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Edmund Hillary muestra una ilustración de un yeti a los periodistas
antes de la partida de la expedición de 1960.
(Foto: National Geographic: Sir Edmund Hillary, a Life in Pictures)
Una
enciclopedia
de las
afirmaciones, fraudes y engaños de
lo oculto y lo sobrenatural
primera entrega
James Randi
Abaris. Considerado como el profesor de Pitágoras,
Abaris fue un mago de Escitia, una antigua civilización si-
tuada en la orilla norte del Mar Negro. Afirmaba poseer una
flecha de oro, donada por el propio Apolo, por medio de la
cual podía viajar a través del aire y volverse invisible. No
está claro cómo se supone que esto iba a producirse, pero
estos detalles son poco importantes en comparación con su
principal aseveración.
Se cree que Abaris vivió sin comer ni beber. Esto último,
junto con la creencia de que su discípulo Pitágoras robó su
flecha dorada, debió haberle causado cierta insatisfacción
con su vida.
Abdelaziz. (también Alchabitius). Un astrólogo árabe del
siglo X cuyo libro sobre astrología, Alchabitius cum com-
mento, fue publicado en latín en 1473 y posteriormente en
veneciano en 1503. El libro no es más claro o útil que cual-
quier otro libro de esta temática. Simplemente es antiguo.
Abominable Hombre de las Nieves. Conocido en dis-
tintos lugares como Yeti, Bigfoot, Meh-Teh y Sasquatch,
se cree que esta criatura insustancial tiene una altura com-
prendida entre 2 y 3 metros, unos pies el doble de grandes
que los de los humanos y un perceptible aroma desagrada-
ble. Ha sido visto en el Tibet, Nepal, China, Liberia, Cana-
dá y en el Noroeste de los Estados Unidos.
En 1832, un informe del embajador del Reino Unido en
Nepal describió a una criatura hirsuta que supuestamente
había atacado a sus sirvientes. Los nativos llamaron a la
bestia “rakshas”, que significa demonio. Este parece ser
el primer informe del Hombre de las Nieves realizado por
un oriental.
Un impresionante informe fue realizado por unos mon-
tañeros que cruzaron el Himalaya en 1951 y fotografiaron
gigantescas huellas de pies que medían entre 33 y 46 centí-
metros. No obstante, las huellas dejadas en la nieve tienden
a agrandarse cuando son expuestas al sol directo. Esto pue-
de explicar muchos de los rastros que se atribuyen al Hom-
bre de las Nieves, ya que las huellas pequeñas de animales
nativos tienden a extenderse con el calor.
Otros rastros encontrados en Canadá y en los Estados
Unidos son bromas confesas, aunque los “expertos” algunas
veces los han validado como genuinas huellas de especies
desconocidas. En un fragmento de película filmada en 1967
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por Roger Patterson en Bluff Creek, California, aparece un
Bigfoot hembra alejándose de la cámara. La película ha sido
calurosamente discutida a lo largo de los años y constituye
la mejor de todas las evidencias respecto de
la existencia de
esta criatura.
Es posible que el propio Patterson fuese engañado; la fi-
gura que vio y filmó puede haber sido una persona disfraza-
da. En la película de 1968 2001: Una odisea en el espacio,
la mayor parte de los espectadores no se dieron cuenta que
los monos que se mostraban eran actores con disfraz soste-
niendo a bebés chimpancés auténticos. La película de 1989
Gorilas en la niebla usó actores con disfraces que resultaron
totalmente convincentes. La imagen de Patterson no es de
ninguna forma tan buena como estas representaciones, aun-
que no podemos esperar que un Bigfoot genuino se mueva
como un mono, más bien como un humano vestido con un
disfraz poco confortable.
Mientras que la existencia de semejantes criaturas no es
del todo imposible, dos elementos hablan en su contra: pri-
mero, tendría que existir un considerable número de ellas
para mantener la reserva genética y de esta manera asegurar
la supervivencia de la especie; es difícil imaginar que una
población de animales tan grandes pudiera evitar con éxito
ser detectada. Segundo, los hechos demuestran que, hasta
ahora, no se ha encontrado ni la menor prueba material (pelo,
piel, huesos, excrementos) de esta criatura, aunque una vez
se mostró un cráneo de chimpancé que es aún reivindicado
por devotos de esta fascinante leyenda.
