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E

l naturismo es una doctrina que considera eficaces 

los remedios elaborados a base de extractos de pro-

ductos naturales solo por el hecho de ser naturales. 

Suele promoverse bajo términos tales como ‘medicina na-

turopática’, ‘natural’, ‘tradicional’, ‘alternativa’ o ‘verde’. 

No se considera aquí la acepción muy extendida en Europa 

del naturismo como sinónimo de movimiento nudista.

 

 

Los partidarios del naturismo asumen que el uso tradi-

cional  de  los  preparados  naturales  es  garantía  suficiente 

como para asumir su validez como medicamento, a pesar 

de que su eficacia nunca haya sido comprobada a la luz de 

los criterios contemporáneos.  De ahí que por regla general 

los naturistas soslayen los estudios clínicos y preclínicos a 

que se somete hoy día cualquier producto con posibilidades 

terapéuticas.  Tales estudios permiten determinar su acción 

médica y bioquímica en el organismo, su eficacia, la ausen-

cia de componentes nocivos o el cociente daño/beneficio si 

los hubiera, la fórmula de los compuestos químicos respon-

sables, las dosis adecuadas, contraindicaciones, reacciones 

adversas e interacciones con otros medicamentos. 

A veces se invoca el naturismo como argumento a fa-

vor de supuestos ‘sistemas curativos’ ajenos a la ciencia, 

tales  como  la  terapia  floral,  la  medicina  bioenergética  o 

la homeopatía.  La terapia floral es una doctrina curativa 

del siglo XX, de indiscutible carácter religioso cristiano e 

inspiración divina, según reconoció su propio autor.

1,2

 La 

medicina bioenergética, aunque hoy día se presenta con ro-

pajes muy diversos, se basa en conceptos religiosos chinos 

o hindúes muy antiguos; sus partidarios tienden a deformar 

o tergiversar conceptos bien establecidos por las ciencias 

naturales, atribuyendo a la energía un sentido espiritual.

3

 

La homeopatía considera la inexistente ‘memoria del agua’ 

como fundamento de su pregonado poder curativo, junto a 

supuestas ‘leyes’ apócrifas, ajenas a la ciencia y postuladas 

por un médico alemán a principios del siglo XIX.

4,5 

 

La comunidad científica internacional no reconoce el na-

turismo como ciencia; es solo una doctrina, tal como pue-

den serlo las ideologías políticas o cualquier religión.  Una 

ciencia debe cumplir una serie de características esencia-

les entre las que se encuentra poseer un sistema de valores 

basados en la claridad, la exactitud, la profundidad, la co-

herencia y la búsqueda de la verdad.  Debe tener relación 

con otras ciencias  y basarse en teorías, hipótesis y datos 

actualizados, comprobables mediante procedimientos in-

teligibles, revisables, controlables, analizables, criticables 

y explicables o justificables, en primer lugar mediante el 

método científico.

6,7 

  Se comprueba con facilidad que el 

naturismo no cumple estos requisitos.  En primer lugar, sus 

propuestas nunca se someten a ensayos clínicos, que no es 

más que la forma que adopta el método científico en las 

ciencias médicas, requisito universal en la actualidad para 

comprobar la eficacia real de cualquier medicamento o te-

rapia y proteger al paciente de posibles abusos y daños.

8

Naturismo y fitoterapia

No se debe confundir el naturismo con la fitoterapia.  La 

fitoterapia es la ciencia del uso extractivo de plantas me-

dicinales o sus derivados con fines terapéuticos.  Aunque 

tiene su punto de origen en las experiencias de prueba y 

error heredadas de generaciones pasadas, cuando se prac-

tica correctamente toma en cuenta en primer lugar la far-

macognosia, que estudia sustancias con posibles propie-

El 

naturismo

 a la luz de 

la ciencia contemporánea

A. González Arias y F.A. Horta Rangel

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dades terapéuticas como tóxicas así como otras sustancias 

de interés farmacéutico que puedan tener un uso más bien 

tecnológico que terapéutico.  Pero en la actualidad la fito-

terapia va mucho más allá, pues además toma en cuenta los 

aspectos  farmacodinámicos y farmacocinéticos, así com 

los estudios preclínicos y clínicos de los productos que se 

derivan de los productos naturales, tanto de origen vegetal 

como animal.  

La farmacodinámica estudia los efectos bioquímicos y 

fisiológicos del producto sobre el organismo, sus mecanis-

mos de acción y su dependencia con la concentración.  La 

farmacocinética investiga qué le sucede al producto desde 

que es administrado hasta su total eliminación del cuerpo.  

Comprende estudios sobre la liberación del producto acti-

vo, su absorción y distribución en el organismo, su metabo-

lismo y la eliminación de los residuos.  

