Hace varios meses que la revista italiana Rivista di storia e letteratura religiosa publicó un trabajo de Pier Angelo Gramaglia titulado "La sindoni di Torino Alcuni problemi storici". Nos pareció un buen artículo que merecía la pena ser publicado en LAR. Para conseguirlo pedimos permiso a la editorial e iniciamos los trámites de traducción. Ambas cosas ya están hechas; es decir, tenemos el permiso para su publicación y tenemos la traducción del italiano. Pero hay un pequeño problema, la citada revista va dirigida a un público que domina el latín y el griego clásicos, por lo que las citas en dichos idiomas no las traducen. Para un publico más lego en la materia, como somos la mayoría de nosotros, el artículo cobraría más fuerza si pudiéramos dar la versión castellana de dichos textos, He aquí mi petición, si alguno de los amigos de LAR pudiera traducimos los párrafos en griego y latín clásico - sobre todo del griego- le quedaríamos muy agradecidos. Por favor, los que podáis ayudarnos hacédnoslo saber. Un abrazo y muchas gracias.
DE INQUISIDORES Y OTRAS YERBAS. Como ya sabéis, es habitual que nos llamen inquisidores; sin ir más lejos, en el último número de la revista de la Sociedad Española de Parapsicología -a la que por muchos motivos respeto profundamente-, nos consideran al CSICOP y a ARP como unos Torquemadas cualesquiera. Hace años el tema me molestaba y trataba de defenderme, y decía cosas como que cuando hay libertad, la hay incluso para no estar de acuerdo con las creencias de otros- Y "no estar de acuerdo" no significa que seamos "malos" o inquisidores. Por ejemplo, las asociaciones de consumidores están en contra de que el etiquetado sea engañoso. Si la lata de sardinas tiene aceite de soja, están en contra de que la etiqueta diga aceite de oliva. Esto parece normal, y nadie llama inquisidores a las asociaciones de consumidores. Pero en cuanto tocamos el tema "paraciencias" la cosa cambia, o estás a su lado -es decir te lo crees todo- o eres un inquisidor. Pero no voy a defenderme, ni voy a defender al CSICOP. Simplemente voy a informaros. Preocupado por este tema tuve un intercambio de pareceres con Barry Karr, que como sabéis es el director del CSICOP. Si, el director del CSICOP es Barry Karr, no James Randi como decía la revista de la Asociación Española de Parapsicología. El problema es que cuando nos piden la opinión oficial de ARP o del CSICOP sobre los temas paranormales ¿qué podemos decir? Tanto una asociación como la otra tienen unos posicionamientos muy claros en la última página de sus respectivas publicaciones, pero parecen muy largos, y parece que nadie se los ha leído. Pues bien, he aquí e1 boceto de
POSICIONAMIENTO OFICIAL -breve, para que se lo pueda leer todo el mundo- al que hemos llegado:
ARP no rechaza "a priori" ninguna reivindicación responsable sobre fenómenos paranormales, y piensa que muchos de ellos necesitan de un examen paciente para saber si está ocurriendo algo genuinamente extraordinario.
Podría ocurrir que algún día algunos de los pretendidos fenómenos fueran verificados mediante observaciones meticulosas y trabajos experimentales en laboratorio. Hasta que esto ocurra, debemos continuar siendo "escépticos". El escepticismo es la sangre que da vida a la empresa científica.
Espero vuestras críticas y sugerencias. Se las haré llegar a Barry.
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ARP televisivo. Como muy bien sabéis los miembros de ARP son requeridos de vez en cuando por los medios de comunicación para que den sus puntos de vista. Habitualmente en LAR hacemos referencia sólo a una minoría de ellos. En esta ocasión quiero señalar que ha habido bastantes intervenciones en televisión. Por ejemplo, Javier Armentia participó en el programa de Julia Otero hablando de ovnis; Miguel Angel Lerma estuvo en La Clave de Balbín en Antena 3; Andrés Sanjuán, Javier Armentia y Félix Ares han pasado por la televisión gallega en el programa Tras o silencio; Gustavo Bueno participó como testigo en el programa Tribunal Popular sobre profecías, en el que también hubo contribuciones de Javier Armentia y Félix Ares; Félix Ares participó como testigo en el programa Tribunal Popular sobre ovnis y hubo aportación de datos por parte de Javier Armentia; etc., etc.
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Una palabra vale más que 1000 imágenes. Estamos habituados a oír que una imagen vale más de 1000 palabras; y tal vez sea cierto; pero quiero reivindicar la palabra. Una imagen es muy difícil de explicar con palabras, pero lo contrario también es cierto. Hay palabras que son imposibles de expresarse mediante imágenes. Por ejemplo, escepticismo, racionalismo. ¿Con qué imágenes podemos expresar lo que queremos decir con ellos? Son palabras abstractas, imposibles de reducirse a unas imágenes.
Los habitantes del Lacio tenían un idioma pobre en ideas abstractas. Para ellos, las cualidades eran muy difíciles de expresar verbalmente. Tras el contacto con la superioridad del griego introdujeron palabras como "sinceridad", miel pura: SIN-CERA. ¿Cómo podemos dibujar la sinceridad, o la bondad, o la añoranza, o la simpatía?
Hay palabras que valen más de l000 imágenes, por ejemplo, escepticismo y racionalismo.
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El CSICOP CUMPLE 15 AÑOS. Se han cumplido 15 años desde aquel día de la primavera de 1976 en que aquel profesor de filosofía de la universidad del Estado de Nueva York en Buffalo llamado Paul Kurtz organizase un encuentro entre filósofos, científicos, periodistas y magos para discutir las razones del auge de las creencias irracionales: percepción extrasensorial, astrología, etc. De aquel encuentro nació el CSICOP. ¡Feliz cumpleaños! En nombre de todos aquellos a los que nos has ayudado a pensar de un modo crítico, ¡gracias Paul!
Paul Kurtz, campeón de la lucha contra la pseudociencia.
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LA HISTERIA DE LA AERONAVE,1896-97.
Robert E. Bartholomew.
Durante la "Gran Oleada de las aeronaves" que tuvo lugar en los EE.UU. entre noviembre de 1896 y mayo de 1897, miles de americanos afirmaron haber observado una nave-aérea (1). Descrita generalmente en forma de cigarro, con alas y/o propulsores y tren de aterrizaje; aun cuando la sofisticación tecnológica del siglo XIX era insuficiente para hacer volar aparatos más pesados que el aire (Sanarov, 1981, Klass, 1976: 302). Los hermanos Wright no alzaron vuelo hasta 1903, y los intentos anteriores con aparatos más pesados que el aire fueron erráticos en el mejor de los casos. De acuerdo con el historiador inglés Charles Gibbs-Smith (Clark y Coleman 1975: 133):
"Hablando como historiador aeronáutico especializado en el periodo anterior a 1910, puedo decir con certeza que los únicos vehículos aéreos con pasajeros, que pudieron posiblemente ser vistos en Norteamérica (...) fueron globos, y es altamente improbable que estos ingenios pudieran ser confundidos con cualquier otra cosa. Ninguna clase de dirigible o aparato más pesado que el aire voló en esta época".
Percepciones socioculturales
Durante el periodo del brote, aunque se especuló con la posibilidad de que el estímulo se debiera a percepciones equivocadas de objetos naturales o artificiales o, incluso, a alucinaciones, la creencia más extendida fue que un inventor había desarrollado secretamente un nuevo tipo de aeronave.
En términos de las expectativas sociopsicológicas de la época, muchos americanos tenían una idea general del aspecto que podrían tener una aeronave y sus ocupantes. Esta concepción fue moldeada por la literatura popular de la época, con gran número de historias sobre los primeros intentos de vuelo humano, que resultaban sensacionales y muy demandadas.
En 1895, el explorador sueco Salomon August Andrée alcanzó las primeras páginas de los periódicos describiendo sus planes para un viaje al Artico en globo, que intentó sin éxito en 1896, justo dos meses antes del brote. Andrée murió en el segundo intento al año siguiente. El 6 de mayo de 1896, Samuel Pierpont Langley, calificado por Gibbs-Smith (1985: 63) como "la primera figura aeronáutica importante de los EE.UU.", intentó con éxito el vuelo con su aeroplano Nº 5. Un mes antes del brote, el New York Times (septiembre de 1896) publicó un artículo con titulares en la primera página describiendo el fracaso de la aeronave experimental Albatross: el inventor-navegante William Paul escapó por poco a serios daños cuando su nave "cayó rápidamente y chocó contra unos árboles". El artículo concluía: "El inventor dice que el experimento fracasó debido al viento, y que de no ser por ello habría realizado un vuelo que hubiese dejado atónito al mundo".
El interés hacia la invención de artilugios mecánicos, especialmente máquinas aéreas, se desarrolló en los primeros años de la década de los 90 y condujo a una serie semanal iniciada en 1892 que alcanzaría un gran número de lectores (Clarke, 1986: 589).
Los avistamientos tuvieron lugar en dos oleadas separadas: la primera desde el 17 de noviembre hasta mediados de diciembre de 1896, y la segunda desde el 22 de enero hasta mayo de 1897 (Bullard, 1982a: 207-211).
El periodo justo antes de los avistamientos y durante los mismos se caracterizó por un periodismo amarillo y sensacionalista, dado que los diarios ofrecían frecuentemente historias especulativas (o incluso inventadas) sobre un amplio rango de eventos. Uno de los objetivos era crear noticias en los días "lentos de noticias", a fin de incrementar las
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Figura 1. Una representación artística de la aeronave que vieron cientos de personas sobre San Francisco el 23 de noviembre de 1896. (Fuente: San Francisco Call, 23 de noviembre de 1896, página 1) --------------
ventas (Hiebert, Ungurait y Bohn, 1982). Una historia en particular generó una gran cantidad de artículos en diarios y revistas especulando sobre la identidad de un, aparentemente, inventor ficticio a quien se atribuía haber construido una nave aérea. Cualquiera que fuese la motivación de los editores, el l de noviembre de 1896 el Detroit Free Press informó que en un futuro cercano un inventor de Nueva York construiría y haría volar un "torpedo aéreo". Dieciséis días después, el Sacramento (California) Bee recibió un telegrama de un hombre de Nueva York afirmando que él y dos amigos conducirían una nave de su invención hasta California, a donde llegarían en unos dos días. Casualmente, esa noche se registraron los primeros avistamientos de la oleada 1896-97, puesto que cientos de testigos en Sacramento informaron haber visto una aeronave.
Este informe, y los que le siguieron, pusieron en marcha el efecto bola de nieve. Centenares de periódicos (de casi todos los estados de la Unión) publicaron especulaciones sobre la posible existencia de la aeronave, junto con informes de nuevos avistamientos. Una estimación conservadora del número de avistamientos individuales sería de 100.000, basándose en una colección de T.E. Bullard (1982b) de más de 1.000 artículos de periódicos de este periodo relacionados con aeronaves, considerando que en muchos de estos avistamientos se decía que habían implicado a ciudades enteras (2) Bartholomew (1989) ha analizado relatos de testigos en periódicos que (normalmente solos, de noche y en áreas aisladas), de manera similar a lo que ocurre en la oleadas de OVNIs actuales, afirmaron haber conversado con los pilotos. Sin embargo, a diferencia de los encuentros actuales, los testigos describían a los ocupantes "como ciudadanos americanos ordinarios que afirmaban que su invención revolucionaría los viajes y el transporte" (Schas, 1980: 9).
Análisis de la literatura
Un examen de la literatura sobre histerias colectivas revela la importancia de tres elementos clave: ambigüedad, ansiedad y la redefinición de la situación desde lo general a lo específico. Hall (1972: 216) resume el papel de estos elementos:
"La receta es una combinación de alto nivel de ansiedad o tensión con alguna clase de suceso ambiguo que es interpretado de manera que provoque miedo. El suceso ambiguo es trasformado de tal manera que se convierte en un suceso que aparentemente justifica la ansiedad difusa que le antecede".
Hall, partidario de los OVNIs, considera errónea la sugerencia de que muchos informes OVNI (pasados o presentes) son debidos a contagio
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histérico. Uno de sus argumentos centrales es que los testigos de OVNIs casi nunca interpretan los incidentes como amenazadores. Lo más frecuente es que los testigos se muestren excitados durante un incidente, pero no asustados. Yo argumentaría que el contagio puede ocurrir en situaciones donde la creencia histérica no sea amenazante. La oleada de 1896-97 puede ser vista como un caso de "cumplimiento de deseo" colectivo en respuesta a rápidos avances sociotecnológicos y a rumores de que alguien había inventado la primera aeronave viable del mundo.
Creencia generalizada.
En los años inmediatamente anteriores a los avistamientos, la posibilidad de que alguien desarrollase pronto el primer aparato volador más pesado que el aire fue tema de especulación en las historias de ciencia-ficción. Este tema recibió especial énfasis a medida que el siglo XX se aproximaba. En la década de los 90 los americanos estaban obsesionados con la ciencia y los inventos. De cuerdo con Clarke (1986: 589):
"La colección literaria de Frank Reade fue diseñada para satisfacer la insaciable demanda de historias sobre novedades mecánicas, concentrándose en una carrera desenfrenada de relatos sobre inventos. La serie comenzó el 24 de septiembre de 1892 y se editaron 191 números. Fue la primera publicación serial dedicada exclusivamente a historias de ciencia-ficción y en sus páginas se trataron ingenios como robots, submarinos, máquinas volantes..., y el resto de la imaginería de una época enamorada de las grandes maravillas de la ciencia".
Bullard (1982a: 203) indica también que desde 1880 hasta los primeros años del siglo XX, la publicidad difundida en libros y revistas ayudó a modelar la creencia popular de que era inminente una nave más pesada que el aire: "Las revistas dedicadas a la ciencia y la ingeniería rivalizaron con el libro de Julio Verne "Robur el Conquistador" y otras publicaciones de ficción a la hora de describir vuelos que pronto tendrían éxito, y esta literatura alimentó al público con una dieta regular de especulación aeronáutica y noticias preparando a la gente para el cercano día en que el problema de la navegación aérea finalmente recibiría una solución".
Tal creencia se vio también alimentada por el creciente número de noticias sobre intentos fallidos. Aunque todos esos ensayos resultaron insatisfactorios en relación con el perfeccionamiento de una aeronave viable, durante los "últimos años de la década de los 90 numerosos inventores en los EE.UU. obtuvieron patentes para proyectos de aeronaves" (Brookesmith, 1984: lO7; Jacobs, 1976: 27).
-------------- Figura 2. Aeronave vista sobre Oackland, California, entre los días 17 y 19 de noviembre de 1896. (Fuente: San Francisco Call, 19 de noviembre de 1896, página 1). --------------
Ambigüedad
El boom de las patentes de aeronaves coincidió con la oleada. (Para una reproducción
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actual de algunas de las patentes originales, ver Lore y Deneault, 1968: 16-17, 38-39). La competición para ser el primero en registrar una patente resultó en una envoltura de secreto, y muchos inventores a menudo ocultaban datos vitales sobre sus patentes y naves experimentales. Como hace notar Brookesmith (1984: 107), la aureola de misterio que rodeaba al estado de desarrollo aéreo alentó la creencia pública de que se hubiera desarrollado una aeronave viable.
Este punto de vista es defendido por el historiador David M. Jacobs (1976: 27- 28):
"A finales de la década de los 90 muchas personas en los EE. UU. obtuvieron patentes para proyectos de aeronaves. La mayoría de la gente creía que alguien inventaría pronto una máquina voladora, y muchos querían capitalizar la fama y fortuna que adquiriría quien lanzase primero a un norteamericano por los cielos. Tan pronto como alguien tenía una idea sobre el diseño de una aeronave, solicitaba una patente. Esto colocaba a los inventores en un estado de preocupación constante sobre posibles plagios... (y) la mayoría mantenía en secreto sus patentes. Dada esta atmósfera y los numerosos experimentos europeos y americanos con prototipos, no es sorprendente que los relatos sobre un inventor que se mantenía en secreto cautivaran la imaginación del público y apareciera como una explicación lógica para el misterio de la nave aérea."
Algunos factores ambientales aún contribuyeron más al estado de ambigüedad durante el episodio. Dado que había, como mínimo, miles de avistamientos, un análisis específico de cada caso es irrealizable. Sin embargo, Bullard (1984, comunicación personal), comentando los aproximadamente 1.000 artículos periodísticos que pudo recoger, hizo notar que entre el 80 y el 90% habían tenido lugar durante la noche. Otros investigadores han mencionado también esta tendencia en las aeronaves a aparecer de noche (Berliner, 1978:2; Sanarov, 1981: 166). Asimismo, la oleada tuvo lugar principalmente durante los meses de invierno y terminó bruscamente en primavera, coincidiendo con la reducción de horas de sol (sic).
Induciendo aún más ambigüedad se encontraban los restantes enigmas asociados con la aeronave. ¿Quién era realmente su inventor? ¿Cómo alcanzó esta proeza? ¿Quién le ayudó? ¿Dónde se encontraba su base secreta? ¿Dónde se realizaría la próxima prueba?
-------------- Figura 3. La aeronave de vapor con la que Heneri Giffard voló en 1852. (Fuente: B. Collier, The Airship: A History. Hart-Davis, MacBiggon, London, 1974, página 29.)
Ansiedad y excitación.
La oleada tuvo lugar durante un periodo de rápido cambio tecnológico y en medio de un intenso interés público en el desarrollo de naves aéreas. Los periódicos caracterizados por el sensacionalismo y la especulación, difundieron la creencia de que alguien había inventado la primera aeronave
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Figura 4. El vuelo circular del La France en 1884. Fuente: C. H. Gibbs-Smith. Flight Throughout the Ages. Thomas Y. Crowell, New York 1974. página 76.)
