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EPISTEMOLOGÍA
el escéptico
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U
na visión simplista de la
percepción y el análisis
puede verse, desde el
punto de vista psicológico como la
existencia de dos mundos: el
"mundo exterior" y "mi mundo".
El mundo exterior es la realidad tal
y como es. "Mi mundo" es tan
parecido al mundo real como lo
permiten mis sentidos si y sólo si
realizo un análisis crítico de mis
percepciones. Éstas pueden ser
engañosas o incompletas, tanto a
través de mis sentidos como de
forma instrumental.
Desde mi punto de vista, tal acti-
tud crítica sólo se puede realizar
teniendo un espíritu científico.
Esta actitud consiste básicamente
en aplicar el método científico a
nuestras percepciones, mientras
sea posible, o aproximarnos a
dicho método tanto como poda-
mos cuando la realización comple-
ta del método no sea posible.
Algunas características de la cien-
cia que son comunes a casi todas
las concepciones posibles son las
de concisión, claridad y precisión
en la declaración de hipótesis, teo-
rías, modelos o leyes.
- La concisión consiste en expresar
las ideas de la forma más escueta
posible, sin circunloquios que pue-
dan empañar la transmisión de la
idea.
- La claridad implica que el len-
guaje utilizado no puede contener
ni prejuicios personales ni ambi-
güedades que permitan diferentes
interpretaciones de la misma afir-
mación.
- La precisión implica que nuestra
afirmación debe referirse a un con-
junto de sucesos
claramente defi-
n i d o s e n u n
marco físico bien
definido.
La pregunta que
nos podemos
realizar es ¿se
puede exigir a la definición de lo
que es ciencia las mismas caracte-
rísticas que a la propia ciencia?
Realmente, al hablar de lo que es,
lo que estamos utilizando es un
metalenguaje. Ningún metalen-
guaje tiene por qué tener las mis-
mas características que el objeto
sobre el que habla. Sin embargo,
creo que estas características pue-
den ser exigibles de forma genéri-
ca y sobre todo a la epistemología
(la epistemología es la rama de la
filosofía cuyo objeto de estudio es
el conocimiento, especialmente el
científico).
Una de las características básicas
de la ciencia es su fiabilidad. Esta
fiabilidad no es la fiabilidad técni-
ca en lo que se refiere a las garan-
tías de un buen funcionamiento del
sistema que se trate. La fiabilidad
científica determina que una
estructura teórica
es fiable en la
medida en la que
explica los suce-
sos naturales y
permite predecir-
los correctamen-
te. Esta condición
de fiabilidad es
mucho más estricta que la pura-
mente técnica en la que fallos
suficientemente infrecuentes per-
miten asegurar una alta fiabilidad
del sistema. La fiabilidad científi-
ca es fiabilidad absoluta, no per-
mite un solo error. Uno solo puede
exigir una revisión completa de
una teoría.
LA CIENCIA
(UNA VISIÓN PERSONAL)
Lo que voy a presentar es una visión personal sobre lo que, en mi
opinión, es un concepto esencial para el razonamiento crítico: la
ciencia y su método. Como visión personal es sólo una opinión que
espero que encuentre, amigo lector, estructurada y razonable. Opino
que el conocimiento del método (sea éste el que sea) permite, tanto
su aplicación de forma directa o como aproximada, tener una visión
razonablemente crítica sobre los sucesos diarios que difícilmente
pueden serlo sin él.
La fiabilidad científica
es fiabilidad absoluta,
no permite un solo
error. Uno solo puede
exigir una revisión
completa de una teoría
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Es fácil estar de acuerdo,
en cualquier caso, en que
la ciencia tiene como ele-
mento esencial no sólo la
fiabilidad, sino también la
inferencia. Existen dos
tipos de inferencias: la
inducción y la deducción.
La inducción consiste en
remontarse desde los casos
particulares a las leyes
generales y la deducción
es el proceso inverso.
Durante mucho tiempo se
pensó en que la inducción
era el método científico
por excelencia, gracias al
cual se pasaba de la expe-
riencia a las leyes y de
éstas a las teorías. Aunque
muchas veces esta sea la
praxis, la realidad es que
las teorías así realizadas
están fuertemente influen-
ciadas por las preconcep-
ciones de los investigado-
res. Por ejemplo, mediante balan-
zas y pesas no podemos determi-
nar si la masa es una magnitud
escalar o vectorial ni de cómo se
relaciona con el peso, de tal forma
que cualquier elección a partir de
los hechos (medidas) determina-
dos por las balanzas está forzosa-
mente influida por los prejuicios
de los científicos. La medición es
sólo significativa
científicamente si
disponemos de la
teoría que permita
construir los instru-
mentos e interpretar
sus datos. Sin
embargo, la inferencia deductiva
tiene un comportamiento lógico
mucho más fuerte.