Resulta bastante obvio que estos no son estudios que se  

realicen en un par de días, sino que más bien requieren 

de un considerable gasto de tiempo, esfuerzos y recursos, 

además de los conocimientos de personas con formación 

científica en diversas especialidades.

Desde hace mucho, la comunidad médica internacional 

considera la necesidad de identificar los componentes ac-

tivos de cualquier producto natural, sea vegetal o animal, 

para separar los componentes benéficos de los dañinos, si 

los  hubiere.  Una  vez  identificados,  los  componentes  be-

néficos se pueden extraer, emplear por separado y admi-

nistrarlos en las dosis adecuadas para que su eficacia sea 

mayor y, a la vez, evitar posibles daños colaterales.  Una 

vez conocida la fórmula química del componente activo, 

se puede obtener de forma sintética y organizar su pro-

ducción a gran escala, lo que hace mucho dejó de ser un 

Los partidarios del naturismo asumen que el uso tradicional de 

los preparados naturales es garantía suficiente como para asu-

mir su validez como medicamento

(foto: Ryan Somma, www.flickr.com/photos/ideonexus/, CC)

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problema para la química moderna.  Dos ejemplos muy 

conocidos de productos naturales que pasaron por este fino 

tamiz son la aspirina, que proviene de la corteza del sauce; 

y la penicilina, producida por un moho, ambas hace mu-

cho sintetizadas, con sus efectos y contraindicaciones bien 

conocidas. 

Comenzando en la edad antigua, la fitoterapia ha sido 

una fuente importante de principios activos usados para 

elaborar medicinas de todo tipo, y sin dudas lo seguirá 

siendo en el futuro.  Sin embargo, el naturismo promueve 

prácticas que quizás fueran habituales en la Edad Media o 

desde mucho antes, pero que nada tienen que ver con los 

avances de la ciencia, la ética y la protección al paciente 

en los últimos 100 años.  Si en el siglo XIX determinar los 

compuestos químicos contenidos en un extracto vegetal 

podía llegar a ser un trabajo muy arduo, técnicas químico-

físicas conocidas desde principios de los 1900 tales como 

la cromatografía gaseosa y la espectrometría de masa per-

miten hoy día determinar con rapidez y precisión la com-

posición de los extractos vegetales o animales.  El uso de 

estas  tecnologías  posibilita  la  identificación  expedita  de 

los principios activos de los productos naturales y de las 

moléculas responsables, así como los posibles componen-

tes tóxicos.  Diversas series policiacas contemporáneas de 

TV se han encargado de divulgar y popularizar con cierto 

éxito la aplicación de estas y otras técnicas más recientes 

para identificar sustancias desconocidas.

9

  

Llama la atención que, tras 100 años de la existencia de 

las técnicas de análisis químico-físico, los partidarios del 

naturismo no hayan logrado concretar con exactitud hasta 

qué punto son eficaces muchos remedios naturales cono-

cidos  de  antaño,  ni  siquiera  identificar  sus  componentes 

activos y sus correspondientes fórmulas químicas.  Que en 

tantos años no aparezcan resultados concluyentes sugiere 

falta de honestidad en los reportes de sus investigaciones 

y el ocultamiento de los resultados desfavorables, ante-

poniendo razones comerciales, políticas o de creencias a 

las científicas.  Que en este mismo intervalo de tiempo la 

humanidad haya aprendido a volar, llegar a la Luna y los 

planetas, hacer trasplantes de órganos y miembros de for-

ma habitual, curar o prevenir un sinnúmero de enfermeda-

des, lograr la comunicación global de imágenes, develar el 

mapa del genoma humano y crear seres vivos transgénicos 

con cualidades mejoradas y capaces de reproducirse por sí 

mismos, es algo que también dice mucho en contra de los 

partidarios del naturismo y sus creencias anticientíficas.

Riesgos del naturismo

En la actualidad, muchas personas sienten predilección 

por los preparados vegetales en vez de por los medicamen-

tos convencionales de fórmula química conocida, cuyos 

efectos han sido estudiados y comprobados en miles de pa-

cientes y poseen mucha mayor fiabilidad.  Incluso en los 

extractos  vegetales  administrados  con  fines  terapéuticos 

que poseen cierta validez, el perfil de eficacia y seguridad 

es claramente desventajoso frente al que cabe atribuir a sus 

principios activos en forma pura.