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viable. William Randolph Hearst apuntó esta idea en un editorial donde atacaba dichas informaciones.
"El 'periodismo falsario' tiene mucho de que responder, pero no puedo recordar una explotación más evidente en esa línea que el intento persistente de hacer creer al público que el aire de nuestra vecindad está poblado de aeronaves. Desde hace semanas se ha puesto de manifiesto que toda la historia de las aeronaves es puro mito" (Klass, 1976: 314, citando el San Francisco Examiner, 5 diciembre 1896).
Bullard (1982a: 224) y Klass (1976: 3l4-15) también concuerdan con la idea de que los periódicos ejercieron considerable influencia en el mantenimiento del brote.
A. M. Herring, escribiendo en el Scientific American del 26 de junio de 1897, indicaba la intensa investigación desarrollada y la difundida creencia de que a finales de la década existía ya una aeronave viable, pero "especialmente" en el periodo de tiempo coincidente con el brote:
"Esta línea de experimentación ha resultado en un progreso tan grande en los últimos años (y especialmente en los últimos seis meses) que la consecución de vuelos largos y libres para el hombre, que no mucho antes parecía una invención para un futuro distante, es algo ahora cercano, casi a la mano". (403)
Neeley (1979: 68) atribuye el episodio al estrés social fomentado, en parte, por los cambios tecnológicos acelerados. Neeley revisó 223 periódicos de Illinois del periodo en cuestión. Y pretende extrapolar sus hallazgos al conjunto completo de informes a todo lo largo y ancho de los Estados Unidos:
"Consideremos en primer lugar la gente de 1897. Vivieron tiempos interesantes. Se asombraban por los logros tecnológicos de la época. El teléfono tenía sólo 14 años de vida. La electricidad se acababa de hacer utilizable para fines prácticos, los rayos x habían sido descubiertos dos años antes. El coche sin caballos estaba a la vuelta de la esquina, como lo estaba el vuelo. Se las habían visto con un mal invierno y la primavera había traído consigo una de las mayores inundaciones que han golpeado el Medio Oeste. Llovía constantemente y sólo la nieve rompía la monotonía. Un cielo despejado era una rareza. Tras la Guerra Civil se había vuelto a la normalidad pero ya se apuntaban guerras en Grecia y Cuba (...) Julio Verne estaba escribía historias de (...) una aeronave eléctrica. Súbitamente los cielos clarearon y en el noroeste se
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divisó una luz brillante. Se lanzó el grito "¡Aeronave!" y una multitud se reunió a observar. Pero una nube la oscureció y la aeronave "desapareció". O quizá pudo verse una luz brillante en el sudeste y los testigos "siguieron" su trayectoria tras alguna nube hasta que una volvieron a encontrarla en el noroeste. Era indudable que habían visto una aeronave cruzando el cielo".
Redefinición de la situación.
La oleada de la aeronave tuvo lugar en dos fases separadas: la primera entre el 17 de noviembre y mediados de diciembre de 1896, y la segunda entre el 22 de enero y mayo de 1897. Las oleadas se dieron en paralelo con noticias de prensa acerca de dónde aparecería la aeronave. Por ejemplo, la mayoría de avistamientos de la oleada de 1896 tuvieron lugar en California, y todos los avistamientos ocurrieron en la región de la costa del Pacifico (Bullard, 1982b). Resulta interesante que la creencia popular anterior y durante la propia oleada de los meses de noviembre-diciembre de 1896, era que un inventor haría volar una aeronave hasta California y después volvería cruzando tranquilamente el continente hasta Nueva York. Las noticias que circularon durante la segunda oleada (aunque hubo variedad de historias) se centraron en un inventor que realizaría un vuelo transcontinental. Una historia hablaba de cómo el inventor llevaría su aeronave a través del país hasta Washington D.C., donde la patentaría. Otra especulaba que el gobierno de los Estados Unidos estaba probando secretamente una aeronave haciéndola volar por todo el país. De forma coincidente, la segunda oleada comenzó en el oeste de los EE.UU. y avanzó hacia el este en un patrón errático pero sistemático, de forma que en 1897 la oleada acabaría a principios de mayo con avistamientos en la costa nordeste:
"Repentinamente, el punto culminante. Se había alcanzado el final del extraordinario viaje transcontinental. El 30 de abril de 1897 a las tres de la madrugada, se vio una gran aeronave sobre Yonkers, Nueva York... en dirección al mar.
... Curiosamente, cuando la oleada de 1896-97 terminó, para todos los efectos lo hizo de forma brusca. En los años siguientes habría varios casos aislados, pero este fenómeno en particular finalizó en las costas del Atlántico.
... Virtualmente, no volvieron a darse nuevos avistamientos en las áreas donde habían sido predominantes. Todo había terminado." (Flammonde 1977: 115- 117)
Durante ambas oleadas, las expectativas culturales de la época parecen haber sido enmarcadas y definidas por los relatos periodísticos que se verían reafirmados a continuación por el contenido de los informes. Parece como si la conciencia colectiva, tal como se reflejaba y definía en los artículos de los periódicos, hubiese creado una opinión consensuada sobre que la aeronave había completado su vuelo transcontinental. Esto podría explicar, no sólo el patrón general de vuelo oeste-este a través del país, sino también el abrupto final de la oleada.
Un estudio de los más de mil informes originales sobre la aeronave procedentes de periódicos norteamericanos recogidos por Bullard (1982b} muestra que la mayoría de los avistamientos de objetos aéreos no identificados entre el 17 de noviembre de 1896 y mayo de 1897 muestran evidentes paralelismos con las narraciones de la literatura popular sobre los primeros intentos de navegación aérea. El examen de los datos de Bullard muestra que siempre que se daban descripciones específicas de las aeronaves, más allá de esas ambiguas luces nocturnas en vuelo, los testigos vacilaban entre dos tipos de naves. El primero era una estructura en forma ovoidal, con alas parecidas a las de un ave. Frecuentemente se decía que las alas "batían" como las de los pájaros. El otro tipo también consistía en una gran parte central, pero con ruedas semejantes a ventiladores o hélices. Ambos tipos poseían potentes reflectores y algún sistema de propulsión motora y a menudo llevaban un fuselaje suspendido de la estructura principal. El dibujo de la figura 1 muestra la nave aérea de la que informaron cientos de personas el 23 de noviembre de 1896, sobre la ciudad de San Francisco. La descripción encaja con las expectativas culturales de cualquier ciudadano americano sobre el aspecto que debería tener una nave de tales características. Ninguna de estas naves fue descrita en términos más contemporáneos como con forma de platillo o disco. Otros avistamientos durante estas oleadas si se asemejan a un tipo comúnmente descrito de OVNI (ver fig.2).
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Estas descripciones son imitaciones muy cercanas de los primeros intentos de vuelos con aeronaves más pesadas que el aire. Así, el primer vuelo con motor tripulado que se conoce fue el de la aeronave de vapor de Heneri Giffard (ver fig. 3). El gran fuselaje en forma de cigarro puro, con esa pequeña cesta debajo, formaba un diseño estructural muy similar al descrito ampliamente 45 años después durante la oleada de aeronaves de 1896-97 de EE.UU. La figura 4 muestra un modelo de la primera aeronave que completó un vuelo circular. El 9 de agosto de 1894, el La France voló cerca de cinco millas a una velocidad media de 13 millas por hora. Se informó de un tipo muy similar de aeronave el 10 de abril de 1897, sobre la ciudad de Chicago. Cogiendo la cámara de su hijo, Walter McCann dijo haber tomado dos fotografías. En la fig. 5 aparece el grabado de la mejor de ellas, que habría aparecido en la primera página del Chicago Tribune el 12 de abril. La imagen se tomó supuestamente mientras la nave sobrevolaba los suburbios a las 6 de la madrugada. Dichas fotografías fueron tomadas en el momento culminante de la oleada, tras un mes con miles de avistamientos denunciados en Illinois.
CONCLUSION
En presencia de rumores extendidos sobre aeronaves, que sostenían la idea de que este invento estaba a punto de ser perfeccionado, la ambigüedad del cielo nocturno, y las emociones intensas compartidas por muchos americanos de que tan dramático acontecimiento estaba a la vuelta de la esquina -y la incitación de tales emociones a través de las historias periodísticas especulativas y a menudo totalmente inventadas- la gente intentó aliviar dicho estado emocional observando los cielos para probar o rechazar las historias sobre la invención de aeronaves. Esperaban ver aeronaves y las vieron. Mientras en la actualidad, la gente colectivamente percibe "platillos volantes" procedentes del espacio exterior, los ciudadanos en 1896-97 estaban predispuestos a través de la literatura popular de la época a ver naves aéreas. Las modernas investigaciones sobre movimiento autocinético podrían ser aplicables en relación con la dinámica de resolución de problemas (Turner y Killian 1972: 35). La interpretación de estímulos ambiguos dentro de una entorno grupal llevará a que sus miembros desarrollen una creciente necesidad de definir la situación, confiando menos en su propio juicio que en el de los demás a la hora de validar la realidad (comprobación de la realidad).
"Cuando en una situación los estímulos carezcan de una estructura objetiva, el efecto de las opiniones de los demás es... importante... En un... estudio de los factores sociales en la percepción, utilizando el fenómeno del movimiento autocinético, un sujeto evaluaba las distancias entre movimientos aparentes primero solo y después junto a otros dos o tres sujetos. Esta situación desestructurada provocaba una incertidumbre considerable. Aunque no se les dijo que se pusieran de acuerdo, e incluso se les previno para que no se vieran influenciados, los individuos que actuaron juntos modificaron sus opiniones hacia un juicio o norma común... La influencia de los diversos individuos era diferente, y la norma común resultante estuvo en varias ocasiones por encima o por debajo de la media de los juicios individuales de la sesión inicial en la que los sujetos actuaban en solitario (Sherif y Harvey 1952: 302)
La investigación sobre el "efecto autocinético" es de mucho interés ya que muestra como los juicios individuales tienden a coincidir en una situación de grupo durante la que se observan estímulos tan comunes como un punto de luz en la oscuridad. Este efecto es bien conocido en la psicología social y el primero que lo demostró fue Sherif (1936). Los individuos en situaciones donde carecen de guías perceptuales estables muestran una sensación de inseguridad y ansiedad que genera una creciente necesidad de definir lo que se ve o dar sentido a la luz. En situaciones de grupo, los individuos intentarán reducir las ansiedades creadas por una situación incierta. Beeson (1979:180) explica este proceso:
"Un observador en una habitación completamente oscura que vea un punto de luz, experimenta un estimulo visual fuera de su contexto visual normal. Las relaciones de arriba, abajo, delante, detrás, lejos o cerca, existen sólo en relación a otros estímulos y cuando este marco de referencia se pierde, la luz queda libre para vagar por nuestro campo perceptual. Es por esta razón que alguien observando una luz en tales condiciones percibirá movimientos aleatorios considerables en la misma".
En este tipo de situaciones altamente ambiguas, tales como las de gente observando el cielo nocturno en busca de una imaginaria aeronave, "la inferencia puede suplantar la función de la
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Figura 5. Pretendida foto de una aeronave sobre Chicago tomada por Walter McCann (Fuente: Chicago Tribune, 12 de abril de 1897, página 1). ---------
percepción proporcionando la información que falta en situaciones donde la percepción es ineficaz o inadecuada" (Massad, Hubbard y Newtson. 1979). De acuerdo con esta idea, las personas con un patrón mental centrado en las aeronaves, percibirán aeronaves. Actualmente, dada la extendida creencia colectiva en que los extraterrestres surcan los cielos, normalmente durante la noche, se ven platillos volantes. Allan Hendry, anterior editor del International UFO Reporter, una publicación OVNI de orientación científica, proporcionaba un buen ejemplo de este proceso. Pudo comprobar que en 1978 un gran número de vuelos de avionetas con paneles luminosos anunciadores fueron inicialmente tomados por OVNIs y descritos con forma de disco o platillo:
"Entre las trescientas llamadas telefónicas que... (nuestra organización) ha investigado y que están referidas a vuelos nocturnos de avionetas publicitarias confirmados, el 90 por ciento de los testigos los describieron no a partir de lo disponible perceptualmente, sino como si pudiesen ver una forma semejante a un disco o un platillo giratorio con luces "fijas"; mucha gente imaginó ver una cúpula encima y cuando se les presionó llegaron a jurar con plena confianza que habían visto dicha silueta."
Tomados en su conjunto, los avistamientos parecen haber funcionado como símbolos tranquilizadores durante un periodo de gran incertidumbre, en este final del siglo veinte, con cambios tecnológicos acelerados. La gente tiene mucha afición por estas maravillas tecnológicas que están cambiando los patrones sociales existentes desde hace miles de años, pero simultáneamente están preocupados por el potencial poder destructivo que estas máquinas pueden ejercer sobre sus vidas.
La oleada de la nave aérea sirvió para mostrar el dominio del hombre sobre el cielo indomado y previamente sagrado, dejándoles con la reconfortante creencia de que un elemento positivo estaba bajo control. En palabras Clark y Coleman (1975: 163):
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"La mayoría de ellos (americanos) vieron las aeronaves como una muestra del triunfo final de la tecnología, y algo sobre lo cual seguramente debían tener unos sentimientos ambivalentes. Todo lo que se hablaba sobre bombas y máquinas aéreas erizadas de cañones, apuntaban hacia una época en la que no habría seguridad en ningún sitio, lo cual debía ser desconcertante en extremo. Además, el cielo había sido violado, el hombre había contaminado para siempre el dominio de los ángeles.
Es importante anotar que, aunque las tensiones sociales generadas por el rápido avance tecnológico fueron especialmente importantes en este periodo, los americanos que avistaron esta aeronave fantasma no la temían. Las aeronaves fueron vistas como una influencia positiva en reacción a las tensiones negativas producidas por los rápidos avances tecnológicos en una gran variedad de campos. Por lo tanto, la redefinición de los estímulos aéreos ambiguos, mundanos y, predominantemente nocturnos (por ej. estrellas, planetas) sirvieron para crear una presencia tranquilizante.
Notas.
(1). Quedo en deuda con T.E. Bullard, folklorista, Indiana University, Bloomington, Indiana, por haberme permitido el acceso a los datos originales sobre la nave aérea.
(2). Resulta aventurado cualquier intento de estimación precisa. Sin embargo, esta cifra parece razonablemente precisa como estimación conservadora del número mínimo de participantes, en base a los datos de Bullard.
Referencias
Bartholomew, R. 1989. UFOlore: A Social Psychological Study of a Modern Myth in the Making. Stone Mountain, Ga.: Arcturus.
Beeson, R. 1979. The improbable primate and the modern myth. In The Scientist Looks at Sasquatch II, ed. by G. Krantz and R. Sprague, 166-195. Moscow, Idaho: University Press of Idaho.
Berliner, D. 1978. The nineteenth-century airship mystery. International Fortean Organization Journal, no. 29:2-6, May-June.
Brookesmith, L. 1984. The Age of the UFO. London: Orbis.
Bullard, T.E. 1982a. Mysteries in the Eye of the Beholder: UFOs and Their Correlates. Doctoral dissertation. Indiana University Folklore Department.
----------------- 1982b. The Airship File: A collection of Text Concerning Phantom Airships and Other UFOs Gathered from Newspaper and Periodicals Mostly During Hundred Years Prior to Kenneth Arnold's Sighting. Unpublished manuscript.
Clark, J. and L. Coleman. 1975. The Unidentified: Notes Toward Solving the UFO Mystery. New York. Warner.
Clarke, I.F. 1986. American anticipations. The First of the futurist. Futures, August: 584-592.
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En junio de 1989, Robert E. Bartholomew leyó su Tesis Doctoral, un estudio sobre la conducta colectiva, especialmente de los avistamientos colectivos de OVNIs. Dirección: University Hall, Room 3421, Flinders University of South Australia, Bedford Park, South Australia 5042, Australia.
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Traducción de J. Gutiérrez Maldonado y Mª J. Bajén. Original: Copyright de The Skeptical Inquirer Traducción: Copyright de LAR.
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UN ESTUDIO CONTROLADO SOBRE LAS TÉCNICAS DE RELAJACIÓN, O DE CÓMO NO ES TAN IMPORTANTE RELAJARSE NI MEDITAR TRANSCENDENTALMENTE
Victor Sanz Larrinsga
1.- Introducción.
Aclararemos antes de comenzar que los números (nº) remiten a la bibliografía y los asteriscos (*) al glosario, el cual le ayudará al lector a comprender más fácilmente el presente artículo.
En un trabajo publicado con anterioridad en LAR (1) analizábamos el hecho de que los resultados favorables generados por la técnica de biofeedback (*) en el tratamiento de la hipertensión arterial (*) se debían, más que al propio biofeedback, a las técnicas de relajación combinadas con él.
En efecto, los resultados beneficiosos obtenidos con el biofeedback en la hipertensión arterial se mostraban sumamente pobres, puesto que su cuantía era igual o menor que la obtenida a través de técnicas de relajación (consistentes en ejercicios respiratorios, relajación de los músculos profundos, etc.). Pues bien, respecto a estas técnicas se nos presentaban, por aquel entonces, dos interrogantes:
1) El peligro latente de que los supuestos resultados positivos, obtenidos en la relajación, fueran capitalizados por ciertas "medicinas alternativas" que propugnan como terapia la Meditación Trascendental (*) practicada y enseñada por yoguis dotados de poderes paranormales (de ahí que se hable de técnicas de relajación-meditación). Hay que recordar aquí que algunos de estos "espectaculares" poderes -también en relación con su actividad terapéutica en la hipertensión- han sido claramente refutados en estudios claramente planificados y controlados (2).
