el escéptico
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Artículo
CON LOS PIES EN LA TIERRA.
¿APUNTAN A LAS ESTRELLAS LAS
ENIGMÁTICAS LÍNEAS DE NAZCA?
E. C. Krupp
A
ntes de los observatorios en órbita y de los
instrumentos robóticos de la Era Espacial, que
cumplió el pasado 4 de octubre de 2007 sus
primeros 50 años, la Astronomía era casi completamente
terrestre.
Globos, aviones y cohetes llevaban ocasionalmente
equipamiento astronómico a la estratosfera, pero
la mayor parte de la astronomía estaba anclada en
tierra firme, sobre los cimientos de los observatorios
telescópicos.
Sin embargo, en 1965 se imaginó un tipo totalmente
diferente de astronomía terrestre. Paul Kosok, un
profesor de historia de la Universidad de Long Island
(EEUU), bautizó a las mesetas desérticas cerca de
Nazca, en la costa sur de Perú, como «el Mayor Libro
de Astronomía del Mundo». Alguien había dibujado
gigantescas figuras en los desiertos pedregosos de Nazca
al menos un milenio antes de que los Incas establecieran
un imperio en la Sudamérica andina.
Kosok estaba trabajando en 1941 sobre las conexiones
entre los asentamientos, la agricultura y la irrigación
cuando puso sus pies en Perú. Al oír hablar sobre las
líneas, viajó a Nazca y posteriormente describió su
epifanía astronómica en su libro Vida, Tierra y Agua en
el antiguo Perú: «de repente me sacudió la idea de que
esos restos podrían tener alguna conexión con primitivas
observaciones hemerológicas y astronómicas». Al tener
también la oportunidad de ver el ocaso del solsticio de
junio alineado con una de las líneas, experimentó lo que
pensó que debía ser la astronomía terrestre de Nazca.
Aunque Kosok continuó fomentando la interpretación
astronómica de las marcas de Nazca, su enfoque fue
más anecdótico que sistemático, detallado y exhaustivo.
Verificó alineamientos astronómicos y simbologías
celestes allí donde los encontraba, pero con tantas líneas
en el desierto algunas de ellas por azar debían apuntar en
direcciones astronómicamente significativas. Equiparó
las once plumas de las alas y de la cola de un dibujo en
el suelo de un cormorán con la diferencia en días entre
el año solar (365) y los 12 meses lunares (354), pero no
aplicó el mismo tipo de análisis numérico a los contornos
de las figuras de otros animales y plantas.
La sucesora de Kosok en Nazca, Maria Reiche, trabajo
prácticamente aislada en el desierto durante más de
cuatro décadas e identificó alineaciones solares, lunares
y estelares. También convirtió el «libro astronómico» de
Kosok en un atlas. Imaginó que los geoglifos figurativos
representaban patrones estelares. Vinculó al Mono con
las estrellas de la Osa Mayor, Leo, el León Menor y los
Lebreles. La Araña, afirmaba, es Orión. Sin embargo
estas identificaciones no comparten una base común con
la tradición andina, y constituyen afirmaciones carentes
de pruebas.
Las identificaciones de geoglifos y objetos
astronómicos en Nazca no comparten
una base común con la tradición andina,
y constituyen afirmaciones carentes de
pruebas”.
Estos dibujos en el suelo, o geoglifos, habían sido
observados desde el aire a partir de los años 1930, y los
arqueólogos habían advertido unos pocos desde el suelo
en la década anterior
(1)
. Cubren un área aproximada de
65 km de largo por 15 de ancho. Estrechas líneas rectas,
trapezoides, triángulos y amplias avenidas se entrecruzan
en esta desconcertante galería de arte prehistórico sin
seguir las normas básicas del diseño convencional.
1) Nota de redacción: Los dibujos de Nazca ya eran conocidos en los primeros tiempos de la llegada de los españoles a esa zona. Así, en la obra Historia
natural y moral de las India de José de Acosta, publicada en Sevilla en 1590, narra como este jesuita pasó por el lugar y vio las figuras. También observó
las figuras Pedro Cieza de León en su obra Crónica del Perú.
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Desde que Kosok idealizara por primera vez los dibujos
de Nazca con el encanto de lo astronómico, otros
investigadores de campo, incluyendo a Anthony Aveni
y Johan Reinhard, han vinculado algunos de los dibujos
a otros aspectos documentados de la cultura andina.
