta y el microscopio. Sin embargo, ellos no sólo suscriben los objetivos del CAIRP, la primera organización sudamericana dedicada a desmitificar los alegatos del charlatanismo, el engafo y el fraude en que incurren los cultores de la pseudociencia que hoy se expresan a través del movimiento new age, sino que también son dos de sus más activos consultores científicos. ¿Entonces? Fácil: dos notables de la ciencia argentina, pese a sus diferencias, perciben que el reflujo nuevaerístico tiene más de charlatanismo que de nueva racionalidad.
Los amanuenses del Tercer Milenio son las muletas intelectuales del movimiento, y siempre estarán prestos a blanquear el trabajo sucio de los videntes, los astrólogos, los quiromantes, los tarotistas, los extraterrestrólogos y los esoteristas nuestros de cada día. Reconocerlos es fácil: van por la vida ensayando un lenguaje ampuloso, criptocientífico, saturado de expresiones herméticas pero con pretensiones renovadoras. El escepticismo científico invita a sacarles la careta y a apostar al pensamiento racional como agente de cambio.
Lo Paranormal y las paradojas cuánticas. Gerald E. Huber. El autor es estudiante de matemáticas en la Universidad de Regensburg (Alemania). Esta es su primera colaboración para LAR, revista de la que es asiduo lector.
Entre los parapsicólogos es normal citar la mecánica cuántica (MC, en adelante) para sustentar afirmaciones como la interconexión holística total, la PQ&PES, la superioridad de la mente sobre la materia y, en general, lo inapropiado del método científico, ya que no existe una realidad objetiva (1). Mi intención es mostrar que estas ideas surgen principalmente a raiz de libros divulgativos de escritores como Gribbin (2) o Nick Herbert (3), cuya interpretación de la MC actual, aunque no se la pueda llamar esotérica, conduce a grandes errores.
Estos escritores dan la impresión de que la mayoría de los físicos se desentienden de los problemas que no pueden resolver, afirmando que éstos son puramente filosóficos. Pero la impresión que este autor obtuvo de sus contactos con físicos es que la mayoría de ellos considera que no existe tal problema, que éste es una simple cuestión filosófica que en la ciencia ha surgido antes un centenar de veces y que, para su satisfacción, ha sido resuelta con una metodología estándar (4). El "problema" tiene que ser desechado -al igual que sucede, por ejemplo, con la pregunta "¿por qué la nieve es verde?"- puesto que las premisas son erróneas. Dado que es un asunto puramente filosófico es posible explicarlo sin tener que recurrir a cosas extrañas tales como hamiltonianos, espacios de Hilbert y similares.
La cuestión fundamental se centra en la realidad, pero antes de nada quiero aclarar que lo que en este contexto se entiende por "no realidad" no es que no exista un mundo objetivo ante nuestros sentidos, sino que el mundo ha de describirse en términos que no se conrresponden exactamente con nuestras impresiones sensoriales. Esto no debería sorprendernos. ¿O acaso pensaban que la Naturaleza había estado esperando a la Humanidad para que ésta la clasificara en categorías?
Si agitamos una moneda dentro de una caja cerrada, es de esperar que antes de mirar si ha salido cara o cruz la moneda se encuentre ya en uno de esos dos estados. Sin embargo, el formalismo de la MC se simplifica si suponemos que, antes de mirar, la moneda se encuentra en un estado intermedio, llamado superposición de estados o función de onda sin colapsar. Antes de abrir la caja (es decir, de interferir) para ver la moneda, ésta la podemos representar por medio de una película en la que los fotogramas pares muestran la cara de
la moneda y los impares, la cruz. Al proyectar la película veríamos las imágenes superpuestas de dos monedas. Si abrimos la caja la película se para mostrando o cara o cruz. A esto se llama "colapso de la función de onda". Hasta aqui no hay ningún problema porque uno puede afirmar cualquier cosa sobre algo que no está sujeto a observación.
En la llamada paradoja de Einstein, Podolsky y Rosen (EPR) tenemos en otra caja una segunda película acoplada a la primera de forma que, siempre que en una sale cara en la otra sale cruz. Si miramos dentro de una de las cajas, inmediatamente la película de la otra caja se para también. Pero supongamos que llevamos la segunda caja a años luz de distancia, entonces la señal de parada que viaja desde una película hasta la otra tendría que superar la velocidad de la luz (para "colapsar" al mismo tiempo), en contradicción con la relatividad especial. ¿Cómo puede ocurrir esto? Porque, de hecho, no ocurre nada.
Aunque es fácil de imaginar, la noción de la película que se detiene es un sinsentido. Tan sólo hay un cambio de Lenguaje. Por ejemplo, acordemos que, a partir de ahora, intercambiamos los significados de las palabras "rojo" y "azul" (ver fig. 1). Inmediatamente entonces, a las lejanas estrellas que previamente llamábamos estrellas rojas las llamamos estrellas azules. Instantáneamente empiezan a emitir luz azul en vez de luz roja. La diferencia con la MC es que en el ejemplo anterior podemos entender intuitivamente ambos lenguajes, pero el lenguaje de la MC es contrario a la intuición; en él no se le puede asignar una posición definida a un objeto.
-Cualquier niño puede producir una no-localidad abstracta (fig. 1). Definamos al lenguaje ordinario (LO) un segundo lenguaje (SL) igual que el primero, sólo que en éste las palabras "rojo" y "azul" han intercambiado su significado.
Frases verdaderas en LO Frases verdaderas en SL ej. "El cielo es azul" ej. "El cielo es rojo"
-Experimento: Pasamos de LO a SL. Instantáneamente todas las estrellas rojas de la galaxia pasan a ser estrellas azules.
planeta Tierra eje x (hace muchos años—luz) muy lejos Cielo azul *Estrella roja emitiendo luz roja eje t, pasamos de LO a SL en t=s Esttella Cielo rojo *Estrella azul emitiendo luz azul Se puede ver fácilmente que, a causa de esto, no se puede enviar un mensaje
LO _|¯|_|¯¯|_|¯|_|¯|_|¯¯¯¯|__|¯¯¯¯¯|___|¯¯|_______|¯ input binario SL
estrella roja _|¯|_|¯¯|_|¯|_|¯|_|¯¯¯¯|__|¯¯¯¯¯|___|¯¯|_______|¯ "output" estrella azul (no visible realmente)
Hasta ahora esto funciona bien. Pero, ¿cómo sabe un amigo extraterrestre, que quiere descifrar el mensaje, qué lenguaje estamos usando? Deberíamos enviar esta información por medios normales, es decir: a velocidades menores que la de la luz. Lo mismo vale, si intentamos enviar un mensaje usando un colapso de la función de onda. El lenguaje que utilizamos en este caso no es LO ni SL, sino el de la mecánica cuántica y el de la mecánica clásica.
Sin embargo, es frecuente que tengamos que describir el mundo físico en términos que no podamos "sentir" inmediatamente. Si observamos un color podemos describirlo como la suma de los tres colores básicos: rojo, azul y verde; éste es el fundamento de la televisión en color. Pero en el mundo físico no hay colores básicos, sino un espectro continuo de fotones con energías diferentes. Esto hace que nuestras sensaciones sean inexactas. Por ejemplo, no podemos distinguir si un rayo de luz es amarillo monocromático o es una mezcla de rojo y verde (ver fig. 2). Podríamos, eso sí, trazar una gráfica de la luz emitida por un objeto amarillo tras analizarla con un espectroscopio, pero eso dejaría de ser una sensación directa. Incluso si la gráfica mostrase que la luz es amarilla pura, la sensación que se
tendría al mirar la gráfica sería distinta de la que se tendría al mirar la luz. Tratar, pues, de imaginar la superposición de estados de la moneda tiene tanto sentido como tratar de imaginar colores distintos a los que conocemos. Nótese que esto no depende sólo de la ausencia en el ojo de fotoreceptores para, digamos infrarrojos, sino que es una propiedad intrínseca de la percepción. Si reemplazamos en un ojo los receptores del rojo por recptores del infrarrojo, simplemente veremos cosas rojas distintas con un ojo que con el otro, pero no veremos un color nuevo misterioso. El que nunca veamos una función de onda sino objetos ocupando lugares concretos no debe ser motivo de preocupación.
¿Existe algún aparato con el que podamos ver la superposición de estados de la moneda, del mismo modo que vemos la luz a través del espectroscopio? Durante algún tiempo se pensó que una teoría en la que la moneda estuviera realmente apoyada sobre uno de los lados antes de mirarla, era tan válida como la MC, sólo que más complicada -Einstein así lo creía-. Pero entonces llegó el Teorema de Bell diciendo que existía una diferencia medible entre los dos tipos de teoría. Las pruebas experimentales realizadas muestran que la MC es correcta y que las llamadas teorías de variables ocultas están equivocadas. Por supuesto, uno siempre puede decir que las premisas del experimento son incorrectas y como una de las premisas es la relatividad especial, los adivinos afirmarán que ésta es incorrecta y que de este modo se prueba la interconexión universal instantánea. Si nos aferramos a una teoría que es absurda fácilmente podremos inventarnos más absurdos, y normalmente tendremos que hacerlo, para que la teoría concuerde con los hechos. Cuando el objeto extirpado del vientre por un "cirujano" filipino resulta ser un trozo de pollo, eso prueba que se ha producido un verdadero milagro. Porque, ¿cómo, si no, se explica que la carne humana se haya transformado en carne de pollo mientras observábamos atentamente la operación?
E.H. Walker parece que cree en tales cosas. Interpreta la MC bajo una teoría de variables ocultas para replicar a una crítica de Martin Gardner: "¿Realmente intenta decir Gardner que la prueba del Teorema de Bell demuestra que la MC es local?... ¿Realmente intenta decir Gardner que para el problema de la medida en MC dispone de una solución que nos libera de la necesidad de admitir que la conciencia (el observador) existe? En todo esto Gardner apoya lo que se ha demostrado ya que es falso" (5). Pero el asunto que Walker no parece entender es que no se ha demostrado que la MC no sea local, es decir, que permita transmitir señales a velocidades mayores que la de la luz; lo que se ha demostrado es que las variables ocultas no son locales, con los que o contradicen la relatividad especial o no existen.
Se necesita la ayuda de un instrumento para saber lo que son dos haces de luz que parecen iguales (fig. 2)
-amarillo>> rojo y verde. -amarillo>> amarillo.
Sin la ayuda de un prisma, uno no puede decidir si un rayo de luz es amarillo monocromático o no.
No hay razón por la que la percepción humana debería ser capaz de decidir por si misma, si una cosa (p.ej. un gato) está en un estado de superposición o no.
Este es el asunto. Pero como en la mayoría de teorías contrarias a la intuición, no sólo podemos construir una "paradoja" sino un montón de ellas. Para disfrute del lector nos gustaría añadir un breve comentario sobre la conocida paradoja del gato de Schrödinger (ver fig. 3).
En principio, no necesitamos describir una moderna en términos de la MC, ya que contiene tal cantidad de sistema mecanocuánticos que los efectos cuánticos se compensan entre sí y desaparecen. Pero podríamos preguntarnos qué pasaría si conectásemos un objeto normal a un sistema monocuántico por medio de algún sofisticado mecanismo que impidiera la compensación de los efectos cuánticos. Así, junto con la moneda monocuántica, ponemos en la caja un gato y un mecanismo que mate al gato si sale cara. En este caso, antes de mirar dentro de la caja, no sólo la moneda estaría en una superposición de cara/cruz, también el gato estaría en una superposición de muerte/vida. Esto puede sonar raro, pero no hay ninguna contradicción con ningún hecho medible. Por otra parte, ¿no está el gato mirando la moneda? Si es así, entonces ésta tendría que mostrar un lado concreto y el gato estar muerto o vivo (es decir, en un estado definido). Así pues, el gato está en una superposición de estados y al mismo tiempo no lo está. Ciertamente aquí tenemos una contradicción.
El gato de Schrödinger (fig. 3). DeWitt loc. cit.
Recuérdese lo que significa "mirar". Pasamos del lenguaje de la MC al de la vida diaria cuando describimos el colapso de la función de onda. Como prueba una demostración debida a Von Neumann, podemos provocar el colapso a voluntad, siempre que estemos lo suficientemente lejos del sistema monocuántico, pues de otro modo perderíamos exactitud. Pero si tomamos una decisión no podemos cambiarla sin cambiar todos los demás datos del modo apropiado. Es decir, podemos elegir el colapso del sistema con el gato que observa, o el del sistema con el observador que abre la caja, pero no ambos. Es la misma situación que cuando, por definición, colocamos los O° de longitud en Greenwich y a partir
de aquí le asignamos una longitud a un punto cualquiera de la Tierra. ¿Por qué Greenwich? Podríamos tomar cualquier otro punto como origen y medir la longitud del mismo lugar que antes: evidentemente obtendríamos un valor distinto. ¡Menuda contradicción! Tendríamos aquí también un lugar que ocupa dos posiciones al mismo tiempo, pero lo cierto es que no existe tal contradicción, pues se trata de un cambio de punto de vista. Es la misma situación que en el caso del gato, sólo que ahí nos cuentan que es una paradoja.
