el escéptico
102
Especial
Colección «¡Vaya Timo!»
Prólogo del libro La Homeopatía ¡vaya timo!
LA HOMEOPATÍA, EL CLUB
MÉDICO DE LA COMEDIA
Victor-Javier Sanz
S
egún el escritor estadounidense Ambrose Bierce,
«un homeópata es un humorista de la medicina».
Pocas defi niciones de la homeo patía son tan
certeras como ésta. De hecho, se cuentan tantos chis tes
sobre la homeopatía que Samuel Hahnemann (1755-
1843), su inefable creador, podría haber montado un
«club médico de la co media». Pues bien, ya que él,
hombre modesto donde los haya, no lo hizo, vamos
a hacerlo nosotros por él. He aquí, para empezar, un
típico chiste homeopático ante un público expectante:
DON INFINITÉSIMO (alumno homeópata):
Dr. Hahnemann, me acabo de enterar de que su
último paciente murió de una so bredosis. ¿Qué le
administró?
HAHNEMANN (afl igido): Ah, mi buen Infi nitésimo,
simple mente se le olvidó tomar los gránulos que le
receté.
PÚBLICO (visiblemente irritado, abandona la
sala entre fuertes gritos): ¡Fuera!, ¡alópata!, ¡que lo
biopsien!
Portada original del libro. (Archivo)
las cosas, en este caso de la enfermedad—, que es el
vitalismo; y otro gnoseológico —so bre el modo de
conocer e investigar—, que es el principio de la analogía
o similia similibus. De estos dos principios se derivan
otros dos: el principio o ley de la individualización del
enfermo y del re medio, y el principio o ley de las dosis
infi nitesimales.
Lo malo de la homeopatía es que uno no
sabe cuándo habla en serio y cuándo en
broma".
Si usted tampoco ha entendido el chiste, y está tan
irritado co
mo el público, lo siento mucho porque
tendrá que leer este libro (hágalo como si fuera un
libro de instrucciones, pues además de resultarle más
llevadero, le servirá para comprender lo que a partir de
ahora llamaremos homeochistes). Y si lo ha entendido,
siga, siga; los hay mejores. Intentaré, a pesar de todo,
hablar en serio sobre la homeopatía durante unas
cuantas líneas, lo cual resulta francamente difícil. La
homeopatía gira en torno a dos principios fi losófi cos
fundamen tales: uno ontológico —sobre la realidad de
el escéptico
103
Éstos son los cuatro homeochistes fundamentales que
los segui dores de Samuel Hahnemann repiten en cada
función del club mé dico de la comedia y que intentaré
explicar, amigo lector, de la ma nera más fi dedigna
posible. Quiero advertirle, no obstante, que con los
chistes normales generalmente nos reímos y hasta
pode mos curarnos de algo, ya que la risa es sana. Sin
embargo, con los homeochistes, al estar tan diluido su
sentido, ninguna de las dos co sas está garantizada. De
hecho, al igual que el tabaco, pueden da ñar seriamente
nuestra salud (esto último no es broma, como ten-
dremos ocasión de ver).
Por otra parte, si conservo las expresiones latinas no
es porque sea un latinista o un políglota, sino porque
se ha probado que las recetas escritas en latín son un
factor que incrementa la efi cacia del medicamento
prescrito. Esto no es un homeochiste, en contra de lo
que pueda parecer, sino un factor de la acción placebo,
como explicaré más adelante. El lector ya se habrá
Fotografía del autor. (Laetoli)
«Si el Water tiene memoria, entonces la homeopatía está
llena de mierda. Homeopatía: Mierda y azucar». (Science
Based Medicine)
dado cuenta, proba blemente, de que lo malo de la
homeopatía es que uno no sabe cuándo habla en serio y
cuándo en broma. Por tanto, no olvide nunca que sólo
cuando haya logrado entender los homeochistes ha brá
logrado entender la homeopatía.
Estas primeras consideraciones humorístico-fi losófi cas
sobre los principios homeopáticos me parecen de gran
importancia, ya que a la homeopatía se la conoce, analiza
y critica habitualmente por las dosis “infi nitesimales”
de su tratamiento. Pero eso es tomar la parte por el
todo, al igual que sucede en la acupuntura cuando só lo
se habla de las agujas. En efecto, la homeopatía es un
sistema médico completo, integrado y fundamentado
por los cuatro prin cipios que acabo de enumerar, sin
los cuales desaparecería: estarí amos hablando de otra
cosa diferente de la homeopatía que, a su vez, habría
que defi nir para poder entendernos.
Por tanto, al considerar la homeopatía de forma parcial
y ses gada, los ensayos clínicos publicados en revistas
biomédicas, in
cluso de prestigio internacional, son
un auténtico insulto a la cien cia y la razón. Se trata,
en realidad, de propaganda descarada en vuelta en el
ropaje del rigor y del falso progreso científi co. ¿Acaso
los responsables de, por ejemplo, The Lancet o La
Recherche, no sa ben que, según la homeopatía, altas
dosis de penicilina producen gonorrea, neumonía
y amigdalitis? Eso se deduce, al menos, del primer
principio enunciado por Samuel Hahnemann. Como
ho meochiste reconozco que es uno de los mejores, pero
veamos la fun ción completa.
Especial colección «¡Vaya Timo!»