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España y la protección y fomento, por parte del Estado, del
derecho a la libertad de conciencia, así como señalar la in-
fluencia de la Iglesia Católica en la vida pública española
mediante los diversos acuerdos vigentes. El curso constó de
cuatro sesiones:
Ya en la primera, “Propuestas para construir un Estado
laico, ante un proceso constituyente o una posible reforma
de la Constitución de 1978”, se empezó a dibujar un pano-
rama nada halagüeño para la libertad de conciencia en nues-
tro país: Nicolás García Rivas, catedrático de la UCLM,
señalaba los rasgos que describen el nuestro como un estado
confesional puro: las alusiones explícitas a las relaciones con
la Iglesia Católica en nuestra Constitución, y un Concorda-
to que supone unos privilegios anticonstitucionales y con-
trarios a la ley europea. A continuación, Francisco Delga-
do, exdiputado y presidente de Europa Laica, propuso una
nueva ley de libertad religiosa que nos conduzca a un estado
con separación plena de la Iglesia.
La segunda sesión, “El derecho a la libertad de concien-
cia”, era más genérica. En ella, de nuevo Andrés Carmona
teorizó sobre el laicismo y su estrecha vinculación con la
libertad de conciencia; los principios laicistas de libertad,
igualdad, neutralidad y separación entre lo público y lo
privado; la objeción de conciencia; y cuestionó el “acomo-
do razonable” que se da en lo que llamó el nuevo laicismo,
cuando la religión pasa al espacio público y se establecen
excepciones a las normas generales de vestimenta, fechas
de exámenes, etc. Después, Carmina Belmonte, profesora
de la UCLM, incidió en el impedimento que suponen las
normas religiosas (siempre dictadas e interpretadas por va-
rones) para la plena igualdad de sexos, y en general para la
autonomía del ciudadano. Llegó a afirmar que la auténtica
democracia ha de ser atea y debe romper la identificación
entre delito y pecado, aunque ha de garantizar también la
libertad de creencia y opinión.
La tercera sesión versó sobre “Leyes, normas y actitudes
que impiden la construcción del Estado laico. Los acuer-
dos concordatarios de 1979”. Ángel Luis López Villaverde,
profesor de la UCLM, habló de los tres sectores claves en
los que la Iglesia mantiene privilegios: la educación (lo que
supone un control de la libertad de pensamiento y expre-
sión), las inmatriculaciones de bienes inmuebles (una “rea-
mortización”), y la financiación vía exención de impuestos
y detracción directa de una parte del IRPF. Luego, Raquel
Ortiz, coordinadora de Valencia Laica, examinó los acuer-
dos con el Vaticano, tildándolos de antidemocráticos e in-
necesarios, además de suponer una pérdida de soberanía
para el estado, cuando ya las propias leyes españolas garan-
tizan el desarrollo de la libertad religiosa.
En la cuarta y última sesión, “Laicidad y ciudadanía. Los
jóvenes, las nuevas formas de religiosidad y la universidad”,
Pablo Laguna, estudiante y fundador de UNI Laica, habló
de la presencia de la religión en la Universidad, así como
de los nuevos movimientos religiosos New-Age, a los que
calificó de “supermercado” de creencias vinculadas a pseu-
dociencias y pseudoterapias (y a su eficaz comercialización,
añadimos nosotros). Por último, Fernando Cuartero, cate-
drático de la UCLM y miembro de ARP-SAPC, habló de
que no ser religioso supone un motivo de discriminación y
de disfrute de menos derechos, pues no se le permiten las
prebendas y exenciones de obligaciones que pueden reivin-
dicar los creyentes.
Sesiones enriquecidas además con debates posteriores.
En suma, unas charlas que han ofrecido un panorama ge-
neral de la cuestión laicista en España, y que han mostrado
cómo la costumbre hace que en ocasiones nos pasen desa-
percibidas situaciones contrarias al interés común y de las
que habría que exigir su solución a los poderes públicos. Si
se desea, todas las intervenciones se encuentran disponibles
en el canal de YouTube “Observatorio del laicismo”.
Juan A. Rodríguez
Cómo analizar críticamente las vacunas sin ser un an-
tivacunas
Como viene siendo habitual, el último viernes de cada
mes, entre septiembre y mayo, celebramos en Santiago un
Escépticos en el Pub. Esta temporada tenemos novedades
en la organización y la más visible es el cambio de lugar:
nos hemos pasado al Airas Nunes, situado en el número
17 de la Rúa do Vilar, en el centro del casco antiguo de
Compostela.