La cuestión filosófica que plantea la MC es que, por un lado, tenemos una teoría monstruosa, llena de hadas y con un montón de leyes y poderes secretos para hacer a las hadas irreconocibles para siempre. Por el otro tenemos una teoría sencilla, con igual poder predictivo, pero que no satisface nuestra necesidad emocional de entender el mundo intuitivamente. ¿Qué teoría elegimos? Volvamos la vista hacia la "energía vital", los epiciclos y el éter y allí encontraremos la respuesta de la ciencia (6).
Notas: (1) Gardner, M.: "Science: Good, Bad and Bogus". Prometheus Books, Nueva York, 1981. Existe edición española: "La Ciencia. Lo Bueno, lo Malo y lo Falso". Alianza Editorial, Madrid, 1988. Colección "El libro de Bolsillo". n° 1366. (2) Gribbin, J.: "In Search of Schrödinger's cat". Bantam Books, Nueva York, 1984. Existe edición española: "En busca del Gato de Schrödinger". Salvat Editores, Barcelona, 1986. Colección "Biblioteca Científica Salvat", n°26. (3) Herbert, N.: "Quantum Reality, Beyond the New Physics". Anchor/Doubleday, Nueva York, 1985. (4) Compárese, por ejemplo, con: Greiner, W.: "Quantummechanics Volume 1". Springen, Berlín, 1989, p. 332. Lvy-Leblond, J.M.: "A Quantum Credo", en: Physyca B Vol.151, 1988, pp.378-380. Kellet, B.H.: "The Physics of the Einstein-Podolsky-Rosen Paradox", en Foundations of Physics Vol.7(9/lO), 1977, pp.735-757. (5) Walker, E.H.: "A Review of the Criticism of the Quantum Mechanical Theory of Psi Phenomena", en Journal of Parapsychology, Diciembre 1984, Vol.48 (4), pp.277-332. (6) Quizá K. Popper piense de modo distinto.
Trad. de Jonathan Bustos Contell, Copyright de LAR.
El Vaticano reconoce que la Tierra gira alrededor del Sol. Luis Alfonso Gámez. "Ciencia y fe no pueden volver a recaer en aquella trágica y recíproca incomprensión que hace cuatro siglos dio origen al caso Galileo Galilei".
La noticia saltó a las primeras páginas de los periódicos el pasado 1 de noviembre. Podemos comprender, pero nunca olvidar. El recuerdo es la única arma que tenemos para evitar desmanes como los de la Inquisición.
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Educación y Pseudociencias. Ángel Toca Otero. El autor es profesor de bachillerato en un Instituto de Torrelavega (Cantabria) y socio de ARP.
En nuestros días asistimos, no sin cierta preocupación, al renacimiento de la irracionalidad como forma de pensamiento. Los fines de nuestra Asociación son claros, la búsqueda de respuestas racionales a toda la parafernalia pseudocientífica que inunda la sociedad. Sin embargo, existen determinadas situaciones que abonan el nacimiento de explicaciones irracionales y que de alguna manera deberían de ser combatidas con igual energía.
Dejamos claro desde el principio que estas líneas no pretenden ser un análisis filosófico de las causas que provocan la irracionalidad; para ello existen voces autorizadas dentro de nuestra Asociación que podrían diseccionar el problema con más rigor. Se trata pues de una llamada de atención sobre ciertas prácticas sociales (de las cuales somos a veces responsables indirectos) que habría que comenzar a atajar.
Una primera clasificación nos permitiría discernir dos grupos bien definidos: el de las actividades relacionadas con la educación científica de los ciudadanos, y el de las opiniones de personajes destacados a través de los medios de comunicación.
1.-Educación Científica. Aquí caben de nuevo dos subgrupos bien definidos; a saber, el de la educación académica por una parte, y por otra, el de la educación que reciben los ciudadanos como información propuesta por las revistas de divulgación.
La Educación Académica. Aunque no es posible introducir en el mismo saco a las tres etapas educativas que reciben los ciudadanos, sí podemos esbozar defectos comunes a las tres y a continuación indicar algunos que sean pertenecientes a cada etapa.
a) En primer lugar destaca e1 dogmatismo con el que se imparten las disciplinas científicas en nuestra educación; la sensación del estudiante ante el hecho científico es la de encontrarse ante un conocimiento misterioso, regulado por mecanismos matemáticos de difícil traducción en términos de hechos cotidianos. Detrás de este fenómeno subyace o bien un completo desconocimiento, o bien una filosofía muy simple del hecho científico.
b) En segundo lugar, la identificación que se produce entre ciencia y técnica desde los niveles más bajos de nuestro sistema. Esta identificación provocará más tarde la idea de la ciencia como algo perverso en sí mismo (como ejemplo, leemos en el suplemento de Ciencia y Tecnología de La Vanguardia del 05/09/92 el siguiente titular de una encuesta realizada en la que se pedía la opinión que le
merece la ciencia al público: "El daño al medio ambiente, lo peor de la ciencia").
Característico de cada etapa es: 1.- De la EGB (obligatoria para todos los ciudadanos) destaca el desconocimiento de la asignatura, debido fundamentalmente al hecho de que los profesores de esta etapa no son especialistas en ciencias. Pretender que a lo largo de 2-3 asignaturas científicas que se estudian en 3 años, se puedan obtener especialistas que dominen los entresijos de estas materias no deja de ser algo que produce perplejidad. En este punto conviene revisar lo que serán los nuevos estudios de Magisterio; estudios en los que se refuerzan más si cabe los conocimientos de tipo psicopedagógico y se abandonan más los conocimientos específicos de asignaturas concretas, entre ellas las científicas.
2.- De las Enseñanzas Medias (futura Enseñanza Secundaria y Bachillerato) cabe destacar el pronunciado desinterés por la carrera docente que sufren los protagonistas directos del hecho educativo. Es un fenómeno agudizado en las asignaturas científicas, ya que los futuros licenciados en estas ramas poseen unas expectativas muy altas con respecto a su futuro laboral (económicas, de prestigio social, etc.), expectativas que se ven truncadas ante la competencia de ingenieros y peritos; y que por tanto encaminan a frustrados a las aulas a impartir unos conocimientos que no sienten como suyos.
3.- De la Universidad podríamos destacar muchas cosas. Pienso que lo realmente importante es esa exacerbación del dogmatismo, reflejado en la inexistencia del debate durante el aprendizaje académico. Este hecho provoca una ausencia total de análisis por parte del estudiante que admite todo como algo establecido sin contraste. Este dogmatismo es capaz de transformar el trabajo práctico del laboratorio en simple recetario; desaparece la formulación de hipótesis y su posible contrastación experimental. No es raro, por tanto, que el futuro profesor que pasa por este ambiente refleje en su aula algo que no se aproxime ni de lejos al hecho científico.
De la Educación recibida a través de revistas de divulgación. En este aspecto no creo que sea necesario extenderme mucho. Todos sabemos el tipo de divulgación científica que se hace en España; mientras que Muy Interesant, Conocer y otras baten récords de tirada, Investigación y Ciencia y Mundo Científico se mantienen en la parte baja de esas tiradas. La razón es obvia a la luz de la educación recibida; el conocimiento científico no se digiere en dos lecturas rápidas mientras se oyen las noticias y se ojea el periódico.
El hombre de hoy en día necesita estar informado, aunque esta información sea superficial y subjetiva. Dentro de estas condiciones las revistas de divulgación cumplen muy bien su cometido.
2.-De las opiniones de personajes a través de los medios de comunicación. Es evidente que los medios de comunicación ofrecen lo que la sociedad les demanda; si esta quiere conocer lo que opinan sus personajes favoritos sobre cualquier tema los medios no hacen más que atender a esa súplica. El problema surge cuando este personaje pretende opinar más allá del campo que le dio la fama; y esto es un mal endémico de nuestra sociedad, una distorsión de la idea de democracia según la cual al ser todos iguales ante la ley eso implica automáticamente que cualquier idea que se tenga, por absurda que parezca, es igualmente válida ante el tribunal de la razón (¿democracia intelectual?).
Y muy reciente tenemos el ejemplo de nuestra Reina, que se permite la frivolidad de identificar cultura con su interés por lo esotérico (reciente entrevista en El País
05/09/92). Como resumen final recojo parte de una entrevista a Raimon Panikkar en La Vanguardia del 29/08/92, y que demuestra parte de los argumentos aquí presentados (subrayados, paréntesis y alguna que otra ironía, míos). La pregunta del entrevistador pretende recoger la opinión del personaje sobre la presunta relación entre la física cuántica y las grandes religiones orientales:
Mi tesis es que la ciencia moderna es perversa porque epistemológicamente ha pervertido al conocimiento (Buena definición: la mar es salada porque tiene sal). En primer lugar, ha pervertido el sentido de los grandes conceptos: espacio, masa o energía, (estudio defectuoso de los conceptos científicos durante su etapa de aprendizaje) que se han considerado parámetros científicos, cuando no lo son (¿?). Segundo, la ciencia moderna es cálculo, no conocimiento (ideas equivocadas adquiridas a través de revistas de divulgación. Confunde objetivos con métodos). La ciencia moderna es perversa porque cree que se puede conocer sin amor (confunde amor con pasión).
Por otra parte, estoy maravillado de que la física contemporánea se haya abierto, de que se problematice y esté dispuesta a reconocer al misterio. Pero de ahí a decir que ciencia e intuición hinduista es lo mismo hay un gran trecho (en esto estamos de acuerdo).
Skeptical Inquirer. Si crees que el creacionismo tiene tanta base científica como los personajes de Walt Disney. Si piensas que el horóscopo no predice tu vida. Si dudas de que detrás de los ovnis haya algo sólido. En ese caso eres un escéptico y Skeptical Inquirer es tu revista. La revista de más prestigio entre los escépticos de todo el mundo. Suscripción por tres años (12 números) US $77.00 (incluyendo envío). Skeptical Inquirer, P.O. Box 703, Buffalo, NY 14226-99703, USA.
La Homeopatía mata a veintiún personas en Argentina. Veintiún personas perdieron la vida en Argentina a causa de la ingestión de un fármaco homeopático contra la gripe en el verano de 1992, informó la agencia Colpisa. La mayor intoxicación del siglo en el país sudamericano tuvo su origen en un jarabe elaborado a partir de propóleos comercializado por el laboratorio Huilen, líder en el campo de la medicina y cosmética naturista. El envenenamiento sacó a la luz un dato escalofriante: el 3O% de los medicamentos que se consumen en Argentina pueden ser falsos, según las autoridades sanitarias.
El propóleos es una materia resinosa que usan las abejas en el interior de las colmenas para taponar las fisuras, fijar los radios y barnizar las paredes. Las abejas extraen el propóleos, que tradicionalmente se ha utilizado para la fabricación de barnices, de los brotes y cortezas de diversos árboles. Para el consumo humano, los laboratorios naturistas diluyen el producto en alcohol común. Desgraciadamente, en el caso argentino, la firma Huilen sutituyó el alcohol inocuo por uno letal.
Los fanáticos de los productos naturales y los ecologistas afirmaron que se trataba de un ataque al sector. Culparon a una mano negra de haber sustituido el alcohol común por el mortal dietilenglicol, pero carecían de pruebas. Antonio Somaini, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Buenos Aires, hizo causa común con los naturistas y se convirtió en un abanderado del propóleos. "Hay que dejar bien claro que la intoxicación no fue por propóleos, sino por el dietilenglicol", dijo. El farmacéutico, representante de un colectivo que obtiene pingües beneficios de la explotación de la credulidad del público, también se inclinaba por la hipótesis del sabotaje. "Las partidas del laboratorio -indicó- son de cuatro mil a seis mil frascos y si hubiera sido un error involuntario, deberían estar contaminados todos esos miles de envases y no sólo unos cincuenta, como se detectó".
Miedo. La Fundación Latinoamericana de Terapias Naturales (Fultena) intentó desvincularse del asunto y culpó al laboratorio Huilen por utilizar agentes químicos para diluir el propóleos. "Dentro de las terapias naturales, no podemos considerar a aquéllas que permitan aditamentos químicos sintéticos en su planteamiento metodológico", afirmaron representantes de Fultena. "Los miedos -reconocieron- dejan huellas profundas y llevará tiempo recuperar la confianza del público en la inocuidad de los remedios naturales".
Las farmacias homeopáticas de Buenos Aires registraron un descenso del 20% en las ventas de miel y derivados poco después de que se hizo público el envenenamiento masivo. "La gente no quiere saber nada con la colmena", explicó el gerente de un establecimiento dedicado exclusivamente a la venta de estos productos.
Costa Rica deniega asilo político a dos cienciólogas españolas. "El Estado español no garantiza nuestra libertad religiosa", argumentan las sectarias. Luis Alfonso Gámez.
La embajada de Costa Rica en España denegó, el pasado 4 de febrero, el asilo político a dos jóvenes integrantes de la Iglesia de la Cienciología, que afirmaban ser víctimas de persecución debido a sus creencias religiosas. El Gobierno centroamericano rechazó la solicitud de las sectarias porque "no tiene presunción de que en España exista persecución política o religiosa" [Efe. 1993].
Miren Karmele Landaribar, de 27 años, y Raquel Justicia, de l9, habían pedido asilo en la legación de Costa Rica, "un país con una democracia estable y fama de ser muy respetuoso con los derechos humanos", porque "el Estado español no garantiza nuestra libertad religiosa". "Esto es demasiado. Lo que aquí se están cuestionando son nuestros derechos humanos", manifestó Miren Karmele después de conocer la decisión del Gobierno costarricense. La joven ondarresa niega que la Iglesia de la Cienciología sea una secta destructiva. "Es una religión como la copa de un pino", dice.
