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(Invierno 1998-99)
el escéptico
men en la modificación de las
preferencias del usuario, y el bo-
rrado de los archivos C:/SHMK,
*HLP en C:/WINDOWS y todos
los archivos *CPL en C:/WIN-
DOWS/SYSTEM”. Y, como no es
muy nocivo, advierten al lector
que no abra nunca el archivo de
marras
Léame.doc
y que si lo
ha hecho, pase un antivirus.
Por si acaso, con el segundo
cederrón de la enciclopedia, re-
galan un programa antivirus.
Allá usted si quiere usarlo. Yo,
comprobada la competencia de
los técnicos que han realizado el
producto y la capacidad investi-
gadora de Sierra y su equipo, no
estoy por la labor de correr más
riesgos de los que ya corro habi-
tualmente con algunos produc-
tos informáticos.
Ahora, falta por saber la pro-
cedencia del virus. Así, a bote
pronto, se me ocurren dos posi-
bilidades que, increíblemente,
no sugieren en la nota de aviso
a los lectores de Más Allá: que se
trate de una más de las conspi-
raciones gubernamentales para
ocultar la verdad sobre los ovnis
o que el virus en cuestión sea de
procedencia extraterrestre. ¿Que
no hay pruebas de nada de eso?
¡Y qué importa! Ya lo deja bien
claro Sierra en el editorial del
número de febrero: “... no preci-
samos un astrónomo o un mili-
tar para intuir que ahí fuera
tenemos vecinos. Basta la fuerza
de las evidencias por un lado
el
fenómeno ovni proporciona algu-
nas de ellas
, y la de la fe por
otro”. Está claro, ¿no?
LUIS ALFONSO GÁMEZ
Acupuntura y
resonancia
magnética
La edición española de la revista
Discover publicó un curioso artí-
culo sobre acupuntura en su
número correspondiente a octu-
bre
1
. En él, se nos cuenta que,
con la excusa de que la acupun-
tura le había curado un fuerte
dolor en la espalda debido a una
caída accidental, el físico y estu-
dioso de radiología y de otras
técnicas avanzadas de diagnósti-
co por imagen Zang-Hee Cho,
nativo de Corea, se puso a la la-
bor de ver qué verdad científica
podía esconderse tras esa técni-
ca milenaria de la medicina chi-
na. Y se embarcó en un experi-
mento poco convencional, ya que
no deseaba estudiar los posibles
efectos anestésicos y analgésicos
de la acupuntura, sino la posibi-
lidad de que se puedan tratar
problemas visuales actuando en
los llamados puntos de acupun-
tura relacionados con la visión,
que, curiosamente, se encuen-
tran en la parte exterior del pie,
desde el dedo pequeño hasta el
tobillo cuando, para la anatomía
ortodoxa, no parece haber rela-
ción alguna di-
recta entre el pie
y el ojo, ni tan si-
quiera a través
del sistema ner-
vioso.
En el artículo
de Discover, se
da por bien do-
cumentada y de-
mostrada la efi-
cacia de la acu-
puntura como
analgésico. Es
sabido que mu-
chos de los lla-
mados puntos de
acupuntura se
encuentran en
zonas que tienen
una gran con-
centración de
terminaciones
nerviosas en
comparación con
otras áreas pró-
ximas de la piel.
Se piensa que,
actuando sobre
el sistema ner-
vioso a través de
esos puntos ri-
cos en termina-
ciones nerviosas,
se estimula la
producción de
sustancias quí-
micas neutrali-
zantes o contro-
ladoras del dolor,
como endorfinas
y encefalinas, y
aumenta la pro-
ducción de neu-
rotransmisores
como la serotoni-
na. Otra teoría
sugiere que la
acupuntura blo-
quea la transmisión de los im-
pulsos dolorosos desde las par-
tes dañadas del cuerpo al siste-
ma nervioso central. Lo cierto es
que poco o nada hay definitivo
sobre la validez de estas teorías,
ya que los ensayos no dan resul-
tados claros y determinantes.
Sólo se sabe con certeza, en es-
tos momentos, que clavando
agujas en ciertos puntos de la
acupuntura tradicional parece
lograrse frecuentemente un sig-
nificativo alivio del dolor. Qué
parte de este resultado se debe a
una acción fisico-química real y
cuál al efecto placebo, es cues-
tión que está en debate.
También se da por demostra-
el circo paranormal
ERNESTO J. CARMENA