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el escéptico
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EL ROBOT ENAMORADO
UNA HISTORIA DE LA INTELIGEN-
CIA ARTIFICIAL
Félix Ares de Blas
Editorial Ariel, 2008. 309 páginas.
Portada original (Editorial Ariel)
parámetros cuánticos ocupen el mismo espacio. Dicho
cuerpo sideral, también toma parte de la demostración
de la teoría general de la relatividad de Einstein, en la
que se muestra que la gravedad afecta a las partículas de
luz. Efectivamente, midiendo las características de la luz
que emite una enana blanca (no olvidemos que se trata
de un cuerpo extremadamente denso) se comprobó que
su tiempo se había contraído. En el último capítulo, una
vez presentadas las bases necesarias, el autor nos explica
qué responde la ciencia sobre enigma del origen del
Universo, haciendo especial hincapié en la adecuación
de la teoria de la relatividad con las observaciones de un
universo dinámico. El problema de la materia oscura, la
uniformidad de la radiación cósmica de fondo y de las
imperfecciones iniciales que dieron lugar a las galaxias
son tratados aquí, hasta plantearse alguna cuestión de
índole metafísica sobre el Big Bang.
Lo que podría ser el único pero a este interesante libro: la
total ausencia de gráfi cos explicativos, no se echa en falta
en ningún instante. Los capítulos que a priori podrían
resultar más arduos (por ejemplo donde se describe
la dilatación y contracción del tiempo y del espacio)
son magnífi camente claros, con una prosa que haría
redundante la inclusión de esquemas. Y por si fuera poco,
el autor regala un extenso glosario con la descripción de
los términos más complejos aparecidos en el texto.
Casi a la altura del clásico En busca del gato de
Shrödinger,
y lejos del academicismo de las obras de
Penrose, especialmente en los capítulos cuánticos de
La nueva mente del emperador y de Las sombras de la
mente
, afronta con todas sus consecuencias su apuesta
por la divulgación. Demuestra que se puede divulgar
bien, sin rebajar en demasía la profundidad del tema. No
cabe olvidar, que para el bien de la razón, la ciencia ha
de bajar en algún momento de la torre de cristal en que
en algunas ocasiones se oculta. De esta manera, cuanto
más comprensión haya de la ciencia, menos cabida habrá
para los estafadores, vividores y charlatanes que imperan
por doquier. Marcus Chown contribuye efi cazmente a
esta lucha.
Antoni Escrig Vidal
Antes de pasar a comentar el libro, permítanme contarles
una anécdota de cuando lo estaba leyendo.
En una reunión familiar, alguien me vio con él en la
mano (seguramente ávido de acabarlo) y con varias
páginas marcadas, lo que dejaba entrever mi devoción
por el libro.
Quedé muy contento cuando me interrogaron por él:
—«¿De que trata?»— Seguramente por la portada
pensarían de que se trataba de una versión friki del
clásico King Kong. Es decir, una simple novela de
entretenimiento.
Con todo mi entusiasmo empecé a hablar de ordenadores,
sus difi cultades para entender la realidad, los esfuerzos
hechos y la proyección de futuro y las esperanzas puestas,
es decir, lo que conseguiremos lograr.
A medio discurso observé abundantes gestos de
disgusto.
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el escéptico
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Telar de Jacquard. Primera máquina programable (Félix Ares)
— «¿Máquinas con Inteligencia Artifi cial? ¡Debería estar
prohibido!»
El enfado fue instantaneo, mi sorpresa mayúscula,
y mis intentos tanto de comprender qué había dicho
que sentara tan mal como de reexplicar lo que habían
malinterpretado topaban con un amargo gesto de querer
zanjar una conversación que se les antojaba como mínimo
obscena.
Despues se nos explica por qué las cosas sencillas para
nosotros son realmente extremadamente complicadas
para los ordenadores y al revés, lo que para nosotros es
un mundo para un ordenador está chupado.
La defi nición de inteligencia y como va variando a
medida que conocemos sus mecanismos es otro apartado
interesante del libro.
Y no solo de «cerebro» vive un robot, tambien se
habla de mecanismos, estructuras, interacción hombre-
máquina y de la ampliación o sustitución de nuestros
sentidos o miembros amputados y de la visión de futuro
y esperanzas puestas en ellos.
En defi nitiva, es un libro muy completo, ameno, sencillo
de leer con una gran perspectiva histórica (más marcada
al principio y al fi nal del libro) y un amplio abanico de
temas tratados con abundantes ejemplos.
Esperemos que sirva para que las generaciones venideras
puedan entender un poco más del mundo tecnológico que
les rodea, usan y hasta son dependientes. Por mi parte
sigo a la espectativa de más libros como éste.
Ramón Ordiales
Es un libro muy completo, ameno, sencillo
de leer con una gran perspectiva histórica
y un amplio abanico de temas tratados con
abundantes ejemplos”.
Nunca sabré si fue por intentar decir que alguna vez
serán capaces de tener empatía (darse cuenta de nuestros
sentimientos, si estamos tristes o no)... o porque serían
capaces de imitarlos (mostrar estados de ánimo) para que
hagan de compañía y apoyo a niños o ancianos... Quizás
es por intentar asimilar el funcionamiento del cerebro
humano, transcendente para muchos, al funcionamiento
de un cerebro electrónico. Sea lo que sea, la conclusión
es que esta sociedad no tiene ni remota idea de lo que es
un ordenador, una máquina, un algoritmo.
Por eso nunca estaré lo sufi cientemente agradecido de que
existan libros de divulgación y autores de divulgación. Es
una pena que la gente lea tan poco y que la divulgación
científi ca por el medio más consumido (la televisión) sea
prácticamente inexistente. Pero debe existir, y hay que
agradecer cualquier esfuerzo en ese sentido.
Es por ello que «El Robot Enamorado» debería formar
parte de cualquier estantería de cualquier biblioteca (del
hogar, del instituto o pública).
Hay poca divulgación sobre informática, parece que
nos hemos quedado en la época de Kepler, Galileo,
Descartes... pero la ciencia ha avanzado mucho y la
informática más todavía.
Es por ello que este libro es importante, más aún porque
está dirigido a cualquier tipo de público y no es necesario
tener ningún nivel de conocimiento previo.
Primero se nos da una lección de historia sobre el afán del
hombre por crear al hombre. (Marionetas, autómatas, e
incluso diversos fraudes). Seguramente nadie ha pensado
en ello, o solamente lo concibe como historias de terror
(léase el monstruo del Dr. Frankenstein o la malvada
dama de Metrópolis).