background image
el escéptico
20
Hace 20 años...
LA ALTERNATIVA RACIONAL (LAR) Nº 13
Del editorial (julio 1989)
«
Tenemos muchas ideas que no nos atrevemos a poner en práctica porque no tenemos infraestructura
sufi ciente para mantenerlas a lo largo del tiempo. Realizar una acción puntual es sencillo, pero su
mantenimiento suele ser muy costoso, por eso pedimos vuestra ayuda en todo aquello que podáis
colaborar. Hoy os voy a pedir vuestra colaboración para la sección "desde el sillón escéptico".
Os recuerdo que dicha sección tiene varios objetivos. Uno de ellos es informar de las últimas
novedades, pero hay otro, tan importante o más; se trata de que todos los artículos —y la mayor
parte de los libros— que allí aparecen los tenemos en San Sebastián a disposición de quien nos
los solicite. Cuando estéis interesados os podremos enviar una fotocopia. Dada nuestra penuria de
medios administrativos, lo único que os pedimos es paciencia. Lo haremos cuando podamos.
Uno de los proyectos que hemos tenido, desde siempre, ha sido el hacer una base de datos con todo
el material documental del que disponemos y ofrecérselo a los socios. Lamentablemente, no tenemos
capacidad administrativa sufi ciente. De todos modos queremos empezar. Algunos de entre nosotros
disponemos de una pequeña base de datos donde se refl ejan los artículos que poseemos. Si tú eres
uno de ellos y estás dispuesto a que algún otro socio te pueda pedir un artículo de vez en cuando,
mándanos tu base de datos. La uniremos a la nuestra. Nosotros usamos un ordenador personal
compatible, sistema operativo DOS 3.3 y como base de datos el dbaseIII Plus
»
.
Resumen del contenido
Como en el anterior número, se evidencia en el editorial
la diferencia de medios con la que se contaba hace dos
décadas con los que disponemos en la actualidad. Aunque
seguimos compartiendo dos problemas comunes: el
siempre elevado coste del envío por correo postal y la
necesidad de contar con voluntarios para trabajar en la
revista.
El número comienza con la traducción de «El corolario
de Asimov», escrito por él mismo, y que parte de la
llamada ley de Clarke que asegura que «Cuando un
distinguido pero anciano científi co afi rma que algo es
posible, casi siempre está en lo cierto. Cuando determina
que algo es imposible, probablemente está equivocado.»
Usando el humor y el sentido común, Asimov – tres
años más joven que Clarke – reconoce que ha augurado
cosas que son inviables, pero nunca en el sentido que
lo hacen muchos de los charlatanes de la época como
Von Däniken o Charles Berlitz, creadores de las patrañas
sobre astronautas del pasado y sobre el triángulo de las
Bermudas, respectivamente.
¿Estaba siendo afectado el popular divulgador científi co
por la ley de Clarke? Él concluye con el corolario de
Asimov, que reza así: «Si una herejía científi ca es
ignorada o rechazada por el público, existe alguna
posibilidad de que sea correcta. Si una herejía científi ca
es apoyada emocionalmente por el público en general,
casi seguro que está equivocada.» Argumenta que los
deseos como humano de creer en los que nos conforta
es el mayor obstáculo contra nuestra argumentación,
y que el público en general estuvo contra las ideas
revolucionarias de visionarios como Galileo, Darwin o
Boltzmann. Asimov concluye que, aunque se dan casos
en los que la imaginación popular sigue la vertiente
correcta, no le quita el sueño esa posibilidad.
El número sigue con otro artículo traducido, esta vez de
Philip J. Klass sobre J. Allen Hynek, uno de los pioneros
en la investigación OVNI. Astrónomo de profesión, fue
contratado por la USAF en 1940 para ayudar a las fuerzas
armadas a identifi car los numerosos casos en que los pilotos
confundían Venus y otros luceros con objetos voladores.
background image
el escéptico
21
Portada Original.(Archivo)
En los años posteriores fue clave su actitud escéptica
para aclarar gran cantidad de supuestos avistamientos y
aterrizajes de naves extraterrestres. En 1966 afi rmó: «En
mis cerca de veinte años de relación con la investigación
de informes (OVNI), aún tengo por escribir un libro
sobre el tema, principalmente porque no hay ninguna
evidencia física que lo respalde». Sin embargo, a partir
de esta fecha su parecer cambió radicalmente, y comenzó
a justifi car afi rmaciones de dudosa credibilidad, como
las de Ingo Swann, que afi rmaba haber realizado viajes
extracorpóreos por Mercurio y Júpiter, y que describía de
forma tan burda que cualquier estudiante de astronomía
podría haberse dado cuenta de su falsedad. Su actitud
cada vez más ambigua fue celebrada por fanáticos del
fenómeno OVNI, que lo convirtieron en un referente,
hasta tal punto que Spielberg solicitó sus servicios como
asesor para la famosa película Encuentros en la tercera
fase
.
En noviembre de 1988 tuvo lugar la visita de James Randi
a España. Pablo Angulo relata la brevísima estancia de
tres días en Madrid, a donde llegó el día 21 para realizar
una rueda de prensa que estuvo aderezada por el inefable
Enrique de Vicente, que no dudó en asaltar al mago con
sus rocambolescas ideas. Al día siguiente impartió una
conferencia en la ETSI de Caminos, pero fue la del día 23,
en la facultad de Ciencias Físicas, la que gozó de mayor
aforo: Unas 250 personas llenaron la sala para disfrutar
de la charla y los famosos trucos de doblar cucharillas
y adelantar relojes. La ajustada agenda terminó con un
programa de Antena 3 Radio, junto a dos astrólogos
invitados que consiguieron con sus patochadas que el
programa se desvirtuara. Curioso el caso de que, tanto
el señor de Vicente como una de las astrólogas invitadas
sugirieran que Randi era, en realidad, un psíquico burlón
que se hacía pasar por mago.
Por último, Luis Alfonso Gámez hace unas «refl exiones
sobre el mundo de los OVNIS, vampiros, hombres
lobo…» en el artículo «OVNIS… pero ¿Han existido
alguna vez?». Puesto que es imposible dar explicación a
un reducido número de supuestos avistamientos de objetos
sin identifi car, ello solo lleva a la conclusión de que hay
muy poca información en dichos casos. Sin embargo,
una interpretación sesgada de esa incertidumbre lleva a
los fanáticos de la ufología a considerar que no se pueden
explicar porque realmente son avistamientos de naves
extraterrestres. Es la llamada falacia del residuo y tiene
su contrapartida en la hipótesis cero, que argumenta que
ese alto porcentaje de evidencia en contra es sufi ciente
para inferir que el resto no explicado sea, por tanto, de
la misma naturaleza; de la misma forma que se puede
argumentar que el número de crímenes no explicados lo
sean por falta de información, y no por ninguna situación
paranormal..
Issac Asimov, famoso escritor de ciencia fi cción y divulgador
científi co durante una rueda de prensa.(Archivo)