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10 (2004) el escéptico
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c llevó a cabo un estudio
estadístico con el fin de determinar cuál es
el grado de afinidad o diferencia entre diversos
grupos escépticos y, en particular, cuáles eran los
temas que tenían en común —o servían como ele-
mento de cohesión— los miembros de su propia
sociedad, publicando las conclusiones en el
número 65 de su revista (primavera 2002).
Según señala la autora de ese trabajo, Vicki
Hyde, lo llevó a cabo al constatar que el líder del
CSICOP, Paul Kurtz, durante el
4º Congreso
Mundial Escéptico, emplazaba a tratar la religión,
la economía y la política en un plano similar a los
fantasmas, OVNI, alienígenas, iridólogos, etc.
Hyde creyó adivinar que el motivo podía ser
que en los EEUU los temas religiosos eran más,
como si dijéramos… candentes y amenazadores
en ciertos aspectos que en su propio país, en
cuanto a que pretendían ocupar ámbitos que no
le correspondían, especialmente en materia de
historia y biología evolutiva. Esta reflexión le con-
dujo a considerar las diferencias que podrían
establecerse entre grupos o personas con idénti-
cos fines escépticos y a realizar el estudio en cues-
tión.
Así, empieza Hyde por afirmar que su asocia-
ción nació con el nombre de
Comité
Neozelandés para la Investigación Científica de
Afirmaciones Paranormales (cuyo acrónimo en
inglés es NZCSICOP) y que en sus estatutos figu-
ra como principal objetivo “examinar críticamen-
te los efectos paranormales y pseudocientíficos”.
Las primeras “cruzadas” de esta entidad fueron
dirigidas contra dobladores de cucharas o perso-
nas que leían la mente.
Sin embargo, durante los últimos diez años, el
interés se ha concentrado en aquellas áreas con
m ayor potencial de daño (léase físico, mental,
emocional, moral o económico) tanto a escala
individual como colectiva. Probablemente este
proceso ha conducido a que los resultados del
estudio puedan resultar sorprendentes en algu-
nos aspectos.
En la actualidad, se conoce a la asociación en
los medios de comunicación y público en general
como “los Escépticos de Nueva Zelanda”, por lo
que frecuentemente se asume su posición escép-
tica sobre todas las cosas, incluyendo creencias
religiosas en general, movimientos políticos, pre-
dicciones económicas e, incluso, noticias científi-
cas.
Las principales áreas de interés
detectadas en los escépticos
neocelandeses han sido, por este
orden: las medicinas alternativas,
ciencia creacionista/diseño
inteligente, falsa memoria,
calentamiento global, ingeniería
genética/manipulación genética.
Es decir, una interesante mezcla de
materias escépticas “fáciles” con
otras que incluyen una alta dosis de
subjetividad y opinión.
mundo escéptico
¿Somos realmente quienes
creemos que somos?
SERGIO LÓPEZ BORGOÑOZ
Portada de la revista escéptica neozelandesa New Zealand Skeptic nº
65 (primavera 2002). (New Zealand Skeptic)
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el escéptico (2004) 11
Este hecho se ha traducido en ocasiones en
dos tipos de situaciones diferentes:
a) Percepción por parte de ciertas personas
(incluso asociados) de que los miembros
de la asociación estaban “por encima” del
resto de los mortales, incluso los científi
-
cos, y constituían un club de “agraciados
intelectualmente” con potestad para juzgar
sobre lo humano y lo divino
b) Percepción por parte de otras personas
(incluso asociados) acerca de que el ser
escéptico imposibilita la adscripción a
otros grupos de pensamiento o a tener
diferentes ideologías (pues todo puede ser
tamizado por el pensamiento crítico) y
obliga a permanecer en una posición más
de árbitro que de jugador
Lógicamente estos conceptos estaban camu-
flados bajo distintas apariencias en las respuestas.
Otras interesantes conclusiones del estudio
fueron:
a
) Constatar que las principales áreas de inte-
rés de los miembros de la asociación eran,
por este orden: medicinas alternat
i
vas,
ciencia creacionista/diseño inteligente,
falsa memoria, calentamiento global, inge-
niería genética/manipulación genética. Es
decir, una interesante mezcla de materias
escépticas “fáciles” con otras que incluyen
una alta dosis de subjetividad y opinión.
b) Considerar la astrología, espiritismo, fan-
tasmas, fenómenos síquicos y ovnis/extra-
terrestres como materias “muertas”, blan-
cos fáciles y para no ser tomadas demasia-
do en serio. Estos temas figuran como de
segundo orden.
Estas conclusiones parecen coherentes con la
idea de “potencial de daño” expresada al princi-
pio, aunque debemos tener en cuenta de que
también hay sectas que son capaces de conducir
al suicidio a sus acólitos por una promesa reali-
zada por extraterrestres.
Trasladando estas cuestiones a un ámbito más
próximo, resultaría interesante conocer si existe
algún tipo paralelismo entre los intereses y las
opiniones de los miembros la asociación neoze-
landesa y los del movimiento escéptico hispano,
por ejemplo. ¿Nos preocupan los mismos temas?
Parece fácil deducir (quizá las listas de correo
electrónico sean un buen instrumento para cole-
gir esta inferencia) que cuando surgen temas rela-
cionados con el, digamos, segundo nivel de inte-
rés (ovnis, fantasmas, alienígenas, etc.) los
comentarios suscitados suelen ser sarcásticos y
mordaces, mientras que los temas relacionados
con la religión o la política, o con la clonación,
han hecho saltar chispas o correr ríos de tinta
entre los diferentes escépticos ¿será un indicativo
de la implicación con que nos tomamos estas
diferentes materias?
Y por otra parte, probablemente de mayor tras-
cendencia ¿cómo nos percibe el resto de la socie-
dad (los pocos que nos conozcan y no nos odien
por diferentes motivos)? ¿Cómo percibimos al
resto de los escépticos y al movimiento escéptico,
en general? ¿Quiénes nos creemos que somos?
Precisamente, en un S
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final del pasado año (nov/dic 2002), podía
encontrarse alguna de las respuestas a las pre-
guntas formuladas, pues en un artículo titulado
¿Son cínicos los escépticos? se apuntan precisa-
mente tres conceptos con los que el público en
general suele catalogar a los escépticos:
1.
— Los escépticos consideran estúpidos a
quienes no lo son (escépticos).
2.—Los escépticos son “cerrados de mollera” y
creen que la lógica y la ciencia pueden
explicarlo todo.
3.—Los escépticos intentan socavar los cimien
tos de la fe religiosa, y mostrar que la vida
es un sinsentido carente de esperanza.
¿Será verdad que nos perciben así? ¿será ver-
dad que somos así? ■
mundo escéptico
Portada de la revista estadounidense Skeptical Inquirer nº6, vol. 26,
nov./dic. 2002. (CSICOP)
En un reciente artículo del Skeptical inquirer se
apuntan tres conceptos con los que el público en
general suele catalogar a los escépticos: Los escépticos
consideran estúpidos a quienes no lo son; los escépticos
son “cerrados de mollera” y creen que la lógica y la
ciencia pueden explicarlo todo, y los escépticos intentan
socavar los cimientos de la fe religiosa, y mostrar que la
vida es un sinsentido carente de esperanza.