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El crecimiento e influencia de la pseudociencia en Rusia
se ha vuelto preocupante. Muchos dispositivos y esquemas
pseudocientíficos han ganado influencia dentro de las
organizaciones gubernamentales. Una comisión especial
de la Academia de las Ciencias de Rusia ha tenido algún
efecto en la reconducción del problema.
El final del siglo XX ha venido marcado por el boom de
la astrología, el misticismo y el ocultismo en muchos
países. En la URSS (durante el último año de su exis-
tencia) y luego en Rusia, la situación fue incluso peor
por una razón en especial. El colapso del sistema y el
fracaso de los antiguos ideales —unido a la ausencia de
otros nuevos— provocó que mucha gente confiara en
alguna clase de milagro. Los medios de comunicación
de masas contribuyeron a esa tendencia. Por culpa de
tal irresponsabilidad, la pseudociencia pudo tomar
posiciones en periódicos, revistas, radio y televisión.
En años recientes floreció un nuevo fenómeno: la
pseudociencia se convirtió en una fuerza poderosa y
bien organizada. Durante la última década aparecieron
en Rusia cerca de 120 academias, muchas de las cua-
les no merecen el nombre de tales. Algunas de ellas vie-
nen otorgando títulos inadecuados de doctores en dife-
rentes campos. Otras hacen lo mismo en disciplinas
pseudocientíficas, otorgando diplomas a astrólogos,
ufólogos y otros del mismo pelaje.
En Rusia han surgido, incluso, institutos de investi-
gación con tendencias pseudocientíficas. Daré sólo
dos ejemplos: el Instituto de Antropología del Espacio y
el Instituto Internacional de Física Teórica y Aplicada. El
primero se las ha arreglado para lograr obtener una
acreditación estatal con la ayuda del Ministerio Ruso de
la Ciencia. El segundo ha recibido apoyo financiero del
Ministerio de la Ciencia y del de Defensa para el cono-
cido fraude de los campos de torsión.
Es imposible la coexistencia pacífica entre ciencia y
pseudociencia. Cuando, de vez en cuando, la primera
intenta desenmascarar a la segunda, ésta última se
defiende con un odio violento. Los pseudocientíficos
están ansiosos por ganar méritos ante la Academia de la
Ciencia, dado que ésta representa un gran obstáculo
para estos “científicos” a medio hornear.
He aquí algunas citas obtenidas de estos sujetos: “A
finales del siglo XX, en la periferia de la ciencia acadé-
mica oficial, se ha compilado tal arsenal de hechos, de
conjeturas conceptuales y de teorías extravagantes en de-
manda de una comprensión sin prejuicios e integral, que
ha puesto a muchos científicos en la
expectativa de un nuevo paradigma
científico al comienzo del tercer mi-
lenio” y “el paradigma científico está
afortunadamente obsoleto. La era de
la ciencia materialista, la que no re-
conoce este hecho, se ha terminado”.
Al mismo tiempo, según afirman estos
‘científicos’, “la influencia del pen-
samiento en la composición de solu-
ciones químicas es un hecho proba-
do”. En consecuencia, “los más
¿Por qué
es
peligrosa
la
pseudociencia
?
EDWARD P. KRUGLYAKOV
1
INSTITUTO BUDKER DE FÍSICA NUCLEAR (RUSIA)
El
boom de la astrología, el misticismo y el
ocultismo en muchos países a fines del siglo XX
ha sido peor en Rusia, donde el colapso
del sistema de la antigua URSS y el fracaso de
los antiguos ideales —unido a la ausencia
de otros nuevos— provocó que mucha gente
confiara en alguna clase de milagro.
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prominentes físicos y filósofos del mundo alertan
sobre la inconsistencia entre el paradigma moder-
no y los fundamentos de la física”.
De ese modo, la pseudociencia predice un co-
lapso total de la ciencia salvo que se cambie el pa-
radigma científico. Mientras tanto, según afirma el
académico Z. I. Alferov, galardonado recientemente
con el Premio Nóbel, “... no se ha producido una
crisis en la física cuántica. Para la mayor parte del
reino de la física, ahora es un momento de paz”.
