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Hace algún tiempo, apareció en los medios de co-
municación canarios una noticia sobre una mujer que
había sido detenida en Tenerife por un supuesto delito
de intrusismo profesional. Prestaba servicios propios de
psicólogos y psiquiatras, cuando lo único que ofertaba
era poco más que unas sesiones de curandera, admi-
nistrando brebajes que eran básicamente agua. Además,
el personaje en cuestión practicaba la “terapia holísti-
ca” cuya base radicaba en “la curación a través de la
mente”. Cobraba grandes sumas de dinero, una de las
razones por las que fue denunciada por unos clientes.
Desgraciadamente, este hecho no constituye un caso
aislado. Los casos de intrusismo profesional son cada
vez más frecuentes en el ámbito de la psicología, la psi-
quiatría y la medicina. Son muchos los embaucadores
y las pseudociencias (por no emplear un
calificativo más duro y realista) que em-
plean terminología propia del estudio
científico de la mente y de la salud para
enriquecerse y revestir de un rigor que no
tienen a las prácticas fraudulentas o du-
dosas que ejercen.
Este tipo de nuevas técnicas suele re-
cibir el calificativo nada afortunado de al-
ternativas
. Así, por ejemplo, en el caso de
la medicina tenemos a la homeopatía y a
la acupuntura. Las investigaciones res-
ponsables sobre estas medicinas han de-
mostrado que, por ejemplo, la homeopa-
tía simplemente no tiene ningún efecto. Se basa en pos-
tulados que no se sostienen desde un punto de vista bio-
químico y sus posibles efectos son de índole psicoso-
mática y tienen que ver con el efecto placebo y la
sugestión. En el caso de la acupuntura se habla de unos
meridianos por los que supuestamente circula el chi o
energía interna. Ni los meridianos ni esa energía se co-
rresponden con ninguna estructura física real, como pu-
diera ser el sistema nervioso. Lo único que se ha ob-
servado es algún efecto de tipo analgésico. Pero el tema
de las medicinas alternativas no es el que nos ocupa y
conllevaría otro artículo.
Como profesor e investigador, me preocupa mucho la
proliferación de tendencias psicológicas que nada tienen
que ver con la psicología científica y académica. Y una
de las razones fundamentales es que, mientras que la lí-
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CARLOS J. ÁLVAREZ GONZÁLEZ,
VICEDECANO DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA
(UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA)
Psicologías
alternativas
Mientras que la línea divisoria entre
medicina científica y medicinas alternativas
es evidente para la mayoría del gran
público, no ocurre lo mismo en la
psicología. Son muchas las personas que no
distinguen entre psicología científica y
terapias y orientaciones pseudocientíficas
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nea divisoria entre medicina científica y medicinas al-
ternativas es evidente para la mayoría del gran público,
no ocurre lo mismo en la psicología. Son muchas las
personas que no distinguen entre psicología científica y
terapias y orientaciones pseudocientíficas.
Por ello, me gustaría hacer un breve repaso por al-
gunas de las más populares pseudopsicologías de la ac-
tualidad, intentando aclarar una serie de cuestiones que
suelen llevar a confusión a las personas ajenas a la pro-
fesión y que implican una alta dosis de peligrosidad.
PARAPSICOLOGÍA
Uno de los términos pseudocientíficos más populares es
el de parapsicología. El hecho de que la palabra psico-
logía
se encuentre incluída en el mismo puede llevar a
engaños, algo muy similar a lo que ocurre con los tér-
minos astronomía (ciencia) y astrología (pseudociencia).
La parapsicología no es ninguna rama ni especiali-
dad de la psicología, ni se imparte como materia en nin-
guna universidad española. Es cierto que se han reali-
zado experimentos, sobre todo en EEUU y en el Reino
Unido (en Edimburgo existe un laboratorio de parapsi-
cología en la propia facultad de Psicología), que su-
puestamente han encontrado evidencias de ciertos fe-
nómenos paranormales como la telepatía o la telequi-
nesis
(mover objetos con la mente).
Entre ellos cabría citar a Rhine, uno de los funda-
dores de la parapsicología, Levy, Targ, Puthoff y muchos
otros, incluyendo a los más actuales, por ejemplo Ho-
norton y sus experimentos ganzfeld.
