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Artículo
PRONTUARIO DE LA RADIACIÓN
ELECTROMAGNÉTICA
Ramón Ordiales Plaza
L
a radiación electromagnética abarca un amplio abanico de fenómenos de distinta naturaleza que a pesar de
formar parte de la vida diaria y la experiencia cotidiana raramente son comprendidos por la población en
general. El desconocimiento de este fenómeno por parte de la población altera su percepción de peligro, bien
sea con reacciones de pánico innecesarios ante irradiaciones inócuas o al contrario, subestimando el riesgo de una de-
terminada actividad cotidiana. Por lo general, los medios enfatizan aquellas prácticas peligrosas (como la exposición
prolongada al sol) pero la incomprensión general del electromagnetismo puede crear sobreprotección innecesaria,
pánico injustificado e incluso la exposición a nuevos riesgos por evitar, precisamente, peligros inexistentes.
¿Cómo entendemos la palabra radiación?
La palabra radiación es un típico concepto de “aprendizaje por in-
tuición”. A falta de una definición comprensible vamos haciéndonos
una idea, normalmente equivocada y difusa, que suele interferir a la
hora de sustituir dicha idea preconcebida por la correcta. Los con-
ceptos aprendidos por intuición suelen tener cierta carga emocional
que dificulta más aun su rectificación o sustitución por las definicio-
nes correctas. El componente emocional presente en la sociedad de
la palabra “radiación” es claramente negativo. La palabra radiación
evoca a Hiroshima, Chernobil, Cáncer… (cuando realmente se trata
de radioactividad) y, sin embargo, no está en absoluto unida a pala-
bras como luz, calor o fuego.
La connotación negativa de la palabra radiación la “adjetiviza” ne-
gativamente predisponiendo a su rechazo:
Así hablamos de que “el móvil emite radiación microondas” pero
nunca de “Mi equipo de música capta una emisora de radiación
FM”. Decimos que “el horno calienta el alimento con radiación
de microondas” pero nunca “la chimenea de mi casa me calienta
gracias a la radiación infrarroja”. Es decir, en la palabra radiación
se confunden fenómenos de distinta naturaleza: “La radiación del
microondas calienta el alimento” con “La radiación emitida por la
bomba de Hiroshima mató a cientos de personas”. (Uno es un fenó-
meno electromagnético y el otro es un fenómeno radioactivo).
Peor es que el aprendizaje por intuición ha diferenciado fenómenos
que realmente son de la misma naturaleza. Así nunca decimos la
bombilla emite radiación sino que emite luz, otorgando a ésta última
palabra un significado emocional neutro (aunque realmente también
se trata de radiación electromagnética). También resulta neutra la
palabra “rayo” que sería equivalente a radiación.
Por todo ello antes de adentrarnos en el concepto de la radiación
electromagnética propiamente dicha, veamos en que consiste la pro-
pia palabra “radiación”.
Señales como ésta, en las inmediaciones de una
antena de telefonía pueden crear un pánico in-
fundado (Archivo)
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1
¿Cuál es la definición de radiación?
Según la RAE:
(Del lat. radiatio, -onis).
1. f. Fís. Acción y efecto de irradiar. (Despedir rayos de luz, calor u otra
energía.)
2. f. Fís. Energía ondulatoria o partículas materiales que se propagan a
través del espacio.
3. f. Fís. Forma de propagarse la energía o las partículas.
Bien, según esta definición (poco afortunada) podríamos decir estas obvie-
dades:
-El altavoz irradia sonido. Habría radiación sonora.
-El mar irradia olas. Habría radiación marina
-Las nubes irradian partículas de agua al suelo. Habría radiación meteo-
rológica.
-La bombilla irradia luz. Habría radiación lumínica.
-Yo irradio calor. Hay radiación calorífica.
En definitiva, la palabra radiación por si sola carece de un significado concre-
to y esto ha permitido deformar su definición intuitiva empapándola de una
connotación negativa. Al contrario que la palabra energía, que de tener un
significado concreto, la población ha ampliado su rango de definición hasta
ser una palabra comodín que sirve para casi todo.
¿Entonces, qué debo entender por radiación?
Al carecer de un significado concreto, la palabra radiación sería amplísima, y
por tanto no tiene sentido hablar de radiación sin especificar su tipo, es decir,
lo que se irradia.
Así podríamos dividir la radiación en tres tipos fundamentales:
a) Aquella que es fruto de la transmisión de energía (por ejemplo
mecánica) a través de un medio. Normalmente no se denomina con el
nombre de radiación.
Por ejemplo, un altavoz, las olas del mar, las ondas sísmicas. Todas
ellas transmiten energía mecánica pero nunca nos referimos a ellas
como radiación.
b) Aquella que es producto de la emisión de partículas subatómicas sin
incluir a aquellas partículas responsables de la interacción de alguna
fuerza fundamental (gluones). Normalmente nos referimos a ellas con
el nombre de la partícula responsable de la radiación:
Así hablamos de radiación alfa, beta, gamma, si la radiación está for-
mada por partículas alfa, beta o gamma respectivamente.
c) Pero también las nombramos referentes a su origen:
Así cuando proceden del núcleo atómico hablamos de radiación nu-
clear, aunque tengamos otra palabra para ello: Radioactividad.
