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Vemos que has venido a Barcelona gratis, sin cobrar
un duro, ¿y ese altruismo?
No fui totalmente desinteresado, era mi primera visita a
Cataluña y encontré a los escépticos, no fue nada, verdade-
ramente merecía la pena.
Entre nosotros, no creo que el altruismo sea un concepto
muy claro. Es cierto, no gano dinero, pero colaboro, un poco,
en el avance del escepticismo, dando elementos pedagógicos
como los que desarrollo en CorteX, en el Laboratorio Zetéti-
co o en el Observatorio Zetético.
Me gusta compartir las herramientas de autodefensa inte-
lectual con todo tipo de públicos. De alguna forma, fue por
el activismo en busca de un mundo en el que nadie abuse de
la falta de espíritu crítico de los demás, o donde nadie ejerza
poder sobre otros mediante manipulaciones, aun involunta-
rias, en torno a lo paranormal y las pseudociencias. Incluso
el combatir a aquellos que se aprovechan de la debilidad de
los demás – lo que es una estrategia a corto plazo -.
¿Podrías contarnos la historia del escepticismo y la ze-
tética en Francia?
Siempre hubo escépticos en Francia, pero raramente fede-
rados. Hay una fuerte tradición laica, de libre pensamiento,
una Unión Racionalista y personajes conocidos que forman
parte de ellos. Pero si hablamos propiamente de la palabra
zetética (“método para conocer la causa de las cosas”), ésta
salió de la cueva hacia 1975, con Henri Broch, profesor de
física en la Universidad de Nice-Sophya Antipolis. Deno-
minó zetética al método científico de investigación de los
fenómenos sobrenaturales, buscó enseñar el método escép-
tico a los estudiantes sobre temas que les suscitaban un gran
interés. Se creó un laboratorio universitario de zetética en
1992, agrupando a un buen número de personas. En 2002
realicé mi tesis sobre didáctica de las ciencias centrada en la
zetética (http://cortecs.org/bibliotex/126-these-r-monvoisin-
pour-une-didactique-de-lesprit-critique) y tuve como direc-
tor a Henri Borch. En 2003, algunos amigos y yo creamos
en Grenoble el Observatorio Zetético, la asociación más
conocida e influyente. Entre tanto, en colaboración con el
Profesor Broch, algunos colegas y yo diseñamos cursos
universitarios, principalmente en Grenoble, formando en el
método escéptico, las herramientas zetéticas y el análisis de
pretensiones extraordinarias. Pretendíamos que estos cursos
fuesen imitados, con tres colegas fundamos en 2010 el Co-
lectivo de Investigación Interdisciplinaria de Espíritu Crítico
y Ciencias (www.cotecs.org), que escribimos, normalmente,
CorteX, y que trata de reunir en su web todas las herramien-
tas pedagógicas posibles dirigidas a la enseñanza del espíritu
crítico a todos los niveles. Toda contribución es deseable,
siempre que el material sea ilustrativo, científicamente irre-
prochable y con un tono “dulce”, pues hemos abandonado la
línea de los escépticos desagradables y arrogantes.
Por experiencia directa, ¿cuál es el nivel de credulidad
en lo paranormal y las “no-ciencias” en Francia?
Antes de nada, déjame hacer una pequeña precisión: la
“no-ciencia”, en sí, no es un problema. La poesía es una
“no-ciencia” y es positiva. Igualmente una hipótesis que se
descubre falsa es “no ciencia” (por ejemplo el éter de los
físicos, que se desechó hacia 1905). Eso no es grave. Lo que
es terrible son las pseudociencias (pseudo en griego significa
falso), es decir, teorías que se hacen pasar, falsamente, por
sólidas, cuando en realidad no lo son.
Volviendo a la pregunta. La adhesión a ideas paranorma-
les o pseudocientíficas es bastante habitual en Francia. Las
últimas cifras tienen entre 7 y 10 años, y muestran que algo
más de la mitad de los encuestados creían en la curación por
las manos, por el magnetismo, al tiempo que alrededor de
un 40% creía en los sueños premonitorios y la transmisión
del pensamiento. Son cifras interesantes y gracias a ellas nos
damos cuenta de varias cosas: por un lado, esto no aumenta.
Por otro, esto se transforma, va por modas. También mues-
tran que el nivel de adhesión no está relacionado con los
estudios – así se ve que no son los estudios clásicos los que
permiten al alumno o al estudiante diferenciar entre ciencia
y pseudociencia. Aunque las cuestiones de estas investiga-
ciones están, generalmente, mal planteadas. Entre creer y no
creer hay muchas posiciones intermedias. Por eso yo no em-
D
ossier
Entrevista a
Richard Monvoisin
Juan Soler
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pleo el término “credulidad”; uno se da cuenta, rápidamente,
que los escépticos no están a un lado y los crédulos al otro,
sino que entre ambos hay un continuo y la posición en ese
continuo depende del campo del que se hable. Muchas per-
sonas son escépticas en el 95% de los temas, pero, flotando
en medio, mantienen una especie de islote de irracionalidad.
