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n plena época franquista, un autonombrado 

«profesor» Sesma empezó a recibir en Ma-

drid unos extraños documentos mal mecano-

grafiados que le enviaban por correo ordinario unos 

seres que decían ser de procedencia extraterrestre. 

Ya había recibido otros parecidos desde varios pla-

netas, pero estos incluían detalles científicos precisos 

(aunque incoherentes y erróneos). Así comenzó, allá 

por 1966, el denominado affair Ummo, que todavía 

colea, gracias a la desinteresada «labor» de muchos y 

a la inquebrantable credulidad de unos pocos

1

.

En uno de los primeros documentos recibidos se 

incluía la ilustración a todo color de una máquina an-

dante: un NOIA UEWA, empleado por los ummitas, 

supuestos habitantes del planeta UMMO situado a 

14.6 años-luz de la Tierra, que orbita en torno a la 

estrella Wolf 424. La idea de las máquinas andantes 

tiene una larga historia en nuestro planeta

2

 (Fig. 1).

A principios del siglo XXI, un exufólogo y dise-

ñador gráfico británico llamado David Sankey realizó 

una propuesta de diseño actualizado. Me gustó tanto 

que, cuando en febrero de 2011 terminé el borrador 

de mi primera novela —centrada inevitablemente 

en UMMO—, lo escogí como portada. Sin embar-

go, fueron pasando los años y mi novela pasó por 

diversas reescrituras mientras permanecía inédita. 

Finalmente, en el verano de 2015 me decidí a poner-

la a disposición del público mediante autoedición y, 

como la portada sería a todo color, pedí permiso a 

Sankey para añadir un fondo alienígena a otra de sus 

propuestas (fig. 2).

Los sellos

Se me ocurrió que una buena forma de despertar 

el interés por mi novela entre algunos amigos sería 

enviarles una postal «ummita» desde algún lugar re-

lacionado con el asunto. Conocedor de la posibilidad 

que ofrecía el servicio filatélico español de elaborar 

sellos personalizados, en mayo de 2015 ordené un 

par de pliegos a través de internet (Fig. 3). 

    Para la imagen del mismo, escogí el diseño 

modificado de Sankey, le añadí un logotipo ummita 

modificado en el fuselaje de color violeta (supuesta-

mente, en los documentos originales cada país tenía 

un  color  distintivo  para  el  sello  digital  identificati-

vo) y como fondo, retoqué una aurora boreal terres-

tre para recrear uno de los pocos rasgos geográficos 

distintivos que nos revelaron los ummitas sobre su 

planeta: los OAK-OEI, unos extraños volcanes en 

forma de grandes grietas que proyectan una columna 

incandescente de metano-pentano-oxígeno de alturas 

de entre 25O m y 6,7 Km. En concreto, el OASION-

OEI cerca del lago IA-SAAOOA, cuya luz azulada 

ilumina las noches de UMMO en aquellas regiones.

LOS SELLOS

 

DE UMMO

Historia de una broma

Luis R(einaldo) González Manso

Entre agosto y octubre de 2015, un rumor corrió como la pólvora por todos 

los mentideros ufológicos españoles: los ummitas habían vuelto. Esta es la 

versión de la broma, contada por su creador

.

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Poco después descubrí que la misma posibilidad 

de personalizar sellos se ofrecía por diversos países 

europeos y, ante la posibilidad de un viaje a Gran 

Bretaña, me decidí a encargar sellos similares en va-

rios países (fig. 4), con la única variación del color 

del emblema; y en el caso francés, girando 180º la 

ilustración y en formato carné (Fig. 4).

Las postales

El primer grupo de postales (siempre a cuatro 

amigos y al autor, aunque en el texto se mencionen 

siete receptores) fue echado al buzón del King’s Co-

llege de Cambridge el 20 de agosto de 2015 (lamen-

tablemente, el matasellos de la ciudad es ilegible). 

Correspondían a una vista algo antigua de Picadilly 

Circus en Londres, y me fueron facilitadas por un co-

lega que debe permanecer anónimo (Fig. 5).

  Tras una salutación en inglés —tomada del título 

de una colección de ensayos de Arthur C. Clarke—, 

el texto hacía una velada alusión a las teorías del Dr. 

Domínguez Montes, quien ha defendido que el affair 

Ummo se inició en una universidad inglesa. Precisa-

mente en Cambridge trabajó el profesor Sir Arthur 

S. Eddington (cuyas teorías habrían inspirado los 

documentos ummitas, según Domínguez) y también 

Stephen Hawking, cuyas iniciales añadí a la postal en 

trazos coloreados que podían reconstruirse como la 

)+( ummita.

