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Creencia en fenómenos paranormales

Los términos más utilizados y que agrupan diferentes 

tipos de creencias en fenómenos paranormales son los si-

guientes:  creencias  pseudocientíficas,  sobrenaturales  o 

paranormales (brujas, fantasmas, seres sobrenaturales, ha-

bilidades humanas como la telepatía, la adivinación, etc.); 

creencias mágicas (pensamiento de los niños en la etapa 

preoperacional o de las personas de sociedades primitivas); 

y supersticiones (rituales, amuletos, la mala suerte del nú-

mero 13, etc.). En este trabajo vamos a utilizar el término 

creencias paranormales para abarcar todo tipo de creen-

cias, incluidas las del pensamiento mágico y la supersti-

ción.

Respecto a los “fenómenos paranormales”, hay un gran 

consenso  a  la  hora  de  afirmar  que  son  hechos  que  con-

tradicen las leyes de la ciencia (Broch, 2007; Goldacre, 

2011; MacDonald, 1995; Sagan y Udina, 1997; Shermer, 

2009). Como su propio nombre indica (del griego pará ‘al 

lado, al margen’ y el adjetivo normal), son incompatibles 

con la “normalidad”. Normalidad entendida como un mar-

co de información que nos permite comprender aquello que 

nos rodea y a nosotros mismos a través de la observación 

empírica  y  el  método  científico.  Esta  incompatibilidad 

es de tal calibre que, si se pudiese verificar alguno de los 

acontecimientos paranormales, implicaría la necesidad de 

una revisión de las leyes científicas (Sutherland, 1996). De 

hecho, hasta el momento, no tenemos constancia de que se 

haya podido repetir este tipo de fenómenos en condiciones 

controladas.

Lo que sí ha hecho la ciencia, tras aportar una explica-

ción irrefutable, es devolver al marco de la normalidad al-

gunos fenómenos disfrazados con un halo fantástico como 

la telepatía, la videncia o la fuerza Ki de los monjes Shao-

lin, entre otros (Henri Broch, 2007).

Relación entre las creencias paranormales y la edu-

cación universitaria

El  premio  Nobel  de  Física  (1992)  Georges  Charpak, 

en el prólogo de la obra de Henri Broch (2007), Magos, 

gurús y sabios. Una explicación sencilla de lo inexplica-

ble, afirmó que un numeroso público es crédulo debido a 

“la ausencia casi generalizada del aprendizaje, desde la 

más  tierna  infancia,  del  razonamiento  científico  (…)  el 

auge de la ciencia y de su enseñanza nos proporciona los 

medios  para  resistir  a  la  ola  de  oscurantismo  que  se  ha 

abatido sobre el planeta”. Afirmación que, probablemente, 

Un estudio de las creencias paranormales 

de los estudiantes de la Universidad

de las Islas Baleares (UIB)

Hugo Matas Blázquez

Universitat de les Illes Balears

“La idea de que la gente abandonará sus creencias irracionales ante la solidez de la evidencia presentada 

ante ella es en sí misma una creencia irracional, no apoyada por la evidencia.”

George Lakoff (2007)

En el marco del trabajo de fin de máster del Máster en Cognición y Evolución 

Humana de la Universidad de las Islas Baleares y con el patrocinio de la I Beca 

de Investigación de ARP - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, 

iniciamos la investigación a la que hace referencia este artículo (La coexistencia 

del conocimiento científico y las creencias paranormales: ¿Una paradoja en la 

universidad?), mediante la que pretendemos analizar la relación entre la educación 

universitaria y las creencias paranormales a través de un estudio descriptivo-

correlacional con un diseño longitudinal de cuatro años.

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podríamos generalizar como idea común. En cambio, tras 

una revisión de la literatura científica sobre las creencias 

paranormales en el ámbito universitario, solo cabe que la 

afirmación de Charpak se convierta en duda: ¿realmente la 

educación científica puede reducir la creencia en fenóme-

nos paranormales? 

A pesar de que uno de los objetivos principales de la 

educación superior, además de transmitir el conocimiento 

científico, es desarrollar en su alumnado una actitud crítica 

y el pensamiento analítico, se da la paradoja de que algunos 

estudios mantienen que las creencias paranormales van en 

aumento entre los estudiantes universitarios. 

La literatura científica demuestra que no solo hay un alto 

porcentaje de la población general que cree en fenómenos 

paranormales y que, incluso, algunos han participado en 

estos fenómenos; sino que este tipo de creencias va en au-

mento. En el ámbito universitario pasa exactamente igual: 

la creencia en fenómenos paranormales ha ido en aumento 

entre los estudiantes. Los resultados de Messer y Griggs 

(1989) indican la participación de un 65% del alumnado en 

al menos un “fenómeno paranormal”. Por otro lado, Broch 

(2000) verificó que siete de cada diez estudiantes aceptaban 

la “capacidad” de doblar cucharas con la mente como un 

hecho científico. 