Nuestro primer ponente de la temporada ha sido al-
guien de sobra conocido: el médico Vicente Baos, a quien
sin duda recordaréis por ser uno de los promotores de la
campaña #NoSinEvidencia, referida a esos carísimos me-
junjes azucarados también conocidos como “preparados
homeopáticos”.
La presentación se enfocó sobre dos vacunas de las que
hemos oído y leído en abundancia en nuestro país durante
estos últimos años: la vacuna de la varicela y la del virus del
papiloma humano. Sobre la primera, no está de mas recor-
dar lo que ha sucedido en España durante los últimos tiem-
pos. Así, el doctor Baos repasó la situación antes de que el
gobierno prohibiese su administración en la pauta de meses
así como su venta en farmacias. Debemos aquí aclarar que
la vacuna de la varicela siempre ha estado indicada a la edad
de 12 años, siempre y cuando el individuo no haya pasado
previamente la enfermedad. El doctor Baos mostró cómo
esa decisión no es atribuible simplemente a un supuesto
ahorro, sino que una buena parte de los países europeos
siguen con esa pauta. Además, vacunar a los muy peques
es otra forma de enfocar la salud pública, con sus ventajas
y sus riesgos. Aquí entra uno de los apoyos de la decisión
gubernamental de quitar esas primeras dosis a corta edad
y que se basa en la hipótesis de Hope-Simpson, enunciada
hace ya bastantes años, y según la cual el hecho de vacunar
a toda la cohorte de niños provocaría una reducción tan in-
tensa del virus circulante que se predice que podría causar
(por falta de efecto booster) una mayor incidencia de zóster
en la población adulta y sobre todo en la tercera edad. Lle-
gados a este punto, quizá sea preciso aclarar que el zóster
es en realidad una reactivación del virus de la varicela que,
tras pasar la enfermedad, aunque esta haya sido subclínica,
queda acantonado en los ganglios de los nervios sensitivos.
Pues bien, la hipótesis de Hope-Simpson (no confundir
con Homer Simpson: el cuarto hijo de Sir John Hope-
Simpson no era un “cuñao” en absoluto), infiere que existe
un “refuerzo exógeno” a la inmunidad y que este proviene
del virus circulante. Si se elimina o reduce enormemente
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la circulación del virus, se reduce también este refuerzo, y
sería esperable un incremento en el número de casos de
herpes zóster en los adultos y en la tercera edad.
Bien; se trata de un debate todavía abierto, aunque ya
existen trabajos que discuten este efecto, o que incluso —la
potencia de los registros hospitalarios es grande aunque no
indiscutible— echan por tierra esta predicción.
Hay otro aspecto, no sometido a evidencias, que ha en-
trado en juego: la presión de medios de comunicación y
organizaciones ha conseguido que el gobierno haya girado
sobre sus propios pasos y haya pasado, no sólo de prohibir
su venta en farmacias, sino a incluirla en el calendario es-
tatal infantil de vacunaciones, por tanto sin coste efectivo
para el usuario.
Una de las reflexiones que nos queda es: ¿Este tipo de
respuesta a la presión es adecuado?
Qué ocurriría si de similar manera se llegase a hacer
un referéndum con una pregunta tal como: ¿está usted de
acuerdo en que los medicamentos homeopáticos sean fi-
nanciados por el Sistema Nacional de Salud? Prefiero no
imaginar el resultado.
La segunda parte de la charla se centró en la vacuna del
virus del papiloma humano. Este virus puede provocar a lo
largo de los años cáncer de cuello uterino en una pequeña
—en realidad muy pequeña— proporción de pacientes que
contraen la infección vírica. Pero estamos hablando de “esa”
palabra, y es aquí donde el doctor Baos mostró la agresiva
campaña publicitaria que se desarrolló por parte de los fa-
bricantes jugando con la palabra “cáncer”, y que, en última
instancia, iba dirigida a provocar su financiación pública
y, por tanto, su uso masivo. De nuevo, llegados hasta aquí
es preciso aclarar ciertas cuestiones: primero, ¿la vacuna es
eficaz? La respuesta a este punto es claramente positiva a
corto y medio plazo; pero añadamos: ¿el coste de vacunar a
toda la población susceptible compensa por el número de
casos que se evitarían? La pregunta parece dura y fría, pero
las decisiones en salud pública, y, en general, en todas las
políticas de salud, se basan en criterios similares: el dine-
ro es finito y sería totalmente irresponsable no tenerlo en
cuenta al dedicarlo a una intervención y no a otra. En ese
principio se basan los estudios coste-efectividad y demás.