Para explicarlo creo que lo mejor
puede ser un ejemplo. Planteemos
una hipótesis: "Todos los animales
vuelan". Deducimos de esta hipó-
tesis que los pájaros, que, eviden-
temente son animales, vuelan. Y lo
comprobamos experimentalmente.
Hemos demostrado que la hipóte-
sis es cierta. Este ejemplo permite
ver la regla lógica que dice que de
una falsedad pueden deducirse
consecuencias verdaderas (la ver-
dad del consiguiente no se sigue
del antecedente). Pero este método
va más allá,
porque, a pesar
de esta debili-
dad, el método
se refuerza con
la experimen-
tación porque
basta un sólo caso para demostrar
la falsedad del antecedente. De ahí
la provisionalidad de las teorías.
Una vez esbozado el método cien-
tífico y antes de entrar en una defi-
nición más rigurosa de ciencia voy
a plantear unas cuantas definicio-
nes que son necesarias para inter-
pretar correctamente las afirma-
ciones siguientes. Estas definicio-
nes pueden no coincidir con la
definición común de las palabras a
utilizar. En lugar de estas palabras
podría utilizar un conjunto de asig-
naciones como: certeza="x" o ver-
dad="1", sin embargo, eso conver-
tiría a este texto en algo engorroso
y difícil de seguir por personas no
habituadas a este tipo de lenguaje.
Veamos dichas definiciones:
Verdades: son afirmaciones
incontestables sobre las que no se
puede verter duda alguna. El ejem-
plo típico es 2+2=4 en base mayor
que 4. Es algo incontestable. Es
más, podríamos reducirlo a || + || =
|||| puesto que con palotes (cosas)
ya no dependemos de ninguna
base. Por desgracia, esta defini-
ción sólo permite realizar afirma-
ciones con esta cualidad de "ver-
el escéptico
57
La ciencia tiene como
elemento esencial no
sólo la fiabilidad, sino
también la inferencia
Artículo de Einstein, publicado en la revista científica Annalen der Physik en 1916,
sobre la Teoría General de la Relatividad (Archivo)
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el escéptico
58
dad" dentro de los lenguajes for-
males.
Certezas: son afirmaciones
seguras. Sobre estas afirmaciones
se pueden plantear dudas que las
ponen a prueba. El ejemplo es, si
estando en la superficie de la
Tierra suelto una piedra esta cae
con movimiento acelerado hacia el
centro del planeta. Estoy seguro de
que sucederá, sin embargo no es
algo incontestable. Más adelante
veremos que si no realizamos esta
afirmación con suficiente preci-
sión no tiene ni tan siquiera la cua-
lidad de certeza.
Falsedades: son afirmaciones
que son contradictorias con obser-
vaciones del mundo físico.
o Falsación: es el proceso por el
cual se demuestra que una afirma-
ción es falsa.
o Falsabilidad: es una propiedad
de las afirmaciones. Las afirma-
ciones falsables tienen la propie-
dad de que es posible diseñar
experimentos en los que una res-
puesta determinada podrían falsar
la afirmación. No hay que confun-
dir esta capacidad con el hecho de
la falsación.
El criterio de falsación es un crite-
rio de demarcación. Es decir, es
una frontera entre aquellas afirma-
ciones que, con seguridad, no pue-
den ser llamadas científicas del
resto. Como criterio de demarca-
ción nos sirve para eliminar un
conjunto de afirmaciones que no
tienen el carácter de científicas.
Las afirmaciones científicas nunca
son verdaderas, sólo son ciertas.
Pero son ciertas sin duda alguna.
Es decir, las predicciones que se
deducen de las teorías científicas
siempre son ciertas. Sin embargo,
puede suceder que alguna vez,
estas predicciones no se cumplan
(dado que carecen de la cualidad
de ser ciertas). Si esto sucede, se
pone en marcha el método científi-
co para determinar si el suceso
esperado en cuestión no ha tenido
lugar por causas que no han sido
tenidas en cuenta. Si no es así, el
suceso en cuestión niega toda la
teoría.
El criterio de demarcación no es ni
más ni menos que el modus tolens
del método hipotético-deductivo-
experimental. Sólo
un experimento
negativo sirve para
derrocar una teoría.
Este método deter-
mina exactamente
lo que es el conoci-
miento científico
de lo que no lo es.
