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6 (2004) el escéptico
U
na de las “quejas históricas” del escepticis-
mo organizado es la ausencia de la visión
crítica de lo “paranormal” y lo “enigmático”
en los medios de comunicación, mientras que la
presencia de particulares a favor de dichas creen-
cias es abundante.
Por supuesto, las Islas Canarias no son una
excepción a este respecto, ya que contamos tradi-
cionalmente con populares ejemplos de divulga-
dores de lo “misterioso”, amparados en la despre-
ocupación del sector académico por la evaluación
crítica de sus afirmaciones y la divulgación del
pensamiento escéptico en los medios de comuni-
cación.
Con la finalidad de contribuir a paliar esta
situación, un colectivo formado mayoritariamente
por profesores y alumnos de la Universidad de La
Laguna —ULL— (Tenerife) decidió hace ya tres
años iniciar un proyecto académico abierto tam-
bién al público externo interesado, del que habla-
mos en este artículo.
Este colectivo informal de miembros de la
ULL, así como personas ajenas a esta institución
tanto de Tenerife como de Gran Canaria, preocu-
padas igualmente por la divulgación de la ciencia
y la difusión del escepticismo frente a los “enig-
mas mediáticos de la ciencia”, estaba agrupado
desde 1999 en torno a una lista de debate a tra-
vés del correo electrónico llamada
Esceptican.
Con la agilidad, espontaneidad y esa cierta desor-
ganización que caracteriza a estas listas,
Esceptican ha supuesto para nosotros un enri-
quecedor foro de encuentro y nacimiento de ini-
ciat
i
vas, como se comenta más adelante.
Algo más de una decena de miembros de la
misma lo son además de ARP-SAPC, la entidad
que aglutina formalmente al colectivo escéptico
español. Los miembros de dicha lista de correo
constatamos que, a pesar de la difusión mayorita-
ria de la cultura y del contacto diario con los ade-
lantos tecnológicos, todavía muchas personas
confían ciegamente en el primer estafador pseu-
docientífico que cuenta increíbles historias de via-
jes astrales, curaciones mediante energías positi-
vas, visiones de ovnis, etc. Todo ello corre parejo
con el escaso nivel cultural generalizado en nues-
tra sociedad, en su doble faceta científica y huma-
nista.
Ante este desalentador panorama podíamos
permanecer indiferentes o involucrarnos en ofre-
cer una alternat
i
va crítica a la desmesurada inva-
sión de creencias y prácticas irracionales en nues-
tros medios de comunicación. Y optamos por lo
segundo. Tal implicación surge naturalmente
entre profesionales de la docencia y la investiga-
ción científica, e interesados por la difusión del
escepticismo. Como solemos asegurar con fre-
cuencia, este concepto realmente no es ajeno a la
vida cotidiana, pues lo ejercemos contínuamente
en multitud de ocasiones: por ejemplo, cuando
deseamos adquirir un coche de segunda mano no
confiamos ciegamente en la palabra del vendedor,
sino que nos colocamos, de entrada, en una posi-
ción de desconfianza, esperamos que sea el
comerciante quien responda satisfactoriamente a
todas nuestras preguntas (sobre el estado del
motor, la carrocería, la seguridad del vehículo, su
edad, su historia, etc.) y damos por sentado que
debe ser él quien demuestre la veracidad de sus
afirmaciones, no nosotros quienes probemos su
falsedad. Pues esto, ni más ni menos, es una acti-
tud escéptica natural que resulta muy saludable
frente a la mayoría de informaciones que recibi-
mos, especialmente las relacionadas con fenóme-
nos extraños, supuestos enigmas de la ciencia,
terapias alternat
i
vas o la influencia de los astros
en nuestra personalidad y futuro, entre otras
muchas temáticas afines. El propósito de quienes
defendemos esta actitud crítica no es decir a
nadie lo que debe o no creer, sino equilibrar el
tipo de información que llega al público medio
ofreciéndole una visión diferente para que, con
todos los datos y todas las opciones, pueda juzgar
por sí mismo.
