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ncluye las mismas categorías que los premios Nóbel y
representan una suave crítica, más bien una sátira gentil,
a investigaciones que se consideran con alguna seria in-
consistencia. Por ejemplo, se ha otorgado la distinción a los
Consejos de Educación de los estados de Kansas y Colorado
por sus posturas ante la enseñanza de la Teoría de la Evolu-
ción de Darwin, que dejan mucho que desear desde el punto
de vista científico. Otro ganador-en dos ocasiones- lo fue el
francés Jacques Benveniste, por dos publicaciones donde in-
tentaba justificar experimentalmente los criterios homeopá-
ticos de que el agua tiene memoria y de que su efecto curati-
vo podía ser enviado por teléfono desde la farmacia hasta la
vivienda del paciente.
Muchos de los galardonados aceptan la crítica deportiva-
mente y asisten a la entrega de premios. Por otra parte, los
premios son entregados por científicos que han sido galardo-
nados con los verdaderos premios Nobel.
Los premios también pueden ir dirigidos a publicaciones
que, de alguna manera, presentan algún resultado imprevisto
o algún toque humorístico, como es que la presencia de hu-
manos tiende a excitar sexualmente a los avestruces, o que la
Coca-Cola hace daño a los espermatozoides. Otros se otor-
gan a tonterías, tal como la afirmación de que los agujeros
negros reunen todas las condiciones para ser considerados la
localización del infierno.
Los críticos, criticados
Tampoco todo es color de rosa para los Ig-Nobel.
Los críticos han sido a su vez criticados, ya que algunos
consideran que experimentos genuinos pudieran ser ridiculi-
zados muy fácilmente. Por ejemplo, en premio Ig-Nobel de
2006 de Biología fue otorgado a una investigación donde se
demostró que el mosquito Anopheles gambiae (transmisor
de la malaria) era atraído con igual intensidad por el olor
de un tipo específico de queso y por el de los pies humanos.
Sin embargo, como resultado directo de esta investigación,
trampas para mosquitos utilizando ese tipo de queso se han
empleado en África para combatir la epidemia de malaria.
Otros han objetado, muy razonablemente, que los pre-
mios Ig-Nobel representan una crítica jocosa a las investi-
gaciones triviales pero que, sin embargo, la historia muestra
que tales investigaciones muchas veces conducen a descu-
brimientos importantes.
Sin embargo, un argumento a favor de los Ig-Nobel es
que, mientras más llamen la atención los resultados de una
investigación, por la razón que sea, mayor será la probabili-
dad de que llegue a conocimiento de alguien que le encuen-
tre una aplicación práctica valedera. Tampoco es menos cier-
to que, a veces, las afirmaciones que aparecen en las revistas
científicas se las traen.
Los premios
Entre los premios Ig-Nobel de 2010, otorgados el 30 de
septiembre, se encuentran:
Premio de Medicina, otorgado a los holandeses S.
Rietveld e I. van Beest, por descubrir que los síntomas del
asma se pueden tratar dando una vuelta en una montaña rusa
(Behaviour Research and Therapy, vol. 45, 2006). –Los au-
tores no dicen que hacer si el paciente no vive cerca de una
montaña rusa, no es amante de tales emociones o se encuen-
tra en un estado que imposibilite esa terapia.
Premio de Salud Pública, a tres científicos de la Oficina
de Seguridad y Salud Industrial de Maryland, EE.UU, por
demostrar experimentalmente que los microbios se adhieren
a los científicos barbudos (Applied Microbiology, vol. 15,
no. 4, julio 1967).
Premio de Física, a L. Parkin, S. Williams y P. Priest,
de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, por demos-
trar que al caminar sobre senderos congelados en invierno,
la gente resbala y se cae menos si usa las medias por fuera
de los zapatos (New Zealand Medical Journal, vol. 122, no,
1298, julio 3, 2009).
Premio de Administración de Empresas, a un grupo de
investigadores de la Universidad de Catania, en Italia, por
Los Premios In-Nobles
2010
Arnaldo González Arias
Los premios Ig-Nobel (juego de palabras del inglés ignoble –innoble-) son una parodia satírica
de los premios Nóbel. Fueron instaurados en 1991 por la revista de humor científico Anales de la
investigación improbable
(AIR), y se entregan todos los años, en el mes de octubre, en el teatro
Sanders de la prestigiosa universidad de Harvard. La ceremonia es co-auspiciada por la Harvard
Computer Society
, la Harvard-Radcliffe Science Fiction Association y la Harvard-Radcliffe Society
of Physics Students.
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demostrar matemáticamente que la organización será mas
eficiente si las promociones de personal se llevan a cabo des-
organizadamente, al azar (Physica A, vol. 389, no. 3, febrero
2010).
Finalmente, el Premio Ig-Nobel por la Paz fue otorgado
a R. Stephens, J. Atkins y A. Kingston, de la Universidad de
Keele, Reino Unido, por confirmar la creencia popular que
jurar y maldecir alivia el dolor (Neuroreport, vol. 20 , no. 12,
2009, pp. 1056-60). Así que ya sabe: si se da un martillazo
en un dedo, o se coge la mano con la puerta, maldiga todo
lo que quiera. Sea pintoresco y florido. De seguro se sentirá
mejor. Es terapéutico.
Y vale la pena mencionar algunos de los otorgados el año
pasado:
Medicina veterinaria: Las vacas que tienen nombre dan
más leche que las que no lo tienen (Anthrozoos, vol. 22, no.
1, marzo 2009).
Física: Demostración analítica del por qué las gestantes
no se vuelcan (hacia delante) (Nature, vol. 450, 1075-1078,
diciembre 13, 2007)
Premio Ig-Nobel por la Paz a la determinación experi-
mental acerca de qué es mejor: que a uno le rajen la cabeza
con una botella llena de cerveza o con una vacía (Journal
of Forensic and Legal Medicine, vol. 16, no. 3, abril 2009).