Cualquier afirma-
ción que sufra este
proceso puede cali-
ficarse como afirmación científica.
Pero, ¿cómo se aplica este méto-
do? A partir de observaciones (lo
más común), conjeturas, uso de
drogas, sueños, intuiciones o cual-
quier otro método se genera una
hipótesis. Desde las hipótesis, y
utilizando las herramientas lógico-
matemáticas, se lleva a cabo un
conjunto de deducciones derivadas
de estas hipótesis, que permite
generar un amplio conjunto de
predicciones. Las predicciones
deben ser comprobadas poniendo
a prueba a la tozuda naturaleza en
condiciones controladas. Si los
experimentos concuerdan con las
predicciones y la hipótesis es fal-
sable
entonces estamos ante una
afirmación científica. Los experi-
mentos son las evidencias necesa-
rias para confirmar las hipótesis.
En muchos casos, se confunde la
experimentación con la observa-
ción. La observación, en general,
no es un experimento pues carece
de los elementos de control nece-
sarios para que ninguna condición
extraña interfiera en los resulta-
dos, tanto para dar resultados
incongruentes con la predicción
como falsamente congruentes. No
son, en si mismas, pruebas de nada
sólo, como diría un abogado, prue-
bas circunstanciales. Muchas
hipótesis que de forma común
solemos calificar como científicas
están basadas en observaciones,
multitud de observaciones, sin
e m b a r g o ,
en sentido
estricto, no
son afirma-
ciones cien-
tíficas. Más
a d e l a n t e
analizaré la
calidad de
estas afir-
m a c i o n e s
que, sin ser
científicas, son, muchas veces,
grandes avances de conocimiento.
Como ya hemos comentado la
ciencia es provisional, pero tam-
bién es cierta. Esto permite asegu-
rar que la concepción científica de
la naturaleza es cierta, que nos va
a permitir interpretarla y predecir-
la pero que, tal vez, algún día
dicha certeza desaparezca sola-
mente por un hecho y que haya
que reconstruir dicha certeza en
unas nuevas condiciones.
Por otro lado, toda la ciencia se
construye sobre una inducción
como es la de que el espacio es
isótropo, es decir, que en cualquier
punto del Universo, las teorías
seguirán prediciendo los compor-
tamientos de la misma forma y los
experimentos resultantes darán el
mismo resultado. Esta inducción
es absolutamente indispensable
para la ciencia puesto que si no se
admite la isotropía, la ciencia se
Si los experimentos con-
cuerdan con las predic-
ciones y la hipótesis es
falsable entonces esta-
mos ante una afirmación
científica. Los experimen-
tos son las evidencias
necesarias para confir-
mar las hipótesis
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LA CIENCIA (UNA VISIÓN PERSONAL)
el escéptico
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convierte en un conocimiento
local y carente de validez más allá
del lugar en el que se realizan los
experimentos. Dada la experien-
cia, es muy razonable aceptar
dicha inducción como base de toda
la ciencia.
Aquí podría
acabar mi
exposición
sobre lo que
es y no es
ciencia. De
forma resu-
mida podría
decirse que la ciencia es el conoci-
miento cierto. El método de la
ciencia es el método hipotético-
deductivo-experimental y que el
criterio de demarcación nos permi-
te determinar a priori qué afirma-
ciones no son científicas. Sin
embargo, ante una afirmación tan
dura es necesario realizar muchas
consideraciones y puntualizacio-
nes que iré desgranando en los
siguientes párrafos.
Las hipótesis que superan todo el
proceso del método científico se
convierten en una teoría (o varias).
Pero las teorías científicas cam-
bian con el tiempo, nueva teorías
sustituyen a las antiguas. ¿Cómo
puede casar esto con la afirmación
de que las teorías son ciertas? Es
relativamente sencillo: la certeza
de las teorías nos permite estar
seguros de que las predicciones se
van a cumplir, sin embargo, si un
suceso niega una hipótesis quiere
decir que esta hipótesis era incom-
pleta o, en el caso peor, completa-
mente errónea.
A lo largo de la historia de la cien-
cia, pocas teorías han sido erró-
neas y la inmensa mayoría eran
simplemente incompletas. En
estos casos, las nuevas teorías
deben incluir a las antiguas como
teorías ciertas en condiciones res-
tringidas. Este es otra de las cuali-
dades de la ciencia. La ciencia es
acumulable, de tal forma que los
nuevos conocimientos no niegan
completamente a los anteriores
sino que los
complementan,
amplían y gene-
ralizan.
Un ejemplo típi-
co puede ser la
Teoría General
de la Relativi-
dad
frente a la
Teoría de Gravitación Universal.