A raíz de esta confluencia de intereses comen-
zaron a surgir diversas iniciat
i
vas como la colabo-
ración con el diario
La Opinión de Tenerife en su
suplemento de los jueves
Ciencia y Cultura 2·c; l
a
asistencia a actos públicos de carácter pseudo-
científico y el envío de cartas de protesta a los
medios de comunicación cuando se consideraba
necesario; la presencia en programas televisivos y
radiofónicos de debate para argumentar escépti-
camente frente a las afirmaciones menos raciona-
les de nuestros oponentes; y la organización de
actos puntuales en el Museo de la Ciencia y el
Cosmos de La Laguna, el Ateneo y el Orfeón La
Paz de la misma ciudad y en la Facultad de
Psicología de la ULL, entre otros foros.
Precisamente de entre todas estas actividades
destaca la llevada a cabo dentro del marco de las
actividades del Vicerrectorado de Extensión de la
ULL, consistente en el diseño y organización del
curso
Mitos y realidades en la ciencia y las pseu-
dociencias, cuya tercera edición se celebró del 20
de marzo al 14 de mayo de 2003 en el aula
“Tomás y Valiente” de la Facultad de Derecho de
la ULL. El próximo año confiamos en celebar la
cuarta edición, lo que esperamos confirme a la
Universidad de La Laguna como un referente
nacional en el terreno de la divulgación científica
y la perspectiva escéptica ante las pseudociencias.
el primer contacto
Divulgación científica y
escepticismo en la universidad
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el escéptico (2004) 7
El curso está estructurado en dos módulos de
30 horas (20 conferencias) cada uno: el primero,
Panorama de la ciencia contemporánea, es una
revisión divulgat
i
va —no necesariamente exhausti-
va ni completa— de los principales asuntos que
tiene entre manos la ciencia de nuestros días. Tras
una introducción acerca del método y el nac
i-
miento de la ciencia moderna, en esta última edi-
ción se abordaron temas como la relatividad
,
mecánica cuántica, fisión nuclear, el origen del
Universo, las presuntas amenazas del cielo o las
posibilidades de existencia de vida e inteligencia
extraterrestre; se habló también de evolución,
ciencia cognitiva, salud y radiaciones electromag-
néticas, SIDA, vitaminas y antibióticos; y de bio-
logía molecular, desde sus orígenes a los concep-
tos básicos de genética, clonación o transgénicos;
para terminar con el vulcanismo en Canarias, eco-
logía y ecologismo, y la comunicación de los
resultados científicos.
El segundo módulo,
La ciencia frente a las cre-
encias pseudocientíficas, trató temas como la
relación general entre sociedad, ciencia y pseudo-
ciencias, las percepciones engañosas de nuestro
cerebro, diversos mitos en torno al mismo, expe-
riencias inusuales como las de “salida del cuerpo”
y cercanas a la muerte, así como un estudio psi-
cológico de la relación entre nuestras creencias y
la realidad; se analizaron el fenómeno sectario y
el punto de vista de la ciencia y la sociología fren-
te a las llamadas medicinas alternat
i
vas; entre
otros mitos muy extendidos, se habló también de
los ‘productos milagro’ en cosmética y nutrición,
las técnicas de presunta adivinación del futuro,
astrología, ovnis, fenómenos parapsicológicos, las
ideas de la “New Age” o las frecuentes falsifica-
ciones en torno a la arqueoastronomía, la historia
y la arqueología; se abordó también la perspecti-
va juridíca de las pseudociencias y la relación de
éstas con el periodismo, para concluir con dos
mesas redondas sobre el papel de los medios de
comunicación en la divulgación de la ciencia y las
pseudociencias.
Todos estos contenidos fueron presentados
con un lenguaje accesible al público no especiali-
zado, en forma de charlas de algo menos de una
hora de duración seguidas siempre de un tiempo
dedicado al debate y la resolución de dudas.
