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La superstición hace al hombre necio, y el
escepticismo lo convierte en loco.
Thomas Fuller (1608-1661), predicador.
Los mismos princi-
pios que al comien-
zo llevan al escepti-
cismo, al cabo de
cierto punto llevan al
hombre de nuevo al
sentido común.
George Berkeley
(1685-1753),
obispo anglicano.
Lo que no ha sido es-
tudiado imparcial-
mente no está bien
estudiado. El escepticismo es el primer paso
hacia la verdad.
Denis Diderot (1713-1784), filósofo.
El escepticismo no es sólo intelectual, es tam-
bién moral; una atrofia crónica y una enfer-
medad del alma. El hombre vive al creer en
algo.
Thomas Carlyle (1795-1891), ensayista.
El escepticismo es un suicidio lento.
Ralph Waldo Emerson (1803-1882), filósofo.
Soy demasiado escépti-
co como para negar la
posibilidad de nada.
T.H. Huxley
(1825-1895), biólogo.
Quien pretende el cono-
cimiento rechaza, per se,
la autoridad reconocida.
Para él el escepticismo
es el mayor de los debe-
res, y la fe ciega el ma-
yor de los pecados.
T.H. Huxley (1825-1895), biólogo.
Rascad la piel de un escéptico y casi siem-
pre hallaréis los nervios doloridos de un sen-
timental.
Danielle Darc (Mme. Régnier) (1840-1887),
novelista.
Los grandes intelectos son escépticos.
Friedrich W. Nietzsche (1844-1900), filósofo.
Es difícil encontrar un sabio que no sea es-
céptico: el sabio sabe que sabe poco y sabe
cuánto esfuerzo le cuesta aquel poco.
J. Tannery (1848-1910),
matemático y filósofo.
el escéptico (Junio 1998)
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El escepticismo es el comienzo de la fe.
Oscar Wilde (1854-1900), escritor.
Quien se considere un escéptico hará bien
en mirar de vez en cuando su escepticismo
con escepticismo.
Sigmund Freud (1856-1939), psiquiatra.
En el escepticismo hay también una especie
de cortesía. Sería una falta de educación lle-
var las dudas demasiado lejos.
George Santayana (1863-1952), filósofo.
El escepticismo es la castidad de la mente, y
es vergonzoso rendirse demasiado pronto o
al primero que llega.
George Santayana (1863-1952), filósofo.
Todo lo vital es irracional, y todo
lo racional es antivital, porque la
razón es esencialmente escépti-
ca.
Miguel de Unamuno
(1864-1937), filósofo.
El escepticismo, la incertidum-
bre, última posición a que llega
la razón ejerciendo su análisis
sobre sí misma, sobre su propia
validez, es el fundamento sobre
el que la desesperación del sen-
timiento vital ha de fundar su es-
peranza.
Miguel de Unamuno
(1864-1937), filósofo.
Ella no creía en nada; sólo su es-
cepticismo le impedía ser atea.
J.P. Sartre (1905-1980), filósofo.
El veneno del escepticismo llega a ser, como
sucede con el alcoholismo, la tuberculosis y
algunas otras enfermedades, mucho más vi-
rulento en una tierra virgen.
Simone Weil (1909-1943), ensayista.
La autoridad tiene razón para temer al es-
céptico, porque la autoridad raramente so-
brevive frente a la duda.
Robert Lindner (1914-1956), novelista.
Y una bienaventuranza personal
Bienaventurados los escépticos, porque
nunca se ven defraudados.
Una escéptica selección de
citas sobre el escepticismo
RAMÓN NÚÑEZ
Ramón Núñez es director de la Casa de las Cien-
cias de La Coruña.