El ganzfeld es un campo visual y perceptivo ho-
mogéneo bajo el cual los sujetos intentan usar sus po-
deres psíquicos para describir un dibujo u otro estímu-
lo visto por el “remitente” en una habitación distante.
De acuerdo siempre a sus autores, parece que esta nue-
va técnica está dando resultados prometedores, repli-
cables y robustos. Sin embargo, son muchas las críticas
de tipo metodológico y estadístico realizadas por inves-
tigadores escépticos como Stokes, Hyman o Alcock.
Lo que diferencia a la parapsicología, incluso a la
crédula, de otras pseudociencias es que comparte con
la ciencia en general —y con la psicología en particu-
lar— la idea de que el método científico es la mejor vía
para la comprensión del mundo, incluidos los supues-
tos fenómenos paranormales.
Y también es preciso reconocer que una parte de los
parapsicólogos son honrados y poseen una sólida for-
mación experimental y estadística. Otra cosa bien dis-
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tinta es que su deseo y ansia por encontrar evidencia de
poderes extrasensoriales muchas veces les pierda. Y es
que su objetivo de establecer una base científica para la
fenomenología paranormal sigue igual ahora que hace
veinte años. La mayor parte de sus resultados son im-
posibles de reproducir (algo fundamental en ciencia) y
han sido puestos en entredicho por la psicología cien-
tífica debido a sus sesgos y errores metodológicos. Al-
gunos, incluso, han sido simplemente fraudes.
Tampoco existen modelos teóricos para explicar los
datos. La definición misma de percepción extransenso-
rial o de cualquier otro supuesto fenómeno paranormal
es puramente descriptiva (no explicativa, algo también
fundamental en ciencia) y se basa en una negación:
aquella percepción que no se realiza a través de los sen-
tidos. De cualquier forma, estoy seguro de que los lec-
tores de El Escéptico están familiarizados con este
tema. Por otro lado, y esto sí que es triste, resulta que
la mayoría de personas que se autocalifican como pa-
rapsicólogos no poseen ninguna titulación universitaria
ni formación investigadora alguna.
LA TERAPIA DE REGRESIÓN
Tiene un fuerte contenido psicoanalítico y fue creada en
el siglo XIX por Pierre Janet. Hoy es célebre gracias al
psiquiatra Brain Weiss. La denominada regresión tera-
péutica es una técnica según la cual podemos volver ha-
cia atrás en nuestros recuerdos, acceder a experiencias
pasadas, para poder cambiar contenidos de tipo in-
consciente que penetraron en nuestra mente y que son
la causa de muchos males presentes.
Según los defensores de esta terapia, lo que recor-
damos no es necesariamente lo que ocurrió, algo cons-
tatado de sobra por la psicología científica de nuestros
días, sino una representación de nuestro inconsciente.
Resulta curioso que una terapia de corte psicoanalítico
como ésta reconozca la falsedad de los recuerdos.
Sin embargo, su explicación de lo
que se recuerda es aún más curiosa:
contenidos inconscientes. Resulta
mucho más creíble hablar de falsos
recuerdos susceptibles de ser indu-
cidos por la propia terapia, como ha
demostrado en multitud de experi-
mentos la psicología cognitiva, que
de contenidos inconscientes. Éste
es, a mi modo de ver, uno de los pe-
ligros mayores de este tipo de tera-
pias: confundir recuerdos reprimi-
dos con recuerdos inducidos o falsos.
PSICOLOGÍAS NEW AGE
Pero la lista de psicologías alternativas que nada tienen
que ver con el estudio responsable de la mente es in-
terminable. Algunos ejemplos actuales y que podemos
encontrarnos con cierta frecuencia son los siguientes: la
anteriormente mencionada terapia holística, la psicolo-
gía holística, el análisis transaccional
y la psicología
transpersonal
. Estos cuatro casos constituyen un grupo
de sistemas de diagnósticos y tratamientos en los que se
mezclan conceptos psicológicos con otros absoluta-
mente esotéricos, pseudocientíficos e irracionales.