Como puede verse por los temas trat
ados, el
curso tiene un marcado carácter multi e interdis-
ciplinar, contando en su última edición con 32
profesores de 18 áreas de conocimiento diferen-
tes, la mayoría de ellos de la Universidad de La
Laguna, entre los que se contaron once miembros
de ARP-SAPC.
Como conferenciantes invitados hemos tenido
el honor y el placer de contar con Manuel Calvo
Hernando, Premio Mario Bohoslavsky 2003
(concedido por ARP-SAPC), Presidente de la
Asociación Española de Periodismo Científico y
que, además, fue Director General de Televisión
Española; Javier Armentia, Director del Planetario
de Pamplona, conocido divulgador de la ciencia y
crítico de las pseudociencias, que fue durante
años presidente de ARP-SAPC; y José María Bello,
Director del Museo Arqueológico e Histórico de
La Coruña y vicepresidente de ARP-SAPC.
primer contacto
(Cortesía de los autores)
(Cortesía de los autores)
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8 (2004) el escéptico
En sus tres ediciones el número de matricula-
dos ha ido creciendo progresivamente hasta
alcanzar en el segundo módulo del curso 2003
casi el centenar de alumnos, la gran mayoría pro-
cedentes de la ULL, de muy diversas especialida-
des.
Esta última edición se celebró con el patroci-
nio del diario
La Opinión de Tenerife, Alcampo,
Cepsa, Apeles Limpiezas y Fundación Anomalía,
cuya colaboración permitió editar,
además del
tríptico anunciador, un cartel específico del curso
y un libro con los resúmenes de las charlas y los
currículos de los profesores. Es de destacar tam-
bién la repercusión en medios escritos de ámbito
nacional como las revistas
Muy Interesante,
Mundo Científico o C N R, que publicaron reseñas
de esta actividad (pueden consultarse, junto con
la amplia cobertura periodística local, en
http://webpages.ull/users/esceptic, donde tam-
bién se podrá hallar, para cada conferencia, un
resumen y una breve presentación del profesor
correspondiente).
primer contacto
Aspecto de la mesa redonda La divulgación científica,
el periodismo científico y la utilización de la ciencia en
los medios en la que participaron (de izquierda a dere-
cha en la imagen) Jesús Burgos (director del progra-
ma “Canarias innova” de RNE en Canarias), José Mª
Bello, José Mª Riol (moderador, director de esta edi-
ción del curso), Manuel Calvo y Javier Armentia.
(Cortesía de los autores)
Imagen de la mesa redonda Las pseudociencias y los
medios de comunicación participaron (de izquierda a
derecha) Javier Armentia, José Mª Bello, Ricardo
Campo (moderador, coordinador del segundo módu-
lo), Carlos Álvarez (profesor titular del Dpto. de
Psicología Cognitiva de la ULL, profesor del curso) y
Manuel Calvo. (Cortesía de los autores)
Página 35 del diario Avui, del 23 de agosto de 2002, en la que se menciona la noticia.
(Premsa Catalana S.A.)
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el escéptico (2004) 9
Los organizadores confiamos en que este
curso cuente con nuevas ediciones en el futuro,
de modo que se consolide como una oferta única
por su amplitud y enfoque en nuestro país, con la
participación de entidades que como ARP-SAPC
tienen entre sus objetivos la potenciación de la
divulgación científica y la crítica racional a los
mal denominados “enigmas de la ciencia” y otras
creencias populares.
Inés Rodríguez Hidalgo y Ricardo Campo Pérez
¡A nosotros, que ya somos gatos
viejos, con ésas!
Como siempre, los diarios están llenos de fa
l-
sedades, ¿quién lo ignora en estos días aciagos
que nos ha tocado vivir? El dinero escéptico,
financiado por la CIA y el FBI, aflora por doquier
y sólo las mentes preparadas que realmente esta-
mos informados, gracias a pasarnos horas en
inmundos lavabos públicos de aeropuertos (entre
m acarras, proxenetas —que nos han hecho más de
una proposición sonrojante— y agentes de la CIA
que se niegan, entre risitas —nunca sabemos por
qué— a facilitarnos ninguno de sus datos persona-
les ni a mostrarnos ninguna prueba de lo que
dicen), en vez de hacer el absurdo de ir a com-
probar las cosas y resolverlas basándonos en los
datos que nos suministra la realidad y lo que
vemos (¿hay algo más falso que la realidad? Ya lo
dijo Heisenberg, o Demócrito, o un cuñado suyo
,
que ahora no me acuerdo).
