background image
(Invierno 2000)
el esc
é
ptico
5
En un siglo repleto de avista-
mientos de ovnis, pretensiones
psíquicas, profecías del juicio
final, terapias curanderiles,
trabajos pesudocientíficos,
afirmaciones de conspiracio-
nes, espiritualidad de la Nueva
Era y tráfico de misterios para-
normales, ¿qué personas se si-
túan como los diez escépticos
más destacados? ¿Quiénes son
los diez más brillantes adalides
de la ciencia y la razón, de-
nunciando el engaño, desen-
mascarando fraudes, identifi-
cando el sinsentido y resol-
viendo pretendidos misterios?
L
LO
OS
S E
ES
SC
ÉP
PT
TIIC
CO
OS
S M
ÁS
S
D
DE
ES
ST
TA
AC
CA
AD
DO
OS
S D
DE
EL
L S
SIIG
GL
LO
O
1. James Randi
2. Martin Gardner
3. Carl Sagan
4. Paul Kurtz
5. Ray Hyman
6. Isaac Asimov
7. Philip J. Klass
8. Bertrand Russell
9. Harry Houdini
10. Albert Einstein
La revista
The Skeptical In-
quirer organizó una votación
entre aquéllos que mejor lo de-
ben saber: los miembros y ase-
sores del Comité para la Inves-
tigación Científica de los Su-
puestos Hechos Paranormales
(CSICOP), organización in-
ternacional de científicos y ex-
pertos que ha estado siguiendo
la pista a lo paranormal y a lo
pseudocientífico durante los
pasados veintitrés años. La
elección se podía basar en
cualquier combinación de
ciencia, erudición, obra es-
crita, educación pública, lo-
gros, investigación, activismo,
liderazgo y otras cualidades. La
única restricción fue que las
principales contribuciones de
la persona se hubieran reali-
zado en el siglo XX. Las que si-
guen son las diez que han reci-
bido el mayor número de vo-
tos:
J
Jaam
meess R
Raan
nd
dii.. Investigador
escéptico de dotados como el
doblacucharas Uri Geller y el
teleevangelista Peter Popoff,
Randi combina la maestría de
sus habilidades de prestidigita-
dor, una incontenible energía
y una aguda inteligencia crí-
tica con una magnífica com-
prensión de la ciencia a la
hora de denunciar el fraude, el
engaño y la estafa allí donde
surgen. Las conferencias y apa-
riciones de Randi en televi-
sión hablando de las diferen-
cias entre la auténtica ciencia
y la pseudociencia, los méto-
dos de los que se pretenden
psíquicos y los peligros del au-
toengaño y la credulidad han
educado divirtiendo a las au-
diencias del mundo entero.
M
Maarrttiin
n G
Gaarrd
dn
neerr.. Su primer
libro, publicado hace casi me-
dio siglo, Fads and fallacies in
the name of science,
ha influido
e informado a generaciones de
estudiosos y futuros escépticos,
y es hoy un clásico. Esencial-
mente un estudioso indepen-
diente, aunque sin los adornos
académicos, el polifacético
Gardner tiene bajo vigilancia
toda clase de temas y asuntos
en matemáticas, ciencia, filo-
sofía y religión, sin contar las
modas y manías de los investi-
gadores y autores paranorma-
les, científicos fronterizos, cu-
randeros y pseudocientíficos.
A lo largo de tres décadas, es-
cribió la popular sección “Jue-
gos matemáticos” de Scientific
American
-Investigación y cien-
cia,
en su edición en lengua es-
pañola- y ha escrito para
The
Skeptical Inquirer desde sus co-
mienzos en su sección “Notes
of a fringe watcher”, apare-
ciendo en todos los números
de la revista del CSICOP
desde 1983. Siguieron a
Fads
and fallacies otros libros sobre
ciencia y ciencia fronteriza,
entre los que se encuentran
La
ciencia, lo bueno, lo malo y lo
falso, La Nueva Era, Extrava-
gancias y disparates
y Weird wa-
ter and fuzzy logic
.