EL SURGIMIENTO DE LA ANTICIENCIA
¿Dónde está el origen de este apasionado deseo de
reemplazar el paradigma científico? He aquí lo que
dijo un pseudocientífico: “Hasta el momento el
dogma ampliamente extendido de los estudios experi-
mentales del siglo XX se ha basado en calificar como
‘científico’ tan sólo aquello que proporcione resultados
experimentales reproducibles independientemente del
lugar o la persona de donde se obtengan”. ¡Menudo
campo fértil para la pseudociencia si se suspendiera
este “dogma”! No habría ninguna necesidad de expli-
cación o evidencia repetible.
Uno de los teóricos principales de la así llamada
ciencia de los campos de torsión, el ‘académico’ G.
Shipov, ha dicho: “Ahora no existen dudas de la exis-
tencia de la telepatía, la levitación, la clarividencia, la
retrovisión o de esa energía que de forma consciente
juega cierto papel en los procesos físicos”. Y, dado que
la ciencia no lo reconoce, la misma, por tanto, “está
rezagada ante los nuevos descubrimientos”.
La ciencia ha sido desde hace tiempo demasiado
indulgente con la pseudociencia. Esto no puede conti-
nuar. La pseudociencia se vuelve peligrosa tanto para la
ciencia como para la sociedad. La bacanal del delirio
pseudocientífico ha comenzado a afectar incluso a las
esferas del poder. La pseudociencia ha comenzado a
ganarse el favor de las autoridades supremas del país.
En la década de los ochenta, por ejemplo, Chumak
y Kapirovsky [Nota de redacción: Dos divulgadores en la
URSS de teorías físicas pseudocientíficas]
se las arre-
glaron para acceder a la televisión, ¡a pesar del hecho de
que durante esos años ésta estaba controlada por el es-
tado! Tal cosa significa que los precursores de lo para-
normal aparecieron en dicho medio con el consentimiento
de los altos funcionarios. Dichas autoridades podían, al
menos, haberse enterado de que Chumak no era siquie-
ra original. Su truco con el agua “cargada” ya había sido
desenmascarado en el siglo XX por el físico americano
Robert Wood. Merece la pena mencionar el triste hecho
de que Kapirovsky llegó a exigir que se expusieran sus
ideas a miembros de la
Duma, así como que Chumak
también lo intentó.
Existe otro caso, concer-
niente a M. D. Maley, presi-
dente de la Comisión Inter-
parlamentaria para Problemas
Científicos y Técnicos en la
Industria de Defensa, del
Consejo de la Federación
Rusa. El objetivo que perse-
guía parecía más bien razo-
nable: “Desde el punto de
vista del Consejo de Seguridad, nuestra tarea es filtrar
correctamente las direcciones básicas y orientar la ges-
tión actual y futura del país con respecto a la posición
de lanzamiento en Rusia en esta revolución científico-tec-
nológica”.
Como preparación para los grandes avances cientí-
ficos, Maley creó un Centro de Investigación de Alcance
Nacional. Esto es digno de elogio en sí mismo: un ofi-
cial gubernamental de alto rango facilita el desarrollo de
la ciencia. Pero cuando se conocen los propósitos, uno
no puede menos que horrorizarse de la ignorancia del
funcionario: “La sustitución de los conceptos de física
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ACADEMIA DE LAS CIENCIAS DE RUSIA
Edificio del Presidium de la Academia de las Ciencias de Rusia.
Según el ‘académico’ ruso G. Shipov: “Ahora
no existen dudas de la existencia de la telepatía,
la levitación, la clarividencia, la retrovisión o
de esa energía que de forma consciente juega
cierto papel en los procesos físicos”. Y, dado que
la ciencia no lo reconoce, la misma, por tanto,
“está rezagada ante los nuevos descubrimientos”.
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cuántica por el de física del neutrón, de los de vacío y
vacuidad por el de campos del neutrino están en nues-
tra perspectiva. Contamos con algunos trabajos en el
ámbito de I+D que contradicen el sentido común y que
no pueden describirse mediante ninguna ecuación”.
Puede añadirse a esto otras muchas “perlas” que
caracterizan las actividades del Centro, pero considero
que carece de valor mencionarlas. Lo que sí menciona-
ría es que el Secretario del Consejo de Seguridad de
Rusia, que ha presidido dicho órgano durante los pri-
meros años de existencia de la nueva Rusia, O. Lobov,
se las ha arreglado para buscarse un hueco en la gloria.
Es quien patrocina la introducción en este país del
escandaloso culto al día del juicio final, Aum Shinrikyo.
