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el escéptico
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U
nos meses antes de su detención, a finales de
1998, Lee había superado un test de veracidad
realizado con un polígrafo en el que se le
preguntaba explícitamente si había realizado espionaje,
si había filtrado información sobre armas nucleares o si
conocía algo del espionaje. La respuesta de Lee había
sido “No”, y los expertos de la máquina de la verdad
habían concluido que Lee no mentía. Sin embargo,
y posteriormente, durante el juicio se afirmó que el
resultado de la prueba era posiblemente erróneo. De
hecho, tras estos resultados, se le había reintegrado en su
puesto y se le pidieron disculpas.
El DOE (Departamento de Energía, el ministerio de quien
depende el armamento nuclear) consideró, sin embargo,
que existían dudas, por lo que la investigación continuó
hasta la detención, y el posterior proceso judicial. Un
proceso lleno de errores y absurdos que concluyó en
septiembre de 2000 en un acuerdo en el que Lee quedaba
libre, sólo con una falta administrativa, porque no se había
demostrado que las más de 300.000
páginas técnicas sobre armas
nucleares que, en formato digital,
Lee había copiado en cintas, de
las cuales habían desaparecido por
completo varias de ellas, hubieran
sido entregadas a nadie. Y menos
a una potencia extranjera. Lo que
quedaba claro era que el FBI y el DOE había incurrido en
actuaciones claramente racistas, acusaciones sin pruebas,
y además, que se habían filtrado interesadamente datos
del caso para predisponer el juicio en contra de Lee.
unas 800 personas continuamente dedicadas a pasar las
pruebas y analizarlas de unos 10.000 empleados.
Desde hace casi un siglo, es cos-
tumbre para ellos tener que pasar
pruebas de polígrafo, algo que había
sido denunciado desde hace mucho
por quienes, escépticos, creen que
estas máquinas no pueden realmen-
te decir si una persona es veraz o
no, mientras que fácilmente se pue-
den arruinar las carreras de personas honradas.
Artículo
LA MÁQUINA DE LA ¿VERDAD?
En marzo de 1999 se descubrió que un ingeniero que trabajaba en el Laboratorio Nacional de Los Álamos
(Nuevo México, EEUU) en temas de armas nucleares, Wen Ho Lee, norteamericano de origen taiwanés, había
estado recopilando información clasificada como secreta, relacionada con el desarrollo de tecnologías de ar-
mas nucleares, desde 1994. Y que podría haberlas filtrado a otro gobierno, bien Taiwán bien China. Acusado
de cincuenta y nueve cargos, y encarcelado entonces, ya había sido investigado por el FBI desde 1994: se le
relacionaba con filtraciones a China de planes de armamento nuclear estadounidense..
Javier Armentia
Estas máquinas no pueden real-
mente decir si una persona es veraz
o no, mientras que fácilmente se
pueden arruinar las carreras de per-
sonas honradas.
Posteriormente Lee denunció a la administración por la
violación de sus derechos, denuncia que sigue su curso,
pero mientras tanto, y a pesar de todo, el DOE había
instado a una revisión de los procedimientos para asegurar
la fidelidad de quienes trabajan en materias relacionadas
con la seguridad nacional, lo que supone entre personal
contratado por el DOE y en empresas subcontratadas
A partir de esta iniciativa, la Academia Nacional de la
Ciencia estadounidense, creó a comienzos del año pasa-
do un equipo de investigación para intentar determinar
si el uso del polígrafo aporta algo. Sus resultados se han
dado a conocer hace poco: la máquina de la verdad no
es fiable. Tras dieciocho meses de estudio y con una in-
versión de unos 900.000 € los resultados negativos van
a suponer un cambio radical en las investigaciones que
las diferentes agencias gubernamentales realizan sobre la
fidelidad de sus empleados. Igualmente esto llevará a re-
Polígrafo (Archivo)
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el escéptico

plantear su uso en numerosos juicios penales en los que
se aportaba la prueba del polígrafo (a la que un acusado
puede someterse voluntariamente, aunque no se acepta
como exculpatoria si sale positiva, mientras que sí se
hace en el caso de se “demuestre” la mentira).
