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interrogantes. Los dos científicos
encabezan desde 1996 un equipo
arqueológico de la Fundación
Suiza Liechtenstein para las
Investigaciones Arqueológicas en
el Exterior.
La primera explicación sobre el
significado de estos geoglifos se
remonta al siglo XVI. Después de
que Cieza de León observara
«señales» sobre la llanura desérti-
ca, el corregidor Luis Monzón
quiso darles un sentido y escribió
en 1568 que las líneas eran carre-
teras. Paul Kosok, el primero en
realizar una observación aérea ya
en el siglo XX, dijo que se trataba
de «rutas rituales». Poco a poco,
influido por las ideas de la mate-
mática alemana Maria Reiche, este
estudioso publicó en la revista
Archaeology que Nazca era un
gigantesco calendario astronómico.
MÁS ALLÁ DE ESTE
MUNDO...
Tras las hipótesis de los científi-
cos, más o menos razonables o
arriesgadas, llegaron las incursio-
nes inevitables de los escritores
sensacionalistas. En 1960 la edito-
rial francesa Gallimard publicó un
libro cuyo éxito supuso la apertura
de la caja de Pandora de la pseudo-
ciencia: El retorno de los brujos de
L. Pauwels y J. Bergier, obra que
Los arqueólogos han documentado 650 yacimientos de la cultura de Nazca.
CON ESTACAS Y CORDELES
Estacas y cordeles. Elementos tan simples como
éstos sirvieron a los antiguos pobladores de Nazca
y Palpa para trazar las líneas y dibujos que tacho-
nan el desierto. Los que sueñan con tecnologías
desconocidas, heredadas de misteriosas civilizacio-
nes perdidas, suelen sentirse decepcionados con las
explicaciones de los arqueólogos. Sin embargo, la
sencillez del método de elaboración y la espectacu-
laridad de los resultados son una muestra admirable
del ingenio humano.
Vistas de cerca, estas líneas se convierten en sim-
ples surcos en el suelo: son zanjas que nunca supe-
ran los treinta centímetros de profundidad por otros
tantos de anchura. Las características geológicas de
la pampa propician que no sea necesario mucho
más para obtener un resultado visible. La superficie
está compuesta por una capa de guijarros de un
color rojizo oscuro causado por la oxidación, que
cubre otra de un color amarillento claro. Los nazcas
se limitaron a retirar las piedras superiores siguien-
do un trazado que previamente habían señalado con
estacas, unidas por cordeles, a partir de un modelo
a escala menor. Las piedras eliminadas eran acu-
muladas en pequeños túmulos que todavía se con-
servan.
Si se tiene en cuenta que los ‘dibujantes’ nunca
pudieron observar su obra, que se aprecia sólo
desde el aire o parcialmente desde algunas lomas,
la perfección del resultado es llamativa. El clima se
encargó de las labores de conservación: este desier-
to es uno de los lugares más secos del mundo, con
un promedio de media hora de precipitaciones cada
dos años. Los dibujos siempre han estado a salvo
de ser borrados por lluvias torrenciales.
E
n Perú, a 450 kilómetros al
sur de Lima y cerca del océa-
no Pacífico, se encuentran las
pampas de Ingenio, Nazca, Palpa y
Socos. Allí, en planicies elevadas
entre los 460 y los 670 metros, se
extiende un enigma arqueológico que
ha llamado la atención de los curio-
sos desde que fue observado por pri-
mera vez por el conquistador español
Cieza de León, en 1547: cientos de
líneas rectas que a menudo superan
un kilómetro de longitud, grandes
trapecios, espirales, triángulos, ‘pla-
zas’ y dibujos de animales y personas
se reparten de forma caótica en el
desierto.
Un colibrí, un cachalote, una araña o
un mono —de tales dimensiones que
es necesario tomar una avioneta para
poder observarlos— componen un
insólito paisaje arqueológico consi-
derado Patrimonio Cultural de la
Humanidad por la Unesco. ¿Quién
hizo estos dibujos? ¿Cuándo? ¿Para
qué? Los arqueólogos Johny Isla
Cuadrado y Markus Reindel han
obtenido las respuestas a estos
ARQUEOLOGIA
EL SIGNIFICADO DE
LAS LINEAS DE
NAZCA
Un equipo de arqueólogos desvela el significado religioso de los dibujos
gigantes del desierto peruano. Lejos de ser un testimonio de visitantes extra-
terrestres, están relacionados con un culto al agua y la fertilidad.
PSEUDOARQUEOLOGÍA
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disparó, entre otras,
la fiebre por los
astronautas en la
antigüedad, y que
convirtió a Nazca en
un misterio popular.
Las líneas y dibujos
de la meseta peruana
ocupaban un espacio
bastante discreto en
el libro, pero el cara-
melo estaba servido
para tentación de los
fabuladores de para-
dojas. El estrambóti-
co Robert Charroux, un antiguo
empleado de correos metido a
‘investigador’, hizo suya la idea de
Nazca como testimonio de la visi-
ta de los extraterrestres en el pasa-
do y la amplió en sus obras. Las
mismas en las que se ‘inspiró’
Erich von Däniken para escribir su
clásico del disparate Recuerdos del
futuro
(1968).
