el esc
é
ptico
70
Anuario 2017
E
n plena época franquista, un autonombrado
«profesor» Sesma empezó a recibir en Ma-
drid unos extraños documentos mal mecano-
grafiados que le enviaban por correo ordinario unos
seres que decían ser de procedencia extraterrestre.
Ya había recibido otros parecidos desde varios pla-
netas, pero estos incluían detalles científicos precisos
(aunque incoherentes y erróneos). Así comenzó, allá
por 1966, el denominado affair Ummo, que todavía
colea, gracias a la desinteresada «labor» de muchos y
a la inquebrantable credulidad de unos pocos
1
.
En uno de los primeros documentos recibidos se
incluía la ilustración a todo color de una máquina an-
dante: un NOIA UEWA, empleado por los ummitas,
supuestos habitantes del planeta UMMO situado a
14.6 años-luz de la Tierra, que orbita en torno a la
estrella Wolf 424. La idea de las máquinas andantes
tiene una larga historia en nuestro planeta
2
(Fig. 1).
A principios del siglo XXI, un exufólogo y dise-
ñador gráfico británico llamado David Sankey realizó
una propuesta de diseño actualizado. Me gustó tanto
que, cuando en febrero de 2011 terminé el borrador
de mi primera novela —centrada inevitablemente
en UMMO—, lo escogí como portada. Sin embar-
go, fueron pasando los años y mi novela pasó por
diversas reescrituras mientras permanecía inédita.
Finalmente, en el verano de 2015 me decidí a poner-
la a disposición del público mediante autoedición y,
como la portada sería a todo color, pedí permiso a
Sankey para añadir un fondo alienígena a otra de sus
propuestas (fig. 2).
Los sellos
Se me ocurrió que una buena forma de despertar
el interés por mi novela entre algunos amigos sería
enviarles una postal «ummita» desde algún lugar re-
lacionado con el asunto. Conocedor de la posibilidad
que ofrecía el servicio filatélico español de elaborar
sellos personalizados, en mayo de 2015 ordené un
par de pliegos a través de internet (Fig. 3).
Para la imagen del mismo, escogí el diseño
modificado de Sankey, le añadí un logotipo ummita
modificado en el fuselaje de color violeta (supuesta-
mente, en los documentos originales cada país tenía
un color distintivo para el sello digital identificati-
vo) y como fondo, retoqué una aurora boreal terres-
tre para recrear uno de los pocos rasgos geográficos
distintivos que nos revelaron los ummitas sobre su
planeta: los OAK-OEI, unos extraños volcanes en
forma de grandes grietas que proyectan una columna
incandescente de metano-pentano-oxígeno de alturas
de entre 25O m y 6,7 Km. En concreto, el OASION-
OEI cerca del lago IA-SAAOOA, cuya luz azulada
ilumina las noches de UMMO en aquellas regiones.
LOS SELLOS
DE UMMO
Historia de una broma
Luis R(einaldo) González Manso
Entre agosto y octubre de 2015, un rumor corrió como la pólvora por todos
los mentideros ufológicos españoles: los ummitas habían vuelto. Esta es la
versión de la broma, contada por su creador
.
el esc
é
ptico
71
Anuario 2017
Poco después descubrí que la misma posibilidad
de personalizar sellos se ofrecía por diversos países
europeos y, ante la posibilidad de un viaje a Gran
Bretaña, me decidí a encargar sellos similares en va-
rios países (fig. 4), con la única variación del color
del emblema; y en el caso francés, girando 180º la
ilustración y en formato carné (Fig. 4).
Las postales
El primer grupo de postales (siempre a cuatro
amigos y al autor, aunque en el texto se mencionen
siete receptores) fue echado al buzón del King’s Co-
llege de Cambridge el 20 de agosto de 2015 (lamen-
tablemente, el matasellos de la ciudad es ilegible).
Correspondían a una vista algo antigua de Picadilly
Circus en Londres, y me fueron facilitadas por un co-
lega que debe permanecer anónimo (Fig. 5).
Tras una salutación en inglés —tomada del título
de una colección de ensayos de Arthur C. Clarke—,
el texto hacía una velada alusión a las teorías del Dr.
Domínguez Montes, quien ha defendido que el affair
Ummo se inició en una universidad inglesa. Precisa-
mente en Cambridge trabajó el profesor Sir Arthur
S. Eddington (cuyas teorías habrían inspirado los
documentos ummitas, según Domínguez) y también
Stephen Hawking, cuyas iniciales añadí a la postal en
trazos coloreados que podían reconstruirse como la
)+( ummita.
