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PREMIO
A UN
DUDOSO
DIVULGADOR
CIENTÍFICO
La Asociación Española de Científicos ha galardonado
a Eduard Punset, director del programa televisivo Re-
des
, con la Placa de Honor 2001. Este espacio se emi-
te desde hace años en la segunda cadena de la televi-
sión pública española. Es, aparentemente, un programa
de divulgación científica y tecnológica que muestra
reportajes de actualidad, entrevistas y noti-
cias. Digo “aparentemente”, porque el equi-
po de Redes falla a la hora de distinguir en-
tre la ciencia y la pseudociencia, entre la
innovación tecnológica y la charlatanería; en-
tre la especulación racional y el pensamien-
to mágico.
Hace tiempo, su director nos dejó anona-
dados con un bochornoso espectáculo de
credulidad. Eduard Punset visitaba a Uri Ge-
ller, el conocido farsante doblador de cucha-
ras. En aquella entrevista, Punset adoró a
Geller, tomándole por un auténtico psíquico,
un portento cuyas proezas mentales habrían
revolucionado la ciencia en los años setenta.
Mientras Geller promocionaba su nuevo libro
sobre autocuración y achacaba sus capacidades para-
normales a un “don divino”, Punset asentía emociona-
do y lo elogiaba constantemente. “Tú eras un pionero y
ahora esto es ciencia, ciencia pura”, llegó a decirle
1
.
El caso de Geller es el más sangrante, pero no el
único. En su larga trayectoria, el equipo de Redes ha
llevado al programa a un buen puñado de científicos
notables, pero también, y otorgándoles la misma credi-
bilidad, a toda una galería de representantes de lo irra-
cional. Homeópatas, geobiólogos, adeptos a la Medita-
ción Trascendental, sacerdotes partidarios de unificar
ciencia y superstición, monjes y maestros de Tai-Chi,
“doctores en naturopatía”, “médicos bioenergéticos” y
PRIMER CONTACTO
el esc
é
ptico
verano 2002
6
WEB DE R
TVE
Página web de Redes.
Redes, en su programa titulado
“Las buenas y las malas vibraciones”
(nº 160, emitido el 9 de abril del 2000),
tal como se indica en su web, abordó
“el tema de los campos magnéticos y
del electromagnetismo terrestre.
Cuando a este último se le añaden dosis
elevadas de electromagnetismo artificial
como el que desprenden las líneas de
alta tensión, aparatos eléctricos o
teléfonos móviles, se producen graves
alteraciones en la salud humana”. En el
programa participaron Mariano Bueno,
geobiólogo (?), presidente de la
Asociación de Estudios geobiológicos
de España y experto en
ecobioconstrucción (?), que habló
acerca de cómo “detectar el
electromagnestismo exterior de las
personas y cómo situar nuestras casas
en el lugar más favorable para poder
disfrutar de buena salud”, así como
Marisol González Esterling, biosónica (?),
Fernando Sánchez Quintana, terapeuta
emocional (?), Javier Segarra,
arquitecto y José Colastra, doctor (?) en
naturopatía.
WEB DE R
TVE
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hasta el escritor Sánchez Dragó (afirmando, entre otros
disparates, que la telepatía animal está comprobada
2
).
Nunca hemos visto a Eduard Punset mostrar una acti-
tud escéptica con esta clase de invitados. En ocasiones,
sus preguntas han parecido ligeramente suspicaces,
pero al final todo era armonía. “Me has convencido”, le
dice al geobiólogo, tras escuchar sus geomagnéticas
fantasías
3
.
Las reflexiones ocasionales de Punset, así como las
preguntas (a veces, surrealistas) a sus invitados, reve-
lan no sólo su credulidad hacia los fenómenos paranor-
males, sino su incapacidad para comprender lo más bási-
co en el funcionamiento de la ciencia y el método
científico. A pesar de su fascinación por la investiga-
ción y su apuesta por un futuro hiper-tecnológico, el
pensamiento de Punset es de tipo mágico. Un ejemplo:
tras afirmar rotundamente que la naturaleza muestra
inteligencia e intencionalidad en todas sus acciones, le
preguntó al sorprendido físico Jorge Wagensberg que
cuál era la intencionalidad de un tornado.