La Audiencia de Vizcaya archivó, a finales de diciembre de 1992, una denuncia por presunta detención ilegal que Miren Karmele había presentado contra Pro Juventud en el Juzgado de Gernika cuatro años antes. En aquella ocasión, la joven acusó a varios integrantes de la asociación especializada en desprogramar sectarios de haberla mantenido secuestrada durante cinco días para obligarla a abandonar la Iglesia de la Cienciología.
El 17 de diciembre de 1987, la joven fue a comer con sus familiares a un asador de Durango, para celebrar su cumpleaños. Una vez en el caserío, su padre y el novio de su hermana se levantaron de la mesa para ir a por la comida. Cuando volvieron, lo hicieron acompañados de dos hombres, que se presentaron como integrantes de Pro Juventud. Con el consentimiento de los padres de la joven, los dos individuos agarraron a Miren Karmele y la condujeron al interior de la vivienda.
Cinco días de "secuestro". Los desprogramadores informaron a Miren Karmele de que iba a permanecer en su compañía varios días o semanas y le advirtieron que le iban a llevar "a Barcelona, donde sería guardada por un tiempo en la casa de un periodista americano" [Vasco Press, 1988]. Durante los días siguientes, le leyeron "papeles difamatorios sobre lo que ellos consideran sectas diabólicas". Al cuarto día, la joven hizo creer a los miembros de Pro Juventud que aceptaba sus argumentos y consiguió que la trasladaran a un piso de Lekeitio, donde había un jesuita.
Mientras, Alasne, hermana de la sectaria y también integrante de la Iglesia de la Cienciología, amenazó con presentar una denuncia por secuestro. Entonces, los padres le pidieron a Miren Karmele que
llamara a su hermana para tranquilizarla. La conversación, que las sectarias mantuvieron en euskera, le sirvió a la retenida para informar a su hermana de su intención de fugarse al día siguiente.
A las ocho y media de la mañana del quinto día, la joven abandonó la vivienda en la que se encontraba secuestrada, aprovechando que el único miembro de Pro Juventud que había en el piso estaba en la ducha. Su padre y el sacerdote, que se encontraban en el interior de un coche estacionado en las inmediaciones, se apercibieron de los hechos y emprendieron la persecución de la joven, que echó a correr.
Al final, el integrante de Pro Juventud capturó a la muchacha, que se resistió, lo que hizo que se concentraran a su alrededor unas quince personas. "Yo decía a la gente que estaba alrededor que me llevara a la Policía vasca -explicó Miren Karmele a la Prensa-, que había sido raptada por esa gente que me forzaba a entrar en el coche y que necesitaba ayuda. Estuve cinco o diez minutos con esto, hasta que un chico se adelantó y me dijo que iba a llevarme a la Policía". Poco después, la joven presentaba una denuncia contra los integrantes de Pro Juventud en el Juzgado de Gernika.
Enrique Sagnier Sagues, representante de la organización de asistencia a sectarios, aseguró en 1988 que habían sido contratados por los padres de la joven para desprogramarla. Cinco años después, María Rosa Doladera, actual directora Pro Juventud ha señalado que lo que pasó en el caso de Miren Karmele es que la muchacha había aceptado someterse a tratamiento, pero cambió de opinión en el último momento.
En su día, la madre de la joven afirmó que "la secta, a través de mi hija Alasne, nos sacó casi dos millones de pesetas. Ahora, con Miren, les hemos entregado alrededor de 200.000 pesetas, que, según ella nos comentaba, eran para unos cursillos" [Villasante, l988]. Los padres reconocieron que habían entregado dinero a la Iglesia de la Cienciología por miedo, "ya que, de lo contrario, nuestra hija se habría ido a Florida". "Lo que están haciendo ellos con mi hija sí que es un auténtico secuestro", sentenció la madre de la joven.
"Operación Rocío". El juez José María Vázquez Honrubia ordenó, el 20 de noviembre de 1988, la detención de setenta y un dirigentes de la Iglesia de la Cienciología, que celebraban un congreso en Madrid. El titular del Juzgado de Instrucción número 21 de la capital de España investigaba a los responsables de la secta por delitos contra la libertad y la seguridad en el trabajo, contra la salud pública, amenazas y coacciones a los adeptos, asociación ilícita, falsedad en documento público, estafa y delitos fiscales y monetarios.
Aquel domingo, la Asociación Internacional de Cienciólogos celebraba en el hotel Meliá Castilla, en Madrid, una Convención de las actividades en el campo para Iberia, a la que asistían responsables españoles y extranjeros de la secta. Por el módico precio de 20.000 pesetas, los adeptos tuvieron oportunidad de participar en un seminario sobre Cómo manejar la propaganda negra, impartido por Heber Jentzsch, presidente de la Iglesia de la Cienciología. Según Pepe Rodríguez, el encuentro trató de las técnicas de intoxicación informativa y desprestigio público que emplea la secta para atacar a
instituciones y personas que ponen en peligro sus intereses [Rodríguez. 1988].
Cuando los asistentes al seminario estaban comiendo en un salón del citado hotel, diez inspectores y cuarenta agentes del Cuerpo Nacional de Policía entraron en acción y detuvieron a setenta y una personas. Simultáneamente, se registraban en la capital de España diecinueve locales de la secta, y la Brigada Policial de Madrid cursaba las instrucciones oportunas para que se hiciera lo mismo en otras ciudades.
Días después, Vázquez Honrubia ordenaba la expulsión de España de diez diriegentes extranjeros de la secta y el ingreso en prisión de once personas, entre ellas, Heber Jentzsch, el máximo dirigente de la organización. El magistrado ordenó intervenir las cuentas corrientes de la iglesia, que arrojaban un saldo cercano a los 200 millones de pesetas. En la sede de la secta, la Policía se incautó de cinco kilos de documentos y un programa informático con datos de las quinientas empresas más importantes de España. "¿Qué hace una organización religiosa con estos datos?", se preguntó el juez [Catalán, 1988].
Jentszch, por su parte, optó por representar el papel de mártir, exculpar a las autoridades españolas y presentarse como víctima de una conspiración internacional. "Esta es la nueva versión de la Inquisición española -advertía el 23 de noviembre, cuando iba a declarar ante el juez-. Creo que Interpol ha mandado gran cantidad de información falsa, que trata de destruir la libertad. La culpa no es tanto del Gobierno español como de Interpol, que es una organización de criminales". El boletín correspondiente a diciembre de 1988 de Freedom -el panfleto de la secta- se dedicó al descrédito de la Interpol y la defensa de Narconón.
El dirigente de la Iglesia de la Cienciología consiguió la libertad bajo fianza el 10 de diciembre de 1988, previo pago de 75 millones, y las autoridades españolas le permitieron regresar a su país tres meses después. Una vez en Washington, Jenstch centró sus ataques en la Interpol, organización a la que acusó de estar relacionada con el narcotráfico [Montagut, 1989].
"Agentes muertos". Entre tanto, se supo que, por órdenes de la secta, una agencia de detectives privados de Barcelona poseía datos reservados del juez José María Vázquez Honrubia, la diputada Pilar Salarrullana y el periodista Pepe Rodríguez. Los autores de los informes se referían a los tres investigados como "agentes muertos". Uno de los abogados defensores de la secta, José Manuel Gómez Benítez, indicó que "estas palabras no significan, ni mucho menos, que haya que matar a estas personas, sino que es una descalificación moral sobre unos individuos que consideran contrarios a los intereses de la Iglesia de la Cienciología" [Pardo, 1989]. El letrado no explicó, sin embargo, que significaba que la iglesia catalogara a Pilar Salarrullana como "persona a destruir, grado de peligrosidad número 6".
¿Qué objeto tenían las más de mil páginas de información sobre los tres "agentes muertos", redactadas en inglés, holandés y español? "Allí, se encuentran datos sobre mis teléfonos, domicilio y movimientos -explicó la diputada a los periodistas-. Y, debajo de los mismos, la firma de la persona que ha contratado el servicio y el precio pagado. Las cantidades para dar información van desde las 25.000 hasta las 100.000 pesetas. Cuando vi en el informe el nombre de mis padres y los movimientos de mis hijos, se me puso carne de gallina" [Cascó, 1989].
A mediados de julio de 1989, el juez Vázquez Honrubia remitió la causa contra los dirigentes de la Iglesia de la Cienciología a la Audiencia Nacional. El auto citaba trece posibles delitos de la secta, implicaba a cien personas y valoraba en
más de 250 millones la cantidad de dinero defraudado a particulares y a la Administración. La investigación demostraba, en palabras del magistrado, que la Iglesia de la Cienciología "es una multinacional dedicada a la venta de bienes y servicios que promete la salud física y mental, basada en teorías completamente acientíficas, para obtener de los captados sumas crecientes de dinero, que, conforme a algunos perjudicados, asciende hasta los 17 millones de pesetas". [Mercado, 1989].
Cuatro años después de la Operación Rocío, nada se sabe del proceso judicial contra la Iglesia de la Cienciología. "Desde los más poderosos gabinetes jurídicos del país, contratados por la secta, y mediante letrados muy próximos al Gobierno, se ha ejercido presión directa contra el juez José María Vázquez Honrubia... para que el Consejo General del Poder Judicial le retire del caso y así puedan anular el rigor investigador que caracteriza a este inflexible juez. Y en el Juzgado de Instrucción número 21, del que es titular, se han recibido presiones a favor de la secta desde las instancias más insospechadas [Rodríguez, 1989; 253].
Los cieneciólogos vascos. Un error en las direcciones que figuraban en los mandamientos judiciales libró a los dos locales que la Iglesia de la Cienciología tenía en el País Vasco de los registros ordenados por el juez Vázquez Honrubia el 20 de noviembre de 1988. El duro golpe que asestó el titular del Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid a la secta relegó a segundo plano periodístico las conmemoraciones fascistas en memoria del dictador Francisco Franco y el líder radical Santiago Brouard. Sin embargo, en Vizcaya, cuando la Policía se dispuso a registrar las oficinas de Dianética de Bilbao y Ondarroa, se encontró con que las direcciones de los mandamientos judiciales no eran las de los locales de la secta. La Brigada Judicial de Madrid había facilitado al Juzgado direcciones erróneas y los dos centros vascos de Cienciología se libraron de la visita policial. Aunque el error no fue enmendado en días sucesivos, para la Policía, la Operación Rocío "había sido un éxito".
"Si lees el libro, verás cómo Ron, el fundador, llegó a Cienciología y qué es Dianética", me aconsejaba Reyes Vidal, relaciones públicas de la secta en Bilbao, días después de que el comodoro Jentzsch ingresó en la cárcel [Gámez, 1988]. El libro era Dianética, de Hubbard. Un Pase usted sin llamar y la curiosidad periodística me habían animado a franquear la puerta del local bilbaíno de la Iglesia de la Cienciología y penetrar en el mundo creado por Lafayette Ronald Hubbard. Durante la conversación que mantuvimos en la sede de la secta, situado en el número 5 de la calle Buenos Aires, la joven me habló de la organización como de un grupo religioso y negó cualquier carácter sectario.
Ante mi negativa a adquirir el voluminoso Dianética, Reyes Vidal me obsequió una cinta basada en la obra de Hubbard. En la grabación que comercializa New Era Publications, editorial vinculada a la Iglesia de la Cienciología, una agradable voz asegura que "Dianética es la ciencia de la mente", que "obtiene resultados predecibles y exactos".
La Iglesia de la Cienciología, que se instaló en la bilbaína calle Buenos Aires en 1984, se ha trasladado recientemente a un municipio de la margen derecha del
Nervión. En los últimos nueve años, multitud de jóvenes vizcaínos fueron abordados por adeptos de la secta e invitados a subir a sus locales para someterse a un test de personalidad. En la mayoría de los casos, los resultados de la prueba revelaban la conveniencia de que el interesado se sometiera a la terapia ofrecida por Dianética. Y eso, para algunos, supuso un largo y caro peregrinar de curso de superación en curso de superación. "El adoctrinamiento -explica Pepe Rodríguez- se realiza a través de una casi infinita serie de cursillos, cada uno más caro que el anterior, que acaban incapacitando al individuo para vivir al margen de la secta, ya sea económica o psíquicamente" [Rodríguez, 1985; 89-90].
Respecto a los precios de estos servicios, en su día, Reyes Vidal se negó a facilitarme cifras concretas, "ya que hablar de caro o barato depende de lo que la persona obtenga a cambio. Si alguien paga cinco duros por algo que no vale para nada, eso es carísimo. Pero si paga un millón por algo que le está salvando la vida, es diferente". La responsable de la secta se sabía bien la lección. "Una vez realizado el primer test, el alumno recibe una primera solución con un cursillo de un precio de unas 4.000 pesetas -asegura el juez Vázquez Honrubia-, pero tras él se convence al alumno de que no es más que el primer paso para subir por el camino de la felicidad" [Mercado, 1989].
En la actualidad, los cienciólogos han abandonado la capital vizcaína. Ahora, tienen su cuartel general en un municipio de la margen derecha del Gran Bilbao. Localizarlos es fácil. Un sectario instala todos los domingos un tenderete en la Plaza Nueva bilbaína, lugar en el que se dan cita coleccionistas de sellos y monedas, criadores de pájaros... Basta detenerse unos segundos a ojear el clásico libro de Hubbard, para que la vena proselitista del joven salga a la luz.