2) Nos quedaba, asimismo, la razonable duda de si la relajación sin más o, en su caso, las imposturas místico-trascendentales, podían tener algún efecto terapéutico sobre la hipertensión más allá de lo que se pueda esperar con una mínima y racional educación sanitaria, o mejor aún, con una buena relación médico/paciente.
Pues bien, el estudio que a continuación paso a comentar, titulado Terapia de relajación y presión arterial ambulatoria continua en la hipertensión ligera: estudio controlado (3), pone en evidencia lo que ha tiempo conjeturábamos: que (la técnica de relajación) es prácticamente ineficaz, al igual que puede serlo una serie de consejos inespecíficos. Ni que decir tiene que al refutar esta técnica quedan, en consecuencia, invalidados los fraudes que en ella se fundamentan o amparan y que brevemente hemos recordado. 2.- Objetivo.
El objetivo del estudio en cuestión era determinar los efectos a largo plazo de la terapia de relajación sobre la presión arterial ambulatoria (*) de 24 horas en pacientes con hipertensión ligera, no tratada y sin complicaciones.
3.- Método.
Participaron 35 individuos entre 20 y 60 años, los cuales, sin tratamiento, presentaban en tres determinaciones sucesivas una presión arterial diastólica (*) de 95-110 mm Hg. No se incluyeron en el estudio los sujetos que tenían alteraciones en los órganos diana (*), diabetes mellitus, hipertensión secundaria, un colesterol en sangre mayor de 8 mmol/l o antecedentes de hipertensión maligna (*).
Tras un estudio de cuatro semanas seguidas, se distribuyeron los individuos de forma aleatoria en dos grupos: uno, el sometido al tratamiento de relajación, y el otro, el sometido a consejos inespecíficos (grupo control); ambos grupos fueron tratados (de la forma dicha) durante un año.
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Se midió la presión intraarterial ambulatoriamente antes y después del tratamiento.
El grupo al que se asignó la terapia de relajación fue entrenado durante 8 semanas, a razón de una hora por semana, para la relajación muscular, control del estrés y ejercicios de yoga y continuó ejercitándose dos veces diarias durante un año con una visita mensual a la clínica. Por su parte, el grupo control tuvo igual ritmo de visitas pero sin entrenamiento (sólo se les pidió que se sentaran y se relajaran dos veces al día). Por último, a todos los pacientes se les pidió que no modificaran su dieta ni su actividad física.
4.- Resultados.
Los podemos compendiar en cuatro puntos:
1) La excreción media de sodio en orina, la concentración en sangre de colesterol y el peso corporal no sufrieron variaciones en ningún grupo.
2) Las presiones diastólicas medidas por pletismografía (*) fueron 2 y 3 mm Hg menores en los sujetos de ambos grupos respecto de los valores iniciales.
3) La presión intraarterial ambulatoria media durante el día no se modificó al cabo de una año en ambos grupos, aunque no fue posible excluir pequeños efectos del tratamiento; el cambio medio en el grupo de relajación fue de -1 mm Hg y en el grupo de control de -O,4 mm Hg.
4) La presión ambulatoria media vespertina tampoco sufrió variación a lo largo del año y, asimismo, en ambos grupos la presión nocturna fue igual para las dos mediciones correspondientes.
5.- Conclusión.
Así pues, el presente estudio muestra fehacientemente que la terapia de relajación es una técnica inoperante para disminuir la presión sanguínea de 24 horas, puesto que, como hemos visto, no aportó mayor beneficio que los consejos inespecíficos, el apoyo y la confianza, todos ellos ineficaces como tratamiento de la hipertensión arterial.
GLOSARIO
Ambulatorio, régimen.
Modo de regular o controlar al enfermo sin necesidad de que éste permanezca en cama. Se habla entonces de: diagnóstico ambulatorio, tratamiento ambulatorio, toma ambulatoria de tensión, etc. Lo contrario de régimen ambulatorio suele ser régimen hospitalario.
Biofeedback.
El término bifeedback o biorretroalimentación (retroalimentación biológica) es una extensión al campo biológico del concepto más general de feedback o retroalimentación. Este último término designa (en cibernética) un método de control de un sistema por medio de la reinserción en el mismo de los resultados de la ejecución pasada.
Basada en estos fundamentos, la técnica del biofeedback consiste en aprender a modificar de forma voluntaria los propios estados mentales y fisiológicos. En el fondo, esta técnica lo que pretende es acelerar el aprendizaje de los métodos de relajación reforzándolo con el conocimiento inmediato del propio estado. El tema es, sin duda, interesante y quien desee más precisiones deberá acudir al trabajo mencionado en (1).
Diastólica, presión.
La presión sanguínea en el interior del sistema arterial varía según el momento del ciclo cardiaco, alcanzando un máximo en la sístole ventricular (contracción cardiaca) y un mínimo en la diástole ventricular (relajación cardiaca). Por tanto, presión diastólica es la que existe durante la diástole; se denomina también tensión arterial mínima, en comparación con la tensión sistólica o máxima.
Hipertensión arterial.
Se define como la elevación persistente de la presión (o tensión) arterial por encima de los límites considerados como normales, los cuales se establecen por convenio y se basan en un criterio de riesgo poblacional. En función de su etiología o causa, la hipertensión arterial es de dos clases:
- hipertensión arterial esencial, cuya causa es desconocida (es la más frecuente y a la que, generalmente, nos referimos cuando hablamos de hipertensión arterial sin más).
- hipertensión arterial secundaria, cuya causa es una enfermedad conocida (por ejemplo, la hipertensión arterial que se origina en determinadas enfermedades renales).
Hipertensión arterial maligna.
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Forma (clase) muy grave de hipertensión arterial esencial cuya evolución tiene un comienzo súbito y un curso progresivo.
Meditación Trascendental.
Técnica de aprendizaje que tiene como fin suspender o reducir la actividad mental. Según los expertos, durante la Meditación Trascendental se puede alcanzar un estado do consciencia diferente de las habituales (vigilia, sueño profundo y ensueños). Para lograr ese estado la Meditación Trascendental emplea una palabra (mantra), un objeto visual o un sonido, como foco de la atención. Parece ser que algunos individuas en tal estado de consciencia participan de la realidad última y suprema (Meditación mística).
Bajo mi punto de vista tras este ampuloso nombre se esconde una simple relajación psicosomática combinada y aderezada con creencias filosófico- religiosas orientales, que posiblemente ejerzan una acción de refuerzo.
Pletismografía.
Hemos de saber previamente que un órgano desprovisto de sangre posee un volumen constante durante un determinado periodo; por ello, cambios del flujo sanguíneo en dicho órgano modificarán su volumen. Pues bien, pletismógrafo es, precisamente, el aparato encargado de medir las variaciones de volumen de un órgano por efecto de las variaciones del flujo sanguíneo en él. Pletismografía será, en consecuencia, el empleo del pletismógrafo.
BIBLIOGRAFIA
(1) Biofeedback, efecto placebo y medicinas alternativas.- Quintana Alvarez, M., Sanz Larrinaga, V.J..- Monografías LAR nº 1.- Bilbao 1990.
(2) Paranormal healing and hypertension.- Beutles, J.J., Attevelt, J.T.H., Schoum, S.A.- Department of Nephrology and Hypertension, University Hospital, 3511 GV Utrech, NDL - British Medical Journal 1988.
(3) Relaxation therapy and continuous ambulatory blood pressure in mild hypertension: a controlled study.- Van Montfrans, G.A., Karemaker, J.M., Wieling, W., Dunning, A.J. - Department of Cardiology, Academic Medical Centre, University of Amsterdam, 1105 AZ Amsterdam, NDL - British Medical Journal 1990.
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GUÍA DE CAMPO DEL PENSAMIENTO CRÍTICO
James Lett
Hay muchas razones para la actual popularidad de las creencias paranormales en los Estados Unidos, entre las cuales podemos citar: (1) la irresponsabilidad de los medios de comunicación, que explotan el gusto popular por el absurdo, (2) la irracional concepción estadounidense del mundo, que defiende insostenibles afirmaciones tales como la vida después de la muerte y la eficacia de los polígrafos, y (3) la inoperancia de la educación pública, que generalmente no enseña a los estudiantes las nociones esenciales del pensamiento crítico. Como profesor universitario, estoy especialmente implicado en este tercer problema. La mayor parte de los estudiantes de primer y segundo año de mis clases, simplemente, no saben cómo sacar conclusiones razonables de los hechos. Como mucho, se les ha enseñado en la "high school" qué pensar; pocos de ellos saben cómo pensar.
Para intentar remediar este problema en mi universidad, he desarrollado un curso optativo llamado "Antropología y lo paranormal". El curso examina el abanico de las creencias paranormales en la cultura americana contemporánea, desde la precognición y la psicoquinesis al "channeling" y la criptozoología, y todo lo habido y por haber, incluyendo la astrología, los ovnis y el creacionismo. Enseño a los alumnos muy poco sobre teorías antropológicas, enseñándoles, indirectamente, todo lo que es el mundo científico. Esto lo hago mostrándoles cómo evaluar hechos o evidencias. Les doy seis reglas simples a seguir cuando se esté considerando una pretensión y entonces les explico cómo aplicar esas seis reglas en el examen de cualquier declaración paranormal.
Las seis reglas del razonamiento evidencial son mi propia destilación y simplificación del método científico. Para que les sea más fácil a los estudiantes recordar esta media docena de líneas maestras, he compuesto un acrónimo con ellas: Ignorando las vocales, las letras de la palabra inglesa "FILCHeRS" (1) son las iniciales de Falsability, Logic, Comprehensiveness, Honesty, Replicability y Sufficiency (Falsabilidad, Lógica, Comprensión, Honradez, Reproductividad y Suficiencia). Aplicad estas seis reglas sobre las evidencias ofrecidas por cualquier afirmación, les digo a mis alumnos, y nadie será capaz de deslizarse en vuestro pensamiento y robar vuestras creencias. Quedaréis a prueba de rateros (2).
FALSABILIDAD
Debe ser posible concebir un hecho que pueda probar que la afirmación es rechazable. Puede sonar paradójico, pero para que cualquier afirmación sea verdadera, debe ser "falsable". La regla de falsabilidad es la garantía de que si una afirmación es falsa, el hecho probará su falsedad; y si la afirmación es verdadera, el hecho no probará su falsedad (en cuyo caso la afirmación puede ser provisionalmente aceptada como verdadera hasta que a su vez se consiga otro hecho que ponga de manifiesto su falsedad). La regla de falsabilidad, abreviadamente, dice que son los hechos los que cuentan, y como tal regla es la primera y más importante y fundamental del razonamiento evidencial.
La regla de la falsabilidad es esencial por la siguiente razón: si no se puede concebir nada que demuestre la falsedad de una afirmación, entonces cualquier hecho que pudiera darse no tendría ninguna importancia; seria inútil incluso examinar el hecho, porque la conclusión ya se conoce -la afirmación es invulnerable a cualquier posible evidencia o hecho-. Esto no significaría de todas formas que la afirmación sea verdadera, en todo caso querría decir que no tiene sentido. Esto es así porque es imposible -lógicamente imposible- para cualquier afirmación ser verdadera a pesar de que lo sea. Para toda afirmación verdadera, siempre se puede concebir un hecho que podría hacerla falsa -en otras palabras, toda afirmación verdadera, de nuevo, es falsable-.
Por ejemplo, la proposición verdadera de que la vida del ser humano no llega a los 200 años es falsable; sería falsada si un solo ser humano tuviera 200 años de edad. Análogamente la afirmación verdadera de que el agua se congela por debajo de los 32ºF es falsable. Sería
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falsada si encontráramos agua que se congelara, digamos, a 34º F. Estas dos afirmaciones están firmemente establecidas como "hechos científicos" y no esperamos que una u otra sean alguna vez falsadas; de todas formas lo importante es que ambas podrían serlo. Cualquier afirmación que no pueda ser falsada estaría carente de cualquier contenido proposicional, es decir, no estaría haciéndose una afirmación de hecho -estaría haciéndose una manifestación emocional, una declaración de la manera de sentir del declarante con respecto al asunto-. Las afirmaciones ínfalsables comunican información, pero lo que describen es la orientación del declarante. No comunican nada que sea de naturaleza factual, y por tanto no son ni verdaderas ni falsas. Las declaraciones infalsables están proposicionalmente vacías.
Hay dos maneras principales por las cuales puede ser violada la regla de falsabilidad -dos maneras, en otras palabras, de realizar manifestaciones no falsables-. La primera variedad de propuesta no falsable es la afirmación difusa: algo que sea tan general y vago que carezca de todo contenido de propuesta. La afirmación difusa es básicamente ininteligible y consecuentemente, sin sentido. Considérese, por ejemplo, la afirmación que dice que los "cristaloterapeutas" pueden usar trozos de cuarzo que restablecen el equilibrio y la armonía de la energía espiritual de una persona. ¿Qué significa tener un desequilibrio de energía espiritual? ¿Cómo se reconoce y diagnostica esta condición? ¿Qué hechos probarían que la energía espiritual habría sido -o no- equilibrada por la aplicación del cristal terapéutico? La mayoría de los maravillas New Age (o Nueva Era) de hecho, consisten en afirmaciones difusas por el estilo, que se disuelven totalmente cuando se exponen al disolvente de la razón.
La afirmación difusa tiene la ventaja de que virtualmente cualquiera evidencia que pudiera aducirse, puede ser interpretada como congruente con la declaración, y por esta razón es especialmente popular entre aquellos seguidores de lo paranormal que dicen tener poderes precognitivos. Jeane Dixon, por ejemplo, predijo que 1987 sería un año "lleno de cambios" para Caroline Kennedy. Dixon predijo también que Jack Kemp "se enfrentaría a grandes discrepancias con el resto de su partido" en 1988 y que el "terror mundial de las drogas" sería "desatado por los zares del narcotráfico" en ese mismo año. Además reveló que Dan Rather "podría ser" (o podría no ser) hospitalizado en 1988 y que "un enorme problema" de Whitney Houston en 1986 sería "equilibrar su vida privada con su carrera". Las afirmaciones difusas se reducen a ser unas afirmaciones que pueden ser traducidas como "lo que será, será".
La segunda variedad de declaración infalsable que es aún más popular entre los seguidores de lo paranormal, es el uso de la "salida múltiple", es decir, una interminable serie de excusas que intentan explicar los hechos que parecen falsar la afirmación. Los creacionistas, por ejemplo, afirman que el universo no tiene más que 10.000 años. Soslayando el hecho de que podemos observar estrellas que están a miles de millones de años-luz de la Tierra, lo que significa que la luz debe haber dejado esas estrellas hace miles de millones de años y esto prueba que el universo debe tener miles de millones de años. ¿Cómo responden entonces los creacionistas a esta falsación de su afirmación? Pues sugiriendo que Dios debe haber creado la luz ya en camino desde las distantes estrellas en el momento de la creación, hace 10.000 años. No es imaginable, desde luego, el más mínimo hecho que pueda refutar semejante afirmación.
Otros ejemplos de salida múltiple abundan en el reino de lo paranormal. Los amantes de los ovnis se enfrentan a la falta de realidades físicas o evidencias fotográficas que avalen sus afirmaciones, señalando una secreta "conspiración gubernamental" que está, según dicen, evitando sacar a la luz los hechos que apoyarían sus tesis. Los curanderos psíquicos dicen que pueden curarte si tienes la suficiente fe en sus poderes psíquicos. Los psicocinéticos dicen que pueden doblar cucharas con sus mentes si no están expuestos a las negativas vibraciones de los observadores escépticos. Los echadores de cartas pueden predecir tu destino si eres sincero en tus deseos por saber. La salida múltiple significa hecho: "cara: gano yo; cruz: pierdes tú".
LÓGICA
Cualquier argumento ofrecido como evidencia en apoyo de una afirmación debe ser sólido.
Un argumento se dice que es "válido" si su conclusión procede inevitablemente de sus premisas; es "sólido" si es válido y todas las premisas son ciertas. La regla de la lógica rige de este modo la validez de las inferencias. Aunque
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los filósofos han codificado y nombrado las diversas formas de argumentos válidos, no es necesario ser un catedrático en lógica formal para poder aplicar las reglas de la inferencia de manera consistente y correcta. Un argumento inválido puede ser reconocido por el simple método del contraejemplo: si se concibe un solo caso por medio del cual la conclusión no seguiría necesariamente a las premisas. Incluso si estas fueran ciertas, entonces el argumento es inválido. Consideremos el siguiente silogismo que nos sirve de ejemplo: Todos los perros tienen pulgas, Javier tiene pulgas, luego Javier es un perro. Este argumento es inválido, pues un solo felino pulgoso que se llame Javier evidenciaría un efectivo contraejemplo. Si un argumento es inválido, entonces es, por definición, endeble. De todas formas, no todos los argumentos válidos son sólidos. Consideremos este ejemplo: Todos los perros tienen pulgas; Javier es un perro, luego Javier tiene pulgas. Este argumento es endeble a pesar de ser válido, porque la primera premisa es falsa: no todos los perros tienen pulgas.
Determinar cuando un argumento es sólido es frecuentemente problemático; el saber si una premisa es verdadera o falsa a menudo necesita de conocimientos adicionales sobre tal afirmación y requiere investigaciones empíricas. Si el argumento pasa estos dos tests -es decir, si es a la vez sólido y válido- entonces la conclusión puede ser aceptada con seguridad.