Estas pseudopsicologías se caracterizan por el em-
pleo de términos new age o nueva era como crecimien-
to personal, espiritualidad, el verdadero yo interior
, etc.
así como su capacidad para relacionar todo con todo.
Sus conexiones con el esoterismo y lo paranormal que-
dan patentes cuando, en sus publicaciones y páginas
web encontramos que es normal hablar de ceremonias
chamánicas, conexiones cármicas y vidas anteriores
, etc.
En fin, se trata de un cóctel que produce vértigo, don-
de se mezcla la reencarnación, la influencia de los as-
tros, los poderes mentales, la parapsicología y curiosa-
mente, casi nada de psicología.
PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜÍSTICA
Otra pseudopsicología es la programación neurolin-
güística (PNL)
, cada vez más popular. Este caso es es-
pecialmente delicado desde nuestro punto de vista ya
que su nombre suena a disciplina científica: igual que
la neuropsicología es una disciplina científica que es-
tudia el sustrato biológico o neurológico de las capaci-
dades mentales, se podría pensar que la PNL tiene algo
que ver con la neurolingüística, que estudia las bases
biológicas del lenguaje. Nada más lejos de la realidad.
La PNL surge en los años setenta de la mano de un
profesor de lingüística, John Grinder, y de un estudian-
te de psicología, Richard Bandler. Uno de sus postula-
dos fundamentales es que los movimientos del cuerpo
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El objetivo de establecer una base científica
para la fenomenología paranormal sigue
igual ahora que hace veinte años. La mayor parte
de sus resultados son imposibles de reproducir
(algo fundamental en ciencia) y han sido puestos
en entredicho por la psicología científica
debido a sus sesgos y errores metodológicos.
Algunos, incluso, han sido simplemente fraudes
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y la manera de respirar son indica-
dores claros de cómo piensan las
personas. Por ejemplo, un pensador
visual (signifique eso lo que signifi-
que) respira a la altura del pecho,
mientras que uno auditivo lo hace
entre el pecho y el abdomen. La for-
ma en que miramos también refleja
lo que pensamos.
Otra premisa básica de la PNL es
que las palabras que usamos reflejan
la percepción interna e inconsciente
de nuestros problemas. Si estas pa-
labras y percepciones son inadecua-
das y las seguimos utilizando, los
problemas persistirán. Si eliminára-
mos lo referente a lo inconsciente y a
las palabras, esta última premisa no
sería descabellada, y de hecho es la
base de las terapias conductual-cog-
nitivas, que emplean tratamientos
empíricamente validados y que cons-
tituyen la orientación mayoritaria en
psicología clínica.
El problema es que enseguida
comprobamos cómo se mezclan procesos mentales que
son psicológicamente distintos y que la PNL utiliza de
forma indiscriminada: hablan de aptitudes, de percep-
ciones, de palabras y frases, de imágenes mentales, de
procesos cerebrales, etc., como si todo fuera lo mismo.
Pero lo que termina de ubicar a la PNL es el empleo de
conceptos y términos nuevaerenses como desarrollo per-
sonal, cómo ser felices, la magia del cambio, desper-
tando el poder
, etc.
Sus conexiones con las orientaciones “holísticas”
son explícitas, como puede verse en sus links con pa-
rapsicología, medicinas alternativas, reiki, shiatsu y todo
el entramado genuinamente New Age. Algunos psicólo-
gos científicos, como Cross y colaboradores, sometieron
algunos de los postulados fundamentales de la PNL a
comprobación empírica. Los resultados de uno de los ex-
perimentos no mostraron ninguna correlación significa-
tiva entre movimientos de los ojos y verbalizaciones, una
predicción de la PNL. En un segundo experimento lle-
gan a la conclusión de que no existe la más mínima
evidencia de que pueda predecirse el sistema de re-
presentación preferido por un sujeto a partir de la ob-
servación de sus gestos y movimientos.
REBIRTHING O RENACIMIENTO
Este sistema está relacionado con el anterior por la im-
portancia que concede a la respiración. Según sus pro-
ponentes, la respiración está íntimamente relacionada
con el subconsciente. Por ello, es importantísimo saber
respirar (¡cómo si nos tuvieran que enseñar a ello!), y
una de las cuestiones en las que se
enfatiza es en la realización de
ejercicios llamados respiración cir-
cular consciente
.