Si buscamos respuestas que puedan explicar lo que aca-

bamos de ver, el estado de los conocimientos sobre estas 

creencias, es un verdadero mar de contradicciones en el que 

encontramos dos grupos de resultados. El primero, con dos 

enfoques: el que se refiere al efecto de la educación sobre 

las creencias paranormales, y el que se refiere al efecto de 

las creencias paranormales sobre la educación universita-

ria. En el segundo grupo de resultados se engloban los refe-

ridos a las diferencias entre disciplinas universitarias. 

Las contradicciones de los resultados podrían deberse 

a que algunos trabajos quedan menoscabados porque sus 

muestras contaban con un número muy reducido de parti-

cipantes, algo que disminuye la fiabilidad de las compara-

ciones entre diferentes disciplinas universitarias (MacDo-

nald, 1995; Aarnio y Lindeman, 2005). Otros autores han 

señalado que algunas muestras han adolecido de un número 

insuficiente de participantes escépticos (Roberts y Seager, 

1999)  o  de  participantes  crédulos  (Aarnio  y  Lindeman, 

2005). Por lo que, como afirman Manza y otros (2010), una 

distribución más equitativa entre escépticos y creyentes es 

un aspecto importante para tener en cuenta en futuros tra-

bajos en esta línea de investigación. Igual de conveniente 

(foto:Jeremy Wilburn, https://www.flickr.com/photos/jeremywilburn/5431132846/)

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sería contar con un número suficientemente amplio de dis-

ciplinas y con un equilibrio de participantes de ambos gé-

neros (Aarnio y Lindeman, 2005). Con el agravante de que 

todos los diseños para analizar la influencia de la educa-

ción universitaria sobre estas creencias han sido de carácter 

transversal, cuando los más adecuados son los estudios lon-

gitudinales (McDonald, 1995; Aarnio y Lindeman, 2005).

En resumen, hace más de setenta años que hay un inte-

rés por la interacción entre las creencias paranormales y 

la educación universitaria, sin resultados que arrojen luz 

suficiente para poder tener conclusiones satisfactorias.

Creencias paranormales y género

Son frecuentes los resultados que indican que las muje-

res son significativamente más crédulas que los hombres 

(Aarnio y Lindeman, 2005; MacDonald, 1995; Richman y 

Bell, 2012; Williams, Francis y Robbins, 2007; Randall y 

Desrosiers, 1980; Wiseman y Watt, 2004). En cambio, no 

hemos encontrado ningún estudio en el que ocurra lo con-

trario, que los hombres crean más en fenómenos paranor-

males que las mujeres. Lo mismo afirman Richman y Bell 

(2012). Lo visto indica la importancia del género como 

constructo cultural en este estudio, una posible variable ex-

traña para tener en cuenta desde la obtención de la muestra 

hasta el análisis de los resultados.

Objetivos e hipótesis

Vistos los sesgos en investigaciones anteriores, un obje-

tivo fundamental fue lograr un número suficiente de parti-

cipantes que asegurara la fiabilidad de las comparaciones 

entre grupos, además de permitir llevar a cabo el futuro 

estudio longitudinal de la influencia de la educación uni-

versitaria sobre los alumnos que en esos momentos estaban 

matriculados en primer curso de los diferentes grados. 

Normalmente  las  investigaciones  se  han  centrado  en 

el efecto diferencial entre los estudiantes de “ciencias” y 

de “letras”. Los resultados disponibles en la literatura no 

permiten afirmar de forma clara que el hecho de estudiar 

disciplinas más puramente científicas que otras implique un 

mayor escepticismo. Si buscamos el contraste en los méto-

dos de enseñanza, tampoco parece que haya normas globa-

les que las diferencien (Grimmer y White, 1992). Además, 

entendemos que la influencia ejercida por la educación no 

es asumida en el mismo grado por todos los alumnos. Por lo 

tanto, probablemente no es adecuado pretender encontrar 

un hecho diferenciador en la agrupación de disciplinas.

En nuestra opinión, si algún efecto puede tener la edu-

cación universitaria no tiene por qué estar necesariamente 

mediado por las diferentes disciplinas en las que están ma-

triculados los alumnos. Creemos que el grado de escepticis-

mo adquirido tendrá que estar relacionado con cuestiones 

relativas al aprendizaje del estudiante, no con el hecho de 

estudiar unos u otros contenidos. Las cuestiones relativas 

al aprendizaje a las que nos referimos tienen que ver con 

variables como la cantidad y la calidad de la educación 

recibida. Es decir, el tiempo estudiando sumado al grado 

de aprendizaje. Luego, si se pudiese determinar que la 

educación universitaria pudiera ser un antídoto contra las 

creencias paranormales, las variables subyacentes podrían 

ser la cantidad de tiempo estudiando en una universidad 

(número de cursos) y la capacidad de asumir la educación 

universitaria, de interiorizar los contenidos científicos y de 

desarrollar una capacidad de análisis crítico, que deberían 

verse reflejados en los resultados de la evaluación acadé-

mica (nota media del expediente académico). Por lo tanto, 

nuestras hipótesis son: 1) que no encontraremos diferencias 

significativas en el grado de creencias paranormales entre 

alumnos de diferentes grupos de disciplinas (controlando la 

variable sexo); y 2) que si se dan diferencias significativas 

atribuibles a la educación universitaria, vendrán determina-

das por una cuestión cuantitativa (mayor o menor número 

de años de estudio), sumada a otra cualitativa (nota media 

del expediente académico).