El hostelero suizo,
que llevó la teoría
de los visitantes extraterrestres del
pasado remoto a millones de lecto-
res, acogió el enigma arqueológico
de Nazca con entusiasmo y lo con-
virtió en patrimonio de los segui-
dores de los platillos volantes.
Däniken afirmó que las líneas eran
un testimonio de sus famosos
astronautas del pasado y, por lo
menos en dos casos, dos pistas de
aterrizaje. Más ade-
lante rebajaría el
tono de sus afirma-
ciones. Según expli-
có varias veces,
pues el misterio de
Nazca se convirtió
en uno de sus gran-
des éxitos, no es
que los alienígenas
trazaran las líneas,
sino que los indí-
genas lo hicieron o
bien con su ayuda,
o bien como recor-
datorio u homenaje
a los mismos.
Quien no tuvo reparos en hablar de
pistas de aterrizaje a la hora de
escribir sobre Nazca fue Jacques
Bergier, que recuperó el tema ya
sin la compañía de Pauwels. Por
ejemplo, en Los extraterrestres en
la Historia
—título que no necesi-
ta mayor comentario—, Bergier
afirma en el capítulo ‘Los visitan-
tes de Nazca’ que “el conjunto (de
Nazca) sugiere la idea de un cos-
módromo, lugar sagrado de home-
naje, al propio tiempo, para visi-
tantes llegados del espacio y cuya
representación formaría parte de la
construcción del cosmódromo”.
Los difusores del dänikenismo
—acertado término utiliza-
do por el etnólogo Wiktor
Stoczkowski— convirtie-
ron Nazca en uno de sus
recursos más celebrados.
Peter Kolosimo, otro de
los grandes del género,
también aportó su granito
de arena. En Tierra sin
tiempo
dedicó parte del
capítulo ‘Las astronaves
de Tiahuanaco’ a los geo-
glifos y documentó la hipótesis de
su relación con los extraterrestres
basándose en leyendas locales
recogidas por él. Aunque no afir-
ma directamente que las líneas for-
men un aeropuerto, no deja de
sugerirlo a lo largo del libro, inclu-
so en los pies de foto, uno de los
cuales dice “...los dibujos del des-
ierto de Nazca, que parecen formar
parte de algo muy semejante a un
campo de aterrizaje”.
A base de volver una y otra vez al
tema, los dänikenistas han conse-
guido que el público relacione
Nazca con los extraterrestres.
ESTUDIO
ARQUEOLÓGICO
Afortunadamente los arqueólogos
se han dedicado a poner las cosas
en su sitio. Después de cinco tem-
poradas de trabajo de campo, el
equipo de Reindel e Isla ha aclara-
do el misterio de las llanuras de
Nazca. Los
arqueólogos
han documentado y excavado más
de 650 yacimientos y han conse-
guido trazar la historia de la cultu-
ra que generó estos dibujos, ade-
más de darles un sentido científico.
El área investigada por estos
expertos se extiende por los valles
de Palpa, Viscas y Río Grande, una
zona que abarca más de 350 kiló-
metros cuadrados, en los que se
han localizado y topografiado
cientos de asentamientos de diver-
sas épocas. Los expertos afirman
que esta región fue habitada de
forma continua por las culturas
Paracas y Nazca desde el año 800
antes de Cristo (a.C.) hasta el final
del imperio Inca, en el año 1532 de
nuestra era. Isla y Reindel han
determinado que “las primeras
líneas y figuras se elaboraron al
El Cóndor. Mide 135 metros. La
principal divinidad de la cultura en
Nazca estaba relacionada con este
ave. (Cortesía del autor)
EL SIGNIFICADO DE LAS LÍNEAS DE NAZCA
El Mono (220
metros). Dibujado
con un surco conti-
nuo, está conectado
con un conjunto de
líneas en zig-zag.
(Cortesía del autor)
Las figuras conforman un enorme paisaje ritual
Las líneas más grandes de Nazca
son visibles desde la astronave
Proba, de la Agencia Espacial
Europea, que se encuentra a 600
kilómetros de altura en el espacio.
Esas líneas ahora corren el riesgo
de ser borradas por la acción
humana y por la erosión, que pare-
cen estar incrementándose.
Designadas en 1994 como patri-
monio de la humanidad, las líneas
son una mezcla de figuras geomé-
tricas y de animales, distribuidas
en un área de unos 70 x 30 kilóme-
tros en la planicie de Nazca, entre
los Andes y la costa del Pacífico al
sur del Perú. Las más antiguas
datan de cerca del año 200 a.C. y
la tradición de trazarlas se prolon-
gó durante unos mil años.
La forma de producirlas era muy
sencilla, pues bastaba con remover
las piedras oscuras de la superficie
y dejar expuesta la arena, de color
más claro. Su propósito, sin embargo, continúa sien-
do en parte un misterio, quizás ya desvelado por la
teoría que acompaña este texto (basada en el resul-
tado de excavaciones arqueológicas por la zona).
