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Introducción

Durante los últimos años están proliferando apósto-

les de métodos para la enseñanza de las Matemáticas 

que predican la abolición del fracaso escolar. Esgri-

men que este es consecuencia de la terquedad de un 

estamento —el profesorado— en el empleo de una 

«enseñanza tradicional» que tiene entre sus primeros 

objetivos destruir el potencial de los alumnos.

Uno de estos métodos es Jump Math, cuyo creador, 

John Mighton, afirma que «hay un genio matemático 

detrás de cada uno de nosotros, solo tenemos que des-

cubrirlo»

1

. La retórica de autoayuda recuerda a Paulo 

Coelho o las charlas TED. Naturalmente, es una es-

trategia para enlucir el producto, como la fábula self-

made man sobre su creador, un niño abrumado por 

las matemáticas escolares que retoma como adulto el 

campo en el que fracasó para, fabricándose un método 

de aprendizaje al margen del insensible profesorado, 

triunfar sobre la adversidad y coronarse como doc-

tor. Armado con su experiencia, Mighton se dirige al 

profesorado y, a modo de mesías (Juan 14:6), procla-

ma: «Yo soy el camino, y la verdad». ¿Quién quiere 

seguirle en la guerra contra la enseñanza tradicional? 

Muchos centros educativos, a decir verdad, especial-

mente en Canadá; pero también más de 96 centros de 

España.

En este juego de tronos educativo, otros líderes 

quieren hacer la guerra por su cuenta: Jaime Martínez 

Montero, con su método ABN (acrónimo de Abierto 

Basado en Números), tiene una legión de fieles segui-

dores y, desde su bastión andaluz, parece tener venta-

ja en la batalla por el único y revelador sistema para 

enseñar bien las matemáticas en España. Martínez 

Montero no gusta del discurso de empoderamiento 

azucarado tipo coaching, sino que emplea el ataque 

directo: «Las matemáticas se enseñan tan mal que te 

deja incapacitado para que alguna vez te gusten. No-

sotros ofrecemos realidad aumentada y lo anterior es 

una foto en blanco y negro»

2

. Lo anecdótico de estas 

declaraciones casi permite inducir las estrategias que 

los métodos educativos milagrosos utilizan para le-

gitimarse: son una nueva vía que permite sortear el 

pantanoso estado de la educación, garantizan el éxito 

escolar y están basados en las más claras evidencias. 

Pero…

… ni son tan nuevos…

Vamos a centrarnos en Jump Math y ABN por ser de 

los más exitosos en España, pero el profesorado dis-

pone de otras alternativas milagro para redimir a sus 

alumnos. Una de las estrategias empleadas para pro-

mocionar estos métodos se basa en la oposición viejo/

nuevo, que reduce buenas prácticas a nuevas prácti-

cas. Para que esta reducción sea efectiva, se parte del 

desprestigio del sistema educativo (viejo = malo); así, 

Martínez Montero asegura:

...en ocho años, el método tradicional de enseñar 

matemáticas desaparecerá. Los comienzos tuvie-

ron mucho mérito porque éramos cuatro locos que 

hacíamos cosas rarísimas que no había visto nadie 

y la gente se pensaba si estábamos bien de la cabe-

za.  Cuando ven a chicos de 4º de Primaria hacer 

ecuaciones de primer grado o resolviendo una raíz 

cuadrada mentalmente se quedan impactados. Los 

Una pequeña romería por 

los métodos milagro para la 

enseñanza de las matemáticas

Irene Ferrando y Carlos Segura 

Departamento de Didáctica de la Matemática de la Universidad de Valencia

Ni nuevos, ni milagrosos ni inocuos, pero sí un gran negocio

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padres al principio se quedan muy sorprendidos. El 

nivel de nuestros alumnos no lo he encontrado en nin-

guna otra parte del mundo, ni en EE. UU. ni en In-

glaterra, ni en Francia ni en Finlandia, donde siguen 

con el cálculo tradicional.

3

 

Cuando se plantea una enmienda a la totalidad, aun-

que sea injustificada (¿de verdad hasta ahora los niños 

no sabían nada?), cualquier reflexión didáctica sobre 

estrategias de mejora de la enseñanza-aprendizaje 

queda sepultada bajo la etiqueta «método tradicio-

nal», homogeneizando un conjunto de conocimientos 

y procedimientos necesariamente heterogéneo. Y al 

pésimo «método tradicional», sea cual sea la propues-

ta, se le opone el flamante nuevo método. Antes de 

discutir sus efectos milagrosos («cosas que el mundo 

nunca ha visto»), lo gracioso es que los métodos ABN 

Jump Math ni siquiera son nuevos. Se ha reflexiona-

do mucho y hay variadas vías

4

 para enseñar de manera 

comprensiva lo que Martínez Montero llama cálculo 

tradicional, ¡incluido el algoritmo que llama suyo! 