Viajando comprendí que las creencias varían, los temas
de moda en esta región no son los temas de moda en otra
región. En Cataluña he constatado que hay muchos progra-
mas sobre astrología, ese no es el caso de Francia, donde la
homeopatía está mucho más presente y el cuadro conceptual
del psicoanálisis es omnipresente incluso en los programas
de estudio.
Paralelamente, ¿cuál es la situación en Francia del es-
cepticismo y la defensa del pensamiento crítico?
En Francia, todo el mundo, pedagogos, profesores, mi-
nistros, afirma que el espíritu crítico es necesario para ha-
cer buenos ciudadanos. Es una palabra mágica, pero no se
hace gran cosa para ayudar a las asociaciones o para apoyar
las enseñanzas universitarias. La enseñanza en Francia está
cada vez más orientada hacia la profesionalización, y lo que
no es rentable en el plano profesional, como las artes o la
historia, no está apoyado. Para el espíritu crítico es todavía
peor, pues entre las competencias está la discusión de los
argumentos de autoridad, lo que no fomenta la paz social.
¿Hay habitualmente una actitud crédula hacia las
pseudociencias en los medios?
Yo no diría una actitud crédula, pero una actitud mercan-
til seguro. Las pseudociencias venden periódicos, y muchos
programas existen gracias a esos temas. Es un segmento ren-
table, la puesta en escena de lo sensacional es fácil de hacer
y sin esfuerzo se obtienen títulos atrayentes para el cliente.
A esto se añade el terreno de la introspección personal, las
terapias alternativas, el bienestar y el desarrollo personal, a
los que se consagra una plétora de periódicos.
En los medios más serios, la progresiva precarización de
los periodistas y su sumisión a un flujo de información con-
tinua no les permite hacer una investigación lenta y paciente.
Esencialmente, su trabajo consiste en recoger los despachos
de las agencias de prensa, sin verificar el contenido cientí-
fico del tema. En definitiva, todo el mundo copia a todo el
mundo, y en el lote circulan las falsas informaciones: los
dos ejemplos que me vienen a la cabeza son el asunto Rom
Houben y el Hombre Piano. Éste fue una persona encontrada
en la orilla de una playa, amnésico, mudo y que tocaba sinfo-
nías al piano, nadie se ha molestado en verificarlo. En el caso
de Rom Houben, un hombre sumido en un coma profundo
desde hace años, la prensa anunció (sin verificar) que era ca-
paz de comunicarse con una técnica llamada Comunicación
Facilitada. Lo peor es que los medios hacen una explosión
mediática sobre anuncios de hechos sensacionales, pero no
se disculpan nunca si se equivocan. La cultura popular se
Monvoisin (abajo, derecha) y el equipo de CorteX con Henri Broch (arriba a la izquierda).
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queda, entonces, con la falsa idea de partida. Muchas perso-
nas creen, entonces, que Rom Houben se comunicaba ver-
daderamente y que aún en el coma más profundo se puede
conversar con una persona. Eso podría hacer que nazcan es-
peranzas falsas y tener consecuencias trágicas.
¿Hay relaciones entre los grupos de escépticos france-
ses y los de otros países?
Hay algunos lazos formales, principalmente con ESCO
(www.esco.org), el Consejo Europeo de Organizaciones Es-
cépticas, pero no hay realmente actividad coordinada. En
cambio, hay lazos amistosos con los italianos del CICAP
(Cominato Italiano per il Controllo delle Affermazioni sul
Paranormale) en particular, con escépticos de Quebec, bel-
gas. Tenemos relaciones con el mundo anglosajón, Skeptic
Society, el CSI (Center of Skeptic Inquiry, antiguo CSI-
COP), la Fundación Educativa James Randi... Pero no hay
colaboración real. Hay que añadir que los grupos escépticos
esencialmente son asociaciones y que en Francia la lectura
del inglés no es habitual.
¿Cuál es la situación de las llamadas medicinas “alter-
nativas” en Francia?
Hay una omnipresencia de las medicinas llamadas “alter-
nativas” en la práctica, en las revistas, en las farmacias. Es
un mercado muy importante.
Creo que no es pertinente oponerse frontalmente a las te-
rapias alternativas, de base hay que formularse la cuestión
siguiente: ¿qué buscan las personas en esas terapias que sea
tan importante que llegan a optar por métodos ineficaces?