Cuando se emiten partículas responsables de la interacción de alguna
fuerza fundamental. En este caso, casi siempre nos referimos a la radiación
electromagnética, es decir, a la emisión de fotones que son los responsables
de la interacción electromagnética. Las características del fotón hacen que
claramente podamos observar en la vida diaria fenómenos explicados tanto
El sonido es un fenómeno ondulatorio
consistente en la irradiación de una
deformación mecánica a través de un
medio elástico. A pesar de entrar en la
definición de radiación nunca nos refe-
rimos al sonido como tal. En la foto, un
abejorro atrapado en el agua permite
observar las ondulaciones producto del
aleteo de sus alas y la interferencia que
generan.(Archivo)
La radiactividad es un tipo muy concreto
de radiación ionizante cuyo origen está
en el núcleo atómico. Al contrario de
lo que la gente piensa es un fenómeno
natural y no es un producto del ser hu-
mano. De los tres tipos de radiaciones
representadas (Alfa, beta, gamma) só-
lamente la radiación gamma correspon-
de a una radiación electromagnética,
que nunca es generada en los procesos
industriales o tecnológicos habituales.
(Autor)
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2
¿Cómo me calienta una chimenea en
invierno?
Casi exclusivamente por emisión de radiación electro-
magnética.
¿Cómo me caliento las tostadas del
desayuno?
Casi exclusivamente por emisión de radiación electro-
magnética (infrarrojo).
¿Estamos diciendo que la luz que alumbra
mi habitación, mi emisora de radio favorita,
el móvil, el horno microondas que calienta el
desayuno y la tostadora que calienta mi tos-
tada… todo es el mismo fenómeno?
Efectivamente, todo es radiación electromagnética. Es
decir, la radio, las microondas, el móvil, la farola y hasta
la tostadora funcionan de la misma forma, emiten lo mis-
mo y son de la misma naturaleza electromagnética.
¿Y de que está compuesta dicha radiación
electromagnética?
La radiación electromagnética esta formada por una emi-
sión de un tipo de partícula responsable de transmitir una
de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza lla-
mada precisamente interacción electromagnética. Dicha
partícula se denomina fotón.
¿Que características propias tiene un
fotón?
El fotón es una partícula sin masa y sin carga eléctrica, es
decir, es bastante etérea. La ausencia de masa hace que
viaje en el vacío a la velocidad de la luz y no se encuen-
tre nunca en reposo. La ausencia de transporte de carga
hace que sea no-ionizante, es decir, no puede por sí mis-
ma alterar el equilibro de carga eléctrica por donde pase.
Cada fotón se caracteriza por su energía que es directa
y biunívocamente proporcional a su frecuencia también
denominada “color”.
¿Cómo va a ser todo una partícula si oigo
hablar de ondas? (Ondas de radio, microon-
das, etc.)
Uno de los debates más encendidos de la física ha sido
precisamente la naturaleza ondulatoria o corpuscular de
la luz. El resultado, aunque escape a nuestro sentido co-
mún, es que en la naturaleza todas las partículas se com-
portan como partículas y como ondas.
Es lo que se denomina dualidad onda-corpúsculo exhi-
biendo propiedades tanto de onda como de partícula.
Así algunos fenómenos de la radiación podrán ser
por su naturaleza corpuscular como ondulatoria. No so-
lemos referirnos a la gravedad como radiación gravita-
toria y las otras fuerzas fundamentales (nuclear fuerte y
nuclear débil) no interactúan a escala humana.
¿Qué no se suele entender por radiación?
- En aquellas radiaciones o emisiones claramente direc-
cionales, solemos hablar de rayo en vez de radiación:
Así decimos rayo de luz, rayo cósmico o rayos x.
- Aquel intercambio de energía claramente onmidirec-
cional y que no se suele asociar a la interacción de una
partícula concreta o a un fenómeno ondulatorio.
Así nunca decimos radiación eléctrica, radiación
magnética o radiación gravitatoria sino campo mag-
nético, campo eléctrico o campo gravitatorio.
- Cuando las partículas son de tamaño supraatómico.
Nunca decimos radiación de lluvia, nieve o meteo-
ritos.
- Cuando la partícula o la energía viaja obligatoriamente
a través de un medio encauzada.
Nunca decimos radiación sonora. En caso de partí-
culas solemos emplear “flujo” para indicar encauza-
miento.
- Cuando se trata de un haz de partículas que tienen una
masa considerable y aportan energía cinética.
En dicho caso, se emplea la palabra “bombardeo”.
¿Tienen características comunes los diversos
tipos de radiación?
Aparte de la definición de radiación no podemos atribuir
de ningún modo características comunes y menos posi-
tivas o negativas en términos humanos a los numerosos
tipos de radiación.
¿Qué es la luz?
La luz es radiación electromagnética.
¿Qué es la radio?
La radio es radiación electromagnética.
¿Qué tipo de radiación emite un horno
microondas?
Un horno microondas emite radiación electromagnética
¿Qué tipo de radiación emite una antena de
telefonía móvil?
Una antena de telefonía móvil y un móvil emiten radia-
ción electromagnética.