C
Caarrll S
Saaggaan
n.. Astrónomo del
pueblo y científico del pú-
blico, la brillante carrera de
primer contacto
‘The Skeptical Inquirer’ elige
a los diez escépticos del siglo
James Randi.
Martin Gar
dner
Carl Sagan.
background image
6
el esc
é
ptico
(Invierno 2000)
Sagan fue truncada por su
muerte en 1996, a los 62 años.
Sagan utilizó su pasión por la
ciencia, su inteligencia, ca-
risma e impresionantes habili-
dades literarias y de comunica-
ción para orientar a varias ge-
neraciones de jóvenes hacia
las maravillas de la ciencia y
las recompensas del pensa-
miento crítico. Poseía un ta-
lento único para inspirar
asombro ante los verdaderos
misterios de la ciencia y pavor
ante las tentaciones del pensa-
miento desiderativo y el auto-
engaño. Su último libro publi-
cado antes de su muerte, El
mundo y sus demonios,
repasa la
ciencia fronteriza de este fin
de siglo y avisa de los peligros
de tener a un público incapaz
de distinguir la ciencia autén-
tica de la falsa ciencia.
P
Paau
ull K
Ku
urrttzz.. Filósofo e inte-
lectual de inclinación práctica
y de especial talento para el li-
derazgo, Kurtz fundó el CSI-
COP y la revista
The Skeptical
Inquirer en 1976 cuando era
profesor de filosofía -actual-
mente emérito- en la Univer-
sidad de Nueva York en Buf-
falo. Kurtz también fundó
Pro-
metheus Books, que publica
más de cien libros al año sobre
filosofía, ciencia, escepti-
cismo, humanismo, libre pen-
samiento y ética. Con dotes
diplomáticas y miras interna-
cionales, posee la rara habili-
dad de reunir a las más diver-
sas personalidades, organi-
zando a lo largo de décadas do-
cenas de conferencias interna-
cionales y ayudando al lanza-
miento de muchas organiza-
ciones escépticas en todo el
planeta. Tan activo como
Kurtz fue y continúa siendo,
también es un prolífico estu-
dioso, siendo autor o habiendo
editado más de treinta libros
sobre filosofía y ciencia y ha-
biendo servido durante más de
dos décadas como importante
intelectual de cara al público.
R
Raay
y H
Hy
ym
maan
n. Considerado
el más importante de los críti-
cos constructivos de la investi-
gación parapsicológica acadé-
mica, Hyman es un veterano
profesor de psicología -actual-
mente emérito- de la Universi-
dad de Oregon. Ha impartido
clases sobre la psicología de la
creencia y el autoengaño, y re-
alizado concienzudos análisis
críticos de experimentos pa-
rapsicológicos. Mago aficio-
nado, ha hecho crítica de ex-
perimentos con notorios y pre-
tendidos psíquicos llevados a
cabo por organizaciones cien-
tíficas privadas o gubernamen-
tales. A pesar de suscitar in-
tensas controversias, ha lo-
grado tener el respeto tanto de
los parapsicólogos como de sus
compañeros escépticos. Como
crítico independiente y bien
informado, a menudo se le ha
acreditado para ayudar a ele-
var la calidad de la investiga-
ción parapsicológica. Ha diri-
gido detallados análisis críti-
cos de investigación en experi-
mentos Ganzfeld que los pa-
rapsicólogos consideran defi-
nitivos, aunque, hasta el
momento, él no. En 1995, fue
uno de los dos expertos que
contrató la CIA para hacer
una evaluación independiente
del programa militar de veinte
años de duración para determi-
nar si la supuesta visión remota
podía ayudar al servicio de in-
teligencia. Su evaluación,,
esencialmente negativa, fue
reflejada en el informe del pa-
trocinador.