Anteriormente se habían propuesto otras, como que
son trayectorias para procesiones religiosas, obser-
vatorios astronómicos o guías para
llegar hasta fuentes de agua subterrá-
neas.
Las líneas de Nazca han sido preser-
vadas hasta ahora por la extrema
sequedad y falta de erosión del
desierto, pero están siendo amenaza-
das cada vez más. Se calcula que
durante los últimos treinta años se ha
producido más erosión en la zona
que en los últimos mil años.
El instrumento CHRIS (espectróme-
tro compacto de alta resolución), a
bordo de la astronave Proba, obtuvo
una imagen de la zona, con una reso-
lución de 18,6 metros. Es muy baja
para ver las figuras de los animales,
pero suficiente para percibir las líne-
as rectas de más longitud. Se observa
con claridad la carretera panamerica-
na que atraviesa la región de norte a
sur y que se vecomo una línea oscu-
ra de arriba a abajo de la fotografía.
También se observa en la fotografía otra causa del
daño producido a las líneas: los deslizamientos de
lodo producidos por las lluvias de las montañas
andinas. Se cree que estos eventos están conectados
con el fenómeno de El Niño, del Océano Pacífico,
que se está volviendo más frecuente."
LAS LÍNEAS DE NAZCA FOTOGRAFIADAS DESDE LA ÓRBITA TERRESTRE
Esta imagen de la planicie de Nazca
en el sur del Perú fue captada por el
espectrómetro de alta resolución a
bordo de la nave espacial Proba, el
26 de septiembre de 2003. Muestra
las carreteras del desierto y los
débiles trazos de las mayores de las
líneas de Nazca, dibujadas en el
desierto hace un par de miles de
años. También se ven los canales de
agua producidos por derrumbes de
lodo. (ESA)
La carretera panamericana corta las misteriosas figuras y formas
geométricas de las líneas de Nazca en el sur del Perú. La carretera
fue construida en 1937, antes de que fueran descubiertas las líneas
de esa parte del desierto. (AP Photo/J. Moore)
A. Bernal
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final de la cultura Paracas, hacia el
200 a.C.”, tomando como modelo
las decoraciones de la cerámica.
Los geoglifos alcanzaron su máxi-
mo esplendor cuando los asenta-
mientos de la cultura Nazca esta-
ban en pleno desarrollo (200 a.C.-
650 después de Cristo). La eviden-
cia arqueológica indica que los
dibujos se dejaron de realizar a
medida que surgían conflictos
entre grupos de la misma sociedad.
Para Isla y Reindel, el significado
de estas figuras está relacionado
con la importancia del agua para la
cultura Nazca, que consiguió
alcanzar un gran desarrollo en una
de las zonas más áridas del plane-
ta. En esta sociedad “el agua se
distribuía con sistemas de riego
bien organizados sobre toda la
parte media y baja de los
valles”, según explican estos
expertos.
PAISAJE RITUAL
El agua jugó un importante papel
en la religión local. Las excavacio-
nes han sacado a la luz pequeñas
estructuras situadas en los geogli-
fos en las que se han encontrado
ofrendas de productos agrícolas y
animales, sobre todo marinos.
“Entre éstos destacan las conchas
de ‘Spondylus’,
que en el área andina
han sido consideradas, desde
hace miles de años, como símbo-
los de agua y fertilidad”. Los dibu-
jos formaban un paisaje ritual
cuyo fin debió ser propiciar la pro-
visión de agua.
Para confirmar la relación entre las
figuras y los asentamientos era
necesario encontrar las poblacio-
nes más importantes de la cultura
Nazca. Isla y Reindel han conse-
guido localizar el centro adminis-
trativo y religioso de esta socie-
dad, durante época temprana, en
Los Molinos. Otro yacimiento,
Los Muños, fue la capital durante
la época Nazca Medio (200-400
d.C.). Ambos lugares, que descu-
brieron a los arqueólogos la exis-
tencia de una arquitectura planifi-
cada, se encuentran en las cercaní-
as de los geoglifos. Tumbas, edifi-
cios monumentales, estructuras
aterrazadas y ofrendas son los tes-
tigos de una sociedad compleja
muy humana y nada extraterrestre.
Julio Arrieta
El Cachalote (65
metros). Es uno de
los dos cetáceos
representados.
(Cortesía del autor)
Para más información:
Arqueología del Perú:
http://www.antropologia.com.ar/pe
ru/l-nasca.htm
Nota
Una primera versión de este artí-
culo fue publicado originalmente
en el diario El Correo en su sec-
ción Vivir (págs. 66 y 67) el mar-
tes 26 de noviembre de 2002. Una
versión digital del mismo se dis-
tribuyó con El Escéptico Digital
8/2002, que puede ser consultada
en formato PDF, con las ilustra-
ciones originales, descargándolo
desde http://www.arp-sapc.org/
eedigital/Nazca1.pdf y
http://www.arp-sapc.org/eedigital/
Nazca2.pdf.
EL SIGNIFICADO DE LAS LÍNEAS DE NAZCA