MALA CIENCIA EN LUGARES ELEVADOS
Astrólogos, así como personas que dicen poseer pode-
res extrasensoriales y ‘científicos’ recién surgidos de
otras “ramas”, se están promocionando cada vez más
activamente dentro de la Duma estatal, en los ministe-
rios e incluso en círculos de la presidencia de la
nación. Cito a continuación algunos ejemplos recientes:
— Se ha dispuesto en el Ministerio de Medidas de
Emergencia un laboratorio de “extrasentidos” y, aunque
todavía no se ha informado de ningún resultado, el labo-
ratorio sin embargo sigue existiendo y tiene un apoyo
financiero.
— En el Ministerio de Defensa se ha dado empleo a
un astrólogo militar. Adicionalmente, el ministerio ha
creado una unidad militar especializada integrada por
psíquicos y otros que dicen tener poderes especiales. La
investigación se lleva a cabo de forma secreta. Tal se-
cretismo sin sentido es solamente ventajoso para los
funcionarios deshonestos. Incrementa las posibilidades
de corrupción y la imposibilidad de revisiones posterio-
res y de control.
— En el Ministerio de Defensa se creó también el
Centro de Medicina Extrema. En un primer vistazo, pue-
de parecer razonable. Sin embargo, vean lo que se cue-
ce allí, por boca del responsable del Centro, el profesor
P. Shalimov: “Hacemos experimentos con agua cargada
y estudiamos el aura humana”. Es bastante frecuente
ver en los medios de comunicación
quejas por la falta de fondos para el
ejército. Y al mismo tiempo, dentro
del Ministerio de Defensa, se emple-
an grandes sumas de dinero para
financiar varios programas de orien-
tación pseudocientífica.
— El diputado jefe de seguridad
del presidente, el general G. Rogo-
zin, como anexo a sus ocupaciones
principales, está relacionado con la futurología astroló-
gica y el ocultismo. A finales de 1998, Rogozin, basán-
dose en su análisis de las profecías de Nostradamus,
predijo el comienzo de una guerra nuclear entre julio y
agosto de 1999. Por suerte, hoy día esta persona ya está
fuera del círculo presidencial.
— G. Grabovoy, miembro de la Academia de Ciencias
Naturales, llevó a cabo un chequeo psíquico de puesta
a punto del avión de Boris Yeltsin. Recientemente, el
periódico Rossyskaya Gazeta revelaba a sus lectores que
Grabovoy había conducido una prueba subterránea de
armamento nuclear en Semipalatinsk, donde supuesta-
mente investigó la influencia de un aparato denomina-
do “módulo cristalino” en una explosión nuclear. Se afir-
mó que, conectando este dispositivo, se reducía dos
veces la fuerza de la misma. Pero, además, conectando
simultáneamente varios de estos artilugios, la fuerza de
la explosión podía llegar a neutralizarse completamen-
te. Con esta premisa, se añadía también que podía
emplearse en centrales nucleares como medida de segu-
ridad ante accidentes.
Ésta es una estafa demasiado evidente para cual-
quier físico. Sin embargo, yo tuve que llevar a cabo una
investigación oficial. Como resultado, se reveló que
Grabovoy jamás tomo parte en ningún chequeo de armas
nucleares en Semipalatinsk. Por tanto, tampoco realizó
allí ninguna prueba con el “módulo cristalino”. Supe
también entonces que este ‘doctor en ciencias técnicas
y físico-matemáticas’ jamás defendió ninguna tesis. En
el listado de la Academia Italiana de la Ciencia no apa-
rece ninguna mención al “académico” Grabovoy. Es tris-
te que el rotativo gubernamental Rossiskaya Gazeta
tome el pelo a sus lectores; además no es la primera vez
que ocurre.
En la anterior Duma estatal se perpetró una exhibi-
ción más bien estrambótica, en la cual el objeto en
cuestión fue un artilugio denominado sofa-extrasens,
que según se dijo servía para curar cerca de cien enfer-
medades incluyendo la impotencia y la frigidez. La mis-
ma Duma organizó debates sobre el problema de la
seguridad ufológica de la población rusa. Para entender
cómo pudo suceder esto, citaré a continuación la
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El diputado jefe de seguridad del presidente,
el general G. Rogozin, relacionado con la
futurología astrológica y el ocultismo, a finales de
1998, predijo el comienzo de una guerra nuclear
entre julio y agosto de 1999, basándose en su
análisis de las profecías de Nostradamus.