"Desde que te he visto, me he dado cuenta de que eres una persona con una sensibilidad especial", dirá mientras invita al curioso a adentrarse en el conocimiento de la Dianética. En mi caso, para escabullirme, argumenté que no tenía tiempo la lectura; pero que tenía una cinta sobre el tema. El muchacho me sonrió y me facilitó el teléfono de la nueva responsable de la secta en Vizcaya. "Si tienes algún problema o duda, sólo tienes que llamarla. Ella es auditora", me dijo. Apunté el nombre de la joven y el número de teléfono y me despedí del sectario con un apretón de manos.
El negocio de la droga.
La Operación Rocío tuvo su origen en una querella por estafa que un ex—toxicómano, José Carlos Navacerrada, presentó contra Narconón, una organización dedicada a la rehabilitación de drogadictos, dependiente de la Iglesia de la Cienciología. Santiago Vadillo, director del centro de Narconón de Cercedilla (Madrid), en el que Navacerrada se había sometido a tratamiento, le había recomendado el ingreso en Dianética si quería dejar las drogas.
Después de pagar a la secta más de dos millones y medio de pesetas por seguir diversos cursos, el joven decidió abandonar la organización. Entonces, le advirtieron que siempre sería un toxicómano y le pidieron cuatrocientas mil pesetas por darse de baja en Dianética. Navacerrada se querelló contra la secta, que le amenazó con hacer públicas las declaraciones que había efectuado conectado al Emetro, una especie de detector de mentiras ante el que el adepto o paciente se confiesa periódicamente.
Narconón utiliza "la tecnología de rehabilitación descubierta y desarrollada por el famoso investigador americano L. Ronald Hubbard" y muchos de sus internos acaban ingresando en la secta. Pepe Rodríguez
sostiene que la Iglesia de la Cienciología capta buena parte de sus adeptos entre drogadictos, "a los que pasa a hacer depender psíquicamente de la secta y usa como mano de obra gratuita".
En el caso español, la Iglesia de la Cienciología ha encontrado en el problema de las toxicomanías el caldo de cultivo apropiado para echar raíces en el país y recibir el apoyo de conocidos personajes. Paco de Lucía, Quique San Francisco y Antonio Flores son algunos de los famosos que han utilizado los servicios de los centros de rehabilitación de Narconón [Rivas y Lefor, 1988]. Lola Flores no sólo manifiesta su apoyo a Dianética en la contraportada de El camino de la felicidad, una de las obras de Hubbard, sino que, además, era la propietaria del chalé de Los Molinos (Madrid) sede de Droganón, otra de las tapaderas de la secta.
El centro de rehabilitación de Narconón en el Norte de España está situado en Cadagua de Mena (Burgos). En marzo de 1987, el médico titular de Vivanco de Mena, Agustín Salazar, abrió un expediente contra el centro por las deficientes condiciones higiénicas de las instalaciones; pero las autoridades sanitarias de Castilla y León archivaron la denuncia.
Narconón-Norte abandonó Bilbao en agosto de 1988. La organización mantuvo abierta una oficina en el número 64 de la calle Iparraguirre desde 1985, poco después de que los cienciólogos hicieron acto de presencia en la capital vizcaína. Vecinos del inmueble me informaron de que, en varias ocasiones, habían encontrado jeringuillas hipodérmicas en el baño de la entreplanta, donde estaba el local de Narconón. Cuando, a mediados de octubre de 1988, miembros de la secta cargaban en una furgoneta los enseres que tenían en la delegación vizcaína, dejaban sin pagar el alquiler de los últimos meses, además de otras facturas.
Sin embargo, Narconón es una empresa muy rentable. La cuota mensual que paga cada interno ronda las 200.000 pesetas; aunque la organización no cuenta con médicos ni con personal especializado en la rehabilitación de toxicómanos. Del total de sus ingresos, Narconón sólo gasta alrededor del 17% en la atención de los drogadictos y tiene unas gananacias netas que superan los 100 millones al año.
"El imperio de Ron". En 1947, Lafayette Ronald Hubbard, un escritor de ciencia ficción de segunda fila, mandaba una carta a la Asociación de Veteranos de Los Angeles, en la que reconocía su inestabilidad mental y su deseo de recibir atención psiquiátrica. Un año después, Ron, como le llaman sus seguidores, escribía su primer tratado sobre la Dianética.
Fue en 1950 cuando el escritor creó la Iglesia Internacional de la Cienciología, ya que, al inscribirse como un grupo religioso, la institución evitaba el pago de impuestos. Hubbard se convirtió así en el profeta de una nueva religión basada en sus pretendidos descubrimientos sobre el funcionamiento de la mente humana.
Adorado por sus adeptos, gustaba de presentarse como físico nuclear y héroe de guerra, cuando la verdad es que nunca obtuvo una titulación académica ni participó en batalla alguna. Sin embargo, él decía haber sobrevivido a graves heridas de combate gracias a la Dianética.
La más demoledora síntesis biográfica sobre Hubbard es obra de un observador de lo marginal. "Fue un hombre profundamente perturbado, un mentiroso patológico que degeneró constantemente, pasando de ser un sinvergüenza encantador a un paranoico egomaníaco 'incapaz de distinguir -en palabras de [Rusell] Miller, [autor de The True Story of L. Ronald Hubbard]-', entre los hechos y sus propias fantásticas ficciones" [Gardner, 1988; 369-376].
Con el paso del tiempo, la locura del profeta fue a más. "Durante años, la Org del mar, que así llamaba él a su flota, erró por el Atlántico oriental, convencido su comodoro como lo estaba de que los nazis y los rojos le perseguían. Se llevaron a cabo burdos intentos ridículamente cómicos de hacerse con Rhodesia y Marruecos. Una prueba de que Hubbard -ahora gordo, de cara flácida, impotente, con pelo en la espalda y los dientes podridos- había llegado a creerse su mitología es que su tripulación gastase meses enteros buscando los tesoros que recordaba haber enterrado en reencarnaciones anteriores". [Gardner, 1988: 372].
La doctrina pseudocientífica de Hubbard dio lugar a un próspero negocio de venta de libros, cintas y cursillos, que alcanzó dimensiones mundiales. Pero en 1977 la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) descubrió en los archivos de la secta documentos secretos de la CIA y otros organismos públicos y privados. En octubre de 1979, ocho miembros de la Iglesia de la Cienciología fueron condenados y encarcelados por la Corte Federal de los Estados Unidos, acusados de conspiración. A partir de ese momento, empezaron los problemas para la secta.
En Alemania, la Iglesia de la Cienciología vio denegada su inscripción en el Registro de Sociedades en 1981. Dos años después, el Tribunal Supremo británico prohibió la entrada y residencia en el país de miembros extranjeros de la secta, ya que el artículo 48 del Tratado de la Comunidad Económica Europea los consideraba pertenecientes "a un grupo o a una organización cuyas actividades son consideradas por el Estado miembros constitutivas de un peligro social, sin estar, por otra parte, prohibidas". En 1984, un tribunal británico calificó a la secta de "corrompida, maléfica y peligrosa" [Rodríguez, 1985; 88].
Las investigaciones realizadas en España en 1988 revelaron que la Iglesia de la Cienciología es algo más que una multinacional de la espiritualidad. La autoridad judicial intervino 200 millones de pesetas en diversas cuentas corrientes de la organización, que, paradójicamente, se había registrado como una asociación sin ánimo de lucro. Además, la secta disponía de información sobre las quinientas empresas más importantes del país, había cometido numerosos delitos, investigado a personas e infiltrado topos en la Administración.
La prestigiosa revista económica estadounidense Forbes estima que, sumando todos los ingresos de cada una de sus ramas, la Iglesia de la Cienciología se sitúa entre las cuatrocientas empresas más importantes del mundo por volumen de negocio. El imperio de Ron es una rentable compañía multinacional, que ha sobrevivido a su creador, fallecido en 1986, gracias a que la estupidez humana no tiene límites.
Notas: -Catalán, Gustavo [1988]: "El jefe internacional de la secta de la Cienciología ingresó en prisión". Diario 16 (Madrid), 24 de Noviembre. -Efe [1993]: "Embajada Costa Rica niega asilo miembros Iglesia Cienciología". Efe (Madrid), 4 de Febrero. -Gámez, Luis Alfonso [1988]: "Iglesia de la Cienciología. SA". El Correo Español-El Pueblo Vasco (Bilbao). 11 de diciembre. -Gardner, Martin [1988]: La nueva era. Notas de un observador de lo marginal. |The New Age. Notes of a Fringe Watcher|. Trad. de Juan Pedro Campos Gómez. Alianza Editorial (Col. "EL Libro de Bolsillo", Nº 1.463). Madrid 1990, 396 páginas. -Gascó, J.I. [1989]: "Persona a destruir". El Correo Español- El Pueblo Vasco (Bilbao). 21 de Febrero. -Mercado, Francisco [1989]: "La Iglesia de la Cienciología, acusada de perturbar al Parlamento y defraudar más de 250 millones". El País (Madrid), 13 de Julio. -Montagut, Albert [1989]: "El líder de Cienciología acusa a Interpol de estar relacionada con el narcotráfico". El País (Madrid), 24 de Julio. -Pardo, Francisco [1989]: "Los abogados de la Iglesia de la Cienciología se querellan contra la diputada Pilar Salarrullana". El Correo Español- El Pueblo Vasco (Bilbao). 21 de Febrero. -Rivas, Álvaro; y Lefor, Óscar [1988]: "El escándalo de la Iglesia de la Cienciología. Implicados magistrados, artistas y profesionales". Tiempo (Madrid). Nº343 (5-11 de Diciembre). 8-18. -Rodríguez, Pepe [1985]: Las sectas, hoy y aquí. Ediciones Tibidabo (Col. "Conocer a Tiempo"). Barcelona. 191 páginas. -Rodríguez, Pepe [1988]: "Narconón ganaba más de 100 millones de pesetas al año". Interviu (Barcelona). Nº655 (29 de Noviembre-5 de Diciembre). 16-26. -Rodríguez, Pepe [1989]: El poder de las sectas. Prologado por Joan Manuel del Pozo. Ediciones B (Col. "Reporter". N°43). Barcelona. 290 páginas. -Vasco Press [1988]: "Una joven de Ondarroa denuncia haber sido secuestrada por especialistas en 'desprogramar' a miembros de sectas". El Correo Español-El Pueblo Vasco (Bilbao), 18 de Mayo. -Villasante, Óscar [1988]: "La madre de la joven miembro de un grupo religioso les acusa de tenerla secuestrada". El Correo Español- El Pueblo Vasco (Bilbao), 19 de Mayo.
Copyright © Luis Alfonso Gámez, 1993.
El Ecologista Escéptico. Vincent Gray.
El Dr. Vincent Gray es asesor sobre temas de energía en Wellington (Nueva Zelanda). Este artículo apareció publicado en New Zealand Skeptic (March 1992, nº23), órgano de difusión de New Zealand CSICOP Inc (150 Dyers Pass Road, Christchurch 2, New Zealand). Se reproduce en LAR con su autorización.
Resumen: Las afirmaciones exageradas y alarmistas que nos hablan de "crisis" tales como el calentamiento del planeta, los residuos tóxicos y las especies en peligro de extinción, pueden suponer una pérdida de credibilidad para los propios ecologistas que las defienden.
Nuestra vida es una sucesión de prioridades. Las necesidades relativas al alimento, el vestido, la seguridad y el empleo han de estar satisfechas antes de que podamos dedicar grandes esfuerzos a mejorar el ambiente que nos rodea. En repetidas ocasiones se ha demostrado que la gente prefiere un trabajo sucio, peligroso y mal pagado, a no trabajar en absoluto.
El deterioro ambiental no es sólo una consecuencia de la prosperidad económica; es causado, de una forma general, por el deseo de conquistar y la exigencia de libertad. Y aunque el cuidado ambiental puede ser una prioridad mínima en las mentes de muchos, no se descuida normalmente ni en las comunidades más pobres. Muchos pueblos primitivos sabían que su estrategia de supervivencia a largo plazo dependían de mantener un equilibrio adecuado con sus fuentes de alimento y, por tanto, con el ambiente.
Durante este siglo la demanda de seguridad ha tendido a dominar la política. Las dos guerras mundiales y los numerosos conflictos locales han situado el miedo a la muerte imprevista por encima de cualquier otro, sobre todo a partir del desarrollo del armamento nuclear.
Pero con el retroceso de este miedo nuclear, la consiguiente reducción de la probabilidad de hambrunas y el aumento general del nivel de vida se ha hecho posible dedicar más atención a la mejora de nuestro medio ambiente. Así ha surgido la "revolución ecologista", animada por la formación de grupos políticos
preocupados principalmente por cuestiones ambientales.
Sin embargo, esto no ha sido tanto una revolución como un cambio de énfasis. Todavía existen personas sin alimento suficiente y gente que sigue muriendo en las guerras. En las ciudades occidentales, el desempleo y la falta de vivienda están aumentando y es poco probable que las políticas "verdes" ayuden a resolver estos problemas. Más bien, pueden agravarlos.