La regla de la lógica es violada frecuentemente por los pseudocientíficos. Erich von Däniken, que en los 70 puso de moda la mitología paleo-astronáutica, escribió muchos libros en los que ofrecía argumentos endebles e inválidos con entorpecida regularidad (ver Omohundro 1976). En "Recuerdos del Futuro" no hace más que dar argumentos que son lógicamente invalidados y factualmente endebles; en otras palabras, argumentos que son doblemente inconsistentes. Por ejemplo, Von Däniken arguye que el mapamundi hecho hacia el siglo XVI por el almirante turco Piri Reis es tan "asombrosamente exacto" que solamente podría haber sido realizado a partir de fotografías de satélites. No sólo el argumento es inválido (otras numerosas técnicas imaginables pueden dar como resultado un mapa "asombrosamente exacto"), sino que además la premisa es sencillamente falsa -el mapa de Piri Reis, de hecho, contiene gran cantidad de enormes inexactitudes (ver Story 1981).
COMPRENSIÓN
Los hechos ofrecidos en apoyo de toda afirmación deben ser exhaustivos. Esto es, debe considerarse toda evidencia disponible.
Por razones obvias, no es razonable considerar sólo los hechos que apoyan una teoría y descartar aquellos que la contradicen, esta regla es inmediata y evidente por si misma y requiere pocas explicaciones y justificaciones. No obstante es una regla que frecuentemente rompen los que hacen declaraciones paranormales y quienes se adhieren a creencias de este tipo.
Por ejemplo, los defensores de la teoría de los biorritmos son bastante aficionados a señalar los accidentes aéreos que ocurren en días en que piloto, copiloto y/o navegante estaban padeciendo punto críticamente bajos en su ciclo intelectual, emocional y/o psíquico. Los hechos considerados por los defensores de los biorritmos no incluyen por tanto los numerosos aviones estrellados cuando los tripulantes estaban experimentando puntos altos o neutros de sus ciclos biorrítmicos (Hines 1988:160). Igualmente, cuando la gente cree que Jeane Dixon tiene capacidad precognitiva porque predijo en 1988 que George Bush seria elegido (lo hizo dos meses antes de las elecciones, cuando cualquier sociólogo, equipo de sondeo y muchos ciudadanos hacían el mismo pronóstico), ignoran los miles de pronósticos que Dixon había hecho y que había fallado (tal es el caso de las predicciones sobre la no elección de J.F. Kennedy en 1960 o la muerte de Fidel Castro en 1969). Si usted está dispuesto a ser selectivo con los hechos que considere, podría concluir muy razonablemente que la Tierra es plana.
HONRADEZ
Los hechos ofrecidos en apoyo de toda afirmación deben ser evaluados sin autoengaño.
La regla de la honradez es un corolario de la regla de la comprensión. Cuando se han examinado todos los hechos, es esencial que se sea honrado con uno mismo sobre los resultados del examen. Si el peso de la evidencia contradice la afirmación, entonces se está obligado a abandonar la creencia en tal afirmación. La observación, por supuesto, también podría tomarse como válida.
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La regla de la honradez, como la de la comprensión, es frecuentemente violada por los defensores y seguidores de lo paranormal. Los parapsicólogos violan la regla cuando concluyen tras numerosos experimentos fallidos intentando replicar unos resultados positivos sobre un inicial fenómeno psíquico, diciendo que tal fenómeno debe ser un fenómeno huidizo (Aplicando la Navaja de Occam, la conclusión más honrada seria que los resultados positivos del principio se deben a una coincidencia). También los creyentes de lo paranormal violan esta regla cuando, viendo a un "psíquico" que sorprendentemente dobla una cuchara con las manos y no con la mente, concluyen diciendo que tal "psíquico" sólo engaña de vez en cuando.
En la práctica, la regla de la honradez generalmente se reduce a una orden contra la ruptura de las reglas de la falsabilidad por la vía de la salida múltiple. De todas formas es algo más que eso: La regla de la honradez significa que se debe aceptar la obligación de llegar a una conclusión racional una vez hayan sido examinados todos los hechos. Si el peso abrumador de los hechos falsa la creencia, se debe concluir que la creencia es falsa y se debe hacer frente a las implicaciones de esta conclusión con franqueza. Frente a unas evidencias negativas aplastantes, la neutralidad y el agnosticismo no son mejores que la credulidad y la fe. La negación, la evasión, la justificación y los otros muchos mecanismos de autoengaño constituyen violaciones de la regla de la honradez.
Desde mi punto de vista, esta regla por si sola invalida por entero la disciplina de la parapsicología. Tras más de un siglo de sistemática investigación académica, la hipótesis "psi" permanece totalmente inconsistente e insostenible; los parapsicólogos no han podido producir, como observa Ray Hyman (1985:7), "ninguna evidencia consistente sobre lo paranormal, que pueda resistir aceptablemente un escrutinio científico". Según todos los indicios el número de parapsicólogos que observa la regla de la honradez, palidece frente al número de los que la violan. El veterano investigador psíquico Eric Dingwall (1985:162) resume su amplia experiencia en la investigación parapsicológica con esta observación: "Después de 60 años de experiencia y de trato personal con los más destacados parapsicólogos de este periodo, creo que no puedo nombrar ni a media docena de ellos, que pudiera denominar como estudiosos objetivos y que desearan descubrir la verdad".
REPR0DUCTIBILIDAD
Si la prueba de una afirmación está basada en un resultado experimental o si el hecho ofrecido como apoyo de cualquier afirmación podría lógicamente ser explicado como una coincidencia, entonces es necesario que el hecho sea repetido en ulteriores experimentos y ensayos.
La regla de la reproductibilidad nos sirve de salvaguarda frente a la posibilidad de error, fraude o coincidencia. Un solo resultado experimental nunca es adecuado por si mismo, tanto si se refiere a un experimento para producir la fusión nuclear, como si se trata de demostrar alguna habilidad telepática. Cualquier experimento, no importa lo cuidadosamente diseñado y ejecutado que esté siempre está amenazado con la posibilidad de un sesgo implícito o de un error no detectado. La regla de la reproductibilidad, que requiere observadores independientes que sigan los mismos procedimientos y que obtengan los mismos resultados, es un sistema muy efectivo para corregir parcialidades y error, incluso si estos permanecen constantemente irreconocibles. Si los resultados de un experimento son producto de un fraude deliberado, la regla de la reproductibilidad asegura que el experimento será finalmente llevado a cabo por investigadores honrados.
Si el fenómeno en cuestión pudiera ser producto de una coincidencia, entonces debe ser reproducido antes de rechazar la hipótesis de dicha coincidencia. Si la coincidencia es de hecho la explicación del fenómeno, en ulteriores ensayos el fenómeno no se repetirá, y la hipótesis de la coincidencia será confirmada; pero si la coincidencia no es la explicación, el fenómeno podrá repetirse y deberá buscarse otra justificación que no sea la casualidad. Si predigo correctamente una tirada de dados, se debería exigir que repitiera la hazaña antes de admitir que mi predicción no fue pura coincidencia.
La regla de la reproductibilidad es violada regularmente por los parapsicólogos que son especialmente aficionados a malinterpretar coincidencias. El famoso "sabueso psíquico" Gerard Croiset, por ejemplo, resolvió según algunos pretenden, numerosos crímenes desconcertantes y localizó cientos de personas desaparecidas, en un periodo que abarca cinco décadas, desde los 40 hasta su muerte en 1980.
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La verdad es que la abrumadora mayoría de las predicciones de Croiset eran vagas y no falsables o simplemente falsas. Dado que a lo largo de su vida Croiset hizo miles de predicciones, difícilmente sorprenderá que haya tenido uno o dos venturosos "éxitos". El fallecido parapsicólogo holandés Wilhelm Tenhaeff, cogiendo esos "muy pocos casos exitosos", argumentaba que Croiset poseía demostrados poderes psíquicos (Hoebens 1986a: 130). Había una clara violación de la regla de la reproductibilidad, y esos "muy pocos casos exitosos" no debían ser tomados como prueba de las capacidades psíquicas de Croiset, aunque hubieran sido ciertos (De hecho, muchos de los datos de Tenhaeff eran fraudulentos -ver Hoebens, 1986b).
SUFICIENCIA
Los hechos ofrecidos en apoyo de una afirmación deben ser suficientes para establecer la verdad de la afirmación; con estas estipulaciones: (1) La tarea de probar lo afirmado recae en quién la hace; (2) afirmaciones extraordinarias precisan evidencias extraordinarias. Y (3), hechos basados en autoridad y/o testimonios son siempre inadecuados para cualquier afirmación paranormal.
La tarea de probar siempre recae en el declarante por la simple razón de que la ausencia de hechos que rebatan una afirmación no es lo mismo que la presencia de hechos que la confirmen. Esta regla es frecuentemente violada por los defensores de las afirmaciones paranormales, los cuales argumentan que, ya que sus afirmaciones no han sido refutadas, por eso mismo han quedado probadas (Los ufólogos, por ejemplo, argumentan que ya que los escépticos no han explicado algunos de los avistamientos de ovnis, entonces éstos deben ser naves extraterrestres). Consideremos las implicaciones de este razonamiento: Si afirmo que Adolf Hitler está vivo y con buena salud y además está viviendo en Argentina, ¿cómo podría usted refutar mi afirmación? Desde el momento que la afirmación es lógicamente posible, lo único que podría hacer (en ausencia de claras evidencias forenses) es demostrar que el hecho es altamente improbable - pero no se refutaría mi afirmación-. El hecho de que no se pueda probar que Hitler no está viviendo en Argentina no significa de todas formas que yo haya probado lo contrario. Solamente significa que he probado que podría ser posible y esto es poca cosa; lógicamente posible no es lo mismo que realmente establecido. Si la ausencia de hechos que rebatan una afirmación fuera prueba suficiente para acreditar una afirmación, entonces podríamos "probar" cualquier cosa que podamos imaginar. La creencia debe estar basada no simplemente en la ausencia de hechos refutantes, sino en la presencia de hechos confirmantes. Es obligación del declarante aportar estos hechos confirmantes.
Afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias por una razón obvia de equilibrio. Si afirmo que llovió el pasado martes cuando iba a mi trabajo, estaría justificado aceptar mi afirmación como cierta basándose sólo en mi relato. Pero si afirmo que seres extraterrestres me arrastraron a la cara oculta de la Luna y realizaron allí extravagantes experimentos médicos con mi cuerpo, estaría justificado demandar evidencias más sustanciales. Las pruebas ordinarias de mi testimonio son suficientes para declaraciones ordinarias, pero no lo son para las extraordinarias.
De hecho, el testimonio es siempre inadecuado para cualquier afirmación paranormal, tanto si es ofrecido por una autoridad o si lo es por un profano, por la sencilla razón de que los humanos pueden mentir o equivocarse. Un montón de experiencia en cualquier campo no es garantía contra la falibilidad humana, y la experiencia no excluye las motivaciones para mentir; por tanto unas credenciales personales, conocimientos o experiencia no pueden ser tomados por si mismos como pruebas suficientes para establecer la veracidad de una afirmación. Además la sinceridad de una persona nunca comunica credibilidad a su testimonio. Incluso si estas personas cuentan lo que creen sinceramente que es verdad, siempre es posible que estén equivocadas. La percepción es un acto selectivo, que depende de las creencias, contextos, expectativas, estados emocionales y bioquímicos, además de una gran cantidad de otras variables. La memoria es notoriamente problemática, y propensa a una gran variedad de distorsiones, supresiones, sustituciones y amplificaciones. Por todo esto el testimonio que ofrece la gente de lo que recuerda haber visto u oído debe ser siempre contemplado como provisional y aproximadamente correcto; cuando alguien está hablando sobre lo paranormal sus testimonios nunca deberán contemplarse como hechos dignos de confianza por sí mismos. La posibilidad e incluso probabilidad de error es de lo más amplia (ver Connor 1986).
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CONCLUSION
Las tres primeras regias de "FíLCHeRS" -Falsabilidad, Lógica y Comprensión- son todas ellas lógicamente necesarias para el razonamiento evidencial. Si queremos tener confianza en la veracidad de una afirmación, sea normal o paranormal, ésta debe ser proposicionalmente significante, y las pruebas ofrecidas en su apoyo deben ser racionales y exhaustivas.
Las tres últimas reglas de "FiLCHeRS" -Honradez, Reproductibilidad y Suficiencia- son todas ellas pragmáticamente necesarias para el razonamiento evidencial. Debido a que los seres humanos están a menudo motivados para justificarse y mentirse a sí mismos, porque también a veces están motivados para mentir a los demás, porque también pueden cometer errores y porque la percepción y la memoria son problemáticas, debemos pedir que las evidencias de cualquier afirmación factual sean evaluadas sin autoengaño, que sean cuidadosamente eliminados los errores, fraudes y sesgos y que tales evidencias sean sólidas e inequívocas.
Entonces, lo que digo a mis alumnos, es que se puede y se debe usar "FiLCHeRS" para evaluar los hechos ofrecidos para cualquier afirmación. Si la afirmación falla en alguna de estas seis reglas, debe se rechazada, pero si pasa las seis entonces está justificado tener una considerable confianza en ella.
Pasar los seis tests, por supuesto, no garantiza que la afirmación sea cierta (sólo porque se hayan examinado todas las pruebas disponibles hoy en día no garantiza que se puedan encontrar nuevas pruebas contrarias en un futuro), pero sí da garantías para tener buenas razones para creer en la afirmación. Garantiza que se ha vendido la creencia a un buen precio y que no ha sido hurtada.
Ser un adulto responsable significa aceptar el hecho de que casi todo conocimiento es provisional, y aceptarlo de buena gana. Es posible que sea necesario cambiar de creencias mañana, si la evidencia lo justifica, y se debe estar dispuesto y ser capaz de hacerlo. Esto es en esencia lo que significa ser escéptico: creer, sí y solo sí, la evidencia lo justifica.
NOTAS
(1) Filcher, en inglés, es ratero, ladrón (N. del T.)
(2) El autor hace un juego de palabras con el acrónimo "FilCHeRS" (rateros), el verbo "to steal" (robar) y "filch-proof" (a prueba de robos o a prueba de rateros) (N. del T.)
BIBLIOGRAFIA
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Dingwall, E.J. 1985. The need for responsibility in parapsicology: My sixty years in psychical research. En A Skeptic's Handbook of Parapsicology, 161-174, ed. por Paul Kurtz. Buffalo, N.Y.: Prometheus Books.
Hines, Terence. 1988. Pseudoscience and the Paranormal. Buffalo, N.Y.: Prometheus Books.
Hoebens, Piet Hein. 1981. Gerard Croiset: Investigation of the Mozart of "psychic sleuths". SKEPTICAL INQUIRER, 6(1):17-28, Fall.
------. 1981-82. Croiset and Professor Tenhaeff: Discrepancies in claims of clairvoyance. SKEPTICAL INQUIRER, (2): 21-40, Winter.
Hyman, Ray. 1985. A critical historical overview of parapsicology. En A Skeptic's Handbook of Parapsicology, 3-96, ed. por Paul Kurtz, Buffalo, N.Y.: Prometheus Books.
Omohundro, John T. 1976. Von Däniken's chariots: primer in the art of cooked science. SKEPTICAL INQUIRER, 1(1): 58-68, Fall.
Story, Ronald D. 1977. Von Däniken's golden gods, SKEPICAL INQUIRER, 2 (1): 22- 35, Fall/Winter.
Traducción: Luis Angulo Suardiaz y Pablo Angulo Suardiaz Original: Copyright de Skeptical Inquirer Traducción: Copyright de LAR
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James Lett es profesor asociado de antropología en el Departamento de Ciencias Sociales del Indian River Community College, 3209 Virginia Avenue, Ft. Pierce, FL 34981. Es autor de "The Human enterprise" (La empresa Humana) y de "A Critical Introduction to Anthropological Theory" (Una introducción crítica a la teoría antropológica).
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PARAPSICOLOGÍA O, CIENCIA 10
(Viene de la página 36)
ella, con las manos sobre las sienes de la joven, con su sonrisa encantadora, su pequeño diamante en la oreja y su cruz berebere al cuello. Pero lo importante son sus ojos azules. Miran fijamente a Régine durante unos instantes y a una sola palabra del telépata ésta se duerme, o al menos es lo que parece.
Comienza la función
Lentamente, titubeando, con un mohín infantil en la cara, se va a su despacho, tras una caja Faraday, que impide el paso de ondas electromagnéticas. El habitáculo es una protección para el caso de que Chris consiguiera engañar a todo el mundo y comunicar con su amiga gracias a un emisor de radio que hubiera escapado a los ojos de los médicos. "¿Estás lista, Régine?, le dice amablemente. Ella asiente con la cabeza, como una niña. Entonces él, tranquilo, se marcha al laboratorio para ir a instalarse al otro lado de la avenida, en un despacho igual de triste, igual de feo.
El combate puede empezar, bajo el ojo frío de la cámara de Jacques Théodor. Al azar, el ordenador va extrayendo números. Cada uno corresponde a una carta de un juego de tarot azteca. Chris los coge. A unos metros de allí, una llamada telefónica avisa a la médium de que el telépata se concentra y trata de transmitirle la imagen.
Régine tiene calor en su jaula metálica. Está muy colorada y se frota la frente, como si al mensaje le costara pasar. Se apodera del juego de tarot que tiene delante. Las cartas se deslizan entre sus dedos; las palpa, les da la vuelta, las baraja. Bruscamente la joven coloca tres cartas delante de ella, para terminar posando el índice sobre una: el cóndor. Lo que Chris tenía entre sus manos era otra figura.
La hora de la derrota
A las 12.07 horas comienza la segunda prueba. Segundo fracaso. 12.30 horas: décima prueba; décimo fracaso. Fin del primer round. Ventaja para la ciencia. ¡Que por eso no quede! Ni Chris ni Régine pierden la moral. Están dispuestos para la segunda manga que se desarrollará con uno de los testigos por cada lado. Una hora más tarde llega al fin del segundo tiempo: fiasco completo. Un directo demoledor. Lo paranormal queda mal parado.