P
Ph
hiilliip
p JJ.. K
Kllaassss.. A veces lla-
mado “
El Sherlock Holmes de la
ufología”, Klass ha sido el prin-
cipal investigador mundial de
avistamientos ovni durante
más de tres décadas. En un
campo dominado por los pu-
blicistas y los creyentes predis-
puestos, él y unos pocos cole-
gas han sido casi la única voz
de análisis cuidadoso y razo-
nado y pensamiento crítico.
Sus investigaciones ovni han
sido siempre una actividad se-
cundaria en su carrera de casi
34 años en Washington como
director de la revista Aviation
Week & Space Technology
. Tí-
tulos destacables:
Ufos identi-
fied; Ufos explained; Ufos: the
public deceived
; Ufo aductions: a
dangerous game
; Bringing ufos
down to Earth
-para los jóvenes
lectores-, y
The real Roswell
crashed-saucer coverup. Tam-
bién es fundador y editor de
The Skeptic’s Ufo Newsletter.
I
Issaaaacc A
Assiim
mo
ov
v.. El maestro
de la divulgación de la ciencia
de su época, Asimov se hizo fa-
moso a temprana edad por su
obra de ciencia ficción, aunque
pronto giró hacia la divulga-
ción científica. Doctor en bio-
química, desde la década de
primer contacto
Paul Kurtz.
Ray Hyman.
Philip J. Klass.
background image
(Invierno 2000)
el esc
é
ptico
7
1950 hasta su muerte en 1992,
escribió prolíficamente sobre
todos los aspectos de la ciencia
y lo hizo con una enorme clari-
dad, franqueza y encanto. Posi-
blemente, nadie jamás ha cons-
truido un cuerpo de obra escrita
tan voluminosa -cerca de 500
libros-, diversa y de sustancia.
Le encantaba la aproximación
histórica a los temas y sus obras
siempre ponen la ciencia en su
contexto histórico. Asimov fue
un decidido defensor de la
ciencia y la razón y enemigo del
sinsentido, la superstición y la
pseudociencia. Arremetió con-
tra la astrología y el creacio-
nismo. Algunos de sus libros
más destacados son Introducción
a la ciencia
, Enciclopedia biográ-
fica de la ciencia y la tecnología
y
La mente errabunda -dedicado al
CSICOP-; y, dentro de la cien-
cia ficción, la serie de
La Fun-
dación, Yo, robot, A lo marciano
y
Los propios dioses.
B
Beerrttrraan
nd
d R
Ru
usssseellll. Uno de
los más importantes filósofos
del siglo XX, Russell escribió
mucho, abarcando un amplio
abanico de temas que incluye
epistemología, psicología, mo-
ral, educación y reforma polí-
tica y social. Creía que la ló-
gica era capaz de desenmara-
ñar muchos de los problemas
que han inquietado a los filó-
sofos a lo largo de la historia.
Russell fue un defensor de la
perspectiva humanista y creía
que, a pesar de la posible ex-
tinción de la Humanidad en
una guerra nuclear, debemos
hacer frente al universo indife-
rente u hostil y ser fieles a
nuestros ideales. Recibió el
premio Nobel de literatura en
1950. Sus escritos incluyen
The problems of philosophy, In-
troduction to mathematical phi-
losophy
, Principia mathematica,
Logic and knowledge, Sceptical
essays
y Mysticism and logic and
other essays.
H
Haarrrry
y H
Ho
ou
ud
diin
nii.. El mago y
escapista más conocido del
mundo es también el cazafan-
tasmas más famoso del siglo
XX. Houdini utilizaba sus co-
nocimientos de mago para re-
velar los secretos de fenóme-
nos de feria tales como
El espa-
ñol de vista de rayos X, El hom-
bre maravilla de Egipto
y una
multitud de médiums que ofre-
cía
materializaciones y otros en-
gaños de sesión espiritista.
