background image
ras unas sesiones informativas que
duraron cuatro días en otoño del año
pasado, durante las cuales ocho des-
tacados ufólogos expusieron sus in-
vestigaciones sobre los casos que creían que
ofrecían la mejor evidencia física de que los
ovnis son un fenómeno que desafía cual-
quier explicación prosaica, un panel de nue-
ve científicos concluyó: “No estamos conven-
cidos de que nada de la evidencia implique
procesos físicos actualmente desconocidos,
ni que apunte a la participación de una inte-
ligencia extraterrestre”. El Panel de Análi-
sis Científico (SRP)
1
concluyó asimismo que
“parece que gran parte de las investigacio-
nes sobre ovnis actuales se llevan con un
nivel de rigor que no es consistente con los
estándares requeridos por la investigación
científica”. He entrevistado a tres de los cien-
tíficos del panel, y a dos de los ufólogos que
participaron en él, lo que me ha permitido
conocer mejor el asunto.
Las reacciones del SRP debieron de sor-
prender al doctor Peter Sturrock, presiden-
te de la Sociedad para la Exploración Cien-
tífica (SSE)
2
y organizador del grupo de tra-
bajo, y a Laurance
S. Rockefeller, quien
lo patrocinó. Tanto
Sturrock, catedráti-
co de Física Aplica-
da de la Universidad
de Stanford, como
Rockefeller tienen
un ya antiguo inte-
rés en los objetos
volantes no identifi-
cados. Por ejemplo,
el 27 de mayo de
1977, Sturrock fue
el conferenciante invitado en el Cen-
tro de Vuelos Espaciales Goddard
de la NASA para disertar sobre “Vida
inteligente extraterrestre”. Las pri-
meras tres cuartas partes de su in-
tervención estuvieron dedicadas a
temas tradicionales, pero el último
cuarto se centró en los ovnis, y en
la encuesta que Sturrock había rea-
lizado entre miembros de la Socie-
dad Astronómica Norteamericana
sobre su interés en los ovnis y para
obtener sus informes de avista-
mientos. Sturrock concluyó su pre-
sentación diciendo que los ovnis
“merecen probablemente cierto gra-
do de estudio científico”. Por su par-
te, Rockefeller ha patrocinado diver-
sas iniciativas para promocionar el tema
ovni, y ha intentado interesar en el asunto
¿Ovnis académicos?
Ni los mejores casos de ovnis han conseguido proporcionar
evidencias creíbles sobre visitas extraterrestres, según un panel
de científicos dirigido por un físico pro-ovni
PHILIP J. KLASS
20
(Otoño 1998) el escéptico
T
1
Aunque la traducción más sencilla de la voz
inglesa panel es simplemente grupo, hemos man-
tenido el nombre panel, anglicismo que, a pesar
de todo, se emplea en la jerga de reuniones cien-
tíficas. Perdónese al traductor por esta claudi-
cación. (N. del T.)
Una de las fotos de ovni de McMinnville (Oregon), aclamada por la mayo-
ría de los ufólogos como auténticas y en las que Philip J. Klass (a la
derecha) ha detectado indicios de fraude.
2
La Sociedad para la Exploración Científica
(SSE) fue fundada en 1981 por Peter Sturrock,
de la que es presidente. Publica trimestralmen-
te el Journal of Scientific Exploration (JSE), en
cuyo número del pasado verano (Vol. 12-2) apa-
rece el informe completo al que se refiere este
artículo: “Physical evidence related to ufo re-
ports: the proceedings of a workshop held at the
Pocantico Conference Center, Tarrytown, New
York, September 29 - October 4, 1997”. El texto
puede leerse en Internet en: http://www.jse.com
/ufo_reports/Sturrock/toc.html. (N. del T.)
background image
al propio presidente Bill Clinton.
Los ovnis y Sturrock
Sturrock creó en 1981 su Sociedad para la
Exploración Científica (SSE), cuyo objetivo
declarado es incitar a la comunidad cientí-
fica al estudio de fenómenos anómalos como
los ovnis o los fenómenos psíquicos. El pri-
mer número de la revista de la sociedad, el
Journal of Scientific Exploration (JSE), apare-
ció en 1987 e incluyó un artículo de Stu-
rrock criticando al doctor Edward U. Con-
don
3
por sus comentarios acerca del infor-
me sobre los ovnis realizado por la Univer-
sidad de Colorado de 1966 a 1968. Sturrock
ponía en tela de juicio la opinión de Condon
de que “un estudio extensivo posterior a los
ovnis no puede probablemente justificarse
en espera de la que ciencia pueda avanzar
gracias a ello”. (En ese mismo número del
JSE, aparecía un artículo criticando a quie-
nes cuestionaban la existencia de Nessie,
el monstruo del lago Ness.)