A través de estos ejercicios se
somete a la respiración a un control
voluntario, con lo cual se convierte
en un puente entre las funciones
conscientes e inconscientes de
nuestro cuerpo-mente(?), pudiendo
así solucionar todos nuestros males
y tener una vida próspera.
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Se mezclan procesos mentales que son
psicológicamente distintos y que la PNL utiliza
de forma indiscriminada: hablan de aptitudes,
de percepciones, de palabras y frases, de
imágenes mentales, de procesos cerebrales,
etc., como si todo fuera lo mismo
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Algunos socios de ARP-SAPC asistimos a unas char-
las informativas de esta terapia en Tenerife. Aparte de
lo que se nos contó, hicimos ejercicios de respiración en
los que se nos pedía al público que inspirásemos y ex-
pirásemos muy rápido y fuerte. Muchas personas re-
portaron luego sentirse “distintas”, “raras”...Tuvimos
que ser nosotros los que explicamos que eso se debía
simplemente a la hiperventilación. O sea, que no sólo no
son buenos esos ejercicios sino que pueden ser perju-
diciales para la salud.
Una de las características de estas pseudopsicologías
es el eclecticismo, es decir, la facilidad para mezclar
todo con todo, como ya hemos visto. Normalmente, los
grandes maestros de la psicología transaccional también
son muy buenos en PNL, en parapsicología, etc. Y el re-
birthing
no es una excepción. En el mismo seminario se
nos habló de cursos de milagros, y de la respiración fui-
mos pasando a planteamientos religiosos y místicos, de
libros escritos por Jesucristo reencarnado, etc. Esto úl-
timo fuimos nosotros quienes se lo hicimos explicitar
porque la conferenciante no se atrevía.
Aparte de la respiración también trabajan la regre-
sión. Los lectores recordarán el caso acaecido el año pa-
sado a una niña de diez años que murió asfixiada bajo
mantas y que llevó a los tribunales tanto a la madre
como a las terapeutas del rebirthing. Intentaban hacer-
la renacer a través de una regresión cuyo objetivo era lle-
varla al útero materno. En fin... aparte de
que esta terapia cuenta en su haber has-
ta con asesinatos infantiles, huelga decir
que el batiburrillo en el que se sostiene
se cae por su propio peso y los proble-
mas son obvios: un cúmulo enorme de
despropósitos y postulados sin la más
mínima base e indeterminación en toda
la teoría. Por ejemplo, qué es el sub-
consciente, por qué se relaciona éste con la respiración
y cómo, etc.
GRAFOLOGÍA
Muchas personas creen que la técnica mediante la cual
puede conocerse la personalidad de una persona a tra-
vés de su escritura está probada científicamente. Sin
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Una de las características de estas
pseudopsicologías es el eclecticismo, es decir,
la facilidad para mezclar todo con todo
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embargo, los estudios empíricos
realizados son contundentes: no
existe ninguna relación sistemá-
tica entre escritura y caracterís-
ticas de personalidad.
El estudio de Beyersteins en
1992, por ejemplo, analizó 200
estudios grafológicos, llegando
a la conclusión de que la grafo-
logía no es válida ni fiable. En
otros estudios, se ha pedido a diferentes grafólogos que
analicen una misma muestra de personas. Curiosa-
mente, todos llegan a conclusiones distintas sobre las
personas estudiadas, como expone Tripician en un artí-
culo reciente del Skeptical Inquirer. Por otro lado, exis-
ten muchas escuelas de grafología que hacen predic-
ciones contrarias, y se ha comprobado que la
interpretación depende mucho de la persona concreta
que la realice.
Sin embargo, no se debe confundir esta grafología
con la de los especialistas que realizan análisis siste-
máticos con el fin de determinar si una escritura per-
tenece o no a una persona, una actividad relacionada
con usos periciales o forenses, y cuyo nombre real es ca-
ligrafía
.