No entendemos, por todo esto, al presidente de la
Asociación Española de Científicos, cuando afirma
que “Redes es notablemente serio, apunta a temas de
sugestiva proyección en el futuro y pone en contacto hu-
mano con el investigador y con el hecho científico”. Y
continúa: “Todo esto es importante para la causa de la
ciencia
4
”. ¿Realmente beneficia a esta “causa” un
programa en el que los charlatanes son tratados como
científicos de vanguardia, dónde se otorga la misma cre-
dibilidad a un premio Nobel que al presidente de una
asociación de radiestesistas?
El programa de Punset seguirá siendo nefasto como
divulgador mientras no disponga de un director cientí-
ficamente competente y capacitado para el pensamien-
to crítico o, al menos, de una serie de asesores con cri-
terio racional y científico, que le ayuden a seleccionar
los contenidos. Quizá entonces su responsable merezca
este tipo de premios.
é
Ernesto Carmena
NOTAS
1. Carmena, Ernesto: ‘Enredados con Uri Geller’. El
Escéptico, nº 2.
2. Torres, Javier: ‘Eduardo Punset y su Programa Re-
des: TVE nos descubre el eslabón perdido en la ca-
dena de transmisión de la credulidad’. El Escéptico
Digital
, nº 13, año 2001
3. Se puede acceder al contenido de algunos progra-
mas, así como al texto completo de sus entrevistas,
en la web de Redes: http://www.rtve.es/tve/b/redes
4. Asociación Española de Científicos. Acta Científica
y Tecnológica 4: 43-44, 2002.
A VUELTAS
CON EL
ARCA
A finales del verano de 2001, la popular fuente de noti-
cias de astronomía space.com anunció que un equipo de
investigadores se disponía a buscar el Arca de Noé con
la ayuda del más avanzado satélite comercial de pros-
pección fotográfica. Un año después, la noticia vuelve
a asomar la cabeza gracias a la puesta en funcionamiento
del Quick Bird 2, capaz de detectar y fotografiar desde
su órbita a 450 km del suelo objetos del tamaño de una
paella mediana.
La zona elegida para el estudio se encuentra en una
ladera inexplorada del monte Ararat, donde hace más
de sesenta años un avión espía de los EEUU desveló la
existencia de unas extrañas marcas en el terreno, a casi
5.000 metros sobre el nivel del mar. Desde entonces,
diversos expertos no han dejado de especular con la posi-
bilidad de que la “Anomalía del Ararat” sea en reali-
dad los restos del Arca de Noé.
Según el mito bíblico (Génesis, 6: 5-8), Noé, adver-
tido por Dios de la inminencia del Diluvio Universal,
construyó un gran barco en el que introdujo una pare-
ja de cada especie que poblaba la Tierra. Tras la baja-
da de las aguas, el Arca habría varado en el monte
Ararat, una agreste región del este de Turquía que ha
sido explorada infructuosamente en muchas ocasiones.
Desde 1991 esta zona caliente del conflicto con los kur-
dos permanece bajo estricto control del ejército turco.
Aunque el conocimiento científico nos ha permitido
descartar la literalidad de éste y otros mitos bíblicos,
no debemos olvidar que muchas leyendas tienen su ori-
gen en hechos reales. Hoy sabemos que a lo largo de la
historia de la humanidad el nivel de los mares ha subi-
do y bajado en función de la cantidad de agua que se
encontraba retenida en forma de hielo sobre los conti-
nentes. América o lo que hoy son las Islas Británicas
fueron colonizadas a pie, pues durante los últimos perío-
dos glaciales había tanta agua en forma de hielo que el
bajo nivel de los mares permitía caminar por lo que
actualmente son el Canal de la Mancha y el Estrecho
de Bering. Al final del último período glacial, a medida
que el hielo que cubría el planeta se iba derritiendo, las
aguas comenzaron a subir llegando a inundar exten-
sas planicies como la que ahora ocupa el Mar Rojo.
Podemos imaginar que el recuerdo de aquel catastrófi-
co evento trasmitido oralmente durante muchas gene-
raciones pudo dar lugar a mitos como el del Diluvio
Universal y el Arca de la salvación.
Pero lo cierto es que en el peor de los casos y si todo
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