Por contraste con los documentos originales, de-
cidí utilizar un símbolo ligeramente distinto (con un
tercer semicírculo superior) en el sello digital iden-
tificador. Según los ummitas, el mismo servía para
simbolizar un estamento gubernamental distinto de
su sociedad. Para justificar el nuevo logo, sugerí que
se habían producido cambios políticos en UMMO.
La tarjeta iba firmada por DEI-99, quien, conforme
a las prácticas ummitas, debía ser hijo (o hija) del
firmante de buena parte de los documentos originales
recibidos en los años sesenta del pasado siglo: DEI-
98. El nombre no estaba tomado al azar, pues así se
llama el personaje principal de mi novela. También
era habitual en los documentos originales encontrar
algunos grafismos ummitas, así que me decidí por
incluir una fecha en dígitos ummitas (de base 12),
Fig. 1. Máquinas andantes (cyberneticzoo.com/walking-machine-time-line/)
Fig. 2. Portada de Ummo: historia de una obsesión
el esc
é
ptico
72
Anuario 2017
el 8 de diciembre de 2015 (en formato anglosajón).
Era la fecha estimada para la llegada de mi novela
a las librerías. Quise que el texto pareciese escrito
con una máquina de escribir antigua e incluso intro-
duje pequeños cambios en el mismo y sus márgenes
para cada postal. Como toque final, añadí el conocido
mantra ummita, «no nos crean», esta vez sí escrito
con una máquina de escribir tradicional (aunque eléc-
trica).
Lamentablemente, por un error en la dirección,
solo llegaron cuatro postales a sus receptores. El fa-
llo se repitió en la segunda tanda, pero se descubrió a
tiempo de ser corregido para la tercera. Por otro lado,
el servicio de correos español es deficiente y algunas
otras se perdieron.
Gracias a diversos colegas en los distintos países,
y a la coordinación que permite el correo electrónico,
la segunda tanda de postales fue depositada simultá-
neamente en el correo de tres ciudades diferentes el 4
de septiembre de 2015:
Bergen (Noruega), desde donde se supone que
partió el barco cuyas emisiones radioeléctricas de
prueba, al ser captadas por los ummitas, les permi-
tieron conocer nuestra existencia y venir a visitarnos.
La tarjeta incluía una frase en noruego que decía:
«Saludos, habitantes del planeta cuadrado (nombre
que dieron los ummitas a la Tierra)». Por lo demás, el
texto era similar al de la primera tanda y solo variaba
el color escogido para el sello (naranja; Fig. 6).
Baltimore (Estados Unidos). Inicialmente esta-
ba previsto que hubiesen sido echadas al correo en
Nueva York (como ocurrió con una misiva ummita
enviada hace años al ufólogo Jacques Vallée), pero
dificultades de última hora le impidieron a mi cóm-
plice hacerlo. A diferencia de las anteriores, esta pos-
tal (Fig. 7) es una falsificación montada en una copis-
tería con el reverso de una postal americana original
y una imagen de la ciudad de Pittsburgh tomada de
internet. Por ello, en el texto se hace referencia a un
supuesto receptor de los documentos ummitas origi-
nales que habría vivido en aquella ciudad. La frase de
salutación («We’re home / Estamos en casa») está to-
mada de un trailer de la séptima entrega de La guerra
de las galaxias y daba una pista relacionada con mi
novela, pues unos extraterrestres nunca llamarían ho-
gar a la Tierra. Al tratarse de un envío transatlántico,
hubo que franquearlas con dos sellos por ejemplar, al
no emitirse de mayor valor facial.
Barcelona (España). Otra tarjeta falsificada en
una copistería, combinando para la imagen una foto
antigua del centro de Albacete con la placa de la calle
dedicada en Valencia a uno de los antepasados de la
protagonista de la truculenta historia de la Mano Cor-
tada, sucedida en los años cincuenta del pasado siglo,
y que diversos documentos ummitas relacionaron con
su presencia en esa ciudad manchega. El texto daba
otra pista relacionada con la novela (Fig. 8). Aunque
la idea original había sido echarlas al correo en Alba-
cete, resulta complicado llegar hasta allí en un plazo
razonable de tiempo utilizando trenes o autobuses, así
que ante la premura impuesta por la fecha acordada,
tuve que optar por enviarlas desde Barcelona, ciudad
también relacionada con el affair ummita
3
.
