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el escéptico
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Los chavales asentían con la cabeza.
-¿Pensáis que debería haber sido descrito con gran
detalle por todo aquel que tenga unos mínimos pode-
res de predecir el futuro?
-¿Sabéis cuántos brujos, astrólogos o videntes habían
predicho la catástrofe?
-Ninguno.
-¿Eso qué demuestra? Que no hay tales poderes de
predecir el futuro. Pero estoy seguro —añadí— de
que saldrán algunos diciendo que ya lo habían previs-
to. Es muy sencillo hacer predicciones catastrofistas
genéricas y luego decir que se referían a lo ocurrido.
El futuro no se puede predecir, pero “a posteriori” es
muy fácil reintrepretar lo que se ha dicho. “Habrá una
catástrofe con muchos muertos en nuestro país”. Con
el 11-S hubo muchos que dijeron que Nostradamus
ya se refería a aquel atentado en una de las cuartetas.
Estoy seguro que vosotros mismos, si os tomáis la
molestia de leer a Nostradamus, encontraréis alguna
cuarteta que se pueda interpretar como una referencia
al atentado del Madrid. Si lo hacéis, por favor, hace-
ros preguntas de este tipo: ¿Sería aplicable sólo al
atentado de Madrid o también lo sería al de Nueva
York o a la Segunda Guerra Mundial o a la Primera
Guerra Mundial? ¿O al accidente ferroviario que ocu-
rrió en ...? Tened en cuenta que cuando un texto no se
interpreta literalmente, el resultado de la lectura no
dependede lo escrito sino de la imaginación y fanta-
sía del lector.
Félix Ares de Blas
D E O C A
A
O C A
E
ran las 6,30h de la mañana de Montevideo
(Uruguay). A las siete y unos minutos tenía
que intervenir en directo en uno de mis progra-
mas semanales de Radio Nacional de España.
Suena el teléfono. Es el productor del programa.
-A pesar de lo que ha pasado hoy, vamos a hacer el
programa.
El productor notó mi silencio de no entender de qué
me hablaba.
-¿Te has enterado de lo de los atentados, no?
-Pues la verdad es que no. Estaba durmiendo, me
había despertado para repasar las notas que os envié
desde un cibercafé anoche. ¿Qué ha pasado?
-Pues es la noticia del día. Un atentado, bueno más de
uno. Uno de ellos en la estación de Atocha. Más de
cien muertos. Se supone que ha sido ETA, aunque
también se habla en la redacción de Al Qaeda...
Bueno, quería decirte que a pesar de ello haremos el
programa, aunque lo más probable es que algo te pre-
guntaremos sobre el tema.
Hice el programa. Me preguntaron sobre el atentado,
pero mis respuestas fueron las únicas que podía dar:
“Me acabo de enterar por vosotros. No sé nada. Estoy
a diez mil kilómetros de distancia.”
A las ocho bajé a desayunar. Unas quince personas se
agolpaban ante el televisor del vestíbulo del hotel,
que tenía sintonizada Televisión Española. Todos
miraban lo que ocurría en España. Todos los que nos
conocían nos daban el pésame. Al pedir el desayuno,
la camarera, por nuestro acento, supo que éramos
españoles y también nos dio el pésame por la catás-
trofe.
Me llamaron del planetario de Montevideo, de la
Embajada de España en Montevideo, de la
Asociación Astronómica de Uruguay, de una emisora
de radio en la que el día anterior había estado hablan-
do una media hora... todos se interesaban por mi
estado de ánimo y por si entre los heridos había algu-
no de mi familia.
Sin duda en Uruguay fue una conmoción. “Nos ha
afectado mucho más que lo del 11-S”, fue una frase
que oí varias veces.
En Internet pude verificar que no sólo era una conmo-
ción en España y en Uruguay sino en todo el mundo.
Era una gran catástrofe de ámbito universal.
Aquella tarde tenía que dar sendas charlas sobre
“Ciencia y Pseudociencia” en dos Liceos de enseñan-
za media de Montevideo. No tenía que hablar del
atentado; pero el tema casi surgía solo.
Mientras hablaba con aquellos estupendos chavales,
se me ocurrió que lo del atentado también era un tema
interesante para explicar lo que era la ciencia y la
pseudociencia. Les expliqué que en España —y supo-
nía que, lamentablemente, también en Uruguay— a
fin de año, los astrólogos, videntes y diversos futuró-
logos hacían las predicciones de lo que iba a ocurrir
en el año siguiente. Les expliqué que ellos dicen que
no aciertan los pequeños acontecimientos, pero que
las grandes catástrofes, las que afectan emotivamen-
te a muchas personas sí que las predicen.
-¿Creéis que este ataque terrorista, con más de ciento
cincuenta muertos —esa era la cifra que se daba en
ese momento— y con más de mil cuatrocientos heri-
dos es importante? ¿Afecta emocionalmente a
muchas personas?
11M