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otoño 2002
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LA CONSPIRACIÓN
¿Te imaginas que hubiera hombres de negro en nuestro
país? ¿Y que en vez de ser dos —o pocos más —, fue-
ran miles? ¿Pudiera ser que esas personas habitaran en-
tre nosotros como unos españoles cualesquiera, pero
que realmente trabajaran para una potencia exterior?
Para añadir más aliciente aún a la conspiración, ima-
ginemos que esa misteriosa entidad ni siquiera necesi-
tara
permanecer en la sombra, sino que pudiera permi-
tirse ser pública y conocida. Y que, para colmo de
males, se las hubiera ingeniado para que el sueldo de
esos miles de espías lo pagasen los gobiernos víctimas.
Las preguntas surgen inmediatamente: ¿Cómo iban
a lograr que no nos diésemos cuenta? ¿Cómo iban a pa-
sar desapercibidos todos esos hombres de negro? Su-
pongamos que, a diferencia de lo que ocurre en la fa-
mosa película, no disponen de un flash que borre las
visiones comprometidas de la memoria del ciudadano
común, sino que se haya urdido un plan aún más re-
torcido: que se haya procedido a un lavado de cerebro
de toda la población para que no se dé cuenta de nada.
¿Pero cómo podría ser eso posible? Tendrían que es-
tar presentes en las escuelas y colegios para influir en
la educación de los niños, colarse en actos oficiales,
fiestas y, en fin, en muchos más ámbitos. Bueno, pues
supongamos que así es.
Supongamos que estos MIB se las arreglan para in-
fluir en todas esas áreas y además cobrar por ello, mien-
tras responden únicamente a su misteriosa organización
extranjera. Imaginemos una red tan extendida que están
presentes en cuarteles, prisiones y hospitales; que
controlan medios de comunicación, cajas de ahorro y
otras entidades.
Sin duda, el lector dudará de la posibilidad de dicha
conspiración, más propia de una mente paranoica que
de hechos que una sociedad como la nuestra podría ad-
mitir. Pero esto no es todo, existen otros hechos sor-
prendentes por contar, aspectos cotidianos en los que
estos hombres de negro nos controlarían, de ser todo
esto cierto:
— Los MIB se las arreglan para que incluso nuestros
cargos públicos presten su juramento sobre el símbolo
(un instrumento de tortura) y el manual de instrucciones
de su oscura organización —un manual que dice cosas
como “Si un hombre tiene un hijo indócil y rebelde, que
no hace caso a sus padres... lo llevarán a los ancianos...
entonces todos los hombres de la ciudad lo lapidarán
hasta que muera
” o “Matad a viejos, jóvenes, doncellas,
niños y mujeres hasta el exterminio
”—.
— Su organización también se las compone para
participar en debates de las Naciones Unidas, en los
que se toman decisiones de importancia mundial en te-
mas tan importantes como la igualdad de la mujer o el
control demográfico, sin ser un estado que se atenga a
los principios democráticos y los derechos humanos más
básicos.
— Los MIB consiguen que el adoctrinamiento que
realizan deba estar presente en colegios, e incluso se
considere materia evaluable.
— Su dictatorial corporación promueve, en pleno si-
glo XXI, que mujeres pasen el resto de su vida encerra-
das entre cuatro paredes (sin duda peor que llevar un
burka afgano) sin que nadie se escandalice (hay que de-
cir aquí que las women in black ostentan un rango in-
ferior en la organización).
— Desde los ritos sociales o las opciones se-
xuales, hasta los días en que podemos irnos de va-
caciones, la sombría sociedad de los hombres de
negro influye en multitud de aspectos de nuestras
vidas, controlando a la población mediante la siem-
pre útil alternancia del palo y la zanahoria.
Ante todo este despliegue de ocurrencias conspira-
noicas sólo nos queda reír ante tamaño absurdo y sen-
tirlo por el pobre crédulo que se haya tragado tanto dis-
parate. Sin duda estas cosas no pueden pasar en una
sociedad avanzada, democrática, laica y con un gobier-
no de centro como el nuestro...
