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el esc

é

ptico

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L

isa Simpson se prepara para 

la feria de ciencia en la es-

cuela elemental de Spring-

field. Se le acaba de caer un diente 

de leche y quiere comprobar si la 

Buzz-cola será capaz de disolverlo. 

Mientras tanto su hermano Bart fro-

ta un globo contra su pelo y va dan-

do descargas de electricididad está-

tica a todo el que se cruza con él.

Justo en el momento en que Lisa 

observa su experimento se acerca 

Bart con su globito y consigue que 

una chispa caiga sobre el diente 

en la Buzz-cola. Lisa observa los 

resultados al microscopio; lo que 

parecían moléculas simples son pe-

queños hombrecitos. 

Hasta aquí nos interesa este frag-

mento del episodio (número 1 de 

la octava temporada) dedicado a 

historias de terror para Halloween. 

En apenas cuatro minutos Matt 

Groening desarrolla una delirante 

historia: esos hombrecillos crean 

una civilización y una religión –la 

protestante-, adorarán a su diosa 

(Lisa), temerán al demonio (Bart) y más cosas.

¿Se pudo originar así la vida en nuestro planeta?

Esta historia está inspirada en uno de los experimentos 

cruciales de la historia de la ciencia, el experimento de Mi-

ller-Urey. En 1953 estos investigadores, calentaron durante 

unos días una mezcla de moléculas sencillas: agua, metano, 

amoniaco e hidrógeno, aplicaron descargas eléctricas y ana-

lizaron el resultado. Encontraron moléculas más complejas 

como la glucosa y algunos aminoácidos, los ladrillos con los 

que nuestro cuerpo fabrica las proteínas. 

Entonces, si sabemos fabricar moléculas complejas a par-

tir de sencillas, ¿podemos fabricar seres vivos en un tubo de 

ensayo? Hay una objeción técnica, pues el más sencillo de 

los virus es una estructura muy, muy compleja. También hay 

quien  ha  encontrado  objeciones  filosóficas  a  esta  idea  tan 

materialista de que somos simples moléculas. Piensan que 

no somos sólo materia sino algo más, una ‘fuerza vital’ (vis 

vitalis, en latín) que aparece en los seres animados y que se 

pierde cuando se muere. 

Este no es el único caso en el que la ciencia ha invocado 

la existencia de alguna sustancia para explicar fenómenos: el 

flogisto explicaba hasta finales del siglo XVIII qué tienen en 

común las sustancias que arden o el éter, que a finales del S. 

XIX se proponía como el medio en el que viajan las ondas 

electromagnéticas (la luz, las de radio, televisión, microon-

das…)

 Para el profesor

La receta de Lisa para fabricar vida*

*El título está tomado del estupendo libro de Paul 

Halpern WHAT’S SCIENCE EVER DONE FOR 

US? What the Simpsons can teach about Physics, 

robots, life and the Universe. Desgraciadamente no 

existe versión en castellano. Si te interesa el tema 

puedes encontrar otros libros similares como el de 

Marco Malaspina, La ciencia de los Simpsons

No es extraño que haya unos cuantos libros –y 

webs- sobre la ciencia y los Simpsons puesto que 

pocas series de dibujos animados tienen tanto con-

tenido científico como ésta. Si sigues a estos seres 

amarillentos de cuatro dedos, conocerás el tomacco, 

la silla eléctrica ecológica con células fotovoltaicas, 

blinky el pez de tres ojos…