Por contraste con los documentos originales, de-

cidí utilizar un símbolo ligeramente distinto (con un 

tercer semicírculo superior) en el sello digital iden-

tificador.  Según  los  ummitas,  el  mismo  servía  para 

simbolizar un estamento gubernamental distinto de 

su sociedad. Para justificar el nuevo logo, sugerí que 

se habían producido cambios políticos en UMMO. 

La tarjeta iba firmada por DEI-99, quien, conforme 

a las prácticas ummitas, debía ser hijo (o hija) del 

firmante de buena parte de los documentos originales 

recibidos en los años sesenta del pasado siglo: DEI-

98. El nombre no estaba tomado al azar, pues así se 

llama el personaje principal de mi novela. También 

era habitual en los documentos originales encontrar 

algunos  grafismos  ummitas,  así  que  me  decidí  por 

incluir una fecha en dígitos ummitas (de base 12), 

Fig. 1. Máquinas andantes (cyberneticzoo.com/walking-machine-time-line/)

Fig. 2. Portada de Ummo: historia de una obsesión

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el 8 de diciembre de 2015 (en formato anglosajón). 

Era la fecha estimada para la llegada de mi novela 

a las librerías. Quise que el texto pareciese escrito 

con una máquina de escribir antigua e incluso intro-

duje pequeños cambios en el mismo y sus márgenes 

para cada postal. Como toque final, añadí el conocido 

mantra ummita, «no nos crean», esta vez sí escrito 

con una máquina de escribir tradicional (aunque eléc-

trica).

Lamentablemente, por un error en la dirección, 

solo llegaron cuatro postales a sus receptores. El fa-

llo se repitió en la segunda tanda, pero se descubrió a 

tiempo de ser corregido para la tercera. Por otro lado, 

el servicio de correos español es deficiente y algunas 

otras se perdieron.

Gracias a diversos colegas en los distintos países, 

y a la coordinación que permite el correo electrónico, 

la segunda tanda de postales fue depositada simultá-

neamente en el correo de tres ciudades diferentes el 4 

de septiembre de 2015:

Bergen (Noruega), desde donde se supone que 

partió el barco cuyas emisiones radioeléctricas de 

prueba, al ser captadas por los ummitas, les permi-

tieron conocer nuestra existencia y venir a visitarnos. 

La tarjeta incluía una frase en noruego que decía: 

«Saludos, habitantes del planeta cuadrado (nombre 

que dieron los ummitas a la Tierra)». Por lo demás, el 

texto era similar al de la primera tanda y solo variaba 

el color escogido para el sello (naranja; Fig. 6).

Baltimore (Estados Unidos). Inicialmente esta-

ba previsto que hubiesen sido echadas al correo en 

Nueva York (como ocurrió con una misiva ummita 

enviada hace años al ufólogo Jacques Vallée), pero 

dificultades de última hora le impidieron a mi cóm-

plice hacerlo. A diferencia de las anteriores, esta pos-

tal (Fig. 7) es una falsificación montada en una copis-

tería con el reverso de una postal americana original 

y una imagen de la ciudad de Pittsburgh tomada de 

internet. Por ello, en el texto se hace referencia a un 

supuesto receptor de los documentos ummitas origi-

nales que habría vivido en aquella ciudad. La frase de 

salutación («We’re home / Estamos en casa») está to-

mada de un trailer de la séptima entrega de La guerra 

de las galaxias y daba una pista relacionada con mi 

novela, pues unos extraterrestres nunca llamarían ho-

gar a la Tierra. Al tratarse de un envío transatlántico, 

hubo que franquearlas con dos sellos por ejemplar, al 

no emitirse de mayor valor facial.

Barcelona (España).  Otra  tarjeta  falsificada  en 

una copistería, combinando para la imagen una foto 

antigua del centro de Albacete con la placa de la calle 

dedicada en Valencia a uno de los antepasados de la 

protagonista de la truculenta historia de la Mano Cor-

tada, sucedida en los años cincuenta del pasado siglo, 

y que diversos documentos ummitas relacionaron con 

su presencia en esa ciudad manchega. El texto daba 

otra pista relacionada con la novela (Fig. 8). Aunque 

la idea original había sido echarlas al correo en Alba-

cete, resulta complicado llegar hasta allí en un plazo 

razonable de tiempo utilizando trenes o autobuses, así 

que ante la premura impuesta por la fecha acordada, 

tuve que optar por enviarlas desde Barcelona, ciudad 

también relacionada con el affair ummita

3

Fig. 3

Fig. 4, Sellos personalizados de Gran Bretaña, Noruega, Estados Unidos y Francia.