Abracadabra. Es el nombre de la deidad suprema de
los asirios
.
Es también una palabra mágica que aparece a
menudo en amuletos siendo mencionada originalmente por
el médico del siglo III Quintus Severus Sammondicus. Se ve
a menudo en la configuración de un triángulo que se reduce:
A B R A C A D A B R A
A B R A C A D A B R
A B R A C A D A B
A B R A C A D A
A B R A C A D
A B R A C A
A B R A C
A B R A
A B R
A B
A
Se pensaba que ciertos diablos se reducirían y desvanece-
rían del mismo modo como la palabra lo hacía. Este término
fue usado comúnmente por ilusionistas en la culminación de
un truco. En la actualidad no se utiliza mucho y, en cualquier
caso, es totalmente inefectiva. Véase también talismán.
Abraham el Judío. (¿1362?-¿1460?) Un alquimista/
mago de Maguncia, una ciudad al oeste de Coblenza, Ale-
mania. Descendía de una familia de magos y viajó a través
de Austria, Hungría, Grecia, Constantinopla, Arabia, Palesti-
na y Egipto, donde encontró a un mentor mago, Abra-Melin,
con el que estudió. Finalmente se asentó en Würzburg, Ale-
mania, donde se casó.
Realizó sus maravillas ante Enrique VI de Inglaterra, el
Papa Juan XXIII (el primero), y el Emperador Segismundo
de Alemania.
Un tomo que se supone escrito por Abraham titulado The
Book of the Sacred Magic of Abra-Melin, as delivered by
Abraham the Jew unto his son Lamech, cuenta al lector cómo
“invocar tempestades”, tener visiones, “invocar espíritus fa-
miliares”, revivir a los muertos y caminar bajo (no sobre) el
agua. Las instrucciones de cómo obtener estos convenientes
poderes se siguen de observaciones respecto de “comedias,
óperas y todo tipo de música y danzas”. Todas estas habili-
dades se obtienen mediante la cábala.
Abraham era intolerante con los otros magos, creyendo
que él – y su héroe, Abra-Melin- eran los únicos magos dig-
nos de consideración. Esto es un engaño común entre gente
de esta índole.
Abra-Melin. Profesor de Abraham el Judío, que pode-
mos ver arriba.
Abrams, Dr. Albert (1863-1924). Consumado curande-
ro, Abrams era un médico graduado por la Universidad de
Heidelberg (en 1893) que se trasladó a los Estados Unidos
para ser profesor de patología en la Universidad de Stanford,
posición que mantuvo durante 5 años. Entonces desarrolló
el método de diagnóstico que bautizó como “espondilotera-
pia”,
que consistía en golpear las vértebras con un martillo.
Esto lo distanció de sus colegas de Stanford, y quizás tam-
bién de algunos de sus pacientes.
Abrams abandonó Stanford y empezó a enseñar espon-
diloterapia a otros médicos por una tarifa de 200 dólares.
Después elaboró la idea de diagnosticar enfermedades por
medio de una caja hermética, con una apariencia científica
y de color negro, que llamó Dynamizer. Este dispositivo,
afirmaba, funcionaba a cualquier distancia analizando una
gota de sangre del paciente y ¡podía incluso determinar la fi-
liación religiosa del paciente! Muchas personas, incluyendo
algunos doctores, le creyeron.
Pronto Abrams estuvo enviando curas a sus pacientes me-
diante ondas de radio a través de otro dispositivo sanador
que llamó el Omnipotent Oscilloclast. Otras variedades de
estas cajas eran el Biodynamometer y el Reflexophone. La
verdad es que sus pacientes se tomaron todo esto muy en
serio pagando espléndidamente por sus servicios.