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entendidos si pensamos en la radiación como si fueran
ondulaciones y otros fenómenos tendremos que
concebirlos como si fueran partículas discretas.
La realidad profunda es que son ambas cosas, por eso lo
llamamos dualidad y ésta se extiende a todas las partícu-
las e incluso átomos.
Sin embargo, mi experiencia cotidiana es
completamente distinta para cada elemento
mencionado. ¿Cómo es posible y en qué se
basa dicha radiación electromagnética?
Bien, está claro que cuesta creer que todo sea una misma
cosa.
Si pensamos en términos de onda. La radiación electro-
magnética está formada por una ondulación que cuando
se propaga en el vacío lo hace siempre a la misma velo-
cidad (la velocidad de la luz) y cuya principal caracterís-
tica diferencial es la distancia entre las crestas de cada
ondulación.
Esa distancia puede medirse con respecto al tiempo y en-
tonces hablaríamos de la frecuencia de la onda
Si, por el contrario, medimos la distancia que separa am-
bas crestas hablaremos de longitud de onda.
Ambas expresiones por separado nos proporcionan la
misma información sobre la onda. Teniendo en cuenta
que a mayor frecuencia, menos espacio hay entre crestas
y viceversa, cuanto mayor es la longitud de onda, menor
es la frecuencia.
Al igual que ocurren con otras ondas, como las olas del
mar o el sonido, una longitud de onda larga hace que la
onda se abra más a todas las direcciones y sortee mejor
los obstáculos sin alterarse.
A medida que la longitud de onda se acorta (aumenta la
frecuencia) la onda tiende a ser más direccional (a abrir-
se menos en abanico) y a ser más propensa a rebotar ante
obstáculos.
Con la radiación electromagnética pasa eso. A medida
que modificamos su frecuencia, se va cambiando el modo
de interaccionar con la materia llegando a pensar que dos
radiaciones electromagnéticas de frecuencia muy distin-
ta son realmente dos fenómenos físicos distintos.
Además, esas ondas son a su vez partículas (a veces de-
nominamos a la partícula un “paquete de ondas”) y por
tanto en ciertas circunstancias se comportarán como ta-
les. Esto hace que la radiación electromagnética presente
propiedades típicas de las ondas, como la interferencia
La serie de fotografías de la derecha corresponde al re-
sultado del llamado “experimento de la doble rendija”,
realizado originalmente por el físico Thomas Young.
El experimento consiste en emitir una partícula contra
una barrera que contiene dos finas rendijas separadas
a una distancia “d” y observar el modo de traspasar di-
chas barreras tras impactar contra una segunda placa.
Si lo emitido se tratase simplemente de partículas se
observarían dos distribuciónes superpuestas (aditivas)
detrás de cada ranura. Si por el contrario, se tratase de
una onda, la onda entraría por las dos rendijas a la vez
interfiriéndose mútuamente.
Del resultado del experimento de la derecha, se pueden
ir observando los impactos tras pasar la barrera y como
van generando un patrón de interferencia. Lo anti-in-
tuitivo del resultado es que para que se produzca dicho
patrón cada partícula individual ha debido distribuir su
paso por entre las dos rendijas, algo que es contraintui-
tivo. Por tanto, la partícula se comporta como una onda.
Si, ponemos un detector de partículas en cada rendija ,
para comprobar por donde pasa, el experimentador está
forzando con la medición a que las partículas se com-
porten como tales y el patrón de interferencias desapa-
rece automáticamente
Con la radiación electromagnética pasa lo mismo, normalmente se manifiesta en forma de onda, pero en
determinadas circunstancias exhibe comportamiento de partícula e interacciona como tal. (Autor)
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y propiedades típicas de las partículas como la colisión.
Este comportamiento es extensible al conjunto de partí-
culas subatómicas y es un pilar fundamental de la física
cuántica.
¿Cómo clasificamos entonces a la radiación
electromagnética?
La clasificamos exclusivamente atendiendo a su
frecuencia (o a su longitud de onda).
Es lo que se denomina espectro electromagnético.
¿Qué significa cada columna de la tabla?
Como se ha dicho, la radiación electromagnética depen-
de exclusivamente de un valor numérico (escalar) y sólo
un valor numérico determina sus propiedades.
Las tres columnas, longitud de onda, frecuencia y energía
sirven igualmente para determinar cierta radiación porque
podemos pasar biunívocamente de un valor a otro.
Es decir, cierta radiación tendrá siempre la misma
longitud de onda, la misma energía y la misma frecuencia,
pudiendo calcular cualquier valor a partir de cualquiera
de los otros dos.
En primer lugar, tenemos una primera clasificación:
La radiación se divide en radiación no ionizante y
radiación indirectamente ionizante.
Dicha clasificación aparece estrictamente diferenciada
por una barra horizontal gruesa.
Después tenemos diversos rangos de frecuencia,
clasificados ampliamente como “radio, microondas,
luz”
Finalmente, tenemos rangos más finos de frecuencias
con un nombre característico.
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¿Qué significa la palabra Hz de la columna
frecuencia?
Hz es la unidad de medida de la frecuencia. Su nombre
real es Herzio o Ciclo y equivale a sg
-1
o lo que es lo
mismo, la inversa del segundo.