10

  Aun así, hay quienes se 

han quedado estancados en el pasado e insisten en compor-

tarse como si estuviéramos en el siglo XIX, contra toda ra-

zón y solo en perjuicio de los pacientes.  En muchas de las 

sustancias usadas en la actualidad como ‘medicina verde’, 

a 200 años de haber sido publicada la Analecta Pharmacog-

nostica de Seydler en 1815, los supuestos principios activos 

aún no aparecen.  En ocasiones solo se llevan a cabo los 

estudios elementales de farmacognosia, ya conocidos en el 

siglo XIX, y la investigación se detiene ahí.  Otras veces 

ni siquiera se llevan a cabo esos estudios y se publicita el 

producto sin que se conozca la toxicidad de los compo-

nentes o los posibles efectos colaterales a mediano o largo 

plazo.  O peor aún, a pesar de haber sido bien estudiadas 

las propiedades de una determinada planta y estar descritos 

en la literatura científica los daños que puede causar, los 

partidarios del naturismo cierran los ojos ante esa realidad 

y la recomiendan o comercializan para diversas dolencias 

–a veces el mismo producto sirve para males tan diversos 

como mejorar la digestión y acelerar la curación de he-

ridas-.  No obstante, los defensores del naturismo suelen 

alegar que sus propuestas están basadas en conocimientos 

científicos, como se verá más adelante.

En lo que se refiere a las investigaciones con personas, 

resulta  grotesco  alegar  fundamentos  científicos  en  el  si-

glo XXI usando criterios de la ciencia y la ética del siglo 

XIX, cuando aún no existían el código de Núremberg y la 

Declaración de Helsinki y no se habían sistematizado los 

ensayos clínicos y el empleo de  grupos de control.

11,12,13

 El 

código de Núremberg surgió a fines de la II Guerra Mun-

dial, a iniciativa de los países vencedores,  como respuesta 

a los crímenes y abusos cometidos por los médicos nazis 

en los campos de concentración, e incluso sobre su propia 

población de ancianos, impedidos físicos, débiles mentales 

y otros incapacitados.  De un total de 20 médicos juzgados 

en el ‘juicio de los doctores’, 7 fueron condenados a muer-

te y 9 a diversas penas de prisión.

14

  Los criterios actuales 

No se debe confundir el naturismo con la fitoterapia.  La fitotera-

pia es la ciencia del uso extractivo de plantas medicinales o sus 

derivados con fines terapéuticos.

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sobre los aspectos éticos y científicos que deben cumplir 

los ensayos clínicos fueron publicados por la Organización 

Mundial de la Salud en 2010 en un libro dirigido tanto al 

personal de la salud como al público en general (ver la nota 

número 8).

El movimiento de la Medicina Basada en Evidencias 

(Evidence Based Medicine, EMB), iniciado en 1992 por un 

grupo de trabajo en la universidad de McMaster en Onta-

rio, tiene hoy alcance mundial.

 15,16,17 

 El objetivo principal 

de la EMB es lograr que la actividad médica cotidiana se 

fundamentase en datos científicos y no en suposiciones o 

creencias. Sus herramientas básicas son la lectura crítica de 

la literatura biomédica y los métodos racionales de toma de 

decisiones clínicas o terapéuticas.  Entre sus antecedentes 

se encuentran los trabajos del epidemiólogo británico Ar-

chie Cochrane (1909-1988), quien en 1972 llamó la aten-

ción sobre la enorme dificultad para acceder a la investi-

gación clínica de quienes debían tomar decisiones sobre la 

salud, e inició en 1974 un registro de ensayos clínicos sobre 

la atención al embarazo y al parto.  La actual Colaboración 

Cochrane, surgida como consecuencia de la creación del 

grupo de Ontario en 1992, es una organización sin ánimo 

de lucro que reúne a investigadores de ciencias de la salud 

en más de 90 países, aplicando un riguroso y sistemático 

proceso de revisión de las publicaciones sobre temas médi-

cos. Los resultados de su actividad se publican regularmen-

te en la Biblioteca Cochrane.

18

 

Es muy posible que un producto natural cause alguna 

mejoría  en  un  padecimiento  específico;  sin  embargo,  el 

análisis reciente de otros productos naturales, considerados 

como eficaces por la tradición popular, ha demostrado que 

no aportan beneficio alguno.  Los efectos atribuidos a algu-

nos de ellos por los partidarios del naturismo simplemente 

no existen.

19

  También puede suceder que la supuesta plan-

ta, tallo, raíz curativa o producto animal incluya compo-

nentes que a la larga produzcan serios perjuicios y causen 

o empeoren algún otro padecimiento, pues una sustancia 

aparentemente benéfica para una dolencia puede ser perju-

dicial para otra.  

