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el escéptico

extrema derecha a la extrema izquierda, pasando por todo
el espectro político, filosófico, científico y religioso. Para
Dupré, como para nosotros, es evidente que la fuerza de
muchas de las ideas que se sugieren por esta teoría han
afectado lo que el autor llama “los grandes temas”, como
la existencia de Dios, nuestra visión de la naturaleza
humana y nuestra relación con otros seres vivos.
En cualquier caso, la pregunta que se plantea al
principio Dupré la contesta él mismo, siendo el libro
la justificación del porqué de dicha respuesta, entre
otras muchas cosas. Para el filósofo inglés, no hay duda
de que la evolución tiene consecuencias sumamente
importantes para nuestra propia comprensión y para
entender cómo nos relacionamos con nuestro entorno.
Pero, también aclara de forma firme, no tiene tantas
consecuencias para absolutamente todo como algunos
han escrito, tanto a favor como en contra, especialmente
desde campos alejados de la ciencia. La evolución por
selección natural es sólo el muy complejo sistema como
hemos evolucionado, lo cual no es poco, pero en ningún
caso es la única respuesta para explicar cualquier cosa, ni
siquiera en las ciencias de la vida. Para Dupré “gran parte
de la biología (...) necesita mucho más que la evolución
para tener sentido”.
Dupré trata de hacer en este breve libro un resumen y
una crítica rigurosa y clara, de lo que debe entenderse
hoy por evolución mediante selección natural y todo lo
que se ha ido escribiendo en estos últimos años sobre la
obra que nos dejó Darwin, sin rehuir temas polémicos,
aunque quizás tocando demasiados, como el del alma,
por ejemplo. El legado de Darwin no es un volumen
para especialistas, aunque sin duda es mejor saber
de qué va el tema antes de enfrentarse a sus páginas.
Fácil de seguir, es una buena guía sobre el estado de la
cuestión de los principales dilemas a los que se enfrenta
en la actualidad la teoría darviniana, tal como hoy se
entiende. Así, por su obra pasan comentarios y análisis
sobre la evolución y la naturaleza humana; sobre las
implicaciones religiosas del darvinismo (“tenemos
evidencias que respaldan la teoría de la evolución,
pero no hay ninguna evidencia que respalde la creencia
en una deidad”); acerca del determinismo; criticando
negativamente la psicología evolutiva o el creacionismo
religioso —o la hipótesis pseudocientífica del diseño
inteligente—; comentarios sobre raza y género o sobre
planteamientos equivocados en el estudio de los genes
(el llamado ‘genocentrismo’), sobre la relación entre
cultura y biología (para Dupré, nuestro cerebro no está
en blanco al nacer, ni completamente predeterminado), y
un muy largo etcétera.
Pese a su escepticismo en muchos temas, Dupré es un
decidido defensor del método científico, pese a todos
los problemas. Cree que hay razones para que creamos
en la mayoría de las cosas en las que lo hacemos, así
como que es razonable rechazar muchas otras debido a
la falta de pruebas de las mismas (en el texto el término
inglés evidences, que significa pruebas, se traduce
como evidencias, lo que no es del todo correcto) o
de su coherencia con el resto de conocimientos ya
fundamentados, pese a que reconoce que no siempre las
bases sobre las que se asienta lo que sabemos son firmes
ni definitivas.
Alfonso López Borgoñoz
DISCARDED SCIENCE. IDEAS THAT
SEEMED GOOD AT THE TIME…
John Grant
Facts, Figures & Fun (2006) (www.ffnf.co.uk) 336
páginas.
Veinticinco años después, el autor del fascinante A
Directory of Discarded Ideas
, tras forjarse una carrera
como escritor de ciencia ficción y fantasía, vuelve a sus
orígenes con dos trabajos enciclopédicos. El segundo,
con el título provisional de Corrupted Science tiene
prevista su aparición para el otoño de 2007, así que de
momento nos limitaremos al primero.
Se trata de un viaje erudito pero entretenido por la his-
toria de las ideas científicas, pero centrado más bien en
aquellas que se fueron cayendo por el camino, que resul-
taron estar equivocadas. El autor muestra una especial
preocupación por situarlas en el contexto de su época,
mostrando como muchas de ellas no eran tan descabella-
das como ahora podría parecernos dada la ventaja que te-
nemos de los años transcurridos desde que se plantearon.
