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Invierno 2024

Premio del jurado:
Víctor Guisado Muñoz

El  viajero  consiguió  por  fin  hablar  con Aristóte

-

les. Le explicó todo lo que sabía de Física, pero no 

le convenció. De hecho, se armó tal escándalo en el 

ágora que tuvo que huir. Nadie se molestó en poner 

por escrito sus ideas.

—¿Qué tal? —le preguntaron al volver al presente.

—Las primeras naves no han regresado aún de las 

estrellas, ¿verdad? Pues ahí tenéis la respuesta.

—¡Maldito escepticismo! —bramaron.

—El escepticismo es imprescindible —replicó—, 

pero también vamos a necesitar evidencias empíricas.

Regresó con un telescopio, y tampoco le creyeron. 

Es más, pensaron que quería engañarlos y tuvo que 

huir otra vez. De nuevo en su presente, murmuró, aba-

tido:

—Viajar a las estrellas va a ser más difícil que via-

jar en el tiempo.

Premio del público: 

Álvaro Bayón (Vary)

No podía ser. Al fin y al cabo, todos los expertos 

habían estudiado lo mismo una y otra vez, con idénti-

cos resultados.

Pero ahí estaban, ante sus ojos, pruebas obvias de 

que todos sus predecesores se habían equivocado. Ha-

bía repetido el experimento cinco veces. Probó distin-

tos enfoques. El resultado era irrefutable.

—No entiendo por qué me sale diferente al resto 

—dijo a su compañera, perplejo.

—Porque eres el primero que hace el experimento 

sin presuponer su resultado.

Otros relatos reconocidos por el público y el ju-

rado:

Por: Patricia Libertad Vegas

—¡Cunaterapia!

—Pero no hay pruebas de que eso funcione.

—Tampoco hay pruebas de que no funcione.

—Es decir que no hay ninguna prueba, nadie lo ha 

hecho nunca.

—Exacto, seré el primero.

—El primero en meter a adultos en una cuna y me-

cerlos…

—Seré famoso —dijo el hombre, exultante.

Por: Mike

Bienvenido a internet, un lugar no muy seguro, 

con contenido de dudosa calidad pero en el que po-

drá encontrar casi cualquier cosa que desee, desde una 

conspiración en otro idioma hasta un método casero 

para curar su dermatitis de nacimiento. Podrá conver-

sar con personas y con chatbots. Millones de conteni-

dos le embriagarán y no sabrá en quién confiar. Podrá 

dudar sobre la inteligencia de su amigo, y pensar que 

Concurso de

 

microrrelatos

escépticos

E

ste año 2023, y vinculado a la celebración del evento Desgranando 

Ciencia 9, ARP-SAPC ha convocado un concurso de microrrelatos 

de temática escéptica a través de la red social Mastodon. No viene 

a sustituir a nuestro —de momento— aparcado concurso de rela-

tos «Félix Ares de Blas», sino a complementarlo. Durante el mencionado 

evento se dio a conocer el nombre de los dos ganadores, uno de ellos 

mediante jurado y el otro por el público, aunque hemos de decir que no 

hubo gran disparidad de criterio. Ambos ganadores han recibido sendos 

premios  en  forma  de  un  lote  de  libros.  Presentamos  a  continuación  los 

relatos ganadores, así como otros que han recibido una buena valoración.

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un chatbot podría ser más amable. Viva para el mundo 

digital, sumérjase en twitter y en reddit, donde cada 

secta tiene un hilo. Se preguntará: ¿Dónde están los 

textos científicos? No pasa nada, acomódese para esta 

nueva doble vida. Podrá elegir la conspiración que 

más le interese y estará en su idioma.

Por:

 Luis Fontana Gallego

—Y, dígame, profesor: según Ud., ¿qué se necesita 

para rebatir a un terraplanista, antivacunas, etc.?

—Bueno, se necesitan dos cosas: nunca le reveles 

todo lo que sabes.

—¿Y la segunda?

—…

Por: María Mínguez Sánchez

Cabezahueca 

¿Cuál de todas las capas alternas de afirmaciones y 

negaciones irónicas había conseguido que calase defi

-

nitivamente en su mapa mental aquella idea de la que 

pretendía burlarse? Cuanta más distancia intentaba 

tomar de ella, cuanto más atención le prestaba, más 

peso tenía, más grande era y más se aproximaba a lo 

que se entiende como certeza. Así es como se había 

convencido a sí mismo, sin querer, de que la tierra era 

hueca.

Por: Daniel Redondo Sánchez

El asesino del horóscopo había seguido a su próxi-

ma víctima hasta casa. Su presa de hoy conducía un 

BMW azul y vivía en una amplia casa en las afueras. 

«Clásico de un Libra», pensó. Aprovechó que la co-

chera se estaba cerrando para deslizarse bajo la puer-

ta. Se encaró a la víctima y, tras un violento forcejeo, 

el arma se disparó. El asesino del horóscopo cayó al 

suelo, sangrando por el pecho. Iba a morir y un pen-

samiento irónico lo asaltó: debería haber leído su ho-

róscopo de hoy.

Por: Sonia Fernández Romero

¡Esto no se hace! Les esperaba ayer y tenía la pro-

nunciación de «nuqneH» ensayadísima. Menos mal 

que me ha llamado Carlos Jesús. Están atascados en 

Ganímedes. Un fallo mecánico. Tiene que llegar la 

pieza de repuesto. ¡A saber cuánto tardará! Avisarán 

de nuevo de su llegada. Mientras llegan, estoy traba-

jando en una coplilla para darles la bienvenida:

Extraterrestes, vienen a la Tierra gordos y sanos.

Viva el tronío y vivan los aliens con poderío…

Por: José Antonio Bustelo

 —Buenos días, James.

—Q…

—Tu equipamiento. Hemos activado la munición 

de tu Walther PPK en nuestro departamento de reiki.

—Vaya, voy a empezar a preocuparme…

—Tu nuevo reloj. Sincronizado con tus siete 

chakras como protección adicional. El minutero es 

una vara de radiestesia para localizar sustancias ra-

diactivas. Más silencioso que tu viejo contador Gei-

ger.

—Lo echaré de menos incrustado en el premolar.

—Baraja  de  tarot  camuflada.  En  una  partida  de 

póker siempre da pronósticos negativos para desmo-

ralizar al enemigo. Y una cosa más con tu afición a la 

bebida ¿Sabes cómo debes pedirla?

—Vale. Martini con vodka en dilución 100 CH 

agitado con sucusión, no mezclado.

—Mejor que sea 200 CH. Suerte, James. Esta vez 

la vas a necesitar.

Por: 

Patricia Libertad Vegas

—Buenos días, señora. Quiero solicitar una veri-

ficación.

Los ojos de la funcionaria saltan de los papeles que 

hay sobre su mesa al niño fantasma que levita frente 

al mostrador.

—Hola, criatura, ¿es tu primera vez?

—Sí, llevo poco tiempo en el mundo.

—Pocas mentiras son nuevas.

—Pero yo soy de verdad.

—Si me dieran 1 € cada vez que Homeopatía me 

viene con esa cantinela… —Los ojos de la funciona-

ria escrutan al niño— A ver, ¿y el formulario 123-E?

—Aquí tiene, señora.

La funcionaría revisa el documento con deteni-

miento: los datos que avalan su nacimiento son su-

ficientes  y  los  cálculos,  correctos.  La  mujer  sonríe, 

rellena el certificado de veracidad y se lo entrega al 

niño mientras este va cubriéndose de átomos.

—Bienvenido a la realidad.