En los congresos anuales de la SSE, sue-
len incluirse varios ponentes partidarios de
los ovnis, pero no escépticos. Así, en la reu-
nión de 1996, celebrada en la Universidad
de Virginia en Charlottesville
a la que tuve
la oportunidad de acudir
, intervinieron
cuatro partidarios de los ovnis y ni un solo
escéptico: el doctor David Jacobs, que ha-
bló sobre abducciones; Stanton Friedman,
sobre ovnis estrellados y los papeles Ma-
jestic-12; el doctor Bruce Maccabee, que
proyectó vídeos de ovnis, incluyendo uno
de Ed Walters
el famoso fotógrafo de Gulf
Breeze
, mostrando la capacidad de estos
ingenios para pararse y cambiar de sentido
en una fracción de segundo; y Mark Rode-
ghier, director del Centro J.A. Hynek de Es-
tudios Ufológicos (CUFOS)
4
.
Sin embargo, cuando Sturrock y sus con-
sejeros seleccionaron a aquéllos que iban a
informar al SRP sobre los casos de ovnis
que ofrecían las mejores evidencias físicas,
ni Jacobs ni Friedman ni Maccabee fueron
incluidos. Y el doctor David E. Pritchard,
del Instituto de Tecnología en Massachu-
setts, un físico que ha analizado varios pre-
el escéptico (Otoño 1998)
21
Quién es quién en
el ‘panel Sturrock’
roclamado como el primer análisis indepen-
diente del fenómeno ovni desde los años
70, el Panel de Investigación Científica
(SRP) organizado por la Sociedad para la
Exploración Científica (SSE) con el patrocinio
de la Fundación Laurence S. Rockefeller, inclu-
yó a nueve científicos que recibieron informa-
ción sobre el tema por parte de una serie de
ufólogos.
El SRP estuvo dirigido por Peter Sturrock,
catedrático de Física Aplicada de la Universi-
dad de Stanford (EE UU) y presidente de la SSE.
Los vicepresidentes fueron Von R. Eshleman,
profesor emérito de Ingeniería Eléctrica también
de Stanford, y Thomas Holzer, astrónomo del
Observatorio de Gran Altitud en Boulder, Colo-
rado (EE UU). Junto a ellos, integraron el pa-
nel: Randi Jopikii, catedrático de Ciencias Pla-
netarias de la Universidad de Arizona en Tucson
(EE UU); François Louange, director-gerente de
Fleximage, París (Francia); H.J. Melosh, cate-
drático de Ciencias Planetarias de la Universi-
dad de Arizona en Tucson (EE UU); James J.
Papike, catedrático de Ciencias de la Tierra y
Planetarias de la Universidad de Nuevo México
en Albuquerque (EEUU); Günter Reitz, del Cen-
tro Aeroespacial Alemán, Instituto de Medicina
Aeroespacial de Colonia (Alemania); Charles
Tolbert, catedrático de Astronomía de la Uni-
versidad de Virginia en Charlottesville (EE UU);
y Bernard Veyret, del Laboratorio de Bioelec-
tromagnetismo de la Universidad de Burdeos
(Francia).
Los nueve científicos recibieron la informa-
ción sobre casos de ovni de ocho investigado-
res, a los que pudieron realizar cuantas pregun-
tas consideraron oportuno en sesiones que es-
tuvieron moderadas por D.E. Pritchard y H.E.
Puthoff. Los ufólogos fueron: Richard Haines (EE
UU); Illobrand von Ludwiger (Alemania); Mark
Rodeghier, del CUFOS (EE UU); John Schuessler
(EE UU); Erling Strand (Noruega); Michael
Swords, catedrático de Ciencas Naturales de la
Universidad de Michigan Occidental en Kala-
mazoo (EEUU); Jacques Vallée (EE UU); y Jean-
Jacques Velasco, CNES (Francia).
La nota de prensa con las conclusiones del
estudio, titulada “Panel de científicos concluye
que algunas de las evidencias de ovnis mere-
cen su estudio” fue emitida el 29 de junio de
1998 por la Universidad de Stanford, centro al
que pertenece Sturrock. Comenzaba así: “En el
primer análisis independiente del fenómeno ovni
desde 1970, un grupo de científicos ha conclui-
do que algunos avistamientos están acompaña-
dos de evidencia física que merece estudio cien-
tífico. Pero el panel no estaba convencido de que
nada de esa evidencia apuntara a una viola-
ción de las leyes de la naturaleza o a que estuvie-
ra implicada una inteligencia extraterrestre”.
P
3
El astrofísico Edward U. Condon (1902-1974)
fue director de un grupo de investigación cientí-
fica sobre el fenómeno ovni, organizado por el
Ejército del Aire estadounidense en 1966, tra-
bajo para el que se contrató a la Universidad de
Colorado. Su informe, publicado en forma de
libro en 1969 bajo el título de Final report of the
scientific study of unidentified flying objects, dio
al traste con los intentos de muchos ufólogos de
hacer creer que el tema merecía un interés ma-
yor por parte de la ciencia y de las autoridades.
(N. del T.)