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Con la tercera tanda de postales, empiezan las re-

velaciones novedosas (siempre relacionadas con el ar-

gumento de mi novela). Dado el revuelo causado por 

las anteriores, después de que uno de mis amigos fil-

trase inesperadamente la noticia a los periodistas eso-

téricos nacionales, quise introducir además algunos 

cambios: modifiqué la orientación del sello y, en lugar 

de la impresora de tinta habitual, esta vez utilicé una 

antigua máquina de escribir manual que conservaba 

de mis tiempos de estudiante. Asimismo, los dígitos 

ummitas fueron dibujados con tinta y pincel.

Por error, el valor facial del sello era insuficiente 

para el envío europeo, así que mi colega francés tuvo 

que complementar el franqueo con un sello local. Una 

vez más, la postal está falsificada. Peor aún, la imagen 

corresponde a la presa de Castillon en los Pirineos, no 

a la del mismo nombre mencionada en el reverso (a 

pocos kilómetros de La Javie) y donde, según mi no-

vela, se situó la base original ummita que habría sido 

subacuática, no subterránea. Nadie se dio cuenta del 

«cambiazo» (Fig. 9).

Esta vez, el lugar elegido para echar al correo el 

material fue Toulouse, ciudad francesa también vin-

culada al análisis de las conocidas fotografías ummi-

tas. El envío se retrasó varias semanas porque el pa-

quete con los sellos franceses se extravió en el correo 

y hubo que volver a pedirlos. Finalmente, las postales 

fueron franqueadas el 20 de octubre.

Ese mismo día, y para compensar el fallo inicial 

que impidió que uno de mis amigos recibiese las 

primeras postales, le envié a esta persona una única 

postal y desde Málaga. Para disimular su envío desde 

mi ciudad de residencia, utilicé para el anverso una 

imagen retocada del platillo ummita que aparecía en 

la portada del libro de Domínguez (publicado en esta 

ciudad), incluyendo el nuevo logo ummita en su pan-

za (Fig. 10). El texto era un «homenaje» al último y 

descabellado libro sobre abducciones del Dr. David 

M. Jacobs.   

El plan original incluía el envío de una cuarta y 

última remesa de postales desde la localidad abulen-

se de Piedralaves, que jugó un importante papel en la 

mitología ummita (y por consiguiente en mi novela), 

revelando toda la verdad de la historia. Sin embargo, 

los acontecimientos se precipitaron porque la editorial 

adelantó la publicidad mediática de la novela y ello 

me forzó a contar la broma a mis colegas antes de que 

fueran a enterarse por terceros. De todas formas, la 

broma ha sido bien apreciada entre los coleccionistas 

y he recibido pedidos de genuinas postales ummitas 

falsas, así que no descarto nuevos envíos, incluso des-

de nuevos países.

Conclusiones

A raíz de la difusión pública de las postales, resul-

tó fascinante vivir durante algunas semanas en la piel 

de Jordán Peña, el ya fallecido autor del montaje ori-

ginal. Para mi colección filatélica personal, me había 

enviado un ejemplar de cada postal. Ello me facilitó 

también revelarme como otro de los receptores e in-

Fig. 5, Postal enviada desde Londres.

Fig. 6, Postal enviada desde Noruega.

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volucrarme en la investigación. «Estar en el ajo» y ver 

cómo la desbocada imaginación de algunos convertía 

en códigos cifrados los más simples errores mecano-

gráficos  o  daba  importancia  a  detalles  irrelevantes, 

en realidad, fue muy divertido. Lo más sorprenden-

te (aunque no inesperado) fue comprobar la facilidad 

o necesidad de algunos para lanzarse a defender sus 

creencias sin esperar siquiera a contar con datos su-

ficientes. 

Por otro lado, resulta descorazonador comprobar 

la facilidad con que algunos personajes mediáticos 

se apresuran a desvelar informaciones sin contrastar, 

sacan las cosas de quicio y exageran más allá de cual-

quier sentido de mesura.  Una broma entre amigos sal-

ta a los medios de comunicación y cualquiera puede 

dedicarse  a  soltar  las  descalificaciones  más  tremen-

distas. Claro, hay que llamar la atención como sea, la 

competencia es dura para poder sobrevivir siquiera. 

En algún momento, este país se ha vuelto demasiado 

susceptible y se ha perdido un saludable sentido del 

humor.