Así una señal de 50 Hz significa que en un segundo la
onda ha ondulado 50 veces.
¿Qué significa la eV de la columna energía?
Cada tipo de radiación electromagnética interactúa trans-
mitiendo una determinada energía y sólo una.
La energía se suele medir en julios. Pero como la ener-
gía asociada a cada tipo de radiación electromagnética es
tan débil, se emplea otra unidad de energía llamada eV
(electronvoltio).
1eV = 1,602176462 × 10
-19
J
Como se puede ver, la radiación electromagnética habi-
tual tiene muy poca energía asociada.
¿Cómo es posible que la radiación proporcio-
ne siempre la misma energía independiente-
mente de su intensidad?
Como hemos dicho la radiación electromagnética está
compuesta por partículas llamadas fotones, cada fotón
tiene una energía que está determinada sólo y exclusiva-
mente por su frecuencia.
La forma de calcular la energía de la radiación electro-
magnética es la siguiente:
Esto significa que la radiación electromagnética está
compuesta por “paquetes de ondas” cada uno de ellos
con una energía caracterizada por la frecuencia de la ra-
diación.
Pero además, uno y sólo uno de esos paquetes puede
interaccionar con una y sólo una de las partículas de ma-
teria con la que interaccione.
Además, la energía de la radiación electromagnética es
tan débil que solamente suele interaccionar con los elec-
trones de la materia.
Es decir, cada fotón procedente de una radiación elec-
tromagnética sólo podrá en el mejor de los casos ejer-
cer algún efecto significativo sobre algún electrón de la
materia con la que interaccione, ya que los electrones
tienen una masa muy pequeña en comparación con los
otros componentes de la materia.
¿Cómo es exactamente la forma de interac-
cionar un fotón con la materia?
Normalmente, a energía menores de 1eV los fotones no
tienen ninguna capacidad de interacción con las partícu-
las elementales.
En este sentido, la radiación electromagnética no puede
alterar significativamente la materia.
Su efecto principal y único es el incremento de la tempe-
ratura del material con el que interacciona.
Esto es debido a que el fotón al interaccionar con la ma-
teria es como si “chocara” con ella, es decir, su energía
pasa a la materia en forma de incremento de Energía Ci-
nética.
La temperatura es función de la energía cinética media
de las partículas de un determinado material, luego, la
principal forma de interacción de la radiación electro-
magnética con la materia es la transmisión de calor.
Cada átomo tiene una serie de orbitales
atómicos posibles para cada electrón.
Cada orbital corresponde a un nivel de
energía exacto permitido.
Los átomos absorben o emiten fotones
(radiación electromagnética) con la
energía correspondiente al salto de un
orbital a otro, es decir, emiten luz a unas
determinadas frecuencias y no a otras.
En astronomía, esta característica per-
mite saber de qué material están he-
chas las estrellas analizando la luz que
nos llega. (Autor)
E=hf
Donde E es la energía, f es la frecuencia y h es una cons-
tante llamada Constante de Planck
h=6,626 × 10
-3
J·sg
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A partir de cierto instante, el fotón cuando choca es ca-
paz de hacer saltar un electrón de su órbita atómica a una
órbita superior.
Esta forma tampoco implica una alteración fundamental
del átomo. Los electrones normalmente saltan de una ór-
bita a otra por diversos factores.
Cuando el electrón de un átomo salta de una órbita de
mayor energía a otra de menos energía genera un fotón.
Es decir, son los saltos de orbitales atómicos la forma
usual de generar radiación electromagnética.
Cuando un átomo recibe un fotón con exactamente
la misma energía que necesita para que uno de sus
electrones pase a un nivel de mayor energía, el fotón
queda completamente absorbido. Es justo la operación
contraria.
Cuando hay una diferencia positiva de energía, que no
corresponde a ningún nivel permitido en el átomo, la di-
ferencia se emite en forma de otro fotón de energía in-
ferior.
¿Qué ocurre cuando un electrón recibe a un
fotón muy energético?
Cuando un electrón recibe a un fotón muy energético (del
orden de varios eV), la energía obtenida por el electrón
puede ser tan fuerte que escape del átomo.
En ese caso decimos que el átomo ha quedado indirec-
tamente ionizado. Pues ha perdido un elemento de carga
eléctrica a pesar de que ha interaccionado con una partí-
cula no cargada eléctricamente.
Si éste fenómeno se produce en un material que tiene
facilidad para mover sus electrones, como por ejemplo
un metal, dicha pérdida será fácilmente reemplazada por
otro electrón.
Si se produce en un electrón responsable de algún enlace
molecular, la molécula puede dañarse.
¿A partir de cuando la radiación electromag-
nética puede ser ionizante?
La radiación electromagnética es ionizante a partir de la
frecuencia del Ultravioleta Medio. Hasta entonces, la ra-
diación electromagnética no ioniza de ningún modo la
materia.
¿Se podría ionizar la materia a menor fre-
cuencia que el ultravioleta, quizás por simple
estadística aplicando una intensidad excesi-
va?
¡Definitivamente no! La ionización no es una cuestión
estadística ni aumenta progresivamente la capacidad de
ionización según se incrementa la frecuencia.
