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de restos humanos sin precedentes, correspondiente a
treinta y dos individuos, por lo menos.
El argumento para demostrar que Excalibur fue una
pieza de ajuar funerario, arrojado a la Sima con la sola
intención de acompañar a los difuntos, quizá como ho-
menaje, es que ese bifaz ha aparecido en un lugar que
no fue utilizado por los homínidos para trabajar o vivir.
Sin embargo, ¿es esto suficiente para deducir que
Excalibur tuvo una función simbólica? ¿Se ha dejado
llevar el equipo de excavadores por su entusiasmo?
Es posible que se esté dando en Atapuerca un caso
parecido al que ocurrió con varios ejemplos del llama-
do ‘culto al oso’, en el Paleolítico Medio. Muchos ar-
queólogos creyeron encontrar evidencias de construc-
ciones simbólicas realizadas con cráneos de oso, en
lugares como Bachler (Suiza), Zotz (Silesia) y Ehremberg
(Austria), entre otros. Pero estudios críticos, como el
realizado por André Leroi-Gourhan (Las religiones de la
prehistoria
), apelaron a la prudencia al demostrar que esas
disposiciones fueron fruto del azar o una simple cons-
trucción mental del propio excavador.
La necesidad de un buen titular
o de permanecer en la cresta de la ola
a toda costa no son motivos suficientes
para construir hipótesis arriesgadas.
El caso de Excalibur es más delicado que el del cul-
to al oso, por la sencilla razón de que la evidencia es to-
davía más escasa: sólo el propio bifaz. Excalibur fue en-
contrado mezclado con los huesos de la Sima, que en
opinión de Arsuaga constituye un auténtico enterra-
miento. Deducir de ello que el bifaz es un elemento sim-
bólico es deducir mucho y de forma muy arriesgada.
No hay manera de demostrar la intencionalidad de la
ubicación de Excalibur. Sabemos que llegó a la Sima pero
no cómo ni por qué. Pudo caerse accidentalmente,
pudo haber sido arrojado para deshacerse de él por cual-
quier motivo o se perdió en un descuido de su usuario.
No hay forma de saber si fue arrojado en el mismo mo-
mento y acompañando a uno o varios de los cuerpos que
llenan la sima, o años después. Es sólo un bifaz rodea-
do de huesos.
Entonces, ¿qué lleva a Arsuaga y sus colegas a tirarse
a la piscina con una interpretación tan aventurada? La
necesidad de un buen titular o de permanecer en la cres-
ta de la ola a toda costa no son motivos suficientes para
construir hipótesis arriesgadas. Podría ser que fuera, es-
peremos que no, un claro ejemplo de arqueología pato-
lógica. Dado que, según el equipo de Atapuerca, el es-
tudio de Excalibur ha abarcado la friolera insólita de
cuatro años, esperemos a la presentación de los artícu-
los técnicos correspondientes, en revistas especializadas,
antes de empezar a cambiar los libros de arqueología de
nuestra mente.
é
Julio Arrieta
EL
“PRESTIGE”
, EL
MOTOR
DE AGUA
Y OTRAS
MAGUFERÍAS
La catástrofe económica del “Prestige” ha calado en to-
das las personas de buena voluntad... y probablemente
en las de mala voluntad también.
Como persona relativamente conocida, me suelen pe-
dir mi opinión sobre casi todo lo que se les ocurre a los
periodistas —de lo cual, dicho sea de paso me alegro,
aunque rara vez soy capaz de dar una respuesta com-
petente, ya que sé de lo que sé y de lo del petrolero ac-
cidentado en Galicia sé muy poco—.
El caso es que los taxistas me oyen y, como me ven
en la tele, me conocen; así que cuando cojo un taxi me
fríen a preguntas sobre mi opinión. Dicho sea de paso,
ello también me alegra. ¿A quién no le gusta que le pi-
dan su opinión?
Hablando en los medios he sido un poco drástico, he
defendido que la mejor solución para que Nunca Mais
vuelva a ocurrir una catástrofe similar es eliminar la de-
pendencia del petróleo. Para ello he hablado de energías
alternativas, de combustibles alternativos y de hidro-
carburos alternativos para fabricar plásticos.
Los taxistas me oyen y saben de motores, así que me
he encontrado con varios —no uno ni dos: varios— que
me dicen que el motor de agua está inventado y que son
las grandes petroleras las que impiden que salga a la luz
pública. Alguno ha añadido que ‘lo mismo que la fusión
fría’. A continuación hay una serie de consideraciones
sobre Bush, Irak, petróleo, guerras del petróleo, etc.