Siempre he pensado que este tipo de libros podía ser una
magnífica fuente de inspiración para maestros y educa-
dores que quieran hacer reflexionar a sus alumnos sobre
el método científico, su aplicación y la mejor forma de
falsar nuestra hipótesis.
La obra se divide en seis apartados, que tocan casi todas
las disciplinas científicas, desde la Astronomía a la Física,
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y nos presentan en forma quizás excesivamente concisa
a todos nuestros “sospechosos habituales”: la pluralidad
de mundos habitados, la Tierra Hueca (uno de los prime-
ros en defender tal hipótesis fue el astrónomo Halley), la
Atlántida, el creacionismo (transmutado ahora en Diseño
Inteligente), los platillos volantes, las máquinas de movi-
miento perpetuo, las medicinas alternativas, etc.
Pese a esa inevitable brevedad, el autor consigue acla-
rar muy bien los puntos clave de cada teoría y, si he de
juzgar por su tratamiento del campo con el que estoy
más familiarizado (la Ufología), con pocos errores que,
más bien, pueden considerarse puntos de vista diferen-
tes. Quizá podría criticarse su selección de los aspectos
a tratar, a veces un poco demasiado superficiales, pero
con ello consigue mantener el interés del lector. Incluso
para los ya iniciados, el texto está lleno de perlas como
la de aquel científico alemán que demostró (para su com-
pleta satisfacción… y sólo la suya) que la Tierra gira en
sentido contrario al que todos los demás percibimos, o la
de aquel dietista americano que defendía que los ovnis
eran meras alucinaciones debidas a la mala alimentación,
fácilmente subsanables comiendo 50 dientes de león al
día.
Tras leer el libro, en mi mente han quedado dos reflexio-
nes:
1. Que pese a los grandes avances científicos
alcanzados, no están tan lejanos los tiempos en
que la irracionalidad seguía campando por sus
respetos en el discurso científico y aún hoy lo sigue
haciendo en muchas disciplinas quizá menores
pero de gran impacto entre la población, como la
medicina.
EL EFECTO PLACEBO,
¿MITO O CIENCIA?
Carlos López Borgoñoz
Editorial AAC, 2006*
Excelente trabajo sobre el placebo, bajo el punto de vista
de este lego (sobre esta materia) que os escribe. El libro
empieza con una historia, cuya protagonista, Amalia, es
una mujer sensata y que aplica el pensamiento crítico a
todo lo que le rodea, y que ante la previsible muerte de su
madre acaba llevándola a un curandero. Su madre muere,
pero ello lleva al autor a que nos preguntemos por qué
llevó a su progenitora hasta esa otra ‘medicina’, y dando
respuesta a dicha pregunta nos dirige a un completo
estudio sobre el llamado efecto placebo.
Este concepto no está muy claro ni siquiera para escépti-
cos convencidos. Así, nos cuenta que Carl Sagan escribió
en su libro El mundo y sus demonios: “La curación por
la Fe puede ayudar en enfermedades placebo o mediati-
zadas por la mente: un malestar en espalda y rodillas (...)
asma, ceguera, falso embarazo (...). No es sorprendente
que la apelación a un estado mental llamado Fe pueda
aliviar los síntomas causados, al menos en parte, por otro
estado mental quizá no muy diferente“, presentándonos
ejemplos realmente sorprendentes: “La fiesta anual de la
cosecha (Harvest Moon Festivals) es importante en las
comunidades chinas tradicionales de Norteamérica. En
la semana precedente a la fiesta, la tasa de mortalidad de
la comunidad cae un 35%. En la siguiente semana sube
un 35%. Los grupos de control no chinos no marcan este
efecto. Se podría pensar que se debe a los suicidios pero
sólo se cuentan las muertes debidas a causas naturales
2. Que, inevitablemente, algunos elementos de la
ciencia actual acabarán formando parte de los
descartes futuros. Lo difícil es identificar cuáles
sin la perspectiva privilegiada que nos da el paso
de los años. Por ello, debemos impedir que un
exceso de escepticismo hacia las nuevas ideas
sofoque la creatividad imprescindible para seguir
avanzando.
Luis R. González Manso
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