Fig. 3
Fig. 4, Sellos personalizados de Gran Bretaña, Noruega, Estados Unidos y Francia.
el esc
é
ptico
73
Anuario 2017
Con la tercera tanda de postales, empiezan las re-
velaciones novedosas (siempre relacionadas con el ar-
gumento de mi novela). Dado el revuelo causado por
las anteriores, después de que uno de mis amigos fil-
trase inesperadamente la noticia a los periodistas eso-
téricos nacionales, quise introducir además algunos
cambios: modifiqué la orientación del sello y, en lugar
de la impresora de tinta habitual, esta vez utilicé una
antigua máquina de escribir manual que conservaba
de mis tiempos de estudiante. Asimismo, los dígitos
ummitas fueron dibujados con tinta y pincel.
Por error, el valor facial del sello era insuficiente
para el envío europeo, así que mi colega francés tuvo
que complementar el franqueo con un sello local. Una
vez más, la postal está falsificada. Peor aún, la imagen
corresponde a la presa de Castillon en los Pirineos, no
a la del mismo nombre mencionada en el reverso (a
pocos kilómetros de La Javie) y donde, según mi no-
vela, se situó la base original ummita que habría sido
subacuática, no subterránea. Nadie se dio cuenta del
«cambiazo» (Fig. 9).
Esta vez, el lugar elegido para echar al correo el
material fue Toulouse, ciudad francesa también vin-
culada al análisis de las conocidas fotografías ummi-
tas. El envío se retrasó varias semanas porque el pa-
quete con los sellos franceses se extravió en el correo
y hubo que volver a pedirlos. Finalmente, las postales
fueron franqueadas el 20 de octubre.
Ese mismo día, y para compensar el fallo inicial
que impidió que uno de mis amigos recibiese las
primeras postales, le envié a esta persona una única
postal y desde Málaga. Para disimular su envío desde
mi ciudad de residencia, utilicé para el anverso una
imagen retocada del platillo ummita que aparecía en
la portada del libro de Domínguez (publicado en esta
ciudad), incluyendo el nuevo logo ummita en su pan-
za (Fig. 10). El texto era un «homenaje» al último y
descabellado libro sobre abducciones del Dr. David
M. Jacobs.
El plan original incluía el envío de una cuarta y
última remesa de postales desde la localidad abulen-
se de Piedralaves, que jugó un importante papel en la
mitología ummita (y por consiguiente en mi novela),
revelando toda la verdad de la historia. Sin embargo,
los acontecimientos se precipitaron porque la editorial
adelantó la publicidad mediática de la novela y ello
me forzó a contar la broma a mis colegas antes de que
fueran a enterarse por terceros. De todas formas, la
broma ha sido bien apreciada entre los coleccionistas
y he recibido pedidos de genuinas postales ummitas
falsas, así que no descarto nuevos envíos, incluso des-
de nuevos países.
Conclusiones
A raíz de la difusión pública de las postales, resul-
tó fascinante vivir durante algunas semanas en la piel
de Jordán Peña, el ya fallecido autor del montaje ori-
ginal. Para mi colección filatélica personal, me había
enviado un ejemplar de cada postal. Ello me facilitó
también revelarme como otro de los receptores e in-
Fig. 5, Postal enviada desde Londres.
Fig. 6, Postal enviada desde Noruega.
el esc
é
ptico
74
Anuario 2017
volucrarme en la investigación. «Estar en el ajo» y ver
cómo la desbocada imaginación de algunos convertía
en códigos cifrados los más simples errores mecano-
gráficos o daba importancia a detalles irrelevantes,
en realidad, fue muy divertido. Lo más sorprenden-
te (aunque no inesperado) fue comprobar la facilidad
o necesidad de algunos para lanzarse a defender sus
creencias sin esperar siquiera a contar con datos su-
ficientes.
Por otro lado, resulta descorazonador comprobar
la facilidad con que algunos personajes mediáticos
se apresuran a desvelar informaciones sin contrastar,
sacan las cosas de quicio y exageran más allá de cual-
quier sentido de mesura. Una broma entre amigos sal-
ta a los medios de comunicación y cualquiera puede
dedicarse a soltar las descalificaciones más tremen-
distas. Claro, hay que llamar la atención como sea, la
competencia es dura para poder sobrevivir siquiera.
En algún momento, este país se ha vuelto demasiado
susceptible y se ha perdido un saludable sentido del
humor.