4
El Centro para el Estudio de los Ovnis (CUFOS),
uno de los principales grupos ufológicos norte-
americanos
y, por ende, del mundo
, fue funda-
do por el difunto astrónomo Joseph Allen Hynek
en 1973. (N. del T.)
background image
22
(Otoño 1998) el escéptico
tendidos implantes extraterrestres fue uno
de los moderadores de estas sesiones, aun-
que en ningún momento citó tales implan-
tes como evidencia extraterrestre.
Los ponentes pro-ovni
Si Sturrock hubiera seguido la tradición de
la controversia científica habría invitado
aproximadamente al mismo número de es-
cépticos que de ufólogos pro-ovni para in-
formar al panel de científicos. Pero, de he-
cho, de las ocho personas invitadas a las
sesiones, ninguna era un escéptico con ex-
periencia en ovnis, lo que privó a los miem-
bros del SRP de la oportunidad de escu-
char y evaluar las posibles explicaciones
prosaicas de los casos. Por ejemplo, uno de
los sucesos llamativos presentados por el
doctor Michael Swords, que ocurrió cerca
de Mansfield, Ohio (EEUU), en la noche del
18 de octubre de 1973 y en él que estuvo
implicado un helicóptero militar que pre-
suntamente tuvo un encuentro cercano con
un ovni. Según la información de Swords,
el ovni aparentemente produjo una miste-
riosa fuerza de succión que impidió que el
helicóptero chocara contra el suelo. El pa-
nel concluyó que tales informes, “de ser cier-
tos, son difícilmente comprensibles a par-
tir de nuestros conceptos habituales de gra-
vedad e inercia”.
Pero Swords ocultó al panel el hecho de
que yo empleé varias semanas en la inves-
tigación del caso y conseguí dar con una
explicación prosaica para muchos de los
efectos aparentemente misteriosos reporta-
dos por la tripulación. (Mis descubrimien-
tos fueron detallados en mi libro Ufos ex-
plained, publicado en 1975.) El informe del
SRP dice: “De acuerdo con Swords, hay una
evidencia física que podría haber sido in-
vestigada, pero que no lo fue. El comandante
capitán Coyne
informó que la brújula
magnética comenzó a girar durante el suce-
so. La brújula siguió girando posteriomente
y hubo de ser cambiada...” A lo largo de mis
numerosas entrevistas telefónicas con
Coyne, poco después del incidente, él nun-
ca mencionó anomalía alguna en la brúju-
la. Ni tampoco habló de la brújula en su
informe oficial del incidente a su superior
militar, escrito tan sólo un mes después, el
23 de noviembre de 1973. Varios años más
tarde, cuando otro investigador entrevistó
al copiloto Jezzi, éste dijo que la brújula se
había comportado erráticamente con ante-
rioridad al incidente ovni.
El informe del panel Sturrock afirma: “El
caso del helicóptero de Mansfield es un su-
ceso particularmente enigmático, dado que
incorpora no sólo el testimonio de la tripu-
lación del mismo, sino también de testigos
independientes desde tierra”. El panel no
fue informado de que tales presuntos testi-
gos no aparecieron en la historia hasta tres
años después del incidente, una vez que el
periódico de Mansfield publicó un artículo
sobre el asunto en el que se decía que los
ufólogos locales buscaban testigos del caso
de 1973. Mis investigaciones sobre las afir-
maciones de tales testigos demostraron que
sus testimonios eran espurios. El helicóp-
tero se encontraba a varias millas de donde
decían haberlo visto, y su testimonio en-
traba en conflicto con el de la tripulación,
tal como recogí en mi libro Ufos: the public
deceived, publicado en 1983.
Explicaciones prosaicas
Coyne afirmaba que el ovni había hecho que
la radio del helicóptero no fuera operativa
durante varios minutos, haciendo imposi-
ble el contacto con los aeropuertos de Cle-
veland, Columbus y Akron. Mi investigación
indicaba una explicación más prosaica, que,
debido a la baja altitud a la que estaba el
helicóptero, éste quedaba fuera del alcance
de la línea-de-visión de estos aeródromos.
Le sugerí a Coyne que realizara un experi-
mento durante su siguiente vuelo a Colum-
bus: que cerca de Mansfield descendiera a
la misma altitud y que intentara entonces
establecer contacto por radio con los mis-
mos aeropuertos. Coyne realizó tal prueba
y me informó posteriormente de que fue in-
capaz de contactar, tal como yo había pre-
dicho.
Mi investigación apuntaba a que el ovni
fue realmente un meteoro o bólido pertene-
ciente a la lluvia anual de las Oriónidas,
que el 18 de octubre se encontraba cerca
de su máximo de actividad. Cuando sugerí
tal explicación a Coyne durante una entre-
vista telefónica, me respondió: “Bueno, pa-
rece una explicación lógica”. Y también in-
diqué que, después de que el ovni desapa-
reciera, el mismo Coyne había realizado
instintivamente la maniobra para evitar que
el helicóptero se estrellara contra el suelo,
pero que con la excitación del momento ha-
bía olvidado haberlo hecho.
