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Y para eso tenemos www.godisimaginary.com, un
sitio web dedicado exclusivamente a esa tarea. Dios
es imaginario y la oración es superstición pura, repi-
ten machaconamente los anónimos autores. Lo mues-
tran de innumerables formas; desde la imposibilidad
lógica de ser omnisciente, omnipotente y perfecto al
mismo tiempo, hasta los errores garrafales de la
Biblia. Lo muestran incluso con un sencillo y demo-
ledor video explicativo sobre plegarias y herraduras
de la suerte (www.godisimaginary.com/video.htm).
E
l texto citado al principio pertenece a la prueba 33,
titulada "contempla la crucifixión". En godisima-
ginary.com encontraremos 50 "pruebas" (en reali-
dad, argumentos) contra la religión y sus pretensiones. A
éstas hemos de sumar las de otro sitio web siamés, entre-
lazado con el anterior: www.whywontgodhealampute-
es.com ("por qué Dios no va a curar a los amputados,
punto com"). El estilo de las explicaciones es extremada-
mente simple y directo, reiterativo, apropiado para perso-
nas sin demasiada formación y para niños y adolescen-
tes. Exento, por tanto, de florituras dialécticas y profun-
didades filosóficas, pero no de ironía y sentido del
humor.
¿De qué dios estamos hablando? Casi siempre, del dios
del cristianismo en sus diferentes versiones. Varias de las
"pruebas" del sitio se refieren a la figura de Jesús. El
resto de las religiones tienen apariciones escasas, aunque
la mayor parte de los argumentos cristiano-céntricos pue-
den ser traducidos a otros credos. Tampoco se trata en
este sitio web de esos dioses "descafeinados", reconstrui-
dos e impersonales, a veces llamados "dioses de los filó-
sofos". No; se trata del dios real. Bueno, quiero decir, del
dios que es real, al menos, para la mayoría de los creyen-
tes. El dios que te da un alma, te juzga, te lleva a la otra
vida, escucha tus oraciones, etcétera.
¿Y por qué tanto empeño en hacer ver a los creyentes que
su objeto de adoración es pura fantasía? Según los auto-
res de www.godisimaginary.com, la religión es responsa-
ble de múltiples "disfunciones sociales". Véase para ello
la Prueba 24. Estadísticamente, la alta religiosidad en las
sociedades democráticas (con los Estados Unidos a la
cabeza), se correlaciona con altas tasas de homicidio,
mortalidad juvenil, enfermedades de transmisión sexual,
embarazo prematuro y aborto, etc. Asimismo, los países
con menor fervor religioso y abundancia de ateos son
precisamente aquellos con mayor nivel educativo y espe-
guía digital
"Esos malvados humanos ahí en la Tierra... odio lo que hacen. Tanto pecado...
Como soy omnisciente sé exactamente lo que hacen y comprendo exactamente por qué cometen cada pecado. Ya
que los he creado a mi imagen y he programado personalmente la naturaleza humana en sus cerebros, soy el autor
directo de todos esos pecados. En el instante mismo en que los creé, sabía exactamente qué iba a ocurrir con cada
uno de los seres humanos cada nanosegundo y durante toda la eternidad. Si no me hubiera gustado lo que iba a resul-
tar, simplemente podría haberlos creado de otro modo. Y, como soy perfecto, sé exactamente lo que hago. Pero igno-
ra todo eso. Odio a toda esa gente que hace exactamente lo que yo, con toda perfección, he designado que hagan,
sabiendo que lo harían desde el momento en que los creé. ¡LOS ODIO! Intenté matar a todos los humanos y anima-
les durante el diluvio, pero eso, ciertamente no solucionó el problema.
De modo que esto es lo que voy a hacer. Inseminaré artificialmente a una virgen. Ella dará a luz a una versión encar-
nada de mí mismo. Los humanos acabarán crucificando y asesinando a mi yo encarnado. Eso, por fin, me hará feliz.
Sí; me envío a mí mismo ahí abajo y hago que los humanos me crucifiquen, eso me satisface. Me siento mucho mejor
ahora".
Demostrarle a un creyente (o, a veces, a un agnóstico) que Dios no existe es tarea difícil, por no decir imposible. Es
mucho mejor utilizar experimentos científicos, analizar las contradicciones, incoherencias y absurdos de la religión,
para probar que Dios cumple todas las características de los seres de la fantasía... y carece de cualquiera de los ras-
gos de los seres reales
.
Ernesto J. Carmena
Dios es
imaginario
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ranza de vida, aquellos donde los salarios están mejor
repartidos, donde la igualdad entre sexos está más
avanzada, donde hay menos homicidios y donde se
ayuda más al tercer mundo. En este punto, www.godi-
simaginary.com no está siendo cuidadoso: ¡está dando
por supuesto, sin justificación apropiada, que esas
correlaciones estadísticas corresponden a relaciones
causa-efecto!
La página propone la acción, la difusión, propagar la
palabra
. Declamar "Dios es imaginario; la plegaria es
pura superstición" a la mínima oportunidad que se nos
presente. Pretende servir como punto de partida de una
gran campaña propagandística basada en el pensamiento
crítico. El objetivo: invertir la proporción de creyentes y
ateos en el mundo y convertir la religión en algo extraño
y minoritario. Dado el enorme poder del adversario,
semejante empresa puede sonar absurda e imposible de
lograr, pero -argumentan- también lo parecía que las
mujeres tuvieran derecho al voto hace ya algunos años, y
su campaña también fue ridiculizada al principio. Y fijé-
monos en cómo han cambiado las cosas con el tabaco,
dicen. Antes, casi todo el mundo fumaba como carrete-
ros y lo hacía en todas partes.
¿Y si mañana rezar se convierte en algo tan mal visto
como hoy el fumar en los EEUU? ¿Estamos ante unos
ingenuos o ante unos auténticos precursores?
“A medida que la gente examina abiertamente el hecho
de que 'Dios' y 'Alá' son completamente imaginarios, el
mundo se va convirtiendo en un lugar mejor. Quienes
creen en la religión parecen cada vez más y más necios.
Al final, la religión se convierte en una actividad margi-
nal y sin sentido.”
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