En cuanto a los componentes nocivos de los productos 

naturales, es conocido que hay muchos de efecto inme-

diato, pero lo es menos que otros pueden ser dañinos a 

mediano o largo plazo; también es común que quienes ala-

ban el naturismo no tomen en cuenta esto último. La reco-

mendación de cualquier desconocido papanatas sobre un 

producto natural en una enciclopedia web de libre acceso 

o en cualquier otro sitio naturista,  es suficiente para que 

otros comiencen a pregonar sus supuestos beneficios, e in-

cluso se dediquen a producirlo y comercializarlo como si 

fuera un medicamento comprobado. A veces esta conducta 

se ve estimulada por supuestas consideraciones político-

económicas, criterios de autoridad o posiciones de poder. 

Paradójicamente, quienes gustan de aplicar remedios na-

turales casi siempre insisten en que al paciente hay que 

tratarlo ‘como a un todo’, bajo un punto de vista ‘holísti-

co’.

20

  Sin embargo, pierden de vista el hecho de que todos 

los componentes de un producto natural actuarán sobre el 

sujeto, no solo el desconocido y supuesto agente benéfico. 

Tampoco toman en cuenta que el producto actuará sobre 

todo el organismo,  no solo sobre el  órgano o sistema con 

problemas.

Un ejemplo notorio muy reciente es el de las plantas del 

género Aristolochia usadas en la medicina tradicional chi-

na para bajar la fiebre y también para provocar la mens-

truación; en altas dosis, la planta es abortiva.  Un estudio 

publicado en el Science Translational Medicine y reseñado 

en 2013 en el periódico El País muestra el resultado de una 

búsqueda de la huella genética de la planta en personas en-

fermas. Al ser analizado el ADN, se encontraron mutacio-

nes típicas de las células expuestas a la aristoloquia, que 

según los autores bastan para causar cáncer.  Algunos car-

cinomas atribuidos al tabaco tenían en realidad la huella de 

la planta, que se asocia a tumores en el tracto urinario, los 

riñones y el hígado.

21,22  

 

Otro ejemplo de consecuencias nefastas del naturismo 

es el de pacientes que dejaron de asistir a sus tratamientos 

regulares de diálisis en favor de la ingestión de productos 

naturales promovidos por un curandero, con resultados fa-

tales.

23

 

Un último ejemplo es el del Aloe vera (Aloe barbadien-

ses  o  Sábila),  considerado  por  muchos  como  eficaz  para 

preparar jarabes o ungüentos y para ser ingerido o apli-

cado externamente en forma natural.

24

  Cuando se revisa 

la literatura web popular como Wikipedia, Ecured y simi-

lares  se  encuentran  reportes  de  infinidad  de  propiedades 

medicinales, entre ellas: regulador de la mucosa intestinal, 

bueno para disminuir la acidez y las úlceras duodenales y 

estomacales, neutralizador de toxinas microbianas, alivia 

el estreñimiento, refuerza el sistema inmune, analgésico, 

antifebril, con efecto cicatrizante, ablanda los tumores y las 

durezas en la piel, antiséptico y antiinflamatorio.

Sin embargo, no fue posible encontrar las correspondien-

Que en tantos años no aparezcan resultados concluyentes su-

giere falta de honestidad en los reportes de sus investigaciones 

y el ocultamiento de los resultados desfavorables

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La recomendación de cualquier desconocido papanatas sobre 

un producto natural en internet  es suficiente para que otros co-

miencen a pregonar sus supuestos beneficios, e incluso se de-

diquen a producirlo y comercializarlo como si fuera un medica-

mento comprobado.

tes  referencias  de  estudios  científicos  que  avalen  lo  que 

allí aparece.  Pero sí se encontraron reportes indicando que 

los productos derivados del gel de la planta de aloe no han 

sido comprobados como efectivos para ninguna enferme-

dad o condición cuando se toman oralmente.

25

  Un comen-

tario sobre un artículo publicado en 2007, reportando que 

los extractos del Aloe consumidos en exceso son tóxicos, 

considera que por esa razón no abundan las investigaciones 

rigurosas sobre sus posibles efectos benéficos al ingerirlo.

26

  

Otros estudios muestran que no existe evidencia de que la 

planta tenga importantes efectos medicinales en dermatolo-

gía;   por el contrario, la aplicación externa puede retardar 

significativamente la curación de heridas en comparación 

con los tratamientos más usuales.