Houdini desafió a los médiums
a actuar bajo condiciones con-
troladas y ofreció diversas re-
compensas a la demostración
de auténticos fenómenos psí-
quicos, incluyendo 10.000 dó-
lares como parte de un premio
de la revista
Scientific Ameri-
can. Sus esfuerzos -incluyendo
sus libros
A magician among the
spirits y Miracle mongers and
their methods
- hicieron que el
devoto espiritista sir Arthur
Conan Doyle rompiera con su
amistad. Después de la prema-
tura muerte de Houdini en
Halloween de 1926, su mujer
Bess intentó contactar con su
espíritu a través de médiums,
buscando un mensaje preesta-
blecido. Se hace homenaje a la
vida de Houdini en innumera-
bles películas, libros y otros lu-
gares, incluyendo sesiones
anuales en Halloween en las
que -sin ser él nunca un apare-
cido- el legado de Houdini se
mantiene vivo.
A
Allb
beerrtt E
Eiin
nsstteeiin
n.. Siendo un
joven físico en 1905, Einstein
publicó artículos sobre tres te-
mas que revolucionaron nues-
tra visión del universo. Uno -
por el que más tarde le conce-
dieron el premio Nobel- expli-
caba el efecto fotoeléctrico en
términos de la entonces nueva
teoría cuántica de Max Plank.
Otro suministró el primer aná-
lisis matemático del movi-
miento browniano. Y el ter-
cero planteó la teoría especial
de la relatividad, tras la cual la
física nunca volvió a ser la
misma. Suponiendo constante
la velocidad de la luz, el tra-
bajo explicaba el previo expe-
rimento de Michelson-Morley,
deducía los efectos de contrac-
ción longitudinal y de au-
mento de masa de FitzGerald y
Lorentz, y abolía la noción de
tiempo absoluto. A todo ello,
le siguió una breve nota esta-
bleciendo la equivalencia en-
tre masa y energía según la fa-
mosa ecuación E=mc
2
. Su obra
cumbre llegó en 1925 con la
publicación de su artículo so-
bre la teoría general de la rela-
primer contacto
Isaac Asimov
.
Bertrand Russell.
HArry Houdini.
Albert Einstein.
background image
8
el esc
é
ptico
(Invierno 2000)
tividad, una teoría de gravita-
ción nueva por completo ba-
sada en la curvatura del espa-
cio-tiempo. Cuando las obser-
vaciones confirmaron las pre-
dicciones de Einstein, su repu-
tación como el mayor cientí-
fico del siglo quedó asegurada.
Muchas encuestas llevadas a
cabo en 1999 declararon a
Einstein como la persona más
influyente del siglo XX.
Otros destacados escépticos
que recibieron varios votos o
al menos un voto en primer lu-
gar fueron Richard Feynman,
Joe Nickell, Karl Popper, H.L.
Mencken, Richard Dawkins,
Stephen Jay Gould, James Al-
cock, Stephen Barrett, Bart
Bok, Michael Shermer, Ken-
drick Frazier, Mark Twain, Os-
car Pfungst y Robert. A. Ba-
ker.
SKEPTICAL INQUIRER ELECTRONIC DIGEST
Versión española de RAFAEL BUDRÍA
Acusado de traidor
por sacar a relucir
las falsedades
históricas de
la Biblia
“La Historia sirve para formar
patriotas”. Esta afirmación re-
presenta el ideal educativo deci-
monónico de la enseñanza de la
Historia. Hoy en día es mucho
menos frecuente oír tal afirma-
ción, aunque de vez en cuando
surja alguna voz que, en el fragor
del debate sobre la utilidad aca-
démica de la Historia, nos re-
cuerde que para eso sirve, para
construir y cimentar los mitos
nacionales.
