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el escéptico
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Especial Homo Webensis
EL MITO DEL CLON
Los clones (por el momento, de especies animales de laboratorio) ni son zombies ni fotocopias. A continuación
ponemos de manifi esto las creencias irracionales relacionadas con la clonación reproductiva. Artículo original
en: http://www.homowebensis.com/archivos/plantas-cancergenas-en-la-medicina-natural/.
Ernesto Carmena
Artículo
L
os raelianos y su empresa Clonaid anuncian que
ha tenido éxito en la clonación del primer ser
humano. Afi rma esta secta contactista y racista
que ya ha nacido la primera niña clónica. En breve,
dicen, darán pruebas de que su ADN es idéntico al de su
madre. En varios blogs como Ciencia 15 y La Biblioteca
de Babel
encontraréis buenas razones para no creeros
todo esto, junto con enlaces interesantes.
Yo prefi ero aprovechar y decir algunas cosillas acerca
de la clonación reproductiva humana, algo que
probablemente se acabará haciendo, sean o no los
raelianos los primeros. Por lo visto, hay mucha gente en
el mundo que desea un hijo clónico. ¿Realmente saben lo
que quieren? ¿Sus expectativas se ajustan a la realidad?
Se detectan bastantes creencias irracionales, tanto entre
quienes los partidarios de clonar para reproducirse, como
entre los escandalizados.
Relación clon-progenitor
Genéticamente, un clon no sería como un hijo, sino como
un hermano: un hermano gemelo. Un clon sería un hijo
sólo en la medida en que así lo considerase su progenitor
y la sociedad en la que éste vive.
Determinismo
Un clon es un niño (hijo-hermano) que se parece mucho
al progenitor, pero que jamás será una copia idéntica.
El hecho de tener idénticos genes que el progenitor
no garantiza, en absoluto, que el clon vaya a tener los
mismos gustos, afi ciones, personalidad, capacidades,
enfermedades o resistencias, éxitos, creencias, o deseos.
El clon vive en otro ambiente que el progenitor, y
en otra época. Los hermanos gemelos, a pesar de ser
genéticamente iguales y haber compartido muchísimas
infl
uencias ambientales, suelen tener mentalidades
diferentes; a veces incluso desde que son muy pequeños.
Por tanto, intentar recrear artifi cialmente el ambiente del
progenitor no servirá para conseguir un «clon mental».
Inmortalidad
La clonación no tiene nada que ver con la inmortalidad.
Un clon no es una «reencarnación» de su progenitor; es
una persona distinta que no le va a librar a éste de la
muerte. Ni siquiera hay razones para pensar que el clon
va a continuar la «historia vital» del progenitor muerto.
O, al menos, no necesariamente lo hará mejor que un
hijo normal.
Sub-humanidad
Por alguna extraña razón está muy extendida la creencia
de que los clones van a ser ciudadanos de segunda
clase. Con derechos inferiores a los del resto de las
personas, dóciles y mansos, manipulables, marionetas
«desalmadas». ¿Infl uencia de los comics y la mala
ciencia-fi cción? Quizá. De cualquier manera, es muy
discutible que la explotación y el abuso de las personas
sea más fácil o más justifi cable si éstas son clones. A la
inversa, no hay motivos racionales para creer que los
clones vayan a situarse por encima del común de los
mortales o pertenecer a una elite social.
Ya sé que cuesta trabajo, pero cuando pensemos acerca
de la clonación reproductiva, intentemos ignorar ese
«mito del clon» que se nos ha incrustado en la cabeza.
Un clon no sería una fotocopia, ni un zombie ¡Sería un
niño! Ojalá quienes le traigan al mundo no esperen de él
otra cosa.
La oveja Dolly fue el primer mamífero en ser clonado
artifi cialmente. (Archivo)