Porque para que el alumnado comprenda el sistema 

de numeración y las cuatro operaciones básicas, ABN 

propone trabajar sobre cantidades, primero manipu-

lativamente, luego simbólicamente sobre una tabla, 

completando decenas (luego centenas, etc.) y em-

pleando estrategias del cálculo mental. Así, sumar 56 

+ 36 de la «forma ABN» es, por ejemplo (porque lo 

que el método llama «abierto» son vías esencialmente 

idénticas), completar 60 añadiendo 4, luego añadir 2 

y luego añadir 30. Se comprenderá (más de un lector 

las utilizará para sumar mentalmente, ¿acaso alguien 

opera de cabeza con el sistema posicional?) que este 

tipo de estrategias se llevan trabajando en muchas au-

las durante décadas. El apropiacionismo del método 

ha trascendido los algoritmos de cálculo, pues actual-

mente ABN se ha convertido en un sistema que coloca 

su «etiqueta» a multitud de recursos y procesos pre-

existentes:  uso  de  materiales  en  Educación  Infantil, 

Foto: www.flickr.com/photos/ftmeade/

Antes de discutir sus efectos milagrosos («cosas que el 

mundo nunca ha visto»), lo gracioso es que los métodos 

ABN y Jump Math ni siquiera son nuevos.

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rectas numéricas y tablas del 100, aprendizaje basado 

en la resolución de problemas

5

, etc. La escuela didác-

tica holandesa

6

, en activo desde los años sesenta del 

pasado siglo, ha sido completamente saqueada.

Lo que ofrece Jump Math dista, aún más si cabe, 

de ser novedoso: basta echar un vistazo a los pocos 

materiales disponibles de forma gratuita para reco-

nocer que, tanto en su presentación como en el tipo 

de actividades, no se alejan de lo que estamos habi-

tuados a encontrar en los libros de texto, aunque en 

versión austera, pues son cuadernos en blanco y negro 

sin fotografías ni apenas ilustraciones. Se basan en la 

graduación de la complejidad en los problemas que 

presentan para que todos los alumnos tengan éxito y 

ganen confianza, como si la tarea de un docente no 

fuera precisamente esta. La resolución de problemas 

como herramienta de enseñanza, de nuevo vendida (y 

cobrada) como novedad didáctica. 

Si estos métodos ya se empleaban, sin etiquetas, en 

las aulas, ¿por qué ofrecen ahora resultados de mejora 

tan radical? 

… ni sus milagros tan evidentes...

Quizá porque los resultados no sean tan espectacu-

lares ni revolucionarios como nos venden. Todo es 

cuestión de marketing. No hace falta enseñar mate-

máticas para comprender que los logros que Martínez 

Montero  atribuye  a  su  método  son  exagerados,  por 

ejemplo cuando dice que, usando el método ABN, 

un alumno normalito completa perfectamente en 

cuarto de primaria el temario de sexto. Si no lo ha-

cemos es para cumplir con el currículo. Pero al ter-

minar primaria puede perfectamente conocer cosas 

como polinomios, raíces cuadradas de cifras de cua-

tro dígitos, porcentajes, números enteros, numeración 

en cualquier base... Eso un alumno normal.

7

¿Qué hará entonces un alumno aventajado? ¿Inte-

gración múltiple? Según Martínez Moreno, todos es-

tos increíbles avances se producen gracias a que

con este nuevo sistema trabajamos con el número 

real mientras con la forma tradicional (CBC, cerrado 

basado en cifras,) se trabaja con cifras. Así, mientras 

con el sistema cerrado en el número 123 un niño ve 

un 1, un 2 y un 3, con el sistema ABN un niño ve un 

100, un 20 y un 3.

8

Suponer que la mayoría de niños desconoce la des-

composición de un número porque no se trabaja en ese 

conjunto de prácticas docentes que los seguidores de 

ABN llaman «método tradicional» es falso y pertene-

ce al discurso de «enmienda a la totalidad». Si se parte 

de que los alumnos no entienden nada, se contrastan 

mejor los supuestos avances del nuevo método. 

Una de las claves del éxito de método ABN es la 

difusión en las redes, compartiendo vídeos o entradas 

de blogs de experiencias de aula «reales», que en rea-

lidad siempre están preparadas y muy dirigidas.  Esto, 

al parecer, resulta de gran utilidad para muchos maes-

tros que, tal y como se comprueba en las facultades de 

Magisterio, tienen, en demasiados casos, una forma-

ción matemática poco sólida y bastante inseguridad 

ante la disciplina. Se trata, por tanto, de un contexto 

propicio para poder diseminar fundamentos de unos 

métodos milagrosos que, al fin y al cabo, no son más 

que matemáticas.