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declaración del vicepresidente del Comité
Ecológico de la Duma Estatal, el doctor en
ciencia técnica (!) V. Tetelmin: “La ciencia
ha revelado una cantidad suficiente de
ejemplos de que los procesos de bio-reso-
nancia natural afectan al organismo huma-
no. Por ejemplo, en nuestro planeta existen
muchas zonas geopatógenas bien conoci-
das. Su propiedad básica es la de cambiar
la progresión del tiempo. Así, los científi-
cos han detectado que los relojes de pre-
cisión fallan en la región donde cayó el
meteorito de Tunguska, en regiones donde
se han ensayado armas nucleares, en las
inmediaciones de Chernobyl y en otros
lugares ‘fatales’... Existen informes de la
existencia de anomalías en la progresión del
tiempo ubicadas ahí, donde se ha dado un inmenso flu-
jo de agua alrededor del círculo”.
Espero que a estas alturas haya quedado claro
quién pudo organizar semejante exhibición y quién pudo
intentar promover una ley sobre la seguridad “energéti-
ca-informática” para la población. Para la actual Duma,
sin embargo, no parece ser así.
LA MEDICINA ALTERNATIVA
La medicina alternativa ha medrado de una manera
espectacular. Está atrayendo a numerosos estafadores
sin escrúpulos, haciéndose con el dinero de enfermos
que no pueden obtener ayuda de la medicina tradicio-
nal. Estamos viendo aparecer en el mercado nuevos dis-
positivos médicos que proclaman su utilidad para curar
cualquier enfermedad.
Recientemente salió a la venta un aparato denomi-
nado New Cardiomag, al módico precio de 500 rublos
(unos 16 euros). Supuestamente sirve para tratar hiper-
tonía
, isquemia, hipertensión arterial, estenocardia y
jaquecas. Uno se cuestiona la honestidad de los auto-
res del dispositivo cuando se tiene acceso a lo procla-
mado por uno de ellos, el doctor en ciencia médica A.
P. Naumov, autor de la siguiente publicidad del
Cardiomag: “Se trata de una fuente de campo gravita-
torio autónoma ecológicamente pura, de corriente de
pulso bipolar y de campo magnético directo con unas
características de energía especiales” (Isvestya, 14 de
marzo de 2001). En el Isvestya del 24 de julio de 2001,
se describe otro aparato llamado Vita. No se crean que
éste se diferencia mucho de otros aparatos de inutilidad
manifiesta. Lo único que hace diferente a Vita es que
está promovido directamente por funcionarios de alto
rango en su propio beneficio. El viceministro de Trabajo
y Desarrollo Social, V. A. Yanvarev, solicitó a los órganos
federales de poder ejecutivo para asuntos federales, que
“facilitaran la introducción de Vita mediante el personal
medico”.
Y un diputado jefe en la estructura médica estatal, el
profesor E. Belyaev, recomendó imprudentemente “el uso
del dispositivo de seguridad bioenergetica Vita como me-
dio de protección individual contra la radiación electro-
magnética en fabricas y establecimientos, en terrenos,
en el transporte aéreo...” Hasta en el caso de que este
aparato protegiera realmente contra la radiación elec-
tromagnética, resulta impropio que un oficial guberna-
mental de alto rango se involucre en
estas actividades mercantilistas. Y,
tal como expresa Belyaev al final de
esa carta, “sobre cuestiones rela-
cionadas con la compra del dispo-
sitivo Vita, diríjanse por favor a...”
(dando dirección y teléfono de una
firma comercial), arroja muchas du-
das de que dicho oficial esté ac-
tuando en el asunto con mucha ob-
jetividad.
Se pueden citar dos conclusio-
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Es incomprensible por qué la Academia
de Ciencias Médicas guarda silencio ante
el fraude del dispositivo de seguridad
bioenergetica
Vita, en el que está implicado
el profesor E. Belyaev, el cual es un
diputado jefe en la estructura médica estatal.
ACADEMIA DE LAS CIENCIAS DE RUSIA
Instituto Budker de Física Nuclear.
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nes acerca del aparato: el producto Vita no entraña nin-
guna protección contra la acción biológica de los cam-
pos electromagnéticos, así como que la información téc-
nica que se facilita, tanto como la propaganda, engaña
a los potenciales clientes.
Es incomprensible por qué la Academia de Ciencias
Médicas guarda silencio ante semejante fraude. Es hora
de que expresen su opinión sobre ello.