La ionización se produce a partir de un umbral de fre-
cuencia de forma abrupta y éste umbral es una barrera
de energía perfectamente definida, aunque varía según
el material.
La cuestión de si la intensidad de la radiación favorecería
por simple estadística la aparición de alguna ionización
casual puede comprenderse como falsa si atendemos al
siguiente símil:
La barrera de potencial necesaria para arrancar un elec-
trón a un átomo se asemejaría a la distancia de, ponga-
mos, la costa portuguesa con la de EEUU.
La energía de un fotón típico sería equivalente a la fuerza
con que lanzaría un luso una piedra contra EEUU.
Por muchos miles de portugueses que intentaran lanzar
piedras contra EEUU ni una sola piedra tocaría la costa,
ya que individualmente es imposible que una sola piedra
alcance la otra orilla.
Cuando un fotón interacciona con un átomo, mueve el electrón a nive-
les más energéticos. Esto niveles son limitados y precisos en cuanto a
la energía que absorben o desprenden.
Cuando un electrón se encuentra en el nivel energético más bajo no
le es posible de ninguna forma emitir un fotón. Igualmente cuando se
encuentra en el nivel energético más alto, no absorberá más fotones,
pues no puede emplear dicha energía para subir un nivel.
Sin embargo, si el fotón incidente es particularmente energético,
puede empujar al electrón fuera de la estructura atómica cambian-
do el equilibro de cargas existente en el átomo, esto es, ionizándose.
(Autor)
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En el caso de los fotones pasa lo mismo, cada fotón actúa
de forma individual, por muchos millones de fotones que
se lanzaran contra un determinado material, si la energía
de cada fotón individual no alcanza a arrancar un solo
electrón, el material no será ionizado independientemen-
te de su intensidad.
¿Cómo se denomina a esta característica y
como se ha medido?
Esta característica se denomina efecto fotoeléctrico.
Albert Einstein fue el primero en explicar correctamen-
te el fenómeno que ya había sido observado con antela-
ción.
En el experimento que pone de relieve el efecto foto-
eléctrico, se sitúan dos placas en el vacío. La corriente
no puede circular porque los electrones de una placa no
tienen suficiente energía para escapar del metal y salir
disparados hacia la otra placa.
Cuando se iluminaba la placa con luz ultravioleta, los
electrones eran arrancados de la placa y viajaban hasta
la otra placa produciendo de forma brusca una corriente
eléctrica.
Cuando se iluminaba con una frecuencia menor que cier-
ta frecuencia umbral, no había circulación de corriente
por mucho que se incrementara la intensidad de la mis-
ma. Los fotones no tenían suficiente energía para arran-
car electrones al metal.
¿Cada materia se ioniza con la misma fre-
cuencia?
No, cada materia tiene un umbral de ionización distinto,
por lo que habrá materiales que se ionicen a una frecuen-
cia menor que otra.
Sin embargo, es precisa mucha energía para conseguir
eso, por lo que prácticamente no hay materiales que se
ionicen por debajo de 1 eV.
Los metales puros son los que más facilidad tienen para
mover los electrones, por lo que se ionizarán a una menor
frecuencia, el resto de materiales suelen ser más estable.
Por tanto, la luz visible, el ultravioleta y el ultravioleta
cercano pueden ionizar ciertos materiales.
Sin embargo, la luz visible es tan ubicua que los mate-
riales ionizables por dicha radiación suelen reaccionar
espontáneamente y no se suelen encuentran en la natu-
raleza.
Las microondas y las ondas de radio no son capaces en
absoluto de ionizar ningún material.
¿Cómo afecta a la salud la radiación indirec-
tamente ionizante?
La radiación ultravioleta a partir de 300nm, que coincide
con el ultravioleta medio, tiene capacidad de romper o
alterar los enlaces químicos de las moléculas que forman
el cuerpo.
Esto es especialmente grave en el caso del ADN, ya que
la radiación ultravioleta tiene capacidad de dañar direc-
tamente el ADN.
¿Es la radiación ultravioleta la principal for-
ma de dañar el ADN?
No, el ADN está siendo continuamente dañado y repa-
rado por los propios mecanismos celulares por diversas
agresiones de las que el ultravioleta representa una mí-
nima parte.
Las principales causas son endógenas, principalmente
por las reacciones oxidativas que el propio organismo
produce a consecuencia de su propio metabolismo.
Entre las causas exógenas, las principales son los tóxicos.
Productos químicos que se acoplan al ADN alterándolo
como, por ejemplo, los compuestos aromáticos.
¿Qué relación hay entre el cáncer y el daño
en el ADN?
El cáncer es producto de una condición de error perma-
nente en el ADN.
Para que se produzca un cáncer, el daño no ha debido ser
muy severo ni muy ligero.
Si el daño ha sido ligero, los propios mecanismos celula-
res detectarían el daño y lo repararían.
Si el daño fuera masivo, simplemente la célula no podría
funcionar y moriría sin dañar al resto del organismo.
Por tanto, el cáncer responde a un daño intermedio aun-
que no todo daño intermedio de una célula tiene que des-
embocar en un cáncer.
¿Cómo afecta al cuerpo humano la radiación
no ionizante?
