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el escéptico
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De Oca a Oca
T
odos los que hayan seguido mis escritos conocerán
que apoyo la introducción de los alimentos
transgénicos siempre y cuando hayan pasado
unas pruebas razonables de seguridad alimentaria. Lo
más difícil, sin duda, es defi nir qué se entiende por
«pruebas razonables». Para una gran parte de los «anti-
organismos modifi
cados genéticamente», ninguna
prueba es sufi ciente. Por otro lado están los defensores
a ultranza para los que un puñado de pruebas, realizados
por los propios interesados, son sufi cientes.
Hoy voy a hablar de estos últimos. Estaba hojeando el
enorme cúmulo de literatura pendiente de leer, y me he
encontrado con el número 279 de la revista «Science et
pseudo-sciences» de noviembre de 2007. En la página 2
hay un artículo de Louis-Marie Haudebine titulado «Vers
de meilleurs frites» (
http://www.pseudo-sciences.org/
spip.php?article677
), que me ha parecido interesante. En
él se habla de una nueva especie de patatas modifi cadas
genéticamente que pretende mejorar las patatas fritas.
PATATAS MODIFICADAS
GENÉTICAMENTE
Félix Ares
Una nueva variedad de patata, la llamada
Ranger Russet, es más productiva y
más uniforme; pero no consigue mayor
penetración porque se puede almacenar
durante muy poco tiempo, ennegrece
rápidamente y produce más cantidad de
acrilamida”.
rápidamente, lo que la hace poco apetecible; y produce
más cantidad de acrilamida —mala para la salud— que
la vieja.
Pero esos «defectos de juventud» han sido corregidos por
un equipo de investigadores liderados por CM Rommens
(2006). Han descubierto los tres genes implicados en el
envejecimiento precoz y han desarrollado una técnica
para inhibir la expresión de esos genes. Con ello han
logrado que pierda sus defectos sin perjudicar sus
virtudes. Es decir, han logrado que los estadounidense
puedan comer una bolsa más grande de patatas fritas sin
aumentar el precio.
Hasta aquí nada que objetar. ¡Allá los estadounidenses y
sus problemas de salud por la excesiva ingesta de fritos!
El problema viene cuando en el artículo de Rommens
vemos que insiste una y otra vez en que no hay genes
de otras especies, que todo ha sido hecho de modo
«intragenic». Es decir, con los genes de la propia patata.
Hasta aquí tampoco hay mucho que objetar. La objeción
viene cuando defi ende que, dado que no hay genes
nuevos, no hay nada que temer («salvo la obesidad», en
palabras de Houdebine) y que las pruebas de seguridad
alimentaria son innecesarias.
Pues no estoy de acuerdo.
Aunque los genes son los mismos, se ha cambiado un
camino metabólico. Se han inhibido la expresión de tres
genes. Por lo tanto, en mi opinión, y en la del autor del
En muchos países del mundo, y principalmente en Estados
Unidos, en los restaurantes de la comida rápida, el precio
de la patata utilizada tiene una gran importancia.
La variedad que más se utiliza en Estados Unidos
para hacer patatas fritas es Russet Burbank, que fue
desarrollada por Luther Burbank, en Massachusetts
(Estados Unidos) en 1870.
Recientemente se ha empezado a implantar una nueva
variedad, la llamada Ranger Russet, que fue seleccionada
en 1977. Esta variedad es más productiva y más
uniforme; pero no consigue mayor penetración porque se
puede almacenar durante muy poco tiempo; ennegrece
Patatas de la variedad Ranger Russet. (Archivo)
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artículo de la revista francesa hermana, nada exime a
estas nuevas patatas de pasar las pruebas de seguridad
alimentaria. La idea, ampliamente utilizada en el artículo
de Rommens et. Al, de que como todos los genes
implicados son los que ya tenía la patata (intragenético)
no hay ningún peligro alimentario es una falacia. Hemos
alterado la activación de tres genes (¿sólo eso?) y, por
lo tanto, debemos someterla a pruebas de seguridad
alimentaria.
Estoy bastante convencido de que las pruebas las pasará
sin ningún problema, pero pienso que las mismas son
absolutamente necesarias. No se puede calmar la ansiedad
de la gente frente a los «transgénicos» con una falacia.
He puesto entre comillas «transgénicos» pues aunque
estrictamente hablando no se trata de uno de ellos, pues
no hay inserción de genes de otras especies, en España es
habitual llamar así a todos los organismos modifi cados
genéticamente. Insisto en que la falacia es decir que
como los genes son los mismos no hay riesgos. Hemos
modifi cado un camino metabólico con consecuencias
desconocidas ERGO hay riesgo y hay que probarlo.
Y con esto enlazo con el principio, ¿y cuáles son las pruebas
razonables? Voy a empezar por volver a mencionar lo
que no considero razonable. No es razonable que no
haya ninguna prueba que demuestre que los alimentos
son seguros tal como proponen algunos ecologistas. No
es razonable que las pruebas dependan de las empresas o
investigadores que tienen intereses en «el invento». Por
lo tanto, lo que debe haber son unas pruebas que controle
un organismo independiente, probablemente estatal o
controlado por el estado, sin ningún interés comercial
en el tema, que autorice su cultivo y venta. Algo similar
al organismo que aprueba los medicamenteos. Unas
veces ellos serán los que hagan los tests, otras veces
inspeccionarán las pruebas presentadas por las empresas,
otras veces exigirán nuevas pruebas...
Mi frase fi nal: Organismos Modifi cados Genéticamente,
sí, pero con garantías sufi cientes. Garantías sufi cientes
no signifi ca seguridad absoluta. Ya sabemos que la
seguridad absoluta, además de ser una utopía, signifi ca
costo infi nito y paralización de todo avance. La sociedad
debe defi nir, mediante procesos democráticos, el riego
que está dispuesto a tolerar. Y recordemos que riesgo
cero signifi ca parálisis.
BIBLIOGRAFÍA:
– Louis-Marie Houdebine. Vers meilleures frites.
Afi s Science... et pseudo-sciences. nº 279. Paris.
November 2007. (http://www.pseudo-sciences.org/
spip.php?article677)
– Rommens CM, Ye J, Richael C, Swords K. Improving
potato storage and processing characteristics
through all-native DNA transformation, J Agric Food
Chem 2006; 54:9882-7 (http://www.labmeeting.
com/paper/27069209/improving-potato-storage-
and-processing-characteristics-through-all-native-
dna-transformation)
La objeción viene cuando se defi ende que,
dado que no hay genes nuevos, no hay nada
que temer y que las pruebas de seguridad
alimentaria son innecesarias”.
Greenpeace suele mostrar un rechazo frontal a todo tipo de
manipulación genética independientemente de los estudios
sobre su seguridad. Además, confunde a la opinión pública
asegurando que nos quieren vender vegetales hechos con
DNA de virus e insectos. (Greenpeace)