Prefiero  quedarme  con  algunos  detalles  que,  por 

pura serendipia, han aparecido al reactivar la investi-

gación sobre el affair Ummo. Así, creo haber locali-

zado las fuentes de las que bebió Jordán Peña para al-

gunas de sus revelaciones ummitas: el NOAI UEWA 

se habría inspirado en un artículo aparecido en la co-

nocida revista americana sobre invenciones Mechanix 

Illustrated de Abril 1962, mientras que la idea de las 

lentes gaseosas se había debatido en varios núme-

ros de la revista especializada Bell System Technical 

Journal entre 1964 y 1966. Sin embargo, el hallazgo 

más fascinante ha sido un episodio de una serie te-

levisiva norteamericana de ciencia-ficción emitido en 

Noviembre de 1955 (¡diez años antes del nacimiento 

de Ummo!): Postcard from Barcelona. La trama del 

mismo giraba en torno a unas postales enviadas des-

de España por parte de unos visitantes extraterrestres 

aportando valiosas informaciones científicas. Siempre 

he dicho que lo que una persona puede imaginar otra 

puede volver a hacerlo en otro contexto.

Addendum

En Enero de 2016 recibí (por fin) unas postales de 

la Puerta de Brandemburgo en Berlín, y me decidí a 

hacer una versión alemana de mi sello, recordando 

una famosa misiva ummita enviada desde aquel lugar 

en 1969. Como encabezamiento en el texto puse: 

WIE DER LOHN, SO DIE ARBEIT – 6EQUJ5

Un dicho alemán que puede traducirse como ‘Con-

sigues lo que pagas’ (en referencia a que, al ser gratis 

para el receptor, la postal es falsa). El código posterior 

es una referencia a la famosa señal SETI denominada 

«Wow!», así codificada.

Fig. 7.  Postal desde Baltimore (EE.UU.).

Fig. 8. Postal desde Barcelona.

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También quise añadir algunos símbolos ummitas 

dibujados con pincel. Me decidí por poner simple-

mente el año, 2016, en ummita (‘1200’). Pero al con-

fiar en mi frágil memoria en vez de consultar algún 

ejemplo, me equivoqué, dibujando el 2 (una L boca 

abajo) especularmente, es decir, con el palo largo a 

la derecha en vez de a la izquierda. Por lo demás, el 

texto (esta vez en inglés, al ir dirigidas las postales a 

distintos coleccionistas europeos tanto de ovnis como 

de sellos) se limitaba a hacer referencia a ese honor 

de recibir una pieza de colección tan escasa y valiosa. 

En esta ocasión, el color elegido para el logo fue el 

rojo, aludiendo a una supuesta misiva ummita envia-

da desde el mismo lugar en 1969. Después de diver-

sas vicisitudes y retrasos, mi colaborador en tierras 

germanas pudo echar al correo las postales desde el 

propio Berlín en la segunda semana de abril (Fig. 10). 

Los receptores eran algunos colegas coleccionistas de 

sellos y otros que me habían solicitado expresamen-

te una de esas genuinas postales ummitas falsas. Una 

vez más, la mía se ha perdido.

Por otro lado, no podía dejar de aprovechar la 

ocasión para vincular Ummo con la más exitosa saga 

cinematográfica de  ciencia ficción.  Con  ocasión  del 

estreno de la nueva entrega de La Guerra de las Ga-

laxias – El despertar de la fuerza, el servicio postal 

británico puso en circulación una bella colección con-

memorativa en diciembre de 2015.

Pero además ofrecieron la oportunidad de montar 

algunos smileys a gusto del consumidor con cuatro de 

los personajes principales. Naturalmente, me apresuré 

a encargar varios con el nuevo logo del cincuentena-

rio de Ummo (Fig. 11).

¿Continuará?

1- http://www.ummo-ciencias.org/

2- http://cyberneticzoo.com/walking-machine-time-line/

3- La postal española fue precisamente la única que nunca 

me llegó. Por ello, en marzo de 2016, aprovechando un 

viaje en automóvil a Valencia, me desvié varias decenas de 

kilómetros para echar una nueva postal desde el propio Al-

bacete, respetando el original hasta en la ya periclitada fe-

cha en dígitos ummitas. Esta vez solo tardó ¡tres semanas! 

en recorrer los pocos más de 300 kilómetros que separan 

ambas ciudades.

Fig. 9.  Postal desde Toulouse (Francia).

Fig. 10. Postal desde  Berlím (arriba) y Málaga (abajo).

Fig. 11. Sellos personalizados de Star Wars.