Quizá este día las facultades de Chris son deficientes. Salida del ring del telépata. Sólo queda en la pista Régine X. Según Chris, la médium tiene dotes de clarividencia. Puede reconocer una carta encerrada en un sobre sólo con palparla. A pocos pasos de allí, Henrí Broch y Jacques Théodor deslizan una carta en un grueso sobre blanco. Se la tienden a la joven. Ella la tritura, la huele, le da golpecitos, se la frota contra la cara. "Se cansa", susurra Chris. Cinco minutos más tarde, en voz baja, anuncia una dama de picas. Fallo. Era el as de trébol. Las manipulaciones se repiten diez veces más. Diez fallos.
Chris promete que volverá a intentarlo cuando haya perfeccionado su método. Aparentemente le queda mucho trabajo por hacer. La telepatía y la clarividencia se declaran vencidos por K.O. absoluto, cercano al coma. ¿Queda algún aficionado más?
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¿FRANCIA POSEIDA POR EL OCULTISMO?
L Rosner
Realmente, mi buzón no tiene el valor de un sondeo, y un sondeo tampoco tiene valor científico indudable. ¿Por qué reflexionar entonces sobre el contenido de mi buzón, que me reporta muy a menudo la sorpresa del anuncio de la salud y la felicidad? (Esto por supuesto, a condición de recurrir a los servicios de un mago, un hechicero o un astrólogo, cuya dirección y horas de consulta vienen bien detalladas). Pues porque mi buzón me da al menos un elemento claro y utilizable; si se invierte en publicidad de este tipo significa que es eficaz, que estas técnicas cazabobos son capaces de llenar el despacho de un campeón en ciencias ocultas.
Puede replicárseme que se trata de un fenómeno limitado a mi barrio, o con rigor a mi ciudad. ¿Con qué derecho puedo extrapolar esto a toda Francia?
Pero héte aquí que mi ciudad tiene 100.000 habitantes y que Daniéle Gilbert ha vendido 450.000 ejemplares de su anillo medicinal. Así que el fenómeno no se limita sólo a mi ciudad. Puede uno preguntarse si de no haber sucedido la querella por estafa que disparó el escándalo de los anillos, no habría llegado a una cifra de ventas de 2.800.000 copias. ¿Por qué esta cifra? No es un fantasma; es el número de volúmenes vendidos del libro de la Sra. Zaraï "Mi medicina natural". La base científica del libro de la Zaraï no es más sólida que la de las promesas del anillo maravilloso...
En el salón anual de medicinas suaves los stands de prácticas mágicas hacen buen conjunto con el resto de las formas. ¿Significa esta pacífica vecindad que de hecho las medicinas suaves son mágicas o bien que se dirigen a los mismos clientes? ¿Y si valen ambas explicaciones?
El Sr. Claude Evin ha declarado no hace mucho que las medicinas suaves no pueden ser consideradas como especialidades médicas (por primera vez -y una vez no hace costumbre- estoy de acuerdo con él) y afirma que hay ¡unas 52!. Nos podemos preguntar si realmente se trata de medicinas. Si la verdad está del lado de las medicinas suaves, ¿por qué tiene que haber 52 verdades? ¿Hay menos oportunidades de equivocarse si uno se compromete con una vía única, racional y verificable o si toma una de las 52 vías no verificadas jamás ni confirmadas en condiciones rigurosas?
No es difícil, leyendo una revista, ignorar la página astrológica, pero ¿cómo evitar, saliendo pronto de casa, escuchar antes de las noticias en cualquier emisora, el "boletín" astrológico? Millones de personas escuchan cada mañana los efluvios astrológicos vertidos por la radio de su coche. ¿Cuántos se dejarían convencer, pues le gustaría que las alegaciones que escuchan fueran verídicas? Incluso el Estado se preocupa de la suerte de los ciudadanos fanáticos de la astrología: en Minitel (2) hay disponible un servicio astrológico, y asegura beneficios confortables a la administración del Estado. ¿Cuándo tendremos la dicha de podernos echar las cartas con la ayuda del Minitel?
Para una carta astral individualizada se debe introducir el día y la fecha de nacimiento. Hoy en día se dispone de sustancias capaces de precipitar o retrasar el parto. ¿Se debe señalar al astrólogo la administración de prostaglandinas o de aspirina a la madre, o bien todo estaba previsto por la conjunción de los planetas? Si la administración de estas sustancias es capaz modificar el carácter o la suerte de las personas ¿no se debería crear una astrofarmacología? Incluso sin disponer de una respuesta clara a estas preguntas metafisicas, hay 40.000 astrólogos que declaran sus impuestos y ejercen serenamente su trabajo.
Preguntas: ¿No es la astrología una medicina suave? ¿No se deberían reconvertir a la astrología los más de 20,000 médicos de Francia? Al menos, su diploma les guardaría de acusaciones por ejercicio ilegal de la medicina. ¿Y por qué no? ¿Pueden las otras 52 medicinas suaves proporcionar argumentos más racionales que la astrología?
El título de un artículo en un periódico norteamericano me ha indignado. "Francia,
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poseída por el ocultismo" (1). ¡Qué calumnia dirigida a la patria de Descartes! La lectura del artículo, en el cual el autor mete en el mismo saco a la astrología, brujería, medicinas suaves, etc..., me ha dejado estupefacto: he debido reconocer muy a mi pesar que mi indignación sólo era un reflejo chauvinista. La cascada de cifras que proporciona el autor es desgraciadamente más que preocupante.
¿Por qué este fenómeno está tan desarrollado en Francia? Creíamos haber encontrado la explicación al entusiasmo por las medicinas suaves, al aislarse de la medicina. Puede ser que nos hubiéramos equivocado. La misma atracción se manifiesta hacia la brujería, la astrología y otras prácticas irracionales. En definitiva, el fenómeno no se limita a las medicinas suaves, sobrepasando las competencias del modesto autor de estas líneas. La palabra la tienen los sociólogos o los psicólogos.
Desde hace bastante sé que toda Francia no está donde se concentran las luces, en la orilla izquierda.
Nunca he pensado que todos los que creen en la magia, bajo cualquier forma que ésta tome sean imbéciles. Pero desde luego, no dudo que todos los imbéciles creen en la magia...
NOTAS:
(1) B. James, International Herald Tribune, 30-X-1990, p.6. (2) El Minitel es un servicio telemático francés, parecido al videotex español (Ibertex), que permite el acceso a correo electrónico y muchas bases de datos con un barato terminal que se llama Minitel. (Nota de los editores).
Original aparecido en AFIS, Nº 184 Traducción: Javier E. Armentia
Veamos... La llanura de Marte, la línea de la fortuna... ¡Sí!, ¡Sí!, ¡ahora veo claro!, usted va a desenmascarar a un estafador dentro de poco.
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RELATIVISMO EN LA CIENCIA
Martin Gardner
En las últimas décadas ha existido una creciente tendencia entre un pequeño grupo de sociólogos y profesores humanistas, incluso entre unos pocos científicos y filósofos, a negar que la ciencia se mueve más y más cerca de la "verdad" objetiva. Esta rara opinión está estrechamente unida a una corriente anti-realista que ha sido fomentada por las paradojas y misterios de la mecánica cuántica. Las propiedades de las partículas y de los sistemas cuánticos son, en cierto sentido, no "reales" hasta que son medidas. Las medidas pueden ser realizadas mediante aparatos, pero estos mismos son un sistema cuántico, así pues, el sistema parece encontrarse en un estado "indefinido" hasta que ha sido observado por una persona. Lástima que el observador es también un sistema cuántico. ¿Se encuentra indefinida esta persona hasta que alguien la observa?, ¿cómo podemos escapar de esta aparente regresión sin fin?
Unos pocos físicos, entre los que destaca Eugene Wigner, sostienen que el mundo cuántico, el cual por supuesto es todo el universo, no tiene realidad hasta que es observado por una mente consciente. Esta opinión choca con graves dificultades sobre la pregunta de a qué altura de la escala evolutiva debe estar una mente para hacer real un objeto. Como a Einstein, a quien le repugnaba este tipo de solipsismo social, le gustaba preguntar: ¿Es la luna inexistente hasta que un ratón la observa?. ¿y si es una mariposa quien la observa? La evolución parece imponer, para personas como Wigner, que la realidad es cuestión de rango: a medida que la vida evolucionó en (por lo menos) la Tierra, el universo se desarrolló lentamente desde algún tipo de niebla sin interés al complicado mecanismo que es hoy en día. ¿Y qué le ocurriría al universo si toda la vida se extinguiera?, ¿desaparecería en la oscuridad?
Si el universo no tiene realidad sin observadores humanos, es fácil suponer entonces que somos nosotros quienes damos forma a la estructura del mundo exterior. Si tú y yo somos los creadores de sus leyes, se deduce fácilmente que la ciencia seria considerada similar al arte, la poesía, la música, la filosofía y otros productos de la cultura humana. Ya que las culturas cambian con el tiempo y varían de unas a otras y dado que la ciencia es claramente parte de la cultura, uno puede considerar la historia de la ciencia del mismo modo que uno considera la historia de la moda. En una década la minifalda está de moda, en otra ya no, luego vuelve a estar de moda. La altura de una falda es una preferencia cultural. No podemos decir que cierta altura en particular sea "verdadera" y las otras, "falsas".
Es difícil creer que gente inteligente no sólo vea la historia de la ciencia como una serie de preferencias culturales, sino que incluso escriba libros sobre ello. El astrónomo de Harvard Bruce Gregory, por ejemplo, presentó recientemente un volumen titulado "Inventing Reality: Physics as a Language" (Wiley, 1989). Su insensato tema central es que los físicos no descubren las leyes de la naturaleza: las inventan. Newton no descubrió la ley de la gravitación; la inventó. J.J. Thompson no descubrió el electrón; lo hizo, al igual que uno compone una melodía. "El universo está hecho de historias", escribe Gregory, citando al poeta Muriel Rukeyser, "no de átomos".
Las opiniones de Gregory están en la tradición de los pragmatistas que sitúan la experiencia humana en el centro de lo que es "real". Ellos no niegan que exista un mundo exterior con el cual interactuamos; pero debido a que no podemos conocer nada sobre él excepto lo que experimentamos, ellos son incapaces de tomar seriamente cualquier declaración sobre estructuras "allá afuera" independientes de la mente humana. Siguiendo los pasos de pragmatistas tales como Karl Pearson y Benjamin Lee Whorf, Gregory considera el lenguaje humano (incluyendo por supuesto el lenguaje de las matemáticas) como el principal moldeador de lo que a los científicos les gusta pensar que está allá afuera. "La irreductible naturaleza física del mundo que encontramos cada día es obvia", escribe, "Al minuto que comenzamos a hablar sobre este mundo, con todo, éste llega a ser de algún modo transformado en otro mundo, un mundo interpretado, un mundo delimitado por el lenguaje...".
Si el mundo del que hablamos es el único que podemos conocer, resulta que "conforme nuestro vocabulario cambia, así lo hace el mundo". De
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otra manera: "Cuando creamos una nueva forma de hablar sobre el mundo, estamos virtualmente creando un nuevo mundo". Los libros son reales "no debido a conexión mística alguna entre el lenguaje y el mundo, sino debido a que tú puedes pedirme que publique un libro y mi acción puede satisfacer tus expectativas".
Consideremos los unicornios. El común de la gente diría que no son reales porque no existen tales animales. Pero Gregory afirma que "los unicornios no son reales debido a que nuestra comunidad no tiene expectativas sobre unicornios vivos o muertos que puedan ser satisfechas...". Más aún, nuestro lenguaje puede incluso alterar el pasado. Cuando dejamos de hablar sobre los unicornios, cesaron de ser reales. "La historia no es tan inmutable como podríamos pensar; el lenguaje puede aparentemente transformar el pasado tan fácilmente como se modela el presente y el futuro". Como en la obra de Orwell, 1984, en la que los historiadores comunistas reescribían continuamente la historia.
Sólo hay un pequeño paso desde este arrogante orgullo homocéntrico a la creencia de Shirley MacLane y otros adeptos a la Nueva Era, de que tenemos el poder de crear nuestras propias realidades. Puede haber alguna clase de mundo eterno allá afuera; pero si es así, tal y como Kant sostenía, su estructura última está para siempre más allá de nuestra comprensión. "Las leyes de la física", escribe Gregory obstinadamente, "son nuestras leyes, no las de la naturaleza". Nosotros somos los dioses que configuran la realidad.
No es sorprendente enterarse de que Gregory es un devoto del reciente culto de la Nueva Era del "ser". "Debo mi apreciación del inmenso poder del mito del 'ser'", escribe, "al implacable compromiso de Werner Erhard para establecer un cambio en mi vida. Sin sus sostenidos esfuerzos en revelar el papel del lenguaje en la experiencia modeladora, este libro nunca habría sido escrito".
Tratemos de despejar algunas confusiones relacionadas con el subjetivismo y el relativismo. Primeramente, la noción de que la ciencia es siempre falible es antigua, hábilmente defendida por los escépticos griegos, de manera que ningún científico o filósofo de hoy la niega. El propio término falibilismo fue acuñado por el filósofo americano Charles Pierce para acentuar la manera en que difieren las afirmaciones científicas de los teoremas basados en las matemáticas y en la lógica formal. En lógica y matemáticas existen pruebas acorazadas dentro de los sistemas formales. Por ejemplo, uno puede probar el teorema de Pitágoras dentro del sistema de geometría euclidiana del espacio-tiempo. Dados los axiomas de la geometría euclidiana, el teorema es verdad en todos los mundos posibles. La ciencia, por otra parte, no tiene demostraciones infalibles.
Si bien todas las afirmaciones científicas son corregibles, no se sigue que no puedan ser situadas en un continuo de probabilidades cuyo rango se extienda desde una virtual certeza hasta casi una segura falsedad. No hay duda, por ejemplo, de que la Tierra es redonda, que gira alrededor del sol, que rota, que posee un campo magnético y que tiene una luna que describe círculos alrededor de ella. Es casi cierto que el universo tiene miles de millones de años y que la vida en la Tierra evolucionó durante millones de años desde las formas más simples a las más complejas. El big bang como origen del universo no es del todo tan cierto. El modelo expansionista del universo es todavía menos cierto. Y así sucesivamente. La ciencia actual carece de alguna técnica para aplicar valores probabilísticos precisos, o como a Rudolf Carnap le gustaba llamar "grados de confirmación", a sus afirmaciones. Esto no quiere decir, sin embargo, que un científico no esté justificado al decir que la evolución ha sido fuertemente confirmada o que la Tierra plana ha sido fuertemente desconfirmada.
El título del libro de Nancy Cartwright "Now the Laws of Physics Lie" (Oxford University Press, 1983) parece sugerir que está de acuerdo con Gregory, pero una cuidadosa lectura deja ver lo contrario. Lo que ella mantiene -¿y quién no puede estar de acuerdo?- es que las leyes fenomenológicas de la física (leyes basadas en la observación directa) tienen un grado mucho más alto de confirmación que las teorías. Podemos estar seguros de que todos los elefantes poseen trompa ya que podemos verificar esta afirmación mediante observación directa. Cartwright dice que "cree" en las leyes fenomenológicas, y también en entidades teóricas tales como los electrones, incluso aunque sus observaciones sean indirectas. ¿Si no son electrones los que dejan sus rastros en una cámara de niebla, quiénes los dejan?, se pregunta. Mas cuando uno vuelve a las leyes teóricas tales como las de la relatividad y de la mecánica cuántica, ella no "cree" en estas de la
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misma manera, ya que están demasiado lejos de una confirmación clara, y demasiado sujetas a cambiar. Es en este sentido en el que la ciencia miente.
¿Dónde nos deja esto? Seguramente no nos deja con un relativismo en el que las teorías científicas contendientes sean "inconmensurables", esto es, sin normas mediante las cuales puedan ser clasificadas. La ciencia es como una región que se expande con un sólido núcleo de verdades muy cercanas a la certeza. Así que conforme uno se mueve hacia afuera de dicho núcleo, las afirmaciones comienzan progresivamente a tener un carácter más hipotético. De ninguna forma puede uno negar que la ciencia progresa de manera bien diferente a como "progresan" la música, el arte o la moda en la ropa.
Como casi todos los científicos, filósofos y gente corriente, Pierce fue un firme realista. La ciencia, escribió, es un método "mediante el cual nuestras creencias son resueltas no por algo humano, sino por alguna permanencia externa, algo sobre lo cual nuestro pensamiento no tiene efecto".
Veamos cómo el eminente físico de Harvard, Sheldon Glashow dijo lo mismo en un pequeño ensayo en el New York Times (22 de octubre de 1989):
"Nosotros creemos que el mundo es cognoscible, que existen unas reglas simples que gobiernan el comportamiento de la materia y de la evolución del mundo. Afirmamos que existen unas verdades eternas, objetivas, extrahistóricas, socialmente neutras, externas y universales, y que el ensamblaje de las mismas es lo que hoy llamamos la ciencia física. Las leyes naturales pueden ser descubiertas, son universales, invariables, inviolables, sin sexo y verificables. Pueden ser descubiertas por hombres o por mujeres o por colaboraciones mixtas de cualesquiera proporciones obscenas. Cualquier alienígena inteligente, en cualquier lugar, habría dado con el mismo sistema lógico con el que tenemos que explicar la estructura de los protones y la naturaleza de las supernovas. Esta afirmación no la puedo probar, esta afirmación no la puedo justificar. Esta es mi fe."