Crisis ambiental. La escasa prioridad que le da gente con problemas más importantes a los asuntos ambientales ha llevado a los ecologistas a adoptar un lenguaje alarmista que pretende llamar la atención. Cada problema se convierte en una "crisis".
Reiteradamente se nos dice que es necesario y urgente tomar medidas drásticas para evitar el desastre. Tenemos un "planeta arrasado" o unos "recursos agotados". Todos los productos químicos son "tóxicos". El mundo está lleno de "especies en peligro". El incremento poblacional es una "explosión". Nos enfrentamos a un "holocausto ecológico". Cada cambio en nuestro agua o aire sugiere un "agente contaminante".
Por otra parte, nada de lo que hacemos es correcto. No podemos evitar el impacto ambiental y cuando lo hacemos es siempre para peor. Uno se siente culpable tomando agua, azúcar o sal, por no mencionar el alcohol.
De acuerdo con su inventor, Ernst Haeckel, la ecología es la ciencia de la interacción de unos organismos vivos con otros y con el mundo inerte, pero la nueva ecología considera al animal humano como un ser egoista que estropea permanentemente el ambiente "natural". En todas partes tenemos ecosistemas, desarrollados como asociaciones de organismos, que resultan amenazados por la actividad humana.
Los programas de televisión sobre la vida salvaje enfatizan continuamente la influencia maligna de los seres humanos, incluso en el contexto de un parque o una reserva natural, fruto de la intervención humana. Algunos ecologistas dan la impresión de que el mundo sería un sitio mejor si no hubiera personas. Un continente intacto y enormes espacios de bosque, desiertos, ciénagas y estepas, son, todos ellos, candidatos para la completa extinción de la especie humana.
Control poblacional. Como la población humana mundial aumenta, es inevitable que se incremente la posición de los seres humanos en el balance ecológico y que otras especies desaparezcan. Este hecho parecen ignorarlo muchos ecologistas que creen que podemos subsistir manteniendo aparte el ambiente "natural", incluyendo las especies en peligro de extinción, mientras incrementamos el número de seres humanos.
Las ideas de Thomas Malthus todavía se aplican en la misma línea cuando se dice que el mundo, o un país concreto, sólo soportará felizmente el nivel de población que pueda alimentar satisfaciendo sus necesidades vitales. Un cambio por encima de este nivel, conllevará el hambre y la emigración.
Pero la "revolución verde" ha incrementado enormemente la producción y la eficacia de los cultivos en los últimos 50 años. Hemos tenido un mundo saturado de alimentos durante varias décadas, acompañado de bajos precios para las cosechas y un aprovechamiento nuevo de terrenos, antes marginales, para el cultivo. Mucha gente podría ser alimentada al existir una tecnología de gran rendimiento en la agricultura, por tanto no hay "crisis". Las guerras, las sequías, las inundaciones y la incompetencia política todavía causan penurias locales, pero el problema, normalmente, es la distribución.
Hay un tema que afecta a la política de control poblacional y su ignorancia es el mayor fracaso del movimiento ecologista. ¿Qué resultados pueden conseguirse cuando se persigue un objetivo fácil,
pero afectado por un problema que no ha sido abordado -el crecimiento poblacional no planificado-?
No es fácil controlar la conducta sexual, la vida de una comunidad o las costumbres familiares, pero China ha demostrado que se puede hacer. La mayoría de los chinos están convencidos que su futuro crecimiento económico, con sus limitadas tierras de cultivo, depende de la política de "un niño para cada pareja". La libre disponibilidad de anticonceptivos, la planificación familiar y el aborto totalmente asistidos, han provocado una reducción significativa del crecimiento poblacional.
Los chinos son afortunados al no padecer los prejuicios religiosos de otros países en los que la anticoncepción y el aborto siguen siendo temas en discusión. La Iglesia Católica es el principal culpable, pero la razón principal por la que se hacen tan pocos esfuerzos por controlar la población en África es la actitud norteamericana ante el aborto. La epidemia del SIDA, al menos, nos ha demostrado el tabú de los preservativos. En un futuro próximo es probable que se desarrollen otros métodos anticonceptivos masculinos y que la la píldora del día después acabe por superar la oposición a la que se enfrenta hoy día.
Pero ¿cuándo estará preparado el movimiento ecologista para implicar a sus detractores en la defensa de una política sensible al control poblacional?
Futuro imperfecto. "El fin del mundo está cerca". Este es un slogan familiar y siempre ha tenido sus partidarios. Pero últimamente los profetas se han hecho más "científicos", usando las técnicas de la extrapolación y el exponencialismo.
Recuerdo haber escuchado hace algunos años una conferencia sobre la población en la Universidad Victoria en la que el responsable del Departamento de Electricidad demostraba que la demanda de electricidad en Nueva Zelanda seguía una curva exponencial, que terminaba por alcanzar el infinito. La realidad se demuestra de otro modo.
El ministro de Energía mantuvo durante algunos años un equipo de profetas cuyo trabajo era anticipar los cambios futuros en el precio del petróleo. Sus predicciones aparecían normalmente en los informes anuales y todas se equivocaban de una forma cómica: predecían un alza cuando había una caída. Por fortuna, el equipo ha sido deshecho.
Una clase de científicos a quienes se reclama continuamente para hacer predicciones sobre el futuro son los meteorólogos. Hasta no hace mucho, la predicción del tiempo era poco más que una especie de magia negra. Un estudio mostró que, en vez de los meteorólogos, se podían obtener mejores resultados prediciendo el tiempo de mañana como el mismo que el de hoy.
Incluso ahora, a pesar de todos los satélites y computadoras que hay, los informes del tiempo están llenos de términos cualitativos o equívocos, como "aguaceros", tiempo "variable", temperaturas "moderadas" y vientos "frescos".
No obstante, los meteorólogos se han lanzado recientemente a predecir las condiciones del tiempo de forma amplia, no sólo para mañana o la próxima semana, sino para los próximos 50 ó l00 años.
Se han visto animados por el desarrollo de modelos climáticos realizados por computadora. Tales modelos han tenido sólo un éxito muy limitado para las predicciones a corto plazo, aunque esto no ha disminuido el entusiasmo por las predicciones a largo plazo.
Los partidarios de estos modelos recibieron una gran atención por parte del público en 1982, con éxitos algo relacionados, cuando predijeron que una guerra nuclear podría dar
lugar a un "invierno nuclear", un periodo de luz solar reducida que podría matarnos de hambre a todos. Los ecologistas cambiaron el "podría" o "quizá", y convencieron a la mayoría de nosotros de que así sería.
Esta era una predicción que, esperamos, nunca pueda ser verificada, aunque últimamente se ha dicho que fue exagerada y modelos más actuales y refinados no han mostrado ninguna evidencia de un posible invierno nuclear.
Efecto invernadero. Ahora nos encontramos con el efecto invernadero, popularizado recientemente a pesar de que fue predicho por Svante Arrhenius en 1903. Los modelos por computadora del clima de la Tierra predicen grandes incrementos de la temperatura media del globo como consecuencia de otra predicción relativa al aumento de los gases de invernadero. La "mejor" estimación, que se acepta normalmente es un incremento de 0.3ºC por década para los próximos 80 años. Por contra, el incremento medio por década durante los pasados 130 años había sido menor de 0.05ºC.
Desde 1940 hasta hoy, que es el periodo durante el cual los gases de invernadero han aumentado, el incremento medio por década era de 0.06ºC y durante el periodo 1979-1990, con tres métodos diferentes de media (superficial, radiosonda y satélite), se ha demostrado que el incremento por década oscila entre 0.03 y 0.17ºC (media, 0.11ºC). El método más seguro, que es la medida por satélite, da una cifra todavía más baja, sobre 0.03ºC.
Todo esto está más allá de la simple extrapolación. Las predicciones son de 3 a 10 veces más de lo que está sucediendo actualmente. Se ha persuadido a la gente y a los gobiernos de todo el mundo a creer estas cifras, y a adoptar políticas económicamente perjudiciales que, hasta los meteorólogos lo admiten, es poco probable que tengan algún efecto sobre la situación.
El gobierno de Nueva Zelanda se ha comprometido con el objetivo de reducir un 20% las emisiones de dióxido de carbono para el año 2000, una política que agudizará la actual depresión, creará más desempleo, e inhibirá el crecimiento de las exportaciones. Afortunadamente, al igual que otras promesas electorales, no dan ninguna señal de seguir actualmente esta política.
No hay realmente ninguna prueba contundente de que el efecto invernadero esté causando un calentamiento global. El moderado calentamiento que está ocurriendo es debido más probablemente a la variabilidad climática natural que a una variación en la radiación solar. Si hay un efecto invernadero no será tan grande como las predicciones nos dicen y no se debería tomar la extrapolación a partir de otras tendencias como base para hacer política. El modesto aumento de la temperatura que se da actualmente afecta a las temperaturas nocturnas y es casi totalmente beneficioso.
Las afirmaciones exageradas, el lenguaje alarmista y la falta de atención sobre el bienestar humano, cuando éste se enfrenta con el dogma ecológico, ha motivado la pérdida de credibilidad del movimiento ecologista y de los propios científicos ecologistas. Esto es lamentable por que necesitamos un mundo más agradable y confortable, y deberíamos ajustar nuestras actividades al ambiente que nos rodea de una forma armoniosa.
El movimiento ecologista ha despertado la conciencia de mucha gente sobre estos asuntos, pero sería más eficaz si fuera más cuidadoso con los hechos y las afirmaciones.
-Trad. de Mercedes Quintana. -Original: Copyright de New Zealand Skeptic. -Traducción: Copyright de LAR.
Luis Alfonso Gámez. Desde el sillón escéptico, recomendamos: Libros: -Moncada, Alberto: Historia oral del Opus Dei. Editorial Plaza & Janés. Barcelona 1992. 175 páginas. Ex-miembro del Opus Dei y sociólogo, Alberto Moncada declaró ante el tribunal de Madrid en la causa de beatificación del marqués de Peralta, José María Escrivá de Balaguer. Sin embargo, los jueces anularon su testimonio, al igual que se negaron a escuchar los testimonios del arquitecto Miguel Fisac y María del Carmen Tapia, ex-secretaria personal de El Padre, entre otros. En la Historia oral del Opus Dei, Moncada recoge los testimonios de Fisac y Tapia, junto con los de Antonio Pérez, Raimundo Panikkar y Francisco José de Saralegui, y explica las relaciones de la Obra con la Iglesia, los negocios, la política y la educación. De fácil lectura, el libro retrata a la secta española más universal desde el punto de vista de algunos de sus más destacados exmiembros.
Artículos: -Fernández Ardanaz, Santiago: "Juan Pablo II afirma que en el Paraíso no habrá placer sexual ni matrimonios". El Correo Español-El Pueblo Vasco (Bilbao), 10 de Noviembre de 1992. Diez días después de rehabilitar la figura de Galileo, Karol Wojtyla decidió dar una vuelta de tuerca más en su lucha contra los placeres sexuales. El papa aseguró que en el paraíso de los cristianos no hay ni sexo ni matrimonio. El tema, de máxima importancia en un mundo sacudido por el hambre y la guerra, suscitó reacciones entre los fieles. Cristianos viejos advirtieron que si en el cielo no había sexo, ellos preferían no ir. Supongo que otros abogarán porque, ya que una vez muerto se acaba el placer sexual, se aprovechen todas las oportunidades mientras se esté en forma.
-J., F.: "Doctor Letona: 'Los naturistas forman parte de la familia de los magos y adivinos'". Abc (Madrid), 9 de Noviembre de 1992. El doctor Juan Martínez López de Letona,
catedrático de Patología Médica y jefe de servicio de la Clínica Puerta de Hierro, afirma que "los naturistas forman parte de la familia de adivinos y magos". "Es obvio -dice- que, cuando el médico deja de ejercer de acuerdo con las normas aceptadas por la comunidad científica mundial, ya no hace práctica médica, sino que se mueve en la esfera del curanderismo. La sentencia del Tribunal Supremo no podía, por tanto, ser otra que excluir a la charlatanería del ámbito de la práctica médica. Los naturistas forman parte de la familia de adivinos y magos y serán responsables de las consecuencias de sus actos ante los tribunales". Si abundaran los profesionales de la medicina con una cabeza tan bien amueblada como la de Juan Martínez López de Letona, otro gallo nos cantaría.
-Lamet, Pedro Miguel: "Y sin embargo, se mueve". Diario 16 (Madrid), 1 de Noviembre de 1992. Juan Pablo II rehabilitó a Galileo Galilei 359 años después de condenarle. El papa polaco tomó la decisión para disipar los recelos que aún existen "hacia la concordia de la ciencia y la fe, de la Iglesia y el mundo". Once años necesitaron los sabios del Vaticano para dar con una salida airosa al caso. Los expertos no pretendieron poner las cosas en su justo término, sino encontrar "una solución honorable, honesta y leal". Por eso, durante su discurso en la Academia Pontificia de Ciencias, Wojtyla se refirió al asunto Galileo como a un "doloroso malentendido", consecuencia de "una trágica incomprensión recíproca entre la fe y la ciencia", y absolvió a la Inquisición del crimen. Toda una campaña de imagen.
-Rodríguez, Alex: "La lectura del horóscopo puede ser pecado en unos países y en otros no, afirma el arzobispo Estepa". El País (Madrid), 2 de Octubre de 1992.