Prefiero quedarme con algunos detalles que, por
pura serendipia, han aparecido al reactivar la investi-
gación sobre el affair Ummo. Así, creo haber locali-
zado las fuentes de las que bebió Jordán Peña para al-
gunas de sus revelaciones ummitas: el NOAI UEWA
se habría inspirado en un artículo aparecido en la co-
nocida revista americana sobre invenciones Mechanix
Illustrated de Abril 1962, mientras que la idea de las
lentes gaseosas se había debatido en varios núme-
ros de la revista especializada Bell System Technical
Journal entre 1964 y 1966. Sin embargo, el hallazgo
más fascinante ha sido un episodio de una serie te-
levisiva norteamericana de ciencia-ficción emitido en
Noviembre de 1955 (¡diez años antes del nacimiento
de Ummo!): Postcard from Barcelona. La trama del
mismo giraba en torno a unas postales enviadas des-
de España por parte de unos visitantes extraterrestres
aportando valiosas informaciones científicas. Siempre
he dicho que lo que una persona puede imaginar otra
puede volver a hacerlo en otro contexto.
Addendum
En Enero de 2016 recibí (por fin) unas postales de
la Puerta de Brandemburgo en Berlín, y me decidí a
hacer una versión alemana de mi sello, recordando
una famosa misiva ummita enviada desde aquel lugar
en 1969. Como encabezamiento en el texto puse:
WIE DER LOHN, SO DIE ARBEIT – 6EQUJ5
Un dicho alemán que puede traducirse como ‘Con-
sigues lo que pagas’ (en referencia a que, al ser gratis
para el receptor, la postal es falsa). El código posterior
es una referencia a la famosa señal SETI denominada
«Wow!», así codificada.
Fig. 7. Postal desde Baltimore (EE.UU.).
Fig. 8. Postal desde Barcelona.
el esc
é
ptico
75
Anuario 2017
También quise añadir algunos símbolos ummitas
dibujados con pincel. Me decidí por poner simple-
mente el año, 2016, en ummita (‘1200’). Pero al con-
fiar en mi frágil memoria en vez de consultar algún
ejemplo, me equivoqué, dibujando el 2 (una L boca
abajo) especularmente, es decir, con el palo largo a
la derecha en vez de a la izquierda. Por lo demás, el
texto (esta vez en inglés, al ir dirigidas las postales a
distintos coleccionistas europeos tanto de ovnis como
de sellos) se limitaba a hacer referencia a ese honor
de recibir una pieza de colección tan escasa y valiosa.
En esta ocasión, el color elegido para el logo fue el
rojo, aludiendo a una supuesta misiva ummita envia-
da desde el mismo lugar en 1969. Después de diver-
sas vicisitudes y retrasos, mi colaborador en tierras
germanas pudo echar al correo las postales desde el
propio Berlín en la segunda semana de abril (Fig. 10).
Los receptores eran algunos colegas coleccionistas de
sellos y otros que me habían solicitado expresamen-
te una de esas genuinas postales ummitas falsas. Una
vez más, la mía se ha perdido.
Por otro lado, no podía dejar de aprovechar la
ocasión para vincular Ummo con la más exitosa saga
cinematográfica de ciencia ficción. Con ocasión del
estreno de la nueva entrega de La Guerra de las Ga-
laxias – El despertar de la fuerza, el servicio postal
británico puso en circulación una bella colección con-
memorativa en diciembre de 2015.
Pero además ofrecieron la oportunidad de montar
algunos smileys a gusto del consumidor con cuatro de
los personajes principales. Naturalmente, me apresuré
a encargar varios con el nuevo logo del cincuentena-
rio de Ummo (Fig. 11).
¿Continuará?
1- http://www.ummo-ciencias.org/
2- http://cyberneticzoo.com/walking-machine-time-line/
3- La postal española fue precisamente la única que nunca
me llegó. Por ello, en marzo de 2016, aprovechando un
viaje en automóvil a Valencia, me desvié varias decenas de
kilómetros para echar una nueva postal desde el propio Al-
bacete, respetando el original hasta en la ya periclitada fe-
cha en dígitos ummitas. Esta vez solo tardó ¡tres semanas!
en recorrer los pocos más de 300 kilómetros que separan
ambas ciudades.
Fig. 9. Postal desde Toulouse (Francia).
Fig. 10. Postal desde Berlím (arriba) y Málaga (abajo).
Fig. 11. Sellos personalizados de Star Wars.