Es importante entender que cuando una teoría va siendo fuertemente confirmada por repetidas observaciones y experimentos, puede trasladarse desde un borroso límite a hacerse reconocida como hecho por toda la comunidad científica. Que los planetas giran alrededor del sol constituyó una vez la teoría copernicana. Hoy día es un hecho. Que los objetos materiales están constituidos por moléculas fue una vez una conjetura. Ésta, por cierto, fue ridiculizada por muchos físicos y químicos durante varias décadas. Hoy día es un hecho. En tiempos de Darwin había una teoría de la evolución. Hoy sólo los ignorantes creacionistas rechazan calificar la evolución de hecho. Es importante entender que las así llamadas revoluciones en la ciencia no son revoluciones en el sentido de derrocamientos de una primitiva teoría. Son refinamientos benignos de teorías anteriores. Einstein no echó a un lado la física newtoniana, añadió modificaciones a la misma.
"La historia de la física hace difícil no sostener la idea de que estamos cerca de decir que 'la naturaleza es el propio lenguaje'", escribe Gregory ingenuamente. Por el contrario, la historia de la física lo hace fácil. ¿Quién excepto los académicos chalados por el relativismo puede negar que la ciencia mejora constantemente su capacidad de explicación y predicción? La verdad absoluta puede ser, en efecto, inobtenible para siempre, pero si las teorías no están consiguiendo acercarse más a descripciones exactas del universo, ¿por qué trabajan tan asombrosamente bien? ¿cómo es que podemos construir rascacielos, bombas de hidrógeno, televisores, vehículos espaciales y otras maravillas de la tecnología moderna? ¿por qué la mecánica cuántica es capaz de predecir con la precisión de muchos decimales el resultado de miles de sofisticados experimentos?
Seguramente es insano suponer que el enorme poder predictivo de la ciencia no es nada más que el poder de predecir el comportamiento de un mundo fabricado dentro de nuestros diminutos cráneos. Por supuesto, todas las predicciones son examinadas por la experiencia humana, pero ya que todo lo que hacemos es experiencia humana, decir esto es decir algo obvio y trivial. Wigner escribió un famoso ensayo sobre "The Unreasonable Effectiveness of Mathematics". A aquellos que crean en un universo estructurado matemáticamente, independiente de ti y de mí, ¿qué puede resultar más razonable que el que los métodos matemáticos se ajusten al universo?
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Nadie niega que la ciencia es una herramienta humana, o que su historia está influida por corrientes culturales de muy diferentes e interesantes maneras. Nadie niega que los científicos inventan teorías por actos creativos similares a los de los poetas y artistas. Pero una vez que una teoría es formulada, es examinada por un proceso que, a la larga, es singularmente libre de prejuicios culturales. Las falsas teorías no son derribadas por cambios en el lenguaje, sino por el universo.
James Trefil en su estimulante libro "Reading the Mind of God" (Scribner 1989), rememora una conferencia dada por una joven socióloga sobre la historia de la recientemente popular conjetura de que los dinosaurios fueron exterminados por los cambios climáticos que siguieron al impacto de un objeto extraterrestre que chocó con la Tierra. Ella se alegraba al describir la lucha entre los geólogos, pero no tenía ningún interés siquiera en la evidencia en pro o en contra, desde su perspectiva su única tarea era describir el conflicto como si fuera una batalla entre dos críticos de arte rivales, sin ningún mecanismo para decidir alguna vez quién tenía razón. Un contrariado paleontólogo de la audiencia explotó finalmente diciendo: "¿Es realmente novedoso para los sociólogos que la evidencia cuenta?".
Al final, Trefil concluye: "la gravitación actúa sobre el bosquimano igual de bien que sobre el europeo". Leyendo a Shirley MacLane uno podría decidir crear su propia realidad saltando al vacío desde un edificio alto y volar a gran altura como Superman. ¿Acaso no nos aseguran los meditadores trascendentales que con entrenamiento uno puede suspender la gravedad y levitar? ¿acaso Jesús, el gran superpsíquico, no caminó sobre las aguas? El año pasado un psíquico ruso se situó sobre una vía de tren y trató de suspender la Ley del Momento Lineal (masa por velocidad) parando un tren. El pobre hombre ya no está con nosotros. Veamos cómo Stephen Crane, en uno de sus cortos poemas, nos recuerda que no somos la medida de todas las cosas:
Un hombre dijo al universo:
"Señor, ¡yo existo!" "Sin embargo", contestó el universo, "tal hecho no ha creado en mí un sentimiento de obligación".
Traducción de Alfonso Navarro López Original: Copyright de Skeptical Inquirer Traducción: Copyright de LAR.
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PONIENDO ORDEN EN EL CAOS DE LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA SUPERVIVENCIA
Arthur S.Berger
Pocas semanas antes de que muriera Joseph B. Rhine en 1980, le hice una visita en su viejo caserón de Durham, Carolina del Norte. Según hablábamos, encontrándose su esposa en la estancia, silenciosa pero atenta, era evidente que a pesar de su sordera y encontrándose casi ciego, su mente estaba aún activa. Durante nuestra conversación, habló de su deseo de entrar en acción durante la 1ª Guerra Mundial y de cómo trató de alistarse en el ejército. Fue rechazado entonces por su oído defectuoso y su pobre visión. Intentó luego alistarse en la Marina pero fue nuevamente rechazado. Cuando el Cuerpo de Marines le echó atrás objetando que tenía pies planos, desafió al médico a una carrera, tras lo que se hizo con un uniforme.
Cuando escribí mi biografía de Rhine (Berger, 1988a), incluí esta historia ya que para mí ilustra su enorme determinación, así como su férrea voluntad, cualidades que necesitó para introducir la parapsicología en América. Rhine otorgó a la parapsicología sus términos, sus conceptos, sus teorías y sus procedimientos de ensayo, y procuró, en contra de una gran incredulidad y escepticismo, revestir su trabajo de un estatus científico. Gracias a Rhine, la parapsicología se ha convertido en una término corriente en los Estados Unidos, siendo malentendida y erróneamente interpretada e intercambiada con el término investigación psíquica, incluso con preferencia de este último. Este uso denota un error en diferenciar que cada disciplina ocupa un campo de investigación diferente.
Para impresionar a los científicos, Rhine estableció la parapsicología como una indagación experimental y cuantitativa de la psique (o psi) en el laboratorio. Por otro lado, la investigación psíquica es una indagación cualitativa e incluye la recolección y evaluación de informes de casos espontáneos, abarcando también los casos de médiums. Hoy día los sucesores de Rhine, quienes comparten su deseo de impresionar a la ciencia con experimentos de laboratorio y estadísticos, han ignorado ampliamente su vertiente cualitativa. Y no debe ser ignorada. Los casos espontáneos proporcionan un campo natural de estudio sobre casos supuestos de telepatía o fenómenos relacionados con ella, en comparación con los obtenidos bajo condiciones artificiales de laboratorio. Y tan sólo los casos espontáneos - como las apariciones, sueños, encantamientos, experiencias extracorpóreas, médiums y supuestas reencarnaciones- permiten considerar la cuestión, intrigante, altamente emocional y absolutamente pendiente de solución, de si la conciencia humana continua más allá de la muerte del cuerpo en una forma descarnada o reencarnada.
Por otro lado, es importante que los informes sobre casos espontáneos sean investigados y evaluados, pero con la condición de que tal investigación y evaluación se haga de forma que ponga de manifiesto si dichos casos proporcionan evidencias convincentes sobre la supervivencia de la conciencia, o la reencarnación, en una persona fallecida. La palabra clave es convincente. Precisamente porque este elemento esencial ha sido olvidado, es por lo qué existe una amplia diferencia de opiniones respecto al verdadero valor de las investigaciones y evaluaciones realizadas hasta la fecha. La mayoría de las principales investigaciones realizadas que parecen haber arrojado evidencias, o al menos que son sugestivas de ello, en casos de supervivencia tras la muerte o reencarnación, han sido conducidas principalmente por personas aisladas. El pasado está lleno de ejemplos y abundan también hoy en día: las investigaciones de Sir William Crooke sobre los médiums psíquicos Florence Cook y D.D. Home; las de Richard Hodgson sobre la médium Leonora Piper; las de James H. Hyslop sobre las médiums mentales, señoras Chenoweth y Smead; las sesiones del reverendo C. Drayton Thomas con la médium mental Gladys Osborne Leonard; los experimentos de Gustav Geley con el médium psíquico Franz Kluski; la investigación
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de Harry Price sobre la Rectoría de Borley, llamada "la casa más encantada de Inglaterra".
La Edad de Oro de los médiums terminó hace más de 50 años, y las casas encantadas como la Rectoría Borley ya no están muy de moda. Sin embargo, continúa el desfile de investigadores modernos así como sus diferentes pretensiones de proporcionar evidencias: L. Stafford Betty escribió sobre una investigación de un caso de poltergeist, concluyendo que una persona fallecida era el agente de tal fenómeno (Betty 1984); yo informé sobre un experimento del tipo de correspondencia cruzada sugerente de supervivencia (Berger 1987b); Karlis Osis dijo que los experimentos sobre experiencias extracorpóreas apoyaban la hipótesis de que los seres humanos poseen un aspecto somático susceptible de separarse del cuerpo y de operar independientemente fuera de él (Osis y Mccormick 1980); George Meek dijo poseer pruebas electrónicas de supervivencia más allá de la muerte basadas en una comunicación instrumental con los muertos (Meek 1982); D. Scott Rogo mantenía que se habían recibido llamadas telefónicas de personas muertas (Rogo y Bayless 1980). Todos estas historias están relacionadas con la supervivencia del alma descarnada.
Gracias a los trabajos de Ian Stevenson, algunas personas creen que existen pruebas de otro tipo de supervivencia: la reencarnación. La creencia en la reencarnación es un elemento vital del Hinduismo y es aceptada por la gran mayoría de los hindúes; y aunque aparentemente se ha informado de casos de reencarnación en ese país desde hace siglos, nunca habían sido empíricamente investigados hasta esos esfuerzos pioneros desarrollados por Stevenson. Como resultado de sus estudios sobre niños en la India y otros países que aseguran recordar sus vidas pasadas, Stevenson afirma que la explicación más probable de la mayoría de estos casos no es la telepatía o la posesión, sino la reencarnación.
Ahora bien, aunque cada uno de estos investigadores difiere de los otros en los métodos que emplea y en los tipos de fenómenos que analiza, todos tienen una cosa en común. En efecto, todos ellos nos piden que aceptemos y creamos implícitamente en sus afirmaciones y que confiemos en sus procedimientos, observaciones y conclusiones. Pero lo que no sabemos es si dicho investigador en cuestión es cuerdo, honesto, objetivo o competente, o si por el contrario está cometiendo un fraude o si ha sido engañado.
La historia de la parapsicología y de la investigación psíquica está repleta de capítulos en los que se han desenmascarado la auténtica catadura de los investigadores. En parapsicología, Walter J. Levy, a quien Rhine hizo director de su Instituto de Parapsicología, fue descubierto falsificando datos (Rhine 1975). S.G. Soal, un matemático respetado y experto experimentador, fue también descubierto al manipular sus datos (Markwick 1985). En investigación psíquica, Crookes, el eminente científico, fue acusado de emplear las fraudulentas sesiones espiritistas de Florence Cook como tapadera para ocultar su relación sexual con ella (Hall 1962). Oeley, un doctor en medicina, fue acusado de ocultar el fraude de la médium Eva C. (Lamben 1954). Harry Price fue pillado cometiendo un fraude deliberado en la investigación de la Rectoría Borley (Dingwall, Goldney y Hall 1956). Incluso Holdson, a quien yo había apoyado como un excelente ejemplo de investigador critico y cuidadoso (Berger 1988a), ha sido acusado de apoyar animosamente las evidencias que apoyaban sus conclusiones y de menospreciar aquellas que no lo hacían (Thouless 1968). En el caso de Stevenson no se ha hecho jamás ninguna acusación de mal proceder. Sin embargo pueden haber influido en sus investigaciones algunos sesgos personales: puede haber realizado una prudente selección y presentación de sus datos positivos al objeto de apoyar una creencia personal en una vida tras la muerte. Pero también existen otros defectos en sus investigaciones (Berger, en prensa).
Parece claro que ninguno de los fenómenos maravillosos descubiertos mediante el trabajo de cualquier investigador es aceptable hasta que se haya realizado una verificación por parte de otros investigadores independientes. La repetición o confirmación de un fenómeno o conclusión puede proporcionar la capacidad de convencimiento que se ha ido perdiendo en medio de las crecientes consideraciones estadísticas de que tal fenómeno sea válido e impoluto.
Aunque Rhine puso todo de su parte para hacer la ESP y la PK (Percepción extrasensorial y Psicokinesis, respectivamente. N. del T.) aceptables por la ciencia, admitió ante mí haber fracasado. De hecho la situación hoy en día es peor que cuando hablé con él de esto, debido a que los ataques contra la parapsicología se han consolidado desde la fundación del Comité para la Investigación Científica de los Supuestos Hechos Paranormales (CSICOP, N. del T). Yo he escrito en otra parte que la parapsicología es "una avanzadilla en plena batalla" (Berger 1988a). Se encuentra en un estado caótico y confuso, enfrentándose simultáneamente tanto a críticas externas, principalmente las de C.E.M. Hansel (1966; 1980) y Ray Hyman (1986), como a críticas internas, tales como las de Charles Akers y Susan Blackmore (1986), que critican los experimentos sobre percepción extrasensorial y psicoquinesis en términos que van desde fallos metodológicos a errores estadísticos y la incapacidad de evitar que los sujetos de experimentación obtengan pistas sensoriales que les permitieran engañar a los experimentadores.
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Y tienen buenas razones para la sospecha y el escepticismo. Un ejemplo destacado son los experimentos de Soal con Basil Shackleton entre 1941 y 1943. Fueron los más famosos jamás realizados en suelo británico y se contemplaron durante décadas como a prueba de fraude así como la evidencia más convincente a favor de la ESP que jamás se hubiera producido. Hasta que se descubrió la evidencia de que Soal manipulaba fraudulentamente los datos. La lección aquí es que no existe ni experimento en laboratorio ni investigación de campo a prueba de fraude, y que tenemos que ser escépticos cuando se afirman cosas, a no ser que experimentadores o investigadores independientes sean capaces de confirmarlas.
Dado que en círculos científicos y académicos no se malgasta tiempo en temas como la supervivencia o la reencarnación, apenas se ha dicho nada del hecho de que en la investigación psíquica la situación no es menos caótica y confusa que en la Parapsicología. La confusión y un sinfín de discusiones sin sentido medran sin ningún control. Caso tras caso, antiguos o modernos, los críticos de gabinete que los revisan encuentran toda clase de defectos en la forma en que los investigadores han llevado a cabo su labor, desde una metodología débil hasta una presentación de informes pobre, distorsionada o deshonesta.
Incluso cuando dos investigadores trabajan juntos investigando los mismos hechos en un mismo caso del tipo de reencarnación, son incapaces de ponerse de acuerdo. Por ejemplo, Rakesh Gaur nació en 1969 en Rajasthan, India. Cuando tenía cinco años les dijo a sus padres que había vivido una vida anterior como carpintero en un lugar llamado Tonk, a unos 225 kilómetros de allí, que había estado casado con una mujer llamada Keshar y que había muerto electrocutado. Cuando el niño fue llevado a Tonk, reconoció a la viuda y al hijo de Bithal Das, un carpintero que murió electrocutado en 1955. Dos investigadores entrevistaron al niño, a los padres y a los testigos cercanos, tomando notas de todo lo manifestado, que luego contrastaron con el testimonio de todos los que dijeron haber conocido al carpintero fallecido. Pero al final, ambos investigadores discreparon enormemente sobre la forma en que debía interpretarse el caso (Pasricha y Barker 1971) (1).
Aún no se ha logrado establecer una base común; no existe consenso sobre ningún caso o sobre la base de datos existente acerca de la supervivencia y la reencarnación. Después de cien años de investigación, la situación está perfectamente descrita en una serie emitida hace algunos años por la televisión inglesa y americana, llamada "The Long Search" (La Larga Búsqueda). En uno de los programas, grabado en Jerusalén, se preguntaba a un rabino si los judíos son personas dadas a la discusión, a lo que respondió: "Donde se encuentren dos judíos, hallará tres opiniones". De forma análoga, entre aquellos investigadores psíquicos que se interesan por la supervivencia y la reencarnación existen tres opiniones. Una es que las investigaciones en estas áreas carecen en absoluto de pruebas; la segunda es que, como mínimo los investigadores adornan o enfatizan las evidencias positivas; una tercera opinión, manifestada a menudo por Gardner Murphy, es que uno puede ni creer ni no creer, lo que deja todo el asunto en un punto muerto.
Poniendo orden en el caos.
Con la idea de que ha llegado la hora de intentar desenmarañar este entramado y establecer alguna clase de orden, el International Institute for the Study of Death (IISD), una organización multidisciplinar y multicultural creada para arrojar luz sobre muchos aspectos de la muerte, incluyendo la posibilidad de la supervivencia y la reencarnación (Berger 1987), ha formado un grupo de investigación y otro de evaluación para considerar ambos la coherencia de dichos casos de supervivencia y reencarnación.
Equipo de Investigación.- Un grupo especial de investigadores llevará a cabo indagaciones independientes e imparciales en todos aquellos casos que "sugieran o aporten evidencias sustanciales sobre la supervivencia y la reencarnación". El IISD pedirá a los investigadores que remitan sus casos a este grupo especial, tanto para una investigación conjunta como para su reinvestigación. El IISD también investigará aquellos casos recibidos directamente y merecedores de investigación. El objeto del grupo especial será determinar si los fenómenos sobre los que se ha informado ocurrieron realmente, si fueron descritos de forma correcta y si pueden explicarse mejor mediante la supervivencia o la reencarnación o bien mediante una teoría alternativa sea normal o paranormal. Solamente podrá darse a un caso una interpretación sugestiva de supervivencia o reencarnación cuando se hayan descartado otras interpretaciones normales o
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paranormales. Las premisas para tales evaluaciones críticas (Berger l986b) incluirán el examen del testimonio de los testigos, de documentos escritos y de todas las circunstancias que rodeen el caso, e imponen un examen cruzado de los testigos y la corroboración a su vez por testigos u otras fuentes. Tras la conclusión de sus investigaciones, el grupo especial presentará sus conclusiones a un panel de jueces, de una forma equilibrada, recogiendo claramente argumentos y contraargumentos.
