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ambién se la conoce como AREV, por sus siglas
en español. La descripción en su página web
reza lo siguiente
1
:
La Asociación Racional y Escéptica de Venezuela
(AREV) es una organización independiente y sin fines
de lucro, integrada por personas de mente abierta
que se han unido con la finalidad de divulgar el es
-
cepticismo y el pensamiento racional, y de poner bajo
escrutinio científico las afirmaciones místicas y seu
-
docientíficas con las que somos bombardeados cada
día. La asociación promueve la ciencia y el pensa-
miento crítico como vías fundamentales para mejorar
la calidad de vida de los ciudadanos, dotándolos de
las herramientas escépticas indispensables para en-
frentar las afirmaciones gratuitas y extravagantes de
los mercachifles de la superstición, de los buhoneros
de lo paranormal y de los traficantes de misterios, que
especulan con la ignorancia del público para obtener
grandes dividendos, al ofrecer panaceas y respuestas
rápidas (y falsas) a la enfermedad, la miseria y la in-
certidumbre humanas.
La AREV es, virtualmente, la única asociación a
nivel nacional dedicada a la divulgación del pensa-
miento crítico y escéptico, con un especial énfasis en
luchar contra las pseudociencias, sobre todo contra la
pseudomedicina y el psicoanálisis; y, con la llegada
del movimiento del «Nuevo Ateísmo» a finales de la
década de los 2000, ha hecho también menciones de
las consecuencias perversas del pensamiento religioso,
lo que impulsó en su momento cierto crecimiento del
movimiento escéptico venezolano, aunque de forma
más bien desestructurada y sin demasiada organiza-
ción.
El producto más acabado de la AREV es la revista
Lúcido
, publicada hasta el año 2010 en formato digital.
Su comité editorial, en su última edición, lo confor-
maban Jorge Araica, Ricardo Babarro, Guido Nuñez,
Álvaro Osorio, Jesús Pineda, Sami Rozenbaum y Do-
mingo Subero, siendo el coordinador del equipo Sami
Rozenbaum. Todos ellos, miembros de la AREV.
Al redactar estas líneas, tenemos la fortuna de con-
tar con el testimonio de Guido Núñez, hoy viviendo
en EE.UU., y que relata cómo la Asociación Racional
tuvo unos inicios bastante humildes y hasta un tanto
irónicos, en los que jugó un papel relevante la expe-
riencia personal de librarse (por los pelos) del fanatis-
mo religioso, así como el toque humorístico que desde
siempre ha estado asociado a los escépticos y natura-
listas desde Demócrito: «
Me metí a buscar en Internet
y entré a varias páginas que no solo me dejaron claro
el asunto sino que me libraron del cristianismo».
Gui-
do especifica: «
Yo estaba a punto de meterme a Testigo
de Jehová, pero lo de la evolución no me cuadraba
».
La búsqueda de más información impulsada por la
curiosidad en la incipiente internet del año 2000 daría
con la respuesta. Uno de ellos era la página (alojada
en Geocities) de Javier Garrido
Paraciencias al día
2
.
[La página]
tenía artículos excelentes... Y yo em
-
piezo a escribir. Me pongo en contacto con Javier y
empezamos a mandar cartas. Febrero de 2001 llega y
yo me compré
El mundo y sus demonios
como regalo
de cumpleaños. (…) en el transporte público escucha-
ba avisos de brujos y decidí ir a visitar a una bruja
diciendo que era miembro de la AREV
.
Nos narra Guido.
[lo de la AREV] era un chiste a ver cómo reaccio-
R
ed Escéptica Internacional
Sino y destino de la
Asociación Racional
Escéptica de Venezuela
Jesús Guevara Rivas
Universidad Bicentenaria de Aragua
Cuando hablamos de la historia del movimiento escéptico venezolano, es
referencia obligatoria la Asociación Racional Escéptica de Venezuela, por
ser la asociación más relevante para ver el desarrollo de este movimien-
to y a su vez un espejo de la situación nacional que nos arropa a todos.
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naba. Luego se lo conté a Javier y me dijo: ¿¡Qué
coño estamos esperando!? (…) Luego conseguimos a
Sami porque empecé a hablar con gente del
Csicop
, y
me dijeron que Sami estaba [en ese grupo].