-Rodríguez, Isabel: "El monstruo iNESSistente". Diario 16 (Madrid), 1 de Noviembre de 1992. Un informe de la Sociedad Geográfica Real reconoció que, durante los trabajos del Proyecto Urquart, se detectó "algo largo y grande", de naturaleza desconocida, moviéndose en las profundidades del lago Ness. Bob Manson, uno de los participantes en el estudio, ha reconocido que "podría tratarse de un banco de peces... el problema es que no hay bancos de peces en el lago Ness". La leyenda de Nessie sigue viva.
-Ruiz de Elvira, Malen: "EE UU inicia una polémica y ambiciosa búsqueda de inteligencia extraterrestre". El País (Madrid), 8 de Octubre 1992.
-Semir, Vladimir de: "¿Estamos solos en el universo?" Ciencia y Tecnología. Suplemento de La Vanguardia (Barcelona), Nº142 (l0 de Octubre de 1992), 2. "Una de las más apasionantes investigaciones científicas de la humanidad comienza exactamente 500 años después del descubrimiento del Nuevo Mundo. ¿Llegaremos a saber algún día si efectivamente no estamos solos en el universo?" La pregunta que se hace Vladimir de Semir permanecerá en el aire hasta que se detecte alguna señal de inteligencias extraterrestres. Mientras tanto, hay que decir que, por ahora, estamos solos o, por lo menos, aislados.
-Semir, Vladimir de: "Una isla surgida del fondo del mar rodeada de fuego y de truenos". Ciencia y Tecnología. Suplemento de La Vaguardia (Barcelona), Nº148 (21 de Noviembre de 1992), 6-7. El director del suplemento científico de La Vaguardia nos sirve de guía en un viaje a la isla de Santorini, una tierra sacudida por el fuego volcánico, que bien pudo ser la mítica Atlántida.
-Toharia, Manuel: "Curanderos legales". Diario 16 (Madrid), 15 de Noviembre de 1992. "Flaco favor le hace el Tribunal Supremo a
la sociedad, ya bastante inerme ante la charlatanería de unos desaprensivos, al autorizarles la práctica médica paralela. Desde luego -indica Manuel Toharia-, pronunciar unas palabras cabalísticas o bien ingerir unas pildorillas homeopáticas supuestamente depositarias de virtudes curativas no tiene por qué hacer daño a nadie. Y la autosugestión hace que hasta se sienta alivio en determinados casos. Pero que por seguir estos u otros tratamientos paralelos ahora legalizados se muera un paciente de una urgencia que en un hospital hubiera sido remediada con facilidad es todo un crimen de lesa humanidad que recaerá sobre las conciencias de los jueces que dictaron la sentencia". Quizás, el Tribunal Supremo sí nos ha hecho un favor al establecer que cualquiera puede practicar las medicinas alternativas, ya que eso quiere decir que de medicina y de ciencia no tienen nada. La proliferación y aceptación de estas prácticas no es culpa de los jueces, sino de los colegios de médicos, sólo preocupados por aumentar las posibilidades de lucro de sus asociados. Ahora, la Justicia ha establecido que no hace falta ser un matasanos para pinchar con unas agujas, diagnosticar a través del iris y otras lindezas. Y es que para matar a alguien sano no hace falta ser médico. Los verdugos nunca han tenido necesidad de una carrera universitaria.
-Toharia, Manuel: "Homeopatía y curanderismo". Diario 16 (Madrid), 22 de Noviembre de 1992. "La homeopatía (como la astrología) -escribe Toharia- carece del más mínimo fundamento científico porque no sigue ni ha seguido nunca las reglas de juego del método científico". El periodista respondió así a quienes criticaron que comparara la homeopatía con el curanderismo. Es comprensible. Si la identificación homeopatía=curanderismo fuera aceptada por los profesionales de la salud, la lucrativa estafa homeopática se vendría abajo. Cada vez son más los médicos que recetan pócimas homeopáticas y más los farmacéuticos que, sin ningún pudor, las expenden en sus despachos.
-Torres, Carles de: "A la caza de la vida". Ciencia y Tecnología. Suplemento de La Vanguardia (Barcelona), N° 142 (1O de Octubre de 1992). 3.
-Torres, Carles de; y Bernabeu, Manuel: "Discos protoplanetarios, estrellas casi planetas y la búsqueda de la vida". Ciencia y Tecnología. Suplemento de La Vanguardia (Barcelona) N° 142 (1O de Octubre de 1992), 4-6. "El grado actual de nuestros conocimientos no nos permite afirmar o negar si la vida es un proceso común del universo; es decir, consecuencia de las leyes físicas y químicas que rigen su evolución", dicen los autores. El problema reside en que la existencia de vida es sólo el primer paso hacia la inteligencia. Algo que los exobiólogos no suelen tener en cuenta es que existe un tan largo proceso evolutivo biológico y sociológico desde que surge la vida hasta que se consolida una civilización tecnológica que es muy difícil no ser pesimista. La lectura de Estamos solos en el cosmos, la obra de Heinrich K. Erben, puede resultar turbadora para los más optimistas; pero presenta la cuestión en su justo término.
-Torres, Carles de: "Cómo buscar una aguja en un pajar". Ciencia y Tecnología. Suplemento de La Vanguardia (Barcelona), N° 142 (1O de Octubre de 1992), 7. "No es probable -reconoce el autor- que entremos en contacto con otras civilizaciones galácticas. Pero, no obstante, no debemos abandonar el estudio de la posible vida extraterrestre. Sería traicionar el principio básico de la ciencia, que es ir siempre un poco más allá de lo probable".
-Troià, Helena: "Visita el eterno mito de la Atlántida". Ciencia y Tecnología. Suplemento de La Vanguardia (Barcelona), N° 148 (21 de Noviembre de 1992), 5. "Ante la visión del espectacular paisaje
que ofrece la isla de Santorini, por la huella que han dejado en ella los movimientos violentos de tierra y mar, no extraña en absoluto que se haya asociado con la desaparecida Atlántida", escribe Helena Troià. La autora realiza un breve recorrido por la historia del mito atlante y se pregunta si fue Atlas, el rey de los atlantes, el primer monarca de la isla de Santorini.
-Ubarretxena, Aitor: "Félix Ares: No hay que descartar la posibilidad de que exista vida fuera de la Tierra". Deia (Bilbao), 11 de Septiembre de 1992. El presidente de ARP se muestra más pesimista que optimista respecto a la posibilidad de que no estemos solos en el cosmos. "No digo que existan ni que estemos solos -advierte—. Ambas opciones cuentan con posibilidades; pero lo cierto es que ha habido un cierto optimismo hasta la fecha, y no hay que descartar que no haya planetas habitados con civilizaciones avanzadas fuera de la Tierra".
-Ventosa, Javier R.: "Levantado el tabú sobre Los ovnis". Ya (Madrid), 14 de Octubre de l992, 2-4. Javier R. Ventosa es el autor de tres páginas de información sobre la desclasificación del tema ovni en España, noticia que el diario Ya consideró el tema del día el pasado 14 de octubre.
-"Medicos naturistas". Abc (Madrid). 24 de Octubre de 1992. El periódico discrepa en su editorial del contenido de la sentencia que establece que cualquiera puede practicar la medicina alternativa. "Acatada la sentencia -dice el diario-, habrá que añadir de inmediato nuestra discrepancia ante el temor cierto de los profesionales de la medicina de que sirve como excusa legal para que por ese hueco se cuelen curanderos e intrusos". El problema es que, a la mayoría de los médicos, no les preocupa si estas prácticas llamadas alternativas son científicas o no; lo único que les importa es que su práctica quede limitada a los profesionales de la sanidad para que sirva como destino de parados y fuente de copiosos recursos. El médico que practica la acupuntura, homeopatía... me merece el mismo respeto que el curandero o sanador espiritual de turno; es decir, ninguno, porque sólo les diferencia la posesión de un título.
-"E pur, si muove... ma non troppo". El Mundo (Madrid), 1 de Noviembre de 1992. "La rehabilitación eclesial de Galileo Galilei es, paradójicamente, una muestra del atavismo que atenaza a las más altas instancias de la Iglesia de Roma. No tiene sentido decir, a estas alturas, que la Inquisición no le hizo justicia a Galileo, como si lo propio de la Inquisición hubiera sido hacer justicia y ahora se trate sencillamente de determinar en qué casos erró. Lo que parece exigible es que el Vaticano repruebe, de una vez y en su conjunto, las prácticas siniestras de aquellos tribunales que se servían de la tortura para juzgar las conciencias en nombre de Dios y que dictaban qué se podía y qué no se podía pensar, castigando la discrepancia con toda suerte de atrocidades, incluida la hoguera. Es ésta la injusticia histórica que sigue pendiente". La Iglesia no va a censurar un tipo de comportamientos que utiliza para silenciar a quienes discrepan de ella en temas como la teología de la liberación. La Inquisición sigue siendo una herramienta útil. Torquemada Ratzinger, que recibió a disgusto la rehabilitación de Galileo, es el encargado de dar la vuelta al potro.
Vídeos -El triángulo de las Bermudas. [The Bermuda Triangle]. Geofilms, 1992. Producido por Martine Benoit y John Simmons; dirigido por John Simmons; guión de John Simmons; música de Tony Royden. Narradora: Juliet Stevenson. Duración 50 minutos. Interesante documental sobre uno
de los misterios manufacturados más rentables de nuestro tiempo. Emitido por Canal+, El triángulo de las Bermudas toma como punto de partida los testimonios de Charles Berlitz -el charlatán por antonomasia-, la medium inglesa Marian Dampier-Jeans y el ufólogo Lionel Beer, vicepresidente del Bufora. El contrapunto racional lo aportan Bilal U. Haq, de la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos; Colin Summerhayes, director del Instituto de Ciencias Oceanográficas de Gran Bretaña; David Roberts, Redactor-jefe del Marine & Petroleum Geology Journal; Richard Selley, geólogo de la Escuela Imperial de Londres; Norman Hooke, de la compañía Lloyd's; y James Howe, guardacostas de los Estados Unidos. La opinión de los científicos y técnicos es que "el mar es poderoso por si solo" (Summerhayes), "hay que descartar a los hombrecillos verdes de Marte" (Selley), "podemos afirmar categóricamente que las desapariciones se deben a condiciones meteorológicas severas y no se registran más que en otras zonas" (Hooke) y "se trata de gente que se mete en problemas a causa de condiciones meteorológicas o por no estar preparados" (Howe). El documental se dedica, seguidamente, a exponer una teoría del geólogo norteamericano Richard McIver, según la cual los depósitos de hidrato de metano existentes en el lecho marino serían los culpables de algunas de las desapariciones del triángulo de las Bermudas. La teoría es interesante, se apoya en datos y hechos verídicos y podría explicar algunas desapariciones.
Milagro en la Televisión Francesa. Igor Ziegler (*). Los gurús, videntes, curanderos y otros farsantes campan a sus anchas en la primera cadena de la televisión francesa (TF1). Lo "paranormal" se ha convertido en la guinda del pastel de los programas de variedades de esta cadena. Nada nuevo que reseñar si no fuera porque en una emisión reciente del programa de los martes "Ciel mon Mardi", presentado por Christophe Dechavanne, se ha podido presenciar una desmitificación inesperada y agitada.
Primer episodio. El 28 de enero, el equipo de Dechavanne presenta en exclusiva a un tal Zadreg. Este joven se propone realizar en directo una experiencia de "viaje astral". Con los ojos vendados y la cabeza cubierta con una capucha opaca, se concentra unos momentos a fin de "hacer salir su espíritu del cuerpo". Una vez que el espíritu flota en el estudio, Zadreg puede ver y describir todo lo que se pasa a su alrededor aun a pesar del disfraz. Incluso es capaz de montar en bicicleta sobre el escenario. Enorme éxito entre el público. Dechavanne confiesa estar alucinado con la proeza.
Desde luego, nadie se encarga de verificar el material utilizado ni de proponer a Zadreg una prueba más sutil, como por ejemplo describir lo que ocurre detrás suyo (cosa que debería poder hacer sin mayores problemas).
Una semana mas tarde se emite el segundo episodio. Dechavanne anuncia: "Hace ocho días, una persona vino a este programa para presentar algo extraordinario. Le hemos pedido que volviera..." Zadreg reaparece delante de las cámaras con todo su equipo. Señala de pasada que posee un don natural y que, en su vida normal, se dedica a preparar animaciones para los supermercados. Zadreg repite su actuación. Un nuevo triunfo. ¿Quién habría podido adivinar lo que viene a continuación? Antes de que Zadreg abandone el escenario, uno de los animadores de la emisión anuncia: "Esta noche está con nosotros alguien que pretende hacer algo todavía más extraordinario". Dos nuevos personajes aparecen ante los espectadores. Uno de ellos repite exactamente la proeza de Zadreg (esta vez Dechavanne y miembros de su equipo verifican que la capucha es opaca) añadiendo al "viaje astral" una "comunicación telepática" con su colega.
