Edición 2010 - Número 5 (238) - 1 de mayo de 2010
(El Día del Trabajo llega en medio de una grave convulsión social y económica donde, sin embargo, las pseudociencias siguen teniendo espacio para el negocio. A la última moda en la venta de humo, concretada en unas pulseras que recuerdan a las que en los ochenta hicieron furor -y aún se venden con cierta profusión-, hay que añadir el refugio que no pocas personas, afectadas por la crisis económica, encuentran en los espacios televisivos dedicados a las magufadas futurológicas. El tiempo en que vivimos requiere urgentemente grandes dosis de pensamiento crítico pero cabe preguntarse en qué condiciones estamos de afrontar con sano escepticismo los problemas más candentes, si aún encontramos prácticas que deberían ser cosa del pasado y que, sin embargo, siguen siendo rentables. El teletarot y las biopulseras parecen ser las vírgenes y santos del S. XXI.