Pueden condenarlo a tres años de cárcel por desmontar un ‘milagro’. Sanal Edamaruku demostró que el agua que exudaba un cristo de madera era en realidad una fuga de una cañería. Algunos grupos católicos de Bombay le han denunciado y exigen que pida perdón para retirar la querella. Ahora vive exiliado en Finlandia para evitar la legislación antiblasfemia de India. Viaja por Europa denunciando su caso y otros parecidos. Ya ha visitado Polonia, Reino Unido e Irlanda.