LA PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA
Curiosamente, nada tiene que ver con marxismo-leninismo
ni con la política. Es el nombre de unos cursos que im-
parte un conocido grupo sectario, los rosacruces, y cu-
yos carteles aparecen de vez en cuando en nuestras ca-
lles. En sus carteles no se incluyen en ningún momento
los contenidos de dicho curso pero el dibujo es muy su-
gerente: un San Jorge con el dragón a todo color.
OTRAS SUPERCHERÍAS PSEUDOPSICOLÓGICAS
Como último ejemplo de utilización ilegítima de con-
ceptos y términos psicológicos no podemos olvidarnos
de la larga lista de supercherías y teorías irracionales sin
la más mínima base: astrología, lectura del tarot, bru-
jería, quiromancia,
etc.
Pueden ser consideradas pseudopsicologías porque
todas pretenden ser sistemas de psicodiagnóstico, es de-
cir, tienen la pretensión de poder diagnosticar caracte-
rísticas de personalidad, temperamento y problemas/pa-
tologías de índole psicológicos. Todos estos charlatanes
de feria no dudan en acudir a términos psicológicos para
ganar más dinero y aumentar la credibilidad de sus
prácticas fraudulentas. Es frecuente escucharles sin el
más mínimo pudor que lo que ellos hacen es científico
con el fin de investir de cierto rigor y fiabilidad a sus
prácticas.
UN CASO APARTE ESPECIAL:
EL PSICOANÁLISIS
Es cierto que existen teorías y terapias psicológicas que
no pueden denominarse científicas, como el psicoaná-
lisis
. Sin embargo, desde mi punto de vista, sería injusto
por diversos motivos meter en el mismo saco a esta
orientación y a las anteriormente mencionadas.
Primero, las teorías psicoanalíticas fueron inicial-
mente propuestas por eminentes pensadores con una
sólida formación para la época, como el psiquiatra Sig-
mund Freud. Sus contribuciones, tales como el con-
cepto del subconsciente, de la represión, del superego,
etc. son innegables en el pensamiento moderno en ge-
neral. De hecho, la influencia del psicoanálisis ha sido
mayor en psiquiatría y en otras disciplinas sociales y hu-
manistas que en la propia psicología, donde nunca ha
conformado un paradigma en sentido estricto, usando la
terminología de Kuhn. Como ya he comentado, es una
escuela que proviene de la medicina, no de la psicolo-
gía. Las orientaciones psicoanalíticas han estado re-
presentadas de forma marginal, cuando no ausentes, en
la psicología académica, exceptuando algunos países so-
bre todo iberoamericanos.
En segundo lugar, muchas de
sus ideas sobre la sexualidad hu-
mana probablemente estaban jus-
tificadas en los pacientes que
Freud trató (mayoritariamente mu-
jeres adultas en plena época victo-
riana y puritana) y subyacen a mu-
chos problemas psicopatológicos.
Conceptos como el de los meca-
nismos de defensa, la proyección,
la negación de un problema o la
importancia relativa de la sexuali-
dad se encuentran frecuentemente
en la praxis clínica, aunque los tér-
minos y las explicaciones puedan
ser diferentes desde una óptica
científica.
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Es cierto que existen teorías y terapias psicológicas
que no pueden denominarse científicas, como el
psicoanálisis. Sin embargo, desde mi punto de vista,
sería injusto por diversos motivos meter en el mismo
saco a esta orientación y a las otras psicologías
alternativas
mencionadas
Caricatura de Sigmund Freud.
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Sin embargo, uno de los errores de Freud fue gene-
ralizar sus conclusiones a todo ser humano, además de
que la mayor parte de sus interpretaciones de lo cons-
ciente con respecto a lo inconsciente son absolutamente
discutibles y carecen de constatación empírica. Ningún
psicoanalista se ha caracterizado por sus simpatías ha-
cia el método científico.
Estoy seguro de que algún colega que trabaje en
psicología clínica o aplicada en general me diría que es
muy fácil hacer una crítica a aquellas ramas de la psi-
cología no científicas, como el psicoanálisis, desde una
perspectiva académica, desde la investigación de labo-
ratorio. Que tendría que salir a la calle y que no es lo
mismo los experimentos sobre microprocesos en con-
textos controlados realizados por los científicos cogniti-
vos que la vida real y la psicología aplicada, donde lo
importante es que las cosas funcionen y se resuelvan los
problemas de las personas.