Los alineamientos simbólicos hacia montañas sagradas,
las asociaciones con flujos de agua estacionales, las
Si bien algunas estrellas se proyectaban en alguna par-
te de sus correspondientes figuras en el terreno, ningu-
na de ellas encajaba con su ubicación tradicional en la
constelación. Regulus y la hoz de Leo caen en la cola
del león de Glastonbury. Denébola, la verdadera cola del
León, no coincide con nada. Los dos peces de Pisces es-
tán acompañados, y empequeñecidos, por un monstruoso
pez que se dice es Cetus, que aparentemente ha migrado
a aguas más norteñas.
Las figuras de Glastonbury han debido también de su-
poner una revolución, ya que los límites que ayudan a
definirlas no estaban establecidos en el 2700 a.C., fecha
a la que Maltwood atribuye su zodíaco. No son más an-
tiguas de 1750 d.C. La mayoría de las carreteras en los
contornos son también modernas.
Estas discrepancias deben minar cualquier base para la
creencia en el Zodíaco de Glastonbury, pero otros entu-
siastas han identificado desde entonces muchos otros zo-
díacos terrestres por toda Gran Bretaña. Esta ubicuidad
de las figuras astronómicas terrestres ilustra nuestra ten-
dencia a buscar regularidades y nuestro deseo de encon-
trar un significado en cualquier patrón que encontremos.
Desconozco porqué iba alguien a transformar el terreno
para esculpir figuras de constelaciones demasiado
grandes para ser detectadas desde el suelo. En Nazca y
Glastonbury, las estrellas tienen problemas para encontrar
suelo firme para una astronomía terrestre.
Las dificultosas atribuciones minan
cualquier base para la creencia en el Zodíaco
de Glastonbury, pero otros entusiastas han
identificado desde entonces muchos otros
zodíacos terrestres por toda Gran Bretaña”.
peregrinaciones ceremoniales, los rituales en la cumbre
de montañas, la división del trabajo y el parentesco son,
junto con algo de astronomía tradicional, parte de la
historia de Nazca.
Aproximadamente una década antes de que Kosok con-
virtiera las figuras de Nazca en una gigantesca guía este-
lar, Katherine Maltwood, una escultora británica, anun-
ció su descubrimiento de «enormes efigies con aspecto
de criaturas zodiacales dispuestas en círculo» a escala
monumental en los parajes del suroeste de Inglaterra. A
su parecer, el curso del río Cary parecía la parte inferior
de un león de 5 km de largo, y dibujó el resto de la cria-
tura con arroyos, «antiguas» carreteras, túmulos y otros
rasgos topográficos.
Preocupada por la tradición artúrica, Maltwood asoció a
su león con un episodio de La Gran Historia del Santo
Grial un romance del siglo XIII sobre la Tabla Redonda.
Posteriormente advirtió otras gigantescas figuras en las
cercanías de Glastonbury, a donde, de acuerdo con la tra-
dición, José de Arimatea llevó el Grial desde Jerusalén y
estableció la primera iglesia cristiana de Gran Bretaña.
Trabajando con mapas y fotografías aéreas, Maltwood
encontró el contorno de un escorpión, un toro, un caba-
llo con jinete y nueve figuras más en senderos, acequias,
terraplenes, lindes y otros elementos del terreno. Juntos
formaban un monumental anillo de dibujos de 16 km.
Un astrólogo sugirió que las figuras formaban un gran
zodíaco terrestre y Maltwood asoció el zodíaco con la
historia del Santo Grial a través de un pasaje en un viejo
relato francés sobre esta leyenda.
Con la Tabla Redonda equiparada a la bóveda redonda
del cielo, Maltwood reescaló las estrellas de un planisfe-
rio en su mapa de «los Gigantes de Glastonbury». Afirmó
que las figuras no sólo concordaban en forma, tamaño y
posición con las imá-
genes zodiacales tra-
dicionales, sino que
además representaban
con precisión las es-
trellas del cielo.
La primera vez que
escribí sobre los pro-
blemas que hacían
que el «Templo de
las Estrellas» de Mal-
twood careciera de
base fue en 1978 (en
mi libro En Busca de
las Antiguas Astrono-
mías). De entrada, el
Zodíaco de Glaston-
bury es decepcionante
en cuanto a precisión astronómica. El carnero, por ejem-
plo, es demasiado grande para Aries. Faltan Cancer y
Geminis, y Acuario es un pájaro.
Portada de
En Busca de las Anti-
guas Astronomías. (Archivo).