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rédulos y negadores de la hipnosis están de acuerdo 

en algo: en admitir una imagen falsa o por lo menos 

muy equivocada de lo que es la hipnosis. Admiten 

que el hipnotizador ejerce un gran control sobre otras perso-

nas (hipnotizados) solo mediante su palabra, como si fueran 

robots o autómatas, y que puede lograr solo con decírselo 

que esas otras personas hagan todo lo que él quiera, incluso 

cosas  ridículas  o  vergonzosas,  y  hasta  ilícitas  o  inmorales. 

También, ambos consideran que la hipnosis es algo ajeno al 

ámbito científico, bien por ser algo que está más allá de la 

ciencia, en lo esotérico o inexplicable, o bien porque es sim-

plemente algo pseudocientífico y falso. 

Para empezar, hay que decir que la hipnosis es un objeto 

de estudio por parte de la comunidad científica (la hipno-

sis experimental) y también una técnica utilizada como 

adjunto en terapias del ámbito médico, de la psicología 

y la odontología (la hipnosis clínica). No es mero fraude o 

“engañabobos”. La hipnosis es objeto de investigación y apli-

cación  científica  desde  hace  siglos  y  también  actualmente: 

sin ir más lejos, en España tenemos al prestigioso Grupo de 

Trabajo “Hipnosis Psicológica” del Colegio Oficial de Psico-

logía de la Comunidad Valenciana, o a la “Asociación para el 

Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada (AAHEA)”. 

Otra cosa es que además haya sido usada (o mal usada o abu-

sada) por parte de mercachifles y truhanes con mayores o me-

nores intereses esotéricos y/o de espectáculo.

Podemos decir con el profesor Capafons, que “la hipno-

sis es un conjunto de procedimientos que generan un 

contexto donde se facilita el cumplimiento de las suges-

tiones en ciertas personas”. Las sugestiones son frases que 

HIPNOSIS

¿fenómeno real o fraude?

Andrés Carmona Campo, filósofo, mago y socio de ARP-SAPC.

¿Es auténtica la hipnosis, es algo real? ¿O es todo un engaño y una pequeña comedia entre alguien 

que hace de hipnotizador y otro compinche que hace de hipnotizado? ¿Las personas hipnotizadas 

adquieren cualidades especiales y paranormales: supermemoria, telepatía, regresiones a la infancia 

o vidas anteriores, etc.? ¿O todo es un fraude?

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ossier

(foto: archivo)

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el hipnotizador dice al sujeto que quiere hipnotizar para que 

realice ciertas acciones, y la hipnosis es el contexto creado 

por ciertos procedimientos para que ello ocurra mucho más 

fácilmente. La clave de todo radica en que el sujeto acabará 

realizando las sugestiones que le indica el hipnotizador pero 

(y esto es lo importante) su impresión o percepción (y la de 

quien lo observara) será la de que lo que hace o experimenta 

es algo automático e involuntario, ajeno a su voluntad. Así, 

por ejemplo, si el hipnotizador sugiere al sujeto que su mano 

es cada vez más y más ligera, el sujeto acabará por elevar su 

mano, aunque le parecerá que es su mano la que se eleva ella 

sola. De la misma forma, el hipnotizador podrá sugerirle que 

entrelace los dedos de sus manos y que no podrá separarlos, 

o incluso que experimente catalepsia (rigidez en un brazo o 

en todo el cuerpo), sensaciones de frío o calor, alucinaciones 

positivas (ver lo que no hay) o negativas (no ver lo que hay), 

etc. Todas estas sugestiones pueden clasificarse en tres gru-

pos: motoras, sensorio-fisiológicas y cognitivo-perceptivas. 

Dado que con la hipnosis lo que se pretende es que el su-

jeto hipnotizado experimente sus propias reacciones a las 

sugestiones del hipnotizador como si fueran automáticas 

e involuntarias (cuando en realidad son voluntarias), eso 

es lo que ha llevado a muchos mitos sobre la propia hipnosis. 

En realidad, todo lo que acontece en una sesión de hipnosis 

es producido voluntariamente por el sujeto hipnotizado, aun-

que su percepción es que ha sido algo que le ha acontecido

que ha sido algo involuntario y automático. Esto también es 

importante: el sujeto hipnotizado es también un sujeto ac-

tivo en todo el proceso, y no pasivo, de hecho es el principal 

protagonista del proceso hipnótico, todo lo cual resta mucha 

importancia al hipnotizador y elimina el halo de misterio del 

que la mitología le ha rodeado como alguien especial con 

poderes también especiales para anular la voluntad ajena y 

manejarla a su voluntad. 

A partir de aquí es relativamente fácil ir eliminado mitos 

sobre la hipnosis. Por ejemplo, el mito según el cual la hip-

nosis es un “estado alterado de conciencia”, un “trance” 

o un tipo de sueño o estado intermedio entre el sueño y 

la vigilia. Nada de eso. Si acaso, eso tan solo se le sugiere 

a la persona a hipnotizar para crear la atmósfera o contexto 

adecuado para la hipnosis (“Ahora vas a dormir”, “Uno, dos 

y tres, ¡duerme!”) pero no es que la persona se duerma, entre 

en trance ni le pase nada de eso. La persona hipnotizada tan 

solo está en un contexto más apropiado para realizar las su-

gestiones del hipnotizador, pero igual que hay otros contex-

tos en los que es más fácil realizar aquello que otras personas 

nos indican y que no haríamos en otros contextos distintos 

(imagínese, por ejemplo, lo que alguien puede llegar a hacer 

en el contexto de una fiesta de fin de año o una despedida de 

soltero, e imagínese a la misma persona en su oficina o en 

una cena con sus suegros). 