La radiación no ionizante cuando ésta es absorbida por
los tejidos humanos tiene como único efecto un incre-
mento de la temperatura.
¿Cuánto se incrementa la temperatura del
cuerpo cuando llamamos por el móvil?
La cantidad de energía total transmitida por un teléfono
móvil a un cuerpo es tan débil que ni siquiera alcanza
una centésima de grado
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¿Hay alguna fuente de energía no ionizante que produzca
más calor?
Si, una simple chimenea.
La chimenea transmite su calor a nuestro cuerpo a través de radiación infra-
rroja, ya que el aire caliente se pierde por el tiro.
Por tanto, cuando nos acercamos a una chimenea nuestra piel está recibiendo
muchísima energía procedente de la radiación infrarroja producto de la com-
bustión. Ésta radiación es la que calienta nuestros tejidos.
Además los fotones individuales de la radiación infrarroja son muchísimos
más energéticos que los microondas.
¿Significa esto que las chimeneas pueden ser peligrosas?
En absoluto.
El único peligro de una chimenea es quemarse, pero la quemadura térmica
produce daños masivos en la célula (incluyendo el ADN), tan masivos que
dichas células quemadas son inviables por sus daños. (Para cuando han daña-
do al ADN ya está dañado el resto de la célula). Por tanto, los efectos nocivos
de una chimenea no van más allá de una típica quemadura.
¿Y porqué hay tantas medidas de seguridad en los hornos
microondas?
Los hornos microondas emiten con una intensidad mil veces mayor que
cualquier móvil ya que su uso, precisamente, es generar calor. Y en caso de
exposición accidental generarían quemaduras en partes del cuerpo que gene-
ralmente están protegidas contra quemaduras accidentales, como pueden ser
las corneas.
¿Puede la radiación no ionizante generar dolor de cabeza?
La radiación no ionizante tiene como único efecto, el llamado “efecto
térmico”.
Cualquier otro efecto que se le quiera atribuir a las radiaciones no ionizantes
carece de un mecanismo de acción físico y, por tanto, tiene muchas posibili-
dades de ser falso.
¿Puede existir gente especialmente sensible a las radiacio-
nes?
Para que una persona pudiera “sentir” la presencia de radiaciones electro-
magnéticas necesitaría tener un órgano del cuerpo capacitado para ello.
Los ojos son precisamente detectores de radiación electromagnética en el
espectro de la luz visible.
El cuerpo humano no tiene ningún otro tipo de detector directo, aunque si in-
directos como los sensores táctiles de temperatura, incapaces de discriminar
el origen concreto de la fuente de calor. (Radiación o contacto).
¿Qué cuerpos emiten radiaciones electromagnéticas?
Todos los cuerpos emiten radiación electromagnética. Todos. Y la radiación
que emiten es función exclusiva de su temperatura.
Una chimenea es uno de los primeros
generadores de radiación electromag-
nética fabricados por el hombre. La chi-
menea genera gran cantidad de calor
que es irradiada a través de dicha ra-
diación. El aire caliente se escapa por el
tiro, por lo que la única forma de calen-
tarse es a través de la radiación infra-
rroja producida por la leña encendida.
El secador de pelo tiene un consumo de
cerca de 2000 W y su potente motor eléc-
trico es fuente de radiación electromag-
nética de baja frecuencia y es el motivo
por el que suele producir interferencias.
Muchos electrodomésticos tienen moto-
res potentes que producen interferencias
que suelen apreciarse cuando intenta-
mos escuchar emisoras de radio. Entre
éstos se encuentran las máquinas de
afeitar, aspiradoras, batidoras de cocina,
taladros, molinillos...
La mayoría de las veces las interferen-
cias son producto de los contactos eléc-
tricos del motor (escobillas) que produ-
cen chispazos por su conexión y des-
conexión durante la rotación del motor.
(Archivo)
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O dicho de otro modo, todo cuerpo va irradiando su
energía calorífica en forma de radiación electromagnética,
y ésta depende en exclusiva de la temperatura a la que se
encuentra dicho cuerpo.
Así, una de las principales formas de crear una emisión de
radiación electromagnética por parte del hombre ha sido
la de quemar voluntariamente sustancias para proveerse
de luz visible y calor (radiación infrarroja).
Cambiando de asunto, ¿Que características
diferenciales tienen las radiaciones de
frecuencias bajas?
A baja frecuencia, la radiación electromagnética se
comporta más como una onda y deja de apreciarse sus
efectos como partícula. Las emisiones se vuelven menos
direccionales, es decir, tienden a propagarse en todas
direcciones y sortean mejor los obstáculos pequeños.
Por todo ello, a baja frecuencia ya dejamos de pensar en
ellos como en un grupo de fotones sino como una onda
eléctrica y otra magnética que viajan sin necesidad de un
medio.
Finalmente, si la onda llega a 0 Hz lo que obtenemos es
un campo eléctrico simple.
¿Cómo se generan los campos electromag-
néticos de baja frecuencia por parte del ser
humano?
Como hemos dicho anteriormente, los campos de alta
frecuencia se suelen generar calentando un cuerpo a alta
temperatura (ésta es la forma de conseguir la luz de una
bombilla).
Pero para frecuencias inferiores al infrarrojo la estrategia
ya no puede ser la de calentar un cuerpo.
