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M U N D O
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Resulta que el individuo en cuestión pagó a un mago
para que le proporcionara un amuleto capaz de obte-
ner la invisibilidad, y el pobre incauto se dirigió
inmediatamente a la oficina bancaria más próxima
sigilosamente (para no hacer ruido) e intentó coger
los billetes del cajón del cajero; al apresarlo de inme-
diato, el malogrado ladrón mostró su desilusión y
desconcierto al comprobar que todo el mundo le veía.
“He cometido un error –declaró el desgraciado al
juez–. Sólo ahora me doy cuenta que he sido estafado”.
Otro caso, relatado por la estadounidense Skeptical
Briefs
, del CSICOP en su número 3, vol. 13, es que
está volviendo (¡otra vez!) la moda de los productos
en forma de pirámide con un montón de cualidades
mágicas y extraordinarias, como preservar la comida
(¿será por haber albergado momias en construcciones
similares?), eliminar el amargor del café, afilar cuchi-
llos y conservar mejor las plantas domésticas.
Otro caso, más próximo y más flagrante si cabe, es el
de Jasmuheen, una australiana que impartió un ciclo
de conferencias y seminarios en Barcelona, el pasado
mes de diciembre 2003, dando a conocer “sus herra-
mientas e investigaciones sobre cómo satisfacer todo
tipo de hambres: de amor, de riqueza, de paz interna
y externa, de iluminación…” (extraído literalmente
del folleto anunciador de los seminarios).
En su presentación, en el mismo folleto, explica que
Jasmuheen es una “prestigiosa investigadora de la
Alimentación Pránica (Nutrición Divina), conocida
por sus soluciones relacionadas con la salud y el ham-
bre mundial y por su experiencia de vivir varios años
sin alimento físico. Autora de Vivir de la Luz y de die-
ciocho libros publicados en quince idiomas”.
También ofrece la solución para eliminar el hambre
del mundo siguiendo su método de alimentarse de la
luz (de modo diferente, suponemos, a como lo hacen
los accionistas de Iberdrola).
En fin, que mientras haya personas dispuestas a ofre-
cer dinero por obtener satisfacción a sus deseos del
tercer nivel, siempre encontraremos a alguien dis-
puesto a quedarse con los euros, sin esforzarse
mucho.
MARKETING
Página web de Jasmuheen (www.jasmuheen.com).
(Cortesía del autor)
Scienza & Paranormale, número 45 (2002). (CICAP)
Sergio López Borgoñoz
Todas las personas
tenemos necesida-
des y deseos de muy
diversa índole. Éstos
pueden ser:
a) Concretos: Si la gente desea desplazarse, ofrécele
coches, a cambio de dinero. Si desea ir más rápido,
ofrécele coches más caros. Si tiene hambre, algo para
comer. Es así de simple y efectivo.
b) Inconcretos: Algunas personas sólo quieren supe-
rar a sus vecinos y provocarles algo de envidia, o
también puede ser que lo que en realidad pretendan es
escalar posiciones en la vida social, o ser más atracti-
vos al sexo opuesto. En estos casos, cuando los
deseos son tan intangibles, es más difícil identificar el
producto que pueda llegar a satisfacerles, que colma-
rá su inquietud. Éste podría concretarse en un objeto
sumamente raro u original, algún objeto caro, algu-
nos cosméticos, o vete a saber qué. Sólo el propio
individuo sabrá si se ha satisfecho su necesidad real,
que, por cierto, no siempre es percibida como tal por
el propio individuo que la padece; éste puede simple-
mente sentir una sensación de “vacío” o malestar al
notar la carencia de algo que no sabe exactamente
qué es. Por supuesto, muchas
veces se da el caso de que el
individuo encuentra el objeto
que le satisface y se queda muy
a gusto sin llegar a sospechar
jamás cuál era la causa de su dolencia. Existen
muchos productos, que suelen ser de precio elevado,
dirigidos a intentar colmar o paliar ese tipo de nece-
sidades.
c) Irrealizables: Desgraciadamente, muchas veces
estas necesidades o deseos, identificados o no por los
propios pacientes, son absolutamente imposibles de
satisfacer. Entre ellos se encuentran los relacionados
con la propia vida del individuo, como ser más joven
o ser inmortal, o con superar las limitaciones huma-
nas, como tener poderes sobrehumanos o comunicar-
se con personas fallecidas. Existen también deseos
que, sin llegar a ser absolutamente irrealizables, son
de muy difícil satisfacción, como recuperar un amor
perdido, ganar una fortuna económica en poco tiem-
po o paliar una dolencia de un ser querido. En este
caso, el precio a pagar puede ser altísimo: perder la
dignidad de uno mismo, cercenar su espíritu crítico, o
doblegarse a la voluntad de otra persona.
Teniendo esto en perspectiva, la sociedad ha puesto a
disposición de todos nosotros diversas soluciones
para paliar cualquiera de los tipos expuestos:
a) A los concretos, soluciones de ingeniería y mani-
pulación más o menos simple.
b) A los inconcretos, objetos y servicios caros, origi-
nales y personalizados.
c) A los irrealizables, misticismo y pseudociencias.
Parece evidente que los comerciantes que ofrecen
productos y servicios que pretenden satisfacer deseos
irrealizables, deben ser de moral
y ética más que dudosa. Aún así,
los deseos pueden ser tan fuertes
que anularán cualquier juicio
previo racional
Sirva todo este preámbulo para intentar ofrecer algu-
na explicación a algunos de los casos y sucesos narra-
dos por las diversas revistas escépticas ojeadas
durante este período, como el que nos ofrece la italia-
na Scienza & Paranormale en su número 45, que
relata cómo la policía iraní capturó a un individuo
cuando intentaba robar un banco mientras se creía
invisible.
UNA LECCIÓN DE
El marketing o mercadotecnia es la disciplina más sencilla
del mundo. Se practica desde tiempos inmemoriales, aun-
que con el aburrido y poco atractivo nombre de “comer-
cio”. Sólo tiene una regla que además es muy fácil de
aprender: el juego consiste en intentar satisfacer las nece-
sidades del prójimo.
El juego consiste en intentar
satisfacer las necesidades
del prójimo