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recordaban a los trabajos de clase que inflabas mucho con 

letras grandes para que parecieran más serios y con más 

contenido) ya empecé a mosquearme. Debo reconocer que 

las fórmulas que trataban de explicar una teoría económica 

relacionada  con  ganancias  y  porcentajes  en  los  préstamos 

me despistaron. El lenguaje pretendía ser cercano, pero era 

críptico. Cuando Vicente habló de “su libro” y afirmó que si 

lo comprábamos obtendríamos todas las respuestas lo supe. 

Y cuando acabó la charla tormenta de preguntas que dejaban 

en evidencia que no se había explicado bien. Y no me enteré 

de nada. 

El  maestro  José Antonio  Peñas,  otro  de  los  premiados, 

se  salió.  Fresco  y  riguroso,  Peñas  nos  habló  de  cómo  se 

interpretan los fósiles encontrados y de cómo, de ahí, se llega 

a auténticas barbaridades o a una representación aceptable de 

cómo pudo ser ese animal en vida. Los ejemplos fueron muy 

interesantes y aprendí un montón sobre bichos que pueden 

parecer horrendos y encantadores al mismo tiempo.

Tras  la  pausa  para  el  café  nos  dejó  con  la  boca  abierta 

David Ruescas, que nos ofreció “Una perspectiva sobre la 

racionalidad”. Tocando temas como la inteligencia artificial y 

hablándonos de la inteligencia como de una “caja negra” en la 

que caben reacciones instintivas aprendidas evolutivamente, 

nos  dejó  alucinados  (aunque  nos  quedamos  con  ganas  de 

más y pasó sus últimas diapositivas a la velocidad de la luz). 

El programa del Eskepticamp Madrid 2012 hablaba de una 

conexión en directo vía Skype con el Sketicamp de Chicago, 

y allá que nos fuimos. Estuvimos un ratito charlando con 

ellos, nos contaron los temas que tenían en su programa para 

ese día y hubo un pique sano por ver cuál de las dos salas 

tenía más gente (para mí que éramos nosotros).

Tras hablar con nuestros amigos del otro lado del 

Atlántico, Mauricio-José Schwarz (también premiado), nos 

habló de las “Diez frases que no echaría de menos si no las 

vuelvo a oír (esas cosas que, por ser escépticos, nos dicen 

una y otra vez)”. Es sorprendente cómo no nos damos cuenta 

muchas veces de lo manidas que están las frases que nos 

dicen  cuando  quieren  echar  abajo  argumentos  lógicos… 

Lamentablemente tendremos que seguir escuchándolas.

El lema de este Eskepticamp ha sido “Piensa por ti mismo. 

Comparte  lo  que  sabes.  Y  sé  una  vela  en  la  oscuridad”. 

Intentémoslo para ir más allá de nuestros propios adeptos, 

ya convencidos, y luchemos por arrojar un poco de luz sobre 

esa inmensa noche.

Natalia Ruiz Zelmanovitch

El Ser Creativo II

Un congreso de “mentes brillantes” debe reunir entre sus 

ponentes el necesario nivel de talento para satisfacer las 

expectativas que despierta su denominación. En la II edición 

de  “El  Ser  Creativo.  Congreso  de  Mentes  Brillantes”, 

celebrada  en  Madrid,  el  talento  abundó,  aunque  se  vieron 

también presentaciones faltas de rigor y dirigidas más a las 

emociones que al cerebro.

 En cuanto a los contenidos, hubo para todos los gustos e 

intereses y para todos los tipos de público, desde especialistas 

hasta estudiantes. La mecánica, con ponencias individuales, 

debates entre los intervinientes y preguntas de la audiencia, 

aligeró y dio variedad a las jornadas. 