Las opiniones de Coyne cambiaron drás-
ticamente cuando el incidente fue seleccio-
nado como uno de los mejores casos ovni
de 1973 por The National Enquirer, que pre-
mió al piloto y a su tripulación con 5.000
dólares. A partir de ese momento, Coyne se
convirtió en una celebridad ovni, y fue invi-
tado como conferenciantes a diversos con-
gresos ufológicos.
Envié una copia de mi análisis a la Agen-
cia de la Armada para la Seguridad Aérea,
cuyo comandante en jefe, el coronel Samuel
De las ocho personas invitadas a las
sesiones, ninguna era un escéptico
con experiencia en ovnis, lo que privó
a los miembros del panel de escuchar
y evaluar las posibles explicaciones
prosaicas de los casos
background image
el escéptico (Otoño 1998)
23
P. Kalagian, respondió: “Creo que su análi-
sis ha sido realizado en un modo lógico y
coherente”. Posteriormente, Kalagian soli-
citó el permiso para reproducir los puntos
principales de esta investigación en la pu-
blicación de la agencia, The Army Flier.
Sin embargo, Swords ocultó al panel Stu-
rrock los resultados de mi extensa investi-
gacion. Por ello, no es sorprendente que el
panel comentara: “Encontramos que infor-
mes de este tipo son bastante interesan-
tes”. Pero añadía prudentemente: “Sin nin-
guna evidencia física sólida (como la que
podría haber proporcionado un análisis de
la brújula), es dificil para un panel com-
puesto por científicos físicos sacar conclu-
sión alguna”.
El ‘caso Cash-Landrum’
El miembro del MUFON
5
John Schuessler
presentó un detallado informe sobre un caso
que presuntamente ocurrió en la noche del
29 de diciembre de 1980 no lejos de Hous-
ton, Texas (EEUU), en el que estuvieron im-
plicadas Betty Cash, y Vicki Landrum y su
nieto de 7 años, Colby. Según Schuessler,
los tres volvían en coche a casa hacia las
21 horas cuando vieron un objeto gigantes-
co con forma de diamante, que descendió y
quedó suspendido sobre la autovía a sólo
50 metros delante de su coche, echando lla-
mas e iluminando el área como si fuera de
día. Betty paró el automóvil, pero ,en vez de
permanecer en su interior o dar la vuelta,
los tres salieron del vehículo para ver me-
jor el fenómeno. Betty Cash, quien según el
testimonio pasó entre 8 y 10 minutos fuera
viendo el ovni, incluso se acercó andando
al ardiente objeto (a pesar del intenso calor
que irradiaba). Cuando Vicki y Colby deci-
dieron finalmente volver al interior del co-
che, ella dijo que se quemó la mano al tocar
la manilla de la puerta. (Pero, cuando Schu-
essler inspeccionó posteriormente el auto-
móvil, fue incapaz de encontrar daño algu-
no en el acabado de la pintura, en las pie-
zas de plástico o en las ruedas.)
El ovni con forma de diamante estaba,
según los testigos, acompañado por varios
helicópteros grandes de doble rotor. A pe-
sar de su temor, dijeron haber tenido tiem-
po de contar el número de helicópteros va-
rias veces: Betty dijo que eran un total de
23, mientras que Vicki afirmó que eran en-
tre 20 y 25. Según Betty, el ovni emitía un
pitido agudo, aunque Colby dijo no haber
oído tal cosa. (El abogado-ufólogo Peter
Gersten llegó a demandar al Gobierno esta-
dounidense por 20 millones de dólares, ba-
sándose en que el Ejecutivo sabía que los
ovnis eran peligrosos y que los helicópteros
militares debían haber protegido a Betty,
Vicky y Colby. La Corte Federal no se impre-
sionó por las afirmaciones de Gersten y de-
sechó el caso, lo que provocó severas críti-
cas por parte del abogado...)
Según se informa en el JSE: “Schuessler
enumeró los siguientes problemas médicos
que sufrieron los tres testigos: ojos infla-
mados, con dolor y llorosos; daño ocular
permanente; dolores de estómago, vómitos
y diarreas; inflamaciones y marcas en la
piel, con pérdida de pigmentación; pérdida
3
Red Ovni (MUFON), organización ufológica nor-
teamericana. (N. del T.)
“El 19 de junio de 1998, los teleti-
pos de todos los medios de comu-
nicación importantes fueron bom-
bardeados con una nota de pren-
sa en la que se afirmaba que un
panel independiente de científicos
había echado una mirada fresca
al tema ovni y concluido que el
asunto debía tomarse en serio. Sin
embargo, lo que virtualmente pa-
saron por alto todos los grandes
medios es que estaba muy lejos
de tratarse de una revisión inde-
pendiente de los ovnis. La Socie-
dad para la Exploración Científi-
ca (SSE), patrocinadora del panel,
no es de ninguna manera una or-
ganización científica al uso. En
realidad, es un grupo proclive ha-
cia la creencia en los fenómenos
paranormales, aunque uno con
muchos científicos entre sus
miembros.