Pues bien, el otro día leí que el artista Frederic
Perers, a pocos kilómetros de Cardona (Lleida), a
finales de agosto del año pasado, había escrito
sobre la tierra cultivable del Pla de Bergús la
palabra ‘Sempervivens’, de 25 metros de largo
por cien de ancho, con la tipografía Swiss721, rea-
lizada mediante un arado de cinco discos.
Pero, ¡a quién quieren engañar? Está claro que
no a nosotros (bueno, supongo), que tras los
dibujos de Nazca y los círculos campestres ingle-
ses sabemos que eso sólo puede ser obra de
gigantes o alienígenas, aunque los granjeros britá-
nicos se empecinen una y otra vez en decir que
han sido ellos. No hemos hecho caso a los cam-
pesinos del Reino Unido, ¿y le vamos a hacer
caso a un artistilla que reclama para sí la gloria de
un diseño marciano?
No y mil veces no, por pruebas y pruebas que
el contumaz artífice pueda llegar a proponernos.
N ada nos puede llegar a servir más que esas mis-
teriosas llamadas a medianoche, que nadie sabe
de dónde vienen, o que esos sueños que se meten
en nuestra cabeza cuando hemos tomado, quizás
en exceso, el néctar de Baco, no por honrar a tan
ilustre deidad, sino para facilitarnos el contacto
con inteligencias superiores a la humana y mejor
adentrarnos, guiados por ellos, en los saberes
ignotos que pueblan este mundo y que sólo nos-
otros, con nuestra pericia especial acreditada,
somos capaces de acometer.
Un artista ¡ja! ¿Qué dirán la próxima vez? ■
Alfonso López Borgoñoz
primer contacto
Pseudociencia
en la prensa
E
l periodista brasileño Valdir Pereira
Gomes ha realizado un trabajo sobre
Ciência e pseudociência na midia
[Ciencia y pseudociencias en los medios], para
su conclusión del programa de post-gradua-
ción en Comunicación Social de la
Universidad Metodista de Sao Paulo (Brasil).
Se trata de un análisis de las falsas ciencias
desde el periodismo científico, a partir de los
debates en el área de la llamada medicina
alternat
i
va, que generaron amplia discusión en
el diario
Correio Popular de Campinas (Estado
de Sao Paulo, Brasil). El tema debatido era la
homeopatía.
Entre las conclusiones del trabajo, destaca-
mos las siguientes:
— El periodista, en general, no tiene sufi-
cientemente clara la importancia de su papel
social en la formación de la opinión pública.
— La falta de preparación de los profesio-
nales de los medios provoca el analfabetismo
científico y, en consecuencia, la difusión de
temas pseudocientíficos.
— Los intereses del mercado suponen una
perturbación para difundir el conocimiento y
contribuyen al sensacionalismo de la noticia
científica. De este modo, su papel formativo se
convierte a veces en deformación.
— Las áreas de medicina y salud son las más
propicias para perturbar al público, debido a
su relación directa con la calidad de vida de la
población.
— Como consecuencia, la divulgación y el
análisis de informaciones de esta naturaleza
pueden producir confusión cuando se abor-
dan de modo inadecuado.
— Los temas situados en la frontera tenue
entre ciencia y pseudociencia, como las medi-
cinas alternat
i
vas, tienen consecuencias para la
sociedad, principalmente cuando los medios
no ofrecen análisis seguros y completos.
— En esta perspectiva, la desinformación del
público resulta más grave, como, por ejemplo,
en el caso de la homeopatía, reconocida como
especialidad médica por la Asociación Médica
Brasileña desde 1980. ■
Manuel Calvo Hernando
Premio Mario Bohoslavsky 2003