La segunda se cumple en condi-
ciones de campo gravitatorio
pequeñas como aproximación de
la primera, más general pero más
compleja. En muchísimos casos,
nos sobra con la Teoría de
Gravitación Universal
para reali-
zar predicciones lo suficientemen-
te buenas como para que el error
cometido sea menor que la preci-
sión de nuestra medida del fenó-
meno.
Algunas veces, en el quehacer
científico aparecen nuevas hipóte-
sis para fenómenos para los que ya
existen teorías científicamente
correctas. En estos casos las teorí-
as entran en competencia en algo
que se podría hablar de una espe-
cie de "supervivencia de la más
apta". La más apta será la que sea
capaz de ser más congruente con
El método de la ciencia es
el método hipotético-
deductivo-experimental y
el criterio de demarcación
nos permite determinar a
priori qué afirmaciones no
son científicas
Karl Popper (Archivo)
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otras teorías, más amplia o más
simple.
Además de las teorías, tenemos
leyes y modelos. Las leyes son
sólo expresiones del conocimiento
experimental. Sucesos que se
cumplen en ciertas condiciones de
forma regular. Basta con recordar
la ley de Ohm como ejemplo prác-
tico. Esta ley sólo se cumple para
metales y dentro de ciertas condi-
ciones físicas. Respecto del méto-
do científico faltan las hipótesis y
la deducción se obtiene como
regularidad a partir de los experi-
mentos (dirección contraria).
Algunas leyes, con el tiempo, sir-
ven para generar hipótesis que son
capaces de resistir todo el proceso
científico. En estos casos las leyes
pasan, por si mismas, a ser teorías.
Los científicos llaman modelos a
dos cosas distintas. Los modelos
en sentido estricto son explicacio-
nes conceptuales de las observa-
ciones que sirven para comprender
procesos físicos. Se utilizan cuan-
do se carece de los métodos mate-
máticos necesarios para realizar
deducciones de forma lógico-
matemática y, por tanto, cuando se
es incapaz de predecir. Sin embar-
go, estos modelos sí que se ajustan
a las observaciones que se tienen
de la naturaleza y por tanto son
muy buenos métodos para adquirir
conocimiento. En estos casos lo
que falla es el elemento deductivo-
predictivo del método.
También se aplica la denomina-
ción de modelos a aquellas afir-
maciones que permiten ser ejecu-
tadas como si del método científi-
co se tratase pero en el que, en
lugar de experimentos sólo se dis-
pone de observaciones. En esta
situación, llamarlo teoría es real-
mente arriesgado por los motivos
que ya he expuesto anteriormente.
Con el tiempo, nuevos aparatos
matemáticos o tecnológicos per-
miten solventar las dificultades
que tenían los modelos para ser
teorías y pasan a serlo tras sufrir
todo el proceso conceptual que
debe seguir una teoría.
Tanto las leyes como los modelos
son elementos necesarios en el
desarrollo de la ciencia. No son
conocimientos ciertos en sentido
estricto, pero un modelo que expli-
ca de forma suficientemente gene-
ral las observaciones -cuando éstas
son muy numerosas- lo convierte
en el conocimiento más próximo
al científico de los que se puede
disponer. Las leyes son tecnológi-
camente muy útiles, aunque sólo la
expresión del conocimiento pura-
mente empírico permite que la téc-
nica continúe avanzando.
Hasta ahora no he hablado de nin-
guno de los corpus del conoci-
miento y creo que ya va siendo
hora. El método científico se ajus-
ta muy bien a conocimientos como
la física o la química; se ajusta
peor a la biología, la psicología o
la filología; muy mal a la historia o
a la filosofía; y no se ajusta -o lo
hace pésimamente- a la literatura o
la música. Hablando de los corpus
del conocimiento se hacen genera-
lizaciones que incurren en agra-
vios. Éstos son calificaciones
basadas en la proporción de afir-
maciones de cada uno de los cor-
pus
que pueden ser consideradas
como científicas y no al carácter
del campo en concreto.
Todos estos conocimientos son
perfectamente válidos para el
avance de la humanidad y sólo
unos pocos son científicos.
Entonces ¿para qué sirve el méto-
do científico? El método científico
sirve para delimitar qué afirmacio-
nes permiten realizar predicciones
seguras y cuáles son más o menos
dependientes de la situación, la
opinión, las culturas, las tenden-
cias estéticas, etcétera.
Eloy Anguiano Rey
el escéptico
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LA CIENCIA (UNA VISIÓN PERSONAL)
Pedro Mirabet