27,28,29

  

 

Naturismo, prensa y cultura científica

¿Deben, los que saben, proteger al que no sabe? La res-

puesta parece obvia.  Pero en el campo de las pseudocien-

cias y los remedios alternativos no siempre es positiva.  El 

28 de enero de 2012 las sociedades cubanas de física, quí-

mica y matemáticas, a las que se añadieron posteriormente 

las de Bioingeniería y la de Oncología, Radioterapia y Me-

dicina Nuclear, emitieron un documento en el que, en una 

de sus partes, se afirma:

 

“Las  sociedades  científicas  firmantes  sostenemos  que, 

aunque toda persona puede utilizar los medios que esti-

me convenientes para mejorar su salud y bienestar, las 

instituciones oficiales sólo deberían patrocinar, financiar, 

invertir recursos del estado o respaldar  de  cualquier  for-

ma  la  reproducción  a  escala  social  de  conocimien-

tos,  conductas  y hábitos si, y solo si, se hace evidente que 

están basados en el método científico.” 

30

Pero como la promoción de supuestos medicamentos na-

turistas es muy abundante, la declaración anterior, aunque 

positiva a favor de la ciencia, deja mucho que desear como 

protección al ciudadano. Hubiera sido necesario añadir 

que, antes de utilizar los medios que estime conveniente, 

es necesario garantizar que la persona reciba información 

veraz antes de hacer su elección, pues no puede existir libre 

albedrío sobre la base de informaciones falsas.

Para muchas personas el naturismo suele ser muy atrac-

tivo y convincente, pues al igual que sucede con otras te-

rapias ilusorias, las propuestas naturistas siempre vienen 

envueltas en un ropaje suntuoso: se prometen múltiples 

beneficios sin efectos colaterales, con muy poca inversión 

de recursos y escasas molestias al paciente.  A falta de en-

sayos clínicos valederos, no es raro que los partidarios de 

estos remedios divulguen afirmaciones falseadas sobre su 

supuesta eficacia.   Muchas veces no son los naturistas, sino 

la prensa internacional, quien de manera gratuita se encar-

ga de publicitar la información anticientífica. Dos ejemplos 

son los siguientes.

Un artículo publicado en 2014 en el periódico Granma 

sobre la estación experimental Dr. Juan Tomás Roig, única 

de su tipo en el país, describe la producción de decenas de 

variedades de plantas medicinales en unas 13 hectáreas de 

las 17 que posee, con el fin de “brindarle a la población pro-

ductos naturales que favorezcan su salud y contribuir con 

Figura 1. Molécula de 1-Isopropil- 4-metilbiciclo(3.1.0)hexano-

3-ona (alfa-tujona).  Tóxica para el hígado y el cerebro en dosis 

elevadas.  Se reportan interacciones negativas con algunos trata-

mientos para el sida.

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el quehacer científico del país” (sic). Uno de los ejemplos 

mencionados es el de la Artemisia annua, “con la cual se 

está haciendo una formulación para la fiebre”.

31

  Sin embar-

go, la revisión de la literatura que existe al respecto arrojó 

el siguiente resultado:

Aunque existen unas 180 especies, no necesariamente 

con idénticas propiedades, y de muchas de ellas reporta-

das como medicinales, las sustancias activas típicas de los 

extractos del genero Artemisia son las tujonas alfa y beta, 

de acción estimulante y convulsivante, de elevada toxici-

dad.  Son capaces de inhibir los receptores que activan las 

neuronas, causando espasmos musculares y convulsiones.  

En algunos casos, como en el de Artemisia afra, su concen-

tración en la planta ha sido determinada con gran precisión 

mediante cromatografía gaseosa. El extracto de su aceite 

esencial contiene un 68% de tujonas, además de no menos 

de otros 11 componentes, reportados como típicos de los 

extractos del género Artemisia.

32

Otros reportan que algunas especies de artemisa se usa-

ban en Europa como hierba protectora mágica en la edad 

media, porque se decía que inducía sueños lúcidos y viajes 

astrales.  Se suponía que fumar o consumir la planta antes 

de dormir incrementaría la intensidad del sueño, el nivel 

de control sobre el mismo y sería de ayuda para recordarlo 

al despertar. Dado su olor aromático y por ser capaz de in-

ducir sueños evocativos en estado de conciencia, se usaba 

mezclada con otras hierbas como sustituto del tabaco o de 

la marihuana.  Con las especies de mayor contenido de tu-

jonas se preparaba el ajenjo o absenta, bebida espirituosa 

muy popular en Francia a finales del siglo XIX y principios 

del XX, hasta que se prohibió su producción en 1915 por 

causar alucinaciones.  En la actualidad, el ajenjo está pro-

hibido en algunos países y permitido en otros, pero estable-

ciendo un límite máximo al contenido de tujonas en el licor.  