Encuentro tres respuestas: 1) una mejor atención, más
larga y personalizada, 2) una vuelta hacia métodos menos
medicamentosos y 3) una reapropiación de la salud, un poco
confiscada por el cuerpo médico, fundamentalmente por me-
dio de la influencia industrial. Estoy de acuerdo con estos
tres puntos.
Pienso que puede crearse una tercera vía: dar a la salud
más de servicio público y personal más disponible para
el punto 1. Incentivar a los pacientes a no reclamar medi-
camentos sistemáticamente para el punto 2. Luchar por
la independencia de la formación médica frente a la in-
dustria para el punto 3. Y sobre todo, dar a los pacientes
una información completa sobre la eficacia de cada tera-
pia para que puedan elegir con conocimiento de causa.
¿Las terapias alternativas están respaldadas por la uni-
versidad y han sido introducidas en los programas de es-
tudio, para grados especializados o similares?
Solo conozco el caso de la homeopatía, que está siendo
impartida como especialidad en algunas facultades de medi-
cina, y por supuesto, el caso del psicoanálisis, omnipresente.
Hay muchos títulos interuniversitarios – DIU – de especia-
lidades complementarias – osteopatía, acupuntura... -. Des-
graciadamente, de momento, no hay DIU de zetética o de
autodefensa intelectual.
En lo relativo a las asociaciones de médicos, ¿tratan y
explican los riesgos ligados a las terapias “alternativas”,
ya que su eficacia no ha sido probada?
Son bastante tímidas, pues lo que está en juego es muy
importante: la homeopatía es muy apreciada, y el número
uno, Boiron, es francés. Además se ha encontrado que cerca
de un 10% de médicos utilizan una práctica alternativa. El
Consejo Nacional tiene muchas dificultades para posicionar-
se en este tema. En 2004, la Academia de Medicina ha pre-
conizado que se dejen de rembolsar los medicamentos ho-
meopáticos, que tienen un reembolso en torno al 35% (toda
vez que no se han hecho pruebas sobre su eficacia). Esto ha
levantado una inmensa polémica. La homeopatía es una ins-
titución en Francia, se ha estimado en un 36% la porción de
franceses que, cada año, recurren a ella. Los medicamentos
homeopáticos representan el 0,3% de los gastos totales de la
sanidad y entre el 1,2 y 2% de los reembolsos de la Tesorería
Nacional.
¿Está la homeopatía financiada por el Sistema de Se-
guridad Social?
He respondido en la pregunta anterior.
¿Es la homeopatía una terapia normal en el sistema
de seguridad social francés?
He respondido en la pregunta anterior.
¿Cuál es tu opinión sobre las dietas milagro?
Podría pensarse que hay que tomarlas una a una y anali-
zarlas para hablar con propiedad. Pero lo que hay que exigir
es lo contrario: son sus defensores los que deben probar que
funcionan. No hay que invertir la carga de la prueba, a quien
incumbe es a los que pretenden algo. Llevando este razona-
miento más allá: ¿es el comprador el que debe probar que el
champú no es eficaz? ¿Que el coche no funciona o que el
medicamento anti-cáncer no sirve? No se aceptaría esto en
ningún otro terreno.
Proponer una dieta milagro sin prueba, sobre todo sobre
patologías urgentes y graves es como asegurar una escala-
da con una cuerda encontrada en el suelo, como saltar con
un paracaídas hallado en la basura: puede que funcione,
¿pero arriesgaría tanto mi vida sin hacer comprobaciones?
Pulseras curativas, imanes para mejorar la salud... ¿los
Izquierda: logotipo de Cortex. Derecha: el equipo de CorteX trabaja en la Universidad de Grenoble.
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tenéis también en Francia?
Claro que sí. La magnetoterapia, el cuidado mediante
imanes es un clásico de las exposiciones de tendencia eco-
logista y New Age. Se debe a una relación intuitiva entre lo
que el público conoce más o menos sobre el magnetismo
terrestre, la sensibilidad al magnetismo de los pájaros migra-
torios y sobre las pretendidas capacidades del zahorí. En mis
enseñanzas de zetética y autodefensa intelectual es el tipo de
temas sobre los que hago trabajar a los estudiantes.
¿Hay problemas con el creacionismo o el diseño inte-
ligente?
Sí, hay un creacionismo musulmán bastante virulento y
un diseño inteligente (ID) muy difundido, propuesto entre
otros por asociaciones financiadas por grupos estadouniden-
ses dirigidos a “reconciliar ciencia y religión”. Pero el ID
es propuesto, también, por personajes mediáticos pseudo-
científicos en nombre de argumentos como el “fine-tuning”
o la complejidad irreducible. De vez en cuando profesores
de biología son contestados, en clase, por alumnos que dicen
no creer en la teoría de la evolución.
En general, ¿cuál es la posición de Francia hacia el
problema del cambio climático?