Panel de evaluación: Tras la finalización de las indagaciones y la presentación de los hallazgos al tribunal por parte del grupo especial, habiéndose dado todas las oportunidades al investigador cuyo caso es analizado para que presente su versión, el panel de jueces examinará todos los casos espontáneos de aparente supervivencia y reencarnación presentados ante el mismo. El tribunal decidirá de una forma imparcial y autorizada todas los cuestiones concernientes a los casos, al objeto de ofrecer al mundo una interpretación justa de los hechos. El panel estará constituido por un grupo de científicos eminentes e independientes y de eruditos que apoyan los propósitos del tribunal y que han sido invitados a esta labor por el IISD. Algunos de sus miembros provienen de la comunidad de investigadores psíquicos, y algunos otros, como Paul Kurtz, de la comunidad de escépticos y críticos ajenos a tales investigaciones.
Pecaría de cándido si no confesara que el concepto de un tribunal ha sido atacado por algunas personas. Estos modernos Santos Tomases creen que es una ilusión infantil el pensar que alguna vez pueda resolverse la perenne controversia sobre la hipótesis de la supervivencia. Esta objeción no hace sino corroborar nuevamente que el tema de la supervivencia está altamente cargado de emociones, deseos y miedos, y puede hacer que incluso personas racionales actúen de manera irracional, creando dogmas o argumentos tras los que esconderse al objeto de evitar enfrentarse a la cuestión.
No veo cómo o por qué el papel o función del tribunal organizado por el IISD para decidir la disputa sobre la supervivencia y/o reencarnación tiene que ser de algún modo distinta a las funciones de otros muchos tipos de cuerpos judiciales y extrajudiciales, que manejan y deciden cada día sobre todo tipo de materias complejas en los tribunales civiles y criminales, en agencias administrativas y en el arbitraje comercial y laboral.
Supongamos que algún día futuro se presenta un caso cuya evidencia sobre la realidad de la supervivencia o reencarnación fuese suficiente para convencer al tribunal. La suposición occidental, ampliamente compartida, de que al morir nos extinguimos como lo haría una vela se vendría entonces abajo. William James dijo una vez: "Si quieres deshacer la ley por la cual todos los cuervos son negros no deberás buscar lo que los cuervos no son; basta con que pruebes que un sólo cuervo es blanco". Tal caso resultaría ser el cuervo blanco de la supervivencia. Pero en previsión de que pueda haber malentendidos o errores, no es tarea del tribunal el buscar semejante caso para apoyar la hipótesis de la supervivencia. Si no se producen casos convincentes, el tribunal así lo manifestará, y si sus decisiones son negativas y no confirman esa hipótesis, tales datos negativos añadirán algunos clavos más al ataúd de la hipótesis.
Conclusión: Tras haber sido investigado un caso por el grupo especial, y tras haberse presentado al tribunal los datos positivos y negativos, las criticas y contracríticas por parte de los abogados y fiscales y tras haber decidido e1 tribunal sobre el mismo, esperamos alcanzar el más alto nivel de evidencias que puede aplicarse a un caso, así como lograr la opinión más experta posible. Las determinaciones efectuadas por el panel de jueces tendrán que ser contempladas en la confianza de que éstas son la limpia y justa exposición de un caso y deberán poseer una obligada autoridad. Serán merecedoras de más atención y respeto que todos los informes y hallazgos de los investigadores aislados y todas sus correspondientes críticas puestas juntas.
Las decisiones sobre el particular que se produzcan durante la próxima década, bien nos aportarán evidencias sobre la supervivencia o reencarnación, convenciendo así al mundo científico y académico para que no las ignoren, o por el contrario nos mostrarán llanamente que nuestros actuales métodos de investigación no han proporcionado ninguna base empírica para la hipótesis de la supervivencia o reencarnación. En cualquier caso ambos grupos habrán contribuido a poner más orden y a conseguir más progresos en un área donde tales objetivos hasta la fecha ni tan siquiera existen.
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NOTA:
(1) En este caso, Pasricha creía que Rakesh Gaur sabía muchísimo acerca de Bithal Das antes de que visitase Tonk y que probablemente había adquirido esta información de forma paranormal, aunque no se tratase necesariamente de un caso de reencarnación. Por su parte, Barker no apreció en absoluto nada paranormal, pensando que el caso era fruto de la creencia, ampliamente extendida en la India, en la reencarnación. Si bien Rakesb Gaur, había hecho algunas vagas declaraciones sobre su vida anterior antes de visitar Tonk, los tests de reconocimiento así como lo que hizo y dijo allí pudieron haberle proporcionado pistas. De cualquier modo pienso que el caso es extremadamente débil. Adolece del defecto de que los padres del chico no conservaban ningún documento escrito con las declaraciones de éste sobre su vida anterior, quedando el caso en manos de la fiabilidad de los recuerdos de los testigos.
REFERENCIAS:
Akers,C. 1984. Methodological criticism of parapsychology. Advances in Parapsychology, 4:112-164, ed. por S. Krippner. Jefferson, N.C., and London: McFarland.
Berger, A.S. l987a. A new approach to an old subject: The International Institute for the Study of Death. American Society for Psychical Research Newsletter, 13 (1):5.
-------.1987b. Aristocracy of the Dead. Jefferson, N.C., and London: McFarland.
-------, 1988a. Lives and Letters in American Parapsychology: A Biographical History, 1850-1987. Jefferson, N.C. and London, McFarland.
-------, 1988b. Evidence of Life After Death: A Casebook for the Tough-Minded. Springfield, III.: Charles C. Thomas.
-------, En prensa. Reincarnation by the numbers: A criticism and suggestion. In Reincarnation: Fact and Fable, ed. por A.S. Berger y J. Berger. Wellingborough, U.K.: Crucible.
Betty, L.S. 1984. The Kern City Poltergeist: A case severely straining the living agent hypothesis. Journal of the Society for Psychical Research, 52:345.
Blackmore, S. 1986. The Adventures of a Parapsychologist. Buffalo, N.Y.: Prometheus Books.
Dingwall, E.J., K.M. Goldney, y T.H. Hall. 1956. The haunting of Borley Rectory. Proceedings of the Society for Psychical Research, 51:1.
Guptha, L. D., N. R. Sharma, y T. C. Mathur. 1936. An Inquiry into the Case of Shanti Devi. Delhi: International Aryan League.
Hall, T. H. 1962. The Spiritualists. London: Allen & Unwin. (Reimpreso como The Medium and the Scientist: The Story of Florence Cook and William Crookes, Prometheus Books, Buffalo, N.Y., 1984).
Hansel, C. E. M. 1966. ESP: A Scientific Evaluation. New York: Charles Scribner's; rev. ed., ESP and Parapsychology: A Critical Revaluation, Prometheus Books, Buffalo, N.Y., 1980; nueva rev. ed., The Search for Psychic Power, Prometheus Books, 1989.
Hyman, R. 1986. Parapsychological research: A tutorial review and critical appraisal. Proceedings of the IEEE, 74:823-849.
Lambert, R. 1954. Dr. Geley's report on the medium Eva C.. Journal of the Society for Psychical Research, 37:62.
Markwick, B. 1985. The establishment of data manipulation in the Soal-Shackleton experiments. In A Skeptic's Handbook of Parapsychology, ed. por P. Kurtz. Buffalo, N.Y.: Prometheus Books.
Meek, G. 1982. Spiricom: Electronic communications with the "dearly departed". New Realities, 4 (6) 9.
Osis, K y D. McCornick. 1980. Kinetic effects at the ostensible location of an out-of-body projection during perceptual testing. Journal of the American Society for Psychical Research, 74:319.
Pasricha.S. K. y D.R. Barker. 1981. A case of the reincarnation type. European Journal of Parapsychology, 3:381-408.
Rhine, J. B. 1975. Comments. Second report on a case of experimenter fraud. Journal of Parapsychology, 39:306,325.
Rogo, D.S. y R. Bayless. 1980. Phone Calls from the Dead. New York: Berkley.
Thouless, R.H. 1968. Review of obituary: The "Hodgson Report" on Madame Blavatsky by Adlai E. Waterman. Journal of the Society for Psychical Research, 44:344.
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Arthur S. Berger es director del International lnstitute for the Study of the Death, PO Box 8565, Pembrokw Pines, FL 33084. USA. Es abogado, tanatólogo y educador y es coeditor de Perspectives on Death and Dying (Charles Press. 1989).
Trad. de J. Martínez Villaro Original: Copyright de The Skeptical Inquirer Traducción: Copyright dc LAR.
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LAS CODORNICES JAPONESAS, CAMPEONAS DE TELEPATÍA, DESILUSIONAN A LOS COSMONAUTAS SOVIÉTICOS. Redacción de la revista AFIS
Casi no se oye hablar ya de Yves Lignon, ese profesor de matemáticas de Toulouse-Le Mirail que colocó un día sobre la puerta del despacho una placa con la inscripción "Laboratorio de Parapsicología", lo que le valió una feliz carrera en emisiones de radio y televisión sobre los "fenómenos paranormales". Como tuvimos la ocasión de revelar, su afición le había venido de que, por entonces, su esposa se ocupaba de una variedad de ave denominada "codorniz japonesa". Lignon había descubierto en esas aves un poder paranormal de percepción a distancia.
Sin embargo, parece que en otros campos, estas aves decepcionan a los experimentadores. Ocho huevos de codornices japonesas, colocados en incubación, dieron lugar a pollos a bordo de la estación orbital soviética Mir. Pero los pajarillos no tenían visiblemente un pie espacial...
Sin embargo todo había comenzado bien. Después del periodo previsto para la incubación, los dos astronautas soviéticos Anatoly Soloviev y Alexander Balandine, que permanecían a bordo de la estación, pudieron conmoverse a gusto delante de los polluelos -aparentemente normales- que, uno a uno, salían del cascarón. Pero rápidamente se torcieron las cosas: animados de movimientos desordenados, incapaces de agarrarse a su pajarera, "los pájaros, en estado de fatiga habían perdido el reflejo de sujetarse con sus garras", precisa Hanna Melechko, directora científica de este experimento ruso-checoslovaco.
Concebido para estudiar la adaptación de las codornices a la ingravidez, el test se quedó corto. Antes del desarrollo total de las aves, los astronautas se vieron obligados a sacrificarlas, bajo anestesia.
¡Ay, si los cosmonautas hubieran pensado en embarcar con ellos al "profesor" Lignon!...
Traducción: Javier E. Armentia Original de AFIS, NO.184
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PARAPSICOLOGÍA O, CIENCIA 10 LOS CIENTÍFICOS VENCEN EN EL PRIMER COMBATE CONTRA EL MUNDO DE LO IRRACIONAL.
Del periódico El Independiente (25 de febrero de 1990)
¡Suspense, Suspense! El primer combate de la ciencia contra el mundo de lo irracional va a comenzar. A mi derecha Jacques Théodor, de nacionalidad belga, 60 años, doctor en Ciencias y partidario de la razón pura. A mi izquierda, Christian Chris, 40 años, de profesión hipnólogo, telépata aficionado y adepto a los poderes del espíritu. El ring, el parque Valrose, un lugar majestuoso en la zona alta de Niza, que alberga los locales de la Facultad de Ciencias. La apuesta, un cheque de 500.000 francos.
Encuentro en Niza
Volvamos hacia atrás, Octubre de 1985. Henri Broch, profesor de Física, investigador en Biofísica, autor de "Paranormal" (Editions du Seuil), miembro del muy serio CSICOP (Commitee for the Scientific lnvestigation of Claims of Paranormal) conoce, durante la preparación de un programa de televisión, a Gerard Majax, ilusionista. Tienen dos puntos en común: ambos son de Niza y combaten, cada uno por su lado, las supercherías relacionadas con lo sobrenatural. Eso crea lazos entre ellos.
Unos meses más tarde, durante un coloquio, Henri Broch se encuentra con Jacques Théodor, un investigador que estudia las paraciencias en la universidad libre de Bruselas. Un trío nacido para entenderse. Precisamente, el profesor tiene una idea en la cabeza: informar "científicamente" sobre los fenómenos inexplicados a través del Minitel. A su vez el mago tiene un proyecto: Lanzar un desafío a todos aquellos que pretenden adivinar el futuro, comunicar a través de las paredes, doblar cucharillas, o hacer bailar a los objetos. Théodor tiene posibilidades de reunir una importante suma de dinero.
De este modo, en marzo de 1987 nace el desafío Majax-Broch-Ihéodor. Las reglas del juego son muy sencillas: el médium, el mago de lo oculto, el vidente del pasado o del futuro, el astrólogo, el curandero o cualquier otro superdotado del más allá que se atreva a realizar una experiencia paranormal, sea cual sea, bajo el ojo experto y vigilante del equipo de Henri Broch recibirá un cheque de 500.000 francos, y conseguirá además una importante celebridad.
Desde hace tres años, cerca de 70 personas han hecho amagos de aceptar el desafío. Ninguna ha llegado hasta el final. Los controles impuestos han desanimado a los más audaces adeptos de lo sobrenatural. Excepto Christian Chris, que no duda en subir al ring para combatir contra la ciencia.
En este domingo soleado de enero va a intentar probar sus dotes telepáticas. Aprovechara para ver al mismo tiempo los poderes de clarividencia de su socia, Régine X, de 30 años, una médiun que exige permanecer en el anonimato. Ninguno de los dos tiene miedo de nada, a pesar de que el combate se desarrollara en territorio enemigo, en los locales de la universidad. Aceptan que dos médicos les hagan una revisión, y cambian sus trajes por las batas que trae el profesor. Tampoco ponen impedimentos a que los filmen durante el experimento. Finalmente, se acuerda que permanezcan en dos edificios diferentes, bajo la mirada inquisitorial de dos testigos.
Son cerca de las diez cuando los combatientes Théodor y sus amigos por una parte, Chris y los suyos por otra, entran en la arena. Una arena muy triste, como suelen ser los laboratorios de Física de la facultad: cristales sucios y sintasol gris, mesas de madera y fluorescentes macilentos.
Una hora más tarde, Regine se instala en un feo taburete de pino. Chris está delante de
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LIBROS
Título: Les mysteres de la memoire de l'eau. Autor: Michel de Pracontal Editorial: Eds. La Découverte, coll. Enquetes. París, 227 págs. 95 FF. Año de edición: 1990
LA MEMORIA DEL AGUA Y SUS MISTERIOS: CREER PARA VER
Javier Pereda Suberbiola
La "memoria del agua" sigue presentándose a la discusión. La polémica suscitada ha servido para animar numerosos debates tanto en foros científicos como populares. Si algo llama la atención es la extraordinaria publicidad que se le ha concedido a través de los medios de comunicación, desatando el entusiasmo o la indignación. Para quienes creen que ya se ha dicho todo sobre el "affaire Benveniste", ediciones Le Decouverte acaba de publicar un volumen titulado "Los misterios de la memoria del agua" (1). Su autor es Michel de Pracontal, periodista del semanario L'Evénement du Jeudi, más conocido en círculos racionalistas por su excelente "La impostura científica en diez lecciones" (1986), publicado por la misma editorial.
La encuesta llevada a cabo se anuncia exhaustiva en la contraportada del libro. El autor describe de entrada el test TDBH utilizado durante las experiencias de "alta dilución", para después recoger el desafío lanzado por el Dr. Benveniste y su equipo: "La transmisión de una información biológica puede realizarse sin soporte molecular". Dicho de otra manera, el agua es capaz de guardar recuerdo de una molécula en ausencia de ésta. Pracontal establece el paralelismo entre la hipótesis de la "memoria del agua" y una célebre novela de Gaston Leroux: bien el fenómeno es natural o explicable, con lo cual las observaciones realizadas son erróneas, o bien el fenómeno escapa a toda explicación racional. Problema básico: ¿existe el "efecto molecular sin molécula"? ¿Estamos ante un descubrimiento revolucionario o se trata simplemente de un camelo?
En la primera parte del libro, Pracontal aporta una serie de testimonios decisivos sobre las experiencias realizadas en la unidad 200 del INSERM francés. Siguiendo un orden cronológico, el 30 de junio de 1988 aparece publicado el artículo del equipo Benveniste en la revista Nature. John Maddox, director de la misma, acepta su publicación con la condición de que otros laboratorios repitan de forma independiente las experiencias y que una comisión de encuesta investigue los hechos. Esta comisión está formada por el propio Maddox, el "increíble" James Randi y Walter Stewart, un conocido desenmascarador de fraudes científicos. Los resultados de la investigación son publicados en Nature a finales de julio. Conclusión: las experiencias de Benveniste no son sistemáticamente reproducibles. Lo que equivale a decir que el debatido efecto no existe. Sobre un total de siete experiencias, las cuatro primeras, controladas o sometidas a un control parcial,
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arrojan resultados positivos. Por el contrario, las tres experiencias realizadas bajo un control de "doble ciego" fracasan por completo. En el artículo de contraencuesta, Maddox explica que los resultados positivos son "demasiado buenos" para no infundir desconfianza. La sospecha de que "algo raro" sucede en el laboratorio del Dr. Benveniste no es infundada: un cebo ideado por Randi sugiere que el fraude no debe ser descartado como explicación. Sin embargo, Michel de Pracontal prefiere no rendirse a la evidencia y decide invertir los términos; así, nos presenta a Randi como un ilusionista autoilusionado que ve fraude donde desea verlo, y a Stewart como alguien incapaz de aportar la más mínima prueba que demuestre que los resultados han sido fabricados. Una vez más, son los escépticos los acusados. Ya no se trata de que el Dr. Benveniste pruebe que sus afirmaciones extraordinarias son conformes a la realidad científica sino de que los escépticos demuestren que se equivoca y dónde y cómo se equivoca. Pracontal opina que la comisión de encuesta se dejó guiar por su apriorismo para obtener lo que buscaba. A saber, adaptar los hechos a la interpretación y no a la inversa. Con su juicio de opinión, el autor toma partido implícitamente en la polémica y se sitúa del lado de los defensores de Benveniste.