El JSE ha publicado, durante
los últimos once años, artículos
que sugieren por lo menos algu-
nas afirmaciones de lo para-
normal son ciertas y han sido ve-
rificadas científicamente. En la
web de la SSE, hay textos que
pretenden demostrar que el zaho-
rismo es un hecho comprobado,
que los pollos jóvenes tienen fa-
cultades psicoquinéticas, y que la
reencarnación no solamente ha
sido verificada, sino que las vidas
pasadas son frecuentemente in-
dicadas por la presencia de mar-
cas de nacimiento. El panel ovni
de la SSE invitó únicamente a
ufólogos a presentar la supuesta
evidencia; el punto de vista escép-
tico fue evidentemente conside-
rado no digno de tener en cuen-
ta.”
Robert Sheaffer.
Divulgador científico, autor de Ve-
redicto ovni y de Ufo sightings. The
evidence.
background image
de cabello excesiva durante un periodo de
varias semanas, teniendo el nuevo pelo una
textura diferente del antiguo; pérdida de
apetito, energía y peso; daños en la uñas;
aumento de la susceptibilidad a la enfer-
medad; y cáncer”. (Aparentemente, Schu-
essler olvidó mencionar otro problema mé-
dico provocado por el ovni en Colby: un au-
mento de sus caries.)
Realmente, fue sólo Betty Cash quien
sufrió problemas médicos serios tras el su-
puesto incidente ovni, suceso que ella ni
siquiera mencionó a los médicos que inten-
taban diagnosticar su enfermedad, hasta
que Colby habló del avistamiento. Poco des-
pués de que Schuessler se implicara en el
caso Cash-Landrum a comienzos de 1981,
empezó a sospechar que los problemas mé-
dicos podrían ser el resultado de rayos gam-
ma emitidos por el ovni, su teoría actual.
(Por lo que se ve, un arma atómica trans-
portada por aire o una nave extraterrestre
con energía nuclear habría explotado cerca
de Houston.) Pero, cuando Schuessler ins-
peccionó el coche de Betty en 1981 y usó
un contador geiger para medir la radiactivi-
dad, no encontró nada. Presumiblemente,
también comprobó esto al visitar el sitio del
presunto incidente, no detectando niveles
anormales de radiación.
En el reciente libro de Schuessler The
Cash-Landrum ufo incident (1998), dedica
muchas páginas a los informes de los mé-
dicos, a los esfuerzos por determinar la cau-
sa y posibles diagnósticos prosaicos expli-
cativos de los problemas médicos de Betty
Cash. Pero no proporciona dato médico al-
guno sobre la salud de Betty con anteriori-
dad al incidente. Ni tampoco datos médi-
cos sobre la salud previa de Vicki o Colby.
(En 1981, poco después del primer artículo
de Schuessler sobre el caso Cash-Landrum,
publicado en el The Mufon Ufo Journal, le
escribí solicitándole datos médicos sobre la
salud de los testigos antes del incidente
ovni. Schuessler se negó a proporcionárme-
los, diciendo que tal información sería una
“invasión de la privacidad”.) Schuessler afir-
ma en el libro que “Betty Cash, Vicki Lan-
drum y Colby Landrum estaban en razona-
ble buen estado de salud antes del inciden-
te”. Pero, en otras partes del libro, Schu-
essler menciona de pasada que cuatro años
antes, cuando contaba 47, Betty había su-
frido una cirugía de by-pass coronario. Y
que el 29 de marzo de 1983 se le extirpó el
pecho derecho, después de detectarse unos
bultos. Dos meses más tarde, Betty sufrió
un ataque de corazón, y el 23 de junio del
mismo año le fue extirpado el otro pecho. A
pesar de estos serios problemas de salud,
Betty sigue hoy viva, 17 años después de
haber sido irradiada por el ovni. Y los pro-
blemas médicos incialmente declarados por
Vicki y Colby han desaparecido.
El panel comentó al respecto: “El caso
Cash-Landrum parece ser único por el he-
cho de que existe documentación detallada
de los daños (fotografías, etcétera) y de los
tratamientos médicos subsiguientes”. El in-
forme del panel no ofrece indicación algu-
na de que Schuessler proporcionara la do-
cumentación médica del estado de salud
previo al incidente ovni. Es concebible que
el panel aceptara la afirmación de que la
salud de los testigos había sido hasta en-
tonces “razonablemente buena”.