El artículo de Granma también hace alusión a la semilla 

de calabaza, a partir de la cual se obtuvo un supuesto medi-

camento para la inflamación de la próstata,

33

 “actualmente 

en estudio clínico en la consulta de urología del hospital de 

San Antonio de los Baños” (sic).  Pero la revisión biblio-

gráfica produjo como resultado que el aceite de semilla de 

calabaza es un remedio alternativo alemán, no una medici-

na convencional reconocida.  El artículo de prensa no men-

ciona los estudios preclínicos que hubieran sido necesarios 

para proteger al paciente de cualquier efecto secundario e 

identificar el supuesto principio activo de la semilla o de 

su aceite, su fórmula química y la supuesta relación con 

la próstata.  Tampoco menciona en cuál de las fases del 

ensayo clínico se encuentra el proyecto, en el caso que real-

mente hubiera pasado alguna de sus cuatro fases.

34

  Todo 

parece indicar  que el fundamento teórico de este supuesto 

medicamento reside en que alguien oyó o leyó en algún 

lugar que era ‘bueno para la inflamación de la próstata’ y 

eso fue suficiente para comenzar a producirlo y ‘ensayarlo’ 

en las personas.

Por otra parte, la referencia a “estudios clínicos” realiza-

dos en una sola consulta en un solo hospital, sin especificar 

períodos o mencionar tasas de casos con resultados favo-

rables y desfavorables, no justifica los “buenos resultados” 

que se mencionan.  Parece bastante obvio que tales estudios 

no han sido sometidos al análisis crítico de la comunidad 

No existe evidencia de que el Aloe vera tenga importantes efec-

tos medicinales en dermatología; por el contrario, la aplicación 

puede retardar significativamente la curación de heridas en com-

paración con los tratamientos más usuales.

Figura 2.  Artemisa vulgaris

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científica, y que las decisiones sobre el supuesto medica-

mento se han tomado a partir de la imperfecta valoración 

de unas pocas personas. 

En los ensayos clínicos realizados acorde a las reglas 

mundialmente reconocidas en la actualidad, es usual que 

se involucren decenas o cientos de especialistas y cientos 

o miles de pacientes en las diferentes fases y que sus resul-

tados sean públicos.  Y solo después de realizar los corres-

pondientes estudios preclínicos. También que transcurran 

diez o más años antes de que se pueda emitir un veredicto 

confiable sobre la base de comparaciones estadísticas con 

grupos de control; con posterioridad se debe mantener el 

seguimiento del producto. Surgen dudas adicionales sobre 

la real contribución de la estación experimental al quehacer 

científico del país al leer que allí además se elaboran gotas 

homeopáticas, ajenas por completo a la ciencia contempo-

ránea y cuya ineficacia ha sido comprobada repetidamente 

en múltiples ensayos clínicos. 

35,36,37,38,39 

  Todo lo anterior 

también genera escepticismo acerca de la efectividad de los 

restantes medicamentos que se producen en ese centro de 

investigación.

El segundo ejemplo se refiere a otro artículo publicado en 

el sitio WEB internacional Cubadebate acerca de las propie-

dades del VIMANG, un producto natural muy publicitado y 

comercializado, elaborado a partir de la cáscara o la corteza 

del mango, aunque no fue posible encontrar especificacio-

nes a partir de cuál o cuáles de las 54 especies conocidas del 

género Mangifera se obtiene el extracto.  En el artículo se 

afirma que gracias a ese medicamento,

“El escritor y Premio Nacional de Literatura Humberto 

Arenal... no tuvo que operarse del cáncer de próstata y no 

hizo metástasis en huesos, lo común en esa dolencia... Claro 

él también tenía un seguimiento con medicina alopática

40

.”

41

Sin embargo, en esa misma publicación, un comentario 

posterior de un lector que solo se identifica como “Josué”, 

sugiere que el tratamiento naturista nada tuvo que ver con 

la supuesta cura: 

“Lo común en el cáncer de próstata es que NO tenga me-

tástasis en hueso al momento del diagnóstico. Suele tener 

una evolución favorable e incluso una de sus estrategias es 

solo la OBSERVACIÓN. Aún con metástasis los pacientes 

tienen una supervivencia de varios años.   Los linfomas por 

el mismo estilo suelen ser buenos respondedores a las tera-

pias estándar en cualquiera de sus estadios… por ejemplo, 

en nuestros niños tiene una supervivencia de más de 90 %”. 

(N. del A. Las mayúsculas están en el original).

