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rior a la de todos los demás. En cualquier
caso, su disposición a colaborar y facilitar
información a la Policía es valorada por ésta
como un gesto que le honra.
En realidad, todo aquél que actúa de es-
ta forma pasa a ser tratado, por parte de la
Policía, con suma amabilidad y respeto, in-
dependientemente de su catadura moral.
Pero a Carballal le han dado la mano y se
ha llevado todo el brazo
y parte del hom-
bro
, porque no hay forma de explicarse el
autotítulo de asesor, porque en el argot poli-
cial no existe más que el vulgar informador
o confidente, y si empleáramos el argot cri-
minal, nuestro admirado autor sería deno-
minado chiva, chivato, chota, confidente, ma-
mona, soplón, etcétera.
Parece ser que Manuel Carballal ha en-
contrado algunas amistades en el cuerpo
policial, lo que le ha permitido llegar a es-
cribir un artículo en la revista Policía, en el
cual trata de las sectas, pero, ¡oh decep-
ción!, sin mención alguna a fenómeno pa-
ranormal o expediente X policial. Resulta
curioso que en esta misma revista, donde
todos los autores de artículos firman con
su nombre y cargo, Carballal sólo firme con
su nombre. Se nota que le faltó morro sufi-
ciente para endilgar a los lectores
la mayo-
ría, policías
la coletilla de asesor.
Sin embargo, en otro artículo del ufólogo
gallego que forma parte de una serie de fas-
cículos editados por el Círculo de Amigos
de Expediente X
la conocida serie de tele-
visión
se confunde a los lectores con la a-
firmación de que Carballal es, ¡cómo no!,
“asesor de la Brigada de Información sobre
Sectas y Fenómenos Paranormales de la Po-
licía Nacional”. Si bien es cierto que dentro
de la Brigada de Información existe un gru-
po dedicado al estudio y seguimiento de los
movimientos sectarios, no existe, ni ha exis-
tido jamás, un grupo o brigada con esa de-
nominación
fenómenos paranormales
o
con ese propósito, aunque sea bajo otro
nombre. El mismo Carballal parece rec-
tificar en la página siguiente al eliminar la
referencia a fenómenos paranormales y sus-
tituir a éstos por grupos radicales.
Desde aquí, tan sólo me resta dar gra-
cias a Carballal por su buena disposición
hacia la Policía y desear que ésta continúe,
pero, por favor, Manolo, ¡no seas tan fantas-
ma!
Referencias
Carballal, Manuel [1997]: “¿Dónde está el Niño
Pintor?”. Enigmas (Madrid). Monográfico Nº
1. 118-120.
López Molero, Javier [1996]: “Policías y viden-
tes”. En “Correo del Lector”. La Alternativa
Racional (Zaragoza), Nº 40, 43-44.
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(Junio 1998) el escéptico
Fantasías animadas
de ayer y hoy
stá claro que son fantasías”. Así res-
pondieron en junio de 1997 desde
la Brigada de Información de la Poli-
cía Nacional a un reportero de La
Voz de Galicia cuando preguntó por unos
supuestos asesinatos relacionados con gru-
pos satánicos de los que había hablado Be-
nito Manuel Carballal en un medio de co-
municación. Y, para mayor desgracia del di-
vulgador pseudocientífico, apostillaron que
no es cierto que sea colaborador de la Po-
licía. Era el segundo mazazo en poco tiem-
po a la imagen del investigador: el primero
había sido físico, lo había recibido en mar-
zo en el Mississippi de Pepe Navarro cuan-
do, tras un rifirrafe con el padre Apeles, éste
le asestó un golpe.
Aunque gusta disfrazarse de escéptico,
Carballal ha dado numerosas muestras de
su credulidad y realmente se está especia-
lizando en propalar falsos rumores. En un
reportaje plagado de errores publicado en
Más Allá en junio de 1996, comparó a ARP
con Jarrai y grupos neonazis simplemente
por haber surgido en el País Vasco, y acabó
haciéndose eco de una sorprendente reve-
lación de Juan José Benítez, según la cual
seis personas vinculadas a ARP “han reci-
bido o reciben fondos reservados por cola-
borar” con el Cesid. Un viaje por el País de
las Maravillas, ilustrado con fotos de libros
ardiendo y ejemplares de La Alternativa Ra-
cional en el inodoro que revelan el auténti-
co talante de nuestro protagonista.
Pero si el artículo de Javier López Molero
y el aparecido en La Voz de Galicia consta-
tan que, de asesor policial, nada de nada,
tampoco le han ido muy bien las cosas a
Carballal como fabricante de conspiracio-
nes. Así, el investigador tinerfeño Ricardo
Campo descubrió el año pasado que el ufó-
logo gallego había puesto en boca de un mi-
litar español unas declaraciones más que
críticas sobre el proceso de desclasificación
de documentación ovni que el interesado
niega categóricamente haber hecho. Es de-
cir, que también son fantasías.
Algunos hemos tenido, en los últimos
meses, la oportunidad de dialogar con Car-
ballal a través de Internet. Incapaz de dar
una prueba de que sus acusaciones contra
ARP sean algo más que una invención o de
que las declaraciones del militar citado se
correspondan con lo publicado por él, su
respuesta ha sido siempre la misma en am-
bos casos: eludir la cuestión y acompañar
el regate de una ristra de insultos. Así es
nuestro hombre.
Javier López Molero es funcionario del Cuerpo
Nacional de Policía.
LUIS ALFONSO GÁMEZ
E