Cuando me dicen eso me siento absolutamente im-
potente para explicar que el mundo de la investigación
es muy complejo y rico, y que no se puede simplificar
en tópicos como Bush-guerra-petróleo-cover up toda la
investigación sobre energías alternativas, incluyendo el
puñetero motor de agua.
El tema del motor de agua lo seguí en su momento.
Lo único que hacía era descomponer el agua en oxíge-
no e hidrógeno, y luego hacer andar el coche con hi-
drógeno. Ni nuevo ni con un rendimiento razonable.
Lo increíble es que muchos de mis taxistas —tengo
un acuerdo con una asociación de ellos— piensan que
aquello del motor de agua —es decir: motor que funciona
PRIMER CONTACTO
el esc
é
ptico
Invierno 2002 y Primavera 2003
8
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simplemente echando agua en su depósito de
combustible— está conseguido y que son las
malvadas multinacionales del petróleo las que
impiden su desarrollo. Su pensamiento —por lo
que logro deducir— es una mezcla de gentes
buenas que consiguen energías del agua y de
gentes del mal —las petrolíferas— que coartan
con todas sus fuerzas cualquier desarrollo en el
sentido de no depender del petróleo.
Esa falta de confianza en el “establishment”
es curiosa. En vista de cómo se está comportando
el establishment en crisis recientes tales como
el Prestige o la posible guerra contra Irak, no me extra-
ña, pero...
Hay tantas personas y grupos
de investigación tratando de
conseguir nuevas fuentes
de energía, de combustibles y de
materia prima para plásticos,
que su sofocación es imposible.
Ni me chupo el pulgar pensando que todos son güe-
nos; ni me chupo el pulgar —el otro— pensando que to-
dos los demás son malos.
La ciencia es muy compleja. Hay millones de doc-
torandos tratando de hacer tesis doctorales con nuevos
sistemas de energía. Hay decenas de equipos de inves-
tigación tratando de patentar —y hacerse millonarios
con él— un sistema de combustible alternativo a la
gasolina. Hay centenas de centros de investigación tra-
tando de conseguir una alternativa al petróleo para la
fabricación de plásticos.
Decenas, centenas, miles... suficientes para sofocar
los intentos de las multinacionales petrolíferas para
ahogar esos logros.
Que algunas multinacionales del petróleo tratan de
sofocar nuevas fuentes de energía... seguro.
Que algunas multinacionales del petróleo tratan de
seguir las investigaciones sobre nuevas fuentes de
energía para patentarlas y llevarse la tajada del león...
obvio.
Pero hay tantas personas y grupos de investigación
tratando de conseguir nuevas fuentes de energía, de
combustibles y de materia prima para plásticos, que su
sofocación es imposible. Siempre hay algún alumno
leyendo su tesis doctoral, algún grupo de investigación
publicando en las revistas científicas que expanden a
los cuatro vientos los resultados de sus trabajos. El
cover-up —la ocultación durante mucho tiempo— de
los trabajos que mejoran las fuentes energéticas, es
imposible.
Se puede ahogar un trabajo concreto. Se puede re-
trasar durante un cierto tiempo el desarrollo de una tecno-
logía que pueda molestar a los muy poderosos... pero es
imposible callar a todo el mundo durante mucho tiempo.
El motor de agua; es decir el motor que es capaz de
dar la vuelta al mundo usando como única fuente de ener-
gía el agua, es una quimera que demuestra una falta de
conocimientos básicos pasmosa; el más elemental de ellos
es contestar a la pregunta: ¿de dónde sale la energía?
Ante esa pregunta suele darse la callada por res-
puesta, aunque algunos —los más leídos— hablan de la
fusión fría.
¿Si gente razonablemente formada es capaz de cre-
er a pies juntillas en un cover-up que ha acabado con el
motor de agua, cómo no van a creer en un cover-up so-
bre extraterrestres o que los estadounidenses nunca han
llegado a la Luna?
Hay más maguferías de lo que parece.
é
Félix Ares
Sección coordinada por Pedro Luis Gómez Barrondo
Invierno 2002 y Primavera 2003
el esc
é
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.ECOLOGIST
ASENACCION
.ORG
Hundimiento del Prestige el 19 de noviembre de 2002.
ARCHIVO DEL
AUTOR
COR
TESÍA DEL
AUTOR
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ASENACCION
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Protesta en Madrid del 1 de diciembre de 2002,
por la política seguida por el gobierno en relación
con el hundimiento del petrolero
Prestige.