La de medicina y salud fue una de las áreas estrella. El 

investigador  José Manuel García Verdugo, referencia 

mundial en células madre, transmitió el entusiasmo de la 

ciencia por los últimos descubrimientos relativos a las células 

madre neuronales. En concreto el hecho desconocido de que 

en el cerebro se produzca nuevas células. Una neurogénesis 

que se produce en una pequeña parte del cerebro para luego 

migrar esas nuevas células hacia otras zonas y conectarse; 

hecho que se reduce con la edad. El gran reto es llegar a 

dirigir esa migración para que las neuronas jóvenes puedan 

reparar áreas lesionadas, por ejemplo, tras una isquemia. 

El discutido gerontólogo Aubrey de Grey defendió 

la medicina regenerativa como la solución al proceso de 

envejecimiento, esos daños celulares que se van acumulando 

a lo largo de la vida. Este proceso es la causa de dos terceras 

partes  de  las  muertes  en  el  mundo,  dijo  De  Grey,  una 

proporción  que  en  los  países  desarrollados  sube  al  90%. 

Presentó la medicina regenerativa como una tercera vía, 

frente a la geriatría, que trata de revertir los síntomas una vez 

producidos los daños, y a la gerontología, que intenta reducir 

la  aparición  de  esos  daños  manipulando  el  metabolismo. 

Como terapias que ya funcionan o lo harán pronto mencionó, 

entre otras, el uso de células madre, la inducción al suicidio 

celular,  las  terapias  génicas  y  las  transgénicas  utilizando 

genes de bacterias. 

Dean Hammer  centró  su  ponencia  en  “el  virus  más 

estudiado de la historia”, el VIH. Denunció que sólo el 5% 

de los infectados recibe tratamiento porque su precio lo 

hace inaccesible al resto. La eficacia de esos medicamentos 

contrasta  con  el  poco  éxito  de  la  prevención.  El  genetista 

norteamericano presentó los resultados de un estudio 

realizado  en  macacos  con  el  equivalente  del  VIH  en  esta 

especie. A lactobacillus sp extraídos de la flora vaginal de las 

hembras se les añadía cyanovirin-n. Se trata de un sistema 

barato, fácil de almacenar, distribuir y utilizar y que dejaría 

en manos de las mujeres la responsabilidad de la prevención.

  Mario Alonso Puig, investigador de la inteligencia 

humana y del aprendizaje, lanzó la pregunta de si la genética 

determina nuestro destino, hasta qué punto condiciona 

nuestra libertad. Él optó por una vía intermedia entre la teoría 

de la herencia de los caracteres adquiridos de Lamarck y la 

teoría de la evolución de Darwin: podemos conseguir, con 

entrenamiento,  que  se  expresen  genes  de  nuestro  genoma 

que antes no lo hacían. Pese al entusiasmo de Alonso, las 

caras de parte del público reflejaban un claro escepticismo. 

Sin embargo, se llevó uno de los mayores aplausos de las 

jornadas.  Como  ocurrió  con  el  aclamado  Eduard Punset 

cuando  animó  a  los  asistentes  a  fiarse  de  su  intuición.  Se 

atrevió incluso a afirmar que la intuición es más fiable que 

el  pensamiento  racional,  una  afirmación  poco  afortunada 

pues, al oponer ambos términos, el público quizá entendió 

“intuición”  como  algo  irracional,  incluso  “mágico”  y  no 

como  un  conjunto  de  conocimientos  que  adquirimos  de 

forma inconsciente a través de la experiencia.

 Juan Luis Arsuaga captó la atención del público con una 

declaración contundente: no es que vengamos del mono, es 

que  somos  monos.  Dentro  de  los  primates hemos  seguido 

un proceso evolutivo que nos ha diferenciado de nuestros 

parientes y que hemos conocido gracias a la paleontología. 

Porque los humanos siempre nos hemos preguntado quiénes 

somos, de dónde venimos y adónde vamos. Y la respuesta 

la hemos ido buscando sucesivamente en la magia, en la 

religión y en la ciencia. Somos conscientes de nosotros 

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mismos, dominamos nuestro entorno, tenemos un proyecto 

de vida. Por eso, concluyó, el futuro no es lo que nos ocurrirá, 

sino lo que vamos a hacer.