Una vez el espectáculo concluido, uno de los cómplices declara al público: "En realidad, somos prestidigitadores. Nuestra intención era demostrar que cualquiera..." El resto de la frase se pierde entre los abucheos y las vociferaciones de los asistentes. ¿Están furiosos por haber sido engañados por dos impostores? O, más bien, ¿no estarán decepcionados porque se les obliga a dudar de los maravillosos poderes psi? El demoledor de ilusiones no se deja desconcertar por el alboroto. Alza la voz y logra explicar que, con el material adecuado cualquiera puede hacer el "número" sin necesidad de recurrir al viaje astral. Y añade dirigiéndose a Zadreg: "es casi seguro que vuestro equipo y el mío provienen del mismo almacén parisino, espcializado en material de prestidigitación". Protestas de Zadreg y silbidos del público, que protege a los honrados parapsicólogos y fustiga a los malvados escépticos. En ese momento, se produce un nuevo milagro. Christophe Dechavanne, presentador del programa, se apodera de la venda y de la capucha del "viajero espacial", se las coloca y se da un paseo en bicicleta por el estudio, al tiempo que advierte a un Zadreg cada vez más angustiado que su material es translúcido. El presentador le sugiere repetir la experiencia con una capucha realmente opaca en posesión de los dos magos sacrílegos. Zadreg se zafa como puede: "Cuando quiera, Christophe, pero no esta noche, visto el ambiente que hace imposible mi concentración..." A lo que Dechavanne responde:
"Hace diez minutos el ambiente era poco más o menos el mismo y eso no le ha molestado". Zadreg abandona finalmente el plató entre el silencio turbado del público.
¡Un milagro en la primera cadena de la televisión francesa! Los escépticos, colaboradores del presentador del programa, se han atrevido a coger en la trampa a un charlatán en el curso de la emisión.
(*)Ziegler, Igor (1992): "Ciel mon pouvoir psi!". Cahiers AFIS Siente... et pseudo-sciences, nº198 (Julio-Agosto 1992), p. 16—17.
Traducción de Javier Pereda Suberbiola.
Chiste: Nostredóminus, el último vidente! -Lo logré! He vendido mi método de relajación, concentración ydesarrollo personal a un equipo de baloncesto... Me reuno con ellos antes de cada partido para meditar y... -Ahora tiene nómina por el equipo rival.
Astrología. ¿Ciencia o Creencia? A continuación reproducimos la crítica de libros aparecido en el diario El País del día 20 de enero de 1993, en el suplemento de Ciencia, Técnica e Informática (Futuro). Manuel Toharia. Serie McGraw-Hill de divulgación científica. Madrid, 1992; 204 páginas.
Raros son los periódicos, incluso los más serios, que no publican el horóscopo del día o el de la semana. Tampoco las revistas, la radio o la televisión escapan al embrujo de este tema. El problema, advierte en este libro Manuel Toharia, periodista y escritor, es cuando "los astrólogos y demás practicantes de estas supuestas artes adivinatorias pretenden otorgarle a su actividad una carta de naturaleza decididamente científica". Con numerosos argumentos, el libro es una negación continua de la relación entre ciencia y astrología. Toharia marca una diferencia básica entre ambos grupos: los astrónomos aplican con rigor la racionalidad, mientras los astrólogos explotan la credulidad de las gentes. "Los problemas actuales nacen del momento en que, por razones difíciles de determinar, la astrología se ha querido revestir, sobre todo en estos últimos años, de un ropaje falsamente científico, adoptando una terminología y unas formas de elaborar los mensajes que pueden confundir a muchas personas". El autor no discute en ningún momento que la astrología forme parte de la cultura del hombre, pero igual que ocurre con la superstición. El objetivo del libro es situar a cada uno en su lugar: las ciencias por una parte, las creencias por otra. Y reta a los astrólogos a que sigan un método científico para demostrar sus afirmaciones y argumentos. "Ninguno ha conseguido hasta ahora hacerlo", sentencia.
Última hora: OVNIS en el Parlamento Europeo. Se acaba de presentar una propuesta para la creación de un Centro Europeo de Investigación de los OVNIS. En la misma se dicen cosas absolutamente erróneas como, por ejemplo, que "el 36% de los OVNIS no tienen explicación racional." En la misma sesión parlamentaria también se habló de homeopatía. Trataremos de informar con mayor amplitud en el número 29 de LAR.
Correo del lector. ARP apartado 17.026, E-20080 Madrid.
Ignacio Fernández Bayo: el autor es Jefe de Ciencia en un periódico de ámbito nacional y socio de ARP.
He leído con interés el primer ejemplar de LAR que cae en mis manos y lo he encontrado interesante e instructivo. Mi felicitación a todos los responsables y mi deseo de que el ejemplo de defensa de la racionalidad en todos los campos del conocimiento se extienda.
Quiero, sin embargo, realizar algunos comentarios al firmado por Mercedes Quintana y titulado ¨25 números, siete años de historia¨, especialmente dos párrafos que en cualquier otro contexto y medio de comunicación me habrían parecido menos inadecuados pero no son, a mi entender, un buen ejemplo de racionalidad, ese bisturí que debería ser el instrumento cortante y diseccionador de los contenidos de una revista escéptica y racional como ésta.
El primero es esa insólita declaración ideológico—política que dice textualmente ¨ahora que a todos los yuppies y nuevos ricos (ex-comunistas, ex-ateos, ex-túpidos) les da por leer Año Cero, imagino que LAR puede convertirse en una especie de Mundo Obrero, capaz de marcar diferencias, no sólo ideológicas e intelectuales sino también sociales, y con el mismo atractivo de aquellas causas -estadísticamente, al menos- perdidas (¿Será por eso que caemos tan bien a los nostálgicos de la revolución pendiente...?)¨.
Y yo que pensaba que me había metido en una asociación para promover las actitudes racionales y denunciar las meramente emotivas y desligada de una línea política determinada... ¿Se puede ver con buenos ojos las posturas de Sartorius o hay que aferrarse a la ortodoxia de Anguita para ser un buen escéptico? Se puede, incluso, ser más bien socialista o incluso socialdemócrata? Y, perdón por el atrevimiento, ¿se puede apoyar a un partido claramente de derechas como el PP o eso ya definitivamente no cabe en los esquemas de la asociación?
Afortunadamente conozco muchas personas que cabrían perfectamente en la primera de las características que al parecer tienen los ¨nuevos ricos¨: son ex-comunistas. Pero no por ello parece haberles ensanchado la mente. Requiere un proceso racional, en duro conflicto con la propia emotividad, el ser capaz de reconocer que buena parte de los ideales de uno, por los que se jugó el tipo en diferentes ocasiones y defendió con ahínco durante años, se basaban en un sistema inoperante
y en muchas ocasiones aberrante. ¿Hay que seguir cerrando los ojos a la realidad que explica el derrumbamiento del sistema político vigente en los países del este europeo hasta hace poco? ¿Hay que aferrarse al comunismo aunque los hechos muestren (ya se sabe que en ciencias sociales no hay demostraciones pero no por eso los resultados de la experiencia dejan de ser válidos) los fallos e incoherencias de esa postura?
No fue precisamente el sistema soviético un defensor a ultranza de la racionalidad. Más bien al contrario, sometió la investigación científica a un molde repleto de prejuicios políticos e ideológicos que tuvieron enormes repercusiones en el propio avance de la ciencia soviética. La mecánica cuántica y la genética nacida a partir del descubrimiento de la estructura en doble hélice del ADN fueron consideradas ciencia ¨burguesa¨ y prohibidas por decreto. Una fórmula ésta que no fue privativa de los comunistas como prueba el que la Cámara de Representantes de Indiana (EE.UU.) fijara por ley el valor de Pi en 1897 o las prohibiciones legales de enseñar el darwinismo en muchos estados del coloso americano.
Los comunistas, sin embargo, fueron más allá pues sometieron a las famosas purgas estalinistas a quienes se dejaban seducir por las ¨engañifas¨ occidentales. La Teoría de la Relatividad sólo fue aceptada a mediados de los cincuenta (varios años después de la muerte de Stalin) y la expansión del universo y la mecánica cuántica debieron esperar un poco más (puede consultarse alguno de los escritos de Martin Gardner sobre el tema: entre ellos uno en castellano incluido en ¨La Ciencia: Lo bueno, lo malo y lo falso¨, de Alianza Editorial). La genética del ADN fue aceptable, al parecer, bien entrados los sesenta.
Volviendo a las posiciones políticas, para mí la gente puede evolucionar o quedarse donde está; es cosa de cada uno y no me permito adosar epítetos al estilo del ¨ex-túpidos¨ a ninguno por ello, pero no entiendo que la asociación y la revista se permitan esa toma de postura política, en forma de guiño, que de alguna manera afecta a todos sus componentes, y menos que lo haga desde actitudes claramente emotivas y por ello mismo poco racionales.
Y un último comentario: cada cual, más o menos, tiene su revolución pendiente. Ignoro cuál es la de Mercedes Quintana aunque me puedo hacer una idea; sin embargo, dicho así, sin concretar ¨La revolución pendiente¨ tiene un significado determinado utilizado al menos en la ciencia histórica y me imagino que en el resto de las ciencias sociales y se refiere a la revolución burguesa que la mayor parte de los países europeos tuvieron durante el siglo XIX (algunos incluso antes) y España no. ¿Es esa la revolución añorada en el artículo objeto de comentario?
El otro párrafo a comentar, el último del texto, dice ¨Otra variable que muestra diferencias altamente significativas y que no puedo dejar de comentar es el sexo. Con una aplastante mayoría se refleja la diferencia a favor de los hombres: el 92.6 de los socios y el 95.6 de los suscriptores. Como es lógico, las razones que explican esta diferencia son las mismas que originaron -entre otras cosas- la escasa presencia de mujeres en carreras científico-experimentales, consideradas tradicionalmente 'de chicos'. No son causas ligadas a ningún misterio de la biología, simplemente lo que se enseña a unos y a otras desde que nacen¨.
Pocas veces he visto despachar con semejante desparpajo un dato incómodo. Parece que la autora (que cita luego bibliografía en la que ampararse) ha resuelto un misterio que ni la psicología ni la biología ni la pedagogía dan por concluido. Existen teorías para todos los gustos para explicar las tradicionales y persistentes (a pesar de la evolución que educativamente se ha producido) diferencias de actitudes entre ambos sexos y probablemente no llegue a explicarse nunca. Pero pretender que en ello no puede haber ninguna causa biológica, ni siquiera de forma parcial, me parece poco racional y objetivo. Está bien establecido que ni genética ni constitucional ni hormonalmente
son iguales el hombre y la mujer, ¿no hay pues causas ligadas a ningún misterio de la biología? La rotundidad de la afirmación de Mercedes Quintana deja poco resquicio para la duda pero yo,lo lamento, sigo teniendo muchas; es más, estoy convencido de la influencia de cuestiones biológicas.
Pero veamos qué nos dicen los datos para ver si hay algún apoyo a la tesis de la autora. En el curso 1989/90, el último del que he podido obtener datos, las mujeres suponían el 50.72% de la población universitaria española. Es cierto que en el grupo de carreras más cercano a las denominadas por Mercedes científico-experimentales, que en informe figuran como Exactas y Naturales (Matemáticas, Físicas, Químicas, Biológicas, Geológicas) el porcentaje desciende a un 41.93% pero en ningún caso de forma tan abrumadora como los datos de la asociación reflejan. Es más, si añadimos los datos de carreras que bien pueden incluirse en el mismo apartado, reflejadas en mi estadística como Ciencias de la Salud (Medicina, Farmacia, Veterinaria...), donde las mujeres suponen el 64.13% de los matriculados, la situación se invierte y en el conjunto, las mujeres suponen el 52.60% de los alumnos de todas esas carreras: ¡Más que la media de participación global en la universidad!
¿Es esto una novedad reciente en nuestro país? De acuerdo con los datos que poseo, desde el curso 85/90 la variación es ínfima y siempre con mejores datos respecto a las mujeres que cursan Exactas y Naturales. Así en el curso 85/86, en que las mujeres suponían sólo el 49.46% de la población total universitaria, las que cursaban Exactas y Naturales suponían el 43.72% del total.
Respecto a datos más antiguos sólo me ha sido posible obtener los correspondientes al curso 1975/76, en el cual la población universitaria femenina suponía el 36.20% del total y en el grupo de Exactas y Naturales era incluso superior: 36.74%.
Queda pues desmontado el razonamiento que bajo el insólito encabezamiento de ¨Como es lógico...¨ propone la autora. Y ello no obsta para que se puedan dar explicaciones relacionadas de alguna manera con su línea argumental (estoy convencido de que, lamentablemente, muchas mujeres no llegan a acabar su carrera o truncan sus perspectivas profesionales posteriores a la licenciatura por decidir dedicarse a ¨crear¨ y mantener una familia) pero, por favor, hay que hacerlo con más solidez y proporcionando, si se considera oportuno y suficientemente probable, hipótesis de explicación sin ese tono asertivo y tajante.
Como socio y suscriptor de ARP y LAR respectivamente confío en que tanto la asociación como la revista (y Mercedes Quintana, quien espero que no se moleste demasiado por esta carta) reflexionen sobre la escasa aplicación de la racionalidad en estos dos textos. Sería deseable que nos aplicásemos con cuidado lo que predicamos en el exterior y ser ejemplo de la actitud que demandamos de la sociedad en su conjunto.
Reproducimos a continuación la respuesta de Mercedes Quintana, Directora Ejecutiva de ARP.