Metodología e instrumentos

Enviamos un cuestionario sobre creencias paranormales, 

junto a un consentimiento informado, de forma individua-

lizada vía intranet, al 100% del alumnado matriculado en 

primer o cuarto curso de la Universidad de las Islas Balea-

res (UIB). El plazo para contestar fue de tres semanas. El 

último día se recordó mediante un mensaje electrónico que 

tenían una encuesta pendiente a todos aquellos que todavía 

no habían contestado. 

El cuestionario utilizado fue una versión ampliada de la 

Escala Revisada de Creencia Paranormal (RPBS; Tobacyk, 

1988). Según Lindeman y Aarnio (2006), la RPBS contem-

pla pocos ítems para evaluar la creencia en la astrología y, 

además, carece de referencias a algunas de las más popu-

Los resultados disponibles en la literatura no permiten 

afirmar de forma clara que el hecho de estudiar disciplinas 

más puramente científicas que otras implique un mayor 

escepticismo.

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lares, como la creencia en amuletos, rituales, fantasmas o 

espíritus. Por ello, estas autoras diseñaron y validaron un 

modelo ampliado de la RPBS que amablemente nos cedie-

ron. Es una escala que consta de 55 ítems diseñados para 

evaluar el nivel personal de creencia en fenómenos para-

normales relacionados con el espiritismo, los seres extrate-

rrestres, los fantasmas o espíritus, la percepción extrasen-

sorial, la brujería, las creencias religiosas, los amuletos, los 

rituales, los presagios de la suerte, la astrología, los efectos 

lunares y el Feng Shui.

Participantes

En el curso 2014-2015, la población diana de nuestro 

estudio estaba constituida por 6075 alumnos, divididos por 

ramas de conocimiento según determina el Real Decreto 

1393/2007,  por  el  que  se  establece  la  ordenación  de  las 

enseñanzas universitarias oficiales. De estos, 1193 cumpli-

mentaron el cuestionario. Del total de la muestra el 60% 

fueron mujeres y el 40% hombres, con una edad media 

de 22,98 años (SD

1

 6,78; 10,3% mayores de 30 años). El 

58,09% estaban matriculados en primer curso con una edad 

media de 22,3 años (SD 5,67) y el 41,91% restante en cuar-

to curso con una media de 26,74 años (SD 7,33). Un 68,8 

% de la muestra dio el consentimiento para acceder a sus 

datos personales con el objetivo de consultar la nota media 

de su expediente académico.

Esperamos que los resultados y conclusiones de este tra-

bajo puedan ser publicados más pronto que tarde, además 

de continuar con el análisis de los datos que nos han pro-

porcionado  los  1779  alumnos  participantes de  este  curso 

académico 2015-2016.

Antes de acabar, queremos incidir en que no se trata 

únicamente de cuestiones para estudiar debido a que con-

tradicen las leyes de la ciencia y pueden ser un indicador 

válido para el análisis de la educación universitaria; sino 

que, evidentemente, van más allá del ámbito universitario. 

Son sinónimo de engaños e ilusiones como la homeopa-

tía  (Goldacre,  2011),  la  curandería  (Thompson,  2009)  o 

las abducciones (Shermer, 2009). Algunas de estas creen-

cias, incluso, son dañinas; por ejemplo las lecturas psíqui-

cas, la curación por la fe, la cirugía psíquica (Richman y 

Bell, 2012) o la homeopatía, que según Posadzki, Alotaibi, 

y Ernst (2012) puede dañar de forma directa e indirecta, 

principalmente por la sustitución de tratamientos médicos 

convencionales  eficaces.  Un  claro  ejemplo  de  lo  dañinas 

que pueden llegar a ser estas creencias y de que nadie está 

a salvo de las mismas es el caso de la muerte de Steven 

Paul Jobs, conocido como Steve Jobs, cofundador y pre-

sidente ejecutivo de Apple. Un personaje visionario y ge-

nio creativo, que según su biógrafo “durante nueve meses 

se negó a someterse a cirugía para el cáncer de páncreas

2

decisión que lamentó más adelante cuando su salud em-

peoró.”(…) “En su lugar usó acupuntura, dietas vegetaria-

nas, hierbas medicinales y otros tratamientos que encontró 

en Internet, e incluso consultó a un vidente. Hasta julio de 

2004, cuando se operó, también estuvo influenciado por un 

doctor que en su clínica aplicaba enemas, ayunos y otros 

tratamientos pseudocientíficos.”

3

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Notas:

1 Desviación estandar o desviación típica (Standart Devia-

tion)

2 Steve Jobs sufría un tumor neuroendocrino de páncreas. 

Este tipo de cáncer es poco común y la supervivencia media del 

paciente es muy superior si la comparamos con la del tumor de 

tipo adenocarcinoma, el tumor más común.

3 Recuperado de http://es.wikipedia.org/wiki/Steve_

Jobs#cite_note-Pancreatic_Cancer_Treatment-62