 Lo que estamos haciendo con el planeta fue la preocupación 

que puso sobre la mesa el Premio Nobel Mario Molina

Destacó el consenso científico –lo cifró en un 97%– en cuanto 

a que el actual cambio climático se debe a las actividades 

humanas. Hoy en día podemos comprender bien el clima, y 

las mediciones de temperaturas y de gases en la atmósfera en 

los últimos 400. 000 años –por medios directos e indirectos– 

llevan a afirmar que el ser humano está alterándolo de forma 

significativa y acelerada desde el inicio de la era industrial. 

El  congreso  fue  un  ejemplo  de  lamentable  equidistancia, 

ya  que  tras  Molina  estaba  programada  la  charla  de  Piers 

Corbyn, astrofísico y meteorólogo, negacionista del cambio 

climático que afirma que lo que condiciona el clima terrestre 

es la actividad solar, lunar y magnética. El Sol tiene un ciclo 

de 11 años; el ciclo magnético de la Tierra dura 21-22 años; 

ambos, junto con la influencia de la Luna, afectan a los “jet 

streams”  o  corrientes  en  chorro  de  nuestra  atmósfera,  que 

condicionan el clima terrestre. Según Corbyn, basándose en 

su modelo se consiguen predicciones climáticas acertadas a 

varios meses vista.

 Juan Pérez Mercader, astrofísico y cosmólogo, recurrió 

a su habitual estilo cercano y desenfadado para llevar la 

visión de los asistentes más allá de nuestro planeta. Con la 

distancia de la punta de los dedos de una mano a los de la 

otra  con  los  brazos  extendidos  como  referencia  temporal, 

viajó  desde  el  origen  del  universo  hasta  hoy,  pasando  por 

la creación de los átomos de los distintos elementos, el 

origen de nuestro sistema solar y el surgimiento de la vida. 

Él y otros astrobiólogos dan por hecho que la vida, pese a su 

complejidad, no solo existe en la Tierra pero no dudan que 

jamás nos ha visitado a bordo de un ovni. Profundizando en 

algo ya apuntado por Pérez Mercader, el físico y experto del 

CERN en Teoría Cuántica de Campos y Teoría de Cuerdas 

Luis Álvarez-Gaumé habló de “el lado oscuro del universo”, 

de aquellas realidades que todavía comprendemos poco y en 

torno a las cuales giran las preguntas surgidas estos últimos 

quince años: la materia oscura, la energía oscura, los agujeros 

negros y otras entidades físicas misteriosas.

  Alberto Calero,  experto  en  nuevas  tecnologías  de  la 

ciencia de las redes habló de cómo emergen las redes en 

la naturaleza y en la sociedad, cómo evolucionan y cuáles 

son sus propiedades. Hay redes de todo tipo: biológicas, 

económicas, sociales, sanitarias, de conocimientos… El éxito 

o fracaso de un sistema puede depender la interconexión y 

la difusión de información, pues a veces basta con suprimir 

una  conexión,  y  con  ello  dejar  aislada  un  área,  para  que 

se  produzca  una  crisis.  Un  caso  concreto,  el  de  las  redes 

sociales, fue abordado por Randi Zuckerberg, ex-directiva 

de Facebook y hermana de su creador, que habló sobre las 

nuevas tendencias en este ámbito. Bernardo Hernández

directivo de Google, también recalcó la preferencia cada vez 

mayor por los dispositivos móviles. Según el ponente cada 

dos días generamos tanta información como desde el principio 

de los tiempos hasta el año 2003. Tal volumen de datos solo 

puede  manejarlo  máquinas.  Recomendó  asimismo  aceptar 

el caos y el error como elementos necesarios en el ámbito 

profesional: el caos genera más posibilidades y acelera la 

creación, y el error es parte esencial del aprendizaje.