En concreto, el informe científico concluye que “las
pruebas poligráficas son completamente inválidas como
un instrumento diagnóstico para determinar la verdad”
en casos de contraterrorismo,
contraespionaje, o las actividades
pasadas de un solicitante de
un trabajo. Según recogían las
agencias, en la rueda de prensa de
presentación del estudio, varios de
los expertos afirmaron que nunca
se había desenmascarado a un espía
mediante este método, pero que lo
más grave era que, aunque no había
manera de calcularlo, los “falsos positivos” (casos en
los que se afirma que el sujeto miente, aunque no haya
sido así) han generado más problemas y gastos que los
posibles resultados fiables de los aparatos.
La prueba poligráfica no tiene bases teóricas científicas,
ni se ha demostrado que sea fiable, entre otras razones
porque hay demasiadas situaciones en que se pueden
producir los cambios de presión sanguínea, ritmo
cardiaco, sudoración y ritmo respiratorio (que mide un
polígrafo) sin necesidad de mentir. O al revés.
cambian debido al conflicto psicológico que ocasiona
decir una mentira. A lo largo de su uso, durante más
de 80 años, se ha desarrollado un complejo sistema de
preguntas y respuestas directas, con preguntas obvias
y preguntas trampa, que permitiría a jueces entrenados
poder discriminar si se está diciendo o no la verdad.
Evidentemente, aquel programa de Tele 5 en el que el
protagonista era un test poligráfico no era sino la versión
más chusca de un entramado
pseudocientífico. En un comentario
irónico, el físico Robert L. Park,
de la Asociación Americana de
Físicos, comentaba sobre el asunto:
“el polígrafo descubre incrementos
abruptos en el ritmo cardiaco, la
presión sanguínea y la sudoración.
Por lo tanto, esta máquina es un
detector muy fiable de orgasmos.
Pero, ¿detecta mentiras? Sólo si uno está fingiendo un
orgasmo”.
La Academia Nacional de la Ciencia
estadounidense creó un equipo de
investigación para intentar deter-
minar si el uso del polígrafo aporta
algo. Sus resultados se han dado a
conocer hace poco: la máquina de la
verdad no es fiable. .
Publicado originalmente en El Correo, “Territorios: Ciencia/Futuro”, miércoles 23 de octu-
bre de 2002 y en Por la Boca muere el Pez (http://javarm.blogalia.com/historias/3036),
reproducido aquí con todos los permisos.
¿Qué es un polígrafo?
Un investigador norteamericano, catedrático en la
Universidad de Harvard, William Moulton Marston,
desarrolló en 1915 el primer “detector de mentiras”,
realizando mediciones de la presión sanguínea. Con el
tiempo, se añadieron mediciones de producción de sudor,
ritmo respiratorio y ritmo cardiaco, surgiendo el nombre
“polígrafo” que hace referencia a las múltiples medidas y
a que registra estos valores fisiológicos mediante gráficos
que miden las variaciones desde un nivel promedio. La
teoría, sin base científica, es que esos valores fisiológicos
Algunos enlaces
• Una organización contra las pruebas poligráficas
AntiPolygraph.Org (http://antipolygraph.org/faq.
shtml).
• El informe completo de la
National Academy of
Sciences: “The Polygraph and Lie Detection” (2002)
(http://bob.nap.edu/books/0309084369/html).
• Artículo del
Skeptical Inquirer: Polygraphs and
the National Labs: Dangerous Ruse Undermines
National Security (2001) jul/ago (http://bob.nap.
edu/books/0309084369/html)
• Un especial de
The Washington Post especial so-
bre el caso Lee (http://www.washingtonpost.com/
wp-dyn/nation/specials/nationalsecurity/chine-
seespionage).
• Los artículos siempre jugosos de Robert L. Park,
“What’s New” (http://www.aps.org/WN).