El Sr. Fernández Bayo está en lo cierto al suponer que ARP es una asociación ¨desligada de una línea política determinada¨ y no creo que el comentario al que él alude haya pretendido dejar clara alguna otra cosa. Apuntaba bien en él al hablar de ciertos ex—ateos, ex—comunistas y ex-túpidos que ahora leen ¨Año Cero¨ ¿O acaso el fenómeno Sánchez Dragó le parece poco significativo...? Alguien, por cierto que hasta hace no mucho tiempo escribía como columnista en el periódico para el que Vd. trabaja, contra el aborto, el materialismo, y otras señas de identidad de aquella ideología que en otro tiempo defendía. Si éste no es un caso claro de reconversión ideológico—política-irracionalista, yo no sé qué es. Puede pensar que se trata de un caso aislado, no de un fenómeno social, pero mi experiencia me dice otra cosa y hasta hay referencias para citar (¨La crisis del 'yuppie' pone de moda lo oculto¨, Magazine de El Mundo, pp. 43-44, 15 de marzo de 1992).
ARP es ideológicamente neutra, pero la práctica dice que, en efecto, ¨caemos mejor¨ a unos que a otros, y esto, que yo sepa, no significa que lo recíproco también sea verdad. Aún llegan al apartado revistas de la ULM-L, también hay un preso del GRAPO que colabora con artículos y dibujos para LAR; por otra parte, hay quien tiene una botella de champán esperando la caída de Fidel Castro, y también quien disfruta a lo grande con Jesús Gil. Para mí, esto son anécdotas y así las tomo y las cuento. No me parece malo decir qué es lo que hay, al margen de la teoría. Y si alguien quiere ver en esto un ¨mensaje¨ con más pretensiones que lo que digo, se equivoca.
Creo que las versiones del socialismo son bastante numerosas. La que Vd. nos cuenta del materialismo dialéctico y sus consecuencias en la URSS me parece una y sólo una. Siento mucho que no haya entendido el significado de ¨revolución pendiente¨ en el contexto empleado, aunque a mí me parece bastante trillado. Huelga hablar de revoluciones pendientes personales y mucho me temo que también aquí fallaría al intentar entenderlas o incluso ¨hacerse una idea¨ de ellas; por lo tanto, no contesto, ni por alusiones.
El segundo tema que cita en su carta merece más extensión de la que, creo, puedo dedicarle en este espacio, pero intentaré abreviar.
Es verdad que ¨existen teorías para todos los gustos¨ y precisamente por ello yo lamento más que nadie que todas las revistas de divulgación científica recojan y aplaudan siempre la misma: esa en la que cree el Sr. Fernández Bayo. Dada la difusión de estas revistas, la facilidad con que el sentido común asimila la explicación esencialista -o biologicista- y lo bien que justifica el statu quo, no es de extrañar que se convierta en la ¨teoría más votada entre los profanos¨, pero es muy discutible que esta mayoría se encuentre, por ejemplo, en los Departamentos de Psicología Diferencial que, creo yo, son los que tienen competencia y capacidad para hablar y discutir sobre él.
¿A qué diferencias biológicas alude el Sr. Fernández Bayo? Antes, se nos decía, teníamos el cerebro demasiado pequeño; ahora, según nos cuentan, lo que pasa es que estamos poco lateralizadas -cerebralmente-. Pero la hipótesis de la lateralización hemisférica para explicar las diferencias psicológicas entre los sexos es cuestionable de principio a fin. No pretendía llevar al lector a un nivel de documentación crítica como para discutir académicamente, pero es bueno que se aprovechen las pocas oportunidades que hay para recomendar bibliografía divulgativa de una hipótesis que, no es casualidad, vende mucho menos que la biología.
El Sr. Fernández Bayo cae en un error muy típico (¿o acaso no es un error, sino una forma semideliberada de introducir elementos de confusión para favorecer ciertos prejuicios?). Nos presenta estadísticas que poco tienen que ver con la distribución de preferencias en la población total (no sólo universitaria) e inrerpreta mal mis afirmaciones. Pero correlación no es causación, y constatar la existencia de diferencias no nos dice nada sobre el origen de tales diferencias. Decir esto en un ambiente docto puede ser algo trivial, pero fuera de ahí, parece que hay que repetirlo hasta la saciedad. Dije que las razones que explican la aplastante mayoría masculina en ARP son las mismas que originan, entre otras cosas, la escasa presencia de mujeres en carreras científico-experimentales, no que la escasa presencia en estas carreras fuera la causa de su baja presencia en ARP. Los estudios —aún escasos- en la línea de aislar variables ambientales que puedan explicar las diferentes tendencias de unos y otras (p.ej., la tendencia a estudiar Ingeniería Técnica de Topografía o a asociarse a un colectivo de carácter científico, pero crítico y polémico), sugieren que paca cada tendencia hay implicadas varias dimensiones y no hay razón para pensar que la constitución biológica es una de ellas, mientras ésta misma pueda ser el resultado del aprendizaje. A esto me refería cuando digo que las causas, por lógica, son las mismas: AMBIENTALES.
Para terminar, permítame unas reflexiones. ¿Por qué entre los esquimales no se dan diferencias en tests visoespaciales y, sin embargo, éstas son muy acusadas en la India, con un sistema social mucho más discriminatorio para la mujer en aspectos de independencia espacial? ¿Por qué las diferencias en habilidades verbales se han reducido en
los últimas 20 años de forma significativa en el área occidental? ¿Por qué las excepciones tienden a aumentar paralelamente a cambios sociales menos discrimininatorios para la mujer...? Si la evolución cultural se basta para explicar las diferencias de tipo psicológico o comportamental, la evolución biológica tiene poco que decir, a menos, claro está, que nos muestren un gen capaz de mutar su frecuencia al tiempo que la sociedad cambia sus esquemas. Si no hacen esto, la explicación que busca causas biológicas me seguirá pareciendo una mezcla bastante irracional de estereotipo cultural y prejuicio, por más que derivados modernos de la frenología sigan haciendo furor entre divulgadores y científicos nostálgicos que, a lo mejor, con suerte, hasta han llegado al manual de Maccoby y Jacklin para intentar entender por qué cada vez somos más las que nos negamos a permanecer bonitas y calladas, como Barbie.
Respuesta de Ignacio Fernández Bayo.
Antes de nada, quiero agradecer a Mercedes que me enviara su contestación para mi conocimiento y réplica si fuese menester. Es una práctica lógica y justa (para que quien interviene en la edición de una revista no se otorgue el derecho a decir siempre la última palabra) pero que rara vez se lleva a la práctica.
Sólo quiero con estas líneas aclarar algunos puntos quizá algo confusos de mi carta y no seguir alimentando una polémica que vaya más allá de las razones que me impulsaron a escribir aquélla. 1)El caso Sánchez Dragó me parece, efectivamente, poco significativo aunque preocupante. No creo, sin embargo, que entre los lectores de Años Ceros, Karmas Sietes y similares se encuentre un número significativo de ex-comunistas. 2)Me parece lógico e intachable que ARP y LAR sean neutras ideológicamente y por eso mismo sigo diciendo que cuando su directora ejecutiva, explicando el origen y situación actual de ambas, escribe que LAR puede convertirse en una especie de Mundo Obrero me parece que no cumple con la neutralidad. 3)Creo de mal gusto indicar al lector que allí donde yo trabajo escribió tal o cual señor impresentable (quiero pensar que la inevitable asociación de ideas no se hace de mala fe). No soy responsable de las firmas que aparecen en ese periódico (excepto de dos que llegaron a él por mi intervención, uno de ellos asesor de LAR/ARP), ni mucho menos de sus opiniones. 4)Cuando hablo de ex-comunistas me refiero a una gran masa de antiguos afiliados o votantes (miles a juzgar por la disparidad de resultados obtenidos por el PCE en las elecciones de los años 70 en comparación con las últimas a pesar de presentarse dentro de una coalición más amplia) ¨sin nombre¨ que han evolucionado hacia posturas más o menos cercanas (y generalmente críticas) a las del PSOE o a las del IU en su versión renovadora, que creo constituyen la inmensa mayoría de los que cabrian en esa definición) de ex-comunistas. Es inevitable que también quepa aplicar el término a los ¨notables¨ que abandonaron el comunismo y fueron recibidos con los brazos (léase cargos) abiertos en el PSOE y personas de talante similar al de Sánchez Dragó. Puede que a algunos de estos les cuadre el calificativo de ¨nuevos ricos¨ o el de ¨yuppies¨, pero me parece INJUSTO Y VEJATORIO tratar a aquella otra mayoría anónima con esos términos y echarlos a ese saco que forman los paréntesis junto a ex-ateos y ex-túpidos. 5)Creí que la presentación de datos sobre la población universitaria tenía en sí misma el valor de explicar su traída a colación. Veo que no era así. Mercedes vuelve a explicarme su argumento pero no se atiene a lo que los datos aportan. Veamos: -Tenemos un fenómeno A (la escasa presencia de mujeres en ARP-LAR) para cuya explicación buscamos una causa X a la que identificamos como la misma que explica el fenómeno B (la escasa presencia de mujeres en carreras científico-experimentales). Pero resulta que el fenómeno B no existe (esto es precisamente lo que los datos venían a demostrar)
y por tanto no puede existir esa presunta causa X. En conclusión, seguimos sin saber la causa del fenómeno A. Y dado que, evidentemente, se ha dado por supuesto que B existía sin mayor comprobación, creo que se ha actuado con poca racionalidad, que es lo que yo, en definitiva, quería señalar. 6)No era mi intención entrar en el debate del papel de la mujer en la sociedad actual (y mucho menos en el de sus capacidades comparadas con las del hombre) pero si es preciso realizar una declaración explícita ahí va la mía: reconozco que en la sociedad actual existe una injustificada discriminación de la mujer y abogo por la adopción de cuantas medidas contribuyan a eliminar esta situación.
Lo que no puedo admitir es que para evitar argumentos y coartadas a quienes se oponen a la equiparación plena de la mujer se deban silenciar hipótesis, investigaciones y opiniones de ningún tipo. La eliminación de la discriminación no vendrá de la argumentación sobre las causas de las diferencias entre hombres y mujeres sino sobre la desvinculación entre estas diferencias y la discriminación. Esto es, porque ninguna diferencia (haya o no haya tal cosa) debe justificar ninguna discriminación.
En fin, lo que me preocupa es que parece haber, con mucha frecuencia, cierto miedo a admitir siquiera la posibilidad de que elementos biológicos cooperen a explicar las diferencias de comportamiento (tendencias, actitudes, motivaciones y deseos y no aptitudes ni capacidades) de mujeres y hombres. Y sobre todo que con la finalidad de no dar coartadas al enemigo se den por definitivamente resueltas cuestiones que siguen siendo objeto de opinión y discusión. Sería anteponer la ideología y los fines a los hechos y la realidad y eso es lo que caracteriza, precisamente, a los prejuicios.
En todo caso, este debate no es el que yo planteaba y toda la argumentación que realiza Mercedes en su contestación no viene al caso. Lo que considero incorrecto es el modo en que se presentaba la cuestión; y sobre todo por hacerlo en una revista que debería ser absolutamente escrupulosa en la diferenciación entre hipótesis y certezas universales y donde las opiniones deberían expresarse como tales y no se ofrezcan como casos definitivamente cerrados. Mercedes puede argüir razones bien fundamentadas, avaladas y convincentes para apoyar su tesis pero no debería nunca olvidar que la comunidad científica no ha dictado sentencia al respecto y por tanto no debería expresar su ¨opinión¨ como si fuera indiscutible.
--- ¨Los autores de esta interesante discusión, Ignacio Fernández y Mercedes Quintana se han cruzado una carta más (en poder de esta redacción) donde por ambas partes se puntualizan y concretan las ideas inicialmente expresadas. Sin pretender restarles valor, hemos decidido omitir esta parte atendiendo exclusivamente a su extensión, en la idea de que las dos cartas iniciales se bastan para arrancar el debate por parte de nuestros lectores. Asi pues, aprovechamos esta ocasión para recabar vuestras opiniones sobre éste o cualquier otro tema que consideréis en la línea de lo que LAR trate o deba tratar¨
---- La asociación Alternativa Racional a las Pseudociencias (A.R.P.) trata de fomentar la investigación crítica de las supuestas manifestaciones de lo paranormal y los hechos presuntamente situados más allá de los límites de la ciencia siempre desde un punto de vista racionalista, científico y responsable, y dar a conocer los resultados de tales investigaciones a la comunidad científica y al público en general.
Para alcanzar estos objetivos, la asociación: 1. Mantiene un equipo de personas interesadas en examinar críticamente las supuestas manifestaciones de lo paranormal y los hechos situados más allá de los límites de la ciencia. 2. Está en contacto con asociaciones similares de todo el mundo, estableciéndose para cada caso el tipo de relación que se estima conveniente. 3. Propicia y encarga investigaciones a estudiosos objetivos y neutrales de las áreas que sea necesario. 4. Prepara bibliografías de materiales publicados que analizan cuidadosamente los temas objeto de estudio. 5. Publica artículos, revistas, monografías y libros que examinan las supuestas manifestaciones de lo paranormal y los hechos presuntamente situados más allá de los límites de la ciencia. 6. Organiza conferencias y simposios, y asiste a los medios de comunicación para ponerse en contacto con la opinión pública. 7. No rechaza los hechos a priori, antes de investigarlos, sino que los examina objetiva y cuidadosamente antes de manifestarse al respecto.
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