En el artículo se narran otras anécdotas (Ojo: anécdo-

tas, no ensayos clínicos) como supuesta prueba de que el 

producto sirve para curar a los desahuciados por cáncer y 

que además posee propiedades tan disímiles como ser un 

analgésico y antiinflamatorio eficaz, capaz de lograr em-

barazos, curar las infecciones por giardias y prever (¿pre-

venir?) el envejecimiento. Sin embargo, los pacientes con 

cáncer que recibieron el medicamento y fallecieron en el 

tiempo previsto (o antes) no se mencionan.  Esto es muy 

típico de la propaganda pseudocientífica: reportar solo los 

casos favorables, aunque solo sea uno en miles, ocultando 

los desfavorables.  En ocasiones la propaganda es de una 

magnitud tal que salta a la vista el interés comercial ajeno 

a la salud pública de la población; así sucede cuando se 

afirma que el VIMANG previene el envejecimiento.  Todo 

aquel que no quiera llegar a viejo (¿quién lo desea?) será 

un buen candidato para adquirir el producto; desde luego, 

la demostración de tal afirmación ilusoria está por verse.  

Pero hay más.  La mangerina a que se refiere el artículo de 

Cubadebate, supuesto elemento activo del VIMANG, no 

aparece en la búsqueda realizada en Google ni en Google 

Scholar; mucho menos sus propiedades.  Esto da a pensar 

que la tal mangerina no es un compuesto químico real, sino 

un nombre ficticio ideado solo con el ánimo de dar veraci-

dad a criterios que carecen de fundamento científico.  

Por regla general, estos medios de prensa, aparte de 

mostrar gran desconocimiento acerca de cómo funciona la 

ciencia, nunca reconocen su error ni publican artículos de 

corte contrario, aunque reciban pruebas contundentes que 

demuestren lo falso de sus afirmaciones. No es posible pro-

mover así la ciencia y la cultura entre la población.

42

  

Publicitar el uso de productos naturales a costa de repor-

tar  anécdotas,  falsos  resultados  y  beneficios  inexistentes, 

así como violar normas científicas y éticas reconocidas uni-

versalmente y recomendadas por la Organización Mundial 

de la Salud, no puede ser la forma adecuada de favorecer 

la salud pública bajo ningún régimen político, ni aún en las 

peores condiciones económicas. 

Notas:
1- Bergado Jorge A. Medicina sin apellidos, p. 22-23, en Medicina 

sin  apellidos;  un  debate  sobre  la  medicina  natural  y  tradicional  en 
Cuba.  Coordinador Osvaldo de Melo.  Editorial UH, La Habana, 2013.

El fundamento teórico de las semillas de calabaza reside en 

que alguien oyó o leyó en algún lugar que era ‘bueno para la 

inflamación de la próstata’ y eso fue suficiente para comenzar a 

producirlo y ‘ensayarlo’ en las personas.

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2- Edward Bach.  Heal Thyself;  an explanation of the real cause 

and  cure  of  diseases.  Ed.  CW  Daniels,  1931.  Puede  leerse  una 
versión electrónica en http://goo.gl/4hFNZ4

3- Use and misuse of the concept energy,  Lat. Am. J. Phys. Educ. 

Vol. 6, Suppl. I, August 2012.  Versión en español: Proceedings del 
VII Congreso Internacional Didácticas de las Ciencias, La Habana, 
Cuba, Sello editor Educación Cubana, Marzo 2012.

4- Álvarez González Julio L. Homeopatía: una ilusión más allá del 

número de Avogadro. Rev. Cub. Fis., vol. 25, No. 1, 2008 p. 38-44

5-Díaz Moreno Rogelio M.  El agua, una polémica insoluble por 

naturaleza.  Premio Pinos Nuevos. Editorial Científico-Técnica, La 
Habana, 2012

6-  Bunge  Mario.    Las  pseudociencias,  vaya  timo.  Ed.  Laetoli, 

2010, pp. 70-75, 130-133.

7- ¿Qué es la ciencia? Ecured, Ene. 2013. http://goo.gl/hQ4Re5.  

También en Lat. Am. J. Phys. Educ. Vol. 5, No. 3, Sept. 2011

8-Evans  Imogen,  Thornton  Hazel  y  Chalmers  Iain.    Cómo  se 

prueban los tratamientos: Una mejor investigación para una mejor 
atención de salud.  Organización Panamericana de la Salud, Ofi-
cina Regional de la Organización Mundial de la salud, 2010, p.45. 
Accesible en el sitio http://goo.gl/9S0YnC.

9-Por ejemplo, las series televisivas Bones (http://www.fox.com/

bones/) y CSI (http://www.cbs.com/primetime/csi/).

10-  Planta  medicinal.    Enciclopedia  Kiwix,  versión  0.9  beta  5. 

2012.

11- Estévez Rams E.  Esta discusión es primero ética que cientí-

fica.  P.117 en Medicina sin apellidos, un debate sobre la medicina 
natural y tradicional en Cuba.  O. de Melo, coordinador. Editorial 
UH, 2013.