El caso francés de
Trans-en-Provence
El panel Sturrock quedó también muy im-
presionado por lo que le contaron acerca
de la oficina de investigación ovni financia-
da por el Gobierno francés, el Grupo de Es-
tudio de los Fenómenos Aeroespaciales No
Identificados (GEPAN), y su aproximación
científica a la investigación de huellas pre-
suntamente dejadas por ovnis, especial-
24
(Otoño 1998) el escéptico
“No hay nada realmente nuevo
en el informe. Tengo serias du-
das de que haya el mínimo gra-
no dentro de la paja que supone
el tema ovni, y menos del tipo en
que merece la pena gastar el di-
nero de los impuestos de todos
los ciudadanos. El JSE, aunque
presentado como neutral y obje-
tivo, parece tener una agenda
oculta. Parece interesado en pro-
mover temas fronterizos como
misterios reales, y tiende a igno-
rar gran parte de la evidencia que
les es contraria. Publica artícu-
los académicos que promocionan
la realidad de los zahoríes, la neo-
astrología, los poderes extrasen-
soriales y la psicoquinesis. Gran
parte de sus miembros activos y
relevantes son completos creyen-
tes en la realidad de tales fenó-
menos. No pongo objeciones al
grupo de científicos que analizó
el testimonio ovni para este es-
tudio. Pero las ocho personas que
proporcionaron tales testimonios
y evidencias eran todos propo-
nentes y creyentes en la realidad
de los ovnis. Lo han estado ha-
ciendo desde hace decenios. Y no
había investigadores escépticos
entre ellos. Algo muy curioso si
uno intenta algún tipo de aseso-
ramiento equilibrado.”
Kendrick Frazier.
Director de The Skeptical Inqui-
rer y miembro del consejo ejecu-
tivo del CSICOP.
background image
mente en el incidente de Trans-en-Provence.
El GEPAN fue creado en 1977 y asignado al
Centro Nacional de Estudios Espaciales
(CNES), la agencia espacial francesa. La
Gendarmería es responsable de informar de
los casos ovnis al GEPAN. En 1988, el nom-
bre del GEPAN cambió por el de Servicio de
Investigación de los Fenómenos de Reen-
tradas Atmosféricas (SEPRA), y su misión
se amplió, incluyendo la recolección y el
análisis de reentradas de satélites, y caí-
das de cohetes propulsores y meteoritos.
Durante más de dos decenios de funciona-
miento del GEPAN/SEPRA, se han recibido
unos 3000 informes de ovnis procedentes
de la Gendarmería. De ellos, el GEPAN/
SEPRA ha investigado alrededor de un cen-
tenar, de los que sólo unos pocos, según
Jean-Jacques Velasco, director del SEPRA,
permanecen inexplicados.
El más famoso de estos sucesos inexpli-
cados es uno ocurrido en Trans-en-Proven-
ce, el 8 de enero de 1981, cuando un hom-
bre llamado Renato Niccolai dijo haber vis-
to una pequeña nave con forma de disco
que se posaba a unos 50 metros de su pa-
tio. Tras unos segundos, según Niccolai, el
ovni se fue volando. Cuando se acercó a ins-
peccionar la zona del aterrizaje, informó ha-
el escéptico (Otoño 1998)
25
ber encontrado marcas en el terreno. Al día
siguiente, su vecino oyó hablar del inciden-
te y lo comunicó a la Policía, que acudió al
lugar y tomó muestras del suelo y la vege-
tación cercanas, que fueron remitidas a la-
boratorios para su análisis. Para Velasco,
el examen de las muestras vegetales reali-
zado por el profesor Michael E.L. Bounias,
del Laboratorio de Bioquímica de la Univer-
sidad de Avignon, parecía revelar cambios
bioquímicos proporcionales a la distancia
de la muestra del lugar de aterrizaje del
objeto no identificado.
El ocultado y controvertido
‘informe Bounias’
Aunque no es sorprendente, considerando
que este caso es uno de los más impresio-
nantes del GEPAN/SEPRA, Velasco no in-
formó al panel de científicos que los descu-
brimientos de Bounias han sido rechaza-
dos por completo por el investigador ovni
francés Eric Maillot y por un patólogo botá-
nico miembro de la Sociedad Belga para la
Investigación de los Fenómenos Espaciales
(SOBEPS), un importante grupo ufológico.
Las críticas de Maillot
7
aparecen en el libro
Ufos: 1947-1997, editado el año pasado en
el Reino Unido.
La valoración científica más significati-
va de la investigación del GEPAN del caso
de Trans-en-Provence viene de la muy res-
petada agencia espacial francesa, el CNES.
Si este caso hubiera ofrecido un mínima evi-
dencia creíble de visitas extraterrestres, los
principales responsables y científicos del
CNES habrían al menos presentado artícu-
los o trabajos sobre los descubrimientos del
GEPAN en alguna conferencia sobre temas
espaciales. Pero no lo han hecho. Igualmen-
te, el CNES habría incrementado el presu-
puesto del GEPAN, o su plantilla. Por el con-
trario, en los años siguientes, aunque las
responsabilidades del GEPAN se ampliaron,
su presupuesto anual fue drásticamente re-
cortado, llevando a una reducción de sus
7
El ufólogo francés Eric Maillot reveló numero-
sos fallos en la investigación de este caso: el
GEPAN no envió hasta 40 días después del inci-
dente a sus investigadores, quienes además ig-
noraron las numerosas contradicciones del tes-
tigo. Por ejemplo, en el relato original de Nicolai
a los gendarmes, el ovni se quedaba a un metro
del suelo. Pero aparecieron misteriosamente las
huellas de aterrizaje, similares a marcas de de-
rrapaje de un coche. Nicolai aseguró que el ovni
no estaba girando, pero las huellas son circula-
res... Respecto al análisis de las plantas, el proto-
colo de recolección no fue científico; el bioquí-
mico encargado del análisis, Michel Bounias, no
era un experto en patología vegetal. Posterior-
mente, un experto belga
no identificado, aun-
que miembro del SOBEPS
criticó los resulta-
dos, pero Jean-Jacques Velasco, director del
GEPAN, no vio necesidad de un reanálisis o de
abrir una polémica científica sobre el asunto.