LA TRAMA
Para que una historia como ésta pase de ser una fábu-
la increíble, mero mito urbano, a revelación plausible,
oculta por parte de los historiadores oficiales y los dog-
máticos poderes fácticos, deben añadirse siempre al-
MIB
SACHA MARQUINA REYES
¿Te imaginas que hubiera hombres de
negro
en nuestro país? ¿Y que en vez de
ser dos —o pocos más —, fueran miles?
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gunas notas que presenten hechos o
fechas concretas, proporcionados
por fuentes secretas, y aumenten la
verosimilitud de toda la trama o, al
menos, así lo haría cualquier escritor
de misterios que se precie:
— 1953: Cuando España tenía
una dictadura católica, social y re-
presentativa (?), firma un tratado con los hombres de ne-
gro (que ya habían sido oficializados por Mussolini en
1929), estableciendo la hegemonía de este color en
nuestro país frente al resto del arco iris y reconociéndolo
el color perfecto.
— 1979: España revisa, justo después de aprobar la
Constitución, el acuerdo con los men in black: su doc-
trina se impartirá en los centros públicos por agentes
propuestos por ellos, podrán usar medios de las univer-
sidades públicas para organizar cursos y actividades,
aunque tengan sus propias universidades, y quedan
exentos de impuestos sobre rentas e inmuebles. Bien es
cierto que los hombres de negro cubren algunos servi-
cios sociales inexplicablemente desatendidos por las ad-
ministraciones públicas.
— 1984: El territorio de los hombres de negro, que
no llega al kilómetro cuadrado ni a los mil habitantes,
aunque ellos dicen que representan a mil millones de
personas, es declarado Patrimonio Artístico Mundial. Su
jefe (superman in white) dispone de poder ilimitado en
la organización, y sus sentencias son inapelables, como
la de retirar el apoyo a la UNICEF por defender la anti-
concepción.
— 1988: España deja de pagar una cantidad global
única a los hombres de negro, para pasar a una asigna-
ción tributaria: según dónde se ponga la X el dinero irá
a los men in black o a Cáritas, si bien el Estado paga la
diferencia negativa (si hay diferencia positiva no se de-
vuelve). Además existen subvenciones de los ministerios.
— 1994: Se establece como dota-
ción presupuestaria una cantidad de
18.300 millones de pesetas como
cuota anual, que luego se irá am-
pliando, ya que la autofinanciación pa-
rece cada vez más difícil. Esta canti-
dad es sólo una pequeña parte del
total, que incluye subvenciones y
exenciones fiscales.
— 1994/1995: La participación
de los hombres de negro en las Confe-
rencias Internacionales de El Cairo y
Pekín ponen en tela de juicio su in-
fluencia sobre el establecimiento de po-
líticas internacionales sobre población y sobre la mujer.
— 2000: Ante la proximidad de las Elecciones Ge-
nerales en España, los men in black reclaman el voto
antiabortista, en pro de la familia en el matrimonio ver-
dadero.
— 2002: Se declaran en contra de la clonación te-
rapéutica.
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REFERENCIAS
BOE 230/79, de 24 de septiembre: Instrumento de Ra-
tificación de España al Acuerdo entre la Santa
Sede y el Estado Español, hecho en la Ciudad del Va-
ticano el 28 de julio de 1976.
Ana María Vega, profesora Titular de Derecho eclesiás-
tico en la Universidad de La Rioja: “El status jurídi-
co de la Santa Sede en la ONU”, Anuario de Dere-
cho Eclesiástico, vol. XIV (1998), pp. 363-429.
Víctor Urrutia, catedrático de Sociología UPV/EHU:
“Las cuentas claras: aportaciones económicas del
Estado a la Iglesia Católica”.
Juan Francisco González Barón, profesor de educación
secundaria en Talavera de la Reina: “Situación de la
laicidad en España”. Diciembre 1999.
Antonio Gómez Movellán: “La iglesia católica y otras re-
ligiones en la España de hoy”. VOSA, 1999.
Santiago Castellà, profesor de Derecho Internacional Pú-
blico y Relaciones Internacionales de la Universidad
Rovira i Virgili, de Tarragona: “Luz y tinieblas del
Concordato de España con la Santa Sede”.
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Sin duda estas cosas no pueden pasar
en una sociedad avanzada, democrática,
laica y con un gobierno de centro
como el nuestro...
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