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(Primavera 2000)
el esc
é
ptico
7
municó a los niños Melania y
Massimino que “en el año 1864
Lucifer será liberado de sus ata-
duras en el infierno junto a un
gran número de demonios y és-
tos abolirán la fe... Será en ese
tiempo cuando nacerá el Anti-
cristo”. ¿Será cosa de ir pen-
sando en crear una nueva advo-
cación mariana, la de Nuestra
Señora de la Rabanera o de que
la Santa Sede reitere su comu-
nicado de 1960 sobre Fátima?
Mucho nos tememos que de lo
segundo nos podemos ir olvi-
dando. Por de pronto, el deci-
dido apoyo de Juan Pablo II al
santuario ha supuesto las previ-
sibles muestras de satisfacción
en el catolicismo portugués que
ve cómo, de esta manera, se re-
frenda la capacidad profética
–nuevamente cuando los he-
chos ya han sucedido– de su
Virgen. Por contra, nadie hace
referencia a las contradicciones
entre lo que se sabía y el sor-
prendente comunicado actual
de la Santa Sede. ¿Qué importa
la verdad cuando las colas de
fieles aumentan y cuando las
agencias de viajes españolas ya
están ofreciendo paquetes de
viajes por Portugal que inclu-
yen la visita al santuario?
JOSÉ LUIS CALVO BUEY
Sudáfrica recurre
a los ‘disidentes
del sida’ para
luchar contra la
pandemia
El presidente de Sudáfrica,
Thabo Mibeki, ha pedido ase-
soramiento a dos norteameri-
canos que sostienen que el Vi-
rus de Inmunodeficiencia Hu-
mana no es la causa del sida. La
noticia ha causado una oleada
de consternación en todo el
mundo y especialmente en el
país, cuya tasa de crecimiento
de enfermos, una de las más al-
tas del mundo, se teme que au-
mente aún más. El presidente y
su Gabinete se han puesto en
contacto con el bioquímico
David Rasnick y con Charles
Geshekter, profesor de historia
africana. Ambos sostienen que
el VIH no provoca el sida y
que, por lo tanto, los medica-
mentos empleados contra la
enfermedad son completa-
mente ineficaces.
Según Parks Mankahlana,
portavoz presidencial, Mibeki
trata de escuchar a todos los
científicos y a cualquiera que
pueda aportar algo, en un in-
tento de definir una estrategia
para combatir la enfermedad
en un país de 44 millones de
habitantes con un 12,9% de la
población adulta infectada. El
presidente, afirma, planea con-
vocar este año a expertos inter-
nacionales en el sida para eva-
luar varios tratamientos y revi-
sar las evidencias de que la en-
fermedad está causada por el
VIH.
Rasnick –quien defiende
que la enfermedad está causada
por el consumo de drogas y una
mala alimentación– mantiene
que el VIH no causa la enfer-
medad y que los medicamentos
como el AZT o los nuevos in-
hibidores de la proteasa no son
efectivos contra el sida, aun-
que sí inhiben la multiplica-
ción del VIH. Prestigiosos in-
vestigadores afirman que esta
teoría está basada principal-
mente en datos obtenidos por
otros científicos, quienes ade-
más no comparten las conclu-
siones presentadas por Rasnick
o su colega Duesberg.
Según Geshekter, por otro
lado, la idea de que la epidemia
en Africa es debida a la trans-
misión sexual es un mito útil,
que haría políticamente acep-
table convertir el continente ne-
gro
en un laboratorio de prue-
bas para vacunas experimenta-
les de alto riesgo, amén de au-
mentar la dependencia de
África respecto de Occidente
en lo que se refiere al suminis-
tro de equipamiento de esteri-
lización y personal cualificado,
sin olvidar la apertura de un
nuevo mercado para la comer-
cialización de medicamentos
antivirales tóxicos como el
AZT.
No es ésta la primera vez
que el presidente sudafricano
sorprende a los expertos en sa-
lud pública. Hace unos meses,
cuestionó la seguridad del AZT
–tratamiento estándar contra el
sida– y su ministro de Sanidad
dijo recientemente que el Go-
bierno había decidido que el
medicamento no debía ser dis-
tribuido en hospitales públicos.
“No hay suficiente información
para que, como ministro de Sa-
nidad, exponga a las mujeres a
un medicamento sobre el que
no sabemos nada”, afirmó Tsha-
balala-Msimang. La preocupa-
ción sobre los efectos del AZT,
principalmente en los niños, ha
ido en aumento en Estados
Unidos. Un estudio mostraba
hace poco cómo ratones preña-
dos tratados con AZT tenían
crías con tumores, aunque, tras
una revisión de este estudio y
otros similares, el Insituto Na-
cional de la Salud estadouni-
dense determinó que los bene-
ficios del tratamiento con este
medicamento superan a los in-
convenientes.
Mankahlana sostiene, sin
embargo, que Sudáfrica no
tiene por qué aceptar los postu-
lados occidentales sobre el sida
sin una cuidadosa investiga-
ción, dado que aún no se ha en-
contrado una cura y hay dema-
siado por conocer sobre el VIH
y la enfermedad, y ha anun-
ciado que su país invertirá este
año 11 millones de dólares en
investigación.
BORJA MARCOS
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