(N. del T.)
Imágenes tratadas por ordenador de la fotogra-
fía de un ovni que Richar F. Haines presentó al
‘panel Sturrock’.
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actividades relacionadas con los ovnis. ¡Este
es el punto clave!
Las incómodas conclusiones
escépticas del panel
Un miembro del panel me comentó que cree
que Sturrock se sorprendió de las reaccio-
nes del SRP ante las mejores evidencias de
ovnis ofrecidas por los ponentes: “Creo que
Peter creía que las presentaciones iban a
impresionar a los miembros del panel más
de lo que lo hicieron. Que está decepciona-
do. Aunque pienso que le alegraría la dis-
posición del panel a decir que los ovnis son
algo que no debería ser totalmente ignora-
do por la ciencia seria”. Por lo que he podi-
do saber, cuando el panel se reunió en San
Francisco, durante el fin de semana del día
de Acción de Gracias, para conseguir un
consenso en el informe final, hubo cierta
división de opiniones entre sus miembros,
aunque no serios desacuerdos. Las conclu-
siones del panel fueron:
“En referencia al material y casos pre-
sentados por los investigadores, el pa-
nel concluye que unos pocos inciden-
tes pueden haber implicado fenómenos
extraños, pero significativos, como ac-
tividad eléctrica, aunque no hay eviden-
cia convincente que apunte a procesos
físicos desconocidos o a que estén
involucradas inteligencias extraterres-
tres”.
“En cualquier caso, el panel concluye
que sería valioso poder evaluar cuida-
dosamente los informes ovni, puesto
que, en el caso que hubiera observa-
ciones inexplicadas, habría una posi-
bilidad de que los científicos aprendie-
ran algo nuevo estudiando estas obser-
vaciones”.
“Sin embargo, para ser creíbles, estas
evaluaciones deberán hacerse con un
espíritu de objetividad y con disposi-
ción a evaluar las hipótesis rivales”.
“La mejor expectativa para conseguir
evaluaciones significativas de las hipó-
tesis relevantes ha de venir del examen
de la evidencia física”.
“Las posibilidades de un avance signi-
ficativo son consideradas mayores aho-
ra que en la época del proyecto de la
Universidad de Colorado que dio origen
al Informe Condon hace treinta años, de-
bido a los avances en el conocimiento
científico y en las capacidades técnicas,
y a la vista del ejemplo de un proyecto
de investigación ovni modesto, pero
efectivo, como el de la agencia espacial
francesa, CNES”.
Teniendo en cuenta los datos que se pre-
sentaron a este panel, todos ellos de un lado
de la barrera, su escepticismo básico es en-
comiable y es comprensible su ligera inge-
nuidad, salvo quizá por su última conclu-
sión. Si los once años de investigación ufo-
lógica del GEPAN hubieran conducido a
cualquier nuevo conocimiento científico sig-
nificativo, el CNES habría incrementado su
entonces muy modesto presupuesto en vez
de recortarlo. Durante el último decenio, el
Fondo para la Investigación Ovni (FUFOR)
7
ha gastado más de 700.000 dólares en in-
vestigación ovni sin contribuir un ápice a
nuestro conocimiento científico.
Hace tres decenios, cuando entré por pri-
mera vez en este campo, los ufólogos cen-
26
(Otoño 1998) el escéptico
“¿Por qué es esto una noticia? La
observación de que algunas cosas
vistas en el cielo son desconocidas
y que merecen investigaciones pos-
teriores no es una revelación nue-
va. Nosotros nos hemos com-
prometido con un examen libre de
prejuicios de cualquier afirmación
paranormal responsable. El
CSICOP ha promovido la investi-
gación de casos ovnis desde hace
más de dos decenios, y ha publi-
cado resultados de investigaciones
rigurosas. Algunos casos perma-
necen inexplicados. Pero decir que
se deben dedicar ahora recursos
públicos para nuevas investigacio-
nes es muy cuestionable. A nues-
tro modo de ver, el Gobierno es-
tadounidense no tendría que des-
viar fondos y tiempo de otros pro-
yectos científicos más fructíferos.
Dado lo limitado de los recursos
para la investigación científica, la
evidencia hasta la fecha en rela-
ción con los ovnis no merece tal
atención. La idea de que debería-
mos dedicar el trabajo del Con-
greso de Estados Unidos a ponen-
cias de ovnis raya en lo ridículo.