Para frecuencias inferiores, la radiación electromagnética
se forma al generar una corriente eléctrica (campo
eléctrico) variable en el tiempo (con determinada
frecuencia) y facilitar que ésta escape (a través de una
antena)
De forma involuntaria cualquier cable que transmita una
corriente variable en el tiempo perderá parte de su ener-
gía en forma de radiación electromagnética.
¿Por qué se produce de ésta manera
radiación electromagnética?
Cuando una carga (por ej. un electrón) se mueve con cier-
ta velocidad en vez de estar inmóvil, se produce un cam-
po magnético perpendicular al sentido del movimiento.
El que una carga se mueva es porque hay un campo
eléctrico, y este movimiento produce un campo magnético
perpendicular. Y el fenómeno contrario también se
produce a la vez.
Por tanto, la radiación electromagnética viaja a través del
vacío porque no necesita ningún medio de propagación.
La radiación electromagnética está formada por un
campo eléctrico que genera un campo magnético que
a su vez vuelve a generar un campo eléctrico y así
indefinidamente.
En el caso de un circuito eléctrico es la intensidad de
corriente que atraviesa la sección de un conductor la que
determina la intensidad del campo magnético generado.
Si un conductor es atravesado por una corriente eléctrica
de intensidad variable, puede perder energía en forma
de radiación electromagnética, y ésta pérdida es función
exclusiva de la intensidad eléctrica y su frecuencia de
cambio.
Resumiendo, ¿Cómo pierde energía un
conductor?
Las pérdidas de energía a través de un conductor eléctrico
obedecen a dos causas. Pérdidas debidas a la resistencia
eléctrica del material que son emitidas en forma de calor
según la Ley de Joule y pérdidas en forma de radiación
electromagnética que es función del campo magnético
generado según la Ley de Ampere.
¿Entonces los hogares al usar corriente al-
terna generan radiaciones?
Efectivamente, los aparatos eléctricos del hogar, espe-
cialmente los que más consumen, como las aspiradoras o
los secadores de pelo emiten gran cantidad de emisiones
electromagnéticas.
¿Tal vez tendríamos menor radiación si
usáramos corriente continua?
No necesariamente, los dispositivos del hogar que más
radiación emitirían seguirían siendo los mismos, ya que
los motores y transformadores seguirían necesitando al-
ternar la corriente para su funcionamiento.
¿Qué sentido tiene utilizar corriente alterna?
¿No es más fácil trabajar con corriente
continua?
Precisamente, el uso de corriente alterna por parte del
hombre atiende a razones de economía, es decir, el uso
de corriente alterna permite transmitir la energía eléctri-
ca a los hogares con la menor pérdida posible.
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el escéptico
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Por supuesto, la forma de perder energía es por calor y
por emisión electromagnética.
Entonces, ¿cómo evitamos pérdidas usando
la corriente alterna?
La corriente alterna nos permite ahorrar energía evitando
pérdidas de varias formas.
La primera es evitando costes de conversión. Convertir
una línea eléctrica de un determinado voltaje a otra línea
eléctrica de otro voltaje se realiza de forma económica y
muy eficaz a través de un transformador.
La segunda es evitando costes de transporte.
Las pérdidas de energía a través de un conductor eléctrico
son función exclusiva de la intensidad eléctrica que
circula por ellas.
La energía transportada con un conductor es proporcional
a su voltaje y a su intensidad.
Por tanto, para transportar una misma cantidad de
energía eléctrica se puede hacer de dos maneras, o bien
a poco voltaje pero mucha intensidad o bien a muy poca
intensidad pero muy alto voltaje.
Está claro que cuanto mayor sea el voltaje y menor la
intensidad, a igualdad de energía transportada, menores
serán las pérdidas.
Por tanto, las líneas eléctricas de alta tensión lo son por
una cuestión de eficacia en el transporte.
¿Por tanto, son peligrosas las líneas de alta
tensión?
Como se ha dicho anteriormente, las líneas de alta tensión
lo son precisamente para minimizar pérdidas, incluyendo
las pérdidas por radiación.
Las líneas de alta tensión nos permiten
transportar la energía eléctrica a grandes
distancias sin apenas pérdidas energéticas y es
precismanete atendiendo a dicha necesidad de
transporte por lo que usamos corriente alterna,
desarrollada por Nikola Tesla.
Además, la corriente alterna nos permite cam-
biar fácilmente de voltaje de una forma eficaz y
barata usando el transformador eléctrico.
Los motores de corriente alterna, son más efi-
caces y controlables, sobre todo si empleamos
varias fases.
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Por otra parte, la intensidad de campo disminuye con
el cuadrado de la distancia, por lo que en el interior de
una casa habría más polución electromagnética que la
recibida por un lejano poste de alta tensión.
La peligrosidad de las líneas de alta tensión viene dada
por la facilidad de “rotura del dieléctrico”, es decir, su
capacidad de traspasar aislantes y facilitar descargas.
¿Qué tipo de radiación electromagnética emi-
ten las líneas de distribución eléctrica?
La radiación electromagnética generada en Europa es de
50Hz que es la frecuencia de alterna.