Tras sucesivos contactos y el impulso de sus prime-
ros miembros, se logró formar la Asociación Racional
Escéptica.
Lúcido
nació como su órgano divulgativo
en diciembre de 2001, y en su primera edición en ese
mes justamente expresa que
...[la AREV] nació en febrero de 2001, de mane-
ra muy característica para nuestra época, como una
lista de correo electrónico en la que nos hemos en-
contrado profesionales y estudiantes, con una edad
promedio que ronda los 30 años. Vivimos en distintas
ciudades, por lo que muchos aún no nos conocemos
personalmente, pero hemos intercambiado abundante
información e ideas al punto que formamos una au-
téntica comunidad virtual; como corresponde a nues-
tra definición de escépticos, no son raras las contro
-
versias.
Todo gracias a felices casualidades y al siempre va-
lioso intercambio de ideas facilitado por la tecnología.
Lúcido
ganó en 2004 el Premio Municipal de Pe-
riodismo Científico «Arístides Bastidas», mención
«opinión», otorgado por el Concejo del Municipio Li-
bertador de Caracas. Sus miembros también se hicie-
ron notar en su momento en defensa del pensamiento
racional, como Sami Rozenbaum en el IV Congreso
Mundial Escéptico del
Csicop
en Los Ángeles (2002),
o el mismo Guido Núñez como participante de la Pri-
mera Conferencia Iberoamericana sobre Pensamiento
Crítico de 2005. La AREV también tenía su programa
de radio,
Ciencia y Leyenda
, que era retransmitido vía
web
3
.
La sociedad abierta y el escepticismo (o su falta).
Para bien o para mal, más bien para mal, la Vene-
zuela contemporánea ofrece dificultades adicionales
para el desarrollo de cualquier movimiento intelec-
tual, y el escepticismo no es la excepción.
Si bien la Asociación no está formalmente disuelta,
no ha dejado de ser víctima de la situación nacional
que ha impulsado a la gran mayoría de los ciudada-
nos de Venezuela a sobrevivir y a ocuparse de cosas
más básicas como conseguir comida y medicina. La
urgencia del día a día desplaza poco a poco, y en un
inicio casi sin notarlo, las actividades más elevadas o
que requerirían de mayor atención. Ello sin mencio-
nar la emigración, que ha impedido a varios de sus
miembros el reunirse más seguido.
«La política lo mató todo»
,
nos cuenta Guido. Y
no, no se trata necesariamente de conflictos entre sus
miembros por razones ideológicas. Es la política que
hizo imposible vivir normalmente en el país; primero
porque acaparó toda la opinión pública, por el ataque
sin piedad a las instituciones democráticas durante
toda la década del 2000; y luego, por las consecuen-
cias de la posterior crisis económica.
Si hablamos de aplicar el pensamiento racional, Ve-
nezuela vive hoy azotada por la irracionalidad en for-
ma de políticas públicas y campea libremente sin coto
de ninguna clase. En un entorno tan agreste, en donde
las universidades batallan por sobrevivir sin insumos,
presupuestos, alumnos, profesores; donde la censura
radiotelevisiva es una cruda realidad; donde la sinra-
zón se lleva vidas humanas sin justificación alguna;
y en donde, parafraseando a Carl Sagan, las sombras
del pasado se hacen cada vez más fuertes y la razón se
queda sola como una pequeña vela. Es en esos lugares
y momentos cuando nace una reflexión necesaria: la
democracia y la razón mueren en la oscuridad.
Quienes aprecian su sentido crítico deben estar
siempre alertas ante cualquier amenaza irracional, aún
en la quietud y prosperidad de lo logrado, ya que los
vendedores de aceite de serpiente y los agitadores de
odio, ira y miedo nunca descansan. Siempre que se
pueda, la llama de la ciencia y la razón, por muy débil
que sea, debe estar encendida.
Porque el mundo donde gobiernan nuestros demo-
nios no es un buen lugar. Y nunca lo será.
1-https://arev.wordpress.com
2-http://www.geocities.com/jgb64/Pseudo.htm –visible en
Wayback Machine–.
2- www.tecnologiahechapalabra.com
Santería Milagrosa (Flickr)