background image
cuántica. Sin embargo, en este
prodigioso salto lógico, el autor
olvida un hecho demoledor: la
mecánica cuántica explica el
funcionamiento del mundo a es-
cala subatómica, y sus predic-
ciones se confirman experimen-
talmente, mientras que los fenó-
menos paranormales se resisten
con pertinaz cabezonería al aná-
lisis. Aun así, el periodista cuen-
ta, con todo el desparpajo del
mundo, dando la sensación de
haber realizado un cuidadoso
estudio, cómo la telepatía
que
en un principio podría pensarse
que consiste en ondas electro-
magnéticas
no tiene nada que
ver con éstas, postulando las si-
guientes propiedades:
1. “La energía no disminuye
en función de la distancia”.
Esta inocente afirmación
viola nada menos que el
principio de conservación de
la energía (o bien da lugar a
sorprendentes propiedades).
2. “Trasciende los límites del
tiempo y del espacio”. Y por
si fuera poco, viaja a veloci-
dad infinita (o al menos
enorme).
Después de leer semejante
sarta de despropósitos, el lector
siente la tentación de completar
el artículo con un poco de física
de verdad. Por ejemplo, siguien-
do la información contenida en
el artículo, podemos definir un
nuevo tipo de fuerza
la quinta,
nada menos
, la fuerza pática.
32
(Otoño 1998)
el escéptico
Las partículas asociadas a la
interacción pática podrían llamar-
se patones, y del artículo pode-
mos deducir algunas de sus sor-
prendentes propiedades:
1. Los patones son listos, in-
teligentes. Asumiendo que el
principio de conservación de
la energía siga siendo válido
aunque probablemente
será refutado pronto en al-
guna prestigiosa publicación
pseudocientífica
, el hecho
de que “no se atenúe con la
distancia” implica necesaria-
mente que si un sujeto A
envía un mensaje telepático
a un sujeto B, todos y cada
uno de los patones alcanzan
al sujeto B, sin interactuar
con ninguna partícula/obje-
to en su camino. Por cierto,
se echa en falta un experi-
mento con el sujeto B en mo-
vimiento, o un experimento
en el que el sujeto A no sepa
dónde se encuentra el suje-
to B. ¿Serán los patones ca-
paces de encontrarle?
2. Si el principio de conserva-
ción de la energía no es váli-
do, entonces tenemos que
los patones se multiplican
espontáneamente a lo largo
de su viaje, de manera que,
independientemente de la
distancia entre el emisor y el
receptor, éste es alcanzado
por el mismo número de pa-
tones.
3. Los patones viajan más rá-
pido que la luz. Suponemos
que su velociad no será infi-
nita, pero, en cualquier caso,
tiene que ser enorme. Sirvan
como ejemplo los extraordi-
narios resultados de los ex-
perimentos de comunicación
extraterrestre realizados por
el grupo Aztlán. En ninguna
parte, se menciona que tu-
vieran que esperar mucho
tiempo para recibir las res-
puestas.
Queda una incógnita en todo
esto, y es cómo han medido la
intensidad de la acción telepáti-
ca y en qué unidades se mide.
Es a todas luces necesario defi-
nir una unidad de medida. ¿Po-
demos hablar de energía telepá-
tica? ¿Produce ésta trabajo o va-
gancia? Falta, también, que los
creadores de la teoría iluminen
nuestras mentes y nos describan
el patómetro, instrumento éste,
se deduce, de complicado y su-
mamente ingenioso diseño, ya
que, según el artículo de Garri-
do en Más Allá, la acción pática
no se atenúa con la distancia, y
de momento nadie ha refutado
el principio de conservación de
la energía. Por tanto, si los pato-
nes interactúan con el destinata-
rio y solamente con él, no pode-
mos hacer que Fulanita mande
un mensaje telepático a Menga-
nito y un intrumento situado
junto a éste mida la intensidad
del mensaje. Esto implicaría una
interacción de los patones con el
el circo paranormal
ERNESTO J. CARMENA