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52 (2004) el escéptico
L
a Luna, nuestro satélite
natural, tiene un gran efec-
to sobre la Tierra, siendo la
causante de sus mareas y afec-
tando la vida de muchos seres
vivos, mayoritariamente de vida
marina, como por ejemplo crus-
táceos (Camargo
et al., 2002;
Chatterji
et al., 1994), corales
(Gorbunov & Falkowski, 2002) y
peces (Di-Natale & Mangano,
19 91; Adam & Elie, 1994;
Linkowski, 1996). También se
encuentran estudios que hacen
referencia a la influencia de la
Luna sobre animales no mari-
nos, como puede ser en mamífe-
ros, como los oposums (Julien-
Laf
ferriere, 1997), o en anfibios,
como las ranas tropicales
(Brooke-Paris
et al., 2000).
Otros estudios hacen referen-
cia a nuestra especie, como la
influencia de la Luna en la inci-
dencia de enfermedades de distinta naturaleza
(Buckley
et al., 1993; Milulecky & Valachova
,
1996; Peters-Engl, 2001; Sok
et al., 2001), altera-
ciones de la conducta (Owen
et al., 1998) o en el
parto (Backe
et al., 1988; Cohen-M ansfield et al.
,
1989; Trap
et al., 1989; Ghiandoni et al., 1998;
Ong
et al., 1998; Waldhoer et al., 2002). Sin
embargo, ningún estudio muestra relaciones de
estas con la fase lunar, a excepción de Ghiandoni
et al. (1998) y Sok
et al. (2001). Éste último fue
realizado en un centro médico de Ljubljana
(Eslovenia), y en él se muestra una relación entre
la aparición de neumotórax espontáneo y el ciclo
lunar. De todos modos, la muestra es muy reduci-
da y puede llevar a conclusiones erróneas.
Éste efecto sobre nuestra especie también se
ve reflejado en las creencias populares de dife-
rentes culturas, con respecto a la agricultura,
ganadería, pesca, crecimiento del pelo, conductas
suicidas u homicidas, o en el momento del parto.
L
LA
A
L
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UN
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A
Y
Y
L
LO
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S
N
NA
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CI
IM
MI
IE
EN
NT
TO
OS
S
El presente estudio intenta ver sólo si existe
alguna relación entre el momento del parto y la
fase lunar existente en ese momento. Los datos
utilizados han sido cedidos por el Instituto
Universitario Dexeus, de Barcelona, y correspon-
den a todos los partos comprendidos entre los
meses de mayo de 1995 y Septiembre del 2002,
con un total de 13.704 casos.
Se han analizado distintos parámetros, como
la relación de sexos
(sex-ratio), dimorfismo sexual
al nivel de talla corporal y peso, así como las dife-
rencias en las semanas de embarazo según el sexo
del bebé.
Asimismo se ha estudiado la distribución de
los nacimientos a lo largo del año para ver si
seguían algún patrón estacional y,
finalmente, el
análisis de la influencia de la Luna en el momen-
Influencia de la luna en los
nacimientos en Barcelona
JORDI GALBANY y NÚRIA GARRIGA
Figura 1. La Luna, ¿influye en nuestro nacimiento? (A. López Borgoñoz)
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to del parto. Para éste último análisis, solamente
se consideraron aquellos partos espontáneos y
naturales, ya que en estos casos el momento del
parto no se ve influenciado por ningún factor
externo, como podrían ser cesáreas electivas, y la
Luna podría tener su efecto.
La población analizada presenta una sex-ratio
de 105,91 niños por cada 100 niñas, un valor
normal en nuestra especie (Zeitlin
et al, 2002).
Con respecto al dimorfismo sexual, existen dife-
rencias significat
i
vas para el peso y las semanas de
embarazo; siendo los niños de mayor peso al
nacer (promedio 3,259 kg) aunque con menos
semanas de embarazo (promedio 38,835 sema-
nas), mientras que las niñas nacen con menos
peso (promedio 3,140 kg) y con mayor tiempo de
embarazo (promedio 38,972 semanas). Por lo que
respecta a la talla no existen diferencias significat
i-
vas, siendo el promedio total de 49,049 cm.
Los nacimientos de la población analizada se
distribuyen a lo largo del año siguiendo un patrón
estacional, con un máximo de nacimientos en el
mes de mayo y un mínimo en febrero (figura 2),
siendo éste significativo para el análisis de
Edwards con la ji-cuadrado corregida para dos gra-
dos de libertad (_
2
(2g.l.)=81’387, P-
valor < 0’001)
(Edwards, 19 61).
Esta distribución se encuentra presente en
muchas poblaciones humanas y es atribuible a
múltiples factores que pueden ser de carácter
ambiental, biológico y sociocultural, por ejemplo
la actividad laboral, disponibilidad de luz, distri-
bución de las lluvias, temperatura, períodos vaca-
cionales o festividades religiosas o sociales
(Pascual
et al, 2000; Pascual et al, 2002).
Por último, en el análisis realizado sobre la
influencia de la Luna en los partos analizados, un
total de 4.324 nacimientos espontáneos, no se
observan diferencias significat
i
vas entre las fre-
cuencias de los nacimientos a lo largo del ciclo
lunar (p=0’391), siendo éstos
equifrecuentes, sea
cual sea la fase de la nuestro satélite.
En el análisis realizado
sobre la influencia
de la Luna
en los partos
analizados, no se observan
diferencias significativas
entre las frecuencias de los
nacimientos a lo largo del
ciclo lunar, siendo éstos
igualmente frecuentes, sea
cual sea la fase de la
nuestro satélite.
Este resultado concuerda con la mayoría de
estudios existentes en la bibliografía, con la única
excepción del estudio realizado por Ghiandoni
e
t
a
l (1998). Estudiaron un total de 1.248 nac
i-
mientos espontáneos a lo largo de tres años, obte-
nidos del Hospital Civil de Marche (Italia), en los
que se observaba un aumento de los nacimientos
el primer y segundo día después de la Luna llena,
especialmente en partos múltiples.
El resto de estudios no presentaron ningún
tipo de asociación entre el momento del parto, la
duración del embarazo o la mayor actividad en
salas de maternidad con relación a la fase lunar
(Backe
et al, 1988; Cohen et al, 1989; Trap et al,
1989; Ong
et al, 1998; Waldhoer et al, 2002). ■
el escéptico (2004) 53
Figura 2. Patrón de estacionalidad anual.
El sistema Tierra-Luna. Fotografía captada por la
sonda Galileo en diciembre de 1992, cuando ésta últi-
ma se hallaba a una distancia de 6,2 millones de kiló-
metros. (NASA)
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B
BI
IB
BL
LI
IO
OG
GR
RA
AF
ÍA
A
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