No puedo responder, pues no tengo conocimientos sobre
el asunto y además en Francia viven sesenta millones de per-
sonas, “la opinión pública” no existe.
Todo lo que puedo decir es que los escépticos del cam-
bio climático son contestados en Francia de una forma muy
torpe. Para mí, el escepticismo razonable está justificado en
todos los campos, a cambio de que sea riguroso científica-
mente, lo que no se da en todos los casos de escepticismo
del cambio climático. Si se atacan sus argumentos en este
punto, la crítica funcionará, pero la oposición a esas dudas
es más ideológica que científica. Tras la cuestión del calen-
tamiento global se oculta una postura política que pretende
minimizar o maximizar el impacto del ser humano sobre
el planeta. El debate se desplaza de “¿los humanos tienen
impacto o no?” a “¿debemos cambiar o no nuestra forma de
explotar los recursos del planeta?” es una cuestión política,
no científica.
Para la mayoría de la gente esto se transforma muy rá-
pido en posiciones del tipo “los buenos quieren cuidar el
planeta, el resto son malos”.
Sobre este tema político del cambio de nuestras prácti-
cas, tengo la misma opinión que sobre el racismo. La cues-
tión científica, aunque interesante, no tiene importancia
para nuestra forma de vivir juntos: haya pruebas o no de la
existencia de diferentes razas humanas yo lucharé contra el
racismo. Me inclino a pensar que es necesaria una toma de
conciencia ecológica (no mística) en sí, tenemos ejemplos
de ecocidios terribles en la historia, desde los habitantes de
la Isla de Pascua hasta los incas de Machu Picchu. Y esta
concienciación de que estamos en un mundo de recursos
limitados no depende de las pruebas científicas del calenta-
miento climático.
¿Y sobre los transgénicos?
Para mí, esto tiene una respuesta similar a la anterior. De
momento no veo un interés real en este tipo de productos. No
son tanto los productos transgénicos, nanotecnológicos... los
que me plantean un problema, sino el modelo de sociedad a
que inducen y que es el motivo de que la gente tenga su opi-
nión sobre ellos. En vista de que las investigaciones se hacen
con su dinero, sería legítimo que la población fuese consul-
tada, con posibilidad de un verdadero poder de decisión.
¿Hay todavía interés en los platillos volantes?
Sí, aún hay público alrededor de este tema. Hay que decir
que la cuestión subyacente “¿hay seres en otros planetas que
nos visitan?” es atrayente.
Desgraciadamente, es un terreno donde el antojo por ver
es tal que hay que confrontar un gran número de testimo-
nios, más o menos claros. Y cuando la explicación no se ha
encontrado, la conclusión apunta siempre a lo extraterrestre.
Lo que hace de este terreno un cajón de sastre.
¿El análisis grafológico de las actitudes de un traba-
jador, el análisis astrológico, se usan con frecuencia en
Francia?
La astrología aún es utilizada, pero marginalmente por al-
gunos políticos, pero también por el seleccionador del equi-
po francés masculino de fútbol.
Sin embargo la grafología es ampliamente utilizada en
torno al 90% de los procesos de contratación (un 50% siste-
máticamente, un 45% ocasionalmente, según cifras de Ba-
licco en 1999). En vista de que la técnica es ineficaz para
prever la personalidad y que las teorías subyacentes (tanto
la de la escuela francesa de Michon como la de la alema-
na de Klages) son infundadas, utilizarlas debería suponer
discriminación laboral, lo que es ilegal. Es verdaderamente
escandaloso.
¿Pueden los españoles colaborar en CorteX?
¡Claro que sí! Basta con que profesores, periodistas o
cualquier persona motivada para construir procesos pe-
dagógicos ligados al espíritu crítico nos envíe su material.
Dividimos nuestras experiencias, con el objetivo de educar
a las generaciones siguientes para utilizar su sentido crítico
mientras que nosotros no lo hicimos.
Añado una última cuestión. Henri Broch (socio de ho-
nor de ARP-SAPC) desde 1992 y ahora Premio Mario
Bohoslavsky ¿está aún trabajando?
Por supuesto. El profesor dirige aún el laboratorio de ze-
tética y sus enseñanzas son todavía muy conocidas.
La preocupación actual de Henri y mis colegas de CorteX
se centra en la posibilidad de cierre del laboratorio tras la
jubilación de su director.
Parece que en 2014 el laboratorio zetético, único en el
mundo, dejará de existir. Por lo que CorteX intenta retomar
la antorcha en el terreno universitario, como continuación
directa. Henri nos ayuda mucho en esto y sus consejos son
muy valiosos.
Traducción de Roberto L. García Álvarez
La homeopatía es una
institución en Francia, se
ha estimado en un 36% la
porción de franceses que,
cada año, recurren a ella.