¿Qué hay de las experiencias desarrolladas en otros laboratorios? El autor intenta demostrar que se obtuvieron resultados positivos y, lo que para él es más importante, sin contar con la participación de Elisabeth Davenas, investigadora del INSERM en quién -según dice- recaen las sospechas de Randi. No obstante, no incide sobre el hecho de que los laboratorios consultados cuentan con un personal que realiza habitualmente prácticas homeopáticas y está relacionado de alguna manera con el Dr. Benveniste. Dicho claramente, no son laboratorios independientes, condición exigida por Maddox. El laboratorio de Israel obtuvo resultados positivos bajo circunstancias no aclaradas y contó con la presencia, en buena parte de las experiencias, de Elisabeth Davenas. Por su lado, el éxito del laboratorio italiano no ha sido explicado en detalle, por lo que su valor es muy relativo. Finalmente, el laboratorio canadiense no pasó de hacer experiencias preliminares. Lo que es evidente es que todas las experiencias realizadas bajo un control de "doble ciego" han sido negativas. Es más, la revista Science et vie ofreció un millón de francos a Benveniste y su equipo si lograban demostrar la realidad del fenómeno de la "memoria del agua". Benveniste respondió cesando toda comunicación con la revista.
Pracontal considera que la encuesta de los "ghostbusters de Nature" es la más rocambolesca de la historia de la ciencia (sic) porque "ha complicado las cosas más de lo que las ha aclarado" (¡). Y concluye: "La explicación no reside ni en un fraude ni en un error evidente". A uno se le ocurre pensar ¿entonces por qué fracasaron todas las experiencias rigurosamente controladas? El autor pone la respuesta en boca de uno de los firmantes del polémico articulo: "Las láminas eran preparadas por Stewart bajo el control de un técnico. Puede ser que el depósito sobre la lámina estuviera mal hecho". Creer para ver.
"Eliminado el fraude", Michel de Pracontal se dedica a buscar otra posible solución. Tres posibilidades son exploradas;
a) "Travesuras moleculares": Las diluciones no son realmente homogéneas; un fenómeno de absorción podría favorecer la presencia de algunas moléculas más allá del umbral teórico (catorceava dilución a la décima), del mismo modo que los restos del tapón de corcho de una botella de vino pueden ser trasvasados repetidas veces de un recipiente a otro durante una serie de diluciones. Refutación: durante las experiencias se realizaba un filtrado para evitar posibles contaminaciones. Al menos que, hipótesis audaz donde las haya, "moléculas fantasmas" sean las causantes del efecto comentado, con lo que entraríamos en el terreno de la "metabiología"...
b) Respuesta aberrante de los glóbulos blancos sobre los que se realiza el test: las células reaccionarían de manera independiente al efecto estudiado. Refutación: ¿debemos creer en células caprichosas que reaccionan cuando los escépticos utilizan el procedimiento de "doble ciego"? (ni más ni menos que el socorrido "efecto simpatía" de los parapsicólogos).
c) Un esquema intermedio, esto es, la hipótesis de la memoria del agua. Pracontal critica el método utilizado por Benveniste y su equipo, más preocupados por seguir un proceso homeopático que por asegurar la asepsia de las experiencias. Según el autor, hay otros métodos para probar la validez de la hipótesis "efecto molecular sin molécula". Un examen cualitativo no es suficiente, es preciso recurrir a la estadística para diferenciar un posible efecto real de
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fluctuaciones de tipo aleatorio. Una nueva serie de experiencias ha tenido lugar en los laboratorios de Benveniste bajo el control de Alfred Spira, director de la unidad 292 del INSERM. El ensayo de contraencuesta señala que los resultados no pueden explicarse por un sesgo experimental grosero. "El fenómeno existe en las condiciones del laboratorio". Sin embargo, recalca Spira -apoyando indirectamente la opinión de John Maddox-, los resultados no presentan la dispersión que debieran (¡lagarto, lagarto!). Para quienes pudieran pensar que esta nueva serie de experiencias apoya los resultados publicados en Nature, hay que decir que el Dr. Spira ha defendido incondicionalmente a Benveniste desde el inicio de todo este "affaire". Por su parte, los malpensados pueden seguir acumulando sospechas: E. Davenas estuvo presente durante las sesiones de experimentación...
Para Pracontal, la principal innovación de Benveniste no ha sido la proposición de la teoría de la "memoria del agua" sino introducir la homeopatía en los laboratorios y apostar por ella publicando sus resultados en revistas de prestigio contrastado. De hecho, la primera versión presentada a Nature difiere bastante en su forma de la definitiva. El fondo, sin embargo, es siempre el mismo; dar validez a la práctica homeopática, tratando de venderla en círculos científicos internacionales.
Los apuntes sobre el fenómeno sociológico inspirado por la "memoria del agua" se cuentan entre los más interesantes del libro. Tras el escándalo inicial, la enorme publicidad que ha recibido el caso ha provocado reacciones en cadena. Una comisión especializada del INSERM hizo público en abril de 1989 un comunicado en el que señalaba que "la polémica permanente asociada al problema... oscurece la imagen del INSERM y, de forma más general, la imagen de la comunidad científica francesa". Según el autor, ciertos investigadores franceses con aspiraciones al Nobel se quejan de que la actitud de Benveniste puede perjudicar a sus intereses (léase credibilidad científica). Otros investigadores critican la postura adoptada por John Maddox al decidirse a publicar un artículo como el de Benveniste en una revista de reconocido prestigio como es Nature. Benveniste, mientras tanto, se siente martirizado y pronuncia en vano el nombre de Galileo. Finalmente, de manera sorprendente (y contraria a toda lógica), Philippe Lazar, director del INSERM, decide mantenerle al frente de su unidad durante los próximos tres años.
Mientras la comunidad científica ha sido unánimemente contraria, mucha gente ha admitido sin problemas la hipótesis "efecto molecular sin molécula". La actitud favorable de cierta parte del público revela un problema sociológico: la imagen de la ciencia en la sociedad actual. Pracontal explica que la divulgación científica diaria de los medios de comunicación está basada en el sensacionalismo comercial. No es de extrañar que un público "entrenado" no alcance a diferenciar entre fantasía y realidad. El "affaire Benveniste" es un ejemplo bien ilustrativo.
Llegado el momento de la recapitulación, Pracontal propone dos posibles soluciones: creer en la palabra de Benveniste, o creer en la de sus detractores. Pero, añade, "ambas posiciones son irracionales" (¡). La tesis del autor puede resumirse en esta frase: "afirmar que la memoria del agua es una frivolidad no es dar muestra de racionalismo ni de realismo, sino ponerse del lado de los detractores". ¿Por qué no la inversa?: afirmar que la memoria del agua no es una frivolidad no es dar muestra de racionalismo ni de realismo sino ponerse del lado de Benveniste. La postura de Pracontal no deja de ser una pirueta salomónica, utilizada para hacer pasar su razonamiento como imparcial, luego racional. ¿Cómo sino explicar su crítica hacia los incrédulos de la "memoria del agua", en especial, Michel Rouzé y la revista Science et vie, a los que acusa de maniqueistas?
La "imprevisible solución" que reza la cubierta del libro no es otra que intentar vendernos en 220 páginas que no existe una explicación clara de los resultados. O, dicho con sus propias palabras, "no existe una teoría satisfactoria de la memoria del agua".
"Los misterios de la memoria del agua" es un libro de lectura fácil, bien documentado. Los aficionados a "los verdaderos misterios", a quienes el autor dedica el libro, seguramente no se sentirán decepcionados. Sin embargo, quienes buscan una aproximación crítica y comprometida al problema no la hallarán aqui. A estos últimos les será sin duda de mayor utilidad dirigirse a los artículos publicados por AFIS. Science... pseudo-science y Science et vie. Aún a riesgo de ser acusado de leer información "apriorista y maniquea", podrán darse cuenta de que los
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misterios de la "memoria del agua" están únicamente en la mente de quienes prefieren ver lo que creen.
NOTAS
(1) Michel de Pracontal (1990): "Les mysteres de la memoire de l'eau", Eds. La Découverte, coll. Enquetes, París, 227 páginas, 95 FF.
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DESDE EL SILLÓN ESCÉPTICO RECOMENDAMOS:
ARTÍCULOS
Fermoselle, Angel F. "Un grupo de exploradores cree haber resuelto uno de los misterios que provocaron este mito. Otra vez el "Triángulo de las Bermudas". Encuentran cinco aviones militares desaparecidos en la zona hace 45 años". El Mundo. 18 de mayo de 1991.
En este trabajo se explica que un grupo de investigadores que buscaban restos de galeones españoles hundidos han encontrado uno de los aviones TBM Avenger que formaban parte del famoso Vuelo 19, uno de los pilares básicos del mito del "triángulo de las Bermudas". El artículo es interesante en cuanto que nos dice que se ha encontrado, pero verdaderamente nos deja con muchas ganas de saber más. Un dato básico que falta es saber el lugar dónde han aparecido. Si la hipótesis de Larry Kusche fuera la correcta -que es lo que nosotros nos inclinamos a creer- el hallazgo tendría que haber ocurrido ligeramente al norte de Fort Lauderdale. ¿Ha sido así? Si algún lector tiene más datos le rogamos que nos lo haga saber. ¿Servirá esté descubrimiento para acabar con el mito o, como es habitual, el mito proseguirá sin que haya ninguna prueba capaz de convencer a los creyentes?
Post, Tom y Reiss, Spencer. "The Mystery of the Lost Patrol. This time, the Bermuda Triangle gives one back. Newsweek, 27 de mayo de 1991. Página 25.
En este trabajo los autores nos dan algunos datos sobre el encuentro por parte de unos buscadores de antiguos galeones españoles, a diez millas de Fort Lauderdale, de los restos de cinco aviones Avengers iguales a los que se perdieron en el famoso vuelo 19 -uno de los puntales del mito del Triánguio de las Bermudas-. Probablemente se trate de los mismos cinco aviones que se hicieran célebres en la película "Encuentros cercanos en la tercera fase".
Redacción de Time. "Lost Squadron. An old Bermuda Triangle mystery may be solved". Revista Time. 27 de mayo de 1991. Página 41. Más datos sobre el hallazgo de los cinco Avengers.
Hernandez, Abelardo y Ariza, Luis Miguel, "Toda la verdad sobre los fenómenos paranormales". Conocer. nº 101, junio 1991. Páginas 6-12. Se trata de una visión no del todo escéptica, pero bastante equilibrada, de los fenómenos paranormales. En un pequeño recuadro titulado "El Club de los escépticos" hay una pequeña nota sobre ARP, escrita por Félix Ares.
LIBROS
Skrotzky, Nicolas. Science et communication. L'homme multidimensionnel. Editorial Belfond. Colección Sciences. 98 FRF. El autor es un conocido divulgador de la ciencia que ha colaborado en la prensa escrita, en agencias de noticias y que ha sido el productor de grandes series televisivas: Visa pour l'Avenir, Les Grandes Enigmes y A la poursuite des Étoiles. En esta obra hace una reflexión sobre el modo en que hay que comunicar la ciencia al público.
Bensaid, Norbet. Le sommeil de la Raison. Seuil. París 19B8. Aproximación racionalista al nuevo esoterismo/oscurantismo de nuestros días
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Lequevre, Fréderic. Astrologie science, art ou imposture?. Editorial L'Horizon Chimérique. Colección Zetétique. Burdeos 1991. 220 páginas. 108 FRF.
Un nuevo libro de la colección dirigida por Henri Broch con prefacio de Jean- Claude Pecker, miembro de la Academia de Ciencias Francesa. Se trata de un análisis de la astrología teniendo en cuenta todos los puntos de vista. La obra tiene dos partes, en la primera se dan las nociones básicas para situar a la astrología en su contexto histórico y filosófico: "El hombre en el universo"; "Historia de la astrología"; "El tema astral". En la segunda parte se discuten las preguntas planteadas por la astrología y las preguntas planteadas a la astrología: "Insuficiencias de la astrología"; "Trazos arbitrarios"; "Contradicciones internas"; "¿Por qué tal éxito?"; ¿Conclusiones: Ciencia, arte o impostura?"; "Glosario de astronomía y de astrología"; "Tabla de Constelaciones"; "Figuras, tablas y cuadros". Podéis pedir la obra a la propia editorial: L'Horizon Chimérique. 7-8, rue Leyteire; 33000 Bordeaux, Francia.
Cordón, Faustino. Tratado evolucionista de biología. Parte segunda. Vol. I. Origen, naturaleza y evolución de la célula. Editorial Aguilar Maior. Madrid 1990. 450 páginas. 3.500 pesetas.
En esta obra, el conocidísimo evolucionista Faustino Cordón continúa con la descripción de su teoría. La primera parte de la obra, hoy agotada, apareció en 1977 en Ediciones Alfaguara, bajo el título "La alimentación, base de la biología evolucionista (Historia natural de la acción y la experiencia) Volumen I: Origen, naturaleza y evolución de los individuos protoplásmicos y sus asociaciones", donde se planteaba el marco general metodológico de su teoría de niveles, que más menos viene a decir que en la evolución biológica que lleva desde la materia inorgánica hasta los mamíferos superiores hay varios niveles cada uno de ellos con su propia "experiencia" y forma de comportarse. "...las células, -nos dice el autor- en cuanto que son unidades de integración de nivel directamente suprabasibiónico, poseen un modo de acción y experiencia peculiar de ellas, esto es, cualitativamente distinto del basibiónico y del molecular". En el nivel más bajo estarían las moléculas y después sus agrupaciones capaces de reproducirse, que en la obra de 1977 llamaba protoplásmicos y que en esta segunda obra llama basibiones (seres vivos básicos, proteínas globulares); otro nivel es el de la célula y sus agrupaciones y otro más elevado el de los animales. Cada nivel se basa en el anterior, pero tiene sus propias características propias. En esta segunda parte se trata de la evolución de la célula y de sus agrupaciones. Siendo Faustino Cordón consciente de que la Primera Parte está agotada, en las primeras páginas de esta obra hace un resumen de ella. También nos informa de que próximamente aparecerá una reedición actualizada de la Primera Parte, es decir del origen y evolución de los basibiones. El volumen I de esta Segunda Parte estudia el origen y naturaleza de la célula y los volúmenes II y III estudian su evolución hasta el surgimiento del primer animal.
REVISTAS
ALLIAGE "ALLIAGE CULTURE, SCIENCE, TECHNIQUE". En el otoño de 1989 apareció el número 1 de esta revista dirigida por el profesor de física de la Universidad de Niza Jean-Marc Lévy-Leblond. Entre los objetivos de la revista está el de encontrar un lugar a la ciencia y a la técnica entre la cultura. "La culture - dice su director en este primer número- es une et indivisible... A la science et à la technique d'y trouver une place." Otros objetivos son la discusión sobre el lugar que debe ocupar la divulgación científica en los espacios televisivos, la posibilidad -o imposibilidad fundamental- de vulgarizar el saber, etc. Alliage está coeditada por Z'Éditions y la Asociación Anais, 78, route de Saint-Pierre de Féric, 06000 Nice. Francia. Cada número cuesta 69 Francos Franceses (FRF). El abono a cuatro números para el extranjero tiene un precio de 270 FRF. Se puede enviar un giro postal a: ANAIS. Difusion libraires. Éditions du Seuil, 27, rue de Jacob, 75006 París. Francia.
EL OJO ESCÉPTICO. Publicación oficial del Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia (CAIRP). Revista en la que nuestro grupo hermano argentino muestra la otra cara de la moneda ante el auge de las pseudociencias. La suscripción anual de 4 ejemplares cuesta US $ 20. La podéis pedir a: Casilla de Correos 26. Sucursal 25, (1425) Buenos Aires. Argentina.
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ALTERNATIVA RACIONAL A LAS PSEUDOCIENCIAS
La asociación Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP) trata de fomentar la investigación crítica de las supuestas manifestaciones de lo paranormial y los hechos presuntamente situados más allá de los límites de la ciencia siempre desde un punto de vista racionalista, científico y responsable, y dar a conocer los resultados de tales investigaciones a la comunidad científica y al público en general.
Para alcanzar estos objetivos, la asociación:
1. Mantiene un equipo de personas interesadas en examinar criticamente las supuestas manifestaciones de lo paranormal y los hechos situados más allá de los límites de la ciencia.
2. Está en contacto con asociaciones similares de todo el mundo, estableciéndose para cada caso el tipo de relación que se estima conveniente.
3. Propicia y encarga investigaciones a estudiosos objetivos y neutrales de las áreas que sea necesario.
4. Prepara bibliografías de materiales publicados que analizan cuidadosamente los temas objeto de estudio.
5. Publica artículos, revistas, monografías y libros que examinan las supuestas manifestaciones de lo paranormal y los hechos presuntamente situados más allá de los límites de la ciencia.
6. Organiza conferencias y simposios, y asiste a los medios de comunicación para ponerse en contacto con la opinión pública.
7. No rechaza los hechos a priori, antes de investigarlos, sino que los examina objetiva y cuidadosamente antes de manifestase al respecto.
Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP) es una entidad cultural y científica sin ánimo de lucro, La Alternativa Racional es el órgano informativo oficial de la asociación.
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