Pues bien, la respuesta a esta segunda ya no está tan clara
y, por tanto, está más sujeta a una decisión de tipo político
que puede muy bien depender en un momento concreto
de la marcha del resto de la economía y del presupuesto
disponible. En ese punto, las presiones de la industria son
sin duda un factor muy importante. Pero no debemos pasar
por alto una tercera cuestión que sin duda se antoja funda-
mental: ¿es segura? Aquí debe señalarse claramente que sí.
A pesar de algún titular despreciable que hemos visto en la
prensa, no hay indicios de que esta vacuna provoque reac-
ciones graves. Es más, y esto ya es una opinión personal: es
probablemente una de las vacunas más seguras que existen,
y esto es así simplemente porque es de las más nuevas y el
proceso para la aprobación de una vacuna es mucho más
duro y escrutado que el de cualquier otro medicamento, lo
cual no tiene nada de raro: estamos hablando de una inter-
vención sobre personas sanas. Su perfil de seguridad ha de
ser el mayor imaginable.
Pero todo esto no es más que una crónica personal. Yo
que ustedes no me perdería el vídeo de la charla y, en cuan-
to puedan, llámenlo; el doctor Vicente Baos no sólo es un
gran divulgador, es un incansable conversador y una gran
persona.
Manuel Castro
Estuvimos en Ciencia en acción
El pasado día 16 de octubre tuvo lugar la ceremonia de
entrega de premios del certamen Ciencia en Acción, que
cumplió su decimosexta edición y que este año se celebró
en la localidad de Viladecans (Barcelona).
Un año más, Alfonso López Borgoñoz, como presidente
de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico,
hizo entrega del premio “Método científico y Pensamiento
crítico”, que patrocina esta Asociación. Esta modalidad pre-
tende premiar aquellos trabajos (artículos de prensa escrita,
folletos, emisiones de radio, vídeos, programas de televisión
u otros) que destaquen por su difusión del pensamiento crí-
tico.
Los premiados han sido:
1er Premio: “Las Matemáticas y la vida”, de Montse Al-
sina, de la Universitat Politecnica de Catalunya.
Mención de Honor: “Un submarino de aire y otros ex-
perimentos de ciencia”, de Jordi Mazón, de la Universitat
Politecnica de Catalunya.
Mención de Honor: “J.E.D.A.”, cuyos autores son José
Manuel Rodríguez, Emilio Rodríguez, Patricia Vicente,
Fátima Cano, Sandra Molina y Carlos Maiquez, de Gra-
nada.
Mención de Honor: “Lo que no cuenta el anuncio de la
Lotería de Navidad” de David Orden, de la Universidad de
Alcalá (Madrid).
Mención de Honor: “VI Feria de la Ciencia de Atarfe”
de Francisco José Jiménez, Amparo Castro, Alicia López,
Manuel Montesinos, Francisco Javier Valenzuela y Nativi-
dad Molina, del CEIP Jiménez Rueda de Atarfe (Granada).
El concurso, en el que participan más de 400 proyec-
tos, está dirigido principalmente a profesores de enseñan-
za primaria, secundaria y de universidad; a investigadores,
divulgadores científicos de los medios de comunicación o
pertenecientes a organismos y museos relacionados con la
ciencia, así como a cualquier persona interesada en la ense-
ñanza y divulgación de la ciencia en cualquier país de habla
hispana o portuguesa. Más información en www.cienciae-
naccion.org
Sergio López Borgoñoz
¿Pueden las máquinas reconocer sentimientos humanos?
Con esta charla, José Manuel Gómez Soriano (Asocia-
ción de Divulgación Científica de Elche, ADCEx) intentó
mostrar cómo los avances de la ciencia y de la tecnología
están transformando, no solo la relación del ser humano
con el entorno, sino, especialmente, las relaciones humanas
entre sí.
En las primeras décadas del siglo XX fueron desarro-
llándose, en el marco de la incipiente Inteligencia Artificial
(IA), hipótesis y procedimientos que hacían vislumbrar la
posibilidad de tratar el razonamiento y el procesamien-
to simbólico de la información de forma mecánica y abs-