Por la misma razón, el hipnotizador no tiene ningún po-

der especial sobre la voluntad de los demás, tan solo sabe 

realizar correctamente las sugestiones para que los hipnoti-

zados  las  experimenten  como  automáticas  e  involuntarias 

(¡pero no es que les duerma realmente ni les haga nada má-

gico!). Y por la misma regla de tres, la persona hipnotizada 

no pierde el control sobre lo que hace ni es un robot en 

manos de nadie, ni por supuesto se la puede obligar a realizar 

nada inmoral o ilegal que no quiera hacer, y de hecho no se 

la puede obligar a realizar nada que no quiera hacer o que 

no estuviera dispuesta a llevar a cabo. Evidentemente, es im-

posible hipnotizar a alguien si no quiere ser hipnotizado, ni 

mantenerle hipnotizado si no quiere seguir estándolo. 

Obvia decir que la persona hipnotizada puede equivo-

carse o incluso mentir, lo que elimina otro mito sobre la hip-

nosis: que pueda servir para recuperar de forma totalmente 

fiable recuerdos olvidados o para realizar regresiones a etapas 

infantiles de la propia vida, y mucho menos a otras supuestas 

vidas pasadas. Los testimonios sobre regresiones de este tipo 

se deben a la inducción de falsos recuerdos por parte del 

hipnotizador y no a ninguna propiedad especial de la hipno-

sis para nada de eso. 

Por último, resta indicar los usos terapéuticos que puede 

tener la hipnosis, y que principalmente se dan en el ámbito 

de terapias propias de la Medicina, la Psicología y la Odon-

tología. En este sentido, hay que aclarar que la hipnosis no 

es una terapia en sí misma, sino un adjunto en el contexto 

de una terapia más amplia y realizada siempre por un profe-

sional titulado oficialmente en esas ciencias. Es decir, que el 

uso legítimamente terapéutico de la hipnosis es el que rea-

liza quien, teniendo titulación en Medicina, Psicología u 

Odontología, además tiene formación específica en hipno-

sis y la utiliza como una técnica más entre otras a la hora 

de atender a una persona. Por lo que no es nada recomendable 

acudir a ningún supuesto hipnotista o hipnotizador que se pu-

blicite como tal o como “hipnoterapeuta” y cuya terapia con-

sista exclusivamente en la hipnosis, ni tan siquiera si (o más 

bien sobre todo si) pretende acreditarse con algún supuesto 

título en Hipnoterapia, ya que no existe ninguna titulación 

oficial (auténtica) de este tipo: tan solo existen cursos de post-

grado en hipnosis para profesionales previamente titulados y 

colegiados en Medicina, Psicología y Odontología, y que por 

lo tanto son los únicos con autoridad suficiente para atender-

nos usando la hipnosis si es necesaria. 

Y no hace falta decir que, puesto que la hipnosis no es una 

terapia sino una técnica más dentro de una terapia, la hipno-

sis no puede lograr lo que otras técnicas tampoco puedan 

hacer: la hipnosis no es efectiva allí donde otras formas de 

actuación terapéutica tampoco funcionan. Si un problema 

médico, psicológico o de otro tipo no puede tratarse sin hip-

nosis, tampoco mejorará con hipnosis. 

Para leer más: 

http://www.grupohipnosiscopcv.es/index.htm: página web del Gru-

po de Trabajo “Hipnosis Psicológica” del Colegio Oficial de Psicología 

de la Comunidad Valenciana. En ella se puede encontrar práctica-

mente toda la información pertinente y necesaria sobre lo que es la 

hipnosis y los mitos que la rodean, y hacerse una idea correcta de 

todo ello. 

http://www.aahea.net/blog/:  página  web  de  la Asociación  para  el 

Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada (AAHEA), que agrupa 

a los principales profesionales e investigadores de la hipnosis desde 

la perspectiva científica y en sus aplicaciones en la Psicología, Me-

dicina y Odontología. 

Capafons, A. (2001). Hipnosis. Madrid: Síntesis. Uno de los mejo-

res libros de introducción a la hipnosis en general y a la hipnosis clí-

nica en particular, y con el que iniciarse en el conocimiento científico 

sobre la hipnosis, lo que es, lo que no es, los mitos sobre ella, y sus 

aplicaciones terapéuticas. 

González-Ordi, H. (2001). La hipnosis: mitos y realidades. Málaga: 

Aljibe, S.L. Otra obra accesible, amena y rigurosa en la que se deslin-

da claramente qué es, en qué consiste y cómo se aplica la hipnosis, 

y de los mitos y falsedades que la rodean y que se divulgan sobre 

ella.