… pero pueden ser peligrosos y son un negocio

La actual preocupación de los maestros por enseñar 

bien una disciplina que consideramos fundamental es 

en realidad un éxito, al que contribuyen J. Martínez 

Montero y J. Mighton. Sin embargo, creemos que es-

tas metodologías no son en absoluto inocuas ni están 

exentas  de  peligros;  tanto  en  la  presentación  de  las 

mismas como en su difusión se observan técnicas que 

nos remiten a comportamientos sectarios o a estructu-

ras de trabajo piramidal que, en nuestra opinión, están 

lejos de lo que debiera ser la formación continua de 

los profesores. Así, la comunidad docente ABN forma 

lo que Max Weber llama «sociedad carismática»

9

, en 

la que el líder ejerce un dominio personalista, de ca-

rácter emotivo o incluso mágico, sobre sus discípulos. 

Por ejemplo, en las redes sociales se adula la figura de 

Martínez Montero: se le agradece que un algoritmo 

—¡una tabla!— haya cambiado la visión completa de 

las matemáticas que tienen los niños; y se le consulta, 

a modo de oráculo, sobre si la recta numérica debe 

comenzar por 0 o por 1. Sus opiniones son taxativas 

y no invitan a la reflexión didáctica del propio pro-

fesor. Además, en estos grupos virtuales se tiende a 

explicar la oposición de cualquier docente al método 

en términos de conspiración de un profesorado des-

preciado por acomodaticio o «tradicional». A su vez, 

todo el trabajo horizontal de elaboración e intercam-

Muchos maestros tienen una formación matemática poco 

sólida y bastante inseguridad ante la disciplina, un contexto 

propicio para poder diseminar métodos milagrosos.

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bio de recursos que se realiza en estos grupos y redes 

sociales se adjudica automáticamente al genio creador 

del líder, que se lo apropia como genuinamente ABN 

a través de su blog. Todo éxito remite a la influencia 

benefactora del líder y todo fracaso es un montaje del 

enemigo. El dominio de Mighton sobre la red docente 

que utiliza Jump Math es más blando y tiene agentes 

comerciales como intermediarios, pero el marketing 

que emplean para su difusión también dibuja un líder 

carismático y oracular. Esta red está interesadamente 

cohesionada porque los maestros que se introducen en 

el método pueden progresar, en función de su impli-

cación y entusiasmo, hasta convertirse en formadores 

del mismo.

Finalmente, como en casi todos los aspectos de 

la vida, lo que encontramos tras estas metodologías 

milagro está lejos del altruismo. En el caso de Jump 

Math, el negocio es claro: es imposible acceder a los 

materiales sin pagar directamente por ellos. En el caso 

de ABN, el negocio está camuflado: hay muchos y di-

versos recursos gratuitos en línea. Pero como hemos 

comentado, el acceso a recursos y la participación en 

estas comunidades virtuales está sutilmente jerarqui-

zado: el liderazgo de Martínez Montero es claro y él lo 

ejerce, entre otras cosas, señalando a un grupo selecto 

de seguidores como «expertos ABN». Si un maestro 

quiere progresar para llegar a conocer adecuadamente 

el método ABN, deben participar en cursos de forma-

ción o jornadas que solo son válidos si están impar-

tidos (y cobrados) por este grupo de expertos ABN. 

Además, desde hace unos años se publica una línea 

de libros y materiales comercializados por una impor-

tante editorial española que supuestamente facilita al 

docente trabajar este método. Muchos formadores y 

expertos ABN se encargan de dar difusión a estos ma-

teriales de pago. Business is business.

Notas:

1-  El Mundo, 08/03/2017

2-  La voz de Galicia, 14/02/2017

3-  La Voz de Cádiz, 24/07/2017

4-  Puede  consultarse,  por  ejemplo,  Gómez,  B.  (1988). 

Numeración y cálculo. Editorial Síntesis, Madrid.

5- La resolución de problemas como base para la com-

prensión aritmética, la clasificación de los problemas arit-

méticos verbales de una etapa… Todo ello ha sido amplia-

mente estudiado. Véase, por ejemplo, Puig, L. (1996). Ele-

mentos de resolución de problemas. Comares.

6- Se puede consultar más sobre este tema en Van Den 

Heuvel-Panhuizen,  M.  (2008).  Educación  matemática  en 

los Países Bajos: un recorrido guiado. Correo del maestro

149, 23-54.

7- La Voz de Galicia, 14/02/2017

8- Declaraciones de Juan Antonio Durán Siles, maestro 

en el CEIP Alba Plata de Cáceres, para El Periódico de Ex-

tremadura, 24/09/2017

9-  Weber,  M.  (1964).  Economía y sociedad. Fondo de 

Cultura Económica, México.