No podemos obviar, finalmen-
te, que la publicación del informe
aparece en el momento adecuado
para ganar publicidad para el SSE
y sus afirmaciones. Ni que tuvo
lugar una semana después del es-
treno de la película Expediente X
y durante la semana del 4 de ju-
lio, cuando hay menos noticias.”
Paul Kurtz.
Presidente del CSICOP y profesor
emérito de la Universidad del Es-
tado de Nueva York en Buffalo.
7
El Fondo para la Investigación Ovni (FUFOR),
es una organización dedicada a patrocinar in-
vestigaciones ufológicas, puesta en marcha en
1979 y que cuenta con unos 2.000 miembros.
(N. del T.)
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traban sus esfuerzos en informes tuercas y
tornillos de cuya investigación podría obte-
nerse algo de información sobre propaga-
ción de ondas de radar, espejismos o rayos
en bola. En la actualidad, la mayoría de los
ufólogos está principalmente interesada en
las abducciones, o en el encubrimiento ofi-
cial (cover-up) de los platillos volantes es-
trellados. Pero Sturrock evitó presentar
cualquier tipo de informes de abucciones o
de platillos estrellados a su panel, ni siquie-
ra les mostró ninguno de los vídeos y foto-
grafías de Ed Walters, apadrinados con
ahínco por el físico Bruce Maccabee.
Dado que Sturrock ha sido uno de los
principales críticos del doctor Condon, re-
sulta irónico que la conclusión del panel
que organizó acerca de los ovnis y los ex-
traterrestres se aproxime tanto a la afirma-
ción de Condon de 1968: “No existe actual-
mente evidencia convincente directa de nin-
gún tipo que apoye la afirmación de que los
ovnis representan naves espaciales de otra
civilización que visitan la Tierra”. Condon
predijo que “un estudio extensivo futuro de
los ovnis no puede probablemente justifi-
carse por la expectativa de que la ciencia
consiga avanzar gracias a él”. Los últimos
treinta años de investigación ufológica a
cargo científicos como Sturrock
8
, Maccabee,
Schuessler y Friedman han demostrado lo
el escéptico (Otoño 1998)
27
8
El autor del artículo nos ha informado que en
el próximo número de Skeptics Ufo Newsletter ,
correspondiente a noviembre, desvela nuevos de-
talles sobre el grupo de científicos convocado
por Sturrock. En concreto, Klass ha averiguado
que, a pesar de haberse publicitado que los cien-
tíficos eran personalidades independientes de
la organización de Sturrock, la SSE, no es así:
dos de los ocho miembros del panel son tam-
bién miembros de la SSE. El doctor Charles R.
Tolbert, catedrático de astronomía de la Univer-
sidad de Virginia es el tesorero de la SSE
aun-
que Tolbert aparece como algo escéptico con res-
pecto a los ovnis
−,
y el doctor Thomas E. Holzer,
del Centro Nacional de Investigaciones Atmosfé-
ricas, también es miembro de la sociedad presi-
dida por Sturrock. ¿Dónde queda la tan cacarea-
da independencia? (N. del T.)
preclaro de la predicción de Condon.
Sagan aprendió,
Sturrock no aprende
No es algo muy conocido que el difunto doc-
tor Carl Sagan, quien es sus últimos años
fue un destacado crítico de la creencia en
los ovnis, fue a mediados de los años 60
proclive a creer que era posible que algu-
nos ovnis fueran naves extraterrestres. Por
ejemplo, cuando el congresista demócrata
por Indiana Ed Rousch organizó un simpo-
sio sobre ovnis el 29 de julio de 1968, las
seis personas invitadas a testificar eran to-
das pro-ovni, y Sagan era una de ellas. Du-
rante su ponencia, Sagan dijo: “Debería
mencionar que en esta reunión no hay per-
sonas que sean completamente escépticas
acerca del origen extraterrestre de los ovnis,
y ciertamente existe esa postura
aunque
no la comparta excesivamente
, una pos-
tura que este comité no va a escuchar hoy”.
En aquella época, Sagan, como Sturrock
ahora, intentó interesar a más científicos
en los ovnis. Para ello, él y el también falle-
cido astrónomo Thornton Page consiguieron
convencer a los directivos de la Asociación
Americana para el Avance de la Ciencia de
que organizaran una sesión sobre los ovnis
en su reunión anual de Boston a comien-
zos de 1970. (Yo no fui invitado.) En pocos
años, según Sagan fue aprendiendo más
sobre ufología, se hizo más y más escépti-
co. Claramente, Sturrock ha mostrado que
es más lento aprendiendo que Sagan.
Philip J. Klass es redactor-jefe jubilado de Avia-
tion Week & Space Technology y la primera figu-
ra mundial en investigación científica de los
ovnis.
Versión española de Javier E. Armentia.
Este artículo fue publicado originalmente en el
Nº 53 (Septiembre 1998) de Skeptics Ufo News-
letter (404 ‘N’ St. Southwest; Washington DC
20024; Estados Unidos), y se reproduce con au-
torización del autor.
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