De vez en cuando, sucede
que los historiadores se rebelan
y, entonces, en vez de formar
patriotas, actúan como traido-
res. El 29 de octubre de 1999 el
diario israelí Ha’aretz publicaba
un artículo del arqueólogo Ze’ev
Herzog, de la Universidad de
Tel Aviv, en el que se hacía un
resumen de los datos arqueoló-
gicos palestinos y de las conse-
cuencias que implicaban en la
historia de Israel. Las reaccio-
nes, recogidas en varios medios
de comunicación como las ca-
denas estadounidenses ABC y
CNN, fueron airadas. Era de es-
perar.
Algunos colegas no dudaron
en asegurar que Herzog utilizaba
la arqueología para satisfacer un
plan político de desprestigio de
los relatos históricos sobre los
que se funda el Estado de Israel.
Las reacciones adversas no sur-
gieron sólo en el ámbito más
probable, el de los integristas re-
ligiosos judíos, sino que incluso
hicieron su aparición de la
mano de personajes como el di-
putado Tommy Lapid, un lai-
cista en absoluto religioso que
acusó a Herzog de alimentar con
sus ideas a los enemigos de Is-
rael.
Sin embargo, lo llamativo de
toda esta polémica es que Her-
zog no dice nada en su artículo
que no sea conocido desde hace
tiempo para cualquiera que esté
al tanto de la arqueología sirio-
palestina, aunque sea superfi-
cialmente. En primer lugar, el
relato fundacional de Israel tal
como nos es presentado en el
Antiguo Testamento carece de
reflejo en la arqueología de la
zona. Los indicios de un pueblo
venido de Egipto que, con Josué
a la cabeza, conquista el territo-
rio a los cananeos en una guerra
relámpago, asentándose en su
territorio, son inexistentes. No
hay ningun elemento de cultura
material que indique la presen-
cia de una etnia intrusa en la re-
gión en los periodos en los que
cabría situar el asentamiento de
los hebreos en Palestina. Ade-
más, la conquista de varias ciu-
dades -Ai o Jericó- que de forma
explícita se nos narra en el Li-
bro de Josué es imposible, ya que
habían dejado de existir varios
siglos antes. Varios de los pue-
blos conquistados no aparecen
en la zona hasta tres siglos des-
pués de la supuesta conquista.
Por el contrario, lo que en-
contramos en el registro arqueo-
lógico es la presencia de un pro-
ceso de diferenciación de un
grupo de población cananea en
la zona de colinas que va desde
la Baja Galilea hasta el desierto
del Neguev, y que tiene lugar a
partir del siglo XII aC, en el
Hierro I. Este grupo de pobla-
ción mantiene una unidad
desde el punto de vista de la cul-
tura material con las poblacio-
nes cananeas circundantes, de
manera que es casi inidentifica-
ble hasta finales del Hierro I.
Esta unidad cultural y la imposi-
bilidad de aislar culturalmente a
este grupo hasta el Hierro I su-
gieren no un modelo de con-
quista, sino un modelo de des-
arrollo y diferenciación étnica
endógeno de un sector de la po-
blación cananea que será el que
posteriormente conoceremos
como Israel, lo que claramente
nos sitúa ante un modelo diver-
gente del presentado en el re-
lato bíblico.
Si esto es lo que señala Her-
zog respecto al asentamiento
hebreo en Palestina, cuando
toca el periodo de esplendor de
Israel, el de la monarquía unifi-
cada de David y Salomón, sobre
el que se asientan las reclama-
ciones territoriales del Eretz Is-
rael, el asunto no sale mejor pa-
rado. La gran monarquía unifi-
cada, cuyo poder se manifiesta
en un proyecto de obras públi-
cas, especialmente de construc-
ciones defensivas, resulta no te-
ner reflejo alguno en el registro
arqueológico. Las excavaciones
realizadas en Hazor, Gezer y
Megiddo han dado como resul-
tado que en las dos primeras ciu-
dades la actividad constructiva
en ese periodo fue escasa, mien-
tras que en Megiddo no hay ras-
tro ninguno. En Jerusalén, la ca-
pital del gran reino unido, apa-
primer contacto