Las distintas cajas de Abrams estaban disponibles en al-
quiler para futuros curanderos espontáneos, pero se sellaban
a conciencia. El acuerdo era que el arrendatario no podía
examinar el interior del dispositivo. Cuando unos pocos es-
cépticos abrieron las cajas, simplemente encontraron cables,
unas pocas resistencias, un pequeño motor que solo hacía un
ruido amortiguado, y nada que de alguna manera pudiera
realizar un diagnóstico o enviar e incluso producir ondas de
radio.
Los investigadores incluso enviaron a Abrams gotas de
tinta roja, siendo aún el dispositivo capaz de encontrar enfer-
medades humanas en las muestras. Una gotita de sangre de
pollo conllevaba un diagnóstico de cáncer, malaria, diabetes
y dos enfermedades venéreas distintas. Parecía que el pollo
había tenido una vida inusual en una existencia de apenas
un año.
La Asociación Médica Americana llamó a Abrams el “de-
cano de los charlatanes del siglo XX”. Murió muy rico en
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1924 con un patrimonio de millones de dólares. Ver también
George De la Warr y Ruth Drown.
Abraxas (también Abracax o Abrasax.) El dios supremo
de los gnósticos representado con la cabeza de un rey y con
serpientes como pies. También Abraxas es una “palabra de
poder” gnóstica y un nombre divino con significado mágico.
Se dice que fue una vez usado como nombre de marca para
una aspiradora fabricada por Proctor & Gamble, siendo rá-
pidamente retirada del mercado después de que seguidores
de la Biblia lanzaran su proclama habitual sobre satanismo.
Actorius. Una piedra encontrada en la molleja de un ca-
pón, usado como amuleto o talismán, para obtener coraje,
aunque debido a intervenciones quirúrgicas los capones no
se caracterizan por su coraje. Es simplemente un agregado
de varias substancias minerales y puede ser definida como
una perla aviar. No tiene demanda como gema.
Acupresiónver acupuntura.
Acupuntura. Se cree que el (probablemente mítico)
gobernador chino conocido como el Emperador Amarillo
(Huang-ti, 2704 A.C.-¿?) trajo el arco y la flecha, la escri-
tura, el pozo de agua, los zapatos y el calendario a sus súb-
ditos. También se cree que escribió un manuscrito médico,
Nei Jing, que aún es utilizado por los modernos sanadores.
Basándose en materiales mucho más antiguos, el libro
postula un teórico fluido-gas-plasma llamado qi (pronuncia-
do como chi). El estudio de esta substancia o influencia es
conocido como qi gong (pronunciado como chi gang). Se
considera que el qi circula a través del cuerpo por medio de
canales llamados meridianos. Hay doce o catorce meridia-
nos mayores.Ya que la disección del cuerpo fue prohibida en
la antigua cultura china, probablemente eran las venas y ar-
terias que ocasionalmente se veían después de catastróficos
accidentes, confundiéndose con estos conductos para el qi.
Un gran número de “puntos de acupuntura” están especi-
ficados en el cuerpo, y agujas muy finas, tradicionalmente de
oro o plata, se insertan
en estos puntos estando el paciente
en una orientación determinada (norte-sur) a la vez que se
giran
rápidamente entre los dedos. Se piensa que esta téc-
nica proporciona efectos analgésicos, anestésicos e incluso
curativos.
Una forma de la acupuntura utiliza solo la oreja, la cual se
considera como un homúnculus. Las agujas se insertan en
varias partes específicas de la oreja que representan partes
del cuerpo entero. Un doctor de California ha desarrollado
un tratamiento a base de grapas en la oreja y afirma que ayu-
da a los pacientes a perder peso, abandonar adicciones y mu-
chas otras cosas. Muchos obesos adictos a las drogas juran
que este sistema funciona.
Una variante en la que se substituyen las agujas por la
presión de los dedos es conocida como acupresión, también
llamada “shiatsu”. Comprensiblemente, esta forma es más
popular que la versión con agujas.
Traducido por Antoni Escrig Vidal
Albert Abrams con uno de sus artefactos (Foto: archivo)