Sin embargo, la historia del conocimiento ha de-
mostrado que el método científico es la mejor forma de
avanzar sobre seguro y que ha supuesto el mayor apor-
te de cosas que funcionan. En este sentido, son muchas
las investigaciones sobre la eficacia de los tratamientos
psicológicos que ponen en duda el valor terapéutico del
psicoanálisis y otras orientaciones no científicas.
Entre ellos cabría destacar el amplio estudio llevado
a cabo en 1995 y 1996 por la División de Psicología
Clínica
de la Sociedad Americana de Psicología. En esta
investigación se evaluaron un gran número de trata-
mientos para muchos desórdenes mentales. Las con-
clusiones de su publicación sobre tratamientos psico-
lógicos empíricamente validados son contundentes: los
más efectivos son, sin ningún género de dudas, los con-
ductuales y los cognitivo-conductuales. Es decir, preci-
samente aquellos que se basan en teorías científicas so-
bre el comportamiento y que están rutinariamente
sometidos a validación empírica. Aún así, el psicoaná-
lisis continúa vigente, siendo la orientación predomi-
nante en algunas facultades de psicología, sobre todo
iberoamericanas.
Por otro lado, los desvaríos de algunos neo-psicoa-
nalistas como Lacan, son conocidos por los lectores de
El Escéptico, sobre todo a
raíz de la crítica de Sokal.
Pero repito: a pesar de no
ser una orientación cientí-
fica dentro de la psicología,
creo que al menos algunas
tendencias psicoanalíticas
no merecen el mismo tra-
tamiento que las terapias
alternativas aquí expues-
tas. Por lo menos habría que considerar al psicoanálisis
como una teoría filosófica curiosa y no carente de inte-
rés sobre la mente humana, además de reconocer su in-
fluencia en el pensamiento moderno en general.
Las críticas de la psicología científica a esta teoría
deben encuadrarse en otro contexto distinto de la críti-
ca a las paraciencias. Lo mismo podría decirse de mu-
chas tendencias fenomenológicas y humanistas, algunas
emparentadas con el psicoanálisis, las teorías del niño
interior,
algunas tendencias mínimamente serias del
análisis transaccional o las terapias gestálticas.
Por cierto, de éstas últimas hay que destacar la nula
relación que tienen con la escuela de la Gestalt, desa-
rrollada a principios del siglo XX en Alemania por psi-
cólogos como Wertheimer, Koffka o Köhler, una de las
orientaciones explícitamente científicas dentro de la psi-
cología, y cuyos trabajos sobre la percepción visual o so-
bre el pensamiento son ineludibles en cualquier libro de
texto de psicología. Entre estos trabajos habría que des-
tacar las investigaciones con primates no humanos de
Wolfgang Köhler sobre el insight y la resolución de pro-
blemas, realizadas en su estación primatológica del
Puerto de la Cruz (Tenerife).
A MODO DE CONCLUSIÓN
Evidentemente, este recorrido no agota en absoluto el
listado de psicologías alternativas. Muchos lectores
echarán en falta algunas orientaciones muy populares,
como el método Silva de control mental o los cursos so-
bre pensamiento positivo o crecimiento interior, tan po-
pulares hoy en día. Sin embargo, las críticas y caracte-
rísticas aquí expuestas para muchas de las tendencias
New Age son perfectamente aplicables a ellas.
Para terminar, permítanme esta recomendación:
cuidado con las psicoterapias alternativas. Informémo-
nos a fondo sobre las personas en manos de las cuales
vamos a poner nuestra salud mental. Exijamos creden-
ciales. Desgraciadamente, una titulación académica es
algo, pero no lo es todo. Preguntemos en qué consisten
esos tratamientos. Consultemos a especialistas si tene-
mos alguna duda. No sólo está en juego nuestro dinero
sino nuestra salud física y mental.
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Las conclusiones de estudios serios sobre tratamientos
psicológicos empíricamente validados son contundentes:
los más efectivos son, sin ningún género de dudas,
los conductuales y los cognitivo-conductuales.
Es decir, los que se basan en teorías científicas
sobre el comportamiento y que están rutinariamente
sometidos a validación empírica