 A caballo entre la gestión empresarial y la sociología se 

situó el holandés Mark Woerde, presentado como “gurú del 

Marketing Prosocial”. Según él, la gente ahora espera otra 

cosa de las marcas, de las empresas: les exige conciencia, 

responsabilidad social, y sus inversiones en causas altruistas 

son bien vistas, siempre que no se perciban como un truco 

para vender más. Jeremy Rifkin, sociólogo y economista, 

considera que la Humanidad se encuentra en un punto de 

inflexión y necesita una nueva visión económica, un nuevo 

El equipo de la revista desplazado a El Ser Creativo (foto: Inma León)

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plan, que él llama Tercera Revolución Industrial. Propone 

aprovechar la intercomunicación global como base para una 

nueva distribución de la energía. Cada edificio se convertiría 

en un productor de electricidad a partir de fuentes renovables 

y el sobrante se pondría a disposición de la comunidad. Por 

supuesto, todo ello requeriría inversiones enormes, pero a la 

vez generaría muchos empleos. Una visión socioeconómica 

distinta pero no opuesta fue la de Serge Latouche, famoso 

por su defensa del decrecimiento. Sostuvo que es imposible 

un crecimiento infinito en un mundo finito y para combatir 

el pensamiento, globalmente dominante, del crecimiento 

propuso la resistencia y la disidencia a nivel local. Promover 

el  reciclaje,  la  reutilización,  la  producción  biológica, 

“las  slow  cities”;  buscar  un  nuevo  modelo  energético  que 

sustituya nuestra actual dependencia del petróleo.

 A la globalización se refirió en otros términos el también 

economista argentino David Konzevik, que comentó que la 

pobreza ya no se define en términos absolutos sino relativos: 

no tener lo que tienen otros o lo que nos creemos con derecho 

a tener. Otra economista, nacida en Zambia y formada en 

Oxford  y  Harvard,  Dambisa Moyo, se declaró defensora 

de los derechos económicos de las personas por encima de 

los derechos políticos. En África no se logrará el éxito de 

las políticas si no hay antes un desarrollo económico que dé 

lugar a una clase media capaz de enfrentarse a los gobiernos 

no  democráticos.  Moyo  criticó  como  inútil  la  política  de 

ayudas  mientras  siga  existiendo  un  proteccionismo  que 

deja  a  los  países  africanos  fuera  de  los  mercados.  Shirin 

Ebadi, abogada iraní y primera mujer musulmana en recibir 

el  Premio  Nobel  de  la  Paz  en  2003,  dio  una  visión  cauta 

de la “primavera árabe”. Reconoció el gran obstáculo que 

significa  la  ausencia  de  una  separación  entre  religión  y 

política. Ebadi defendió una nueva interpretación del Corán 

que se limite a regular la relación del individuo con su dios 

pero no las relaciones entre las personas.

 Wang Xiaoping, ideóloga del Partido Comunista chino, 

concitó el mayor número de críticas por responder con 

evasivas a las preguntas, posteriores a su intervención, sobre 

la situación de los derechos humanos en su país. Su exposición 

tuvo más de filosofía y espiritualidad que de política. Habló 

de  las  emociones,  que  nos  dominan  y  generan  conflictos; 

de que únicamente luchando contra ellas recuperaremos 

la libertad. Defendió una sociedad dirigida por los sabios, 

administrada por la inteligencia. Todo definido con términos 

como alma, energía, sueño, justicia y libertad. 

Como  remate  a  la  jornada  dedicada  a  la  política,  el 

mexicano  Andrés Roemer,  artífice  de  El  Ser  Creativo, 

introdujo un término propio: la “demonocracia”. La definió 

como la deriva de un régimen inicialmente democrático en 

el cual la persona que ostenta el poder, y que llegó a él por 

medios legítimos, se convierte en dictador. Roemer dio su 

receta de cinco puntos para ser brillantes:

- Es necesario interesarse por las cosas y ser crítico.

- La diversidad enriquece, mientras que la homogeneidad 

atrofia el cerebro.

- Para ejercitar el cerebro hay que aprender todos los días.

- Se debe actuar, innovar, generar nuevas ideas.

-  Es  imprescindible  desafiar  el  statu quo, cuestionarlo, 

replantearlo. Y empezar haciéndolo con el de nuestra propia 

mente.

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