12- El código de Núremberg.  Accesible en http://goo.gl/dmhkue;  

también en http://goo.gl/dosR3k

13- Declaración de Helsinki.  Accesible en http://www. wikipedia.org
14- El juicio de los doctores.  http://www.wikipedia.com con mu-

chas referencias y enlaces.

15- Gérvas J, Pérez Fernández M. Uso apropiado  de la medi-

cina basada en pruebas, revisión de diez artículos recientes. 
AMF. 2005; 1(1):46-56.    http://www.equipocesca.org/wp-content/
uploads/2009/02/uso-apropiado-de-la-medicina-basada-en-prue-
bas-revision-de-diez-articulos-recientes.pdf

16- Sackett DL, Rosenberg WMC, Muir Gray JA, Haynes RB, Ri-

chardson WS. «Medicina basada en la evidencia lo que es y lo que 
no es».  http://goo.gl/kjdiYV

17- http://jama.ama-assn.org/cgi/content/summary/268/17/2420
18- La colaboración Cochrane.  http://www.cochrane.org/docs/

descrip.htm

19- Ver, por ejemplo,  http://www.sld.cu/fitomed/index.htm
20-  El  holismo  tampoco  es  ciencia,  sino  una  filosofía  de  tintes 

idealistas cuyos partidarios califican al método científico de ‘reduc-
cionista’ en forma peyorativa, sin proponer otro método en su lugar.  
Fue introducida por el sudafricano Jan Smuts en su libro Holismo y 
evolución a inicios del siglo pasado.

21-Aristolochia y cáncer.  Accesible en http://goo.gl/IuYpGo
22-Aristolochia.  Accesible en http://goo.gl/aFVmnr
23-Bacallao Méndez R. A. Testimonio en el 1er Taller Pensamien-

to Racional y Pseudociencia, efectuado en la Universidad de La 
Habana, Diciembre 2007.  Rev Cub Fis vol.25 (1), 2008;  http://
goo.gl/YDtuEx. 

24-Fariñas Acosa Lisandra.  Salud con tradición. Granma, Abril 6 

2014. http://goo.gl/WFvvS3

25-Lulinski, B. R.D. Some notes on Aloe Vera.  http://goo.gl/m0fXTQ

26-Final  report  on  the  safety  assessment  of  aloe  andongensis 

extract, aloe andongensis leaf juice, aloe arborescens leaf extract, 
aloe arborescens leaf juice, aloe arborescens leaf protoplasts, aloe 
barbadensis flower extract, aloe barbadensis leaf, aloe barbaden-
sis leaf extract, aloe barbadensis leaf juice, aloe barbadensis leaf 
polysaccharides, aloe barbadensis leaf water, aloe ferox leaf ex-
tract, aloe ferox leaf juice, and aloe ferox leaf juice extract. Int. J. 
Toxicol. 26 Suppl 2:  pp. 1–50. 2007. http://goo.gl/OLnjFY. PMID 
http://goo.gl/VuLgBX.

27-Richardson  J,  Smith  JE,  McIntyre  M,  Thomas  R,  Pilkington 

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tions: a systematic literature review. Clin Oncol (R Coll Radiol) 17 
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28-Ernst E, Pittler MH, Stevinson C (2002). Complementary/alter-

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diseases and two treatments. Am J Clin Dermatol 3 (5):  pp. 341–8. 
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29-Schmidt JM, Greenspoon JS (1991). «Aloe vera dermal wound 

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30-Declaración de las sociedades cubanas de matemática y 

computación, de física y de química acerca de la necesidad de 
promover el método científico.  Enero 28 2012.  Accesible en http://
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31-Romero Cruz Yusmary.  Si de plantas medicinales se trata... 

Febrero 10 2014.  Accesible en http://goo.gl/RTdr6y

32-Artemisia (planta).  Enciclopedia Kiwix.  Versión 0.9 beta 5. 2012.
33-¿Hiperplasia benigna, prostatitis bacteriana, no bacteriana…?
34-Argueda Quesada José A. Las fases del desarrollo de un nue-

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Accesible en www.ampmd.com

35-Kleijnen J, Knipschild P, ter Riet G.  “Clinical trials of homoeo-

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36-Boissel JP, Cucherat M, Haugh M, Gauthier E. Critical litera-

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40-Medicina alopática: forma peyorativa con la que los homeópa-

tas suelen nombrar la medicina convencional.

41- Armas Fonseca Paquita. Cubadebate, 14 de febrero 2014. 

“Eleuterio Páez: Lo que haga otro hombre, yo también lo puedo 
hacer”.  http://goo.gl/xyCzEI 

42- González Arias A. y Horta Rangel F. A. Ciencia, pedagogía y 

cultura científica. Elementos 87 (2012) 3-11