Las siempre prósperas actividades de la pseudo-
ciencia tratan de conseguir dinero del gobierno, los con-
sumidores y la industria, mientras evitan los procedi-
mientos de supervisión por parte de expertos. Existen
numerosos ejemplos de pseudocientíficos que obtienen
dinero de fuentes estatales.
El caso que mejor se conoce el de la estafa basada
en los denominados campos de torsión. En suma, se tra-
ta de algunos “estudios” sobre antigravedad y sobre la
transmutación de los elementos, en un intento por obte-
ner oro (sin pasar por el conocido método de las reac-
ciones nucleares, sino por una versión moderna de la
alquimia).
LA LUCHA CONTRA LAS PSEUDOCIENCIAS
En semejante atmósfera, a finales de 1998 el
Presidente de la Academia de las Ciencias de Rusia, el
académico Y. W. Osipov, creó una Comisión Contra la
Pseudociencia y la Falsificación de los Estudios
Científicos con carácter especial. Una de las primerísi-
mas acciones emprendidas fue un llamamiento público
que contó con la aceptación y consideración del
Presidium de la Academia de las Ciencias de Rusia.
Este llamamiento se publicó en muchos medios de
comunicación rusos.
Los miembros de la comisión aparecieron muchas ve-
ces en periódicos, en revistas, en radio y en televisión,
dirigiendo sugerencias al gobierno. Creo que puedo afir-
mar que dicha comisión y su labor en los medios de co-
municación produjo algunas correcciones en la situación.
Surgieron algunos aliados entre los periodistas y se
consiguió que los horóscopos desaparecieran de algunos
periódicos, además de
que se diese cabida a
algunas secciones so-
bre ciencia. En suma,
se empezó a pedir con
mayor frecuencia a
científicos como invi-
tados a los programas
de televisión. Sin em-
bargo, tan sólo se tra-
ta de pequeños pasos.
La victoria sobre la
pseudociencia todavía se encuentra muy lejos.
Para concluir, quisiera destacar una historia más.
Hace unos 25 años, los timadores de las ciencias mar-
ginales impulsaron una idea en el ámbito gubernamen-
tal de Francia, que consistía en emplear rayos archipe-
netrantes en la búsqueda de depósitos subterráneos de
petróleo (¡cuánto me recuerda a nuestros campos de tor-
sión!). Esta especulación fue bloqueada por el presi-
dente, Valery Giscard D’Estaing, con las siguientes pala-
bras: “Entiendo que es necesario encontrar a expertos
que puedan revelar las posibilidades de un fraude”.
Recientemente, varios miembros de la comisión del
98 (los académicos E. Alexandrov, V. Ginzburg y E.
Kruglyakov) enviaron una carta al presidente Vladimir
Putin. En ella llamaban la atención acerca del creci-
miento peligroso y la influencia de la pseudociencia en
Rusia. La primera de las muchas sugerencias y medidas
fue que se buscara el peritaje de miembros de la
Academia de las Ciencias de Rusia cuando se tratara de
aplicar las leyes fundamentales de la naturaleza en la
evaluación de proyectos.
Tenemos la esperanza de que el presidente de
Rusia seguirá el ejemplo del de Francia y utilizará esa
experiencia para examinar las ideas que se proponen. De
ser así, tendremos la oportunidad de contemplar la lim-
pieza de la ciencia frente a esa prevalencia vergonzosa
de la pseudociencia.
é
Nota
1. Edward Pavlovich Kruglyakov es director de labora-
torio y subdirector del mayor instituto de la Academia
de las Ciencias de Rusia (Instituto Budker de Física
Nuclear). Premio del Estado (1986) y ganador del
Premio Artsimovich (2001), preside también la
Comisión de la Academia de las Ciencias de Rusia en
la lucha contra la pseudociencia. Es autor de un libro
que puede encontrarse traducido al inglés, con el
título de Pseudocientificos de la Era Moderna.
Traducción del inglés de Jesús Martínez Villaro
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A finales de 1998 el Presidente de la Academia
de las Ciencias de Rusia, Y. W. Osipov, creó una Comisión
Contra la Pseudociencia y la Falsificación de los
Estudios Científicos, con carácter especial. Dicha
comisión y su labor en los medios de comunicación
produjo algunas correcciones en la alarmante situación
de la expansión de las pseudociencias en Rusia.