¿Qué peligros puede tener una radiación
electromagnética de 50Hz?
El principal peligro de una radiación de muy baja
frecuencia es la posibilidad de inducir corriente eléctrica
en otros aparatos eléctricos.
No hay ningún mecanismo conocido por el que una
radiación electromagnética de muy baja frecuencia
pueda afectar a seres vivos de otra forma que no sea por
el llamado efecto térmico.
¿Es cierto que hay estudios epidemiológicos
que demuestran la relación entre líneas de
alta tensión y leucemia?
Es cierto que algunos estudios muestra un ligero aumento
de casos de leucemia entre los habitantes que viven en
cerca de líneas de alta tensión.
Dichos estudios epidemiológicos no son concluyentes y
suscitan dudas razonables entre la comunidad científica.
Sin embargo, y atendiendo a criterios de precaución, la
comunidad científica está obligada a tener en cuenta esos
datos para continuar los estudios y descartar definitiva-
mente su vinculación.
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el escéptico
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Hay que recordar que se trata de un estudio estadístico
donde es muy difícil separar las variables que puedan
influir. Podría simplemente ocurrir que los habitantes de
zonas cercanas a líneas de alta tensión sean más pobres o
vivan en condiciones menos saludables.
Otros estudios en trabajadores de centrales hidroeléctricas
expuestos durante años a mayores dosis de radiación
electromagnética no ha mostrado, sin embargo, relación
alguna entre exposición a radiación electromagnética
de muy baja frecuencia y aumento de tasas de
enfermedades.
Por último hay que recordar que dicho fenómeno,
de existir, no es reproducible en laboratorio ni hay
mecanismo físico conocido por el que pudiera producirse
dicha relación.
¿Son peligrosos los tubos fluorescentes?
Los tubos fluorescentes son una manera muy económica
de generar luz visible. Sin embargo pueden ser molestos
para la vista ya que se apagan y encienden 50 veces por
segundo. También es cierto que generan un poco de luz
ultravioleta, pero una cantidad ridícula si se compara con
la que recibimos de la luz del sol.
¿Es peligroso hacerse una radiografía?
Las radiografías se realizan mediante rayos X que son
radiación ionizante y, por tanto, peligrosas si uno se
expone continuamente a ellos. Sin embargo, es mucho
más dañina la exposición prolongada al sol, ya que se
recibe radiación ultravioleta y, probablemente, alguna
exposición a rayos cósmicos y la sensación de peligro
es distinta.
¿Es peligroso someterse a una resonancia
magnética?
La resonancia magnética se basa en un principio total-
mente distinto. La resonancia magnética se basa en la
aplicación de un campo magnético muy intenso. Los
campos magnéticos resultan totalmente inocuos para los
seres vivos, e incluso se están fabricando actualmente los
primeros trenes de levitación magnética.
¿Qué hay de cierto en las supuestas plantas
que “se comen” las radiaciones”?
Las radiaciones electromagnéticas no pueden ser rediri-
gidas por ninguna materia orgánica y menos por “cactus”
u otras plantas.
Poner una planta encima de un televisor no sirve
absolutamente para nada, excepto decorar la estancia.
¿Qué hay de cierto en la gente que afirma
tener dolor de cabeza cuando vive bajo una
antena de telefonía en su azotea?
Las antenas de telefonía no emiten hacia abajo, por lo
que ninguna persona que se encuentre bajo dicha antena
se encuentra recibiendo radiación electromagnética
alguna.
¿Y de las personas que tienen una antena de
telefonía en un edificio cercano?
La comunicación que se establece con un teléfono móvil
es bidireccional, es decir, tanto la antena de telefonía
como el propio teléfono móvil deben ambos emitir
con la suficiente potencia para que ambos elementos se
escuchen mutuamente.
Tener una antena de telefonía en el edificio de enfrente
no te hace recibir más radiación que la que tienes
habitualmente hablando por el móvil.
Pero curiosamente, se da la paradoja de que si se alejaran
las antenas de telefonía móvil a lugares más remotos, los
teléfonos deberían emitir con más potencia para poder
ser captados por las antenas.
Y la cercanía de un teléfono móvil es muchísimo mayor
que la de la antena de cualquier edificio aledaño. Y la
radiación disminuye con el cuadrado de la distancia.
Podemos concluir, sin lugar a dudas, de que el malestar
que sienten algunas personas por la cercanía de una antena
de telefonía se debe únicamente a la autosugestión.
¿Dónde puedo encontrar información sobre
todo este asunto?
El 19 de julio de este año la Unión Europea sacó su
informe sobre radiación electromagnética por parte del
comité de salud humana.
Puede acceder a dicho informe en:
http://ec.europa.eu/health/ph_risk/committees/04_
scenihr/docs/scenihr_o_006.pdf
En la web de ARP-SAPC, hay un estupendo monográfico
denominado Antenas y Salud:
http://www.arp-sapc.org/articulos/antenasindex.html
Por otra parte. Ferrán Tarrasa dió una estupenda con-
ferencia el 4 de mayo de 2007 denominada “Telefonía
móvil, desmontando mitos”. Se puede acceder a su pre-
sentación en:
http://www.slideshare.net/giskard/telefona-mvil-y-
salud-desmontando-mitos